MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 31 de mayo de 2018

REFLEXIONES SOBRE LA MISA TRIDENTINA QUE ALGUNOS QUIEREN ILEGALIZAR.






SOBRE LA MISA TRIDENTINA



Aunque reconozco que la misa actual merece todos mis respetos, y que no cambia nada a lo más importante que es la Palabra y la presencia de Jesús en la Sagrada Eucaristía, observo que en las ceremonias actuales se ha perdido la Sacralización que había en la misa en Latín.
Los asistentes en general no se comportan de la misma manera, no hay respeto en la manera de comportarse al principio y sobre todo al final de la misa, que parece la salida de un cine o de un teatro. 
Las mujeres desde jóvenes, en su gran mayoría, vienen a la misa en verano con vestidos inmorales, sin que nadie les diga nada, cuya culpa es de ellas y también de los Párrocos de las Iglesias que no se lo impiden.
Este escrito lo he dirigido a un amigo mío que se ha pasado a la Iglesia Bautista, y que ha renegado de la Religión Católica.




            Te quiero explicar como era para mí y para muchas personas que conocí, la misa en latín. Esa misa era como la lengua de la Iglesia Católica, mi Patria espiritual, que me había enseñado de pequeño mi madre, terciaria del Carmen descalzo, era el signo de la continuidad de los cristianos desde el martirio del coliseo  Romano, que fue la semilla de nuestra Santa Fe, la que produjo  la savia necesaria para la implantación y el arraigamiento de la doctrina de Jesús. Era la lengua en la cual se perpetuaba la herencia recibida, me llegué a aprender casi todos sus sentidos, y sus sonidos me eran agradables, me podía comunicar con cualquier cristiano del mundo a través de esa lengua, pues era el lazo de unión que teníamos los Católicos en toda parte donde nos encontrábamos.

La misa actual ha suprimido todo los símbolos más sagrados: por ejemplo, cuando se recitaba el Credo y se decía "Et incarnatus est ex María Virginae", los fieles que estaban de pié se arrodillaban;  y también en la comunión y cuando el Sacerdote daba la bendición al final de la Misa. Esta "desacralización" de los sacramentos, y de la divinidad, llamada "teología de la secularización", es semejante a lo que ha traído la supuesta democracia en la vida política: Los niños en general ya no respetan a nadie, ni a sus padres, ni a los maestros, y lo que es peor, se  rebelan contra cualquier Jerarquía.

Esa Jerarquía está puesta y querida por Dios no solo en el Universo en donde todos los satélites giran alrededor de los planetas; los planetas alrededor del sol, y el sol con toda la galaxia alrededor de los misteriosos y poderosísimos agujeros negros, que como Dios, son invisibles, debido a su inmenso poderío, y se ocultan en la oscuridad de una nube, que simboliza su inacesibilidad, y además también, está puesta por Dios en los animales; en las plantas; y en toda la Creación. Toda la Creación obedece a los mandatos divinos y a las leyes puestas por el Creador, solo el hombre, desobedece y sigue las consignas de Satanás que dice: "No serviré".

Además, el latín tiene una fuerza de expresión de una contundencia tal, que no la tiene ninguna otra lengua: No es igual decir: “Credo in Unum Deum Patrem Omnipotentem” que decir: “Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso”, o en francés: “Je crois en un seul Dieu, le Père Tout Puissant. O bien “Veni Creator Spiritu” en vez de:  “Ven Creador del Espíritu” o en francés. “Viens Créateur de l´Esprit”. Cuando, de pequeño me encontraba en la misa, estaba el sacerdote de espaldas al pueblo, y por consiguiente sin distracciones posibles, como puede ser ahora observando al público y distrayéndose, o "cabreándose" por la mala actitud de algunos fieles, lo que le hace perder la concentración y el fervor necesarios para un acto tan solemne. Entonces cuando aún no conocía el sentido del latín, leía en mi bonito y ameno misal, con dibujos preciosos que te llenaban de devoción, con la traducción, en mi caso del latín al francés, fue así como aprendí el latín necesario para mas adelante entender sin ninguna ayuda su significado. 

Tú dices, que escuchando la misa en latín, la gente no entiende, pero en realidad, creo que entiende aún menos, cuando una persona de habla Castellana va al País Vasco, a Galicia o en Cataluña, y no hablemos si se desplaza al extranjero, verdadero Babel de lenguas.

             Aún hoy, después de tantos años, me alegro de recordar numerosas oraciones en latín, conozco el Pater, el Ave María, las letanías del Sto. Rosario, el Credo (recitado y cantado), conozco también varios cantos litúrgicos como el Pange Lingüa, el Te Deum, las oraciones de la misa, y el olor del incienso aún resuenan en mis oídos, y recuerdo el perfume,  con una grata armonía.

              He sentido añoranza y profundo pesar por el abandono deliberado de esa maravillosa herencia, y me ha escandalizado la actitud tan hostil hacia esa lengua de muchos sacerdotes para colmo ancianos, y ciertos feligreses, recordándome la actitud de algunos hijos que abandonan a sus ancianos padres, o por lo menos que no saben agradecer lo que han hecho por ellos, y que le faltan al respecto.

              Por eso doy gracias a Dios por el Papa Benedicto XVI, que la divina providencia nos ha dado, y ruego siempre por el, para que tenga fuerzas para combatir esa plaga de laicismo y de inmoralidad que nos invade, heredadas de la obsesión por querer anular, en vez de actualizar los ritos y las costumbres que han sido la práctica común de tantos Santos, Confesores, y Doctores de la Iglesia, como así lo ha denunciado el Exorcista del Vaticano el Padre Gabriele Amorth, en su entrevista a la revista italiana 30 Giorni..

              Por fin te diré que cuando voy a Francia, concretamente a Toulouse, ciudad donde me crié, en la Parroquia de Saint Jean Baptiste que está en pleno centro, se celebran los domingos dos misas una en francés a las 9,30  y otra a las 10,30, en latín, con la autorización del Obispo del lugar. Pues bien, en la misa en latín, hay dos veces más gente que en la misa en francés, y en ella asisten muchos matrimonios jóvenes con niños, todos vestidos con modestia y celebrando la conmemoración de la muerte de Cristo con mucha fe y devoción.



miércoles, 30 de mayo de 2018

LA GRACIA DE DIOS SOLO ESTÁ AL ALCANCE DE LOS POBRES QUE SON LOS HUMILDES, Y NUNCA PODRÁN RECIBIRLA LOS RICOS QUE SON LOS SOBERBIOS










LAS ESCRITURAS TIENEN UN SENTIDO, QUE HAY QUE SABER INTERPRETAR CORRECTAMENTE CON LA GRACIA DE CRISTO, QUE ES LA LUZ DEL MUNDO, LA CUAL SE DA SOLO A LOS HUMILDES, YA QUE LOS SOBERBIOS CIERRAN LAS PUERTAS DEL ALMA A CRISTO, Y SE LA ABREN A SATANÁS.

EL QUE NO POSEE ESTA GRACIA, NUNCA LAS ENTENDERÁ, AUNQUE LAS SEPA DE MEMORIA, ES LO QUE LES OCURRE A LOS QUE SE HAN APARTADO DE LA IGLESIA CATÓLICA FUNDADA POR CRISTO JESÚS, Y QUE SE TOMAN POR ELEGIDOS.

Y es lo mismo que les ocurre a los grandes teólogos y prelados católicos, incluso consagrados, del tipo de Hans Kung, de Massiá, del Obispo de Amberes, y tantos otros que quieren cambiar a su gusto el sentido tradicional de las Leyes de Dios, que han tenido todos los Santos ya que se han apartado de la Gracia de Dios por su falta de humildad, y que aún que sepan filosofía, Griego, Hebreo o Latín, aún que hayan escrito y publicado muchos libros y pronunciado un sin fin de sermones, se han vuelto ciegos, porque tienen, como dice Jesús, el ojo enfermo, y ya son incapaces de distinguir el sentido de la Palabra de Dios, y por eso, inducidos por Satanás, intentan reformar y adaptar las Escrituras a su manera de ser, y caen entonces en los pecados más infames, como herejías, falsas creencias condenadas desde antiguo por la Iglesia.

Muchos de esos individuos que se creen iluminados y escogidos para cambiar y adaptar las Leyes de Dios y sus mandamientos a nuestros tiempos, en donde existe el hedonismo, que se enseña no solo en el mundo laico, pero incluso en el mundo religioso, han sido en algún tiempo fieles a la verdadera Doctrina, pero al volverse ricos, que espiritualmente hablando son los soberbios, que solo buscan las aclamaciones de los "baños de masas", han echado a Dios de sus almas ya que nunca está con los que conviven con el pecado de Satanás que dijo "No serviré".

Muy al contrario han existido almas pecadoras y equivocadas en su Doctrina, que gracias a las oraciones del Cuerpo Místico, han recibido la Gracia, ya que tenían un corazón humilde, que solo Dios pudo ver, y han sido halladas merecedoras de recibir la Gracia de ser hijos de Dios. Ese tipo de agraciados casi siempre han recibido la condena de sus antiguos seguidores y amigos, ya que una persona amiga de Dios, se enfrenta siempre con los amigos del mundo. 

El caso más increíble es el de San Pablo, que perseguía a los Cristianos, asistió y aprobó la lapidación de San Esteban, que perdonó a sus verdugos diciendo antes de morir. "Señor no les tengas en cuenta ese pecado" (Hechos 7, 54-60), palabras que fueron las que provocaron la intervención directa de Dios para convertirlo, ya que tenía el corazón recto, creyendo sinceramente defender las Leyes de Dios.


PALABRA DE DIOS (Mat 6, 22-23)

La lámpara del cuerpo es el ojo, si pues tu ojo estuviere sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo estuviere enfermo, todo tu cuerpo será tenebroso, pues si la luz que hay en ti es tinieblas, ¡Que oscuridad habrá! 

Traducción del lenguaje espiritual:

El entendimiento es lo que alumbra todas tus acciones, si es correcto, todas tus acciones serán buenas, pero si tu entendimiento es erróneo, todos tus actos serán malos, y si tu interpretas mal esas enseñanzas, ¡Cuantos errores y pecados cometerás!


COMENTARIO:

y así para un borracho, el milagro más grande de Jesús será la transformación de las seis tinajas de agua en vino, en las bodas de Caná, y justificará así su borrachera.

Para un adúltero, este se fijará en el perdón de Jesús a María Magdalena.

Y Para un renegado, se justificará diciendo que también San Pedro renegó tres veces a Jesús.

Y una cosa es la Ciencia humana que se aprende con el estudio de sus diversas ramas, y que se puede obtener siendo soberbio, y otra cosa es la Sabiduría Divina que solo se aprende con la Gracia de Dios a los pobres, que son los humildes de corazón. 






miércoles, 23 de mayo de 2018

LOS QUIETISTAS QUE DESCONOCEN LO QUE ES EL SANTO TEMOR DE DIOS, DON DEL ESPÍRITU SANTO, SON EGOÍSTAS Y EMBUSTEROS (Dictado a María Valtorta del 22/1/1.944)


LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO




     Clarísimas explicaciones de San Pablo sobre lo que significa el Santo temor de Dios, sobre lo que es la verdadera Virtud que justificará a los hombres de cualquier Religión el día del Juicio, y de lo que es imposible para el hombre entender en este mundo: La maravilla y el horror infinitos del Cielo y del Infierno, que escapan a nuestra capacidad de entender: Si viéramos el Cielo, nos moriríamos de Amor, y si viéramos lo que es el Infierno nos moriríamos de horror.


   Ambas percepciones tienen que permanecer ocultas en la Tierra, porque sino, desaparecería el libre albedrío que es la libertad para escoger entre el bien y el mal, es decir entre Dios y Satán.

   Perfecta descripción del mal que afecta a la Sociedad actual: quedan perfectamente retratados los quietistas, que tanto daño hacen a la Religión, que son los responsables de la situación actual de la Iglesia Católica, que tanto abundan hoy día, llama la atención la descripción tan acertada de su repugnante mentalidad, de sus  actos y sus falsos razonamientos, actitudes que solo puede ver y describir el ojo escudriñador de Dios.


        
LECCIONES SOBRE LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO 
(A los Romanos Cap. 3º, del v.1 al 20.)



Dice el Autor Santísimo:

        “El temor de Dios no está delante de sus ojos” dice el Apóstol. Y con esta breve sentencia explica las depravaciones del espíritu incircunciso.
    La mayoría de los hombres católicos – hablo a estos y de estos porque estos hombres han recibido los siete dones maravillosos del Paráclito y deberán por esto conocer al menos la fortaleza, la paz, la luz que irradia de ellos y la realidad de su naturaleza – la mayoría de los católicos no sabe exactamente qué sea el temor de Dios ni como se practique.
        También aquí hay tres categorías. La de los escrupulosos, la de los quietistas o indiferentes y las de los justos. Más antes de hablar de ellas, hablaré del don.
    ¿Qué es el temor de Dios? ¿Miedo de Él, cual si fuera un justiciero insobornable que se complace en castigar, un inquisidor que no deja de anotar las imperfecciones más menudas, para mandar a las torturas eternas? No. Dios es caridad y no se le debe tener miedo. Ciertamente, su ojo divino ve todas las acciones de los hombres, aún las más insignificantes. Cierto también que su Justicia es perfecta. Más, por lo mismo que es así, Él sabe valorar la buena voluntad de los hombres y las circunstancias en las que el hombre se encuentra, circunstancias que son frecuentemente otras tantas tentaciones de pecar de soberbia y por tanto, de desobediencia, de ira, de avaricia, de gula, de lujuria de envidia y de pereza.
      Dios castigó duramente a Adán y Eva, más a su castigo siguió de inmediato la misericordia: la promesa de un Redentor que habríales de librar de la prisión consiguiente a la culpa, a ellos, a sus hijos y a los hijos de sus hijos. A Adán y Eva, llenos de inocencia y de gracia, dotados de integridad y de una ciencia proporcionada a su excelso estado y a su aún mayor excelso fin –pasar del Paraíso de la Tierra al del Cielo y gozar eternamente de su Dios – Dios habría podido muy bien condenarlos para siempre, porque habían tenido cuanto necesitaban para santificarse y ser perfectos en contra de todas las tentaciones y lo habían tenido sin sentir en sí los incentivos del pecado.
            Vosotros, hombres, tenéis esos incentivos, el Bautismo y los Sacramentos borran en vosotros la mancha original, os devuelven la Gracia y os infunden las virtudes principales, os borran los pecados cometidos después del uso de razón, os fortifican con la fuerza misma de Cristo alimentándoos de Él y os sostienen en la Gracia de estado.

   Más queda la herencia del pecado Original con sus incentivos, y sobre esta herencia y estas secuelas del contagio traído del Progenitor, trabaja Satanás con más facilidad de éxito que sobre Adán y Eva.
   Dado que uno de los axiomas de la Divina Justicia es que: “A quien más recibió, más se le exige", a Adán y a Eva, que habían recibido todo, y no tenían en sí taras hereditarias, antes, únicamente la perfección de haber salido formados de la mano de Dios, del pensamiento de Dios – porque Dios con solo su pensamiento, ordenó al barro que se formara conforme a su diseño, y las moléculas del barro, materia inerte e insensible obedecieron, porque todo obedece al mandato de Dios, todo, a excepción de Satanás y del hombre más o menos rebelde -, a Adán y a Eva, salidos ya formados del Pensamiento de Dios y animados con su aliento, a Adán y a Eva todo debía serles exigido y reclamado y en caso de pecar, todo debía serles quitado y ser condenados a castigo sin término.
       Ellos conocían a Dios. Conversaban con Él al céfiro de la tarde. Además de su Autor, Él era para ellos su Maestro y ellos eran las primeras “voces” destinados a revelar a los venideros las verdades aprendidas de Dios. Y a pesar de todo, no obstante haber tenido conocimiento de la Perfección, tuvieron curiosidad del horror al que prestaron oídos desatendiendo la Palabra de Dios.

        Ofendieron gravemente al Padre Creador, al Hijo, Verbo que les instruía acerca del Bien y del Mal, sobre las cosas, animales y plantas creados y al Amor, porque ingratos, olvidaron por un lúbrico seductor que les tentaba con un fruto, solo con uno, todo cuanto la Caridad les había dado para que fueran felices.
         Más Dios no les amenazó con el Infierno. ¿Acaso no podía fulminarlos allí mismo, al pie del árbol de la Prueba que había resultado para ellos árbol de la concupiscencia? Ellos, de su voluntad, habiánlo hecho tal y hubiera sido justo que perecieran ellos, planta maligna nacida de una semilla perfecta – el Pensamiento Divino – maleada por el veneno de la baba infernal.
         ¿No podía ordenar Dios a su Arcángel que los hiriese con su espada de fuego allí, en los umbrales del Paraíso terrenal, para que sus despojos inmundos no contaminasen la Tierra y precipitarlos desde aquel límite al abismo, del que saliera aquel a quien ellos habían preferido en contraposición a Dios?
       Claro que lo podía y hubiera estado en su perfecto derecho. Más la Misericordia y el Amor amortiguaron la condena con la promesa de la Redención y por ello, del Premio eterno.
          Aquellos, todos aquellos que mueren en medio de escrúpulos y que ofenden con ello la Paternidad de Dios, su Amor, su Esencia, teniéndolo por un Dios terrible, intransigente, que no tolera debilidad alguna en sus pequeños hijos a los que aplica la medida de su Perfección infinita, deberían reflexionar sobre eso. ¿Quién se salvaría jamás si Dios fuese como ellos se lo forjan? Si la medida de la perfección humana hubiera de ser la perfección Divina, ¿Quién de los hijos de Adán habitaría los Cielos? Una sola: María.
   Más con todo, está dicho: “Sed perfectos como mi Padre y vuestro”, no para asustaros sino para animaros a hacer la más que podáis. Seréis juzgados – no me canso de repetirlo – no por la perfección conseguida en medida perfecta tomando como norma la de Dios, sino por el amor con que hayáis procurado obrar.

     Se díce en el mandamiento del Amor: “ama con todo tú mismo”. Y ese “tú mismo” cambia de una persona a otra. Hay quien ama como un Serafín y quien tan solo sabe amar como un niño, muy embrionariamente. Pero el Maestro, puesto que la mayoría sabe amar como niños – muy embrionariamente - , mientras que tan solo criaturas de excepción saben amar seráficamente, he aquí que os ha puesto por modelo a un niño, no a Sí mismo, ni a su Madre, ni tampoco a su Padre putativo. No. A un niño. A sus Apóstoles, a Pedro, cabeza de la Iglesia, les propuso por modelo a un niño.
        Amad con la perfección de un niño que, para explicarse los misterios, cree sin elucubraciones científicas; espera sin temor paralizante, fruto del excesivo racionalismo y de ociosas cavilaciones; ama tranquilamente a Dios al que tiene por un buen papá, un buen amigo, un buen hermano, un buen amigo que le protege y hace su pequeño bien para dar gusto a Jesús. Y así seréis perfectos en vuestra medida perfecta, perfectos en vuestra bondad relativa, del modo que es perfecto Dios en su bondad infinita.

      Temor de Dios no es pues, terror de Dios. Recuerden esto los aquejados de escrúpulos, los cuales ofenden a Dios en su amor y se paralizan a si mismos en su continuo sobresalto. Recuerden que una acción no buena viene a ser más o menos pecado en la medida de que uno se haya convencido de que lo sea o no esté seguro de que lo sea o no crea que lo sea del todo.


     Por eso, si uno llega a hacer un acto que ciertamente no es pecaminoso, pero está convencido de que lo es, obra injustamente porque su intención es hacer una cosa injusta, mientras que si uno hace algo que no es justo ignorando que lo sea, pero ignorando de verdad que sea así, Dios no le imputa dicha acción como culpa.

     Así también, cuando circunstancias especiales obligan a un hombre a llevar a cabo acciones que el decálogo u otra ley evangélica prohíben (verdugos que han de cumplir con la justicia, soldados que deben combatir y matar, conjurados que, por no llevar al patíbulo a sus compañeros y dañar intereses superiores, juran ser ellos solos, los culpables y mueren por salvar a los otros), Dios juzgará con Justicia el obligado homicidio o el heroico perjurio. Basta que el fin de la acción sea recto y ésta realizada con justicia.


     Temor no es terror, pero tampoco el temor de Dios es quietismo. Los quietistas son el polo opuesto de los escrupulosos. Son aquellos, que por un exceso de confianza, pero confianza desordenada, no se aprestan a hacer el bien porque están seguros de que Dios es tan bueno que con todo está siempre contento. Y con el mayor empeño, seducidos por su estática somnolencia, procuran quedarse inmóviles, cerrando sus mentes a las verdades que les desagrada saber, esto es: las que hablan de castigo, de purgatorio, de infierno, de obligación de hacer penitencia y de trabajar en perfeccionarse.

      Son almas ofuscadas y soberbias. Si porque los quietistas son soberbios. Soberbios, por creerse ya perfectos hasta el punto de estar seguros de que no pecan nunca. Soberbios porque, si bien llevan a cabo actos de piedad y de penitencia, son actos externos para ser tenidos por “santos” y alabados como tales. Al ser egoístas, se hallan desprovistos de caridad. Sobre su altar está su yo y no Dios. Son embusteros y a menudo, se fingen contemplativos y predilectos de Dios con dones extraordinarios.


       Más no es Dios el que los hace Predilectos, sino Satanás que les seduce para extraviarlos cada vez más. Se creen pobres de espíritu porque no tienen santa urgencia de realizar actos buenos para merecer el Cielo, más no son pobres de espíritu, antes se encuentran llenos de la envidia y avaricia más sórdidas y profundas y son perezosos.
     Son intemperantes porque nada niegan a la materia y si uno les dice: “No es lícito lo que haces”, responden: “Dios lo quiere para probarnos, pero nosotros sabemos salir de lo ilícito con la misma facilidad con que entramos en él, ya que estamos asentados en Dios”. Son verdaderos herejes y Dios los aborrece.

     Por último están los justos. Ellos tienen el dulce y reverencial temor de Dios. Temen causar dolor a Dios y por eso procuran con todas sus fuerzas hacer el mayor número de actos buenos y del modo mejor que le es posible. Si caen en alguna imperfección o pecado tienen un ardiente arrepentimiento apresurándose a depositarlo a los pies de Dios y una no menos ardiente voluntad de reparación.

    La culpa involuntaria no les paraliza, pues saben que Dios es Padre y se compadece de ellos. Lavan, reparan, reedifican lo que la insidia múltiple y salteadora alevosamente manchó, deterioró y derribó; y lo hacen con amor invocando cada vez con más fuerza al divino Amor: “Infunde tu Amor en mi corazón”. Estos son los que tienen el verdadero temor de Dios.
      ¿Qué es pues, el verdadero temor de Dios, vivo siempre en su espíritu? El temor de Dios es amor, humildad, obediencia, fortaleza, dulzura, mansedumbre, templanza, actividad, pureza, sabiduría y elevación. Y el verdadero Modelo de perfecto temor de Dios fue dado por Cristo que amó a Dios con un amor que se plegó alegre y de buena gana a todos los deseos del Padre hasta la obediencia de cruz, que fue humilde hasta abajarse a los pies del traidor y besárselos; que fue fuerte contra todas las insidias, dulce como un niño, sobrio como un asceta, manso como un cordero, puro como un ángel, y más que un ángel, sabio por ser el hombre uno con Dios, contemplativo que ascendía con su Espíritu arrobado a las adoraciones perfectas que hacían que exultasen los Cielos a los que, por fin, subía desde la Tierra del hombre, una adoración que saciaba el deseo de Dios.
        También María fue un ejemplo de temor perfecto. Más Ella, fue lo que fue en atención a los méritos de su Hijo. Y por eso hay que seguir diciendo que Quien desde toda la Eternidad poseyó el temor Perfecto fue el Verbo de Dios por el que todo fue hecho, hasta la maravilla del Cielo y de La Tierra: La Virgen Inmaculada, Hija, Madre y Esposa de Dios.

   De entre tantos versículos, uno tan solo ha sido comentado. Más su importancia es tal que la Sabiduría se ha detenido en él. Si poseéis el perfecto temor de Dios poseeréis el amor perfecto y con él, poseeréis a Dios y seréis por Él poseídos. Y esto eternamente.







lunes, 21 de mayo de 2018

ES PECADO EL EXCESIVO AMOR A LA RELIGIÓN Y A LA PATRIA, PORQUE SE HACE IDOLATRÍA Y EGOÍSMO

LOS CATÓLICOS NO TIENEN QUE FANATIZARSE CON LA
RELIGIÓN, O CON EL AMOR A SU PATRIA 




Tres cosas me han llamado la atención en este escrito del Poema del hombre Dios de María Valtorta, porque son difíciles de entender hasta para las almas religiosas, por eso muy poca gente llega a ponerlas en práctica.

--Es pecado el excesivo amor a la Religión y a la Patria.
--Un pecador empedernido, teniendo algo de buena voluntad, realizando actos espontáneos de virtud, puede conducirle a Dios.
--El que hace una acción buena creyendo que es mala, también peca, ya que Dios mira la intención y no la acción.

Es por eso que de vez en cuando, vemos algunos ateos que se convierten espontáneamente, sobre todo si alguien rezó por ellos, y es por eso que unos minutos antes de comparecer ante Dios, algunos pueden arrepentirse y salvarse de la condenación eterna, porque en algún momento de su vida, han hecho una obra agradable a Dios. 

Es lo que le pasa a algunos que se suicidan: el caso de la persona que llevó unas flores a la Virgen, y se suicidó, se arrepintió antes de morir, como así se lo dijo el Santo cura de Ars a su mujer que, estaba desesperada, pensando que estaba condenado . Es también el caso de una prostituta que se tiró bajo un tren para quitarse la vida, diciendo: “Así no ofenderé más a Dios”, se sabe que se apareció a alguien y le dijo que esas palabras la habían salvado de la condena de Dios.

El excesivo amor a la Patria, hace al ciudadano racista y "Chauvinista", haciéndole creer que su raza es superior a todas las demás, es lo que ha provocado tantas guerras, muertes y sufrimientos atroces en el curso de la Historia.
Ese excesivo amor a la Patria y a su Religión, vuelve a los fieles fanáticos e intolerantes para los que no están de acuerdo con sus creencias. Es lo que ha provocado en Francia las famosas guerras de Religión, y los abusos de la Inquisición, y digo abusos porqué a mi parecer, estoy de acuerdo con lo que dijo el famoso escritor anticlerical francés Voltaire: "La Inquisición ha evitado los horribles masacres de las guerras de Religión en Francia". 

Hoy día ese excesivo "amor" a la Religión, hace intolerable su predicación, para los Pastores que tienen que trasmitirla a los fieles o unos padres a sus hijos: Produce el efecto contrario. Esa actitud de puritanismo, produce el rechazo a la Religión, hace retraerse ciertas almas, ya que como lo dijo el Papa Francisco: "La fe se propone, y nunca se impone". Y es que la fe es un don de Dios, y por eso, debemos transmitirla con precaución, ya que solo somos la gran mayoría, mediocres instrumentos de Dios.




Del Evangelio como me ha sido revelado de María Valtorta
(Tomo 7 Cap. 448;  24 de Junio de 1.946))


Dijo Jesús:

[...] "No. Simón de Jonás. No. Te equivocas. Hasta las cosas que nos pertenecen, nos pertenecen porque Dios nos las concede. Por tanto, aunque por un tiempo limitado se posean, hay que pensar siempre que Uno solo es el que posee todo y sin limitación alguna en el tiempo ni en la medida. Uno solo es el Amo. Los hombres... ¡Oh, los hombres son solo los administradores de pequeñas parcelas de la gran creación!. Pero el Amo es Él, el Padre Mío y tuyo y de todos los vivientes. Además, Él es Dios, y por lo tanto son perfectísimos todos sus pensamientos y acciones. Ahora bien, si Dios mira benigno el impulso de estos corazones paganos hacia la Verdad, y no solo mira sino que favorece este impulso, imprimiéndole un movimiento cada vez más fuerte hacia el Bien, ¿no te parece que tú, ¡oh hombre, pretendiendo impedírselo, en el fondo, pretendes impedir a Dios una acción? Y, ¿cuándo se impide una cosa? Cuando se la juzga no buena. Tú, por tanto, pensarías esto de tu Dios: que realiza una acción no buena. Ahora bien, si juzgar a los hermanos no es cosa buena (porque todos los hombres tienen sus defectos y una capacidad de conocer y juzgar tan limitada, que siete veces de diez yerra su juicio), absolutamente malvado será el juzgar las acciones de Dios. ¡Simón! ¡Simón! Lucifer quiso juzgar un pensamiento de Dios, y lo definió como errado, y quiso ocupar el lugar de Dios, creyéndose más justo que Él. Y ya sabes, Simón, lo que consiguió Lucifer; y ya sabes que todo el dolor que padecemos ha venido por aquella soberbia...".

[...] "No, no murmuréis meneando la cabeza. Repito, aquí no había pecado. ¿Cuándo se forma la culpa? Cuando hay voluntad de pecar, conocimiento de que se peca y persistencia en querer pecar aún después de haber entendido que una acción es pecado. Todo depende de la voluntad con que uno cumple un acto, sea virtuoso, sea pecaminoso. Incluso cuando uno cumple un acto aparentemente bueno, pero ignora que está haciendo un acto bueno, sino que cree que, al contrario que está realizando un acto malo, comete pecado como si llevara a cabo un acto malo y viceversa.

Pensad en un ejemplo. Uno tiene un enemigo y sabe que está enfermo. Sabe que por orden del médico no puede beber agua fría; es más, algún líquido. Va a verlo, fingiendo afecto. Le oye quejarse: "¡Tengo sed!, ¡Tengo sed!", y fingiendo piedad, se preocupa solícito de darle agua helada de pozo diciendo: "Bebe, amigo, Te quiero y no puedo verte sufrir de esta manera por el ardor. Mira, he pensado traerte esta agua tan fresca. Bebe, bebe que gran recompensa asiste el que asiste a los enfermos y da de beber a los sedientos". Y, dándole de beber le acarrea la muerte. ¿Creéis que este acto, bueno en sí por estar constituido por dos obras de misericordia, es bueno ahora que se produce por voluntad mala?  No lo es".
[...] "Y otro ejemplo: ¿el soldado que mata en guerra es homicida? No, si su espíritu no acepta la masacre y combate porque se ve obligado  a ello, pero combate con ese mínimo de humanidad que la dura ley de la guerra y de la subordinación impone". 

[...] "Dios es Misericordia, más que intransigencia. Dios es bueno. Dios es Padre. Dios es Amor. El verdadero Dios es esto. Y el verdadero Dios abre su corazón a todos, a todos, diciendo: “Venid”, indicando a todos su reino. Y es libre de hacerlo, porque es Él el Señor único, universal, creador, eterno.
Os ruego a vosotros, israelitas, que seáis justos. Recordad estas cosas. Que no os suceda que las comprendan los que veis como cosa impura y para vosotros permanezcan incompresibles. 

También es pecado el excesivo y determinado amor a la Religión y a la Patria, porque se hace egoísmo. Y el egoísmo es siempre razón y motivo de pecado.

Sí, el egoísmo es pecado porque siembra en el corazón una mala voluntad que hace rebelde el hombre a Dios y a sus mandamientos. La mente del egoísta ya no ve a Dios nitidamente, ni tampoco las verdades de Dios. La soberbia exhala sus vapores en el egoísta y empaña las verdades. En la calígine, la mente que ya no ve la luz clara de la verdad como la veía antes de hacerse soberbia, empieza el proceso de los por qués, y de los por qués pasa a la duda, de la duda a la indiferencia, no sólo respeto al amor y a la confianza en Dios y en su Justicia, sino también respeto al temor de Dios y el temor a su castigo.

De ahí la predisposición a pecar, y de ésta se pasa a la soledad del alma que se aleja de Dios, la cual, no teniendo ya la voluntad de Dios como guía, cae en la ley de su voluntad de pecador. ¡Muy mala cadena es la voluntad del pecador, uno de cuyos extremos lo tiene en su mano Satanás, mientras que del otro ata a los pies del hombre una bola pesada, para tenerle sujeto, esclavo en el fango, abatido, en tinieblas! ¿Puede entonces el hombre no incurrir en culpas mortales? ¿Puede no incurrir en ellas, teniendo en sí solo mala voluntad? Entonces, solo entonces, Dios no perdona.

Pero, cuando el hombre tiene algo de buena voluntad y lleva a cabo incluso actos espontáneos de virtud, ciertamente acaba poseyendo la Verdad, porque la buena voluntad conduce a Dios, y Dios, el Padre Santísimo se inclina amoroso, compasivo, indulgente a ayudar, a bendecir, a perdonar a sus hijos que tienen buena voluntad".




lunes, 7 de mayo de 2018

EXTRAORDINARIA PREDICACIÓN DEL PADRE WILLIE EXPLICANDO EL POR QUÉ DE LA DECADENCIA DE LA IGLESIA, OPINIÓN CONFIRMADA POR LA REVELACIÓN DEL ÁNGEL AZARÍAS A MARÍA VALTORTA







Dirá Jesús a los que no han comprendido que la religión exige un renacer a una vida nueva, cambiando su corazón egoísta heredado del pecado original por un corazón compasivo y misericordioso, transformado por la predicación y el ejemplo suyo, la víctima perfecta y sin mancha que es el único que puede mandar el Espíritu Santo para realizar esa transformación.

No todo el que dice Señor, señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos. Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: "Jamás os conocí. Apartaos de Mí, los que practicáis la iniquidad" (Mat 7, 22-23).

Ese tipo de individuos que son los que describe Jesús, son sin duda alguna los relativistas que no ven la diferencia que existe entre el pecado y la virtud, los quietistas, que predican insistentemente "Dios te quiere como eres", o "haga lo que hagas Dios siempre te querrá", y que al ser todos hijos de Dios, el infierno está vacío porque un Padre no puede mandar allí a sus hijos, como me dijo el Señor Arzobispo. Son gente que han estado en contacto directo con la Liturgia de la Iglesia, ya que profetizaron en su nombre, echaron demonios (que solo lo pueden hacer los sacerdotes autorizados por su Obispo), y hasta hicieron milagros, que sin duda alguna eran solo "trucos de magia" para colmar su soberbia, y recibir "baños de multitudes", utilizando el Poder del maligno, pero eran lo contrario de lo que hacía Jesús que eran curaciones milagrosas de cuerpo y de alma, ya que siempre producían un incremento de fe para los beneficiarios, al contrario esos individuos solo hacían hechos extraordinarios que no aportaban ningún bien para las almas. 

Ese es el más terrible de las desgracias que les puede ocurrir a un alma: Creer que por tener un cargo importante en la Iglesia, y haber estado siempre convencido que su salvación estaba asegurada, y no conocieron nunca el Santo temor de ofender a Dios. En la Vida de todos los Santos ninguno de ellos estaba convencido de tener la salvación asegurada, y eso era uno de sus mayores sufrimientos, como le ocurría al santo Padre Pío de Pietrelcina, que decía que todos los grandes sufrimientos que padecía los soportaría con gusto si estuviera seguro de que Dios estaba  contento con su comportamiento.
San Juan de la Cruz dice en sus escritos, citando las escrituras que nadie sabe si es digno de Amor o de desprecio a los ojos de Dios, solamente cuando las almas han ascendido por la escala mística a uno de los más altos grados, cuando entra en éxtasis con Dios, es cuando entonces puede tener seguridad de su salvación.




REFLEXIONES DEL LIBRO DEL AZARÍAS, EL ÁNGEL
 DE LA GUARDIA DE MARÍA VALTORTA


[…] ¡Oh!, no es frecuentando los lugares de oración cómo el hombre se santifica sino con toda la vida. Vosotros llamáis impropiamente “practicar” a lo que tan solo es “frecuentar”. Frecuenta quien marcha corrientemente a un lugar, y practica el que pone por obra lo que en aquel lugar se le enseñó o aprendió. Más, ¡cuántos escribas o fariseos ven los ángeles desde el altar entre los que van una o más veces al día en los lugares de oración! ¡Cuántos!

Es preciso poner en práctica las enseñanzas, y hacer que estas y los Sacramentos fructifiquen, no por ser alabados en la Tierra y ocupar un buen puesto en el Cielo, sino por el súper espiritual deseo de honrar de este modo al Señor y de no gozar imperfectamente del alimento que Él suministra a vuestro espíritu. Es entonces cuando, verdaderamente, con la humildad y caridad de vuestras intenciones, la leche espiritual que es sinceridad, puede obrar en vosotros haciéndoos crecer en robustez.

Cualquiera meneará la cabeza diciendo: “El que es asiduo a las prácticas de piedad no puede pecar”.

¡Oh Las fornicaciones de la falsa piedad son más numerosas de lo que se cree! Muchas almas, parecidas a muchos conyugues libidinosos, hacen una doble vida, cesando una de ellas en el dintel de la Iglesia. Una vez fuera de ella, marchan a los amores adúlteros con la carne, el egoísmo y las concupiscencias. Después de alimentarse con el Bondadoso, son crueles con sus hermanos: tras purificarse con la Sangre caritativa derramada por todos, son anti caritativos mostrando sus egoísmos feroces; y habiéndose instruido con la palabra, realizan actos contrarios a las enseñanzas de la misma. 

Y, ¿no cabe llamarlos adúlteros a estos tales? ¿No se les puede llamar embusteros? Cuando menos: mariposas disfructuosas o bien ociosos y zumbadores moscones, que pierden el tiempo en curiosidades vanas y en vagabundeos de sensualidad espiritual; mientras que el verdadero enamorado de la leche espiritual permanece unido a este alimento, no queriendo cosa que le distraiga de él, antes va en su busca y, cual abeja laboriosa, produce después dulces licores con el. 






domingo, 29 de abril de 2018

V Domingo de Pascua – 29 de abril de 2018 – Ciclo B - 11:00 AM




MISA DEL PADRE WILLIE PEÑA EN SAN JUAN DE PUERTO RICO


Extraordinario sermón sobre la situación actual de muchos católicos que se creen que la Religión consiste en simples prácticas religiosas, olvidándose de que Jesús dijo a Nicodemo que hay que volver a nacer para entrar en la Vida Eterna.


sábado, 21 de abril de 2018

POR QUÉ YAHVÉ PUSO UNA SEÑAL A CAIN PARA QUE NO DELATE SU CRIMEN CONTRA SU HERMANO ABEL?


El crimen de Caín deformó su alma y su cuerpo, Yahveh
puso una señal para que no se reconozca.






Génesis 4, 13-15 

[...] Caín contestó al Señor:
Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Tu me echas de este suelo, y tengo que ocultarme de tu vista; seré un forajido que huye por la Tierra, y el que me encuentre me matará.
El Señor le dijo:
El que mate a Caín será castigado siete veces.
Y el Señor puso una marca a Caín, para que no lo matara quien lo encontrase. 


Nunca comprenderé como hay tanta gente atea, es decir los que no creen en la existencia de Dios, o los que se autodenominan agnósticos, que quiere decir que ni creen, ni dejan de creer, ya que como según ellos, no se puede demostrar la existencia de Dios, se despreocupan del asunto, y viven su vida a su antojo, sin obedecer a ninguna Ley Divina, y siguiendo solo lo que les dicta sus apetitos.

Para nosotros, creyentes, y para la verdadera Iglesia de Dios, puesta por Él para ayudar a alcanzar la Vida Eterna, estas actitudes son verdaderamente pecaminosas, ya que toda la creación tanto material como animal, está pregonando la grandeza, la belleza, la infinita variedad, majestad y la sublime inteligencia de Dios, creación que cuanto más se analiza, tanto a nivel microscópico como a nivel cósmico, más aparece incomprensible para la mente humana.

Con un análisis espiritual más profundo, es un pecado gravísimo contra Dios, porque es negar la evidencia de que tiene que existir un Ser Superior para crear, mantener y ordenar todo lo creado. Y así el ateo, que está disfrutando en este mundo hasta del aire que respira, no solo no es capaz de agradecer a su Creador su existencia, pero además le niega el deber de amarle, como en la naturaleza, así lo hacen todas las cosas creadas, incluso los animales que siempre obedecen a Dios y en cierta manera alaban así a su Creador.

Es igualmente un pecado contra el Sublime Redentor, Cristo Jesús, ya que toda su vida, su pasión y muerte que se realizó para nuestra Salvación, carece entonces de sentido. Y el que no cree en Dios sabiendo que cualquier padre quiere lo mejor para su hijo, y desea que le imite según el ejemplo que le da en su vida y con sus enseñanzas, comete un pecado gravísimo, porque espiritualmente hablando, no querer obedecer a las Leyes de Dios, es el tremendo pecado de Soberbia de Lucifer, que decía “No serviré”, lo que le valió la maldición de Dios, y su caída en el abismo, transformado de Ángel en demonio, acompañado por sus seguidores, los ángeles tenebrosos.

El día del Juicio particular que ocurrirá a la hora de la muerte de cada ser humano, el alma en presencia de Dios, el Juez supremo, se verá entonces con el aspecto que refleja como ha sido su vida, que es la manera de comportarse que ha escogido libremente, en la Tierra, su alma se desarrolló poco a poco de una manera tal, que, el que ha practicado la Virtud, siguiendo los mandamientos de la Ley de Dios, que corresponde con la ley de su Conciencia, se habrá transformado en un ser apto para entrar en el Cielo, será de una belleza y de un esplendor proporcional a la Virtud que haya practicado en su Vida, y será semejante a Dios.

De la misma manera, el que haya practicado el vicio, siguiendo las Leyes de Satanás, el padre de la mentira, y haya muerto en pecado mortal, se verá completamente inepto para poder entrar en el Reino de Dios, ya que se verá transformado en un ser de un aspecto espantoso, semejante a Satanás.

Esto lo explica muy bien San Juan de la Cruz cuando dice que con el amor el alma, se asemeja y se transforma en lo que ama, ya que es propiedad del amor igualar el amante el amado. 

Y en este mundo, el más sádico criminal pasa desapercibido, ya que como se lo prometió Dios a Caín, puso una señal para que no se vea su delito, para evitar así que todo el mundo lo escudriñe, y lo desprecie, y no tenga la posibilidad de arrepentirte mientras está aún en la Tierra, pero en el otro mundo cuando entre en la Eternidad, donde ya el alma no podrá progresar porque habrá perdido la libertad de obrar, Dios habrá sacado esa señal y el alma aparecerá tal cual es, es decir apta para el Purgatorio, el Cielo o el Infierno.




De los cuadernos de María Valtorta
 (18-2-1.947)

Dice Jesús:

[…] ¡Oh vida humana, tan fundida con lo sobrenatural que llega a anular las voces y las flaquezas de la naturaleza para asumir las voces y las perfecciones angélicas! ¡Vida que ha olvidado la concupiscencia y vive de amor y en el amor! Es el hombre que se vuelve ángel, o sea la criatura compuesta por dos substancias, que purifica la parte más baja con los fuegos de la Caridad, y en la Caridad están todas las virtudes, como si fueran muchas semillas encerradas en un solo fruto, hasta el punto que puede decirse que, de este modo se despoja, o mejor, la despoja de todo lo que es materialidad hasta hacer también que la materia sea digna de penetrar un día en el Reino del Espíritu. 


Posa en el sepulcro el atavío purificado a la espera de la orden final. Más entonces surgirá glorificada hasta provocar la admiración de los mismos ángeles, porque la belleza de los cuerpos resurgidos y glorificados causará reverente estupor aun a los ángeles de Dios, que admirarán a estos hermanos suyos en lo creado diciendo: “Nosotros supimos permanecer en la Gracia respecto a una sola substancia; ellos, los hombres, son vencedores de la prueba respecto al espíritu y respecto a la carne. Gloria a Dios por la doble victoria de los elegidos”.



De los cuadernos de María Valtorta del 14 de Julio de 1.944


(...) La semejanza con Dios está en este Espíritu eterno, incorpóreo, sobrenatural, que tenéis en vosotros. Está en este espíritu, en este átomo del Espíritu infinito que, encerrado en una cárcel angosta y precaria, espera y anhela a volver a reunirse con su Fuente y compartir con Ella libertad, alegría paz, luz, amor, eternidad.

La imagen persiste aún donde ya no hay semejanza, porque el hombre permanece tal cual a los ojos de los hombres, aunque a los ojos de Dios y a los sobrenaturales habitantes del Cielo y de pocos elegidos en la Tierra (son los que tienen discernimiento de los espíritus), aparezca ya con su nuevo aspecto de demonio, que es su verdadero aspecto a partir del momento en que al no tener ya vida en él el espíritu, la culpa mortal le priva de la semejanza con Dios.

El hombre, privado de la Gracia por obra de la culpa, es solo el espíritu en donde se pudre el espíritu muerto. He aquí porque aunque todos los seres humanos tienen una imagen física común, cuando se cumpla la resurrección de la carne, serán sumamente diferentes entre si. Los bienaventurados tendrán un aspecto semi-divino, los condenados mostrarán un aspecto demoníaco. Entonces se traslucirá al exterior el misterio de las conciencias. ¡Qué terrible cognición! 

Añadido el 13-5-2.014
En esta vida, cualquier pecador, por muy grave que sea el pecado mortal, puede aún disfrutar de la Redención de Cristo Jesús, ya que, gracias a la señal de Caín, el aspecto de su alma muerta, queda oculta por su cuerpo mortal, si no fuera por esa ventaja, el alma no podría volver a la Vida con la Resurrección, que es el perdón de la culpa para el alma arrepentida.

Si el alma no quedase oculta, sin que su pecado haya transcendido a su cuerpo mortal, ello suscitaría para toda la gente solo odio y desprecio, hacia esa persona, lo que impediría su redención, por esa razón podemos amar al pecador, porque solo así se puede evitar el odio, y por eso puede aún convertirse, ya que una persona solo se puede convertir con amor, y nunca con desprecio. Esa conversión puede realizarse gracias a la Comunión de todos los Santos, es decir por las oraciones, los méritos y los sufrimientos de las almas Santas, que se ofrecen en holocausto por todos los pecadores.

Por eso la Santísima Virgen de Fátima dijo a los pastorcillos: "¡Cuanta gente se condena porque no hay nadie que rece por ellos!". Palabras que no se atreven a recordar muchos predicadores, ocultando una recomendación que ayudaría a salvar muchas almas.