MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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lunes, 15 de octubre de 2012

LOS MÁS GRANDES MÍSTICOS: SAN JUAN DE LA CRUZ Y SANTA TERESA DE JESÚS

Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, los más grandes Místicos, Reformadores del Carmelo




La Transverberación de Santa Teresa de Jesús




        Hoy, traigo a la portada de este escrito, la famosa estatua de Bernini sobre el milagro de la Transverberación, espléndida obra de arte barroca, que se encuentra en Roma, y que recuerda el fenómeno místico, que tuvo lugar cuando la Santa invocó al Espíritu Santo, cantando el himno "Veni Creator Spiritus".

         Santa Teresa cuenta en el libro de su Vida, como un Ángel, al estar su corazón como "encasquillado" por el fuego del Amor que sentía, y que le llagaba el alma, se le apareció y le traspasó el corazón con un dardo de fuego, agitándolo para  atizar ese corazón abrasado.


           Dice la Santa que esta acción le produzco un deleite en el alma, de una intensidad tal, que se reflejó en su cuerpo material, por la unión intrínseca que existe entre el alma y el cuerpo, que es como la unión Trinitaria, de Dios Padre con su divino Hijo, producida y atizada por la acción del Santo Espíritu.

         Y aquí se entiende desde el punto de vista místico, la verdad de lo que está escrito en el Génesis: que Dios Uno y Trino creó el hombre a su imagen y semejanza. También se entienden las palabras de Jesús que dijo que al hombre se le puede perdonar todos los pecados, menos el pecado contra el Espíritu Santo, porque su acción, es  necesaria para completar ese gran misterio Trinitario, que es la recreación del ser humano, transformándolo no solo en la imagen de Dios, pero sobre todo en otro Dios por participación. 


         Sin esta acción del Santo Espíritu, el hombre no puede entrar en el Reino de Dios, algunos pocos ya lo consiguen en la Tierra, con estos fenómenos místicos, otros en el Purgatorio, escuela de Amor, y otros no lo conseguirán nunca, ya que el Espíritu Santo que es el Amor de Dios, ha sido sustituido por el espíritu de Satán, que es el odio, acción que lo ha transformado en otro Demonio, fiel imagen de su padre tenebroso.

         Este hecho extraordinario, que creo que se conoce que ocurrió solo en esa gran Santa, lo que se comprobó al observar su corazón traspasado por el dardo del Serafín, después de muerta, lo describe en su Obra, la llama de Amor viva, el Gran San Juan de la Cruz, como si fuera un fenómeno de los más normales. y así como Santa Teresa confiesa que desconoce la categoría de ese Ángel, San Juan de la Cruz dice: A veces, cuando el alma está llagada de Amor, estando en oración acaece, que se presenta un Serafín, que aviva el fuego del incendio de Amor del alma, atizando el corazón con un dardo inflamado, ¡como si fuera un acontecimiento de los más normales!


Llama de Amor viva de San Juan de la Cruz
Canción Nº 2

¡Oh dichosa llaga, hecha por quien no sabe sino sanar! ¡Oh venturosa y muy dichosa llaga, pues no fuiste hecha sino para regalo, y la calidad de tu dolencia es regalo y deleite de tu alma llagada! Grande eres, ¡oh deleitable llaga!, porque es grande tu regalo, pues el fuego de amor es infinito, que según tu capacidad y grandeza te regala. ¡Oh pues, regalada llaga, y tanto más subidamente regalada, cuanto más en el infinito centro de la sustancia del alma tocó el cauterío, abrasando todo lo que se pudo abrasar, para regalar todo lo que se pudo regalar! este cauterío y esta llaga podemos entender que es en el más alto grado que en este estado puede ser; porque hay otras muchas maneras que tiene Dios de cauterizar al alma que ni llegan aquí ni son como ésta, porque ésta es toque solo de la Divinidad en el alma, sin forma ni figura alguna intelectual  ni imaginaria.

Pero otra manera de cauterizar el alma con forma intelectual suele haber muy subida, y es en esa manera: acaecerá que, estando el alma inflamada de amor de Dios, aunque no esté tan calificada como aquí hemos dicho  (pero harto conviene que lo esté para lo que aquí quiero decir), que sienta embestir en ella un Serafín con una flecha o dardo enarbolado encendidísimo en fuego de amor, traspasando a esta alma que ya está encendida como ascua, o como mejor decir, como llama, y cauterízala subidamente; y entonces en este cauterizar traspasándolo con aquella saeta apresúrase la llama del alma y sube de punto con vehemencia, al modo de un encendido horno o fragua cuando la hornaegan o trabucan el fuego y afervoran la llama; y entonces, al herir de este encendido dardo, siente la llaga el alma en deleite sobremanera, porque, demás de ser ella toda removida en gran suavidad al trabucamiento y mocion impetuosa causada por aquel serafín, en que siente grande ardor y derretimiento de amor, siente la herida fina y la yerba con que vivamente iba templando el hierro como una viva punta en la sustancia del espíritu, como en el corazón del alma traspasado.

Y en este íntimo punto de la herida, que parece quedar en la mitad del corazón del espíritu, que es donde se siente lo fino del deleite, ¿quién podrá hablar como conviene? Porque siente el alma allí como un grano de mostaza muy mínimo, vivísimo y encendidísimo, el cual de sí, envía en la circunferencia un vivo y encendido fuego de amor; el cual fuego, naciendo de la sustancia y virtud de aquel punto vivo donde está la sustancia y la virtud de la yerba, se siente difundir sutilmente por todas las espirituales y sustanciales venas del alma según su potencia y fuego, en lo cual siente ella convalecer y crecer tanto el ardor, y en ese ardor, afinarse tanto el amor, que parecen en ella mares de amor amoroso que llega a lo alto y bajo de las máquinas, llenándolo todo de amor ; en el cual parece al alma, que todo el Universo es un mar de amor en que ella está engolfada, no echando de ver ni término ni fin donde se acabe ese amor, sintiendo en sí, como habemos dicho, el vivo punto y centro del amor.

Y de lo que aquí goza el alma, no hay más que decir sino que allí siente cuán bien comparado está en el Evangelio el Reino de los Cielos al grano de mostaza, que, por su gran calor, aunque tan pequeño, crece en árbol grande (Mt 13, 31), pues que el alma se ve hecha como un inmenso fuego de amor que nace de aquel punto encendido del corazón del espíritu.

Pocas almas llegan a tanto como esto, más algunas han llegado, mayormente la de aquellos cuya virtud y espíritu se había de difundir en la sucesión de sus hijos, dando Dios la riqueza y valor a las cabezas a las primicias del Espíritu, según la mayor o menor sucesión que habían de tener en su Doctrina y Espíritu.

Volvamos pues a la obra que hace aquel Serafín, que verdaderamente es llagar y herir interiormente en el espíritu. Y así, si alguna vez da Dios licencia para que salga algún efecto afuera en el sentido corporal, al modo que hirió dentro, sale la herida y la llaga afuera; como acaeció cuando el Serafín hirió a San Francisco, que llagándole el alma de Amor en las cinco llagas, también salía en aquella manera el efecto de ellas al cuerpo, imprimiéndolas también en él y llagándola como también las había impreso en su alma, llagándola de amor. 

Porque Dios, ordinariamente ninguna merced hace al cuerpo que primero y principalmente no la haga en el alma; y entonces, cuando mayor es el deleite y fuerza de amor que causa la llaga dentro del alma, tanto mayor es el de fuera en la llaga del cuerpo, y creciendo uno, crece el otro.

Lo cual acaece así porque estando estas almas purificadas, y puestas en Dios, lo que a su corruptible carne es causa de dolor y tormento, en el espíritu fuerte y sano le es dulce y sabroso, y así es cosa maravillosa sentir crecer el dolor en el sabor. La cual maravilla echó  de ver bien Job en sus llagas, cuando dijo a Dios: Volviéndote a mí, maravillosamente me atormentas (10,16), porque maravilla grande es y cosa digna de la abundancia de la suavidad y dulzura que tiene Dios escondida para los que le temen (Ps 30,20), hacer gozar tanto más sabor y deleite cuanto más dolor y tormento se siente.

Pero cuando el llagar es solamente en el alma, sin que se comunique fuera puede ser el deleite más intenso y más subido; porque, como la carne tenga enfrenado el espíritu, cuando los bienes espirituales del se comunican también a ella, tira el la rienda y enfrena la boca a este ligero caballo del Espíritu y apágale su gran brío, porque si él usa de su fuerza la rienda se ha de romper, pero hasta que ella se rompa, no deja de tenerle oprimido de su libertad, porque, como el Sabio dice, el cuerpo corruptible agrava el alma, y la terrena habitación oprime el sentido espiritual que de suyo comprende muchas cosas (Sap 9,15)

          Parece aquí que el Santo místico, Doctor de la Iglesia, da a entender, que todos esos misterios del alma, como son la Transverberación, y los Estigmas, son hechos que ocurren a las almas ya totalmente purificadas por la famosa noche activa del espíritu.


          El Santo describe tan bien estos fenómenos místicos, que no hay duda de que no solo los conoce, sino que los ha vivido, y aquí aporta un dato impresionante: existen Santos en los cuales, no se ha producido estos milagros, porqué tienen tan reforzado el espíritu y muy refrenada la parte sensitiva del cuerpo material, que esto logra impedir que estas llagas del alma abrasada, se puedan traspasar al cuerpo, y entonces esa unión mística con Dios no se traspone al exterior sino solo se queda en lo más íntimo del alma. 

[...] Pero otra cosa es cuando del espíritu se deriva efecto espiritual en el sentido, porque cuando es así, antes puede acaecer de mucho espíritu, como se ha dado a entender en lo que habemos dicho de las llagas, que de la fuerza interior salen afuera; y como en San Pablo, que, de los grandes sentimientos que tenía de Cristo en el alma, le redundaba en el cuerpo, según él da a entender a los de Galacia, diciendo: "Yo, en mi cuerpo, traigo las heridas de mi Señor Jesús" (Gal 6,17)

          Parece aquí que en este caso, ha acaecido en el alma la purificación total y ha atravesado también la noche pasiva del Espíritu, y la llaga de amor se transmite entonces al cuerpo material, no a través de ese cuerpo, sino a través del sentido inmaterial, como en el caso de San Pablo, y probablemente también, en el caso de San Juan de la Cruz, por qué ¿Quien puede describir tan perfectamente todos esos efectos misteriosos, sino  el que los ha sentido y saboreado en su propio ser?









sábado, 13 de octubre de 2012

EXPLICACION Y ACLARACIONES SOBRE EL ESTADO DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO





      La devoción a las almas del Purgatorio, que antiguamente estaba muy arraigada, parece estar hoy día en desuso, sin embargo como lo podemos ver en este escrito, es una de las prácticas más importantes y queridas por Dios. A este respeto, he tenido la experiencia personal de un familiar, muerto en temprana edad, que dejó a marido y dos hijos aún  jóvenes y que se me apareció en sueños. 

Le pregunté: “¿Estás en el Cielo?”, por toda respuesta se puso a llorar, con lo cual comprendí que necesitaba oraciones. Luego me dio un consejo porqué conocía el resentimiento que tenía hacia ciertos parientes: “Perdona a esos que te han hecho mal, porqué son hermanos tuyos”, a lo cual le contesté: “Yo ya les he perdonado”, Bastante tiempo después se me apareció otra vez, y le pregunté lo mismo, y me contestó con una sonrisa, sin mediar palabra alguna.

        En otra ocasión fui a hacer un retiro espiritual con mi hijo al Monasterio de Yuste, de los frailes Jerónimos, pasamos cerca de un cementerio de soldados alemanes de la segunda guerra mundial, que estaba cerca de ese monasterio, le dije a mi hijo: Vamos a rezar por las almas de esos soldados que están en el Purgatorio. A la noche, estando en mi celda durmiendo, sentí por un largo momento la presencia del Demonio, no pudiendo despertarme, lo  que me causó un gran terror,  que ya conocía de sobra por haberme ocurrido en muchísimas ocasiones. Comprendí que Satán estaba disgustado por la envidia que le causaba el hecho de que un alma alcanzara la Felicidad Eterna.




LAS ALMAS DEL PURGATORIO, LAS GRANDES OLVIDADAS



(Del Evangelio como me había sido revelado de Mª Valtorta)

[…] “En mi Iglesia habrá siempre sacerdotes, doctores, profetas, exorcistas, confesores, obradores de milagros, inspirados; todo lo que ella requiere para que las gentes reciban de ella lo necesario. El Cielo, la Iglesia triunfante, no dejará sola a la Iglesia docente, y esta socorrerá a la Iglesia militante. No son tres cuerpos, son un solo cuerpo. No hay división entre ellas, sino comunión de amor y de fin: amar la Caridad, gozar de la Caridad en el Cielo, su Reino. Por eso, también la Iglesia militante deberá, con amor, aportar sufragios a una parte suya que, destinada ya a la triunfante, todavía se encuentra excluida de ésta por razón de la satisfactoria reparación de las faltas absueltas, pero no expiadas enteramente hasta la perfecta divina Justicia.

         En el Cuerpo místico, todo se debe hacer en el Amor y por el Amor, porque el amor es la sangre que por él circula. Socorred a los hermanos que purgan. De la misma manera que dije que las obras de misericordia corporales os conquistan un premio en el Cielo, también he dicho que os lo conquistan las espirituales. Y en verdad os digo que el sufragio para los difuntos, para que entren en la paz, es una gran obra de misericordia, por la cual Dios os bendecirá y os estarán agradecidos los beneficiarios del sufragio.

Os digo que, cuando, en el día de la resurrección de la carne, estéis todos congregados ante Cristo Juez, aquellos a quien bendeciré estarán los que tuvieron amor por los hermanos purgantes ofreciendo y orando por su paz.

        Ninguna buena acción quedará sin su fruto, y muchos resplandecerán vivamente en el Cielo sin haber predicado, ni administrado, ni realizado viajes apostólicos, sin haber abrazado especiales estados, sino solamente por haber orado y sufrido por haber dado paz a los purgantes, por llevar a la conversión a los mortales. También estas personas, sacerdotes a quienes el mundo desconoce, apóstoles desconocidos, víctimas que solo Dios ve, recibirán el premio de los jornaleros del Señor, pues habrán hecho de su vida un perpetuo sacrificio de amor por los hermanos y por la gloria de Dios.

        En verdad os digo que a la Vida Eterna se llega por muchos caminos, y uno de ellos es este, y muy apreciado por mi Corazón.



De los cuadernos de María Valtorta (17-10-1.943)

         Todo gira alrededor del Amor, María, excepto para los verdaderos “muertos”: los condenados. Para estos “muertos”, también ha muerto el Amor. Pero para los tres Reinos – el que tiene el peso de la gravedad: la Tierra; aquel en el que está abolido el peso de la materia, pero no el del alma cargada por el pecado: el Purgatorio; y en fin, aquellos cuyos habitantes comparten con el Padre su naturaleza espiritual que les libera de todo peso – el motor es el amor. Amando sobre la Tierra es como trabajáis para el Cielo. Amando en el Purgatorio es como conquistáis el Cielo, que en la vida no habéis sabido merecer. Amando en el Paraíso es como gozáis el Cielo.

         Lo único que hace un alma cuando está en el Purgatorio es amar, pensar, arrepentirse a la Luz del Amor que esas llamas han encendido para ellas, que ya son Dios, pero que, para su castigo, le esconden a Dios.

        Esto es el tormento. El alma recuerda la Visión de Dios que tuvo en el Juicio particular. Se lleva consigo ese recuerdo y, dado que el haber solo entrevisto a Dios es un gozo que supera todo lo creado, el alma está ansiosa de volver a gustar ese gozo. Ese recuerdo de Dios, y ese rayo de Luz que le revistió, cuando compareció ante Él, hacen que el alma “vea” la importancia que realmente tienen las faltas cometidas contra su Bien, y este “ver”, junto a la idea de que por esas faltas se ha impedido voluntariamente, durante años o siglos, la posesión del Cielo y la unión con Dios, constituye su pena purgante.

        El tormento de los purgantes es el amor y la certeza de haber ofendido al Amor. Un alma, cuanto más ha faltado en la vida, tanto más está cegado como por cataratas espirituales que le hacen más difícil conocer y alcanzar ese perfecto arrepentimiento de amor que es el primer coeficiente para su purgación y entrada en el Reino de Dios. Cuanto más un alma lo ha oprimido por la culpa, tanto más pesado y tardío se hace vivir el Amor. A medida que se limpia por poder del Amor, se acelera su resurrección al Amor y, por consiguiente, su conquista del Amor que se completa en el momento en que, terminada la expiación y alcanzada la perfección del amor, es admitida en la Ciudad de Dios 1.

        Hay que orar mucho para que estas almas, que sufren para alcanzar la Alegría, sean rápidas en alcanzar el Amor perfecto que les absuelve y une conmigo. Vuestras oraciones, vuestros sufragios, son nuevos aumentos de fuego de amor. Aumentan el ardor. Pero - ¡oh! ¡bienaventurado tormento! – también aumentan la capacidad de amar. Aceleran el proceso de purgación. Alzan las almas sumergidas en ese fuego a grados cada vez más altos. Las llevan a los umbrales de la Luz. Abren las puertas de la Luz, en fin, e introducen el alma en el cielo.


        A cada una de estas operaciones,  provocadas por vuestra caridad hacia quien os precedió en la segunda vida, corresponde la sorpresa de la caridad hacia vosotros. Caridad de Dios que os agradece el que proveáis por sus hijos penantes, caridad de los penantes que os agradecen el que os afanéis por introducirles en el gozo de Dios.

     Vuestros seres queridos nunca os amaron tanto como después de la muerte de la Tierra, porque su amor ya está impregnado de la Luz de Dios y a esta Luz comprenden cómo les amáis y como deberían haberos amado. 

          Ya no pueden deciros palabras que invoquen perdón y den amor. Pero me las dicen a Mí para vosotros. Yo os traigo esas palabras de vuestros difuntos, que ahora os saben ver y amar como se debe. Os las traigo junto con su petición de amor y de bendición, que ya es válida desde el Purgatorio porque ya está animada por la inflamada Caridad que les quema y purifica. Perfectamente válida, además, desde el momento en que, liberados, salgan a vuestro encuentro a los umbrales de la Vida o se reúnan con vosotros en ella, si les hubierais precedido en el reino del Amor.

         Fíate de Mí, María. Yo trabajo por ti y tus seres  queridos. Conforta tu espíritu. Vengo para darte la Alegría. Confía en Mí”.


BREVE MEDITACIÓN SOBRE ESTAS ACLARACIONES DE JESÚS SOBRE EL PURGATORIO


        1 - En esta maravillosa descripción de las tribulaciones de las almas en el Purgatorio, que solo puede describir la Divinidad, aparece la explicación sorprendente, de un hecho que ya era conocido, pero que no se lograba entender:

         Las almas que más tiempo están en el Purgatorio son las que menos se han dado cuenta de la gravedad de las ofensas hechas a Dios, las que tienen las “cataratas espirituales” producidas por su ceguera espiritual ante el pecado, y que le impiden distinguir entre el Vicio y la Virtud, entre el mal y el Bien, es decir entre Dios y Satán, son los que están predicando incansablemente, como un “mantra” brahmánico, el refrán de “Dios te quiere como eres”, o “Dios ama a todos por igual”, y el Infierno no existe, porque un Padre no puede mandar ahí a sus hijos (A ese efecto, recuerdo las palabras que le pronunciaba constantemente el Demonio al Santo Cura de Ars: “Aún no has muerto; aún te puedo coger”, o las palabras de Santa Teresa de Jesús, a la hora de su muerte: “Por fin, ahora soy hija de la Iglesia”).

         Pero estos falsos Pastores, al creer el axioma de que todos somos Hijos de Dios, y que el Infierno y el Demonio no existen, predicando incansablemente una Doctrina descafeinada, y el Dios relativista, hacen inútil la terrible Pasión y muerte de Jesús, el Martirio la Santísima Virgen María y de todos los Santos; La gracia de Dios y los Sacramentos de la Iglesia, ya que si todos somos hijos de Dios, ¿para qué sirven los Sacramentos?, ¿para qué Satán se afana incansablemente en hacernos pecar?. 

          Y es que se creen, como los Protestantes, que solo por la Pasión y muerte de Jesús, estamos todos rescatados y somos todos hijos suyos, ignorando para su conveniencia y la tranquilidad de su conciencia perversa, que, como lo dijo Jesús a Nicodemo, tenemos que renacer a una Vida nueva, para poder entrar en el Reino de los Cielos.

        Algunas personas se creen que solo con ir a Misa y cumplir con las recomendaciones del culto, tienen la Vida Eterna asegurada, Jesús dice a este respeto: 






De los cuadernos de Mª  Valtorta 
(18-10-1.947)


        “En verdad te digo que, quienes están muchas horas en la Iglesia, repitiendo palabras con el alma ausente, y quien está en la casa, en su oficina, en su negocio, en su ocupación, amándome a Mí y el prójimo por Mí, permaneciendo unido a Mí, quien reza, es el segundo y es a él a quien bendigo, mientras que el primero solo está cumpliendo un precepto hipócrita que Yo condeno y desecho”.

           He leído al respeto, no se en que pasaje de estos libros, que dice Jesús que hay oraciones que aburren hasta el Ángel de la Guardia de ciertas almas.

          Y aquí son de recordar las palabras de Jesús dirigidas a los Fariseos, que se creían que la religión solo consistía en cumplir con los deberes externos de la Ley: Las abluciones de las manos antes de la comida, teniendo las manos del alma manchadas de podredumbre; el descanso absoluto del Sábado, el pago del impuesto del comino y de la menta, y un largo repertorio de recomendaciones externas.

“Las prostitutas y los publicanos os precederán en el Reino de los Cielos”.





ORACIÓN PODEROSA QUE SE OFRECE PARA LAS ALMAS DEL PURGATORIO Y PARA LAS
 QUE ESTÁN EN PECADO MORTAL


 Padre Eterno, os ofrezco la Preciosísima Sangre de
Vuestro Amadísimo Hijo Jesús, junto con todas las misas
que se celebran hoy día en todo el mundo,
por las benditas almas del Purgatorio,
por los pecadores en todas partes,
por los pecadores en la Iglesia Universal.
Para los pecadores de nuestra familia 
y de nuestro hogar
Amén.





PROMESA EXTRAORDINARIA DE CRISTO


          El Salvador aseguró a Santa Gertrudis la Magna, religiosa cisterciense del Monasterio de Helfta en Eisleben (Alemania), a finales del siglo XIII, que esta oración liberaría a mil almas del Purgatoria cada vez que se ofreciese, extendiéndose también la promesa a la conversión y salvación de las que todavía pertenecen a la Iglesia militante en la Tierra.





CONSIDERACIONES IMPORTANTES


       Se recomienda encarecidamente su rezo diario, pues es incalculable el bien que podemos hacer a las almas si se recita varias veces, consiguiéndose además la salvación de miles de almas, dentro y fuera de la Iglesia, y en la propia familia.

           Medítese en la inmensa gloria que alcanzará quien lo hiciere así, en las gracias que obtendrá, en los pecadores que salvará, en las ánimas que liberará, en la ayuda y protección continua de estos desde el Cielo etc., etc…

         Piénselo bien cada uno, y comience ya desde hoy mismo su rezo, mientras hay tiempo, pues todo pasa, y pasa pronto. Y el tiempo no vuelve jamás. No mueras con las manos vacías de buenas obras.

Con licencia eclesiástica 
(Se autoriza su reimpresión y difusión).






viernes, 12 de octubre de 2012

LA DEMOSTRACIÓN DE LA SANTIDAD DEL PATRÓN DE LOS SACERDOTES DEL MUNDO ENTERO

LA FIGURA DE UN GRAN SANTO




El cuerpo incorrupto del Santo Cura de Ars


Aquí esta la figura del Cura de Ars, con su cuerpo incorrupto, uno de los más grandes Santos de la Iglesia Católica Romana, y en esta persona están resumidas todas las características que son comunes a los Santos.

En el Libro de Monseñor Trochú, donde está tan bien relatada sus obras y su vida, se destacan de una manera ejemplar todos los atributos de este gran Santo:

Su gran humildad

Esta Virtud que es el fruto de uno de los dones del Espíritu Santo, llamado Temor de Dios, está siempre presente en todos los santos, y a ese efecto aún recuerdo cuando estudiaba hace 65 años en los H.H. maristas en Francia: Un predicador indicó a los alumnos una anécdota, que relata  de una manera precisa una de las condiciones necesarias para la santidad. Es una simple pregunta a un presunto santo, y de su respuesta, se deduce inmediatamente si esa santidad es auténtica, o una superchería, artimaña de Satanás para confundir a la gente.

En un Monasterio, había una monja que hablaba maravillas, y que dejaba a las hermanas maravilladas por sus conocimientos.
Fue llamado al monasterio, cierto erudito eclesiástico, para examinar esa supuesta santa que hablaba maravillas.
El Sacerdote mandó reunir a toda la comunidad, e hizo una simple pregunta: ¿Cual de vosotras es la Santa que tengo que examinar?. Se adelantó una monja que dijo: "¡Soy yo, Padre!"
El examinador se despidió enseguida sin dar explicación alguna, ya  qué la razón era más que evidente: El verdadero santo, debido a la presencia de Dios, que alumbra todas las imperfecciones del alma, cuando más cerca se encuentra de Dios, más se ve miserable e imperfecta, lo que le causa siempre una profunda humildad, directamente proporcional a la intensidad de esa presencia y produce en el alma un desasosiego, que le durará mucho tiempo en la vida, hasta que esté completamente purificada por la noche oscura pasiva y activa del alma, como así lo explica el gran San Juan de la Cruz. 

Ese sufrimiento es parecido al que tiene el alma en el Purgatorio, en donde la presencia de Dios y su gloria contemplada en el Juicio particular, le hacen añorar su presencia, que ve aún lejana por su imperfección, al compararla con la de Jesús.

Cuando el Santo Cura de Ars empezó a tener fama en toda Francia, debido a todos los peregrinos que acudían constantemente, llegando a crearse un servicio de diligencias desde París, para ir a confesarse con él, la Iglesia primero le quiso nombrar canónigo, lo que hizo que el Santo recibió la distinción de su Obispo, como un condenado que recibe la notificación de su condena, al poco tiempo vendió el sobrepelliz que le había puesto el Obispo y entregó el dinero a sus pobres.

Algún tiempo después, le escribió a su Obispo diciéndole que ¡le habían dado un buen dinero para sus pobres por el sobrepelliz que había vendido, y le pidió si podía mandarle otro más para venderlo!

Después el gobierno francés, en tiempo de Napoleón III, le quiso otorgar la Legión de honor, lo que rechazó inmediatamente, al enterarse de que ese premio no traía ningún beneficio pecuniario para sus pobres, alegando: "No la quiero, si la acepto, en el día del Juicio, Dios me dirá: "¡Ya tienes tu recompensa, vete de mi presencia!".

Pero el ejemplo de más grande humildad, fue cuando, debido a su dificultad para aprender el latín en el seminario, y a la envidia que causaba a los párrocos de los pueblos vecinos el desfile cada vez mayor de peregrinos, estos redactaron y firmaron una carta dirigida al Obispo, aconsejándole de despedirlo de su parroquia, porque debido a su ignorancia, apartaba a los fieles de la verdadera fe.
El santo Cura aprovechó la carta, para estampar él también su firma, pidiendo el traslado, ya que quería ir a llorar sus pecados al monasterio de los Trapenses.

Otro ejemplo, no menos significativo, fue cuando recibió una carta anónima de un Párroco vecino, pidiéndole que abandonara su ministerio debido a su incultura. El Santo le contestó, porque reconoció su letra, y le dijo que solo él lo entendía, y que le ayudara a convencer al Obispo de mandarlo con los Trapenses.
Naturalmente, el Párroco se dio entonces cuenta de su Santidad, y vino a arrodillarse ante él para pedirle perdón.











jueves, 11 de octubre de 2012

PALABRAS DE JESÚS: EL MUNDO HABRÍA DESAPARECIDO SI NI FUERA POR MARÍA


EN ESTE CUADRO DEL SIGLO XVI, QUE CONTIENE UN MENSAJE EN CASTELLANO ANTIGUO, SE VE A NUESTRA MADRE DE RODILLAS, CON UN PAÑUELO EN LA MANO, PARA SECAR SU LLANTO, IMPLORANDO A DIOS MISERICORDIA PARA LOS PECADORES




PALABRAS IMPRESIONANTES DE JESÚS SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, SU MADRE, QUE DEJARÁN A TODOS LOS PROTESTANTES QUE LA MENOSPRECIAN COMPLETAMENTE ASOMBRADOS.

Palabras nunca oídas sobre la Santísima Virgen María, que solo pueden venir de la mente de Dios, y que sobrepasa la compresión humana. Solo Jesús, como Hijo de Dios y de María, puede demostrar con esas reflexiones arcanas e inconcebibles para un ser humano, la grandeza de María, su poder como Madre de la Humanidad, que ella también, como Corredentora, ha rescatado con su tremenda pasión, lo que la hace puente entre Dios y la Humanidad.

Naturalmente, para que su acción sea eficaz, la humanidad debe comportarse como un niño con su madre: amarla, obedecerla y complacerla, sin esas condiciones necesarias, los hombres se precipitarán en el abismo, que ya está presentando sus credenciales: Atroz persecución a los cristianos, guerras con muerte y martirio de inocentes, crisis económica, sequías, inundaciones, terremotos, huracanes, y sufrimientos de todas clases provocadas por el pecado, y el abandono de la Ley de Dios.





 Esta medalla de la Stma. Virgen del Perpetuo Socorro, con el Santo y Seña de las almas para acceder al Reino de los Cielos: "¡Oh, María sin pecado concebida, rogad por nos que recurrimos a Vos", es lo que nos permitirá acceder al Reino Eterno de la Felicidad, el Reino de Dios, meta soñada.




REVELACIONES DE JESÚS A MARÍA VALTORTA

Dice Jesús:

“La Eucaristía es mi Sangre y mi Cuerpo. ¿Pero habéis pensado alguna vez que esa Sangre y ese Cuerpo han sido formados con la sangre y la leche de María?

Ella, la Purísima que acogió al Cielo en su seno vistiendo con sus carnes de candor inmaculado al Verbo del Padre después de las bodas divinas con el Espíritu Santo, no se ha limitado a generar el Salvador: le ha nutrido con su leche. Por lo cual, vosotros, hombres que os alimentáis de Mí, mamáis la leche de María que se ha hecho sangre en Mí.

La leche virginal. ¿Cómo podéis por tanto permanecer tan a menudo esclavos de la carne, si desciende en vosotros, junto con mi Sangre, esta leche inmaculada? Es como si una fuente de Pureza celestial vertiera en vosotros, su chorro de agua ¿Y no os deja limpios? ¿Cómo podéis ser así cuando en vosotros circula la leche de la Virgen y la Sangre del Redentor? Cuando os acercáis en mi mesa es como si acercareis vuestra boca al pecho castísimo de la Madre.

Pensadlo, hijos que poco os amáis. Yo estoy contento de que maméis de este pecho del que recibí el alimento. Pero quisiera que, como infantes nutridos por un pecho, aumentara en vosotros la vida, quisiera que crecierais y os robustecierais. La leche de la nodriza comunica, además de la vida material, tendencias morales. ¿Cómo podréis vosotros, nutridos de ese pecho purísimo, no tomar semejanza espiritual de María? Ella os estrecha al pecho, tan flacos, enfermos y sucios como estáis. Y os limpia, os nutre, os lleva ante su Primogénito porque quiere que le améis.

Si no fuera por los cuidados de María, las oraciones de María, la raza humana ya no existiría. La hubiera cancelado porque verdaderamente vuestro vivir ha tocado lo profundo del Mal y la Justicia está herida, y la Paciencia está colmada, y el castigo está preparado. Pero está María que os ampara con su manto, y aunque Yo puedo, solo con volver la mirada, hacer que se postre el Paraíso y también los astros, nada puedo contra mi Madre.

Soy su Dios, pero sigo siendo su Niño. Sobre este corazón he reposado en el primer sueño de niño, y en el último de la muerte, y conozco todos los secretos de ese corazón. Sé por tanto, que castigaros sería traspasar de dolor a la Madre del género Humano, a la Madre verdadera, que siempre espera poder conduciros a su Hijo.

Soy su Dios, pero ella es mi Madre. Y Yo, perfecto en todo, os soy Maestro también en esto: en el amor por la Madre. A quien aún cree, en el mundo, Yo  digo: “La salvación del Mundo está en María”.

Si supierais como Dios se retira en lo profundo, ante la marea, cada vez más creciente de los delitos que cometéis, vosotros deicidas, vosotros fratricidas  vosotros violadores de la Ley, vosotros fornicarios, vosotros adúlteros, vosotros ladrones, vosotros sentina de vicios, temblaríais. Pero os habéis vuelto necios.

Antes era Yo el puente entre el mundo y el Cielo, pero verdaderamente, ante vuestra insistencia en el Mal, Cristo se retira como en otro tiempo en Jerusalén porque “la hora aún no ha llegado” y Cristo, antes de la hora, os deja en vuestro Mal para que lo cumpláis.

Ahora María queda como el único puente. Pero si la despreciáis también a Ella, seréis aplastados. No permito que sea escarnecida aquella a quien el Espíritu Santo descendió para generarme, Hijo de Dios y Salvador del Mundo.




martes, 9 de octubre de 2012

LAS SEÑALES PRECURSORAS DEL FIN DEL MUNDO Y DE LA VENIDA DEL ANTICRISTO

HITLER LA PREFIGURA DEL ANTICRISTO





En este relato, de Jesús a María Valtorta del año 1.943, podemos apreciar de una manera sorprendente e impactante, todos los acontecimientos profetizados, previos a la venida del Antecristo, como son la crisis económica actual, el trastorno de la naturaleza, que se rebela contra los pecados de la Humanidad, con sus secuelas actuales de grandes fríos y de prolongadas sequías, de inundaciones y terremotos, y el triunfo del mal y del pecado en la Sociedad. La aparición de los falsos profetas primero de la Teología de la liberación, y ahora de la Teología de la secularización, queriendo destruir la obediencia a la Jerarquía impuesta por Jesús a Pedro y a sus sucesores y sustituirla por la dictadura del pueblo, que siempre obedece a las modas y a Satanás. Y lo que es más grave: la traición de cierta Jerarquía a la Doctrina tradicional de la Iglesia, y a las enseñanzas de Jesús. Esa futura traición está fijada en los dos tercios de los consagrados, es decir el 66% de sus miembros.

Pero parece deducirse de esta aclaración, que antes del fin de los tiempos, vendrá un periodo de conversión Religiosa, que durará un tiempo bastante breve, siendo un misterio como se reconvertirán toda la horda de disidentes, infiltrados ya en la Iglesia. Este periodo de esplendor y florecimiento, durará un breve tiempo, y terminará con la venida del Antecristo, y la terrible Pasión de la Iglesia, con la acción del personaje más siniestro de la historia de la Humanidad, que anulará el Sacrificio Perpetuo, lo que propiciará la intervención directa de Dios, y el fin del mundo, del pecado, de la impiedad y del sufrimiento de los pobres y los indefensos, víctimas de los hijos de Satán, como así ocurre en las selvas en donde los animales más débiles, enfermos e indefensos son las víctimas predilectas de las fieras.


Juicio contra Judá del Profeta Sofonías (Sof 1-1,8)

Voy a barrerlo todo de la superficie de la Tierra
Oráculo del Señor. Barreré hombres y ganados,
barreré aves del cielo y peces del mar;
haré perecer a los malvados, eliminaré a los hombres
de la superficie de la Tierra, oráculo del Señor.
Extenderé mi mano contra Judá
y contra los habitantes de Jerusalén,
y eliminaré de este lugar hasta el último resto de Baal, 
hasta el nombre de sus servidores y de sus sacerdotes;
eliminaré hasta los que se postran en las terrazas
ante los astros del cielo; a los que se postran ante el Señor
y al mismo tiempo juran por Milcón;
a los que abandonan al Señor y no lo buscan ni lo consultan.
Silencio ante el rostro del Señor,
porque está cerca el día del Señor; 
el Señor ha preparado un sacrificio 
y ha consagrado a sus invitados.
El día del sacrificio del Señor
castigaré a ministros y príncipes,
a los que visten como extranjeros 


Dice Jesús:

        “Cuando hago decir a Sofonías que me llevaré cuanto hay en la Tierra, le hago profetizar lo que sucederá en la antevigilia de los últimos tiempos, lo que Yo mismo anuncié después hablando, encubierto bajo la descripción de la ruina del Templo y de Jerusalén, de la destrucción del mundo, y cuando profetizó el Predilecto en su Apocalipsis.

        Las voces se suceden. Más aún, puedo decir que, como un edificio sagrado elevado para dar testimonio de la gloria del Señor, las voces suben de pináculo en pináculo, de profeta a profeta antecediendo a Cristo, hasta la culminación mayor en la que habla el Verbo durante su vivir de hombre, y después, bajando de pináculo a pináculo a través de los siglos, por boca de los profetas que siguieron  a Cristo.
       Es como un concierto que canta las alabanzas, los deseos, las glorias del Señor, y que durará hasta el momento en que las trombas angélicas reunirán a los muertos de los sepulcros y a los muertos del espíritu, a los vivientes de la tierra y a los vivientes del Cielo para que se postren ante la gloria visible del Señor y oigan la palabra de la Palabra de Dios, esa Palabra que muchísimos han rechazado o descuidado, desobedecido, escarnecido, despreciado esa palabra que vino, Luz del Mundo y que el Mundo no quiso acoger prefiriendo las tinieblas.
        Yo soy la cúspide del edificio de Dios. No puede existir palabra más alta y verdadera que la mía. Pero mi Espíritu  está en la boca de las “palabras” menores, porque todo lo que habla de lo que es de Dios es palabra inspirada por Dios.

         La carestía y la mortandad de las epidemias serán uno de los signos precursores de mi segunda venida. Los castigos creados para corregiros y volver a llamaros a Dios causarán, con dolorosa potencia, una de las selecciones entre los hijos de Dios y de Satanás.

      El hambre producido por los robos y las malditas guerras, queridas sin justificación de independencias nacionales, sino sólo por la ambición del poder y la soberbia de los demonios con apariencia de hombres, producido por el detenerse de las leyes cósmicas, por voluntad de Dios, por lo qué el hielo será áspero, y prolongado, por la qué el calor quemará y no será mitigado por las lluvias, por lo qué las estaciones serán invertidas y tendréis sequedad en las estaciones de las lluvias y lluvias en el tiempo de la maduración de las mieses, así qué engañadas por la templanza repentina o el frescor insólito, las plantas florecerán fuera de estación y los árboles se recubrirán, después de haber generado, de nuevas flores inútiles, que aprisionan sin fruto la planta – porque todo desorden es nocivo y conduce a la muerte, recordarlo, hombres – el hambre atormentará cruelmente esta raza perversa y enemiga de Dios.
      Los animales, privados de forraje y pienso, de grano y semilla, morirán de hambre y, por el hambre del hombre, serán destruidos sin darles tiempo de procrear.

      Los pájaros del cielo y los peces de las aguas, piaras y rebaños, serán asaltados por todas partes para dar a vuestros vientres el alimento que la tierra sólo producirá escasamente.
     La mortalidad, creada por las guerras y las pestes, los terremotos y los naufragios, precipitará en el más allá a los buenos y a los malos. Los primeros para vuestro castigo – porque privados de los mejores, empeoraréis cada vez más – los segundos para su castigo, porque tendrán el Infierno por morada antes de la hora prevista.

       Vosotros seréis la víctima preparada para el Señor para purificar el altar de la Tierra, profanada por el pecado de idolatría, de lujuria, de odio, de soberbia, hombres que perecéis a miles y a decenas de miles bajo la segunda guadaña de los fulgores divinos.

         Caeréis unos sobre otros como la hierba segada sobre un prado en abril: las flores santas mezcladas con las venenosas, los delicados tallos con los punzantes espinos. La mano de mis Ángeles escogerá y separará a los benditos de los malditos, llevando los primeros al Cielo y dejando los segundos a los tridentes de los demonios para pasto del Infierno.

         Ser reyes o mendigos, sabios o ignorantes, jóvenes o viejos, guerreros o sacerdotes no constituirá diferencia ni baluarte contra la muerte. Habrá un castigo y será tremendo.

      El ojo de Dios escogerá a los destinados quitando las “luces” para que no tengan que sufrir más la neblina creada por los hombres unidos a Satanás, quitando las “tinieblas” generadoras de tinieblas porque están poseídas por el padre de las tinieblas: Satanás.

      El ojo de Dios, que penetra en los palacios, en las iglesias, en las conciencias – y no hay barreras ni hipocresía que le impida ver – escudriñará en el seno de la Iglesia: la Jerusalén de ahora, escudriñará en el seno de las almas y escribirá el decreto personal para los dolientes, los indiferentes, los tibios, los rebeldes, los traidores, los homicidas del espíritu, los deicidas.

       No, no creáis que Dios no hará ni bien ni mal por vuestras obras. Yo os lo juro, lo juro a Mí mismo, lo juro por mi Justicia, lo juro por triple juramento, os haré bien por el bien que hagáis y mal por el mal que hayáis realizado.

      Si las impurezas de la carne y de vuestra vida de animales ponen una costra en vuestros ojos para impediros ver a Dios, a Dios nada le empaña. Dejaré caer mi mano sobre los que se complacen de estar en el barro y allí quieren quedarse a pesar de las llamadas y los medios que les doy para salir. Serán barro en el barro, porque hacen del barro del pecado el alimento preferido para su hambre impura.

         El día se acerca, hijos que habéis renegado al Padre. El tiempo de la Tierra es largo y breve al mismo tiempo. […]
          Quien trabajó en la última hora será admitido en el Reino como quien trabajó con el arado, desde la aurora hasta la tarde anticipada, cansado hasta caer sobre él. No os lamentéis de tener una morada distinta en el cielo; allí no existen las mezquindades de las envidias humanas. Pero conquistad este Cielo que he creado para vosotros y que os he abierto con mi muerte de Cruz.

           Venid al Señor, antes que el Señor venga a vosotros con su majestad de Juez.

          Respeto a vosotros, mis dilectos, permaneced en el camino que habéis escogido. Los vendavales y las tempestades no lograrán haceros perder la meta que soy Yo, que tengo el corazón abierto para recibiros con el más vivo beso de Amor. Dejad que caigan los reinos y los pueblos, y que lo que ahora se cree potente se convertirá en cenizas y escombros, y lo que ahora se cree con el derecho de dictar deseos y doctrinas se convierta en polvo triturado por la Voluntad y la Ley de Dios1.

        En mi breve Reinado sobre el mundo, seré Yo quien reine, Yo y el resto de mi Pueblo, esto es, los fieles verdaderos, los que no han renegado de Cristo y recubierto el signo de Cristo con la tiara de Satanás. Entonces, caerán las falsas deidades de los superpoderes, las doctrinas obscenas que reniegan de Dios, Señor omnipotente.

         Mi Iglesia, antes de que se acabe la hora del mundo, tendrá su triunfo resplandeciente. No hay nada distinto en la vida del Cuerpo místico de cuanto hubo en la vida de Cristo. Se dará el hosanna de la vigilia de la Pasión, el hosanna cuando los pueblos, fascinados por la Divinidad, plegarán sus rodillas ante el Señor. Después vendrá la Pasión de mi Iglesia Militante, y al final, la gloria de la Resurrección eterna en el Cielo2.

        ¡Oh bienaventuranza la de aquel día en el que habrán acabado para siempre las insidias, las venganzas, las luchas de esta tierra, de Satanás, de la carne! Mi Iglesia estará entonces compuesta por los verdaderos cristianos. Entonces, en el penúltimo día. Pocos como al inicio, pero santos como al inicio. Acabará en santidad, como en santidad comenzó. Se quedarán fuera los mentirosos, los traidores, los idólatras. Los que en el último día imitarán a Judas, y venderán su alma a Satanás dañando al Cuerpo Místico de Cristo. La bestia tendrá en ellos sus lugartenientes para su última guerra.

        Y ¡ay de quien en Jerusalén, en los últimos tiempos, se haga culpable de tal pecado! ¡Ay de quienes en ella, aprovechen su apariencia para provecho humano! ¡Ay de quienes dejen perecer a los hermanos y dejen de hacer de la palabra que  les he confiado el pan de las almas hambrientas de Dios! ¡Ay! No haré diferencia entre quien reniegue abiertamente de Dios y quien lo reniegue con las obras. Y en verdad os digo, con el dolor del Fundador por excelencia, que tres cuartos de mi Iglesia me renegará en la última hora, y tendré que amputarles del tronco como ramas muertas y corrompidas por una lepra inmunda 3.

        Pero vosotros, que permanecéis en Mí, oíd la promesa de Cristo. Esperadme con fidelidad y amor y Yo vendré a vosotros con todos mis dones. Con el don de los dones: Yo mismo. Vendré para redimir y curar. Vendré para iluminar a las tinieblas, vencerlas y hacerlas huir. Vendré para enseñar a los hombres a amar y adorar al Dios Eterno, el Señor altísimo, el Cristo Santo, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Vendré no para traeros la paz de este mundo, eterno destructor de la Paz, sino la Paz del Reino que no muere.

      Regocijaos, mis siervos fieles. Os dice esto la boca que no miente. Ya no tendréis que temer ningún mal porque pondré fin al tiempo del mal, anticiparé este final por piedad hacia mis benditos.
         Regocijaos sobre todo vosotros, mis amados de entonces. Para vosotros será todavía más solícito el adviento de Cristo y su abrazo de gloria. Y se abren para vosotros las puertas de la Ciudad de Dios y sale vuestro Salvador para venir a vuestro encuentro a daros la Vida verdadera.

       Todavía un poco y después vendré. Como para Lázaro, mi amigo, os llamaré uno a uno: “¡Sal fuera!”. Fuera de esta tierra que es tumba para el espíritu encarcelado en la carne. Fuera. En la Vida y la libertad del Cielo.

       Llamadme con vuestro amor fiel. Qué él sea la llama que funde las cadenas de la carne y da al espíritu la libertad de venir pronto a Mí. Pronunciad el grito más bello escrito por hombre:

“¡VEN, SEÑOR JESÚS!”



1: Alusión directa a los nuevos teólogos de la “secularización”, que están predicando incansablemente una doctrina “descafeinada”, una vida de virtudes “light”, con una Iglesia “Peregrina”, que quieren transformar de Reino, en Democracia popular.

2: La Iglesia como ocurrió en la Entrada gloriosa de Jesús en Jerusalén, donde fue recibido con aclamaciones, tiene que tener, como el Salvador, una gloria deslumbrante pero efímera.

Después de este breve periodo de tiempo, vendrá la hora de su Pasión con la depravación y la persecución con la venida del Antecristo. La Iglesia morirá cuando no se pueda celebrar el Sacrificio eterno, como lo profetizó el Profeta, será el fin del mundo, y la Resurrección final de todos los muertos, con el Juicio Final, y la derrota definitiva de Satán, sellado para toda la Eternidad, con sus seguidores, en los Infiernos, el Reino de las Tinieblas, y con el triunfo definitivo de Jesús y de sus hijos, en  el Reino de la Luz.

3: Clarísima alusión a los seglares, y sobre todo a la Jerarquía Católica Romana, que ha tomado un rumbo completamente opuesto a las enseñanzas de los Santos Padres, de la Tradición cristiana, y de las enseñanzas de la Sagrada Escritura, lo que es una clarísima traición a las enseñanzas de Jesús.

Y aquí se encuentran los antiguos teólogos de la “liberación”, los nuevos teólogos de la “secularización”, los grandes teólogos renegados de su Congregación Religiosa, traicionando a su Fundador, son los nuevos escribas y fariseos, que saben Griego, Hebreo y Latín, y que están apoyados y admirados por todas las hordas de libre-pensadores, agnósticos, abortistas, feministas, masones, educadores para la ciudadanía, divorcistas, eutanasistas activos, y un sin fin de vividores y de hedonistas.

Sin hablar de muchos Jerarcas que niegan el Infierno, las posesiones diabólicas, que predican la relajación de las costumbres con el argumento de que “Dios te quiere como eres”, y que, según ellos ama a todos de la misma manera: a los más sádicos pecadores que los más grandes ascetas, no sabiendo lo más elemental de la Doctrina tradicional católica: Dios ama al pecador para que con su amor, llegue a cambiar de conducta: se llama amor de compasión, como tan bien lo explica el gran San Juan de la Cruz, y Dios ama al Virtuoso, con el Amor unitivo porqué se une místicamente con él en el matrimonio espiritual entre el alma y su esposo Jesús-Dios, como también y tan bien lo explica el santo Doctor.







domingo, 7 de octubre de 2012

COMO PUEDE ACTUAR LA EUCARISTÍA, EL SUPREMO DON DEL AMOR INFINITO DE DIOS

LA FUERZA DE LA EUCARISTÍA ES PROPORCIONAL AL GRADO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD DEL ALMA






     Descripción de la analogía que existe entre al pan y el vino que es el alimento del cuerpo, con la Sagrada Eucaristía que es el alimento del alma. El primero es un alimento de una presencia real, el segundo es un alimento de la presencia del Cuerpo y la Sangre de Jesús, escondidos.

     Ahora bien, los alimentos para alimentar el cuerpo material, no necesitan ninguna virtud teologal para saber que son necesarios para nuestro sustento, sin embargo, los alimentos Eucarísticos necesitan la creencia en la presencia de Dios, para que actúen en el alma. Creencia que se tiene que demostrar no solo por las palabras, como predican los Protestantes que se creen que están justificados por la Fe, pero sobre todo por los hechos de nuestra vida, que son el volver a nacer a una vida espiritual, como así lo explicó Jesús a Nicodemo.

     Sin estas condiciones necesarias y suficientes, la Eucaristía nunca actuará en el alma, ni producirá sus frutos que son la salud y la fuerza del alma, para poder luchar y triunfar de sus tres enemigos naturales que son el Mundo el Demonio y la Carne. Por esta razón se ha aplicado desde siempre a la Iglesia el adjetivo de "Militante", precisamente porque tiene que presentar batalla a esos terribles enemigos.

     Pero ahora se le ha aplicado a la Santa Iglesia un nuevo atributo: ha pasado de ser militante a llamarse "Iglesia peregrina", como si esta vida fuera un alegre peregrinaje, y en ese caso, no comprendo por qué no  se llaman a esos tres enemigos del alma "compañeros de peregrinaje".



De los cuadernos de María Valtorta
18 de Junio de 1.943


Dice Jesús:

"Para mantener las fuerzas físicas hay que nutrir el cuerpo. El indigente que no puede comprar el alimento, lo mendiga a los ricos. Normalmente pide pan. Sin el pan es imposible la vida.
Vosotros sois pobres que necesitáis alimento para vuestra alma. A vuestra pobreza Yo he dado el Pan Eucarístico. El os nutre la médula del alma, da vigor al espíritu, sostiene las fuerzas espirituales, aumenta el poder de todas las fuerzas intelectuales, porque donde hay vigor de vida hay también vigor de mente.Alimento sano que comunica salud. Alimento verdadero que infunde vida verdadera. Alimento sano que suscita santidad. Alimento divino que da a Dios.

Pero además de pobres, sois enfermos, débiles no solo por la debilidad que produce la falta de alimentos y que cesa con éste. Sois débiles por las enfermedades que os extenúan. ¡Cuantas enfermedades tienen vuestra alma! ¡Cuantos gérmenes os inocula el Maligno para crear estas enfermedades! A quien está débil y enfermo es necesario darle no sólo pan sino también vino.Yo en mi Eucaristía os he dejado los dos signos de lo que necesita vuestra naturaleza de hombres pobres y vuestra debilidad de hombres enfermos. Pan que nutre, vino que fortalece.

Hubiera podido comunicarme con vosotros sin signos externos. Puedo hacerlo. Pretendéis demasiada pesantez para captar lo espiritual. Vuestros sentidos externos necesitan ver. Vuestra alma, vuestro corazón, vuestra mente se rinden solamente, y aún así con fatiga, ante las cosas visibles y palpables. Es tan cierto que aunque lleguéis a creer en Mí en la Eucaristía y a recibirme en la Hostia, la gran mayoría no admitís la infusión del Espíritu en vosotros, de quien os vienen latidos, luces, impulsos de obras buenas.

Si creyerais con esa fuerza de la que es digna el Misterio, sentiríais, al recibirme en vosotros una vida. El acercarme a vosotros os debería quemar como al acercarse a una caldera ardiente. Mi estar en vosotros os debería sumergir en un éxtasis que os abstraería lo profundo del espíritu en un rapto de Paraíso. El fundirse de vuestra humanidad enferma con mi Humanidad perfecta os traería salud hasta física, por lo cual, enfermos corporalmente, resistiréis a las enfermedades hasta que Yo dijese "Basta" para abriros al Cielo. Os daría inteligencia para entender rápida y justamente. Os haría impenetrables a los asaltos desenfrenados o a las sutiles insidias de la Bestia.

En cambio puedo hacer bien poco porque entro donde la fe es lánguida, donde la caridad es superficial, donde la voluntad está decaída, donde la humanidad es más fuerte que el espíritu, donde sobre todo, no os esforzáis en reprimir la carne para que emerja el espíritu. No os esforzáis para nada. Esperáis en Mí el milagro. Nada me prohíbe cumplirlo. Pero Yo quiero de vuestra parte al menos el deseo de merecerlo.

A quien se dirige a Mí gritando que le ayude imitando la fe de las muchedumbres de Galilea, Yo me comunicaré no solo con mi Cuerpo y mi Sangre, sino con mi Caridad, con mi Inteligencia, con mi Fuerza, con mi Voluntad, con mi Perfección, con mi Esencia. Estaré, con el alma que quiere venir a Mí, como estoy en el Cielo, en el seno del Padre del que procedo generando el Espíritu que es Caridad y vértice de perfección".




sábado, 6 de octubre de 2012

DE LOS CUADERNOS DE Mª VALTORTA (20 DE JUNIO DE 1.943) LA VISIÓN DE LA BESTIA INFERNAL


EL JUICIO FINAL



Dice aún Jesús:

 (...) Observa el Resplandor y mi Belleza respecto a la negra monstruosidad de la Bestia.
No tengas miedo de mirar aunque sea un espectáculo repelente. Estás entre mis brazos. No puede acercarse ni dañarte. ¿Lo ves? Ni siquiera te mira. Tiene ya muchas presas que seguir.
¿Ahora te parece que merece la pena dejarme a Mí para seguirle a él? Sin embargo el mundo le sigue y me deja por él.

Mira que harto está y como se contrae. Es su hora de fiesta. Pero mira también como busca la sombra para actuar. Odia la Luz, ¡y se llamaba Lucifer! ¿Ves como hipnotiza a quienes no están signados con mi Sangre? Acumula sus esfuerzos porque sabe que es su hora y que se acerca mi hora en la que será vencido para siempre.

Su infernal astucia y su inteligencia satánica son un continuo operar del Mal, en contraposición a nuestro uno y trino obrar del Bien, para aumentar su presa. Pero la astucia y la inteligencia no prevalecerían si en los hombres estuviera mi Sangre y su honesta voluntad. Al hombre le faltan demasiadas cosas para tener armas con que enfrentarse a la Bestia, y ella lo sabe y actúa abiertamente sin tan siquiera esconderse ya con apariencias engañosas.

Que su repugnante fealdad te impulse a una diligencia y a una penitencia cada vez mayores. Por ti y por tus desgraciados hermanos que tienen el alma arrebatada o seducida y no ven, o, viéndolo, corren al encuentro del Maligno, con tal de obtener ayuda para un momento, a pagar con una condenación eterna.

Tengo que explicar yo, sino no se entiende nada.
Desde la noche del 18 el buen Jesús me hace ver un bicharraco horrible, tan horrible que me produce escalofrío y ganas de gritar. Su nombre es conocido. Y el buen Jesús me da a entender que ese aspecto siempre es inferior a la realidad, porque ninguna realidad humana puede lograr personificar con exactitud la suprema Belleza y la suprema fealdad.



LA VERDADERA IMAGEN DE LUCIFER

Ahora le describo el bicharraco.
Me parece ver un gran agujero negro, negro y profundísimo. Comprendo que es profundísimo, pero no veo de él sino el orificio, todo ocupado por un monstruo horrible. No es serpiente, ni cocodrilo, ni dragón, ni murciélago, pero tiene algo de los cuatro.

Cabeza larga y puntiaguda, sin orejas y con dos ojos socarrones y feroces que están siempre a la caza de la presa, una boca grandísima y armada de buenos dientes agudos, siempre intenta atrapar al vuelo a cualquier incauto que llega al alcance de sus mandíbulas. La cabeza en fin tiene mucho de la serpiente por la forma y del cocodrilo por los dientes. Cuello largo y flexible que permite mucha agilidad a la cabeza tremenda.
Un cuerpo resbaladizo recubierto por una piel como la de las anguilas (para entenderse) es decir, sin escamas, de color entre el óxido, el violeta, el gris oscuro… no sabría. Tiene hasta el color de las sanguijuelas.

En la espalda y en las ancas (digo “ancas” porque allí termina el vientre palpitante e hinchado de presas y empieza la larga cola que termina en punta), son cuatro patazas cortas y palmeadas como las del cocodrilo. En la espalda dos alas de murciélago.

El bicharraco no mueve su gran y repugnante cuerpo. Mueve solo la cola que se contorna haciendo “eses” aquí y allá, y mueve su horrible cabeza de ojos fascinadores y mandíbulas exterminadoras.

¡Misericordia divina! ¡Que bicharraco tan horrible! De su negro antro emana tiniebla y horror. Le aseguro que ayer que lo veía con vivísima meticulosidad – y no entendía que hiciera aquí – me venían ganas de gritar espeluznada. Menos mal que veía que nunca miraba hacia mí como por repulsión. Recíproca repulsión si acaso. Si esto es una pálida representación de Satanás, ¿Qué será entonces él? ¡Para morir dos veces seguidas con solo verlo!

Menos mal también que, si bien en un rincón estaba el bicharraco, cerca estaba mi Jesús blanco, bello, rubio… ¡Luz en la luz! Comparando la luminosa, confortable figura de Cristo con la del otro, su mirada dulcísima, clara, con la torva del otro, hay ciertamente que compadecer a los infelices pecadores destinados al segundo porque han rechazado a Jesús.

Y bien, ahora que lo he visto… quisiera no verlo más porque es demasiado horrible. Oraré para que el menor número posible de desgraciados vaya a terminar en sus garras, pero ruego al buen Dios que me quite esta visión.

Hoy es menos viva y le estoy muy agradecida al Señor. Y todavía más agradecida porque la divina Voz  me hace entender el porque de esa visión que ayer me aterrorizaba creyéndola destinada a mi como advertencia.