MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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domingo, 7 de octubre de 2018

JESÚS, HIJO DE DIOS CON TODOS SUS ATRIBUTOS, ¿COMO PUEDE SER POCO INFERIOR A LOS ÁNGELES?



JESÚS REY ETERNO DEL UNIVERSO




     Sublime explicación de las palabras del Apóstol, de lo que a simple vista parece una herejía: Jesús aparece en este mundo como verdadero hombre, y poco inferior a los Ángeles.

      Declaración de que Cristo, cuya verdadera naturaleza divina, fue por voluntad de Dios, ocultada inicialmente por Él, fue sometido como hombre a las tentaciones de Satanás, que se dirigen principalmente a los pecados de la carne, que no provocaron en Él ni la más mínima turbación.

Y me permito aquí, refutar los argumentos soeces en contra de las obras de María Valtorta, declarando que en sus obras está escrito que Jesús sintió tentaciones carnales. He leído atentamente, todas las obras, nunca apareció en ningún texto ese argumento, que pregonan los hijos de Satanás, que intenta refutar por todos los medios a su alcance la Luz de Dios, empleando las tinieblas y los embustes del príncipe negro.



JESÚS HIJO DE DIOS, EN LA TIERRA VERDADERO HOMBRE, POCO INFERIOR A LOS ÁNGELES.


De los cuadernos de María Valtorta

     Dice Jesús:
    
 (...) ¿Es que no hay contradicción alguna entre las palabras del Apóstol que dice que Yo soy Hombre, semejante en todo a los otros hombres, y que sin embargo, dice también que Yo soy inferior por un poco a los ángeles? Entonces, ¿no soy inferior a vosotros? Entonces, ¿no soy semejante a Dios, dado que Dios es más que los ángeles? Por lo tanto, ¿el Apóstol profirió blasfemias, dijo tonterías o embustes? Y si no los dijo, ¿en qué consiste esta diferencia, esta igualdad y esta inferioridad de ser diverso de los ángeles, inferior a ellos e igual a los hombres y, al mismo tiempo, diferente de ellos porque soy un poco inferior a los ángeles? ¿Acaso no es una blasfemia decir que el Verbo encarnado es inferior a los ángeles? ¿En qué consiste esta diferencia que existe en Mí, respeto a los ángeles y a los hombres?

     (...) Más Yo os diré cuál es la diferencia y como puede ser que Yo sea semejante a vosotros y, al mismo tiempo, sea por poco inferior a los ángeles.
     Soy semejante a vosotros, soy el Hombre, por eso soy, sin lugar a dudas, inferior a los ángeles, porque el hombre no es la criatura espiritual, la más noble de la creación, como lo son los ángeles, puramente espirituales, sumamente inteligentes, e inteligentes con prontitud, porque no están gravados por la carne y los sentidos, confirmados en la gracia y siempre en adoración ante el Señor, cuyo sentimiento comprenden y actúan sin obstáculos. 

Mas, ¿el hombre puede elevarse a si mismo a un nivel sobrenatural? Puede hacerlo si vive voluntariamente en la pureza, en la obediencia, en la humildad y la caridad, precisamente como así lo hacen los ángeles, fue Hombre por el deseo divino del Padre, para que pudiera ser el Redentor. Luego se hizo un poco inferior a los ángeles por su propia voluntad y para demostraros con el ejemplo que el hombre, si quiere, puede elevarse a si mismo a la perfección angélica y tener una vida angélica.

     ¡Oh, vida humana, tan fundida con lo sobrenatural que llega a anular las voces y la flaqueza de la materia para asumir las voces y las perfecciones angélicas!, ¡vida que ha olvidado la concupiscencia y vive de amor y en el amor! Es el hombre que se vuelve ángel, o sea la criatura compuesta por dos substancias que purifica la parte más baja con los fuegos de la Caridad, y en la Caridad están todas las virtudes, como si fueran muchas semillas encerradas en un mismo fruto, hasta el punto que puede decirse que, de este modo, se despoja, o mejor la despoja de todo lo que es materialidad, hasta hacer que también la materia sea digna de penetrar un día en el Reino del Espíritu. Reposa en el sepulcro el atavío purificado a la espera de la orden final.

        Más entonces surgirá glorificada hasta provocar la admiración de los mismos ángeles, porque la belleza de los cuerpos resurgidos y glorificados causará reverente estupor aún a los ángeles de Dios, que admirarán a estos hermanos suyos en lo creado diciendo: "Nosotros supimos permanecer en la gracia respecto a una sola substancia, ellos, los hombres, son los vencedores de la prueba respecto al espíritu y respecto a la carne. ¡ Gloria a Dios por la doble victoria de los elegidos !"

     Cristo, completamente semejante a los hombres, quiso alcanzar la belleza de la perfección angélica con una vida sin sombras, no solo de pecado más ni siquiera de atracción hacia el pecado y, al permanecer Hombre para padecer la muerte con la carne y con la sangre al fin de expiar las culpas de la carne y de la sangre y de la muerte y de las soberbias de la vida, con todo, todo, todo el dolor que reparara toda, toda, toda la culpa, se hizo un poco inferior a los ángeles, ennobleciendo así la naturaleza humana hasta la perfección angélica.
     
     Por lo tanto soy Dios. Y soy Hombre, y así como el ángel es el eslabón intermedio entre el hombre y Dios, Yo que debía salvar la cadena interrumpida, es decir, que debía reuniros a Dios, convertí mi perfecta Humanidad en la conjunción entre la Tierra, o sea los hombres, y el Cielo, o sea los ángeles, y llevé a la Humanidad a una perfección igual - es más, mayor - que la que Adán y Eva tuvieron al principio de los tiempos, cuando el hombre era inocente y feliz debido al don gratuito de Dios, y  no conocía ni padecía la terrible lucha contra el Mal y contra los acicates del pecado. Por lo tanto, la Divinidad no se envileció al asumir la semilla de Adán, sino que se divinizó la Humanidad, porque por la libre voluntad del Hombre, fue vuelta a la perfección que hace semejantes a mi Padre, quien no conoce la injusticia.

     No miente, ni blasfema ni se contradice el Apóstol, cuando dice por palabra inspirada, que Jesús, el Hombre se hizo un poco inferior a los ángeles en la espiritualidad heroica. 

No faltó el Dios Padre, el Dios Hijo y el Dios Espíritu Santo al darle al Redentor la única apariencia que le correspondía para ser tal y para redimiros, además que con la gran acción de su sacrificio, con la continua lección de su crecimiento en la gracia hasta alcanzar la perfección espiritual para redimiros de vuestra ignorancia, esa ignorancia que es consecuencia del pecado, que degrada las fuerzas del hombre, que le sugestiona, insinuando que él, por estar hecho más de materia que de espíritu, no puede intentar su evolución espiritual.

     (...) Dejad de lado los temores. Dejad de lado la ignorancia. Miradme. Yo, el hombre alcancé la perfección de la justicia siendo hombre como lo sois vosotros, porque lo quise. Imitádme. No temáis, mantened el alma unida a Dios y avanzad. Y subid. Subid a las luminosas regiones de lo sobrenatural. Con vuestra ardiente voluntad arrastrad la carne hasta donde sube vuestro espíritu. Convertíos en ángeles. Convertíos en serafines. El demonio ya no podrá heriros en lo más profundo. Tras haber golpeado vuestra coraza, sus flechas caerán a vuestros pies y no quedaréis turbados, como no lo quedé Yo.

     Por lo tanto fue justo que mi Padre, aún pudiéndolo hacer, no me diera una índole diferente a la del hombre. Fue justo. Así, cuando propongo mi código y os digo: "Seguidlo, si queréis estar donde Yo estoy", nadie podrá decirme: "Tu puedes estar allí porque eres diferente de mí, a quien la carne apremia ferozmente. Tu puedes vencer a Satanás porque en Ti, la carne no es aliada de Satanás". Nadie podrá reprocharme considerando fácil mi victoria ni sentirse desalentado por la diferencia de su creación. En Mí y en vosotros existen las mismas cosas: la carne, la inteligencia y el espíritu, para poder vivir, comprender y vencer. En Mí, está la semilla de Adán. En vosotros, está la semilla de Adán.



     ¡Oh! Os oigo murmurar: "En Ti no estaba la Culpa. En nosotros...". Tampoco en Adán estaba la Culpa, y sin embargo, pecó porque quiso pecar. Yo no quise pecar. Y no pequé. Yo, el Hombre, no pequé. Mi Padre me hizo de la misma semilla vuestra para demostrarlos que ser hombres no quiere decir ser pecadores. Al igual que vosotros, Yo tenía una índole humana. Sabed ser como Yo en la victoria. Mi Padre me hizo Hombre, dándome en común con vosotros carne y sangre con las cuales vencer, muriendo a Satanás y exigiendo que el Autor de vuestra salvación se volviera perfecto como Hombre por su propia voluntad y por medio del sufrimiento y que alcanzara la gloria a causa de la muerte que padeció.

     ¡Oh! acaso no es muerte saber morir para todo lo que es seducción? ¿No es una muerte continua para todo lo que es concupiscencia a fin de vivir eternamente en el Cielo? Yo empecé a consumir mi sacrificio para vencer a Satanás y al mundo y a la carne - que conseguían vencer desde hacía mucho tiempo - contra el primer acto de voluntad contra las voces de la carne y el mundo y las de su rey tenebroso. He muerto para Mí mismo afín de  vivir. He muerto en la Cruz para daros la Vida.

     [...] Decidme, oh vosotros que os escandalicéis al leer que Yo padecí esa tentación, ¿acaso herí mi perfección Divina y Humana porque se me acercó el Tentador? ¿Qué se alteró en Mí? ¿Qué se corrompió? No se alteró nada, ni siquiera el pensamiento más fugaz.




       

sábado, 6 de octubre de 2018

PROFUNDOS COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO DE JOB, QUE ESTÁ ACTUALIZADO EN LAS LECTURAS DE LA MISA.


En el libro de Job, Beemot el hipopótamo simboliza a Lucifer, entonces el elefante simboliza al 
Arcángel San Miguel.

        
Contestación de Dios a los que critican su divina providencia. Descripción de las fuerzas del mal, que por razones de Justicia, ya que en este mundo están mezclados el Bien y el Mal, tienen que subsistir, como subsisten mezclados y aparentemente iguales en sus inicios en los campos el trigo y la cizaña. En la Parábola del trigo y la cizaña, a la petición de arrancarla antes de su maduración, el Dueño de la mies dice: "No, porque arrancaréis también el trigo", y es que la imagen de la parábola tiene un significado muy profundo.

El alma está en este mundo en estado de gestación, y ante el sufrimiento y la dicha, que son para la planta como la lluvia y el sol, estas almas se van transformando en hijas de Dios o en hijas de las tinieblas, igual que la cizaña que al principio es como el trigo, pero a la hora de la cosecha, se han diferenciado ya ambas, y los segadores pueden distinguirla fácilmente, mientras que al principio, al ser iguales, era imposible hacerlo.

Explicación de como Dios actúa para vencer a las fuerzas del mal, sin quebrantar en modo alguno la libertad del hombre, ya que la libertad que para que sea verdadera, tiene que coexistir el bien con las fuerzas del mal, y su Príncipe tenebroso Satanás, tiene que poder tentar para adueñarse de las almas que le son afines, así como también las almas tienen el poder de escoger el Bien, cuyo Príncipe Luminoso es Cristo Jesús.

Satanás, para llevar sus afines a su maldito reino, movido por el odio y la envidia, no ha arriesgado absolutamente nada, Jesús muy al contrario, movido por el amor verdadero, ha arriesgado y perdido absolutamente todo, se ha entregado voluntariamente en manos de sus verdugos, que, después de torturarlo, le quitaron hasta la Vida, clavándolo en la Cruz.

Y es que las armas de Satanás son la soberbia, el egoísmo y el odio: "Lo bueno para mí, y lo malo para ti"; y el arma de Jesús es la humildad, la misericordia y el amor: "Lo bueno para ti, y lo malo para Mí". Y Lucifer el que era el Arcángel más subido del Cielo, no puede vencer a las almas que están bajo la protección de Dios Todopoderoso. En la Vida del Santo cura de Ars, se oyó al demonio, el "Grappin", como así lo llamaba, dirigirse al Santo al que apodaba "mangeur de truffes" (comedor de patatas), porque el Santo se alimentaba de patatas hervidas. Declaró que era imposible vencerlo, debido a la protección de la Virgen María y por la acción del "Dragón", que para Satanás era el Arcángel San Miguel.


Del libro del Santo Job.

El Señor respondió a Job desde la tormenta y dijo: 
¿Quien es el que enturbia mi consejo con palabras sin sentido? 
Si eres valiente, prepárate yo te preguntare y tu me responderás.


      Yahveh habla desde su omnipotencia a los incrédulos, y a los que quieren cuestionar su divina providencia, por culpa de los sufrimientos y de las desgracias de la humanidad, y que se creen más sabios que Dios. Un día se le preguntó a un famoso misionero, un ex-jesuita casado, que trabaja en la India a favor de los pobres, que le parecía el mundo en que vivía, dijo que "¡Si fuera Dios, yo lo hubiera hecho de otra manera!". Es increíble, la soberbia que tiene este individuo, que como Satán, no solo quiere ponerse a la altura de Dios, pero encima, para colmo, quiere ser superior a Él.


¿Donde estabas tú cuando afiancé la Tierra. 
Habla, si es que sabes tanto. 
Sabes tú quien fijó su tamaño y midió sus dimensiones? 
¿En que se apoyaron sus columnas, quien asentó
su piedra angular mientras cantaban a coro 
las estrellas del alba, y exultaron todos los seres celestes?



Aquí, pregunta Dios a Job sobre los misterios de la Creación, sobre las fuerzas que rigen su rumbo, sobre su afianzamiento, la energía que la sostiene, y las leyes que la rigen. No solo se trata de la creación de la Tierra, cuya duración en el tiempo es limitada y por lo tanto es una ilusión, pero también trata de la recreación del alma, desfigurada por el pecado original, creación eterna, que igualmente está sujeta a unas leyes que rigen sus dimensiones espirituales, y que se apoya en unas bases cuya piedra angular es Cristo Jesús, y que tiene por columnas la razón y la conciencia, puestas por Dios, que son los dos olivos que vio el Profeta Zacarías en la visión de las siete lámparas, que representan a los siete Espíritus de Dios en misión por toda la Tierra, revelados en el Apocalipsis.


Ante el canto de asombro y de admiración de los Ángeles del Cielo, y de los coros angélicos, que desde el alba de su Creación, están alabando y exultando de alegría por las maravillas de la Creación de Dios, cuya imagen terrena son las estrellas multicolores y de múltiples dimensiones, que nos anuncian el alba del mundo celestial, y que también a su manera, obedeciendo las leyes del cosmos puestas por el Creador, alaban a Dios. 


¿Quien encerró con doble puerta al mar, 
cuando salía a borbotones del seno de la tierra, 
cuando le puse las nubes por vestido, 
y los nubarrones por pañales; cuando le señalé 
un límite, le fijé puertas y cerrojos y le dije:
No pasarás de aquí, aquí se romperá la soberbia de tus olas? 


Limitando las olas del mar, que intentan anegar a borbotones a la Tierra, que simbolizan la mentira, que quiere destruir a la Verdad, mentira y maldad de Satán, a las cuales se le ha puesto doble puerta: La de la Justicia divina y la de las leyes de los hombres, que impiden toda la acción de esas fuerzas infernales, tapando Dios su horror con las nubes, y limitando su poder, que es imponiéndole un limite a la soberbia de las olas. De sobra sabemos lo que ocurre con los tsunámis, cuando las olas rompen los límites impuestos por Dios. Es cuando el mar inunda a la Tierra y lo destruye todo a su paso, causando muerte y dolor.


¿Has mandado en tu vida a la mañana, 
o has asignado su puesto a la aurora, 
para que agarre a la tierra por sus bordes,
y sacuda de ella a los malvados?


      Dios es el que envía la esplendorosa luz de la aurora, vencedora de las tinieblas, que simboliza su Espíritu de verdad, siempre vencedor de la mentira. La Virgen María, ya presente en la mente de Dios desde toda la eternidad, representada aquí por la Aurora de la mañana, es la que vence a las fuerzas infernales, sacudiendo y expulsando su acción, con la ayuda del Arcángel San Miguel, y poniéndolas en fuga.

En la naturaleza, vemos como las madres de todos los seres creados por Dios, defienden por intuición a sus crías, arriesgando hasta su vida para protegerlas. De la misma manera, y aún con mucho más intensidad, porque su fuerza está otorgada por el Todopoderoso, movida por el Amor, y no por instinto, la Santísima Virgen María, Madre de la Humanidad, protege a las almas que se acogen a ella, contra el gran depredador de esas almas: Satanás.

        

El da forma a la Tierra, como el sello a la arcilla, 
y se tiñe de color como un vestido; 
pero niega la Luz a los malvados 
y el brazo altanero queda roto.


    La Gracia de Dios, es la que transforma poco a poco a las almas, en la vida terrena de cada ser humano, como así lo hace el alfarero y las va tiñendo de color, mudando su paganismo, y transformándolo poco a poco en un hombre nuevo, gracias a un nuevo renacer, como así lo explico Jesús a Nicodemo, va derrotando a los impíos, negando el entendimiento a los malvados, y rompiendo su acción altanera y perversa.

El hecho de negar la Luz a los malvados está muy bien explicado en las Escrituras con San Pablo, cuando dice: "Las cosas de Dios, cuando más sublimes, más absurdas son para el mundo, y al revés, las cosas del mundo cuando más sublimes son para el mundo, más absurdas son para Dios".

 

¿Has llegado hasta la fuente de los mares. 
has pisado en las honduras del abismo, 
te han mostrado las puertas de la muerte?
¿Has visto los umbrales de las sombras, 
has abarcado la anchura de la tierra? 
Habla si es que lo sabes todo...

¿Acaso conoces tú el origen del mal, y las consecuencias del pecado, que intenta arrastrar a las almas al abismo infernal, ya que según la Escritura divina, un abismo de pecado llama a otro abismo, puedes tú ni siquiera entrever a donde van a parar los merecedores de la segunda muerte? 
¿Acaso sabes como y por qué empiezan a caer los pecadores, acaso conoces la multitud de las tentaciones del orbe? 
¡Contesta a estas preguntas si puedes, tú que crees que todo lo sabes!

 

Si eres valiente, prepárate Yo te preguntaré
y tu me responderás, ¿Intentas decir que soy injusto,
vas a condenarme a mí, para darte la razón, 
eres tan fuerte como Dios truenas con voz como la suya? 
¡Vamos, adórnate de Grandeza y Majestad,
revístete de gloria y esplendor; 
da rienda suelta a tu ira, 
y con una mirada humilla al soberbio; 
derriba de una mirada al altanero, 
aplasta en su sitio a los malvados; 
húndelos juntos en el polvo, enciérralos en la mazmorra;
y Yo mismo cantaré tu alabanza:
¡Tu diestra te ha dado la victoria!



      ¿Como te puedes poner a la altura de Dios, tú que ignoras el origen y las leyes que rigen el mecanismo del cosmos y que además, desconoces todo sobre el poder de las fuerzas infernales, que te sobrepasan ampliamente?, ya que solo Yo, con mi fuerza, mi poder, mi Grandeza y Majestad, mi Gloria y Esplendor infinitos, puedo abatir a los soberbios y derrotarlos, hundiéndolos en el polvo. ¡Tendrías que alabarme y proclamar mi victoria!


¿No te das cuenta que es tu soberbia, al igual que Lucifer, que te hace rebelarte contra Mí?, ¿como puedes creer que un ser de una capacidad limitada, puede enfrentarse a un ser Infinito? ¿Como es que no te das cuenta de que la diferencia que hay entre la inteligencia de un insecto y tú, es mucho menor de la que existe entre tú y Yo?



Mira a Beemot, lo creé Yo, igual que a ti;
come hierba como un buey. 
Mira que fuerza hay en sus lomos. 
Que vigor en los músculos del vientre.
Yergue su cola como un cedro, 
los nervios de sus muslos están entrelazados;
sus huesos son tubos de bronce.
Sus vértebras como barras de hierro.
Es la obra maestra de Dios, 
solo su autor puede derrotarla,
le ofrecen su tributo los montes, 
y las bestias salvajes que viven en ellos. 
Se acuesta bajo el loto, 
se oculta entre las cañas del pantano;
la sombra de los lotos lo recubre, 
lo envuelven los sauces del torrente. 
Si el río crece, no se inquieta, 
está tranquilo aunque el Jordán le llegue al hocico. 
¿Quien podrá apresarlo de frente, 
o ponerle una argolla en el hocico?



        Descripción de Beemot, el hipopótamo, imagen de Lucifer, la bestia mas poderosa de la Tierra, la obra maestra de Dios, que es inteligentísimo e imbatible en su medio natural que es el río, y que en África, mata a más gente que las fieras como los leones.
Vive en los lugares húmedos, que simbolizan el hedonismo actual, y está escondido al acecho en los juncos, con apariencia de flores de loto, quiere arrastrar a las almas a su maldito reino, no teme enfrentarse a las aguas del Jordán, que son los elegidos, que reciben la Divina Gracias que Yo les mando, nadie puede apresarlo ni amansarlo. Puede con sus imponentes fauces derrotar hasta los demonios de menor rango, como los cocodrilos, partiendolos por la mitad, por eso todos le temen y le obedecen.



¿Puedes pescar a Leviatán con anzuelo,
o sujetar con un anzuelo su lengua?
¿Clavarás un junco en sus narices,
taladrarás con un gancho sus fauces? 
¿Te hará acaso largas suplicas, o te dirá cosas tiernas? 
¿Hará contigo el pacto, de ser tu siervo para siempre? 
¿Jugaras con él como con un pájaro, 
o lo atarás como juguete de tus niñas? 
¿Traficarán con el los pescadores?
¿Lo venderán en publica subasta?
¿Acribillarás su piel con dardos?
¿Taladrarás su cabeza con arpón? 
Atrévete con él. Te acordarás y no volverás a hacerlo.
(.....)
Su corazón es duro como roca, 
duro como piedra de molino. 
Cuando se yergue, se asustan los valientes.
El terror los hace retroceder. 
La espada que le alcanza no se clava,
ni tampoco lanza, dardo o jabalina;
paja es el hierro para él, 
y el bronce, cual madera carcomida;
no lo pone en fuga la saeta, 
polvo son para el las piedras de la honda; 
como golpe de caña le resulta la maza,
se ríe del silbido del dardo.
Tiene bajo el vientre tejuelas puntiagudas,
que arañan el fango como un trillo.
Hace hervir el abismo como una olla, 
hace del mar un pebetero; 
deja detrás de si una estela brillante, 
y el mar parece una estela blanca. 
No tiene igual en la tierra, es una criatura sin miedo;
hasta a los más arrogantes hace frente.
¡Es el rey de todas las fieras!


        Descripción de Leviatán, el Cocodrilo, invencible también sin la ayuda de Dios, imagen de la jerarquía demoníaca de rango menor que Lucifer, y de "los malos espíritus, que andan dispersos por el mundo, para la perdición de las almas". Aquí están descritas de una manera alegórica, pero perfecta, toda su crueldad: su corazón es duro como roca, es decir que no tiene ningún sentimiento de compasión, ejerce el mal y practica la mentira y no teme a nadie, nada más que a Dios.


Job respondió al Señor y dijo: 
Sé que todo lo puedes, que ningún acontecimiento 
esta fuera de tu alcance. 
(....)Me he atrevido a hablar insensatamente,
de acontecimientos extraños, que no comprendía
y que ignoraba. Escucha - me dijiste -, 
déjame hablar; Yo te preguntare y tu me responderás. 
Te conocía solo de oídos, pero ahora te han visto mis ojos.
Por eso me retracto, y me arrepiento, 
cubierto de polvo y ceniza.

  Respuesta de Job, que ha comprendido que todos los padecimientos de su destino, eran necesarios para derrotar a las fuerzas del mal con la ayuda de Dios, y así, poder entrar en el Reino de los Cielos. Profundo arrepentimiento de Job que se cubre de polvo y ceniza que simbolizan el dolor y la pena de haber dudado de la acción de la Providencia divina.

Reconoce humildemente, que las obras de Dios en su creación, son comportamientos extraños que no comprendía, al contrario de los soberbios, que quieren enmendar lo hecho por Dios, poniéndose a su altura y opinando sobre asuntos que no pueden comprender.



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REFLEXIÓN PERSONAL


¡Oh, Señor, veo tu mano en todos los acontecimientos de mi vida, veo como todos mis sufrimientos, me los has mandado para el bien de mi alma. Veo que se han cumplido todos tus designios a lo largo de mi largo recorrido en este mundo!
Veo con meridiana claridad, como me has llevado por la senda estrecha que conduce al Cielo, y como, a pesar de mi rebeldía, me has apartado con mano fuerte del camino de perdición, que me llevaba derecho al precipicio.

Te doy infinitas gracias, por haberte acordado de mí, cuando yo había olvidado tus mandamientos, cegado por Satanás que me enseñaba atractivos ilícitos, para así apoderarse de mi alma, que has rescatado con Tu Sangre, Sudor y Lágrimas. Te doy también gracias por haberme dado una madre de la Tierra, terciaria del Carmen y devota de San Juan de la Cruz y Santa Teresa y Santa Teresita, los tres grandes Doctores de la Iglesia, que me enseñó por sus palabras y sobre todo por su ejemplo, cual era el camino del Cielo, y la Madre del Cielo, la Santísima Virgen María, medianera de todas las gracias de Dios, ya que además de ser mi madre, asumió la maternidad espiritual de toda la Humanidad, por eso, todo el que confía en ella, nunca se verá defraudado, y quedará bajo la protección de su manto, como el "polluelo" bajo las alas de la gallina.

Por todo eso, como lo dice San Juan de la Cruz, te debo además de agradecimiento por haberme creado, Amor ilimitado, con todas mis fuerzas por haberme redimido, con el precio infinito de Tu Vida, Pasión y Muerte de lo cual soy en alguna medida, responsable por mis pecados, pero profundamente arrepentido.




lunes, 1 de octubre de 2018

PRIMERO DE OCTUBRE FIESTA DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS






Lo que mas caracterizó a Santa Teresita, fue lo que tuvieron todos los Santos, y que es fruto del santo temor de Dios:


-PROFUNDA HUMILDAD, PACIENCIA Y RESIGNACIÓN:

Es la condición necesaria y suficiente para alcanzar la Santidad, de manera tal que, aún que un alma haga milagros, si no es humilde, no puede ser Santa, porque el humilde es obediente, y admira a todos los demás, al contrario del desobediente que los  desprecia. La humildad  abre la puerta a Dios, que nunca se comunica con los soberbios.
Una alma humilde, abre las puertas de su alma a Dios, una soberbia, le cierra las puertas, ya que Satán habita en ella y el mismo es el que se encarga de cerrarlas, porque le tiene pánico a Dios.
Se cuenta en el libro que ella escribió: "Histoire d´une âme", que su gran preocupación era de saber si sus obras eran agradables a Dios, le ocurría lo mismo que a San Pío de Petrelcina, que decía que de todas sus numerosas cruces, su mayor sufrimiento era de saber si sus Obras eran agradables a Dios.
Cuenta en el libro de la vida de Santa Teresita, que se le apareció la Beata Ana de Jesús, fundadora del Carmelo en Francia y en Belgica, que fundó en Granada con San Juan de la Cruz, estando Santa Teresa de Jesús enferma en Burgos.
Lo primero que le preguntó era si sus obras eran agradables a Dios, y se tranquilizó cuando le dijo que sí.


-EL AMOR A DIOS Y SUS SEMEJANTES:

Aguantó con profunda resignación todos los malos tratos y terribles desprecios de sus hermanas, que le hacían la vida imposible en el Carmelo de Lisieux, llegando a ser de una amabilidad tal con la hermana que le era más antipática, que esta le preguntó: "Hermana, ¿Como es que le soy tan simpática, porque cada vez que me ve, me sonríe de esa manera?"
Rogó de tal manera por un condenado a muerte, que iba a ser guillotinado, que este besó el crucifijo que le presentó el Sacerdote antes de morir.
Dijo: En el Corazón de la Iglesia, seré el amor", y desde el Cielo haré llover una lluvia de rosas, para derramar gracias sobre mis hermanos.

Hay que encomendarse a ella para que interceda por todas nuestras necesidades espirituales y temporales.










martes, 25 de septiembre de 2018

LA GRAVEDAD DE LAS PALABRAS HERÉTICAS, ES PROPORCIONAL AL GRADO DE CONOCIMIENTO DE QUIEN LAS PRONUNCIA


Señor, ¿Como es posible  que después de haber dado tu Vida por nosotros, 
y después de haberte dejado flagelar, escupir, insultar, después 
de haber cargado con todos los pecados de la humanidad, 
aún haya gente que blasfemen llamándote egoísta? 




Dios no es un Ser desinteresado, es el primer egoísta de la Creación


Fueron dos Sacerdotes de la Parroquia de los españoles en Toulouse (Francia), (q.e.p.d.), que invitados a comer en casa de mis padres, en el año 1.958 declararon, siendo yo aún adolescente y sin conocimientos religiosos profundos, esta frase: “En el mundo todos los hombres y mujeres obran por egoísmo, ya que siempre en toda acción existe una parte de amor propio o de interés. Incluso una madre que va a dar a luz en un parto difícil, cuando dice: “Prefiero morir, para que mi hijo viva, también esta afirmación puede ocultar una parte de egoísmo, ya que puede decirlo, para que la gente piense bien de ella, y la vea como una madre perfecta…”.

Hasta aquí, creo que esta afirmación puede ser posible, y por eso puede encerrar una parte de verdad, ya que el hombre más perfecto, siempre tiene en sí, la huella del pecado original, que solo desaparece cuando el alma se ha purificado y eliminado las raíces del mal, que solo el lavacro con el agua del costado de Cristo puede producir. Este lavacro, que San Juan de la Cruz llama noche oscura del espíritu, es la que restablece en el hombre la inocencia perdida en el Jardín del Edén. Cuando el alma ha recobrado este estado después del paso por esa horrenda noche, verdadero Purgatorio de la Tierra, entonces el alma se vuelve de una inocencia tal que, aunque vea producirse un terrible crimen, no ve mal alguno.

Estará entonces en disposición de hablar con Dios como lo hacían Adán y Eva antes de comer del fruto que les inoculó a ellos y a todos sus descendientes, menos a María Santísima, el veneno de Satanás: El conocimiento del bien y del mal. Pero cuando esos dos Sacerdotes pronunciaron las palabras heréticas, fue cuando afirmaron rotundamente:

“¡Y el primer egoísta de la Creación es el mismo Dios porque el catecismo indica que el hombre fue creado para conocer, amar y servir a Dios! (sic)”

En aquella ocasión no supe refutar esa afirmación, pero mi hermano mayor, profundamente indignado le preguntó:
“¿Si Dios por voluntad propia, hiciera desaparecer en un momento toda la Creación, variaría en algo su esencia?, a lo cual sorprendidos por la contundencia de la persona y sin pararse a pensar, los sacerdotes contestaron: “Dios no puede sufrir variación alguna ni en más ni en menos, porque Él no puede ni crecer ni menguar, ya que es un ser infinito”. Luego al darse cuenta de su error, desviaron la conversación.

Unos días después, me encontré con uno de ellos por la calle, y me dijo: “Estaba pensando en tu hermano, que contestó esas palabras", pero no dio su brazo a torcer, alegando que a pesar de todo, ellos tenía razón, es decir que en Dios había un interés egoísta”. Es increíble el trabajo de Satanás en esas almas y como les conforma la mente de una manera tal, que las almas siguen “erre que erre”, sumidas en el error, y me pregunto: ¿Para qué les sirvieron tantos años de estudios teológicos?, me recuerda cuando los Fariseos veían a Jesús hacer milagros de misericordia, y decían que lo hacía con el poder de Belcebú, que por definición es el ser menos misericordioso, y padre de todas las desgracias.

Si hubiera tenido los conocimientos teológicos actuales, la refutación a esas palabras sacrílegas (¡Dios les haya perdonado, hace ya unos 60 años por esas palabras sacrílegas!), habría sido bien sencilla y evidente: Dios es Amor, Amor verdadero, que es auténtico, como lo explica San Juan de la Cruz, cuando afirma: “Quiero lo malo y dificultoso para mí, y lo bueno y dichoso para ti”. Y una de las características principales de ese Amor, lo que demuestra su autenticidad, es que el Amor, cuando es verdadero tiene que darse a los otros, ninguna persona ama de verdad si no se entrega a los demás, es una obligación imperiosa, que es una característica del Amor, por esa razón el primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas no puede desligarse del amor al prójimo, y un amor sin el otro es una pura falacia, por eso el que dice que ama a Dios y no ama al prójimo, o que ama al prójimo, como lo afirman los políticos, y no aman a Dios, son unos embusteros.

Y de la misma manera que está reflejado en el proverbio castellano que dice: “Obras son amores y no buenas razones”, Dios todopoderoso para demostrar que su amor es infinito, nos dio a su Divino Hijo que es la perfección infinita también, para redimirnos y arrancarnos de las garras de Satanás. Y esto es una de las características del Amor verdadero, que da a la persona amada todo lo que tiene, y no guarda nada para sí, por eso el Sagrado matrimonio Cristiano es así, los esposos dan el uno al otro todo lo que poseen y ponen todos sus bienes en común, y por esa razón está escrito en la Biblia que en el Reino de Dios seremos dioses por participación, no por naturaleza pero sí por herencia.

Los que guardan algo para ellos, no tienen el verdadero Amor, por eso leemos en los Actos de los Apóstoles, que cuando los primeros cristianos ponían en común todas sus pertenencias, el matrimonio que había guardado algo para sí, cayó fulminado por Dios ante todos. Y me pregunto: ¿Que enseñan en los Seminarios a los Sacerdotes para que prediquen esas doctrinas heréticas? ¿para qué les han servido tantos años de seminario, si no han comprendido lo más importante: como es el amor de Dios que es la fuerza gratuita y el motor de la vida material y espiritual?



Del Evangelio como me ha sido revelado
 de María Valtorta (18 de Julio de 1.944)


Dice Jesús:

"Hay levadura y levadura. Está la levadura del Bien y está la del Mal. La levadura del Mal, veneno satánico, fermenta con mayor facilidad que la del Bien, porque encuentra la materia más adecuada para su fermentación en el corazón del hombre, en el pensamiento del hombre, en la carne del hombre, seducidos los tres por una voluntad egoísta, contraria, por tanto, a la Voluntad universal que es la de Dios.

La voluntad de Dios es universal porque no se limita nunca a un pensamiento personal, sino que tiene presente el bien de todo el universo. A Dios nada puede aumentarle ninguna perfección, habiendo poseído todo de forma perfecta. Por tanto, no puede haber en Él un pensamiento propio de ganancia en la base de ninguna acción suya.

Cuando se dice: "Se hace esto para mayor gloria de Dios, en el interés de Dios", no es porque la gloria divina sea susceptible en si misma de aumento, sino porque toda cosa que es en la Creación lleva una impronta de bien y toda persona que haga el bien - y por tanto merezca poseerle -, se adorna con el signo de la Gloria divina y da así gloria a la Gloria misma, que ha creado gloriosamente todas las cosas. Es un testimonio, en definitiva, dado a Dios por las personas y las cosas: testificando con hechos acerca del origen perfecto del que proceden.

Por eso, Dios cuando os manda, os aconseja u os inspira una acción, no lo hace por interés egoísta, sino por un pensamiento altruista, caritativo, de bienestar vuestro. Por eso la voluntad de Dios no es nunca egoísta; antes bien, es una voluntad enteramente abierta al altruismo, a la universalidad; la única y verdadera fuerza en el mundo universo que tenga pensamiento de fuerza universal".



PARA LOS HERALDOS DEL EVANGELIO QUE AFIRMAN QUE TODA LA IGLESIA DE DIOS ESTÁ CONTAMINADA, Y QUE HAN SIDO LLAMADOS PARA REFORMARLA.



Aún hay fanáticos que se creen que todos los que no pertenecen a la
Iglesia Católica se van a condenar. Seremos juzgados
por nuestras obras, y muchos de comunión diaria,
 incluso Sacerdotes, pertenecen menos a la Iglesia
que muchos paganos, que llevan
una vida ejemplar.


           Veo que compartimos bastantes ideas en común pero, en lo que se refiere a “la abominación de los lugares sagrados”, profetizada por Jesús, veo que no estáis en el término medio, sino que os habéis colocado en una posición extremista, que consiste en ver la abominación generalizada en la Santa Iglesia Católica, creyendo que Dios os han llamado para renovarla.

         Es verdad, recordando a Pablo VI que decía que ha entrado el humo de Satanás en la Iglesia, pero eso no es una cosa nueva: En el transcurso de la Iglesia siempre ha habido, hay y habrán sectas que intentáron, intentan, e intentarán derribar a la Ciudad Santa, unos ladrando fuera de las murallas de la Iglesia, y otros incluso dentro de la Ciudad, trabajando incansablemente para derribarla, introducidos como "agentes dobles" por Satanás, hasta en el Estado Mayor de la Iglesia.

         Pero por muy astuto e inteligente que sea Lucifer, y sus siervos espirituales y humano-satánicos, Jesús el Hijo de Dios, el que creó de la nada todo el Universo, con sus Ángeles y sus Santos, es aún muchísimo más inteligente que el sórdido ángel tenebroso. Además Él y su Inmaculada Madre; todos sus Santos y sus mártires han dado su vida, y son los cimientos y las murallas de la Ciudad Santa, asediada y hasta parcialmente invadida, pero que nunca será tomada ni totalmente derrotada, en virtud de la promesa de Dios: “Tu eres Simón Pedro, y yo te llamo Piedra, y sobre esta Piedra edificaré a mi Iglesia; y las puertas del Infierno no  prevalecerán sobre ella”.

          Efectivamente, el dragón derribará con su cola la tercera parte de las estrellas del Cielo, que simbolizan los pastores tipo Queirubínicos y  Massiánicoides, Hans Künguistas, así como cierta Jerarquía eclesial de variado pelaje: teólogos de la liberación, feministas, progresistas, contestatarios, populistas y hasta relativistas, se creen enviados por Dios, por su soberbia, ya que Satán de sobra sabe que, cayendo estos, muchos fieles incautos estarán a su merced: desaparecidos los Pastores, muchas ovejas estarán perdidas, y otras se dispersarán, siendo asesinadas por la jauría de lobos salidos del Infierno.

           Como está escrito en el Apocalipsis, la terrible bestia que es el Arcángel infernal más subido, a las órdenes de Lucifer, ayudado por el Antecristo, con sus aliados en la Tierra se aprestan a presentar la batalla final contra el Ejército de Dios.

        Pero en ese terrible enfrentamiento, los ejércitos infernales tienen la batalla perdida, y ellos saben que va a ser su derrota definitiva, pero quieren “morir matando”, llevándose con ellos a su maldito reino de las tinieblas, el mayor número posible de incautos hijos suyos: los rebeldes y los soberbios, que no han querido lavar sus vestiduras en la sangre del cordero.

           Vosotros decís que el Papa actual, representante de Jesús en la Tierra se ha pasado al enemigo, y eso no es verdad, tampoco se han pasado las dos terceras partes de la Jerarquía y de los sacerdotes que han sabido resistir a Satán gracias a su obediencia y humildad, el escudo y la espada de Dios. Y os pregunto¿Cómo podéis creer que Jesús, el Hijo de Dios va a permitir que prevalezca Satán y que su Iglesia que tanta sangre; sudor y lágrimas le ha costado sea derrotada? ¿Acaso creéis que va a permitir que su dolorosa Pasión, muerte en la Cruz y su Gloriosa Resurrección hayan sido en vano?

              Lo que está escrito y profetizado tendrá que suceder: Tened en cuenta que la Iglesia de Dios en invencible, cuando esté en peligro, Dios mismo presentará batalla con los que le han sido fieles, y podemos estar seguros  de que triunfará contra los impíos.

       El Papa actual tiene las manos atadas, el error y su consecuencia: el mal, han llegado a extenderse tanto, que solo Dios puede remediarlo, fíjate en su cara de humildad y de sufrimiento. ¿Cómo enfrentarse a los más de 300 sacerdotes que se han manifestado contra Roma exigiendo libertad absoluta para opinar y legislar en materia de doctrina, apoyados por el presidente de la conferencia Episcopal alemana, que dice ¡¡ Cristo no ha muerto en la Cruz para redimirnos, sino solo para enseñarnos cómo hay que comportarse ante el sufrimiento!!

          Hay que tener cuidado con querer ser el abanderado de la corriente renovadora de la Iglesia: Yo mismo me he dado cuenta de ello, cuando aconsejado por el famoso jesuita Padre Loring, entré en vuestra asociación que él creía tradicional, y que tenía fieles en el mundo entero, pero que se reveló después de conocerla por dentro como una de las sectas más ridículas y peligrosas que uno se puede imaginar: El fundador Plinio Correa de Oliveira y su madre, a la cual le rezaban letanías, ¡habían sido concebidos sin pecado original!.

A su muerte, el fundador tenía que resucitar y los ángeles de Dios se iban a ponerse a su servicio, juntamente con los fieles de la Asociación, para exterminar con la espada a todos los progresistas, sean laicos o consagrados. Esta postura recuerda lo que está ocurriendo en el estado islámico, es la misma forma de perversión, aplicado a la santa Iglesia Católica, pero de una manera mucho más oculta, ya que no sois lobos disfrazados de ovejas, pero lobos disfrazados de pastores.

           Luego, después de la masacre de los impíos,  vosotros quedaríais, como una nueva inquisición,  ¡Para vigilar y castigar todo intento de perversión! entregabais a los iniciados un broche con la imagen de la Virgen de la Candelaria y unas velas, que se iban a encender automáticamente en el momento de los tres días de tinieblas, en los cuales había que quedarse encerrados a cal y canto, no abriendo a nadie, ni a sus propios hijos aunque clamaran implorando ayuda. 

         Todo esto, según vosotros  estaba fundamentado en varias profecías de Santos canonizados, una de las más increíbles es la que os atribuis a vosotros mismos: “¡En los últimos tiempos aparecerán unos santos tan grandes que, comparados con los santos antiguos, será como comparar los cedros del Líbano con la hierba de los campos!” (sic)

          A la muerte del fundador Plinio Correa, en 1.999, pasaron los tres días, que luego dijeron que eran tres meses, y luego tres años, y nunca resucitó. (¡Habían previsto la purga final para el año 2.000!)

CLARO QUE AÚN, HABIENDO PASADO TRES LUSTROS,  QUEDAN TRES SIGLOS, PARA QUE RESUCITE EL "INMACULADO" Y SE PONGAN LOS ÁNGELES A SU SERVICIO, PAR DEGOLLAR A TODOS LOS INFIELES.






sábado, 22 de septiembre de 2018

LA MUERTE DE MARÍA MAGDALENA, QUE VINO A LLORAR A LOS PIES DE JESÚS


María Magdalena el alma enamorada de Jesús






      En el mundo de hoy, donde Satanás ha inoculado astutamente el veneno del relativismo, y ha introducido en las almas, e incluso en muchos consagrados la doctrina descafeinada,  en donde Dios aparece como un ser bonachón, insensible al pecado y a las aberraciones, aparece la figura de María Magdalena la cual, una vez muerto Jesús, se retiró en una gruta, haciendo penitencia y llorando amargamente sus pecados pasados los cuales, aunque perdonados por Jesús en su vida, seguían atormentándola porque tenía tal presencia de Dios en su alma, que veía con meridiana claridad la diferencia tan abismal que existe entre el pecado y la Virtud, que es la misma que existe entre las tinieblas y la Luz, o entre Satanás y Cristo Jesús.

          El relativismo excusa todos los pecados poniendo a la misma altura el mal y el bien, se repite constantemente el "mantra" que afirma que hagas lo que hagas, Dios siempre te querrá, lo que es cierto pero si esta afirmación no se explica bien, conduce a la mayoría de la gente al inmovilismo y paraliza el alma como el de ciertas serpientes que tienen un veneno que paraliza al sistema nervioso, y la víctima muere por inanición. 

En este mundo como está escrito, Dios trata al pecador y al justo de la misma manera, haciendo caer la lluvia sobre unos y otros y tiene paciencia con el primero, tratándolo así para ver si se convierte, para tratar de evitarle la condenación eterna es lo que explica Jesús en el Poema del hombre Dios de María Valtorta: trató a  Judas como a los otros Apóstoles, para darle la oportunidad de cambiar, y sobre todo no habló nunca de sus horribles pecados a los demás, para evitar que con su odio hacia él, no pueda nunca convertirse, es un ejemplo fabuloso para enseñarnos como tenemos que tratar a los pecadores.

El Amor que tenía Jesús hacia Judas, se llama Amor de Misericordia, y el que tenía hacia Juan es el Amor unitivo, que el Padre Pío de Pietrelcina llama amor de complacencia. Jesús dice que amó más a Judas que a Juan, porque ese amor, era mucho más difícil, y por eso tiene mucho más mérito.

A este respeto, dice San Juan de la Cruz en sus obras, que mucha gente cree que con solo su predicación, van a convertir el mundo, y que María de Magdalá, podía haberse dedicado a evangelizar, pero prefirió retirarse en una gruta durante treinta años llorando sus pecados, ya que con este proceder, benefició más a la Humanidad que mucha gente predicando.





Cántico espiritual de San Juan de la Cruz
Que ya solo en Amar es mi ejercicio

Canción 28


9. Aquí es de notar que, cuando el alma llega a este estado, todo el ejercicio de la parte espiritual y de la parte sensitiva, ahora sea en hacer, ahora en padecer, de cualquier manera que sea, siempre le causa más Amor y regalo de Dios, como hemos dicho. Y hasta el mismo ejercicio de oración y trato con Dios, que antes solía tener en otras consideraciones y modos, ya todo es ejercicio de Amor. De manera que ahora sea su trato cerca de lo temporal, ahora sea su ejercicio acerca de lo espiritual, siempre puede decir esta alma, que ya solo en Amar es mi ejercicio.

10. Dichosa vida, y dichoso estado, y dichosa el alma que a él llega, donde todo le es ya sustancia de Amor y regalo y deleite de desposorio, en que de veras puede la esposa decir al Divino Esposo, aquellas palabras que de puro Amor le dice en los Cantares, diciendo: “Todas las manzanas nuevas y viejas guardé para Tí (7, 13). Que es como si dijera: Amado mío, todo lo áspero y trabajoso lo quiero por Ti, y todo lo suave y sabroso lo quiero para Ti.

Pero el acomodado sentido de este verso es decir que el alma en este estado de desposorio espiritual, ordinariamente anda en unión de Amor de Dios, que es común y ordinaria asistencia de voluntad amorosa en Dios.


Anotación para la canción siguiente

2. Donde es de notar que, en tanto que el alma no llega a este estado de unión de Amor, le conviene ejercitar el Amor así en la vida activa como en la Contemplativa.

Pero cuando ya llegase a él, no le es conveniente ocuparse en otras obras y ejercicios exteriores, que le puedan impedir un punto de aquella asistencia de Amor en Dios, aún que sea de gran servicio de Dios, porque es más precioso delante de Dios y del alma un poquito de este puro Amor y más provecho hace a la Iglesia, aunque parece que no hace nada, que todas esas obras juntas.

Que por eso, María Magdalena, aunque con su predicación hacía gran provecho, y lo hiciera muy grande después, por el gran deseo que tenía de agradar a su esposo y aprovechar a la Iglesia, se escondió en el desierto treinta años para entregarse de veras a este Amor.

3. De donde, cuando alguna alma tuviera algo de este grado de solitario amor, gran agravio se le haría al alma y a la Iglesia si, aunque fuera por poco espacio, la quisiesen ocupar en cosas exteriores o activas, aunque fuesen de mucho caudal, pues Dios conjura que no la molesten en ese Amor. ¿quién se atreverá y quedará sin reprensión? Al fin, para ese fin de Amor fuimos creados.

Y es que hoy día, más que nunca, sabiendo que las buenas obras solo se pueden hacer con la Gracia de Dios, conviene recordar lo que dijo también el Santo Doctor:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de conciencia, que todas esas obras que quieres hacer".




  De los cuadernos de María Valtorta de 1.944
La muerte de María Magdalena


        Veo una gruta pedregosa en la que hay un jergón formado por hojas secas amontonadas sobre un rústico armazón de ramas entrelazadas y atadas con juncos. ¡Debe de ser tan cómodo como un instrumento de tortura! En la gruta hay además, una piedra grande que sirve como mesa y otra más pequeña como asiento. En la zona más profunda de la gruta hay otra piedra; se trata de un fragmento saliente de la roca, que tiene una superficie bastante lisa, bruñida, no sé si este aspecto es natural o si se es el resultado de una paciente y fatigosa labor humana. En realidad parece un rústico altar, sobre el cual está apoyada una cruz hecha con dos ramas atadas con mimbres.

            Además el habitante de la gruta ha plantado una hiedra en una grieta terrosa del terreno y ha extendido sus ramos hasta abrazar y enmarcar la cruz, mientras que en dos toscos vasos, que parecen modelados en la arcilla por una mano inexperta, hay algunas flores silvestres que ha recogido en las cercanías y, justo al pié de la cruz, en una concha gigantesca, hay una pequeña planta de ciclamen silvestre, con sus hojitas lustradas y dos gemas a punto de florecer. Al pie de este altar hay un haz de ramos espinosos y un flagelo hecho con sogas anudadas. También hay una tosca tinaja con agua y nada más. 

         Por la estrecha y baja abertura se ven al fondo los montes y, dada la oscilante claridad que se entrevé aún más lejos, se diría que desde este punto se divisa el mar, pero no puedo asegurarlo. Sobre dicha abertura cuelgan ramos de yedra, madreselvas y rosales silvestres, es decir, todo el fasto vegetal de los lugares montañosos, y forman como un velo movedizo que separa el interior del exterior.

            Una mujer enjuta, que lleva un rústico vestido oscuro y, sobre este una piel de cabra que le sirve de manto, entra en la gruta apartando los ramos colgantes. Parece exhausta. Su edad es indefinible. A juzgar por su rostro ajado, se le darían muchos años, más de sesenta. A juzgar por la cabellera, aún bella, abundante, dorada, no se le darían más de cuarenta. Lleva el cabello anudado en dos trenzas que caen sobre los hombros curvos y flacos: son lo único que reluce en medio de este ambiente escuálido, habría sido hermosa, por cierto, su frente se conserve aún lisa y erguida, la nariz está bien delineada y el contorno del rostro, a pesar de estar enflaquecido por las penurias, es regular. 

              Pero sus ojos ya no brillan, están profundamente hundidos en las órbitas y cercado por dos cárdenas ojeras: son dos ojos que han vertido muchas lágrimas. Dos arrugas como dos cicatrices esculpidas desde el ángulo de los ojos y al lado de la nariz, se pierden en otra arruga, típica de los que han sufrido mucho, que desciende como un acento circunflejo, desde las fosas nasales hasta la comisura de los labios.

          Las sienes parecen hundidas y en su intensa palidez se diseñan las venas azules. Un pliegue de desaliento curva su boca de un rosa palidísimo: antaño debe de haber sido una boca espléndida, pero ahora es una boca marchita en la que la curva de los labios se asemeja a la de dos alas rotas que penden. Es una boca doliente.

            La mujer se arrastra hasta la roca que sirve de mesa y apoya en ella arándanos y fresas silvestres. Luego va hacia el altar y se arrodilla, pero está tan agotada que, al hacerlo, casi se cae y tiene que sostenerse en la piedra con una mano. Reza mirando la cruz mientras sus lágrimas descienden por el surco de las arrugas hacia los labios, que las beben. Luego deja caer la piel de cabra de modo que queda cubierta solamente con su burda túnica, y coge el flagelo y los espinos. Estrecha en torno a la cabeza y las caderas los ramos espinosos y se flagela con las cuerdas, pero está demasiado débil para lograrlo; deja caer el flagelo y, apoyándose al altar con ambas manos, dice: "¡Oh Rabí, ya no puedo, no puedo sufrir más en recuerdo de tu dolor!".

          Reconozco su voz, es María de Magdalá. Estoy en su gruta de penitente. María llora. Llama a Jesús amorosamente. Ya no puede sufrir más, pero aún puede amar. Su carne, mortificada por la penitencia ya no resiste el agobio de la flagelación, pero su corazón aún experimenta latidos de pasión y consume sus últimas fuerzas amando. Y, por eso, con la frente coronada de espinas y la cintura estrechada por ellas, ama hablándole a su Maestro en una continua profesión de amor y en un renovado acto de dolor.

       Resbala hasta quedar con la frente contra el suelo. Es la misma postura que tenía en el Calvario, frente a Jesús tendido en el regazo de su María; la misma que tenía en la casa de Jerusalén, cuando la Verónica desplegaba su velo; la misma que tenía en el huerto de José de Arimatea cuando Jesús la llamó y ella le reconoció y le adoró. Pero ahora llora porque Jesús no está.

         "Maestro mío, la vida se me escapa. ¿Tendré que morir sin volver a verte? ¿Cuándo podré deleitarme con tu Rostro? Mis pecados están frente a mí y me acusan. Tú me has perdonado y por eso creo que el Infierno no me alcanzará. Más ¡Cuanto tengo que esperar en la expiación antes de vivir en Tí! ¡Oh, buen Maestro, por el amor que me has dado, consuela mi alma! La hora de la muerte ha llegado. ¡Por tu muerte desolada en la Cruz, conforta a tu criatura! Tú me engendraste, no lo ha hecho mi madre. Tú me resucitaste más que a Lázaro, mi hermano porque él ya era bueno y no podía más que esperar la muerte en tu Limbo. Yo estaba muerta en el alma y por eso, morir quería decir morir para la eternidad. ¡Jesús en tus manos encomiendo mi espíritu! Es tuyo porque Tú lo has redimido. Como última expiación, acepto morir como Tú, la dureza de morir abandonada. Pero dame una señal que me demuestre que mi vida ha servido para expiar mi pecado".

        "¡María!". Aparece Jesús. Se diría que aparece de la rústica Cruz, pero ya no está moribundo y cubierto de llagas: ahora está tan hermoso como en la mañana de la Resurrección. Desciende del altar y va hacia la mujer arrodillada. Se inclina hacia ella. Vuelve a llamarla y, dado que ella cree que esa voz resuena porque la percibe en su espíritu y sigue con la frente contra el suelo, sin ver la luz que irradia Cristo. Él la toca posándole una mano sobre la cabeza y tomándola por el brazo para ayudarla a levantarse, como en Betania.

         Cuando ella percibe su roce y reconoce esa mano afilada, exhala un alarido, alza su rostro transfigurada por el júbilo, y vuelve a bajarlo para besar los pies de su Señor.

        "Álzate, María. Soy Yo. La vida huye, es verdad. Más Yo vengo a decirte que Cristo te espera. María no debe esperar. Todo le ha sido perdonado: tu lugar ya está listo en mi Reino. He venido a decírtelo, María. No le ordené al ángel que lo hiciera porque Yo doy cien veces más de lo que recibo y recuerdo todo lo que recibí de ti, María, revivamos juntos esa hora pasada. Acuérdate de Betanía. Era la tarde sucesiva al Sábado. Faltaban seis días para mi muerte. ¿Recuerdas tu casa? Era hermosa, envuelta en la cerca florecida de su huerto. El agua cantaba en la fuente y las primeras rosas perfumaban en torno a sus muros. Lázaro me había invitado a su cena y tú habías despojado el jardín de sus flores más bellas para adornar la mesa en donde tu Maestro iba a tomar su alimento.

        (...) Y luego llegué. Tú, más veloz que una gacela, precediste a los criados y corriste a abrir la cancela con tu grito habitual que parecía siempre el grito de una prisionera liberada. En efecto, yo era tu liberación, y tú una prisionera liberada. Los Apóstoles venían conmigo. Venían todos, también el que ya era como un miembro gangrenado del cuerpo apostólico. Pero allí estabas tú para tomar su puesto, y no sabías que, al mirar tu cabeza inclinada para besar mis pies y tu mirada sincera y llena de amor, al mirar sobre todo tu espíritu, Yo olvidaba el disgusto de tener a mi lado el traidor. Por eso te quise en el Calvario. Por eso te quise en el huerto de José. 

          Porque verte significaba estar seguro de que mi muerte no carecía de objeto y mostrarme a ti era el agradecimiento por tu fiel amor. ¡Oh María, bendita seas tu que no has traicionado nunca, que me has confirmado mi esperanza de Redentor; tu en la que vi a todos los que se salvaron por mi muerte! Mientras todos comían, tu adorabas. Me habías dado agua perfumada para mis pies cansados, besos castos y ardientes para mis manos y, aún no contenta con ello, quisiste romper el último vaso precioso que te quedaba y ungirme y ordenarme el cabello como una madre, y ungirme las manos y los pies para que todo en tu Maestro perfumara como los miembros de un Rey consagrado... 

Y Judas que te odiaba porque ahora eras honesta, y con tu honestidad rechazabas la avidez de los machos, te reprochó... Más Yo te defendí porque todo eso lo habías hecho por amor, un amor tan grande que su recuerdo me acompañó en la agonía, desde la tarde del Jueves hasta la hora de la nona... Ahora, por ese acto de amor que me distes en los umbrales de mi muerte, Yo vengo a devolverte amor en los umbrales de tu muerte. María, tu Maestro te ama. El está aquí para decírtelo. No temas, no te angusties con la idea de otra muerte. Tu muerte no es diferente del que derrama su sangre por Mí. 

            ¿Qué ofrece el mártir? Ofrece su vida por amor de su Dios. ¿Qué ofrece el penitente? Ofrece su vida por el amor de su Dios. ¿Qué ofrece el que ama? Ofrece su vida por el amor de su Dios. Como ves, no hay diferencia. El martirio, el amor, la penitencia, cumplen el sacrificio y lo cumplen por el mismo fin. Por lo tanto, el martirio se cumple en ti, que eres penitente y amante, como en quien perece en la arena. María, te precedo en la Gloria. Bésame la mano y reposa en paz. Reposa. Ya es tiempo para ti de reposar. Dame tus espinas. Ahora es tiempo de rosas. Reposa y espera. Te bendigo, ¡oh, bienaventurada!"

            Jesús ha obligado a María a echarse en su jergón. Y la Santa, con el rostro lavado por el llanto de su éxtasis, ha obedecido la voluntad de su Dios, y ahora parece dormir con los brazos cruzados sobre el pecho, mientras las lágrimas siguen brotando, pero su boca ríe.

         Se incorpora cuando la gruta se ilumina por un vivísimo resplandor a la llegada de un ángel; este sostiene un cáliz que apoya en el altar y luego permanece en adoración. También María, que está arrodillada junto a su mísero lecho, está en adoración. Ya no puede moverse. Sus fuerzas van disminuyendo, pero se siente feliz. El ángel coge el cáliz y le da la comunión. Luego sube otra vez al Cielo. Como una flor abrasada por el sol excesivo, María se dobla, se dobla con los brazos cruzados aún en el pecho y cae hundiendo el rostro en la hojarasca del jergón. Ha muerto. 

El éxtasis eucarístico ha cortado la última fibra vital.