MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 30 de octubre de 2018

EL SEGUNDO RENACER DEL ALMA ES NECESARIO PARA ALCANZAR LA FILIACIÓN DIVINA. EXIGE UNA TRANSFORMACIÓN ESPIRITUAL DEL ALMA MANCHADA POR EL PECADO ORIGINAL


El segundo renacer del alma



Hojeando el libro del Ángel Azarías, ángel de la Guardia de María Valtorta (Arzayah: palabra que en hebreo significa: Dios socorre), he obtenido la confirmación de lo que había escrito acerca del "Renacer del alma", basándome en las palabras de Jesús-Dios a Nicodemo. Dios ha creado este mundo para que sea conocido y amado, todos hemos nacido con la semilla del mal, sembrada por Satanás, que es el pecado original, pero Dios ha sembrado el antídoto que es la Conciencia que permite a las personas de buena voluntad, arrancar las raíces del pecado, que es lo que se llama matar el hombre viejo y volver a renacer. 

Para conseguir esta transformación Dios da toda una vida, y ha bajado a la Tierra pata borrar el pecado Original, inmolándose, resucitando para demostrar su triunfo sobre Satanás, nos ha dejado en la Tierra los Sacramentos que se reparten a través la única Iglesia instituida por Él. 

Satanás el eterno enemigo de Dios lucha tenazmente para tratar de impedir esta transformación empleando la mentira y la seducción, predicando sin tregua que la felicidad solo se obtiene entregándose a todos los placeres del mundo, no ha arriesgado ni un "pelo de su rabo", para conseguirlo, sin embargo tiene más logros que Dios, ya que como lo dijo Jesús "Muchos son los llamados y pocos los elegidos" (Mat 22, 14).


Dice Azarías:
(...) "¿Cuál es la morada Santa de Dios? A esta pregunta responderán algunos: "El Cielo"; otros "la Iglesia", y otros: "El corazón del hombre". Y aún, no alcanzando la perfección en la respuesta, ninguno habrá errado, ya que Dios habita en el Cielo, en su Iglesia y en el corazón de los hombres que están en su gracia. 

Más, para ser exactos, Dios está en Sí mismo. El tiene la morada en su caridad infinita, única morada, que por su perfección e infinitud, puede contener al Perfecto y al Infinito. En la caridad, todo se opera, procede, se genera, se satisface, reposa y aplaca. La Caridad, esto es, el mismo, es la morada Santa de Dios."



 Y aquí son de recordar las poesías de San Juan de la Cruz, el cual describiendo el diálogo del alma con su Divino Esposo, En el Cántico Espiritual, dice: (Cant 1,5):

"Esto mismo quiso decir la esposa en los Cantares divinos, cuando deseando unirse con la divinidad del Verbo Esposo suyo, le pidió al Padre diciendo: "Muéstrame donde te apacientas y donde te recuestas al mediodía (1,6); porque al pedir le mostrase donde se apacentaba, era pedir le mostrase la esencia del verbo Divino, su Hijo porqué el Padre no se apacienta en otra cosa que en su divino Hijo, pues es la Gloria del Padre, y el pedir le mostrase el lugar donde se recostaba era pedirle lo mismo, porque el Hijo sólo es el deleite del Padre, el cual no se recuesta en otro lugar, ni cabe en otra cosa que en su amado Hijo, en el cual todo él se recuesta, comunicándole toda su esencia al mediodía, que es la eternidad, donde siempre le engendra y le tiene engendrado".



             Por eso, como lo dice Azarías, La verdadera morada de Dios Padre, se encuentra solo en la unión mística con Jesús, en el amor del Espíritu Santo, que es la Caridad indicada por el Ángel. y por eso, cuando el Sacerdote en la misa ofrece la víctima expiatoria, dice. "Con Él, por Él y en Él, en unión con el Espíritu Santo, te ofrecemos a ti Dios Padre, todo honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén". Es la única ofrenda digna de Dios Padre, su divino Hijo Jesús, en el cual lo engendra desde toda la Eternidad, por el amor del Espíritu Santo.

(…) La mujer es solo una criatura imperfecta, como imperfecta es igualmente su matriz. Más Dios no es imperfecto. Ponderad, por tanto, que grado de carácter y de semejanza imprimará en aquellos que salen de su seno. Todas las almas son creadas por Dios y toman del Padre una primera imagen y semejanza. Ahora bien, toda alma, por espontánea voluntad, puede, diré así, tornar al Padre y volver a nacer de Él. Es esta, la “recreación” del alma de la que han hablado los doctores de la Iglesia.

Después de estas mis palabras, aprecias todas las profundas verdades de las de San Juan: el que ama, nació de Dios y lo conoce. El que ama, puesto que si no amase a Dios, no haría por entrar en él ni en “renacer” en plena y propia voluntad de Dios. 

Vuestro primer nacimiento fue querido por quien os engendró y Dios lo sanciona y ennoblece al conceder a la materia el alma; más este nacimiento no depende de vuestra voluntad. La Iglesia, desposada con Dios, coopera a vuestro nacimiento fortificando a la criatura con la Gracia Bautismal y, consiguientemente con los otros sacramentos. 

Pero únicamente cuando la criatura llega a la edad de comprender y de querer, es cuando puede querer nacer de Dios, en un segundo y mas perfecto nacimiento que se realiza mediante el amor a Dios y al prójimo según los dispone la Ley.


         Y aquí viene toda la retahíla de “Maestros espirituales” que sin ningún temor a predicar en contra de la tradición de los Santos Padres, de la Iglesia, y de la doctrina de los Evangelios, se atreven a emitir juicios contrarios a las enseñanzas, por razones de "bonismo", de relativismo y de progresismo. Los mueve la soberbia y la ceguera espiritual debida a la ausencia de la Luz de Cristo, que no han querido recibir para que no sean manifiestas sus obras, como dice el Apóstol San Juan, y su falta de temor de Dios, no pudiendo dar a sus fieles algo que no tienen.

Con su razonamiento, que dice que todos somos hijos de Dios, llegan a la conclusión herética de que el Infierno está vacío, porque un Padre no puede mandar allí a un hijo suyo, haciendo pues innecesaria la cruenta pasión y muerte de Cristo, el martirio de todos los Santos y la Predicación de tantos misioneros, muchos de los cuales han dado su vida por la Fe. Y lo que es peor, petrifican las almas de los fieles, condenándoles al "Quietismo", yendo en contra de las recomendaciones de Jesús que dijo: “El que no está conmigo está contra Mí, y el que no amasa dispersa”.


(…) La Caridad, en fin, alma mía, es la que por si sola pone en fuga al demonio porque la Caridad es luz y el demonio ama a las tinieblas; porque la Caridad es Sabiduría y las palabras engañosas de Satanás son desmentidas por la Sabiduría; porque la Caridad es Verdad y el mal la odia; porque la Caridad es Dios y Satanás no soporta la vista de Dios.

Las turbaciones que el adversario pueda suscitar con el recuerdo de faltas pasadas y con sugestiones de tentaciones presentes, quedan anuladas mediante la Caridad que es misericordia y sobrepasa los méritos y deseos de las criaturas que le aman, otorgando, además de la liberación del Maligno y de sus artes turbadoras, lo que incluso la criatura humilde y amorosa no se atreve ni a imaginar siquiera que pueda obtener con su oración.

(…) El árbol de la Vida se cubre sin cesar de flores y de hojas y madura sus frutos para aquellos que aman, sirven y responden con buena voluntad a los deseos de la Gracia de Dios, la Gracia de Dios que está contigo, te protege y sostiene contra todos aquellos que desearían alegrarse con una caída tuya, para así acallar la voz de su conciencia que les reprocha muchas cosas, siendo las primeras de ellas sus falta de Caridad y después su modo de hacer fructificar el don de Dios. Más tú, ruega por ellos, por todos, para que tengan la caridad que es la fuente de toda virtud y salvación.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”.






lunes, 29 de octubre de 2018

TREMENDO CASO DE POSESIÓN DIABÓLICA DE UN NIÑO DE 10 AÑOS, AHORA SUPERADO POR DOS NIÑAS ASESINAS DE LA MISMA EDAD EN EE.UU, QUE HAN ACUCHILLADO Y BEBIERON SANGRE DE NIÑOS MÁS PEQUEÑOS, DESPUÉS DE HABER HECHO UN PACTO CON EL DEMONIO.







     Ayer, nos enteramos por el Padre Willie de Puerto Rico, en la prédica de la misa del Domingo 28 de Octubre, de que en Florida, dos niñas de 10 y 11 años, después de haber pasado toda una noche viendo películas de terror, con vampiros, magia y brujería, hicieron un pacto con el Demonio, y se dirijiéron a los aseos de niños pequeños de su colegio. 

Cuando llegaron alumnos, acuchillaron a varios y bebieron la Sangre de los asesinados. Han dicho que la justicia de EE.UU las va a juzgar como a personas mayores de edad por la bestialidad de esos crímenes.

Para que después prediquen que hagas lo que hagas Dios siempre te querrá, o como dijo Hans Kung, ¡que Dios va a suprimir el Infierno y va a amnistiar a todos los demonios y a los condenados que se encuentran dentro! 







 Esta noticia, aparecida en Religión en Libertad, me ha llenado de alegría, y esto es lo que hace tiempo que tendrían que haber afirmado todos los papas desde Juan XXIII, y que no han tenido el valor de declarar, esto es lo que siempre no paro de repetir en todos mis escritos. Estas declaraciones del Papa, es un ataque directo a toda la jauría de los abanderados de la "teología de la secularización", que quieren borrar de un plumazo toda la tradición, para adaptar la Religión y cambiar la Fe, volviendo a reinterpretar las Escrituras a su antojo.

    Y estas declaraciones del Papa, han sido un verdadero jarrón de agua fría a todos esos teólogos, sacerdotes, obispos y hasta cardenales, como lo hemos leído en el libro del Padre Gabriele Amorth, exorcista oficial del Vaticano, en su libro "El último exorcista", cuando cuenta su entrevista con un Cardenal en Roma, que niega la existencia de Satán.

    Personalmente, en un pueblo de Andalucía, me contó cierto sacerdote que el asunto de los exorcismos es una pura falacia, que él tenía conocimientos de psiquiatría, y que los fenómenos producidos en los exorcismos "¡Eran debidos al efecto placebo!".
¡Qué desengaño se habrá llevado este individuo al enterarse de las palabras del Papa!, y ¿que habrá pasado por la cabeza del Cardenal Vaticano, que habló con el Padre Amorth?

    Lo que yo no comprendo es porqué esos miembros gangrenados de la Iglesia no se amputan, ya que en cualquier oficio, como pueden ser profesores, ingenieros, arquitectos, o trabajadores de cualquier rama, cuando se ve claramente que no sirven para la labor que desempeñan se despiden, cuanto más tendría que ser así para un asunto tan grave como lo que se refiere a la salvación de las almas.

         Juan Pablo II excomulgó a Monseñor Lefebvre porque había desobedecido al Vaticano al ordenar nuevos Obispos (afortunadamente el Papa Benedicto levantó la excomunión), pero Lefebvre no rompió nunca con la Tradición, y siempre predicó la verdadera Doctrina, sin embargo existe hoy día toda una retrahila de seglares y consagrados que están predicando verdaderas herejías, y siguen en sus puestos, no se trata de restablecer otra vez la Inquisición, pero esos individuos tendrían que estar apartados de la Iglesia y excomulgados, porque niegan hasta los Dogmas más sagrados de la Religión. 

    Y me alegro por este nuevo Papa que nos ha mandado el Señor, muchos creían que iban a tener "barra libre", para la ordenación de las mujeres, el matrimonio del clero, la teología de la secularización, y se han llevado un disgusto tremendo, el aprecio que tenían a ese Papa se va a transformar en desprecio.

    Otra cosa que tampoco les ha gustado es que en Italia y España, se han nombrado seis nuevos exorcistas, en las diócesis de Milán y de Madrid, debido al auge cada vez más grande de la Influencia de Satán, ya que donde no está Dios, está Satán.

    Y a este respecto, recuerdo un exorcismo al que mi mujer, mi hija y yo asistimos, que tuvo lugar en la Parroquia de Nuestra Señora de Zulema de Alcalá de Henares realizado por el Padre Fortea, hace ya muchos años. Unos padres vinieron de Murcia a más de 400 kms de Madrid, con su hijo de unos 10 años, envuelto en una manta y llevado a hombros de su padre, venía también un Sacerdote de Murcia y otros familiares.

         Entró el niño en la Iglesia retorciéndose, gritando palabras obscenas y escupiendo a todo el mundo. Contaba su madre, que tenía que cerrar la puerta de la cocina porque cogía los cuchillos para atacar a todo el mundo. El exorcista lo cogió en sus rodillas, en ese estado, y lo colocó de espaldas a la custodia que estaba en el altar de la Iglesia, el niño escupía y abofeteaba al exorcista, el cual oró así: "Señor, acuérdate que dijiste, que quien no es como un niño, no entrará en el Reino de los Cielos".

         Acto seguido, el Padre Fortea colocó al niño en sus rodillas frente al altar donde estaba la custodia, el niño escupiendo gritaba: "¡Este está muerto!, ¡está muerto!".

    Después de un momento de insultos y obscenidades, y en vista de que el niño no paraba de escupir, los asistentes en número de unas diez o quince personas, cantaron alabanzas al Señor en el Santísimo Sacramento del Altar, lo que provocó inmediatamente que el niño se tirara por el suelo, y retorciéndose de una manera sobrehumana, se agitó y quedó como muerto, y así en seis o siete ocasiones. Luego el niño se despertó, y se quedó completamente normal, sin recordar nada, se vió muy contento cuando le dijeron que había ganado el Real Madrid en un partido de liga, con gran alivio y alegría de los asistentes y sobre todo de sus padres. 

         Yo creía que todos los demonios habían sido expulsados, pero dijo el exorcista que tenía que volver, porque aún no habían sido expulsados todos, luego se me explicó que la causa de la posesión era debida a una brujería que le había hecho cierta persona, quiero añadir que este hecho que parece inexplicable, tiene una explicación lógica: De la misma manera que la oración tiene un efecto beneficioso y poderoso para las almas, por razones de Justicia, Dios permite que una maldición, tenga esos efectos nocivos.

          Una cosa dí por segura, y se lo dije a los padres del niño: ellos, creerán hasta su muerte en la acción de Satán y en el poder de la oración dirigida a Dios, presente en el Santísimo Sacramento, quiero aquí insistir que por razones de Justicia, de la misma manera como en la oración, se transmite a las almas efectos saludables, Dios tiene que permitir que por los sortilegios, que son oraciones a Satanás, se trasmitan efectos nocivos. De esa manera comprendemos mucho mejor la importancia de la Oración.

        Se ve pues que Dios saca siempre cuando lo estima oportuno, cosas buenas de las desgracias, y muchas veces las permite por esta razón.



¡HAY QUE VER LO QUE HACE EL EFECTO PLACEBO!







domingo, 28 de octubre de 2018

COMENTARIOS SOBRE EL EVANGELIO DE SAN LUCAS 13, 1-9. PARA LOS MAESTROS ESPIRITUALES MELOSOS QUE PINTAN AL DIOS BONACHÓN, Y QUE HAN BORRADO DE LA BIBLIA EL SANTO TEMOR DE DIOS,









Las almas tienen hambre y sed de la Palabra de Dios,
no quieren doctrina adulterada




Comentario sobre la mentalidad actual que ha inundado a la gran mayoría de los creyentes de hoy, Satanás a logrado introducir en todas partes la visión de un Dios incapaz de castigar a nadie y lo que es más grave,  completamente insensible al pecado por horrible que sea, a medida que el secularismo se va extendiendo en la Santa Iglesia, todos los Concilios y Sínodos, redoblan los esfuerzos para presentar un Dios cada vez más "bonachón", el Dios "papaíto" que te quiere tal como eres, y que hagas lo que hagas siempre te querrá, como así estaba escrito en un cartel a la entrada de una Iglesia franciscana en el centro de Granada. 

Iglesia que tenía en la Eucaristía un grupo de jóvenes sentados en el suelo a la derecha del altar, estando en primera fila sentada, una joven con un descote luciendo su pecho desnudo, de lo cual me cercioré cuando subí a comulgar. 

Una catequista compañera de mi mujer y mía en una Iglesia de un pueblo de Granada, tenía a una hija que convivía con una pareja, se preocupó y fue a ver a una monja dominica que tenía una consulta de psicología. esta le afirmó que ¡no había pecado alguno si se querían! (sic). Desgraciadamente, la muchacha quedó embarazada y su compañero no quiso casarse con ella y se marchó.

El superior de los HH carmelitas Descalzos de Granada, que tenían solo un puñado reducido de frailes cayó enfermo, tuvieron que encamarlo, y en el Hospital conoció a una doctora de la cual se enamoró, abandonando a su reducida comunidad.

Todas esos hechos son consecuencias de la mentalidad actual, consecuencias de lo que se ha sembrado, ya nada es pecado, y todo es relativo, es un gran triunfo de Satanás.



Evangelio según San Lucas 13,1-9.

En ese momento se presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus sacrificios. El les respondió: "¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. 

¿O creen que las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera". 

Les dijo también esta parábola: "Un hombre tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: 'Hace tres años que vengo a buscar frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la tierra?'. Pero él respondió: 'Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás'". 


Es increíble como después de oír esas palabras tan claras del Evangelio, que es palabra de Dios, la mayoría siguen "Erre que Erre", predicando lo mismo. Tampoco les sirven para nada las palabras tan claras del Juicio final de Jesús a los réprobos: "Id al Infierno preparado para Satanás y sus ángeles...".









sábado, 27 de octubre de 2018

Association Maria Valtorta: Le Sacrement des Malades expliquée par Jésus à Mar...

Association Maria Valtorta: Le Sacrement des Malades expliquée par Jésus à Mar...: Synthèse de Jean-Marie David. Les citations avec les références de type : (1235-1239,1241,1243) ou (1240) proviennent de la version or...

IMPACTANTE VISIÓN DE LA RESURRECCIÓN FINAL DE LOS JUSTOS Y DE LOS PECADORES.



Resurrección final previa al juicio eterno de Dios





           Siempre había intuido que este mundo es un estado de gestación de nuestra alma, que se está desarrollando hacia un estado de belleza proporcional a su grado de Virtud, o de fealdad también proporcional a su grado de vicio y de pecado, y será cada ser humano el que habrá sido el artífice del aspecto que tendrá para toda la eternidad. Este cambio en el alma - que tenía que transmitirse en el cuerpo, como ocurría antes de que Yahvé le ponga una señal a Caín para que cuando vaya vagando por el mundo, la gente no viera su pecado - habrá desaparecido y el alma aparecerá tal como es en este mundo, solo los pocos que tienen el don de discernimiento de los espíritus pueden reconocer el impío y el santo tales como son y como los ven los Ángeles.

              Cuentan que cuando Leonardo da Vinci pintó la última cena de Cristo, escogió para San Juan una persona que era un modelo con unas facciones de ángel, pero que no encontró a nadie que le sirviera de modelo para Judas, hasta que apareció un hombre con cara de renegado, el cual al ver el cuadro se puso a llorar, y es que se reconoció en el mismo San Juan, y se había entregado a los pecados de depravación, lo que le convirtió en un aspecto físico deplorable.   

         Ciertamente el alma conservará los atributos de inteligencia y otros dones que Dios le ha infundido en el instante de su creación, pero esos atributos habrán sido los artífices de su transformación hacia la suma fealdad o la suma belleza según que hayan sido fieles o hayan rechazado la Gracia Divina que como alimento espiritual del alma, fue la que propició esa transformación.

         Por eso nunca he comprendido ciertos teólogos que  afirman que Lucifer y los ángeles caídos son unos seres que conservan la grandeza que el Creador les ha otorgado, y que por eso son dignos de respecto y de consideración. A este respeto, en la visión del Infierno que enseñó la Santísima Virgen de Fátima a los pastorcillos, estos describieron los demonios que allí se encontraban, como seres repugnantes y en forma de "bichos asquerosos", visión que les dejó marcados para toda su vida.

          En este relato vemos como a la resurrección de los muertos, los condenados serán seres repugnantes y monstruosos, y sin embargo los elegidos serán de una hermosura sublime, y eso tiene una explicación muy sencilla: La Virtud es suma Belleza, así como el Pecado es suma fealdad, y como lo dice San Juan de la Cruz, el amor transforma el amador en lo que ama, por eso como lo dice San Juan, seremos semejantes a Dios, porque lo veremos tal cual es.




De los cuadernos de Mª Valtorta 
29 de Enero de 1.944



Lo que estoy viendo esta noche: Veo una inmensa extensión de tierra; podría llamarle mar, porque no tiene confines. La defino “tierra” porque hay tierra como en los campos y en los caminos. Pero no existe un árbol, una rama, una brizna de hierba. Solo hay polvo, polvo y más polvo.

Todo esto lo veo a una luz que no es luz. Se trata de un resplandor apenas definido, lívido, con un matiz verde-violáceo como se advierte cuando se desata un fortísimo temporal o se produce un eclipse total. Es una luz que da miedo, como de astros apagados: eso es, no hay astros en el cielo. No hay estrellas, ni luna, ni sol. El cielo está vacío y así también la Tierra. El uno está despojado de sus flores de luz; la otra, de su vida vegetal y animal. Son dos inmensos despojos de lo que ya ha sido.

Tengo todo el tiempo para contemplar esta desolada visión de la muerte del Universo, que creo será semejante a la de su primer instante, cuando ya existían el cielo y la Tierra, pero en el primero no había astros y la segunda estaba despojada de vida; cuando era un globo solidificado pero aún deshabitado, que surcaba el espacio a la espera que el dedo del Creador le otorgara hierbas y animales.

¿Por qué comprendo que se trata de la visión de la muerte del Universo? Por una de esas “segundas voces”, que no se de quien provienen, pero que obran en mí como el coro de las tragedias antiguas son las que indican especiales aspectos, que los protagonistas no ilustran por sí mismos. Precisamente es lo que deseo decirle y que le diré más tarde...

Mientras mis ojos recorren esta desolada escena cuya necesidad no comprendo, veo a la Muerte, salida quien sabe de donde, erguida en medio de la inconmensurable llanura. Es un esqueleto que ríe con sus dientes descubiertos y sus órbitas vacías, que reina en ese mundo muerto y va envuelto en su sudario como en un manto. No lleva la guadaña. Ya lo ha guadañado todo. Gira su mirada hueca sobre su siega y ríe con sarcasmo.

Tiene los brazos cruzados sobre el pecho. Luego abre esos brazos esqueléticos y también las manos que son un puñado de huesos descarnados y esta figura, gigantesca y omnipresente – o mejor dicho, omnicercana - , me apoya un dedo, el índice de su diestra, sobre la frente. Siento el frío glacial del hueso puntiagudo, que parece perforarme la frente y entrarme como una aguja de hielo en la cabeza. Pero comprendo que el único significado de este gesto es el de llamar la atención sobre lo que está sucediendo.

En efecto, con un gesto del brazo izquierdo me indica la desolada extensión sobre la que estamos de pie, ella como reina y yo como único ser viviente. Ante la tácita orden de los dedos esqueléticos de su mano izquierda y con el rítmico girar de  derecha a izquierda de su cabeza, la tierra se abre en mil y una grieta y en el fondo de estos surcos oscuros veo blanquear cosas esparcidas, sin comprender que son.

Mientras me esfuerzo en pensar que son, la mirada y el mando imperioso de la Muerte siguen surcando, como un arado, los terrones – que van abriéndose cada vez más hacia el horizonte lejano -, hienden las olas del mar sin velas y las aguas se abren formando vórtices líquidos.

Y luego, de los surcos de tierra y de los surcos de mar surgen y se ordenan esos objetos blancos que he visto antes esparcidos y mezclados. Son millones y millones, infinitos millones de esqueletos que afloran de los océanos y que se alzan de la tierra. Son esqueletos de las más variadas estaturas, desde los minúsculos de los niños con las manos semejantes a pequeñas arañas polvorientas, hasta los de hombres adultos, y a veces gigantescos, cuya mole hace imaginar algún ser antediluviano. Y están estupefactos, como si temblaran, semejantes a quien se despierta bruscamente de un sueño profundo y no logra comprender donde se encuentra.

La vista de todos estos cuerpos esqueléticos, que parecen blancuzcos en medio de esa “no luz” apocalíptica es tremenda.

Luego, en torno a esos esqueletos va condensándose lentamente como una cerrazón, una niebla que surge del suelo agrietado, de los mares hendidos, y toma fuerza y opacidad, se hace carne, se transforma en un cuerpo semejante al nuestro de seres vivos; en las órbitas vuelven a formarse los ojos y brillan los matizados iris, los pómulos se cubren formando las mejillas, sobre las mandíbulas descubiertas se extienden las encías y los labios vuelven a delinearse y los cráneos se pueblan de cabellos y los brazos vuelven a ser torneados y los dedos ágiles y todo el cuerpo es ya un cuerpo vivo, igual que el nuestro.

Son cuerpos vivos, igual que el nuestro, pero ostentan diferentes aspectos. Hay cuerpos bellísimos, tan perfectos en las formas y en los colores que son semejantes a obras de arte. Hay otros horrendos, que no lo son debidos a verdaderas cojeras o deformaciones, sino porque su aspecto general les avecina más al bruto que al hombre. Tienen ojos torvos, el rostro contraído, un aspecto feroz, y lo que más me impresiona es la tenebrosidad que emana del cuerpo y que aumenta la lividez del aire que les circunda. Sin embargo, los más bellos tienen la mirada risueña, el rostro sereno, un aspecto dulce y emanan una luminosidad que forma una aureola en torno a ellos, de la cabeza a los pies, y que se irradia también alrededor

Si todos fueran como los primeros, la oscuridad se haría total, hasta el punto que lo ocultaría todo. Pero gracias a los segundos, no solo aumenta la luminosidad sino que la aumenta tanto, que puedo ver todo perfectamente.

Los feos, acerca de cuyo destino maldito no albergo dudas, puesto que llevan esa maldición grabada en la frente, callan mientras echan alrededor miradas aterrorizadas y siniestras, de lo bajo a lo alto, y se agrupan de un lado obedeciendo a una orden que no oigo, pero que alguien debe de haberles dado y que los resucitados han percibido. También los muy bellos se reúnen sonriéndose y mirando a los feos con una mezcla de piedad y de horror. Y además cantan, entonan un coro, lento y suave, de bendición a Dios.
No veo nada más. Comprendo que he contemplado la resurrección final.

(…) Del mismo modo, hoy mi indicador interior me ha hecho comprender que estaba viendo el Universo cuando ya toda había muerto en él. Me sucedió así muchas veces en las visiones. Es la indicación que me permite entender ciertos detalles que hay que entender y que no lograría comprender por mí misma. No sé si me he explicado bien. Pero debo interrumpirme porque empieza a hablar Jesús.


Dice Jesús:

“Cuando el tiempo haya terminado y la vida sea únicamente la Vida del Cielo, antes de ser disuelto completamente, el universo volverá a ser – como has pensado – lo que era al principio. Esto acontecerá cuando Yo haya juzgado.

Muchos creen que desde el momento postrero hasta el Juicio universal transcurrirá solo un instante. Mas ¡Oh, hija!, Dios será bueno hasta el fin. Dios será bueno y justo
.
No todos los seres vivientes de la hora extrema serán santos, ni todos serán réprobos. Entre los primeros habrá algunos que ya están destinados al Cielo, pero que tienen algo que expiar. Yo sería injusto si les privara  de la expiación que ordené para todos los que les precedieron y que, en la hora de la muerte, se encontrarán en sus mismas condiciones.

Por eso, mientras llegarán para otros planetas la Justicia y el momento final y uno a uno se irán apagando los astros del cielo como antorchas sobre las que se sopla, y la oscuridad y el hielo irán aumentando, en mis horas, que son vuestros siglos, (y ya ha comenzado la hora de la oscuridad, tanto en el cielo como en los corazones), los seres vivientes del último instante, los que hayan muerto en el último instante, que sean merecedores del Cielo pero que necesiten aún una purificación, serán destinados al fuego purificador. Aumentaré el calor de dicho fuego para que sea más rápida la purificación y los bienaventurados no esperen demasiado para llevar a la glorificación su carne santa y hacerla gozar para ver a su Dios, a su Jesús, en su perfección y su triunfo.

Es por eso que has visto la Tierra sin prados ni árboles, ni animales ni hombres, ni vida y los océanos sin velas, como una llanura de árboles inmóviles, porque el movimiento ya no les será necesario para dar la vida a los peces, así como a la tierra no necesitará el calor para dar la vida a las mieses y a los hombres. Es por eso que has visto el firmamento vacío de luces, sin sus fuegos y sus resplandores. La Luz y el calor ya no le harán falta a la Tierra, que será ya como un enorme cadáver que en si encierra a  los cadáveres de todos los seres vivientes desde Adán hasta el último hijo de Adán.

La muerte, mi última servidora en la Tierra, cumplirá su última tarea y luego también ella dejará de existir. Ya no habrá más muerte. Habrá solo Vida en la beatitud o en el horror. Habrá Vida en Dios o vida en Satanás para vuestro yo, que se habrá vuelto a componer en cuerpo y alma

Ahora basta. Descansa y piensa en Mí.







domingo, 21 de octubre de 2018

Evangelio según San Lucas 12,8-12.
Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios.
Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.
Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir,
porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir".





Libro de Isaías 53,10-11.
El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él.
A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos. 
Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22.
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti. 
Carta a los Hebreos 4,14-16.
Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe.
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado.
Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno. 
Evangelio según San Marcos 10,35-45.
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir".
El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".
Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".
Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?".
"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo d

viernes, 19 de octubre de 2018

EL AMOR NO PASA NUNCA DE SALOMÉ ARRICIBITA.. OJALÁ NOS MANDE DIOS EL REGADÍO SUPERIOR E INFERIOR A NUESTRO SER.






PROFUNDA REFLEXIÓN SOBRE LA CUMBRE DEL AMOR A DIOS Y EXPLICACIÓN DE LO QUE ES EL REGADÍO SUPERIOR E INFERIOR,QUE DIOS 
INFUNDE A MUY POCAS ALMAS QUE HAN 
LLEGADO AL ÚLTIMO  PELDAÑO
 DE LA ESCALERA MÍSTICA



Preciosa canción mística de Salomé Arricibita, que recuerda de una manera sorprendente la celebre carta de San Pablo en donde explica como es el Amor, que no guarda rencor, que todo lo perdona, que no ve maldad alguno cuando ya es perfecto que ocurre cuando ha alcanzado los últimos peldaños de la Escala mística, estando el alma completamente purificada después de haber pasado por la terrible noche oscura del sentido y la horrenda noche del alma, habiendo alcanzado la cumbre que casi la une con su divino Esposo Jesús. Ha recobrado la Inocencia perdida antes del pecado original, y ya es incapaz de ver mal alguno, como así lo explica el Santo Doctor de la Iglesia San Juan de la Cruz, y al ver cometer un horrible asesinato, es incapaz de ver allí pecado alguno.

Estas pocas personas que han alcanzado este estado de perfección, tienen lo que el Santo llama regadío superior e inferior, es decir que ya ha entrado en el descanso de Dios en esta tierra en donde todo es unión con Dios, como si estuviera en la antesala del Paraíso, es el regadío superior, y el regadío inferior es la paz y la beatitud material del cuerpo, que le hace ver a Dios en todas las cosas creadas, tienen ojos y ven y oídos y oyen, al contrario de los pecadores que ni ven no oyen, y son incapaces de ver a Dios en la Creación.

El demonio en su perfecta maldad y en su irrefrenable envidia, sabe de sobra que el alma que ha catado la dulzura del Amor de Dios, la tiene para siempre perdida, por eso es infatigable tentando con la soberbia que es la madre del desprecio y del odio a los demás, ya que también sabe que una alma soberbia se encuentra a su merced, porque Dios le retira inmediatamente su Gracia a estos pobres "desgraciados". Amor que es tan perfecto, que le parece al alma que es la única criatura del universo, y que su Majestad no tiene otra cosa que hacer que ocuparse de ella, como así lo explica el Santo, que también dice que ese Amor se comunica con toques que al principio son como una centella por su corta duración, y luego se transforman en una sensación como la que produce un vino adobado que calienta todo el cuerpo y el alma.




De la llama de Amor viva de
 San Juan de la Cruz

16, ¡Oh! pues, que sentirá aquí el alma que, experimentando aquí la noticia y comunicación de aquella figura que vio Ezequiel en aquel ser de cuatro caras y en aquella rueda de cuatro ruedas, viendo que el aspecto suyo es como de carbones encendidos y como aspecto de lámparas, y viendo la rueda que es la sabiduría de Dios, llena de ojos por dentro y por fuera, que son las noticias divinas y resplandores de sus virtudes, y sintiendo en su espíritu aquel sonido que hacía su paso que era como sonido de multitud y de ejércitos, que significan muchas grandezas de Dios, que aquí el alma en un solo sonido de un paso que Dios da por ella distintamente conoce, y finalmente, gustando aquel sonido de batir de sus alas, que dice el Profeta que era como el sonido de muchas aguas  y como sonido del altísimo Dios, las cuales significan el ímpetu que hemos dicho  de las aguas divinas, que al alear el Espíritu Santo en la llama de Amor, letificando el alma, la embisten, gozando aquí la gloria de Dios en su semejanza y sombra, como también este profeta dice, que la visión de este ser y rueda era semejante a la gloria del Señor!(Ez 1-2) Cuán elevada se sienta aquí esta dichosa alma, cuán engrandecida se conozca, cuán admirable se vea en hermosura santa, ¿Quién lo podrá decir? 

Viéndose ella de esta manera embestida con tanta copiosidad en las aguas de estos divinos resplandores, echa de ver que el Padre Eterno le ha concedido con larga mano el regadío superior e inferior  como hizo Axa a su padre, cuando ella suspiraba (Jos 15, 18-19)*; pues estas aguas, el alma y el cuerpo, que es la parte superior e inferior, regando penetran.

17 ¡Oh admirable excelencia de Dios!, que, con ser estas lámparas de los atributos divinos un simple ser, y en Él solo se gusten, se vean y gusten distintamente  tan encendida la una como la otra, y siendo cada uno substancialmente la otra, ¡Oh, abismo de deleites! que tanto más simplicidad infinita de tu único Ser, donde de tal manera se conoce y gusta lo uno, que no impide el conocimiento y gusto perfecto de lo otro, antes cada cual gracia y virtud que hay en ti es luz de cualquier otra virtud que hay en ti es luz que hay en cualquiera otra grandeza tuya, porque por tu limpieza, ¡Oh, sabiduría divina!, muchas cosas se ven en ti, viendo solo una, porque tu eres el depósito delos tesoros del Padre, el resplandor de la Luz eterna, espejo sin mancilla e imagen de su bondad (Sap 7, 26)



*Libro de Josué 15-18, 19

18 Y sucedió que cuando la llevaba, él persuadió a su padre tierras para labrar. Ella entonces se apeó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes? 

19 Y ella respondió: Dame bendición: pues que me has dado tierra de secanal, dame también fuentes de aguas. Las fuentes de arriba, y las de abajo.







SED PEQUEÑOS Y AMAD, COMO EL NIÑO QUE ES SENCILLO, HUMILDE, Y QUIERE SER COMO SU PADRE QUE ADMIRA, Y AMA


EL ESPÍRITU SANTO SOLO SE COMUNICA CON LOS HUMILDES



En mi larga vida, he conocido a muchos "Doctores de la Ley", que habían estudiado durante muchos años teología, algunos para ser sacerdotes, y que habían publicado libros de teología dogmática, dado numerosas conferencias, pero que han terminado en un discurso teológico completamente errado en lo que se refiere a cosas tan sencillas y elementales, que no necesitan muchos conocimientos escolásticos para llegar a entenderlos.

Estos individuos se parecen a los fariseos y los escribas del tiempo de Jesús que conocían perfectamente las escrituras, y la profecías sobre la venía del Mesías y llegaron no solo a repudiarlo, pero a demás, el Sanedrín que tenía que ser la "flor y nata" de la religión Judía, llegó a pactar con Judas la entrega de Jesús para matarlo, por 30 monedas de plata.

Esto que ocurrió hace más de 2.000 años, fue lo que les pasó siempre a los profetas que fueron menospreciados, vilipendiados y hasta asesinados por hablar en nombre de Dios, lo que fue la prefigura de lo que iba a ocurrirle al divino Maestro. 

Jesús explica a María Valtorta en su extensa obra, que Dios retira poco a poco su Gracia de los que tienen Sabiduría por no querer compartirla con los demás, y la retira de inmediato cuando esas personas se vuelven soberbias, que es lo que ocurre hoy día con esos falsos maestros que no son lobos disfrazados de ovejas, pero que son lobos disfrazados de pastores, lo que es muchísimo más peligroso, ya que arrastran con ellos a muchas almas a la perdición. 

Es el caso de los relativistas que quieren reformar la Iglesia a su gusto y conveniencia, tomándose por elegidos e iluminados, es el caso del Superior General de los Jesuitas en noticias aparecidas en Aciprensa: el Papa no es el Jefe de la Iglesia universal, es solo el obispo de Roma, y la Iglesia no funciona de arriba hasta abajo sino de abajo hasta arriba, es decir que quiere transformar a la Santa Iglesia constituida por Jesús como Monarquía absoluta, en vulgar democracia, obedeciendo a las modas de los tiempos, que siempre son cambiantes. Para colmo, ese jesuita venezolano, dice que el demonio es una simple alegoría, teniendo su verdadera figura en el Presidente comunista de su País, el dirigente asesino Maduro.
Dice Jesús en el Evangelio de hoy: 

Evangelio según San Lucas 12,1-7.

Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.
No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido.
Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas..."
 




Dictado de San Pablo a María Valtorta
 (del 11/1/1.948)
A los Romano, cap 2º, vv 2 hasta el 8º


              Dice el autor Santísimo:

        “El Juicio de Dios es conforme a verdad, bien sea para el réprobo, para el tibio, como para quien arde en tan purísimo amor que le lleva hasta el sacrificio. Ni el patrimonio, ni el ropaje, ni la condición, ni la posición harán cambiar el juicio de Dios. Como tampoco valdrán para confundirlo las dobleces y artificios de que suele echarse mano para engañar a los hombres, lo mismo que las hipocresías, los falsos actos de bondad, de fe, de honestidad y de amor.
           Las palabras del Maestro son siempre vivas y justas, bien sea cuando dicen: “No solo el que dice ¡Señor!, ¡Señor!, entrará en el Reino de los Cielos”, como cuando pone en parangón al publicano con el fariseo o da el código maravilloso de la Nueva Ley con el sermón de la montaña (Mateo cap. 5-6-7).
            No hay mutación en la Ley porque la haya en los tiempos; ni variará el Juicio, porque Dios siempre juzgará con arreglo a verdad y justicia. Y con más rigor será juzgado aquel que tiene la misión de juzgar si se arroga tal derecho, porque más severamente será juzgado y más se le ha de exigir a quien tuvo más conocimiento de la Ley. Y esto será así porque está dicho: “No juzguéis para que no seáis juzgados”.
          ¡Sed pequeños! Sed pequeños, vosotros a quienes amo. Si lo sois, Yo os enseñaré la Sabiduría. Os la enseñaré con mi Amor. 
Porque sabedlo, la Sabiduría más se aprende con el Amor que con la instrucción. Yo que os amo y vosotros que me amáis, seamos luz para entender las palabras de la Sabiduría que, sin la luz del Amor, únicamente con la cultura, resultan oscuras en todo o en parte.
         Por esto nunca terminará de gritar el Amor: “Es mediante la caridad como tendréis salvación y paz”. Porque quien tiene caridad no desprecia las riquezas de la bondad divina ni de su paciencia y tolerancia: el que tiene caridad, ama la penitencia, no juzga, no condena, no da escándalo ni se hace tibio, frío o sordo de corrupción.
          El que tiene caridad, desarma el Corazón de Dios por más que se reconozca culpable. Dios perdona a quien le ama y llora sobre su seno, y no dará a cada uno según sus obras siempre imperfectas, como de hombre, sino teniendo en cuenta su amor que a menudo es mayor que su propia capacidad de hacer el bien. Hasta el deseo de perfección será tenido en cuenta siempre que sea un deseo activo, es decir, un deseo verdadero que si no se realiza plenamente es tan solo porque la criatura no tiene capacidad suficiente para cumplirlo.
         Dios ve. Ve con realidad plena. Y como sólo puede ver Dios perfectísimo: con una perfección que no se detiene ante las apariencias y juzga con perfección tras paciente espera”.





domingo, 14 de octubre de 2018

15 DE OCTUBRE, ONOMÁSTICA DE SANTA TERESA DE JESÚS, REFORMADORA DEL CARMELO CON SAN JUAN DE LA CRUZ

Fotografía de Santa Teresa tomada en la Iglesia de las
 Carmelitas descalzas de Granada,
 



Jesús se apareció a una vidente y le confesó que las mujeres que más le amaron, aparte de su Madre, la Virgen María, fueron en su vida María Magdalena y después Santa Teresa de Jesús. Está demostrado que murió de Amor, alcanzando el último grado de la Escala mística de diez peldaños para que el alma ascienda hasta la presencia de Dios, según San Bernardo, como lo explica tan bien San Juan de la Cruz, 

Además, estando en un éxtasis  un Serafín le clavó en su corazón un dardo con la punta inflamada, para atizar el rapto de Amor, corazón que había quedado como "encasquillado". Este fenómeno místico se llama transverberación, y el famoso escultor italiano Bernini, lo esculpió en una impresionante obra de arte que se expone en Roma. Se pudo comprobar la huella del dardo en su corazón una vez muerta. San Juan de la Cruz describe este rarísimo fenómeno místico, diciendo que ¡estando en oración, suele ocurrir, lo que demuestra claramente que él mismo lo tuvo!

En el último de los diez peldaños de esta escala, la unión mística es tan fuerte que el alma tiene que ver a su divino Esposo o morir.

El décimo y último grado de esta escala secreta de amor hace al alma asimilarse totalmente a Dios, por razón de la clara visión de Dios que luego posee inmediatamente el alma que, habiendo llegado en esta vida al nono grado, sale de la carne. Porque estos (pocos que son), por cuanto ya por el amor están purgadísimos, no entran en el purgatorio. De donde San Mateo dice: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (5, 8). Y, como decimos, esta visión es la causa de la similitud total del alma con Dios, porque así lo afirma San Juan diciendo. "Sabemos que seremos semejante a Él"; no porque el alma se hará tan capaz como Dios, porque esto es imposible, sino por todo lo que ella es, se hará semejante a Dios; por lo cual se llamará  y  será Dios por participación. 




Oración a Santa Teresa de Jesús
 de San Alfonso María de Ligorio


Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como
 una llama resplandeciente en el Paraíso, 
obtén para mi también, te lo ruego, un destello 
de ese mismo fuego ardiente y santo,
 que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
aún yo mismo, porque tu ardiente deseo
 era verle adorado por todos los hombres.

Concédeme que todos mis pensamientos, deseos
 y afectos sean dirigidos siempre a hacer la voluntad 
de Dios, la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
porque solo Él es digno de ser amado
 y obedecido por siempre.

Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios.
Amén.





viernes, 12 de octubre de 2018

LA MUERTE ES UN DON DE DIOS CUANDO SIRVE PARA IMPEDIR NUEVOS PECADOS, ESTANDO EL HOMBRE RECONCILIADO CON DIOS.

La Divina Providencia


"En verdad os digo que la muerte es un don cuando sirve para impedir nuevos pecados y coge al hombre mientras está reconciliado con su Señor”.




          Esta afirmación, para los que niegan la existencia de la Vida Eterna, y de un Juicio de Dios a la muerte de cada ser humano, que lo puede transformar en Hijos de la Luz, y herederos del Cielo, o en hijos de las Tinieblas, y herederos del Infierno para toda la Eternidad, son como lo dice San Pablo una locura, ya que como lo afirma, las cosas de Dios cuanto más subidas, son para ellos más locura, así como las cosas del mundo, cuanto más subidas, son más locura e insensatez para los hijos de Dios.

         En la vida del Santo Cura de Ars, Patrono de todos los Sacerdotes del mundo, relatada por Monseñor Trochú, se puede leer que todos los milagros que hacía los atribuía a Santa Filomena, una mártir del Imperio Romano, cuya existencia parece dudosa, ya que solo se encontró en una catacumba una inscripción con su nombre.

          Cuentan que vino a verle de muy lejos, creo que desde París, una Señorita ciega para implorar su curación, atraída por otros milagros que había hecho el Santo, este le dijo: “Dios puede curarla de su ceguera, pero su Salvación Eterna no sería segura, sin embargo si permanece ciega, tiene asegurada la Vida Eterna”. Naturalmente, la Señorita volvió a París ciega, pero con gran resignación.
         Siendo yo aún escolar en los Maristas, cuando vivía en Francia, contaba un hermano que había venido de Brasil, un hecho ocurrido en ese País: Un avión de pasajeros aterrizó envuelto en llamas, bajaron todos los pasajeros a tiempo, solo se quedó una mujer que estaba de rodillas dando gracias a Dios, por haber salido indemne del accidente.

         En ese momento estalló el avión y murió la mujer. Como era de esperar, toda la prensa de izquierdas que relataba el suceso, aprovechó el incidente para burlarse de los creyentes y negar a Dios. Pero creo sinceramente que, morir alabando a Dios, es en realidad una de las mayores gracias para una persona, porque tiene asegurada la Vida Eterna, este hecho recuerda la promesa hecha por Jesús a San Dimas, personalmente creo que es un seguro de Salvación Eterna.

          Se puede pues afirmar que muchas desgracias o muertes están permitidas por Dios, para asegurar la Salvación a ciertas personas, ya que una vida más larga lo expondría a una condenación eterna. Y así en el otro mundo cuando se descubra la verdad de todos los acontecimientos veremos que las desgracias ocurridas a ciertas personas, que en la Tierra nos parecieron injusticias y abandono de la Providencia Divinas, fueron en realidad una gran misericordia de Dios y una acción de esa divina Providencia. Naturalmente todas estas reflexiones solo se pueden comprender a través de la Fe en Dios, de lo contrario estos acontecimientos son incomprensibles.

        Cuando estudiaba en Francia el Reino de San Luis, se contaba que su madre Blanca de Castilla, le decía a su hijo: “¡Prefiero verte muerto, antes que verte cometer un pecado mortal!” 

        ¡Bienaventurados los que ven a Dios en todas las cosas, creo que de ellos es el Reino de los Cielos!





Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta

(16 de Julio de 1946)

Una curación espiritual en Guerguesa y lección 
sobre los dones de Dios.


     Llegan a los bordes del lago, en los aledaños de Guerguesa, cuando el ocaso rojo se transforma en crepúsculo violáceo y sereno. La ribera está llena de gente que prepara las barcas para la pesca nocturna o que se baña con gusto en las orillas del lago, un poco picado por el viento que lo surca.

    Pronto es visto Jesús y reconocido, de forma que antes de que pueda entrar en la Ciudad, ya se sabe que ha venido, y se produce la afluencia de gente que acude a escucharle.

(…) Una mujer llorando, le llama de entre la multitud, mientras que suplica que le dejen pasar, para ir donde el Maestro.
“Es Arria, la gentil que se ha hecho hebrea por amor. Una vez curaste a su marido, pero…”.
“Me acuerdo. ¡dejadla pasar!”.
La mujer se acerca. Se arroja a los pies de Jesús. Llora.
“¿Qué te pasa, mujer?”.
“¡Rabí! ¡Rabí! ¡Piedad por mí!, Simeón…”.

  Uno de Guerguesa le ayuda a hablar: “Maestro, usa mal la salud que le diste. Se ha hecho duro de corazón, rapiñador, y ya ni siquiera parece israelita. La verdad es que la mujer es mucho mejor que él, a pesar de haber nacido en tierras paganas. Y su dureza y rapacidad le acarrean peleas y odios. Y por una pelea ahora está muy mal herido en la cabeza, y el médico dice que casi es seguro que se queda ciego”.

    “¿Y Yo, que puedo en ese caso?”.
  “Tu…curas…Ella, ya lo ves, se desespera…Tiene muchos hijos, y pequeños todavía. La ceguera de su marido significaría miseria para la casa…Es verdad que es dinero mal ganado…Pero la muerte sería una desventura, porque un marido es siempre un marido, y un padre es siempre un padre, aunque en vez de amor y pan dé traiciones y palos…”.

“Le curé una vez, y le dije: “No peques más”. Él ha pecado más. ¿No había prometido acaso, que no iba a pecar más? ¿No había hecho voto de no volver a ser usurero y ladrón, si Yo le curara, es más, de devolver a quien pudiera lo mal adquirido, y de usar el mal adquirido – en el caso de no poder devolverlo – en favor de los pobres?”.

“Maestro, es verdad. Yo estaba presente. Pero… el hombre no es firme en sus propósitos”.

“Es como dices. Y no solo Simeón. Muchos son los que, como dice Salomón, tienen dos pesos y balanza falsa, y no solo en el sentido material, sino también cuando juzgan y actúan y en su comportamiento para con Dios. Y es también Salomón el que dice: “Desastroso para el hombre el fervor ligero por lo santo y, tras hacer el voto, volverse atrás”. Y, sin embargo son demasiados los que esto hacen… Mujer, no llores.

    Pero escucha y sé justa, pues que has elegido Religión de Justicia: ¿Qué elegirías, si te propusiera dos cosas, estas: curar a tu marido y dejarle vivir para que siga burlándose de Dios y acumulando pecados sobre su alma, o convertirle, perdonarle, y luego dejarle morir? Elige. Haré lo que elijas”.

La pobre mujer se encuentra en una lucha muy acerba. El amor natural, la necesidad de un hombre que bien o mal gane para los hijos la moverían a pedir “vida”; su amor sobrenatural hacia su marido la mueve a pedir “perdón y muerte”. La gente calla, atenta, conmovida en espera de la decisión.

  Al fin, la pobre mujer, arrojándose de nuevo al suelo, abrazándose a la túnica de Jesús como buscando fuerzas, gime: “La vida eterna…Pero ayúdame Señor…” y languidece, rostro en tierra, que parece que muere.
  “Has elegido la parte mejor. Bendita seas. Pocos en Israel te igualarían en temor de Dios y justicia. Levántate. Vamos donde él”.

  “¿Pero realmente le vas a hacer morir, Señor? ¿Y yo, que voy a hacer?”. La criatura humana renace del fuego del espíritu como el fénix mitológico; y sufre y zozobra humanamente…
“No temas, mujer. Yo, tú, todos confiamos al Padre de los Cielos todas las cosas, y Él obrará con su amor. ¿Eres capaz de creer esto?”.
“Sí, mi Señor…”.
“Entonces vamos, diciendo la oración de todas las peticiones y de todos los consuelos”.
Y mientras anda, circundado de un enjambre de personas y seguido de un séquito de gente, dice lentamente el Pater. El grupo apostólico hace lo mismo, y con un coro bien ordenado, las frases de la oración se elevan por encima del murmullo de la muchedumbre, la cual, sintiendo el deseo de oír orar al Maestro, poco a poco va guardando silencio, de forma que las últimas peticiones se oyen maravillosamente en medio de un silencio solemne.

   “El Padre te dará el pan cotidiano. Lo aseguro en su Nombre” dice Jesús a la mujer, y añade, dirigiéndose no solo a ella sino a todos:

  “Y os serán perdonadas las culpas si perdonáis al que os haya ofendido o perjudicado: Esa persona necesita vuestro perdón para obtener el de Dios. Y todos tienen necesidad de la protección de Dios para no caer en pecado como Simeón. Recordad esto”.

     Ya han llegado a la casa y Jesús entra en ella con la mujer, con Pedro, Bartolomé y el Zelote.
    El hombre echado en la yacija, en la cara vendas y paños mojados gesticula desasosegado y delira. Pero la voz, o la voluntad de Jesús, le hacen volver en sí y grita: “¡Perdón! ¡Perdón! No volveré a caer en el pecado. ¡Tu perdón como la otra vez! Pero también la salud como la otra vez. ¡Arria! ¡Arria! Te juro que seré bueno. No volveré a ser violento ni ladrón, no …”. El hombre está dispuesto a todas las promesas por miedo a morir…

    “¿Por qué quieres todo esto?” pregunta Jesús, “¿Por expiar o porque temes el juicio de Dios?”.
   “¡Eso, eso! ¡Morir ahora no! ¡El infierno!... ¡He robado, he robado el dinero del pobre! He usado la mentira. He sido violento con mi prójimo y he hecho sufrir a los familiares. ¡Oh!...”.
    “No miedo, se requiere arrepentimiento, verdadero, firme”.
   “¡La muerte o la ceguera! ¡Qué castigo! ¡No volver a ver! ¡Tinieblas! ¡Tinieblas! ¿No!...”.

     “Si es adversa la tiniebla en los ojos, ¿no te es horrenda la del corazón? ¿Y no temes la del Infierno, eterna, horrenda?, ¿la privación continua de Dios?, ¿los remordimientos continuos?, ¿la congoja de haberte matado a ti mismo para siempre, en tu espíritu? ¿No amas a esta? ¿Y no quieres a tus hijos? ¿Y no quieres a tu padre, a tu madre, a tus hermanos? ¿Y no piensas que no vas a tenerlos nunca más contigo si mueres condenado?”.

     “¡No! ¡No! ¡Perdón! ¡Perdón! Expiar, aquí, sí, aquí… Incluso la ceguera, Señor… Pero el Infierno no… ¡Que no me maldiga Dios! ¡Señor! ¡Señor! Tú arrojas los demonios y perdonas las culpas. No alces tu mano para curarme, pero sí para perdonarme y liberarme del demonio que me tiene sujeto… Ponme una mano en el corazón, en la cabeza… Libérame Señor…”.

“No puedo hacer dos milagros. Reflexiona. Si te libero del demonio te dejaré la enfermedad…”.
“¡No importa! Sé Salvador”.
“Sea como tú quieres. Te digo que sepas aprovechar mi milagro, que es el último que te hago. Adiós”.
“¡No me has tocado! ¡Tu mano! ¡Tu mano!”.

      Jesús le complace y pone su mano sobre la cabeza y sobre el pecho del hombre, el cual, estando vendado, cegado por las vendas y la herida, palpa convulsivamente para agarrar la mano de Jesús, y una vez que la encuentra, llora sobre ella, y no quiere separarse de ella; hasta qué, como un niño cansado, se adormece, teniendo todavía la mano de Jesús apretada contra su carrillo febril.
     Jesús saca cautelosamente la mano y sale de la habitación sin hacer ruido, seguido por la mujer y los tres Apóstoles.
     “Que Dios te lo pague, Señor. Ora por tu sierva”.
    “Sigue creciendo en la Justicia, mujer, y Dios estará siempre contigo”. Alza la mano para bendecir la casa y a la mujer, y sale a la calle.

     […] Pedro, que estaba preparado, hinca el remo, y la barca se separa de la orilla, empezando así la navegación, seguida por otras dos. El lago, un poco agitado, imprime oscilación a las barcas, pero nadie se asusta por ello, porque el trayecto es breve. Los faroles rojos ponen manchas de rubí en las oscuras aguas, o tiñen de color sangre las espumas blancas.
   Pregunta Pedro, sin dejar el timón, después de un rato: “Maestro, ¿pero aquel hombre se va a curar o no? No he comprendido nada”.

    Jesús no contesta. Pedro hace una muestra a Juan, que está sentado en el fondo de la barca a los pies del Maestro, con la cabeza relajada encima de las rodillas de Jesús. Y Juan repite en voz baja la pregunta.
    “No se va a curar”.
    “¿Por qué, Señor? Yo creía, por lo que he oído, que tuviera que curarse para expiar”.
     “No Juan. Pecaría nuevamente, porque es un espíritu débil”.
     Juan vuelve a apoyar la cabeza en las rodillas y dice: “Pero Tú le podías hacer fuerte…” y parece manifestar un dulce reproche.
    Jesús sonríe, mientras introduce los dedos entre los cabellos de su Juan y, alzando la voz de forma que todos oigan, da la última lección del día:

      “En verdad os digo que en la concesión de la gracia hay que saber también tener en cuenta su oportunidad. No siempre la vida es un don, no siempre la prosperidad es un don, no siempre un hijo es un don, no siempre un lujo es un don, no siempre – si también esto – una elección es un don. Vienen a ser dones y permanecen como tales cuando el que los  recibe sabe hacer un buen uso de ellos, y para fines naturales de santificación. 

    Pero cuando de la salud, de la prosperidad, afectos, misión se hace la ruina del propio espíritu, mejor sería no tenerlos nunca. Y a veces Dios ofrece el mayor don que podría dar, no dando lo que los hombres desearían o lo que considerarían justo tener como cosa buena. El padre de familia o el médico bueno saben que es lo que hay que dar a los hijos o a los enfermos para no ponerlos más enfermos o para evitar que enfermen. Lo mismo Dios, sabe lo que tiene que dar para el bien de un espíritu”.


 “¿Entonces aquel hombre morirá? ¡Qué casa más infeliz!”.
“¿Sería acaso, más feliz viviendo en ella un réprobo? ¿Y él sería más feliz si, viviendo, siguiera pecando? En verdad os digo que la muerte es un don cuando sirve para impedir nuevos pecados y coge al hombre mientras está reconciliado con su Señor”.

        Maravillosas palabras de Jesús, con las cuales se aclara una serie de dudas sobre las miserias humanas, que muchas veces son necesarias para la salvación eterna de las almas. 

 Como así tiene que ser para un creyente, es mucho más importante la Vida Eterna que la vida material, cuya duración, comparada con la Eternidad, es un breve suspiro.

 Unos de los mayores males de la mentalidad actual, es la pérdida absoluta del sentido del pecado, y la negación absoluta de un más allá, donde habrá un Juicio y un castigo eterno y horrendo, que es la ausencia de Dios y la muerte del alma por el pecado que es la desobediencia a la Ley de Dios.

  Satán ha logrado hacer creer a la Sociedad, que Dios es un padre bonachón, indiferente al pecado, e incapaz de mandar a nadie al Infierno, porque todos somos hijos suyos, ignorando que la filiación divina se obtiene por la obediencia a las Leyes, y por un profundo arrepentimiento y temor de Dios, cuando se han transgredido sus mandatos. En este relato, Simeón se salvó por tener bien claros estos conceptos: Todo pecado es una ofensa a Dios, y existe un Juicio y un castigo que es el Infierno eterno.

  Es también muy importante y trascendente, lo que explica Jesús sobre la correspondencia a la Gracia de Dios, cuando no se hace un buen uso de los dones para la Salvación eterna.

   Es lo que ocurre hoy día con los Sacramentos de la Iglesia que exigen una correspondencia a los mismos, con unos deberes y unas obligaciones, que si no se cumplen, anulan la Gracia santificante.