MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 20 de noviembre de 2014

INTERPRETACIÓN MÍSTICA DEL APOCALIPSIS JESÚS MANSO CORDERO EN LA TIERRA E IMPONENTE LEÓN EN EL CIELO (13/01/2.016)

JESUCRISTO CORDERO EN LA TIERRA
Y LEÓN EN EL CIELO



Apocalipsis: 5, 1-10


El Cordero fue sacrificado y nos redimió con su sangre.Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi un ángel poderoso, que gritaba con fuerte voz: "¿Quién es digno de abrir el libro y de romper sus sellos?". Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni ver su contenido.


            Este pasaje del Apocalipsis cuenta los misterios de Dios, con el lenguaje místico de San Juan Evangelista, que es el Apóstol que más amó a Jesús, y por eso, el que más y mejor comprendió los misterios de Dios, ya que como tan bien lo explica San Juan de la Cruz, el verdadero Amor del alma a Jesús-Dios, es el que equipara el amante con su amado, y por eso, permite la fusión de ambos, y produce la transmisión infusa del conocimiento de los misterios de Dios al alma.

          El que estaba sentado en el trono es Dios Padre, el que tiene el conocimiento de todos sus misterios en un libro que está escrito por fuera, que simboliza la Creación del Universo visible, y que está escrito por dentro, lo que simboliza los misterios invisibles de Dios, eso lo que recitamos en el Credo, cuando decimos: “Creo en Dios Padre Todopoderoso Creador del Cielo y de la Tierra”, (Es decir del Universo invisible y visible).

          Y vemos que nadie en la Tierra, ni en el inframundo, es capaz de abrir un libro que está cerrado con los siete sellos, que son los siete Espíritus de Dios.



          Lloré mucho porque no había nadie digno de abrir el libro y de ver su contenido. Entonces, uno de los ancianos me dijo: "Ya no llores, porque ha vencido el león de la tribu de Judá, el descendiente de David, y Él va a abrir el libro y sus siete sellos".

           Vi entonces junto al trono, en medio de los cuatro seres vivientes y de los ancianos, un Cordero. Estaba de pie, y mostraba las señales de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios, enviados por toda la tierra.


          Y esta es la condición del místico, desear ardientemente, como tan bien lo explica San Juan de la Cruz conocer los atributos y las intimidades del Amado, como  lo explica en su escala mística para acceder a Dios, “Padecen aquí hambre como canes y cercan y rodean la Ciudad de Dios” (Ps 58, 7), cuando el alma ha alcanzado  el quinto de los diez grados de esta escala.

          El anciano, explica a San Juan que Jesús, el descendiente de David y el León de la tribu de Judá, es el único capaz de abrir el libro porque solo Él, puede ofrecer el sacrificio digno en el altar de Dios, porque es la víctima perfecta sin tara alguna. 

Es el cordero que mora junto al Trono de Dios, en medio de los cuatro seres vivientes, que son los atributos de Dios Padre: Pureza, Verdad, Justicia y Bondad, propios de los que son poseedores del maravilloso don de la Fe; Cordero con los siete atributos de Dios que son sus siete cuernos y ojos, Espíritus enviados en toda la Tierra.

          Se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y al tomarlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero, con sus cítaras y sus copas de oro llenas de incienso, que significan las oraciones de los santos. Y se pusieron a cantar un cántico nuevo, diciendo:

          "Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, y con ellos has constituido un reino de sacerdotes, que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra".

           El Cordero toma el libro de la mano derecha de Dios Padre, que es  donde está el contenido de la Creación y de la Esencia misma de Dios, lo cual, gracias a Jesucristo, nos permite alcanzar los conocimientos humanos y divinos del libro, por esto, se inclinan los cuatro atributos de la Santa Fe, y los veinticuatro ancianos, que representan las doce tribús de Israel de la antigua Ley, y los doce tribús de la nueva Ley.

        Todos tocan sus cítaras y ofrecen sus copas llenas de incienso que son los cánticos y las alabanzas carismáticas de los Elegidos. Son Sacerdotes, ya que están en contacto directo con Dios y Jesucristo, y que servirán a Dios amándolo por haber alcanzado la Gloria Eterna, gracias a la Redención del Cordero, y por eso reinarán para siempre en los Cielos, la Tierra Prometida.


Del salmo 149

Bendito sea el Señor.

        Canten al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su Creador y Rey, en el Señor, alégrese Israel, su Pueblo Santo.

       Este salmo, es un corolario del libro del Apocalipsis, ya que la Redención del Cordero, se aplica a su Pueblo terrenal de una manera retroactiva. Hay que añadir que hoy día el Pueblo de Israel, es el que ha sido fiel a los Profetas, que todos han anunciado al Mesías Jesucristo. Los que no lo han querido reconocer por tal, son ramas desgajadas del árbol de la Vida.



Evangelio de San Lucas: 19, 41-44

Si comprendieras lo que puede conducirte a la paz. En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:

"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba". 


          Esta Profecía de Jesús hacia el Pueblo de Israel, se refería al asalto de Roma por Jerusalén, que ocasionó la masacre, deportación o exilio de todo el Pueblo de Israel unos cuarenta años después de su muerte en la Cruz.

          Fue el terrible castigo de Dios hacia el pueblo deicida, que pidió a Pilatos la muerte de Jesús, y rechazó cambiarlo por Barrabás. Será también el castigo de todas las almas que no hayan querido acoger la Palabra del Evangelio, y han querido cambiar la Ley de Jesús, ley de Virtud y de Salvación, por la ley de Barrabás, que es una vida de pecado y de condenación.







martes, 18 de noviembre de 2014

LA TERQUEDAD DE LOS CIENTÍFICOS ATEOS

ACLARACIÓN DE JESÚS SOBRE LA VISIÓN
DEL COSMOS




EL COSMOS ES LA IMAGEN DE DIOS




            La visión del Cosmos de María Valtorta, relatada de una manera humana, es por eso algo siempre imperfecta, a pesar de la ciencia infusa que le comunica Jesús. A ese efecto, la vidente relata la trayectoria de algunos astros o cometas, que tienen trayectorias rectas, que se deslizan como serpientes, o que tienen recorridos sinuosos. Esto parece contradecirse con la Ciencia, que dice que la trayectoria de los astros sigue siempre una trayectoria de una curva cónica como puede ser una parábola, una elipse o una hipérbola.

           Por esa razón, interviene ahora Jesús, explicando de una manera racional y exacta, sin que la Ciencia humana pueda contradecir alguna de sus palabras, lo que demuestra de una manera inequívoca que es realmente Él el que habla, y que es el autor de todo lo que existe en el Universo, además, explica de una manera clarísima, la diferencia tan abismal que existe entre la Creación material, perecedera, y en contigua agonía por el gasto y la depreciación de la materia, y el mundo espiritual, indegradable y eterno.

          Esto es lo que explica tan bien S, Juan de la Cruz, cuando dice: toda la belleza del mundo, comparada con la belleza de Dios es suma fealdad, toda la Ciencia, suma ignorancia, toda la riqueza, suma pobreza, y toda la gracia suma desgracia. El mundo pues al ser la imagen de Dios, es como un espejismo, que refleja de cierta manera al Creador, pero es como un mundo virtual, que está pero que no existe, ya que un día desaparecerá, mientras que Dios y la Creación espiritual permanecerán para siempre. Está escrito en la Epístola: Nadie vio, nadie oyó, ni cayó en mente humana lo que Dios tiene reservado para sus elegidos”

        El mundo es pues un sueño de Dios, que se produce el séptimo día de la Creación, que es cuando Dios descansó, y digo que es un sueño, porque cuando soñamos, se producen acontecimientos en los cuales no interviene nuestra voluntad.

        En cierta manera el mundo es también una mentira, porque el reloj, indicando la hora miente continuamente, mientras que en la Eternidad, que es el “Medio día”, como lo dice S. Juan de la Cruz, citando el Cantar de los Cantares de la Biblia, el reloj está parado y por eso no miente nunca. Esta mentira del mundo, que es el tiempo, necesario para la recreación del alma, permite por eso la presencia de Satanás, que es el Padre de la mentira, y que es necesario para esa recreación, ya que es el catalizador que separa los dos componentes que son el bien y el mal presentes en cada ser humano.


De los cuadernos de María Valtorta (19-12-1.944)

Dice Jesús:

“Y ahora Yo te hablo:

Te he mostrado solamente un ángel, un simple ángel. No era un serafín, un querubín, ni un arcángel. Era solo un ángel, diría que era el más pequeño, y te lo he mostrado para hacerte comprender que es un ángel común en las filas que exultan en el Cielo. Y has visto cómo su luz, que otorga un cuerpo etéreo a su esencia hecha solo de espíritu, ha ofuscado la luz de todos los astros juntos.

Con el deseo de mi Pensamiento, he llamado a un ángel y ha venido desde el más lejano Empíreo, y entre mi llamado y el momento en que se ha postrado a mis pies, no ha pasado ni siquiera una fracción de tiempo que llamáis segundo.

He querido esto para demostrarte cómo, los que creen ser sabios porque conocen los dogmas de la ciencia humana, no siempre exactos y nunca completos, y se creen dueños de un océano de luz, de verdad y de belleza, en realidad, poseen solo una partícula de los mismos, y para colmo, unida a muchas escorias.

Has dicho: “¡Cuántos misterios hay aquí arriba!”.

Es así, ¡oh estrellita de tu Maestro! La vida no se detiene en esta creación. No se detiene en ninguna parte de ella. Y no se detendrá hasta que Yo haya dicho: “¡Basta!” y cambie, como está establecido en mi Pensamiento, los aspectos y las leyes que hace miles de siglos he dado a la Vida.

Vida es la del éter, que con su ligera solidez facilita la carrera de los astros y sostiene su peso y que con su composición y frigidez permite la perfección cada vez mejor de los mismos hacia ese límite máximo que he establecido para cada vida. Aquí se obedece mi voluntad. Vida es la de los astros y planetas que, partiendo de nebulosas que podíamos llamar fetos de astros formados en el amplio seno del éter, van solidificándose lentamente, se nutren como voraces bocas del mismo modo que un niño arrebata alimento y zumo del seno de la nodriza. 

La misma insomne carrera de todas estas vidas estelares permite al fluir de ellas de moléculas – gases y metales – que encienden las nebulosas y en el fuego se funden con el núcleo primitivo y se hacen cada vez más concretas y, al final, la llama se convierte en fuego y el fuego en astro. Se suceden esponsales y nacimientos, nacimientos y esponsales, y muerte de astros longevos que, al disgregarse en la última convulsión vital, se hacen núcleos de otras vidas, latentes en el gran río de la Galatea. No hay una siquiera que no tenga una misión de amor también para vosotros, que estáis lejos, a distancias de miles de millones de kilómetros; para vosotros que estáis aún más lejos, porque ya no sabéis “ver” con los ojos de hijos de Dios.

Te he mostrado ese polvo de astros, que es polvo respeto al fulgor de mi ángel. Más, ¡oh pequeña hija a quien alzo los velos del misterio para hacer olvidar la Tierra y enamorarse de cada vez más de mi Patria!, ¿Cómo hemos de llamar el polvo de los que son grandes solo en cuanto al orgullo, de los que llevan el nombre de hombre?

¿A esos podría decirles: “Mirad”? No, pues no verían. Y no creerían aunque les hiciera ver por un milagro de Mi Potencia. Han masticado el pan y el fruto de su soberbia y de la ciencia humana. Y se han enloquecido. Di y doy páginas de verdad y de santidad. Más, para muchos, caen por los suelos como briznas de mísera paja. Los “hombres” – démosles el título de nobleza de acuerdo con el concepto que ellos tienen – no se cuidan de estas palabras.

“Hombre” debería querer decir: “hijo de Dios, hecho a imagen y semejanza del Padre en los pensamientos, en los afectos, en los actos, en los impulsos, en los deseos”. Los hijos son así. En cambio, actualmente “hombre” significa “el animal más soberbio, más vacuo, más cruel, más fútil, más contrario a Dios”. Cree serlo todo. Es una nada. Lo es porque es solamente “hombre” y ya no es más “Hijo de Dios”.

¿Dónde está el espíritu del hombre? ¿Quién lo posee aún?

Hija, dejemos a estos infelices librados a su triste suerte, a la que intentamos arrebatares con el Amor. Solo el Amor puede lo que ninguna otra cosa puede. Más, aún que sea “potente”, a menudo queda impotente porque choca contra una soberbia que permanece impertérrita ante todos los ataques del Bien. 

Se creen dioses porque tienen en los labios el agresivo fruto del saber humano. Adán que se perdió por querer conocer, por querer conocer para convertirse en “dios” (Gn 3, 1-7), no muere. Sus tendencias renacen en cada uno de los hombres.

Ven. Que a los Hijos de la Luz, a los Hijos de Dios, sea dado el pan y el fruto de la Verdad y la Sabiduría, que no se refieren solo a lo que es inherente a Dios, sino también a todo lo que existe en el Universo, puesto que todo vino de Dios.

Aspira al Cielo. Aquí ya no habrá disonancias entre ti y los que estén a tu lado. Aquí, ya no habrá contrastes entre tu desear y tu tener. Aquí descansarás feliz y regocijada. Aquí me tendrás… Si el tenerme en medio de las constricciones de tu condición de ser viviente en la Tierra te proporciona el gozo que te exalta, considera qué significará tenerme ya sin más límites.

La vida pasa. El Cielo llega. El dolor muere. La bienaventuranza permanece. Los que me amaron y me sirvieron serán las estrellas eternas cuando todos los astros hayan muerto en el final de la Creación. Serán mis estrellas…”.





         





domingo, 16 de noviembre de 2014

JESÚS NOS ENSEÑA COMO SE GENERAN, SE MUEVEN Y MUEREN LAS ESTRELLAS Y LOS PLANETAS.S



La cercana galaxia NGC 1569 es un hervidero de
nacimiento de estrellas



         Extraordinario espectáculo del cosmos, con la visión de las estrellas y los planetas, y la explicación de cómo nacen y mueren, de cómo se forman  los cometas y  esos  planetas, en su recorrido por el firmamento, alimentándose del polvo estelar. Se compara con el Universo celestial, y se comprueba como el más pequeño ángel, tiene mayor esplendor. Es verdaderamente increíble que en el año 1.944, se revelara como se crean y desplazan los astros, se observe la vibración de los pulsares, que liberan rallos gamma y como se forman y mueren esos cuerpos celestes, hecho completamente desconocido por la Ciencia humana en esos años, ya que no había aún radiotelescopios capaces de observar esos fenómenos estelares.

          Y aquí me viene a la mente lo que dice la escritura: El Espiritual y humilde, todo lo abarca, llega a entrever los misterios de Dios y de la Creación, y alcanza a entrever no solo el Universo invisible, al comunicarle Dios una ciencia infusa que le hace penetrar en el mundo celestial, y comprender su belleza, infinidad, armonía, pero también el mundo material, porque está hecho a imagen y semejanza de Dios, ya que se puede juzgar a alguien, como lo dice Jesús, por sus hechos: “A sus frutos los conoceréis”.

          Y eso ocurre a los místicos, que quiere decir a los enamorados y a los humildes, porque, como lo dice San Juan de la Cruz, místico significa enamorado de Dios, y solo se enamoran de Dios  los humildes, ya que el enamorado, como lo explica tan bien el Santo Doctor, se iguala con el Amado y ambos se funden en una misma cosa, fusión que será perfecta en la otra vida con la visión directa de Dios, y entonces, como lo dice el Apóstol, seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es, ya que la visión espiritual transforma el alma en lo que ve, el alma adquirirá pues la dimensión infinita de Dios, ya que será Dios por participación.  Por eso los réprobos serán también semejantes a su padre Lucifer.

        Ya en este mundo, Dios quiere favorecer, no a los Científicos soberbios que son capaces de ver la Creación, de una forma muy limitada, pero que nunca llegarán a conocer el infinito, ya que algo finito es incapaz de acceder a lo infinito. Y por eso, por culpa de su soberbia,  son incapaces de ver al Creador. Y esa es la gran diferencia que existe entre la Sabiduría que viene de Dios, y que por eso es eterna, e infinita, y la Ciencia humana, que terminará con el fin del Universo, y que por eso es perecedera, y será siempre incompleta y finita.

          En este escrito, vemos como Jesús confirma lo que tan bien explica San Juan de la Cruz: Como en este mundo, con nuestra carne mortal, es imposible ver a Dios, por eso los Israelitas estaban convencidos de que ver a Dios significa la muerte. Esa muerte se produce porque la inmensidad de Dios, es inaccesible para la carne mortal. Según lo que dice ese Santo, solo Moisés y San Pablo pudieron ver a Dios, porque el Todopoderoso hizo el milagro de amparar su debilidad humana con su "Brazo izquierdo".




DE LOS CUADERNOS DE Mª VALTORTA
(Dictado del 8-8-1.944)


        Dice Jesús:
    
                […] ¡Oh, que luminosos horizontes de ciencia divina puede alumbraros con una sola palabra de mi Evangelio! ¡Qué gran misterio de perfecto amor y perfecta Justicia está encerrado en esas palabras del Evangelio de mi infancia: se fortalecía, crecía! Leéis y proseguís. O bien leéis y meditáis, pero lo hacéis embebidos en substancia humana lo que es sobrenatural. En vosotros la carne es tan fuerte que sobrepasa las fuerzas intelectivas del espíritu. 

           De lo que se desprende que solo a los que han matado la carne en cuanto a sus reclamos y sus prepotencias, y han hecho de estos restos la base del trono para el espíritu-rey, se les conceden los conocimientos, sea a través de la palabra Divina, como por la Divina infusión de una inteligencia que raya lo perfecto porque proviene del Paráclito. Este, por una espiritual encarnación del Verbo en vosotros, ¡oh, espíritus vírgenes deseosos únicamente de bodas eternas!, os impregna de Sí y os impregna en vosotros la Palabra que os hace “portadores de Cristo”, como lo era la Esposa Virginal en sus ardores septiformes.

          He dicho de la inteligencia “que raya lo perfecto”. Es perfecta porque proviene de Dios, más una criatura humana no podría poseer la Perfección tal como es. Se disolvería, porque el corazón y la mente de un ser terrenal no pueden contener la cognición total de lo que es Dios. Lo infinito no cabe en lo finito.

          Para el espíritu separado de la carne, conocer a Dios es vida y es júbilo. Para una criatura en el exilio, sería una fulguración. El éxtasis demasiado sublime destruiría su inteligencia y su vida al despedir la chispa proveniente de la Verdad. Por eso la Verdad – que es buena – siempre se reviste con un velo de carne, de modo que vuestra debilidad pueda soportarla, de modo que vuestra limitación pueda conocer a Dios, y vivir en su conocimiento, llevando el Cielo en vosotros sin que por eso tengáis que morir antes de que llegue la hora.

         


DE LOS CUADERNOS DE Mª VALTORTA
(18-10-1.944)


          […] Hete aquí: te veo, oh mi Dios encarnado, deslumbrante y majestuoso, erguido en el éter más puro. Estás solo. Te veo solamente a Ti, con el glorioso aspecto de Rey de la Creación. Tu atavío de etéreo y perlífera materia resplandece y aún más resplandece tu Carne glorificada, que es Carne y Luz a la vez. ¡Oh, Belleza desconocida a los muchos que no se ocupan de obrar de modo tal que puedan conocerte un día! ¡Oh, Belleza mía, que borras todas mis penas solo con mostrarte!
         
           Jesús no habla, pero me invita con la mirada a ir hacia Él. Y yo voy. Alentada por su deseo, impulsada por el mío, mi espíritu asciende hacia mi Rey.

          Y Él dice: “Mira. Conoce. Compara”, Y con su luminosa mano, en la que resalta el rubí de la llaga, indica un ilimitado horizonte celeste. Pues, en efecto, estoy en lo alto, más allá de la atmósfera, más allá de la estratosfera, en la zona que hay solamente astros y éter. No hay nubes, ni polvo, ni vientos. Aunque en realidad, un viento queda, es el viento musical, armónico, creado por el movimiento de los astros.

          Comprendo que Jesús quiere mostrarme, sin palabras, la verdad de este signo estelar. ¡Oh, cuán diferente es del pobre concepto enunciado hace poco y de todos los que hasta hoy he conocido! Me esfuerzo por explicarlo.

          Transitan nítidos astros, unos en línea recta como una bala de cañón, otros, deslizándose como serpientes en el azul; unos girando en su eje mientras recorren la propia órbita, otros, danzando como infantes gozosos en el prado del éter. A cada movimiento, la luz palpita, como si el gozo del movimiento y de la obediencia a las leyes del Creador aumentara la incandescencia de su cuerpo ardiente, solo el sol está fijo e irradia su luz uniforme como un enorme globo de oro fundido con ardientes topacios y ese metal y esas gemas son tales que nuestras joyas más bellas son como sucios guijarros o sucio latón. Ese sol parece una enorme lámpara votiva que adora la Majestad de Dios.

          ¡Cuántos astros hay! Mi mirada gira, gira, gira… y por doquier ve astros y planetas… ¡Cuántas vidas estelares desconocidas hay aquí arriba y cuantos ignorados fulgores! ¡Qué lenguajes misteriosos y qué vidas misteriosas se hallan aquí!

          Hay astros qué, en su fulmíneo recorrido, se purifican, perdiendo efluvios y escorias, que se funden con las de otras estrellas y crean el núcleo de nuevas vidas; así el polvo de los astros forma una senda de innumerables y pequeñas vidas que, en realidad, son pequeñas respeto a los planetas, pero incalculablemente grandes respeto a la nada que es el cuerpo humano. Y esta senda, completamente luminosa, que es como un verdadero vivero de estrellas, deja escapar cada tanto una de sus relucientes vidas que, como una flor, se abandona en el viento del firmamento, se aparta del cuadro natal y, por un proceso que no sé explicar, nutriéndose de las sustancias que atrapa en su camino, va a plasmarse definitivamente… así ha nacido una nueva estrella. 

         O mejor dicho: esta estrella se ha aislado para decirle al hombre que la descubra: “Yo también existo”. Y aún hay otras estrellas que están en proceso de formación y transitan con la estela de su combustión y solidificación como un manto llameante o una cabellera suelta, desplegada por el aura de su mismo recorrido. Todo esto sucede en un prado de etéreo azul que hace perder el valor a la turquesa más pura y al más precioso zafiro pues, si se compara con él, se muestran pálidos y opacos.

          ¡Oh, luz de los campos celestes!, ¿Por qué no sé explicar mejor estas conjunciones, estas formaciones, estas disgregaciones, este inexplicable fermentar de vidas, esta obediencia, belleza y majestad del mundo estelar?

          Jesús hace un movimiento: su mirada se aparta de las estrellas y se vuelve hacia atrás y hacia la izquierda. Probablemente, de su Pensamiento parte una orden, un deseo, aunque no oigo palabra alguna. Un ángel llega velozmente, y se postra adorándole, a los pies del Salvador. Jesús me dice: “compara esta luz con esas luces”. No dice nada más. En efecto, por más que la luz de este ilimitado jardín de astros, que es el firmamento sea tal que no hay mente de poeta o de científico que pueda imaginarla ni siquiera lejanamente, el ángel, ese único ángel, resplandece más que todos los astros juntos…





lunes, 10 de noviembre de 2014

EL RÍO QUE LLEVA EL ALMA A LA VIDA ETERNA.INTERPRETACIÓN DE LA VISIÓN DEL PROFETA EZEQUIEL: 47, 1-2.

INTERPRETACIÓN DE LA VISIÓN DEL PROFETA
EZEQUIEL: 47, 1-2. 8-9. 12


EL RÍO DE LA GRACIA DE DIOS ES LA SANTA IGLESIA





         En la misa del Domingo 9 de Noviembre de 2.014, oí en la primera lectura la visión del Profeta Ezequiel, y me di cuenta de que se trataba de la descripción de como es y de cómo actúa la Gracia de Dios a través de su Santa Iglesia, instrumento, de Dios en la Tierra, en todas las almas que la escogen y la hacen suya.



      "Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad".


          El Templo representa la morada de Dios en la Tierra, que es su Santa Iglesia, que está para transmitir a los fieles los Sacramentos, necesarios para la salud del alma, desde ahí se distribuye la  divina Gracia, que está simbolizada por un manantial de agua que nace en ese lugar. Y así como el agua da vida y fertilidad en la Tierra, de la misma manera la Gracia da vida y fertiliza el alma, para que, creciendo y fructificando en buenas obras, se haga apta para volver e nacer, como lo dijo Jesús a Nicodemo,  y así, tener su morada en el  Templo de Dios en la Vida Eterna.

          En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho.


         En esa visión un Hombre, y no un ángel, llevó al Profeta a la entrada del Templo de Dios, esa es la misión de Jesús, verdadero Hombre y verdadero Dios, el verbo de Dios, que nos lleva y nos explica como Dios Padre, manda el agua que es su divina Gracia, a toda las almas para transformarlas poco a poco en verdaderas Hijas de Dios.

        El Oriente, es donde nace el Sol, que es la imagen de Dios que da vida, luz y calor a la Tierra, lo mismo que lo que hace la Divinidad con el alma, que le da vida, luz y calor, y de humana y animal, lo transforma en místico, que como lo explica San Juan de la Cruz, significa enamorado y sabio, que es la acción del Espíritu Santo, que viene tras la Gracia traída por el Hijo del Hombre.
        El agua manaba hacia el Oriente, es decir manaba de Dios Padre, hacia donde mira el Templo, que es su santa Iglesia, el agua luego, discurría por el lado derecho, que es Cristo Jesús, que está sentado a la derecha del Padre, como dicen las Escrituras.

      Aquel Hombre me dijo: "Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina".


        Las aguas que provienen del Oriente, vuelven entonces según esta visión hacia el Oriente, que es donde se encuentra Dios, esto significa pues que la misión de la Gracia es volver a traer las almas hacia Dios, después de haber bajado hasta el Arabá que es la Tierra, en donde sanearán las aguas saladas como del mar muerto, en donde no crece la vida, esa es precisamente lo que hace la gracia, transformar las aguas del mar muerto en aguas de vida. 



          Debido a la libertad del ser humano, todo el que acepte la Gracia de Dios, y la asimile, es decir todos los seres vivientes que se muevan, por donde pase el torrente, vivirán, es decir que alcanzarán la Vida Eterna, porque en el lenguaje espiritual, que es el lenguaje de  Dios, la vida es la Salvación eterna, y la muerte la Condenación eterna. Habrá peces en abundancia, el pez simboliza aquí a la Providencia Divina, que dice: Buscad el Reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura, los árboles frutales de toda especie, también simbolizan, todo lo que necesita el alma para prosperar, ya que al ser regados por el agua de la Gracia, las almas vivirán bajo el amparo material y espiritual de Dios, como así lo dijo Jesús.


         Las hojas de los árboles, serán igualmente medicina, es decir que amparadas por la Gracia divina, las almas serán curadas, gracias a los Sacramentos del Sagrado árbol que es la Iglesia, que es la que comunica a los hombres que viven en el río de la Gracia, los Sacramentos que son sus frutos y sus hojas, de todas las enfermedades producidas por sus tres enemigos naturales, que son: Mundo, Demonio y Carne.


LOS SACRAMENTOS, FRUTOS DE LOS ÁRBOLES
 DEL TORRENTE DE LA GRACIA, NECESARIOS 
PARA LA RECREACIÓN DEL ALMA


-El BAUTISMO: fruto que limpia el alma del pecado original

-LA CONFIRMACIÓN: fruto que fortalece el alma, ya que abre la puerta al Espíritu Santo.

-El MATRIMONIO: frutos que ayudan a las almas para solucionar todos los problemas de la Vida. Es un gran Sacramento, como así lo decía el Santo Cura de Ars, que permite multiplicar a los hijos de Dios.

-EL ORDEN SACERDOTAL: Es el medio que Dios puso en la Tierra para distribuir los frutos del árbol.

-EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA: Son las hojas de los árboles de la ribera del torrente, que sanan las enfermedades producidas por todos los pecados.

-LA EUCARISTÍA: Es el fruto que pone en contacto el alma con Dios, que es el que se comunica de una manera misteriosa y mística con las almas.

-LA EXTREMA UNCIÓN: Es la preparación del alma para el encuentro con Dios para ser juzgada, fortifica y limpia el alma ante la comparecencia inminente del alma con Dios.


        Vemos pues que el alma que se mueve en el torrente de la Gracia que sale del Templo de Dios de Oriente, al moverse en ese ambiente, alimentándose de los frutos de los árboles de la Ribera, curándose con sus saludables hojas, vuelve otra vez a su origen: de donde partió del Templo de Dios: Oriente.


Salmo 36 (Lectura de la misa del 11-11-2014)

        Como cuida el Señor Dios a los que buscan el Reino de Dios, según las promesas de Jesús: "No os preocupéis por lo que comeréis, vestiréis, eso son preocupaciones de paganos, vuestro Padre sabe lo que necesitáis, buscad el Reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura"


Dios es nuestro Salvador


    "Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en Él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. 

       Cuida el Señor la vida de los buenos y su herencia perdura; porque aprueba el camino de los justos y asegura el Señor todos sus pasos. 

   Apártate del mal, practica el bien y tendrás una casa eternamente; porque los justos heredarán la tierra y la habitarán para siempre". 



EL RÍO DE LA GRACIA TERMINA EN 
EL PARAÍSO DE DIOS.



       "Me mostró entonces el ángel un río de agua viva, trasparente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la plaza de la Ciudad, a uno y otro lado del río, había un árbol de vida que daba doce cosechas, uno cada mes, cuyas hojas servían de medicina a las Naciones.


         Ya no habrá nada maldito. Será la Ciudad del trono de Dios y del Cordero, en la que sus servidores le rendirán culto, contemplarán su rostro y llevarán su nombre escrito en la frente. Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámparas, ni la luz del sol; el Señor Dios alumbrará a sus moradores, que reinarán por los siglos de los siglos" (Ap 22-1,5).









             

martes, 28 de octubre de 2014

¿POR QUÉ A VECES DIOS NO ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES? ¿COMO HA DE SER LA VERDADERA ORACIÓN? ES NECESARIO SER HUMILDE Y TENER AMOR REVERENTE A DIOS


Claude Manet: La oración del Ángelus 




Hay ciertas almas que se creen que recitando largas plegarias, sin tener el comportamiento adecuado ante Dios (hecho que ellos desconocen), ya han cumplido, pero desgraciadamente, estas oraciones, como lo dice Jesús, aburren hasta su Ángel de la Guardia, que pide con fervor a Dios, que transforme esa alma para que aprenda a dialogar con Dios.


La verdadera oración no es solo sonido repetido de palabras, también lo es cuando en todas las cosas se ve a Dios. Se puede sentir a Dios, amarle y reverenciarle en el trabajo, por muy humilde que sea, en la contemplación de la naturaleza, desde una planta, hasta las estrellas del cielo, y de todo lo que nos rodea en las cosas creadas. La verdadera oración no viene del alma, viene de Dios, que es el que la impulsa, el que la ilumina, y también sabe recompensar el alma con ese don suyo, que hace que esté tocada por la divinidad, para darle entonces una alegría y una suavidad, que enciende el alma en amor y agradecimiento, para impulsarla cada vez más hacia la perfección.

La verdadera oración, ha de hacerse con humildad, ya que Dios no escucha a los soberbios, tiene que ser una oración de solicitud de clemencia para el alma orante, que siempre se ve cada vez más pecadora cuando más se acerca a Dios.

Y esta oración es verdadera, cuando se pide  para el prójimo que Dios ha puesto en nuestro camino, sobre todo en el caso de que sea ateo, ya que entonces es cuando esa alma está en un grave peligro, y como un enfermo grave, necesita más atención y medicación, que es la verdadera oración que Dios quiere, cumpliendo así el primer precepto que es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. 

Cuanto más escondida sea, más valdrá a los ojos de Dios, porque será una oración de humildad, para que no la vean los demás. Esa oración tiene que pedir a Dios las fuerzas necesarias para alcanzar la Vida Eterna, pero nunca para alcanzar bienes materiales, según el consejo que nos dio Jesús: “Buscad el Reino de los Cielos y todo lo demás se os dará por añadidura”.

Esta actitud que nos pide Jesús es para refutar la excusa de muchos que en el Juicio le dirían a Dios: ¿Como quieres que nos hayamos dedicado a buscar el Reino de los Cielos, con todos los problemas que hemos tenido nosotros para procurarnos el alimento, el vestido y el cuidado de nuestros hijos?, por eso Jesús se encarnó y nació en un establo, llevando una vida de Apostolado, llena de pruebas y privaciones, no teniendo donde reclinar la cabeza, dedicándose a hacer el bien, y proclamando la Verdad, lo que le valió las torturas y la muerte.




DEL POEMA DEL HOMBRE DIOS DE MARÍA VALTORTA

Dice Jesús:

[…] Oid cómo debéis orar (con los labios, con el trabajo, con la totalidad de vosotros mismos): debéis orar por el impulso de un corazón amante de Dios, a quien se siente Padre; de un corazón que siempre tiene presente quien es el Creador y quien la criatura, y que se presente con amor reverente en frente de Dios, siempre, ya ore, ya comercie, ya camine, ya descanse, ya logre un beneficio o se le propone a otros.

He dicho “por impulso del corazón”: esta es la primera y esencial cualidad; porque todo viene del corazón, y como es el corazón, tal es la mente, la palabra, la mirada, la acción. El hombre justo extrae el bien de su corazón de justo. Cuanto más bien extrae, más bien encuentra, porque el bien realizado genera un nuevo bien, de la misma forma que la sangre se renueva en el círculo de las venas para volver al corazón enriquecida de elementos siempre nuevos, extraídos del oxígeno que ha absorbido y de la sustancia de los alimentos que ha asimilado.

Por el contrario, el perverso, de su tenebroso corazón henchido de fraude y venenos, solo puede extraer fraude y veneno que aumentan cada vez más, corroborado por las culpas que se van acumulando (en el bueno son las bendiciones de Dios, las que confirman, y también se acumulan). Creed, igualmente, que la exuberancia del corazón rebosa a través de los labios y se revela en las acciones. 

Haceos un corazón humilde y puro, amoroso, confiado, sincero. Amad a Dios con el púdico amor que siente una virgen hacia su prometido. En verdad, os digo que toda alma es virgen prometida al Eterno Amante, a Dios nuestro Señor; esta Tierra es el tiempo del noviazgo, tiempo en que el ángel custodio, otorgado a cada hombre es espiritual paraninfo, y todas las horas y las contingencias de la vida son otras tantas doncellas que preparan el ajuar nupcial; la hora de la muerte es la hora de la boda, es entonces cuando viene el conocimiento, el abrazo, la fusión, es entonces cuando, vestida ya de esposa cumplida, el alma puede alzar su velo y echarse en brazos de su Dios, sin que, por amar así a su Esposo, pueda inducir a otros al escándalo.

Pero por ahora, ¡oh, almas sacrificadas aún en el vínculo del noviazgo con Dios!, cuándo queráis hablar con vuestro Prometido, entrad en la paz de vuestra casa (sobre todo la paz de vuestra morada interior) y hablad, como ángeles de carne acompañados por sus ángeles custodios; hablad a vuestro Padre en el secreto de vuestro corazón y de vuestra estancia interior; dejad afuera todo lo que es mundo: el frenesí de ser notados, de edificar; los escrúpulos de las largas oraciones sobresaturadas de palabras, pero monótonas, tibias, mortecinas en cuanto al amor.

¡Por favor, liberaos de prevenciones cuando oréis! En verdad, hay algunos que derrochan horas y horas repitiendo solo con los labios un monólogo – un verdadero soliloquio porque ni siquiera el ángel custodio lo escucha, porque es un gran rumor vano que el ángel trata de remediar abismándose en ardiente oración en favor de este hombre necio, que le ha sido encomendado. – En verdad, hay algunos que no utilizarían de forma distinta esas horas, aunque Dios se les apareciese y les dijese: “La salud del mundo depende de que dejes esas palabras sin alma para ir simplemente a sacar agua de un pozo y verterla por la tierra, por amor a Mí y a tus semejantes”. 

En verdad, hay algunos que consideran más valioso su monólogo que el acto cortés de recibir en modo acogedor una visita, o que el acto caritativo de socorrer a un necesitado: son almas que han caído en la idolatría de la oración.

La oración es acción de amor. Ahora bien, se puede amar tanto orando como haciendo pan, tanto meditando como asistiendo a un enfermo, tanto realizando un peregrinaje al Templo como atendiendo a la familia, tanto sacrificando a un cordero como sacrificando nuestros deseos – justos – de recogernos en el Señor. Basta que uno colme todo su ser y todas sus acciones en el Amor. ¡No tengáis miedo! El Padre lo ve todo. El Padre comprende. El Padre escucha. El Padre concede. 

¡Cuántas gracias se reciben, por un solo, verdadero, perfecto suspiro de amor; cuanta abundancia, por un sacrificio íntimo, hecho con amor! No seáis como los gentiles, Dios no necesita que le digáis lo que tiene que hacer “porque lo necesitáis”. Eso pueden decírselo los paganos a los ídolos, que no pueden comprender, pero no vosotros a Dios, al verdadero, espiritual Dios, que no es solo Dios y Rey, pero que además es vuestro Padre y sabe, antes de que se lo pidáis, lo que necesitáis.

Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe, el que busca encuentra, a quien llame se le abrirá. Cuando vuestro hijo os tiende su manita diciéndoos: “Padre, tengo hambre”, ¿Acaso le dais una piedra?, ¿le dais una serpiente si os pide un pez? No; es más, no solo le dais el pan y el pescado, sino que además le dais una caricia y le bendecís, pues a un padre le resulta agradable alimentar a un hijo y verle sonreír feliz. 

Pues si vosotros, que tenéis un corazón imperfecto, sabéis dar buenos dones a vuestros hijos, solo por el amor natural, que también lo posee el animal hacia su prole, ¡Cuánto más, vuestro Padre que está en los Cielos concederá a quienes se lo pidan las cosas buenas y necesarias para su bien! ¡No tengáis miedo de pedir, ni tampoco de no obtener!

Pero quiero poneros en guardia contra un fácil error: entre los creyentes hay paganos cuya religión es un amasijo de supersticiones y fe, un edificio profanado en el que han echado raíces hierbas parásitas de todo tipo, hasta el punto de que este se va desmoronando y al final, se derrumba; son paganos de la religión verdadera, débiles en la fe y en el Amor, que sienten que su fe muere cuando no se ven escuchados. Pues bien, no hagáis como ellos. 

Sucede que pedís para un momento dado, y os parece justo hacerlo – la verdad es que para ese momento no sería injusta tampoco la gracia pedida – pero la vida no termina en ese momento y lo que hoy es bueno puede no serlo mañana, (pero vosotros conociendo solo el presente – lo cual es también una gracia de Dios – esto lo desconocéis). Sin embargo Dios conoce también el futuro, y muchas veces no satisface una oración vuestra, para ahorraros una pena mayor.

En este año de vida pública, más de una vez, he oído corazones que referían haberse quejado de cuanto habían sufrido cuando no se habían visto escuchados por Dios, pero que luego, habían reconocido que ello significó un bien porque la gracia en cuestión les habría impedido alcanzar posteriormente a Dios. A otros les he oído decir – y decirme a Mí – Señor ¿por qué no respondes a mi súplica?; con todos lo haces, ¿por qué conmigo no? 

Y no obstante, a pesar del dolor que me producía el sufrimiento que veía, he tenido que decir: “No puedo”, porque haber condescendido a su petición, habría significado poner un estorbo a su vuelo hacia la vida perfecta. Incluso el Padre a veces dice: “¡No puedo!”; no porque no pueda cumplir inmediatamente ese acto, sino porque no quiere hacerlo, dado que conoce las consecuencias que se seguirían.


En la vida del Santo Cura de Ars, escrita por Monseñor Trochú, se lee, que hacía múltiples milagros a personas con graves enfermedades, por humildad les decía que fueran al altar de Santa Filomena, y que les dijera que les curara, los enfermos quedaban curados, pero por humildad, conseguía que el milagro no se lo atribuyesen a él.

Cuenta que una vez vino desde París una mujer ciega, el Santo le dijo: "Se puede curar su dolencia, pero su salvación eterna no estaría asegurada, sin embargo si se queda ciega obtendrá la Vida Eterna", la mujer se volvió a París resignada.




lunes, 20 de octubre de 2014

LA PRUEBA DE LA EXISTENCIA DE DIOS PARA LOS SERES HUMANOS ESTÁ EN LA CREACIÓN


Ni ojo vio, ni cayó en mente humana lo que es Dios,
 y la creación, hecha a su imagen y semejanza
 



         “A sus frutos los conoceréis”, dice Jesús, pues bien, Dios a quien no podemos ver directamente, lo podemos conocer a través de sus obras  en  la Creación,  que ciertos científicos, “ateos como cabras”, intentan explicar sin la intervención de ese Ser Supremo.

         Los atributos de Dios son de sobra conocidos por todos los seres humanos,  ya que han sido creados razonables y dotados de inteligencia. Ese conocimiento viene de la ley natural que nos dice que todo lo creado tiene que provenir de un Creador, ya que todo efecto tiene que tener una causa, como así lo enseña la Filosofía, y esto es una premisa tan clara que es indiscutible, y si se pone en duda, es inútil seguir dialogando, porque así como en matemáticas, nadie niega un teorema, negar la Creación argumentando la auto - creación, a partir de la nada, para así negar la existencia de Dios, es tan insensato, que no vale la pena razonar con ese tipo de fanáticos, que argumentan, apartándose de la razón natural.

         Primer Teorema: Dios es Creador  Eterno, Infinito y Todopoderoso en todos esos atributos: Se demuestran por la contemplación del Universo, que es de una magnitud y de una complejidad  tales, que no caben en la imaginación, porque son de una dimensión infinita, de los cuales desconocemos una cantidad enorme de datos: ¿Qué son los llamados “agujeros negros”, hacia donde se dirigen las estrellas en sus constelaciones, de donde ha salido la inconmensurable materia que se fue ordenando desde el famoso "Big Bang", que era un punto de una densidad infinita, y que se diversificó en una maravillosa armonía de elementos minerales, vegetales y animales,  que solo conocemos parcialmente?, ¿Cómo funciona el cerebro humano?

          Muy al contrario, Satanás, el simio de Dios, nos quiere hacer creer que todos esos atributos los tiene también él, pero muy al contrario es Corruptor, finito, sometido al poder de Dios, en todas sus acciones. Ha conservado toda la inteligencia de Arcángel, pero nunca podrá llegar a ser como Dios, ese es uno de sus mayores tormentos, fue la tentación que presentó a Jesús para ser adorado.

        Segundo Teorema: Dios es Perfecto: La naturaleza que conocemos es perfecta: un vulgar insecto, como una mosca, que es capaz de volar en todas las direcciones, a una velocidad y con una agilidad sorprendente, o una araña que produce un hilo de seda, cuya resistencia y elasticidad, la ciencia moderna no ha sido capaz de fabricar, y así cualquier animal desde el más pequeño hasta el mayor, tanto invertebrado como mamífero, cualquier vegetal, los cuales todos son capaces de reproducirse, de crecer, de adaptarse de la mejor manera posible a los medios en los cuales se desenvuelven, están todos ahí, analizados a la luz de la ciencia, para decirnos que están hechos con suma perfección y que solo un Ser Supremo, puede crear esa diversidad y esa perfección.

          La famosa ley de Darwin, que trata de la adaptación al medio, gracias a lo cual intentan explicar lo inexplicable, es decir que no hay Creador, es solo un don de Dios, para que los seres se puedan mejor adaptar al medio en el que se encuentran, esa ley no es pues auto evolución, pero sí evolución creada por Dios para que los seres vivos puedan acomodarse mejor a las condiciones climáticas y ambientales que varían a través de las regiones y de los siglos.

          Satanás al ser lo opuesto de Dios, y su eterno enemigo, es un ser imperfecto, fue por su intercesión, al inducir a Adán y Eva al pecado, que deterioró la perfección en el mundo, ya que así como el amor crea, santifica, ennoblece y embellece, el pecado destruye, corrompe ensucia y afea todo lo creado. De él nacen todas las imperfecciones, las deformidades, las enfermedades, la miseria, la corrupción, el crimen los robos, las infidelidades, los engaños, las explotaciones, las envidias, las venganzas, Fue para combatir todas esas taras que Yahveh estableció los diez mandamientos.  

         Tercer Teorema: Dios es Eterno y Jerárquico: Los millones de años luz, distancias a las cuales caminan las galaxias, demuestran que son la obra de un ser Omnipotente, eterno e inmutable. Dios es Jerárquico porqué en la Creación, hecha a imagen suya, existe esa Jerarquía que es necesaria para que funcione el Universo, tanto a nivel de Criaturas como de planetas: Existe una pirámide en el Reino animal, y en la ley de la gravitación, en donde los astros más pequeños giran y son atraídos por los más grandes, a los cuales les tributan sumisión y respeto, y tiene que ser así en las relaciones humanas, para no llegar al anarquía, a pesar de los progresistas y los partidarios de la famosa Teoría de la Igualdad entre todos los seres, ¡incluidos los animales!, son que niegan toda Jerarquía y obediencia, que son reglas impuestas y queridas por Dios en la Creación y en el trato religioso y social.

         A ese respeto, Jesús, el Dios encarnado y la Virgen María, los seres más perfectos de la Creación, estaban, a pesar de sus sublimes condiciones, sometidos y obedientes a San José, una simple criatura humana, para enseñarnos como tienen que comportarse los seres humanos. Jesús, para obedecer al orden y la Jerarquía establecidos, “no hizo alarde de su condición divina”, fue presentado en el Templo, cuando Él era el Ser que ahí se veneraba. María se presentó al rito judío de la Purificación, cuando Ella era la Pureza por excelencia.

          Satanás no es eterno, ya que fue creado por Dios, y voluntariamente, se apartó de Él por orgullo, queriendo anular la Jerarquía puesta por Dios, al querer ser semejante a Él. Sin embargo, en su maldito Reino, subsiste una Jerarquía y existen toda una variedad de demonios, desde Lucifer, el más grande, hasta el más pequeño de los ángeles caídos.

            Cuarto Teorema: Dios es Amor, Misericordia y Justicia: Toda la Creación está impregnada del amor de Dios hacia los inocentes y desvalidos: tanto en los animales que cuidan a sus crías de una manera instintiva, puesta por Dios, amor que está ahí para asegurar la procreación, sin el cual el mundo se extinguiría. Amor del ser humano, consciente, y no instintivo, como el que tienen los animales, amor hacia su prójimo y su descendencia (razón por la cual el aborto, además de una aberración, es un atentado contra la Ley Divina). 


Amor hacia los necesitados, que se realiza indirectamente por los frutos de la Tierra y directamente por los Hijos de Dios, que ejercen las obras de Misericordia, y eso es lo que diferencia el hombre, dotado de un alma eterna y de libre albedrío: ante el sufrimiento de su semejante, puede socorrer al necesitado, y hasta arriesgar su vida para salvarlo, lo que no harán nunca los animales, ya que la progenitora de un animal, que protege a su cría, solo lo hace por un mecanismo instintivo, puesto por Dios, y así un polluelo que se aparta sin querer de su nido, es abandonado por su madre a morir de hambre, una cría perdida de un mamífero solo será adoptada por otro animal, no por piedad y misericordia, sino porque lo confunde con la suya.

         Dios  es Justicia, dará un premio acorde con su inmensidad: Paraíso eterno y Perfecto para los que han cumplido su ley, o los que la han incumplido y se han arrepentido sinceramente, Premio que si llegáramos a entrever, nos moriríamos de amor y de deseo, castigo, que si lo llegáramos a ver, nos moriríamos de horror, del que hoy día nadie quiere hablar, y menos aún la Jerarquía, por miedo de ser tachada de anticuada y de componentes de la famosa leyenda negra que presentó a España como la abanderada de las torturas religiosas, cuando en realidad, esa mentalidad de la Edad Media, era inherente a todos los Pueblos y las Religiones.

         Inquisición que según el famoso escritor anticlerical francés Voltaire, permitió en España evitar las terribles guerras de Religión, guerras que produjeron en Francia masacres como el de la Saint Barthelémy, en donde se mataba proclamando; “¡Matarlos a todos, Dios reconocerá a los suyos!”.

          Dios es inmensamente bueno y Justo, y para darse cuenta de ello, no hay que referirse a la Revelación: Vemos que existe la felicidad, que es cuanto más profunda cuando la gente es más caritativa y considerada para con sus semejantes, y vemos que las desgracias, son casi siempre consecuencia de la falta de amor de unos seres hacia otros, lo que se llama egoísmo, también vemos que la Justicia no es ninguna quimera, ya que en este mundo y en prácticamente todos los países y las religiones existe el castigo hacia los delincuentes, que son los que abusan de sus semejantes.

          Muy al contrario, Satanás es odio, impiedad e injusticia, es el responsable de todas las guerras, creadas por el odio entre las Naciones, las torturas, los genocidios, las injusticias, su lema es "lo bueno para mí, y la desgracia para ti", tiene en este mundo una enorme cantidad de seguidores, engañados por falsas promesas, ya que como lo dice Jesús, es el padre de la mentira, promesas que son “orgías para hoy” y hambre y horror para toda la eternidad.

          Ese lema es exactamente lo contrario de lo que tiene que ser un buen Cristiano, que es "Lo bueno para ti y lo malo para mí", que como así lo dice San Juan de la Cruz, es el lema de Jesús, que cargó con nuestros pecados, siendo completamente inocente, para alcanzar nuestra Salvación.


          Conclusión: A sus frutos y obras, y por medios naturales podemos pues conocer a Dios, y también por la existencia de los frutos del mal, podemos conocer la existencia de Satán, que permanece escondido, esperando a que la presa incauta se ponga a su alcance para apresarla y llevarla a su maldito Reino.

           Los verdaderos Hijos de Dios son, como lo podemos ver en nuestro entorno los que dicen: “Quiero lo bueno para ti, y lo malo para mí”, son gente que disfruta haciendo el bien es decir que aman a su prójimo con el amor que quiere Dios, y que se refleja perfectamente en la figura de Jesús, que entregó su vida por nosotros cargando con nuestros pecados.

         Hijos de Satán, como también lo podemos ver en el mundo en que vivimos, dicen: “Quiero lo bueno para mí, y lo malo para ti”, son gente que disfruta haciendo el mal, verdaderos sádicos de muy diversas categorías, llegando algunos a ser peor que demonios, es decir que odian a su prójimo con el odio que quiere Satán.

         El relativismo de hoy día pone en plan de igualdad a esas dos categorías de personas, lo que alegra a Satán y disgusta mucho a Dios, ya que es un verdadero sacrilegio poner en plan de igualdad el bien y el mal, es decir a Dios y a Satán, lo que fue el pecado de Lucifer que quiso ser semejante a Dios.

         Jesús ofreció su vida para Salvarnos, Satán no arriesgó ni un pelo de su rabo, solo le mueve el odio hacia Dios y busca incesantemente arrancar las almas al rebaño de Dios. Muy al contrario Dios busca nuestra salvación, entre los dos está el libre albedrío de las almas, que escogen su camino con plena libertad.

Gloria al Padre; al Hijo y al Espíritu  Santo
Gloria a la Inmaculada Madre de Dios
Gloria a San José su castísimo Esposo