MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

**
****************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************************

rep

viernes, 21 de septiembre de 2018

COMENTARIOS SOBRE LA PALABRA DE DIOS EN LA SANTA MISA DEL 21-9-2.017

ESTAS FLORES PREDICAN DE UNA MANERA ELOCUENTE LA BELLEZA, LA GRACIA,
LA CIENCIA Y LA SABIDURÍA DE SU CREADOR.






San Pablo a los Efesios 4,1-7.11-13.


Hermanos: 

Yo, que estoy preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido. 
Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. 
Traten de conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos.

Sin embargo, cada uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido. El comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo.

Soberbio discurso del gran Apóstol San Pablo, que con San Pedro son los dos pilares de la Iglesia Católica. viene a aconsejar como tiene que ser la actitud del creyente en el mundo en que vivimos. Es un discurso contrario al que tienen los hijos de las tinieblas, que cuando están encarcelados como san Pablo, viven y aconsejan el odio y la venganza. Estos dos puntos de vista antagónicos tienen una explicación bien lógica: Los que han recibido el maravilloso don de la Fe, saben que este mundo es un espejismo, cuya duración es un instante si se compara con la eternidad, los que no tienen fe viven en una utopía, los primeros vivirán en paz y felicidad, que perdurará por toda la eternidad, los otros una vida pasajera, llena de odio, y de rencor es decir de desgracia en esta tierra, que continuará también por toda la eternidad.




Salmo 19 (18), 2-3.4-5.


El cielo proclama la gloria de Dios 
y el firmamento anuncia la obra de sus manos;
un día transmite al otro este mensaje 

y las noches se van dando la noticia.
Sin hablar, sin pronunciar palabras, 
sin que se escuche su voz,

resuena su eco por toda la tierra 
y su lenguaje, hasta los confines del mundo. 
Allí puso una carpa para el sol

El día transmite la noticia al día y las noches se dan la noticia, quiere decir que sin tregua alguna, la naturaleza día y noche, van transmitiendo continuamente a los que saben ver, que Dios existe, ya que toda la naturaleza animal, vegetal y humana solo con su presencia, y con todas sus actuaciones, analizadas muestran su perfección y continúan sin descanso diciendo: Dios existe, es él que me ha creado y que me ha dado el instinto necesario para sobrevivir, procrear, y cumplir con los mandamientos que Dios nos ha transmitido.
y para los humanos, a pesar de que se puso una carpa para el sol, es decir que Dios permanece escondido, la Gloria de Dios resuena en toda la Creación, que es la música callada y la soledad sonora de la poesía de San Juan de la Cruz.





Mateo 9, 9-13.

Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió. 
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. 
Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: "¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?". 
Jesús, que había oído, respondió: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. 
Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". 

Mateo era recaudador de impuestos, y convivía con los Fariseos y los Publicanos, había visto como estos vivían con soberbia, arrebatando los bienes a las viudas y los huérfanos, respetando solo a los poderosos, para obtener de ellos beneficios y prebendas.
A pesar de ser él también un usurero, hizo caso a su Conciencia que le reprochaba su conducta y veía también reprobable la conducta de los que se llamaban elegidos y que se creían los santos de Israel.

Un día oyó hablar de Jesús, de su Vida tan austera, que se dedicaba a hacer el bien y de socorrer a los pobres, los enfermos y los despreciados por esa clase de individuos que no tenían compasión. Se sentía admirado y tocado por la Gracia de Dios, que se comunica siempre a los que aborrecen la explotación de los indefensos, y aman a la Virtud.

Quiso ver a Jesús, y se subió al sicomoro para verlo mejor, por su conducta Jesús entró en su corazón y creyó, restituyendo todo lo que había robado y compensando a los que había engañado. Es la antítesis del hijo de las tinieblas que no tiene compasión por los desgraciados y se aprovecha de que son indefensos par explotarlos cada vez más.




jueves, 20 de septiembre de 2018

EL EMPRESARIO PAGA AL TRABAJADOR POR HORA TRABAJADA, PERO DIOS PAGA POR LA INTENCIÓN.Y EL DESEO.


TODOS LOS QUE MIRAN PARA ATRÁS SE TRANSFORMARÁN
 EN ESTATUAS DE SAL



Estas reflexiones son más necesarias que nunca, ya que explican de una manera meridianamente clara como tiene que ser el comportamiento de los creyentes que aman de verdad a Dios.
En esta Parábola de los trabajadores a la viña, se deduce que Dios nunca busca su propio provecho, solo busca la felicidad del alma y mirará  siempre su intención.

Y así una persona pobre puede ser juzgada como una persona rica, y al revés un rico como a una persona pobre, como así lo dice San Juan de la Cruz, y eso es porque el pobre deseó ardientemente ser rico, lo que le provocó envidia y odio hacia los ricos, y al revés un rico, que vivió de una manera austera, se juzgará como pobre, ya que no tuvo envidia y si amor hacia los pobres, a los cuales ayudó en la medida de sus posibilidades, sin olvidar que la verdadera riqueza es la Gracia de Dios, y la verdadera pobreza es la ausencia de esta misma Gracia.


Isaías 55,6-9.

¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca! Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva el Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. 
Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos -oráculo del Señor-. 
Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.

Apremiante llamada de Dios al genero humano, para que vuelva por el camino recto, porque en este mundo, si hay arrepentimiento, aún se puede conseguir, ya que se puede implorar a Dios, y Él siempre viene en auxilio del que le pide amparo, porque se compadece siempre de los necesitados que sufren, lo que en el otro mundo ya no será posible, estando la espiga madura y segada, ya no puede volver a madurar.

En este pasaje del libro del Profeta Isaías, vemos claramente la diferencia tan grande que existe entre la mentalidad de Dios, opuesta completamente a la mentalidad del mundo. por eso está escrito: Mi camino no es vuestro camino y mis acciones no son vuestras acciones.


Salmo 145

Señor, día tras día te bendeciré, 
y alabaré tu Nombre sin cesar.
¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: 
su grandeza es insondable!

El Señor es bondadoso y compasivo, 
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos 
y tiene compasión de todas sus criaturas.

El Señor es justo en todos sus caminos 
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan, 
de aquellos que lo invocan de verdad.


Estremecedoras alabanzas de Amor a Dios, sublime Majestad Todopoderosa y eterna, que en este mundo trata a los justos y a los pecadores con el mismo cariño, para que los primeros perseveren en la fe y los segundos que tienen el alma enferma, se sanen, acción que solo se puede realizar como así se hace con un enfermo del cuerpo: cuidados y cariño para que recobre la salud. Pero no hay que confundir esos dos tipos de amor, el que es hacia los justos es un amor unitivo, como el que tenía Jesús hacia San Juan, el segundo es un amor de misericordia, como el que tenía Jesús hacia Judas.

Desgraciadamente la mayoría de la gente relativista no ve diferencia alguna entre los dos amores. La gran diferencia es que esto es así porque en este mundo existe la Misericordia de Dios gracias al Sacrificio de Jesús el sublime Redentor, entregada a todo la Humanidad.
Dios ha dado toda una Vida para conseguirlo, pero el día del juicio, Jesús aparecerá con su cayado de Pastor transformado en Cetro Real, la Misericordia será Justicia, dando su merecido a  cada uno.


Pablo a los Filipenses 1,20 c - 24.27 a.

Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo. 
Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir. 
Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que permanezca en este cuerpo. 
Solamente les pido que se comporten como dignos seguidores del Evangelio de Cristo. De esa manera, sea que yo vaya a verlos o que oiga hablar de ustedes estando ausente, sabré que perseveran en un mismo espíritu, luchando de común acuerdo y con un solo corazón por la fe del Evangelio, 

Esta actitud de San Pablo es común a todos los Santos, su única preocupación en este mundo es alabar y reverenciar a Dios por todos los dones recibidos, pero además existe en ellos unos sentimientos que no tienen los creyentes: están deseosos de unirse con Dios, porque el Amor está ya muy crecido al ser muy probado, pero además por otro lado no quiere marcharse, por el amor que tiene a sus hermanos de fe, que le causan una continua preocupación porque teme que esas almas se desvíen de la verdadera Doctrina y lleguen a perder el tesoro de la Fe y se condenen.

Esa preocupación por la Salvación la tienen también los padres cristianos cuando ven que sus hijos pierden la fe, o que viven apartados de los Sacramentos de la Iglesia, sabiendo que el camino a la Vida eterna es angosto, y la entrada muy estrecha, y que el camino que lleva a la perdición es ancho, y conduce hacia la perdición eterna. Solo en el otro mundo veremos como la preocupación de esos padres, los llevaron a implorar con mucho sentimiento la misericordia de Dios para que les devuelva la fe, y cuantos se salvaron por sus oraciones angustiosas e incesantes.  



Evangelio según San Mateo 20, 1-16 a.

Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña. 
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. 

Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: '¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'. Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'. 
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros'. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. 

Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada'. El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?'.Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos ». 

El mundo paga al trabajador por hora trabajada, porque el hombre busca solo su provecho, Dios no necesita ningún provecho porque no necesita nada ya que lo tiene todo. Aquí en este mundo, el juez humano juzga a los sospechosos por sus acciones, Dios mira los corazones y los juzga por sus deseos. El mundo admira a los ricos y a los poderosos, Dios admira a los pobres de Espíritu, a los indefensos, que son los que gozarán de las mejores estancias en su Santo Reino.

¡Bendito sea Dios por sus increíbles Juicios, y por esa defensa a ultranza de los desgraciados, los rechazados y los que sufren, por esa razón para poder entrar en su Gloria, tenemos que alejarnos de la mentalidad usurera y egoísta del mundo y volver a nacer a la nueva mentalidad caritativa y desprendida de los hijos de Dios!





miércoles, 19 de septiembre de 2018

DIOS HABLA SIEMPRE DE UNA MANERA MISTERIOSA A LOS HOMBRES DE TODA CONDICIÓN Y DE TODA RELIGIÓN.



DIOS QUIERE SALVAR AL MUNDO ENTERO
(ICONO CRISTIANO COPTO)


El hombre de hoy ya no quiere ni oír hablar de Dios, prefiere oír la Voz de la concupiscencia, es decir avisos y consejos completamente opuestos a su Ley. En este pasaje del Apóstol San Pablo a María Valtorta, para explicar sus cartas Apostólicas, se puede leer que la Voz de Dios es siempre despreciada porque esta no se quiere ni escuchar, ya que el hombre prefiere oír la Voz de Satanás, cuyo lenguaje es siempre el mismo: "No te prives de nada, ni renuncies a todos tus deseos mundanos, y carnales, Dios es un Padre bueno que no puede mandar un hijo suyo al Infierno, que es una invención de la edad Media inventada por la Inquisición, para tener sujeta a la gente

Lo peor es que esa misma frase está corroborada por los muchísimos sacerdotes, que han sido previamente convertidos  por el enemigo, para que confirmen esta afirmación. El alma entonces está desamparada porque no tiene la luz de las estrellas para  iluminarla en este mundo de mentira, es lo que dice Jesús: "Cuando un ciego guía a otro ciego, caerán ambos en la fosa", y que esos maestros "recorren el mundo entero para hacer un prosélito y cuando lo consiguen hacen otro discípulo aún peor que ellos mismos".
    


Lecciones sobre la Epístola de 
San Pablo a los Romanos Cap. 4º


      Dice el Autor Santísimo:


    Abrahán fue el Padre de todos los creyentes, es decir, de aquellos que por su justicia,  no solo merecen oír resonar en su espíritu la Voz espiritual y Santísima de Dios, sino que saben comprender las palabras de esta Voz inefable y creer y obedecer tanto a ella como a sus mandatos.

          Esta Voz, no hubo ni habrá quien, en un momento fugaz y único o por repetidas veces y por largo espacio, no la sienta resonar dentro de sí. Es la llamada misteriosa del Señor único y Santo, del Creador universal. Como rayo de sol, cual onda sonora viene y penetra, unas veces dulce, otra severa y otras más, terrible.

           No importa que pertenezca el hombre a la Religión escogida para recibir esta llamada. Dios es el Creador de los hijos de su pueblo lo mismo que del salvaje que desconoce su Nombre Santísimo, y su llamada, al igual que resuena en las Iglesias católicas, en las naciones Católicas y civilizadas, en las otras civilizadas pero no Católicas y en los pueblos de otras religiones reveladas, llena también de si las soledades salvajes y heladas, las zonas aún inexploradas, las islas perdidas, los archipiélagos en donde el hombre se encuentra a nivel muy semejante al de las fieras – hecho de instintos y a menudo de instintos desenfrenados – las cálidas e intrincadas selvas, todavía inexploradas, a las que la civilización no llegó con su progreso y su refinada corrupción. 

Doquiera habla Dios por ser el Creador de todos los hombres.

          Muchas veces el hombre y no solo el hombre inculto, toma la llamada de Dios, sobre todo si esta es de reproche, por la voz de la propia conciencia, por el remordimiento que grita en el fondo de su yo. En ocasiones y en particular al comienzo de los tiempos, el culpable sabía distinguir la voz de Dios de la del propio yo, turbado por el remordimiento. Caín es el ejemplo de estos culpables que saben distinguir. 

      Ahora bien, cada vez más, con el correr de los siglos, se ha ofuscado en el hombre la capacidad de comprender y distinguir - me refiero al hombre de corazón pérfido – porque igual que muro macizo en el cual rebotan la voz y la luz, hallase levantado en el hombre la negación de Dios y ha arraigado en el mismo el desprecio hacia Él.

       El “superhombre", auto-creado tal, es un monstruo, una deformación del hombre, es el bastardo resultante del connubio de la razón humana, creada por Dios y rebelde a Él, con el enemigo de Dios. Apartados de Dios por propia voluntad, el hombre de este siglo, es decir el que se ha formado a si mismo, conforme a las doctrinas humano-satánicas, no puede ni quiere comprender las llamadas de Dios.

        Le faltan todos los requisitos para poderlo, aunque lleve nombre de Católico; más aún, por más que sea practicante; todavía más: aunque lleve hábito sagrado, difícilmente toma por tal la voz de Dios.

         Hartas son las cosas que hay todavía en aquellos que, por su hábito, su misión y la gracia de estado, deberían ser sensibilísimos a la llamada de Dios y la compresión de su palabras para que pudieran comprenderlas. La soberbia mata y turba su razón y ensordece su espíritu. Razón soberbia es razón loca. No hay ya, pues razón. 

         Espíritu soberbio es altar ocupado. Es, por tanto altar al que el Eterno no puede descender a decir lo que quiere. Otro es el que habla, y lo hace con la voz áspera de la concupiscencia. Y si Dios, desde su excelso trono llega a lanzar alguna llamada que al fin penetra, queda anonadado, como así él lo quiere, porque, oírla y despreciarla, parécele demasiado, y así prefiere no oírla. 
…………………………………………………………………………...............................................


FRASES RELEVANTES 
Del Evangelio tal como me ha sido revelado de María
 Valtorta


¿Y como dar cumplimiento a la Ley si no se creen las verdades reveladas por Dios?, cuando son despreciadas como patrañas tanto el premio como el castigo, la eternidad, el infierno, el paraíso, la resurrección de la carne y el Juicio Divino? (pág.31).
…………………………………………………………………………….........................................

No hay auto-evoluciones sino evoluciones dispuestas por el Creador, por el eterno Señor Omnipotente (pág. 32).
………………………………………………………………………………....................................


El que ama con perfección…. Dentro del límite de la humana relatividad… infunde la perfección, no solo en su espíritu, sino también en su mente (pág. 53).
…………………………………………………………………………............................................

“….Son verdaderos teólogos aquellos que son conducidos por el Espíritu Santo, esto es por el Amor” (pág. 55).







martes, 18 de septiembre de 2018

DURÍSIMO ENFRENTAMIENTO DE JESÚS CON LOS FARISEOS EN CASA DEL RESUCITADO DE LA VIUDA DE NAÍM


La Resurrección del Hijo de la Viuda de Naím


           Maravilloso relato sobre uno de los más grandes milagros de Jesús;  descripción de la conversación de Jesús con los Fariseos y Doctores de la Ley, los cuales representan a todos los detractores actuales sobre la divinidad de Cristo Jesús. Vemos la gran paciencia de Jesús con sus detractores, y asistimos a un enfrentamiento abierto, cuando al final, quieren demostrar que todo es un complot entre el Pueblo de Naím; el resucitado y su familia para hacer creer un falso milagro. Jesús se llama Él mismo el Perseguido por los Escribas y Fariseos, a los cuales los compara con las hienas, que se regocijan en el olor de la carroña.

           Todos estas descripciones y palabras de Jesús están descritas en los Evangelios, y son fieles a todo lo que allí está escrito. Maravillosas descripciones de María Valtorta, que es una grandísima escritora, porque nos transporta de una manera increíble  a todos los acontecimientos relatados con más brevedad en los Evangelios. 


Del Poema del Hombre-Dios de Mª Valtorta.

Hay gran ambiente festivo en la ciudad de Naím: recibe a Jesús por primera vez después del milagro del joven Daniel resucitado de la muerte.
Precedido y seguido por un buen número de personas, Jesús atraviesa la ciudad bendiciendo. Además de los de Naím, hay personas de otros lugares, que vienen de Cafarnaúm adonde habían ido a buscarle y de donde los habían mandado a Caná, y de esta ciudad a Naím. (…)
Entre estas personas que han venido de otros lugares buscándole, no faltan fariseos y escribas, aparentemente respetuosos….

Jesús se hospeda en casa del joven resucitado, en la que han concurrido también las personas importantes de la ciudad; y la madre de Daniel, al ver a los escribas y fariseos – siete como los pecados capitales - , toda humilde, los invita disculpándose de no poder ofrecerles una morada más digna.
Está el Maestro, está el Maestro, mujer. Ello daría valor incluso a una cueva. Tu casa es mucho más que una cueva. Así que entramos y decimos: “Paz a ti y a tu casa”.

(…) Felices ellas (las que se cuidan del servicio). Felicísima la que, con la dueña de la casa ofrece las jofainas de las abluciones a los invitados importantes. Es una jovencita oscura de ojos y cabellos, pero de tez tenuamente sonrosada; más rosa cuando la dueña de la casa explica a Jesús que es la prometida de su hijo y que pronto se celebrarán las bodas. “Hemos esperado a que vinieras para celebrarlas, para que toda la casa quedara por Ti santificada. Ahora, bendícela para que sea una buena esposa en esta casa”.

Jesús la mira, y, dado que ella se inclina, le impone las manos diciendo: “Florezcan en ti las virtudes de Sara, Rebeca y Raquel; de ti nazcan verdaderos hijos de Dios, para su gloria y para alegría de esta morada”.

Ya Jesús y las personas importantes se han purificado y entran en la sala del banquete con el joven, dueño de la casa, mientras los Apóstoles, con otros hombres de Naím menos influyentes, entran en la habitación de enfrente. El banquete comienza.

Comprendo por lo que hablan que, antes de que empezase la visión, Jesús había predicado y curado en Naím. Pero los Fariseos y Escribas, poco se detienen en eso. En cambio llenan de preguntas a los de Naím para saber detalles sobre la enfermedad de que había muerto Daniel, sobre las horas que habían transcurrido entre la muerte y la resurrección, y sobre si había sido embalsamado completamente o no, etc, etc…

Jesús se abstrae de todas esas indagaciones hablando con el resucitado, que está magníficamente, y come con un apetito formidable. Pero un Fariseo llama a Jesús para preguntarle si había sabido antes sobre la enfermedad de Daniel.

“Venía de Endor por pura coincidencia, porqué había querido complacer a Judas de Keriot, como también había complacido a Juan de Zebedeo. Ni siquiera sabía que había de pasar por Naím cuando empecé el camino para el peregrinaje Pascual” responde Jesús.
“¡Ah!, ¿No habías ido premeditadamente a Endor?” pregunta asombrado un escriba.
“No. No tenía entonces, ni la más mínima intención de ir a Endor”.

“¿Y entonces, como es que fuiste?”.
“Lo acabo de decir: porqué Judas de Simón quería ir”.
“¿Y porqué ese capricho?”.
“Para ver la gruta de la maga”.
“Quizá es que Tú, habías hablado de eso…”.
“¡Jamás! No tenía motivo de hablar de eso…”.
“Lo que quiero decir es que… quizás habías explicado con ese episodio otros sortilegios, para incitar a tus discípulos en…”.
“¿En qué? Para iniciar en la santidad no se necesitan peregrinajes. Una celda o una landa desierta, un pico de montaña o una casa solitaria van bien igualmente. Basta, en quien enseña, autoridad y santidad, y, en quien escucha, voluntad de santificarse. Yo enseño esto, y no otras cosas”.

“Pero los milagros que hacen ellos, los discípulos, que son sino prodigios y…”
“Y voluntad de Dios. Solo eso. Y cuanto más santos vayan siendo, más harán. Con la oración, con el sacrificio y con su obediencia a Dios. No con otras cosas”.
“¿Estás seguro de eso?” pregunta un escriba, con la mano en el mentón y mirando de reojo, y de abajo arriba a Jesús, con tono discretamente irónico y no sin un sentido de conmiseración.

“Son las armas y la doctrina que les he dado. Si luego, alguno de ellos, y son muchos, se corrompe con innobles prácticas, por soberbia o por otra cosa, el consejo no habrá provenido de Mí. Puedo orar para tratar de redimir al culpable. Puedo imponerme duras penitencias expiatorias para obtener que Dios le ayude especialmente con luces de su sabiduría para que vean el error. Puedo arrojarme a sus pies para suplicarle que abandone el pecado, con todo mi amor de Hermano, Maestro y Amigo.

 Y no pensaría que me estaría rebajando al hacer eso, porque el precio de un alma es tal, que merece la pena sufrir cualquier humillación para ganarla. Pero no puedo hacer más. Si, a pesar de eso, continua el pecado, llanto y sangre rezumarán de los ojos y el corazón del traicionado e incomprendido Maestro y Amigo”. ¡Qué dulzura y qué tristeza en la voz y en la expresión de Jesús!

Los escribas y Fariseos se miran entre sí. Es todo un juego de miradas. Pero no hacen ningún comentario al respecto.
En cambio, eso si, hacen preguntas al joven Daniel: ¿se acuerda de qué es la muerte?; ¿qué sintió al volver a la vida?; ¿Qué vio en el espacio entre la muerte y la vida?
“Yo sé que estaba enfermo y que sufrí la agonía. ¡Oh, qué cosa tan tremenda!, ¡no me hagáis recordarlo!... Y, no obstante, llegará el día en que volveré a sufrirla. ¡Oh, Maestro!...”. Le mira aterrorizado, y empalidece ante el pensamiento que tendrá que volver a morir otra vez.
Jesús le consuela dulcemente diciendo: “La muerte es de por sí expiación. Tú, muriendo dos veces, quedarás purificado de toda mancha y gozarás enseguida del Cielo. Pero que este pensamiento te haga vivir una vida santa, de forma que solo haya en ti involuntarias y veniales culpas”.

Más los fariseos vuelven al ataque: “¿Pero que experimentaste al volver a la vida?”.
“Nada. Me he encontrado vivo y sano como si me hubiera despertado de un largo y pesado sueño”.
“¿Pero te acordabas de haber muerto?”.
“Me acordaba de que había estado muy mal, hasta la agonía y nada más”.
“¿Y que recuerdas del otro mundo?”.
“Nada, no hay nada. Un agujero negro, un espacio vacío en mi vida… Nada”.
“Entonces, ¿para ti, no hay Limbo, ni Purgatorio, ni Infierno?”.
“¿Quién ha dicho que no existen? Claro que existen. Pero yo no los recuerdo”.
“¿Pero estás seguro de haber estado muerto?”.

Reaccionan todos los que hay de Naím: “¿Qué si estaba muerto? ¿Qué más queréis? Cuando lo pusimos en la lechiga estaba casi empezando a oler. ¡Y además!... con todos esos bálsamos y vendas, habría muerto hasta un coloso”.

“¿Pero tú no te acuerdas de haber muerto?”.
“Os he dicho que no”. El joven se impacienta y añade: “¿Pero qué es lo que queréis establecer con estas lúgubres argumentaciones?: ¿Que un entero pueblo aparentara que me tenía muerto a mí, incluida mi madre, incluida mi mujer, que estaba en la cama muriendo de dolor, incluido yo, atado y embalsamado, y que no era verdad? ¿Qué estáis diciendo?: ¿Qué en Naím éramos todos niños o imbéciles con ganas de bromas? Mi madre se puso blanca en pocas horas, mi mujer tuvo que ser asistida porqué el dolor y la subsiguiente alegría la habían como enloquecido. ¿Y vosotros dudáis? ¿Y por qué lo íbamos a haber hecho?”.
“¿Por qué? ¡Es verdad! ¿Por qué lo íbamos a haber hecho?” dicen los de Naím.

Jesús no habla. Se entretiene con el mantel como si estuviera ausente. Los fariseos no saben que decir…
Pero Jesús, al improviso, cuando la conversación y el asunto parecían concluidos, abre su boca y dice: “El por qué es el siguiente. Ellos (y señala a los fariseos y escribas) quieren establecer que tu resurrección no fue sino una artimaña bien montada para aumentar mi estima ante las multitudes: Yo, el que la ideó; vosotros, cómplices para traicionar a Dios y al prójimo. No. Yo dejo las fullerías a los innobles. No necesito hechicerías, ni estratagemas, ni artimañas o complicidades, para ser lo que soy. ¿Por qué queréis negar a Dios el poder de devolver el alma a una carne? Si Él la da cuando la carne se forma, y crea una a una las almas, ¿no podrá restablecerla cuando, volviendo a la carne por la oración de su Mesías, puede ser incentivo para qué multitud de gente se acerca a la Verdad? ¿Podéis negar a Dios el poder del milagro? ¿Por qué lo queréis negar?

“¿Eres Tú Dios?”.
“Yo soy quien soy. Mis milagros y mis doctrinas dicen quién soy”.
“¿Y entonces por qué este no recuerda, mientras que los espíritus invocados saben decir lo que es el más allá?”.
“Porque esta alma, ya santificada por la penitencia de una primera muerte, habla la verdad; mientras que lo que sale de los labios de los nigromantes no es verdad”.
“Pero Samuel…”.
“Pero Samuel fue, por mandato de Dios y no de la maga, a llevar al desleal para con la Ley el veredicto del Señor cuyas disposiciones no se hacen objeto de burla”.

“¿Y entonces, por qué tus discípulos lo hacen?”:
La voz arrogante de un fariseo, que ha alzado el tono porqué se ha sentido tocado en la herida, llama la atención de los Apóstoles, que están en la habitación de enfrente, separados por un pasillo de poco más de un metro de ancho y sin separación de puertas o cortinas gruesas. Sintiendo que es algo que los atañe, se levantan y van al pasillo sin hacer ruido, y se ponen a escuchar.
“¿En qué lo hacen? Explícate. Si tu acusación es verdadera, les advertiré de que no vuelvan a obrar contra la Ley”.

“Yo sé en qué, y como yo otros muchos: Pero descúbrelo Tú por ti mismo. Tú, que resucitas a los muertos y te dices más que profeta. Nosotros, puedes estar seguro, no te lo vamos a decir. Además, tienes ojos para ver también muchas otras cosas cometidas por tus discípulos, hechas cuando no se debe o no hechas cuando se deben hacer. Y Tú no le das importancia a esto”.
“¿Queréis indicarme algunas de estas cosas?”.

“¿Por qué tus discípulos violan las tradiciones de los antepasados? Hoy los hemos observado. ¡Hoy otra vez! ¡No hace más de una hora! ¡Han entrado en su sala para comer y antes no se han purificado las manos!” (si los fariseos hubieran dicho: “Y antes han degollado a unos cuantos de la ciudad” no hubieran expresado un tono tan profundamente lleno de horror).

“Si, los habéis observado. Hay muchas cosas que ver. Cosas hermosas y buenas, cosas que mueven a bendecir al Señor por habernos dado la vida para que pudiéramos verlas, y por haberlas creado o consentido. Ésas no las veis. Y, como vosotros, otros muchos. Y la verdad, es  que perdéis el tiempo y la paz  yendo detrás de las cosas no buenas.

Parecéis chacales, o mejor, hienas que corren tras la estela de una pestilencia  y no se cuidan de la afluencia de perfumes que vienen en el viento desde jardines llenos de aromas. A las hienas, no les gustan las azucenas ni las rosas, jazmines ni alcanfores, cinamomos ni claveles. Para ellos, significan olores desagradables. Pero el hedor de un cuerpo en putrefacción en el fondo de un barranco, o en un camino, sepultado bajo los espinos a que le ha arrojado un asesino, o lanzado a una playa desierta por la tempestad, hinchado, cárdeno, agrietado, horrendo, ¡ah, ese hedor es perfume agradable para las hienas! 

          Olisquean el viento vespertino, que condensa y transporta consigo todos los olores que el sol destila de las cosas que ha calentado para sentir este vago, sugestivo olor; y, una vez descubierto, una vez captada su dirección, empiezan a correr, con el hocico alzado, los dientes descubiertos por la vibración – semejante a una risa histérica – de las mandíbulas, para ir al lugar de la podredumbre. Y, ya sea cadáver de hombre o de cuadrúpedo, o de culebra quebrantada por el campesino o garduña muerta a manos del ama de casa, o aunque fuera una simple rata… les gusta, sí, les gusta, les gusta. Y en ese hedor en fermentación hunden sus patas, comen, se relamen…

¿Qué hay hombres que día tras día se santifican¿ ¡Eso no les interesa! Pero basta con que uno sólo haga algún mal, basta con que algunos descuiden no ya un precepto divino sino una práctica humana – llamada tradición, precepto o como queráis… al fin y al cabo una cosa humana -, basta eso para ir allí, y acusar; aunque se trate solamente de una sospecha… cuando menos para darse la satisfacción de ver que la sospecha es una realidad.

Pues bien, responded ahora vosotros, vosotros que habéis venido aquí no por amor, sino con maligna intención, responded: ¿Por qué violáis el precepto de Dios por una tradición vuestra? ¡No me diréis ahora que una tradición es más que un mandamiento! Pues bien, Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “Quien maldijere a su padre o a su madre, será reo de muerte”. Pero vosotros decís: “Aquel que dijere a su padre y a su madre. “Lo que debíais recibir de mí es korbán” no está obligado de usarlo para su padre o para su madre”. Por tanto, con vuestra tradición, habéis anulado el precepto de Dios.

¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías diciendo: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí; en vano me honran pues, enseñando doctrinas y preceptos de hombre”.

Estáis atentos a las tradiciones de los hombres, al lavado de ánforas y copas, de platos y manos, y otras cosas semejantes; pero, eso sí, descuidáis los preceptos de Dios. Os escandalizáis porque uno no se lave las manos; pero, eso sí, justificáis la ingratitud y la avaricia de un hijo ofreciéndole la escapatoria de la ofrenda sacrificial para no dar un pan a quien le engendró y ahora necesita ayuda, y él tiene la obligación de honrarle porqué es padre suyo. Alteráis y violáis la palabra de Dios por obedecer a palabras vuestras, elevadas por vosotros a precepto. Así, os proclamáis más justos que Dios. Os arrogáis el derecho de legisladores, siendo así que sólo Dios es Legislador en su pueblo. Vosotros…”.

Y seguiría, pero el grupo enemigo abandona la sala bajo la granizada de acusaciones, chocándose con los Apóstoles y con todas las otras personas que estaban en la casa, los cuales, atraídos por el tañido de la Voz de Jesús, se habían agrupado en el pasillo.

Jesús, que se había puesto de pié, se sienta de nuevo, e indica a todos los presentes que entren donde está Él. Les dice: “Escuchad todos, y comprended esta verdad. No hay nada, fuera del hombre, que entrando en él le pueda contaminar. Lo que sale del hombre, es lo que contamina. Quien tenga oídos para oír, que oiga y use la razón para comprender, y la voluntad para obrar. Y ahora, salgamos, vosotros, los de Naím, perseverad en el bien, y esté con vosotros siempre mi Paz”.

Se levanta, saluda en particular a los dueños de la casa y se encamina por el pasillo.

Pero ve a las mujeres amigas, que, recogidas en un ángulo lo miran embelesadas, y se dirige a ellas para decirles: “Paz a vosotras también. Que el Cielo os pague el haberme socorrido con un amor que no ha permitido echar de menos la mesa materna. He sentido vuestro amor de madres en cada miga de pan, en cada una de las viandas guisadas o asadas, en el dulce de miel, en el vino fresco y aromático. Amadme siempre así, buenas mujeres de Naím. Y la próxima vez, no trabajéis tanto para Mí. Es suficiente un pan, y un puñado de aceitunas condimentadas con vuestra sonrisa materna y vuestra mirada honesta y buena. Sed felices en vuestras casas, porqué tenéis el agradecimiento del Perseguido, que se pone en camino, consolado por vuestro amor”.

Las mujeres, todas, felices a pesar de estar llorando, se han arrodillado; y Él, al pasar, roza apenas, una a una, sus cabellos blancos o negros, como para bendecirlas. Luego sale, y reanuda su camino…
Las primeras sombras de la noche descienden y celan la palidez de Jesús, entristecido por demasiadas cosas.








lunes, 17 de septiembre de 2018

SEÑOR, YO NO SOY DIGNO QUE ENTRES EN MI CASA, PERO DI SOLO UNA PALABRA Y MI SIRVIENTE SANARÁ.


IMAGEN DE UN CENTURIÓN ROMANO

El sirviente que dio Dios a cada alma, es su propio cuerpo y su propio carácter para ayudarle a desempeñar su labor, y que Dios puso a su servicio para conseguirlo. Estos dones son diversos ya que cada persona es distinta en su cuerpo y su carácter, es lo que está reflejado en la parábola del Evangelio de las minas que el Amo dio a cada uno de sus criados, a uno le dio diez y a otro solo uno.
Pero esos servidores, debido a los peligros de los enemigos de Dios, que son el mundo, el demonio y la carne, siempre salen al encuentro de los que se ponen a su servicio, por eso  pueden enfermar, es lo que ocurre cuando cae enfermo de alma y de cuerpo. 

Pero aquí Jesús quiere demostrar que a pesar de todas esas dificultades, si se cree en Él como el Centurión romano, puede curar cualquiera de esas enfermedades, es lo que dijo el Salvador cuando afirmó: "Buscad el Reino de los Cielos, y todo lo demás se os dará por añadidura". Eso demuestra que el día del Juicio no valdrán las excusas para querer demostrar que no se ha llegado a alcanzar el Reino por todas y tantas dificultades que se tuvieron a lo largo de  su vida.



San Pablo a Timoteo 1 2,1-8.

Ante todo, te recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar una vida piadosa y digna. 
Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. 
Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo, hombre Él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a todos. Este es el testimonio que Él dio a su debido tiempo, y del cual fui constituido Heraldo y Apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe. Digo la verdad, y no miento. 
Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos ni discusiones. 

En los diez grados de la escala mística para alcanzar a Dios, según San Bernardo y Santo Tomás y comentada por San Juan de la Cruz, el santo Doctor de la Iglesia explica que cuando el alma esposa ha alcanzado el segundo grado, en cada momento de su vida, cuando duerme, cuando se despierta, cuando trabaja, cuando come, siempre en cualquier momento y ocasión está pensando en su Divino Esposo que es Cristo Jesús.

[...] Aquí en este grado, tan solícita anda el alma, que en todas las cosas busca el Amado; en todo cuanto piensa, luego piensa en el amado; en cuanto habla, en cuantos negocios se ofrecen, luego es hablar y tratar del amado; cuando come, cuando duerme, cuando vela, cuando hace cualquier cosa, todo su cuidado es en el Amado [...]

El alma aunque esté completamente retirada del mundo, hace más provecho a la Iglesia que mucha gente predicando: Es lo que ocurrió con Moisés, que retirado del combate en una cumbre, levantando los brazos al cielo, logró la victoria contra los amalacitas implorando a Dios, y logró detener el sol para que la Victoria de Josué fuera completa.




Salmo 28 (27), 2.7.8-9.

Oye la voz de mi plegaria, 
cuando clamo hacia ti, 
cuando elevo mis manos hacia tu Santuario.
el Señor es mi fuerza y mi escudo, 

mi corazón confía en él. 
Mi corazón se alegra porque recibí su ayuda: 
por eso le daré gracias con mi canto.
El Señor es la fuerza de su pueblo, 

el baluarte de salvación para su Ungido.
Salva a tu pueblo y bendice a tu herencia; 
apaciéntalos y sé su guía para siempre.



Cuando el alma ha llegado a ese grado de Amor, todo son alabanzas a Dios, acciones de gracias y alegría del corazón, por la presencia de Dios en su alma que le comunica poco a poco su misma esencia hasta que el último grado que ya no es de este mundo, el alma se transforma en Dios por posesión perpetua y total de su misma esencia.



EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 7, 1-10.

Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho. 
Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga". 

Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. 
Porque yo que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes, cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace".

Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe". Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.

Estamos en presencia de uno de los momentos más trascendentales del Evangelio, cuyas palabras se oirán en cada misa hasta el fin del mundo: "Señor, yo no soy digno que entres en mi casa, pero di una palabra tuya, y mi alma será sana".

Se trata de un alma humilde, que es el ejemplo del verdadero creyente, sabe reconocer el poder de Dios, porque tiene grabado en su alma como se ejerce la verdadera caridad, sin haber visto ningún milagro de Jesús, cree en Él, ya que para el verdadero creyente no se necesitan milagros y para el que no cree los milagros son inútiles, como dijo Santa Bernardita, que es lo que ocurría con los Fariseos. Creo que este centurión romano es una prefigura de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana.

Este centurión es de una humildad tan grande que se encuentra indigno de recibir a Jesús, es lo contrario de los iluminados, que se creen enviados y buscan afanosamente las alabanzas de los hombres, como los Fariseos y mucha gente de hoy que les gusta firmar autógrafos y recibir alabanzas públicas y aclamaciones, son los que serán rechazados el día del Juicio, aunque hayan predicado en las plazas, y hasta expulsado demonios, como dice Jesús en el Evangelio, porque todo lo han hecho para ser vistos de los hombres y recibir alabanzas.






domingo, 16 de septiembre de 2018

LAS DOS VARAS DE MEDIR DE LA IZQUIERDA ESPAÑOLA QUE ES LA VERDADERA SOBERBIA Y EL PERFECTO EGOÍSMO.



El Cardenal Cañizares hablando con Zapatero en la Moncloa, que creó tres millones
 de parados y que es admirador de Fidel Castro y de Maduro.


(Reflexiones del tiempo del gobierno de Zapatero)
 

(Publicado en el año 2.012)


El Primero del mes de Febrero, tendrá lugar en Madrid una manifestación en contra del Gobierno Cubano. Naturalmente, los representantes del “Sindicato de la Ceja”, encabezados por Bardem & Cia, estómagos sumamente agradecidos, no estarán presentes, de acuerdo con las directrices de sus jefes, a los cuales les deben obediencia, sumisión y respeto.

Otro ejemplo más de las dos varas de medir de nuestros dirigentes políticos. Estamos en presencia de la dictadura cubana, una de las más represivas de la historia actual, dictadura que es la admiración de nuestros actuales dirigentes políticos, que se quedan fascinados ante este régimen dictatorial, como lo declaró el actual dirigente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, cuando viajó a la isla; o rendidos a sus pies, como todos los miembros del Gobierno actual y del partido socialista de la Ceja. 

La horrible dictadura cubana, que ha pasado de ser una revolución para alcanzar la “justicia social” en contra de un País regido por la Dictadura de Bautista - que en aquella época, como así lo confirman todos los analistas imparciales, era una de las Naciones de mayor renta Per-cápita de América latina, se ha transformado en uno de los Países más miserables, de América; y ha sido la causante de un sin fin de tropelías; crímenes; torturas; internamientos en cárceles de seguridad; huida al exilio de 2.000.000 de cubanos a Miami; y un sin fin de emigrantes clandestinos, que se juegan la vida navegando en cáscaras de nuez, para intentar llegar a Florida. 

Fuentes fidedignas estiman en unos 500.000 refugiados políticos, los que huyeron de la dictadura franquista, de un País con cuatro veces más habitantes que Cuba, sin embargo para nuestros gobernantes, y aquí está otra vez la doble vara de medir, el Régimen de Franco está “satanizado”; pero el Régimen de los H.H. Castro está “divinizado”. Franco no disfrutó del Plan Marshall que logró que Europa se levantara después de la 2ª guerra Mundial, pero sin embargo, bajo su mandato, logró que España despegara económicamente.
 
Muy al contrario, Cuba está cada vez más sumida en la miseria: Sus habitantes tienen que ver, con envidia, como los ricos de Occidente están disfrutando con lo mejor de su hermosa Tierra, y ellos tienen que contentarse con las migajas. Castro atribuía este estado de cosas al Bloqueo de EE.UU. en especial a la falta de petróleo. Ahora su gran amigo y admirador, el Gorila Rojo, le manda todo el petróleo que necesita, pero sigue la miseria, y el intento de huida de sus súbditos, del régimen comunista hacia la ansiada Tierra de libertad de los capitalistas: la próspera Florida. Algo así como lo que anhelan los paupérrimos emigrantes de África, jugándose la vida para viajar hacia Europa. 

Estamos pues gobernados por unos individuos de ideología marxista, que se llaman demócratas, pero que, en el bajo-fondo de su mente, solo desean imponer su forma de gobierno, y como no pueden lograrlo directamente, utilizan todos los medios lícitos o ilícitos a su alcance, para alcanzar sus fines, es pues otra dictadura, encubierta bajo aspectos de democracia, para eso, intentan:
 
- Tener bajo su tutela a casi todos los Medias, para así difundir mejor su doctrina, y convencer al Pueblo de las bondades de su gobierno y satanizar a las voces críticas, tachándolas de retrógradas; franquistas y enemigas de la democracia. 

- Subvencionar con dinero público todos los sindicatos que podrían convocar una huelga general en su contra, logrando que esos sindicatos sean un apéndice de su gobierno (Por cada empresa en quiebra, cobran dinero para supervisar), como así lo dijo hace poco un representante político, y así vemos que ante la terrible crisis económica actual, que el gobierno ha querido ocultar a toda costa antes de las últimas elecciones, mintiendo descaradamente, los sindicatos se han quedado “mudos como peces”, sin embargo con el P.P. al poder, hace ya tiempo que hubieran convocado manifestaciones y huelgas generales. 

- Subvencionar a todos los “titiriteros”, admirados e imitados por la gran mayoría de la Nación, para que se declaren a su favor, como ocurre con el “Sindicato de la Ceja” y así hemos visto a los Bardem, a la vuelta de su puente de vacaciones, encabezar y abanderar las manifestaciones promovidas por ZP en contra de Israel.
 
- Atacar; ridiculizar abiertamente, y asfixiar económicamente, con todos los medios a su alcance a la Iglesia Católica, principal obstáculo a su ideología, y para ello, darle la mayor relevancia posible a todos los teólogos o fieles que están abiertamente contra Roma (Teólogos disidentes como el siniestro Castillo; Partidarios de la teología de la Liberación, que predica a favor de la revolución, fomentando el odio hacia los ricos, pero que nunca ha conseguido ni conseguirá acrecentar esa justicia, y solo ha traído y traerá cada vez más sufrimiento e injusticias por culpa de la represión debida a las revueltas y atentados). 

- Apoyar con su admiración y publicidad a todas las Asociaciones contrarias a Roma. Como por ejemplo “Somos Iglesia”, o la Asociación Juan XXIII, en abierta disonancia con Roma; Defensa y admiración política a la Parroquia rebelde de Cuatro Caminos, con la Visita del presidente de las cortes y crítica acérrima al Cardenal Rouco, y a toda la Jerarquía fiel a Roma, etc, etc… 

- Imponer toda clase de trabas para enseñar la enseñanza de la Religión, incluso para los alumnos que, así quieren ser educados por sus padres. Pero sin embargo, imposición absoluta en todas las escuelas de E.P.C. (Educación Para la Ciudadanía), aún en contra de esos mismos padres, en donde se enseña el relativismo, y el hedonismo y en donde se ridiculiza a la Religión y enseñando doctrina totalmente contraria a las enseñanzas del Evangelio, como el Aborto, la homosexualidad. Y escrito está: “Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres y a sus leyes perversas”. 

- Colocar subversivamente en los tribunales el mayor número posible de Jueces y Fiscales afines, burlándose de la Independencia del Poder Judicial, para que estén a su servicio, y dictaminen siempre a su favor en caso de litigio.
 
Es pues una lucha sorda y encubierta, bajo la apariencia de democracia, que solo busca por todos los medios, derrotar a la Iglesia, con apariencia de humanidad y de defensa hacia los pobres, pero que en realidad, solo busca su propia permanencia indefinida en el Poder; e intentar derrotar por todos los medios a su alcance, a esa Iglesia Católica, a la cual le tienen un profundo odio y desprecio, porqué les molesta, por defender, y predicar una Doctrina completamente opuesta a la suya. 


Lo triste del asunto es que existe cierta Jerarquía de esa misma Iglesia, que aún no parece haberse dado cuenta de la trama. Se trata de los serviles nacionalistas y de los Progresistas, que solo fomentan el odio bajo apariencia de caridad, y que son amigos íntimos de estos escabrosos políticos, los cuales, en el fondo, solo buscan su aniquilación, a pesar de fingirse amigos suyos.
 
Naturalmente, todos los que están disconformes con esa actitud, son tratados de talibanes; iluminados; retrógrados y oscurantistas, cuando no, franquistas o partidarios de la Inquisición. Como siempre, los peores enemigos de la Iglesia, no están fuera, pero muy al contrario se han infiltrado dentro de ella, y ya la están debilitando, diciendo que Jesús nos pide que no nos intrometemos en asuntos políticos. 
“Dar al César lo que es del César y dar a Dios lo que es de Dios”, no significa en modo alguno que hay que callar ante la “cultura de la Muerte” del actual Gobierno, muy al contrario, Jesús nos pide que luchemos contra el Mal, con todos los medios legítimos a nuestro alcance, y decir a los Gobernantes: “No te es lícito legislar en contra de la Vida y la Ley de Dios, y prohibir a la Iglesia advertirlo a sus fieles, y obligar a todo el mundo, a someterse a ciertas leyes, como E.P.C, o las leyes sobre el matrimonio o el aborto y la Eutanasia”. 

Cuando en democracia, se votó la Ley del aborto, se dijo que solo afectaría a una minoría muy reducida, porqué era solo para casos de malformaciones del feto, violaciones o peligros graves para la salud de la madre. Muchos católicos (fieles y Jerarquía), que no quisieron hacer caso a la Doctrina de la Iglesia que se negaba categóricamente a ello, no se opusieron: Ahora el Aborto es una masacre de más de 120.000 inocentes al año, solo en España, y tiene un crecimiento hiperbólico. 

No hay que ser Profeta para denunciar que exactamente eso, es lo que va a ocurrir con la Eutanasia: va a ser inicialmente para casos desesperados y sin solución médica, y luego se extenderá a todos los ancianos e impedidos, que representan una carga para los hedonistas, y además van a representar un alivio económico para los gobiernos.
 
Naturalmente, la denuncia y la lucha contra esta situación, exige sacrificios y valentía y se corren riesgos, pero ese es el precio que hay que pagar para alcanzar el Reino de los Cielos. Ya nos avisó Jesús de las dificultades que íbamos a encontrar en el camino, no se llega al Cielo por un camino de rosas, hay que luchar constantemente contra las fuerzas del Mal, externas e internas, que intentan precipitarnos al abismo: “El que quiera salvar su vida la perderá y el que por Mí la perdiere, ese la encontrará".