Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, los más grandes Místicos, Reformadores del Carmelo
Soy una Voz que clama en la red diciendo: ¡Enderezad los caminos! Cristo está ya a las puertas: lo veremos a la hora de nuestra muerte, Vendrá con gran Majestad; con un Esplendor y una Gloria indescriptibles, con su cayado de Pastor terrenal transformado en cetro Real, a la derecha de Dios Padre, iluminados por la radiante Luz del Espíritu Santo, rodeados de la Corte Celestial, entre los cánticos de alabanza y de alegría de los coros angélicos y de todos los Santos.
MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA
DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:
“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".
DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:
"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"
A un compañero que le reprochaba su Penitencia:
"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".
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lunes, 15 de octubre de 2012
sábado, 13 de octubre de 2012
EXPLICACION Y ACLARACIONES SOBRE EL ESTADO DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
La devoción a las almas del Purgatorio, que antiguamente estaba muy
arraigada, parece estar hoy día en desuso, sin embargo como lo podemos ver en
este escrito, es una de las prácticas más importantes y queridas por Dios. A
este respeto, he tenido la experiencia personal de un familiar, muerto en
temprana edad, que dejó a marido y dos hijos aún jóvenes y que se me apareció en sueños.
Le pregunté: “¿Estás en el Cielo?”, por toda respuesta se puso a llorar, con lo cual comprendí que necesitaba oraciones. Luego me dio un consejo porqué conocía el resentimiento que tenía hacia ciertos parientes: “Perdona a esos que te han hecho mal, porqué son hermanos tuyos”, a lo cual le contesté: “Yo ya les he perdonado”, Bastante tiempo después se me apareció otra vez, y le pregunté lo mismo, y me contestó con una sonrisa, sin mediar palabra alguna.
Le pregunté: “¿Estás en el Cielo?”, por toda respuesta se puso a llorar, con lo cual comprendí que necesitaba oraciones. Luego me dio un consejo porqué conocía el resentimiento que tenía hacia ciertos parientes: “Perdona a esos que te han hecho mal, porqué son hermanos tuyos”, a lo cual le contesté: “Yo ya les he perdonado”, Bastante tiempo después se me apareció otra vez, y le pregunté lo mismo, y me contestó con una sonrisa, sin mediar palabra alguna.
En otra ocasión fui a hacer un retiro espiritual con mi hijo al
Monasterio de Yuste, de los frailes Jerónimos, pasamos cerca de un cementerio de soldados alemanes de la
segunda guerra mundial, que estaba cerca de ese monasterio, le dije a mi hijo:
Vamos a rezar por las almas de esos soldados que están en el Purgatorio. A la
noche, estando en mi celda durmiendo, sentí por un largo momento la presencia
del Demonio, no pudiendo despertarme, lo
que me causó un gran terror, que ya conocía de sobra por haberme
ocurrido en muchísimas ocasiones. Comprendí que Satán estaba disgustado por
la envidia que le causaba el hecho de que un alma alcanzara la Felicidad
Eterna.
LAS ALMAS DEL PURGATORIO, LAS GRANDES OLVIDADAS
(Del Evangelio como me había sido revelado de Mª Valtorta)
[…] “En mi Iglesia habrá siempre
sacerdotes, doctores, profetas, exorcistas, confesores, obradores de milagros,
inspirados; todo lo que ella requiere para que las gentes reciban de ella lo
necesario. El Cielo, la Iglesia triunfante, no dejará sola a la Iglesia
docente, y esta socorrerá a la Iglesia militante. No son tres cuerpos, son un
solo cuerpo. No hay división entre ellas, sino comunión de amor y de fin: amar
la Caridad, gozar de la Caridad en el Cielo, su Reino. Por eso, también la
Iglesia militante deberá, con amor, aportar sufragios a una parte suya que,
destinada ya a la triunfante, todavía se encuentra excluida de ésta por razón
de la satisfactoria reparación de las faltas absueltas, pero no expiadas
enteramente hasta la perfecta divina Justicia.
En el Cuerpo místico, todo se
debe hacer en el Amor y por el Amor, porque el amor es la sangre que por él
circula. Socorred a los hermanos que purgan. De la misma manera que dije que
las obras de misericordia corporales os conquistan un premio en el Cielo,
también he dicho que os lo conquistan las espirituales. Y en verdad os digo que
el sufragio para los difuntos, para que entren en la paz, es una gran obra de
misericordia, por la cual Dios os bendecirá y os estarán agradecidos los
beneficiarios del sufragio.
Os digo que, cuando, en el día de
la resurrección de la carne, estéis todos congregados ante Cristo Juez,
aquellos a quien bendeciré estarán los que tuvieron amor por los hermanos
purgantes ofreciendo y orando por su paz.
Ninguna buena acción quedará sin
su fruto, y muchos resplandecerán vivamente en el Cielo sin haber predicado, ni
administrado, ni realizado viajes apostólicos, sin haber abrazado especiales
estados, sino solamente por haber orado y sufrido por haber dado paz a los
purgantes, por llevar a la conversión a los mortales. También estas personas,
sacerdotes a quienes el mundo desconoce, apóstoles desconocidos, víctimas que
solo Dios ve, recibirán el premio de los jornaleros del Señor, pues habrán
hecho de su vida un perpetuo sacrificio de amor por los hermanos y por la
gloria de Dios.
En verdad os digo que a la Vida Eterna se llega por muchos caminos, y uno de ellos es este, y muy apreciado por mi Corazón.
En verdad os digo que a la Vida Eterna se llega por muchos caminos, y uno de ellos es este, y muy apreciado por mi Corazón.
De los cuadernos de María Valtorta (17-10-1.943)
Todo gira alrededor del Amor,
María, excepto para los verdaderos “muertos”: los condenados. Para estos
“muertos”, también ha muerto el Amor. Pero para los tres Reinos – el que tiene
el peso de la gravedad: la Tierra; aquel en el que está abolido el peso de la
materia, pero no el del alma cargada por el pecado: el Purgatorio; y en fin,
aquellos cuyos habitantes comparten con el Padre su naturaleza espiritual que
les libera de todo peso – el motor es el amor. Amando sobre la Tierra es como
trabajáis para el Cielo. Amando en el Purgatorio es como conquistáis el Cielo,
que en la vida no habéis sabido merecer. Amando en el Paraíso es como gozáis el
Cielo.
Lo único que hace un alma cuando
está en el Purgatorio es amar, pensar, arrepentirse a la Luz del Amor que esas
llamas han encendido para ellas, que ya son Dios, pero que, para su castigo, le
esconden a Dios.
Esto es el tormento. El alma
recuerda la Visión de Dios que tuvo en el Juicio particular. Se lleva consigo
ese recuerdo y, dado que el haber solo entrevisto a Dios es un gozo que supera
todo lo creado, el alma está ansiosa de volver a gustar ese gozo. Ese recuerdo
de Dios, y ese rayo de Luz que le revistió, cuando compareció ante Él, hacen
que el alma “vea” la importancia que realmente tienen las faltas cometidas
contra su Bien, y este “ver”, junto a la idea de que por esas faltas se ha
impedido voluntariamente, durante años o siglos, la posesión del Cielo y la
unión con Dios, constituye su pena purgante.
El
tormento de los purgantes es el amor y la certeza de haber ofendido al Amor. Un
alma, cuanto más ha faltado en la vida, tanto más está cegado como por
cataratas espirituales que le hacen más difícil conocer y alcanzar ese perfecto
arrepentimiento de amor que es el primer coeficiente para su purgación y
entrada en el Reino de Dios. Cuanto más un alma lo ha oprimido por la culpa,
tanto más pesado y tardío se hace vivir el Amor. A medida que se limpia por
poder del Amor, se acelera su resurrección al Amor y, por consiguiente, su
conquista del Amor que se completa en el momento en que, terminada la expiación
y alcanzada la perfección del amor, es admitida en la Ciudad de Dios 1.
Hay que orar mucho para que estas
almas, que sufren para alcanzar la Alegría, sean rápidas en alcanzar el Amor
perfecto que les absuelve y une conmigo. Vuestras oraciones, vuestros
sufragios, son nuevos aumentos de fuego de amor. Aumentan el ardor. Pero - ¡oh!
¡bienaventurado tormento! – también aumentan la capacidad de amar. Aceleran el
proceso de purgación. Alzan las almas sumergidas en ese fuego a grados cada vez
más altos. Las llevan a los umbrales de la Luz. Abren las puertas de la Luz, en
fin, e introducen el alma en el cielo.
A cada una de estas operaciones,
provocadas por vuestra caridad hacia quien os precedió en la segunda
vida, corresponde la sorpresa de la caridad hacia vosotros. Caridad de Dios que
os agradece el que proveáis por sus hijos penantes, caridad de los penantes que
os agradecen el que os afanéis por introducirles en el gozo de Dios.
Vuestros seres queridos nunca os amaron tanto como después de la muerte
de la Tierra, porque su amor ya está impregnado de la Luz de Dios y a esta Luz
comprenden cómo les amáis y como deberían haberos amado.
Ya no pueden deciros palabras que invoquen perdón y den amor. Pero me las dicen a Mí para vosotros. Yo os traigo esas palabras de vuestros difuntos, que ahora os saben ver y amar como se debe. Os las traigo junto con su petición de amor y de bendición, que ya es válida desde el Purgatorio porque ya está animada por la inflamada Caridad que les quema y purifica. Perfectamente válida, además, desde el momento en que, liberados, salgan a vuestro encuentro a los umbrales de la Vida o se reúnan con vosotros en ella, si les hubierais precedido en el reino del Amor.
Ya no pueden deciros palabras que invoquen perdón y den amor. Pero me las dicen a Mí para vosotros. Yo os traigo esas palabras de vuestros difuntos, que ahora os saben ver y amar como se debe. Os las traigo junto con su petición de amor y de bendición, que ya es válida desde el Purgatorio porque ya está animada por la inflamada Caridad que les quema y purifica. Perfectamente válida, además, desde el momento en que, liberados, salgan a vuestro encuentro a los umbrales de la Vida o se reúnan con vosotros en ella, si les hubierais precedido en el reino del Amor.
Fíate de Mí, María. Yo trabajo por ti y tus seres queridos. Conforta tu espíritu. Vengo para
darte la Alegría. Confía en Mí”.
BREVE MEDITACIÓN SOBRE ESTAS
ACLARACIONES DE JESÚS SOBRE EL PURGATORIO
1 - En esta maravillosa descripción de las
tribulaciones de las almas en el Purgatorio, que solo puede describir la
Divinidad, aparece la explicación sorprendente, de un hecho que ya era
conocido, pero que no se lograba entender:
Las almas que más tiempo están en el
Purgatorio son las que menos se han dado cuenta de la gravedad de las ofensas
hechas a Dios, las que tienen las “cataratas espirituales” producidas por su
ceguera espiritual ante el pecado, y que le impiden distinguir entre el Vicio y
la Virtud, entre el mal y el Bien, es decir entre Dios y Satán, son los que
están predicando incansablemente, como un “mantra” brahmánico, el refrán de
“Dios te quiere como eres”, o “Dios ama a todos por igual”, y el Infierno no
existe, porque un Padre no puede mandar ahí a sus hijos (A ese efecto, recuerdo
las palabras que le pronunciaba constantemente el Demonio al Santo Cura de Ars: “Aún no
has muerto; aún te puedo coger”, o las palabras de Santa Teresa de Jesús, a la hora de su muerte: “Por
fin, ahora soy hija de la Iglesia”).
Pero estos falsos Pastores, al creer el axioma de que todos somos Hijos de Dios, y que el Infierno y el Demonio no
existen, predicando incansablemente una Doctrina descafeinada, y el Dios relativista, hacen inútil la terrible Pasión y muerte de Jesús, el Martirio la
Santísima Virgen María y de todos los Santos; La gracia de Dios y los
Sacramentos de la Iglesia, ya que si todos somos hijos de Dios, ¿para qué
sirven los Sacramentos?, ¿para qué Satán se afana incansablemente en hacernos
pecar?.
Y es que se creen, como los Protestantes, que solo por la Pasión y muerte de Jesús, estamos todos rescatados y somos todos hijos suyos, ignorando para su conveniencia y la tranquilidad de su conciencia perversa, que, como lo dijo Jesús a Nicodemo, tenemos que renacer a una Vida nueva, para poder entrar en el Reino de los Cielos.
Y es que se creen, como los Protestantes, que solo por la Pasión y muerte de Jesús, estamos todos rescatados y somos todos hijos suyos, ignorando para su conveniencia y la tranquilidad de su conciencia perversa, que, como lo dijo Jesús a Nicodemo, tenemos que renacer a una Vida nueva, para poder entrar en el Reino de los Cielos.
Algunas personas se creen que solo con
ir a Misa y cumplir con las recomendaciones del culto, tienen la Vida Eterna
asegurada, Jesús dice a este respeto:
De los cuadernos de Mª Valtorta
(18-10-1.947)
(18-10-1.947)
“En
verdad te digo que, quienes están muchas horas en la Iglesia, repitiendo
palabras con el alma ausente, y quien está en la casa, en su oficina, en su
negocio, en su ocupación, amándome a Mí y el prójimo por Mí, permaneciendo
unido a Mí, quien reza, es el segundo y es a él a quien bendigo, mientras que el
primero solo está cumpliendo un precepto hipócrita que Yo condeno y desecho”.
He leído al respeto, no se en que pasaje de estos libros, que dice Jesús que hay oraciones que aburren hasta el Ángel de la Guardia de ciertas almas.
He leído al respeto, no se en que pasaje de estos libros, que dice Jesús que hay oraciones que aburren hasta el Ángel de la Guardia de ciertas almas.
Y aquí son de recordar las palabras de
Jesús dirigidas a los Fariseos, que se creían que la religión solo consistía en
cumplir con los deberes externos de la Ley: Las abluciones de las manos antes
de la comida, teniendo las manos del alma manchadas de podredumbre; el descanso
absoluto del Sábado, el pago del impuesto del comino y de la menta, y un largo
repertorio de recomendaciones externas.
“Las
prostitutas y los publicanos os precederán en el Reino de los Cielos”.
ORACIÓN PODEROSA QUE SE OFRECE PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO Y PARA LAS
QUE ESTÁN EN PECADO MORTAL
Padre Eterno, os ofrezco la Preciosísima Sangre de
Vuestro Amadísimo Hijo Jesús, junto con todas las misas
que se celebran hoy día en todo el mundo,
por las benditas almas del Purgatorio,
por los pecadores en todas partes,
por los pecadores en la Iglesia Universal.
Para los pecadores de nuestra familia
y de nuestro hogar
y de nuestro hogar
Amén.
PROMESA EXTRAORDINARIA DE CRISTO
El Salvador aseguró a Santa
Gertrudis la Magna, religiosa cisterciense del Monasterio de Helfta en Eisleben
(Alemania), a finales del siglo XIII, que esta oración liberaría a mil almas
del Purgatoria cada vez que se ofreciese, extendiéndose también la promesa a la
conversión y salvación de las que todavía pertenecen a la Iglesia militante en
la Tierra.
CONSIDERACIONES IMPORTANTES
Se recomienda encarecidamente su
rezo diario, pues es incalculable el bien que podemos hacer a las almas si se
recita varias veces, consiguiéndose además la salvación de miles de almas,
dentro y fuera de la Iglesia, y en la propia familia.
Medítese en la inmensa gloria que
alcanzará quien lo hiciere así, en las gracias que obtendrá, en los pecadores
que salvará, en las ánimas que liberará, en la ayuda y protección continua de
estos desde el Cielo etc., etc…
Piénselo bien cada uno, y comience
ya desde hoy mismo su rezo, mientras hay tiempo, pues todo pasa, y pasa pronto.
Y el tiempo no vuelve jamás. No mueras con las manos vacías de buenas obras.
Con licencia eclesiástica
(Se autoriza su reimpresión y difusión).
(Se autoriza su reimpresión y difusión).
viernes, 12 de octubre de 2012
LA DEMOSTRACIÓN DE LA SANTIDAD DEL PATRÓN DE LOS SACERDOTES DEL MUNDO ENTERO
LA FIGURA DE UN GRAN SANTO
El cuerpo incorrupto del Santo Cura de Ars |
Aquí esta la figura del Cura de Ars, con su cuerpo incorrupto, uno de los más grandes Santos de la Iglesia Católica Romana, y en esta persona están resumidas todas las características que son comunes a los Santos.
En el Libro de Monseñor Trochú, donde está tan bien relatada sus obras y su vida, se destacan de una manera ejemplar todos los atributos de este gran Santo:
Su gran humildad
Esta Virtud que es el fruto de uno de los dones del Espíritu Santo, llamado Temor de Dios, está siempre presente en todos los santos, y a ese efecto aún recuerdo cuando estudiaba hace 65 años en los H.H. maristas en Francia: Un predicador indicó a los alumnos una anécdota, que relata de una manera precisa una de las condiciones necesarias para la santidad. Es una simple pregunta a un presunto santo, y de su respuesta, se deduce inmediatamente si esa santidad es auténtica, o una superchería, artimaña de Satanás para confundir a la gente.
En un Monasterio, había una monja que hablaba maravillas, y que dejaba a las hermanas maravilladas por sus conocimientos.
Fue llamado al monasterio, cierto erudito eclesiástico, para examinar esa supuesta santa que hablaba maravillas.
El Sacerdote mandó reunir a toda la comunidad, e hizo una simple pregunta: ¿Cual de vosotras es la Santa que tengo que examinar?. Se adelantó una monja que dijo: "¡Soy yo, Padre!"
El examinador se despidió enseguida sin dar explicación alguna, ya qué la razón era más que evidente: El verdadero santo, debido a la presencia de Dios, que alumbra todas las imperfecciones del alma, cuando más cerca se encuentra de Dios, más se ve miserable e imperfecta, lo que le causa siempre una profunda humildad, directamente proporcional a la intensidad de esa presencia y produce en el alma un desasosiego, que le durará mucho tiempo en la vida, hasta que esté completamente purificada por la noche oscura pasiva y activa del alma, como así lo explica el gran San Juan de la Cruz.
Ese sufrimiento es parecido al que tiene el alma en el Purgatorio, en donde la presencia de Dios y su gloria contemplada en el Juicio particular, le hacen añorar su presencia, que ve aún lejana por su imperfección, al compararla con la de Jesús.
Cuando el Santo Cura de Ars empezó a tener fama en toda Francia, debido a todos los peregrinos que acudían constantemente, llegando a crearse un servicio de diligencias desde París, para ir a confesarse con él, la Iglesia primero le quiso nombrar canónigo, lo que hizo que el Santo recibió la distinción de su Obispo, como un condenado que recibe la notificación de su condena, al poco tiempo vendió el sobrepelliz que le había puesto el Obispo y entregó el dinero a sus pobres.
Algún tiempo después, le escribió a su Obispo diciéndole que ¡le habían dado un buen dinero para sus pobres por el sobrepelliz que había vendido, y le pidió si podía mandarle otro más para venderlo!
Después el gobierno francés, en tiempo de Napoleón III, le quiso otorgar la Legión de honor, lo que rechazó inmediatamente, al enterarse de que ese premio no traía ningún beneficio pecuniario para sus pobres, alegando: "No la quiero, si la acepto, en el día del Juicio, Dios me dirá: "¡Ya tienes tu recompensa, vete de mi presencia!".
Pero el ejemplo de más grande humildad, fue cuando, debido a su dificultad para aprender el latín en el seminario, y a la envidia que causaba a los párrocos de los pueblos vecinos el desfile cada vez mayor de peregrinos, estos redactaron y firmaron una carta dirigida al Obispo, aconsejándole de despedirlo de su parroquia, porque debido a su ignorancia, apartaba a los fieles de la verdadera fe.
El santo Cura aprovechó la carta, para estampar él también su firma, pidiendo el traslado, ya que quería ir a llorar sus pecados al monasterio de los Trapenses.
Otro ejemplo, no menos significativo, fue cuando recibió una carta anónima de un Párroco vecino, pidiéndole que abandonara su ministerio debido a su incultura. El Santo le contestó, porque reconoció su letra, y le dijo que solo él lo entendía, y que le ayudara a convencer al Obispo de mandarlo con los Trapenses.
Naturalmente, el Párroco se dio entonces cuenta de su Santidad, y vino a arrodillarse ante él para pedirle perdón.
Cuando el Santo Cura de Ars empezó a tener fama en toda Francia, debido a todos los peregrinos que acudían constantemente, llegando a crearse un servicio de diligencias desde París, para ir a confesarse con él, la Iglesia primero le quiso nombrar canónigo, lo que hizo que el Santo recibió la distinción de su Obispo, como un condenado que recibe la notificación de su condena, al poco tiempo vendió el sobrepelliz que le había puesto el Obispo y entregó el dinero a sus pobres.
Algún tiempo después, le escribió a su Obispo diciéndole que ¡le habían dado un buen dinero para sus pobres por el sobrepelliz que había vendido, y le pidió si podía mandarle otro más para venderlo!
Después el gobierno francés, en tiempo de Napoleón III, le quiso otorgar la Legión de honor, lo que rechazó inmediatamente, al enterarse de que ese premio no traía ningún beneficio pecuniario para sus pobres, alegando: "No la quiero, si la acepto, en el día del Juicio, Dios me dirá: "¡Ya tienes tu recompensa, vete de mi presencia!".
Pero el ejemplo de más grande humildad, fue cuando, debido a su dificultad para aprender el latín en el seminario, y a la envidia que causaba a los párrocos de los pueblos vecinos el desfile cada vez mayor de peregrinos, estos redactaron y firmaron una carta dirigida al Obispo, aconsejándole de despedirlo de su parroquia, porque debido a su ignorancia, apartaba a los fieles de la verdadera fe.
El santo Cura aprovechó la carta, para estampar él también su firma, pidiendo el traslado, ya que quería ir a llorar sus pecados al monasterio de los Trapenses.
Otro ejemplo, no menos significativo, fue cuando recibió una carta anónima de un Párroco vecino, pidiéndole que abandonara su ministerio debido a su incultura. El Santo le contestó, porque reconoció su letra, y le dijo que solo él lo entendía, y que le ayudara a convencer al Obispo de mandarlo con los Trapenses.
Naturalmente, el Párroco se dio entonces cuenta de su Santidad, y vino a arrodillarse ante él para pedirle perdón.
jueves, 11 de octubre de 2012
PALABRAS DE JESÚS: EL MUNDO HABRÍA DESAPARECIDO SI NI FUERA POR MARÍA
EN ESTE CUADRO DEL SIGLO XVI, QUE CONTIENE UN MENSAJE EN CASTELLANO ANTIGUO, SE VE A NUESTRA MADRE DE RODILLAS, CON UN PAÑUELO EN LA MANO, PARA SECAR SU LLANTO, IMPLORANDO A DIOS MISERICORDIA PARA LOS PECADORES
PALABRAS IMPRESIONANTES DE JESÚS SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, SU MADRE, QUE DEJARÁN A TODOS LOS PROTESTANTES QUE LA MENOSPRECIAN COMPLETAMENTE ASOMBRADOS.
Palabras nunca oídas sobre la Santísima Virgen María, que solo pueden venir de la mente de Dios, y que sobrepasa la compresión humana. Solo Jesús, como Hijo de Dios y de María, puede demostrar con esas reflexiones arcanas e inconcebibles para un ser humano, la grandeza de María, su poder como Madre de la Humanidad, que ella también, como Corredentora, ha rescatado con su tremenda pasión, lo que la hace puente entre Dios y la Humanidad.
REVELACIONES DE JESÚS A MARÍA VALTORTA
“La Eucaristía es mi Sangre y mi Cuerpo. ¿Pero habéis pensado alguna vez que esa Sangre y ese Cuerpo han sido formados con la sangre y la leche de María?
Ella, la Purísima que acogió al Cielo en su seno vistiendo con sus carnes de candor inmaculado al Verbo del Padre después de las bodas divinas con el Espíritu Santo, no se ha limitado a generar el Salvador: le ha nutrido con su leche. Por lo cual, vosotros, hombres que os alimentáis de Mí, mamáis la leche de María que se ha hecho sangre en Mí.
Ella, la Purísima que acogió al Cielo en su seno vistiendo con sus carnes de candor inmaculado al Verbo del Padre después de las bodas divinas con el Espíritu Santo, no se ha limitado a generar el Salvador: le ha nutrido con su leche. Por lo cual, vosotros, hombres que os alimentáis de Mí, mamáis la leche de María que se ha hecho sangre en Mí.
La leche virginal. ¿Cómo podéis por
tanto permanecer tan a menudo esclavos de la carne, si desciende en vosotros,
junto con mi Sangre, esta leche inmaculada? Es como si una fuente de Pureza
celestial vertiera en vosotros, su chorro de agua ¿Y no os deja limpios? ¿Cómo
podéis ser así cuando en vosotros circula la leche de la Virgen y la Sangre del
Redentor? Cuando os acercáis en mi mesa es como si acercareis vuestra boca al
pecho castísimo de la Madre.
Pensadlo, hijos que poco os amáis. Yo
estoy contento de que maméis de este pecho del que recibí el alimento. Pero
quisiera que, como infantes nutridos por un pecho, aumentara en vosotros la
vida, quisiera que crecierais y os robustecierais. La leche de la nodriza
comunica, además de la vida material, tendencias morales. ¿Cómo podréis
vosotros, nutridos de ese pecho purísimo, no tomar semejanza espiritual de
María? Ella os estrecha al pecho, tan flacos, enfermos y sucios como estáis. Y
os limpia, os nutre, os lleva ante su Primogénito porque quiere que le améis.
Si no fuera por los cuidados de María,
las oraciones de María, la raza humana ya no existiría. La hubiera cancelado
porque verdaderamente vuestro vivir ha tocado lo profundo del Mal y la Justicia
está herida, y la Paciencia está colmada, y el castigo está preparado. Pero
está María que os ampara con su manto, y aunque Yo puedo, solo con volver la
mirada, hacer que se postre el Paraíso y también los astros, nada puedo contra
mi Madre.
Soy su Dios, pero sigo siendo su Niño.
Sobre este corazón he reposado en el primer sueño de niño, y en el último de la
muerte, y conozco todos los secretos de ese corazón. Sé por tanto, que
castigaros sería traspasar de dolor a la Madre del género Humano, a la Madre
verdadera, que siempre espera poder conduciros a su Hijo.
Soy su Dios, pero ella es mi Madre. Y
Yo, perfecto en todo, os soy Maestro también en esto: en el amor por la Madre.
A quien aún cree, en el mundo, Yo digo:
“La salvación del Mundo está en María”.
Si supierais como Dios se retira en lo
profundo, ante la marea, cada vez más creciente de los delitos que cometéis,
vosotros deicidas, vosotros fratricidas vosotros violadores de la Ley, vosotros
fornicarios, vosotros adúlteros, vosotros ladrones, vosotros sentina de vicios,
temblaríais. Pero os habéis vuelto necios.
Antes era Yo el puente entre el mundo y
el Cielo, pero verdaderamente, ante vuestra insistencia en el Mal, Cristo se
retira como en otro tiempo en Jerusalén porque “la hora aún no ha llegado” y
Cristo, antes de la hora, os deja en vuestro Mal para que lo cumpláis.
Ahora María queda como el único puente.
Pero si la despreciáis también a Ella, seréis aplastados. No permito que sea
escarnecida aquella a quien el Espíritu Santo descendió para generarme, Hijo de
Dios y Salvador del Mundo.
martes, 9 de octubre de 2012
LAS SEÑALES PRECURSORAS DEL FIN DEL MUNDO Y DE LA VENIDA DEL ANTICRISTO
En este relato, de Jesús a María Valtorta del año 1.943, podemos
apreciar de una manera sorprendente e impactante, todos los
acontecimientos profetizados, previos a la venida del Antecristo, como son la crisis económica actual, el
trastorno de la naturaleza, que se rebela contra los pecados de la Humanidad,
con sus secuelas actuales de grandes fríos y de prolongadas sequías, de
inundaciones y terremotos, y el triunfo del mal y del pecado en la Sociedad. La
aparición de los falsos profetas primero de la Teología de la liberación, y
ahora de la Teología de la secularización, queriendo destruir la obediencia a
la Jerarquía impuesta por Jesús a Pedro y a sus sucesores y sustituirla por la
dictadura del pueblo, que siempre obedece a las modas y a Satanás. Y lo que es
más grave: la traición de cierta Jerarquía a la Doctrina tradicional de la
Iglesia, y a las enseñanzas de Jesús. Esa futura traición está fijada en los dos
tercios de los consagrados, es decir el 66% de sus miembros.
Pero parece deducirse de esta aclaración, que antes del fin de los
tiempos, vendrá un periodo de conversión Religiosa, que durará un tiempo
bastante breve, siendo un misterio como se reconvertirán toda la horda de
disidentes, infiltrados ya en la Iglesia. Este periodo de esplendor y
florecimiento, durará un breve tiempo, y terminará con la venida del
Antecristo, y la terrible Pasión de la Iglesia, con la acción del personaje más
siniestro de la historia de la Humanidad, que anulará el Sacrificio Perpetuo,
lo que propiciará la intervención directa de Dios, y el fin del mundo, del
pecado, de la impiedad y del sufrimiento de los pobres y los indefensos,
víctimas de los hijos de Satán, como así ocurre en las selvas en donde los animales
más débiles, enfermos e indefensos son las víctimas predilectas de las fieras.
Juicio contra Judá del Profeta Sofonías (Sof 1-1,8)
Voy a barrerlo todo de la superficie de la Tierra
Oráculo del Señor. Barreré hombres y ganados,
barreré aves del cielo y peces del mar;
haré perecer a los malvados, eliminaré a los hombres
de la superficie de la Tierra, oráculo del Señor.
Extenderé mi mano contra Judá
y contra los habitantes de Jerusalén,
y eliminaré de este lugar hasta el último resto de Baal,
hasta el nombre de sus servidores y de sus sacerdotes;
eliminaré hasta los que se postran en las terrazas
ante los astros del cielo; a los que se postran ante el Señor
y al mismo tiempo juran por Milcón;
a los que abandonan al Señor y no lo buscan ni lo consultan.
Silencio ante el rostro del Señor,
porque está cerca el día del Señor;
el Señor ha preparado un sacrificio
y ha consagrado a sus invitados.
El día del sacrificio del Señor
castigaré a ministros y príncipes,
a los que visten como extranjeros
Dice
Jesús:
“Cuando
hago decir a Sofonías que me llevaré cuanto hay en la Tierra, le hago
profetizar lo que sucederá en la antevigilia de los últimos tiempos, lo que Yo
mismo anuncié después hablando, encubierto bajo la descripción de la ruina del
Templo y de Jerusalén, de la destrucción del mundo, y cuando profetizó el
Predilecto en su Apocalipsis.
Las
voces se suceden. Más aún, puedo decir que, como un edificio sagrado elevado
para dar testimonio de la gloria del Señor, las voces suben de pináculo en
pináculo, de profeta a profeta antecediendo a Cristo, hasta la culminación
mayor en la que habla el Verbo durante su vivir de hombre, y después, bajando
de pináculo a pináculo a través de los siglos, por boca de los profetas que
siguieron a Cristo.
Es
como un concierto que canta las alabanzas, los deseos, las glorias del Señor, y
que durará hasta el momento en que las trombas angélicas reunirán a los muertos
de los sepulcros y a los muertos del espíritu, a los vivientes de la tierra y a
los vivientes del Cielo para que se postren ante la gloria visible del Señor y
oigan la palabra de la Palabra de Dios, esa Palabra que muchísimos han rechazado
o descuidado, desobedecido, escarnecido, despreciado esa palabra que vino, Luz
del Mundo y que el Mundo no quiso acoger prefiriendo las tinieblas.
Yo soy la cúspide del edificio de Dios. No puede existir palabra más alta y verdadera que la mía. Pero mi Espíritu está en la boca de las “palabras” menores, porque todo lo que habla de lo que es de Dios es palabra inspirada por Dios.
Yo soy la cúspide del edificio de Dios. No puede existir palabra más alta y verdadera que la mía. Pero mi Espíritu está en la boca de las “palabras” menores, porque todo lo que habla de lo que es de Dios es palabra inspirada por Dios.
La carestía y la mortandad de las
epidemias serán uno de los signos precursores de mi segunda venida. Los castigos
creados para corregiros y volver a llamaros a Dios causarán, con dolorosa
potencia, una de las selecciones entre los hijos de Dios y de Satanás.
El hambre producido por los robos y las
malditas guerras, queridas sin justificación de independencias nacionales, sino sólo
por la ambición del poder y la soberbia de los demonios con apariencia de
hombres, producido por el detenerse de las leyes cósmicas, por voluntad de
Dios, por lo qué el hielo será áspero, y prolongado, por la qué el calor quemará
y no será mitigado por las lluvias, por lo qué las estaciones serán invertidas
y tendréis sequedad en las estaciones de las lluvias y lluvias en el tiempo de
la maduración de las mieses, así qué engañadas por la templanza repentina o el
frescor insólito, las plantas florecerán fuera de estación y los árboles se
recubrirán, después de haber generado, de nuevas flores inútiles, que
aprisionan sin fruto la planta – porque todo desorden es nocivo y conduce a la
muerte, recordarlo, hombres – el hambre atormentará cruelmente esta raza
perversa y enemiga de Dios.
Los animales, privados de forraje y
pienso, de grano y semilla, morirán de hambre y, por el hambre del hombre,
serán destruidos sin darles tiempo de procrear.
Los
pájaros del cielo y los peces de las aguas, piaras y rebaños, serán asaltados
por todas partes para dar a vuestros vientres el alimento que la tierra sólo
producirá escasamente.
La
mortalidad, creada por las guerras y las pestes, los terremotos y los
naufragios, precipitará en el más allá a los buenos y a los malos. Los primeros
para vuestro castigo – porque privados de los mejores, empeoraréis cada vez más
– los segundos para su castigo, porque tendrán el Infierno por morada antes de
la hora prevista.
Vosotros
seréis la víctima preparada para el Señor para purificar el altar de la Tierra,
profanada por el pecado de idolatría, de lujuria, de odio, de soberbia, hombres
que perecéis a miles y a decenas de miles bajo la segunda guadaña de los
fulgores divinos.
Caeréis
unos sobre otros como la hierba segada sobre un prado en abril: las flores
santas mezcladas con las venenosas, los delicados tallos con los punzantes
espinos. La mano de mis Ángeles escogerá y separará a los benditos de los
malditos, llevando los primeros al Cielo y dejando los segundos a los tridentes
de los demonios para pasto del Infierno.
Ser reyes o mendigos, sabios o ignorantes, jóvenes o viejos, guerreros o sacerdotes no constituirá diferencia ni baluarte contra la muerte. Habrá un castigo y será tremendo.
Ser reyes o mendigos, sabios o ignorantes, jóvenes o viejos, guerreros o sacerdotes no constituirá diferencia ni baluarte contra la muerte. Habrá un castigo y será tremendo.
El ojo de Dios escogerá a los destinados
quitando las “luces” para que no tengan que sufrir más la neblina creada por
los hombres unidos a Satanás, quitando las “tinieblas” generadoras de tinieblas
porque están poseídas por el padre de las tinieblas: Satanás.
El ojo de Dios, que penetra en los
palacios, en las iglesias, en las conciencias – y no hay barreras ni hipocresía
que le impida ver – escudriñará en el seno de la Iglesia: la Jerusalén de
ahora, escudriñará en el seno de las almas y escribirá el decreto personal para
los dolientes, los indiferentes, los tibios, los rebeldes, los traidores, los
homicidas del espíritu, los deicidas.
No,
no creáis que Dios no hará ni bien ni mal por vuestras obras. Yo os lo juro, lo
juro a Mí mismo, lo juro por mi Justicia, lo juro por triple juramento, os haré
bien por el bien que hagáis y mal por el mal que hayáis realizado.
Si
las impurezas de la carne y de vuestra vida de animales ponen una costra en
vuestros ojos para impediros ver a Dios, a Dios nada le empaña. Dejaré caer mi
mano sobre los que se complacen de estar en el barro y allí quieren quedarse a
pesar de las llamadas y los medios que les doy para salir. Serán barro en el
barro, porque hacen del barro del pecado el alimento preferido para su hambre
impura.
El
día se acerca, hijos que habéis renegado al Padre. El tiempo de la Tierra es
largo y breve al mismo tiempo. […]
Quien
trabajó en la última hora será admitido en el Reino como quien trabajó con el
arado, desde la aurora hasta la tarde anticipada, cansado hasta caer sobre él.
No os lamentéis de tener una morada distinta en el cielo; allí no existen las
mezquindades de las envidias humanas. Pero conquistad este Cielo que he creado
para vosotros y que os he abierto con mi muerte de Cruz.
Venid
al Señor, antes que el Señor venga a vosotros con su majestad de Juez.
Respeto
a vosotros, mis dilectos, permaneced en el camino que habéis escogido. Los
vendavales y las tempestades no lograrán haceros perder la meta que soy Yo, que
tengo el corazón abierto para recibiros con el más vivo beso de Amor. Dejad que
caigan los reinos y los pueblos, y que lo que ahora se cree potente se
convertirá en cenizas y escombros, y lo que ahora se cree con el derecho de
dictar deseos y doctrinas se convierta en polvo triturado por la Voluntad y la
Ley de Dios1.
En
mi breve Reinado sobre el mundo, seré Yo quien reine, Yo y el resto de mi Pueblo,
esto es, los fieles verdaderos, los que no han renegado de Cristo y recubierto
el signo de Cristo con la tiara de Satanás. Entonces, caerán las falsas
deidades de los superpoderes, las doctrinas obscenas que reniegan de Dios,
Señor omnipotente.
Mi Iglesia, antes de que se acabe la
hora del mundo, tendrá su triunfo resplandeciente. No hay nada distinto en la
vida del Cuerpo místico de cuanto hubo en la vida de Cristo. Se dará el hosanna
de la vigilia de la Pasión, el hosanna cuando los pueblos, fascinados por la
Divinidad, plegarán sus rodillas ante el Señor. Después vendrá la Pasión de mi
Iglesia Militante, y al final, la gloria de la Resurrección eterna en el Cielo2.
¡Oh
bienaventuranza la de aquel día en el que habrán acabado para siempre las insidias,
las venganzas, las luchas de esta tierra, de Satanás, de la carne! Mi Iglesia
estará entonces compuesta por los verdaderos cristianos. Entonces, en el
penúltimo día. Pocos como al inicio, pero santos como al inicio. Acabará en
santidad, como en santidad comenzó. Se quedarán fuera los mentirosos, los
traidores, los idólatras. Los que en el último día imitarán a Judas, y venderán
su alma a Satanás dañando al Cuerpo Místico de Cristo. La bestia tendrá en
ellos sus lugartenientes para su última guerra.
Y ¡ay de quien en Jerusalén, en los
últimos tiempos, se haga culpable de tal pecado! ¡Ay de quienes en ella,
aprovechen su apariencia para provecho humano! ¡Ay de quienes dejen perecer a
los hermanos y dejen de hacer de la palabra que
les he confiado el pan de las almas hambrientas de Dios! ¡Ay! No haré
diferencia entre quien reniegue abiertamente de Dios y quien lo reniegue con
las obras. Y en verdad os digo, con el dolor del Fundador por excelencia, que
tres cuartos de mi Iglesia me renegará en la última hora, y tendré que
amputarles del tronco como ramas muertas y corrompidas por una lepra inmunda 3.
Pero
vosotros, que permanecéis en Mí, oíd la promesa de Cristo. Esperadme con
fidelidad y amor y Yo vendré a vosotros con todos mis dones. Con el don de los
dones: Yo mismo. Vendré para redimir y curar. Vendré para iluminar a las
tinieblas, vencerlas y hacerlas huir. Vendré para enseñar a los hombres a amar
y adorar al Dios Eterno, el Señor altísimo, el Cristo Santo, el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo. Vendré no para traeros la paz de este mundo, eterno
destructor de la Paz, sino la Paz del Reino que no muere.
Regocijaos,
mis siervos fieles. Os dice esto la boca que no miente. Ya no tendréis que
temer ningún mal porque pondré fin al tiempo del mal, anticiparé este final por
piedad hacia mis benditos.
Regocijaos
sobre todo vosotros, mis amados de entonces. Para vosotros será todavía más
solícito el adviento de Cristo y su abrazo de gloria. Y se abren para vosotros
las puertas de la Ciudad de Dios y sale vuestro Salvador para venir a vuestro
encuentro a daros la Vida verdadera.
Todavía
un poco y después vendré. Como para Lázaro, mi amigo, os llamaré uno a uno:
“¡Sal fuera!”. Fuera de esta tierra que es tumba para el espíritu encarcelado
en la carne. Fuera. En la Vida y la libertad del Cielo.
Llamadme
con vuestro amor fiel. Qué él sea la llama que funde las cadenas de la carne y
da al espíritu la libertad de venir pronto a Mí. Pronunciad
el grito más bello escrito por hombre:
“¡VEN, SEÑOR JESÚS!”
1: Alusión directa a los nuevos teólogos de la “secularización”, que
están predicando incansablemente una doctrina “descafeinada”, una vida de
virtudes “light”, con una Iglesia “Peregrina”, que quieren transformar de
Reino, en Democracia popular.
2: La Iglesia como ocurrió en la Entrada gloriosa de Jesús en
Jerusalén, donde fue recibido con aclamaciones, tiene que tener, como el
Salvador, una gloria deslumbrante pero efímera.
Después de este breve periodo de tiempo, vendrá la hora de su Pasión
con la depravación y la persecución con la venida del Antecristo. La Iglesia
morirá cuando no se pueda celebrar el Sacrificio eterno, como lo profetizó el
Profeta, será el fin del mundo, y la Resurrección final de todos los muertos,
con el Juicio Final, y la derrota definitiva de Satán, sellado para toda la
Eternidad, con sus seguidores, en los Infiernos, el Reino de las Tinieblas, y con
el triunfo definitivo de Jesús y de sus hijos, en el Reino de la Luz.
3: Clarísima alusión a los seglares, y sobre todo a la Jerarquía Católica
Romana, que ha tomado un rumbo completamente opuesto a las enseñanzas de los
Santos Padres, de la Tradición cristiana, y de las enseñanzas de la Sagrada
Escritura, lo que es una clarísima traición a las enseñanzas de Jesús.
Y aquí se encuentran los antiguos teólogos de la “liberación”, los
nuevos teólogos de la “secularización”, los grandes teólogos renegados de su Congregación
Religiosa, traicionando a su Fundador, son los nuevos escribas y fariseos, que
saben Griego, Hebreo y Latín, y que están apoyados y admirados por todas las
hordas de libre-pensadores, agnósticos, abortistas, feministas, masones,
educadores para la ciudadanía, divorcistas, eutanasistas activos, y un sin fin
de vividores y de hedonistas.
Sin hablar de muchos Jerarcas que niegan el Infierno, las posesiones
diabólicas, que predican la relajación de las costumbres con el argumento de
que “Dios te quiere como eres”, y que, según ellos ama a todos de la misma manera: a los más sádicos
pecadores que los más grandes ascetas, no sabiendo lo más elemental de la Doctrina
tradicional católica: Dios ama al pecador para que con su amor, llegue a
cambiar de conducta: se llama amor de compasión, como tan bien lo explica el
gran San Juan de la Cruz, y Dios ama al Virtuoso, con el Amor unitivo porqué se
une místicamente con él en el matrimonio espiritual entre el alma y su esposo
Jesús-Dios, como también y tan bien lo explica el santo Doctor.
domingo, 7 de octubre de 2012
COMO PUEDE ACTUAR LA EUCARISTÍA, EL SUPREMO DON DEL AMOR INFINITO DE DIOS
LA FUERZA DE LA EUCARISTÍA ES PROPORCIONAL AL GRADO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD DEL ALMA
Descripción de la analogía que existe entre al pan y el vino que es el alimento del cuerpo, con la Sagrada Eucaristía que es el alimento del alma. El primero es un alimento de una presencia real, el segundo es un alimento de la presencia del Cuerpo y la Sangre de Jesús, escondidos.
Ahora bien, los alimentos para alimentar el cuerpo material, no necesitan ninguna virtud teologal para saber que son necesarios para nuestro sustento, sin embargo, los alimentos Eucarísticos necesitan la creencia en la presencia de Dios, para que actúen en el alma. Creencia que se tiene que demostrar no solo por las palabras, como predican los Protestantes que se creen que están justificados por la Fe, pero sobre todo por los hechos de nuestra vida, que son el volver a nacer a una vida espiritual, como así lo explicó Jesús a Nicodemo.
Sin estas condiciones necesarias y suficientes, la Eucaristía nunca actuará en el alma, ni producirá sus frutos que son la salud y la fuerza del alma, para poder luchar y triunfar de sus tres enemigos naturales que son el Mundo el Demonio y la Carne. Por esta razón se ha aplicado desde siempre a la Iglesia el adjetivo de "Militante", precisamente porque tiene que presentar batalla a esos terribles enemigos.
Pero ahora se le ha aplicado a la Santa Iglesia un nuevo atributo: ha pasado de ser militante a llamarse "Iglesia peregrina", como si esta vida fuera un alegre peregrinaje, y en ese caso, no comprendo por qué no se llaman a esos tres enemigos del alma "compañeros de peregrinaje".
De los cuadernos de María Valtorta
18 de Junio de 1.943
Dice Jesús:
"Para mantener las fuerzas físicas hay que nutrir el cuerpo. El indigente que no puede comprar el alimento, lo mendiga a los ricos. Normalmente pide pan. Sin el pan es imposible la vida.
Vosotros sois pobres que necesitáis alimento para vuestra alma. A vuestra pobreza Yo he dado el Pan Eucarístico. El os nutre la médula del alma, da vigor al espíritu, sostiene las fuerzas espirituales, aumenta el poder de todas las fuerzas intelectuales, porque donde hay vigor de vida hay también vigor de mente.Alimento sano que comunica salud. Alimento verdadero que infunde vida verdadera. Alimento sano que suscita santidad. Alimento divino que da a Dios.
Pero además de pobres, sois enfermos, débiles no solo por la debilidad que produce la falta de alimentos y que cesa con éste. Sois débiles por las enfermedades que os extenúan. ¡Cuantas enfermedades tienen vuestra alma! ¡Cuantos gérmenes os inocula el Maligno para crear estas enfermedades! A quien está débil y enfermo es necesario darle no sólo pan sino también vino.Yo en mi Eucaristía os he dejado los dos signos de lo que necesita vuestra naturaleza de hombres pobres y vuestra debilidad de hombres enfermos. Pan que nutre, vino que fortalece.
Hubiera podido comunicarme con vosotros sin signos externos. Puedo hacerlo. Pretendéis demasiada pesantez para captar lo espiritual. Vuestros sentidos externos necesitan ver. Vuestra alma, vuestro corazón, vuestra mente se rinden solamente, y aún así con fatiga, ante las cosas visibles y palpables. Es tan cierto que aunque lleguéis a creer en Mí en la Eucaristía y a recibirme en la Hostia, la gran mayoría no admitís la infusión del Espíritu en vosotros, de quien os vienen latidos, luces, impulsos de obras buenas.
Si creyerais con esa fuerza de la que es digna el Misterio, sentiríais, al recibirme en vosotros una vida. El acercarme a vosotros os debería quemar como al acercarse a una caldera ardiente. Mi estar en vosotros os debería sumergir en un éxtasis que os abstraería lo profundo del espíritu en un rapto de Paraíso. El fundirse de vuestra humanidad enferma con mi Humanidad perfecta os traería salud hasta física, por lo cual, enfermos corporalmente, resistiréis a las enfermedades hasta que Yo dijese "Basta" para abriros al Cielo. Os daría inteligencia para entender rápida y justamente. Os haría impenetrables a los asaltos desenfrenados o a las sutiles insidias de la Bestia.
En cambio puedo hacer bien poco porque entro donde la fe es lánguida, donde la caridad es superficial, donde la voluntad está decaída, donde la humanidad es más fuerte que el espíritu, donde sobre todo, no os esforzáis en reprimir la carne para que emerja el espíritu. No os esforzáis para nada. Esperáis en Mí el milagro. Nada me prohíbe cumplirlo. Pero Yo quiero de vuestra parte al menos el deseo de merecerlo.
A quien se dirige a Mí gritando que le ayude imitando la fe de las muchedumbres de Galilea, Yo me comunicaré no solo con mi Cuerpo y mi Sangre, sino con mi Caridad, con mi Inteligencia, con mi Fuerza, con mi Voluntad, con mi Perfección, con mi Esencia. Estaré, con el alma que quiere venir a Mí, como estoy en el Cielo, en el seno del Padre del que procedo generando el Espíritu que es Caridad y vértice de perfección".
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