MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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sábado, 22 de diciembre de 2018

DIÁLOGO DE JESÚS CON JUDAS ISCARIOTE, E ISAAC UNO DE LOS PASTORES QUE VINIERON A ADORARLE EN LA GRUTA DE BELÉN.



La teoría Darwiniana de la Evolución


                                                                                                Magistrales enseñanzas sobre la paciencia, madre de todas las virtudes, que es la manera de actuar de Dios en todas sus obras, desde la Creación relatada en el Génesis, en donde todo se hizo en siete días, que simbolizan siete tiempos, incluida la creación del hombre, que se modeló poco a poco con barro, hecho con polvo de la Tierra.

Y esta creación del hombre, fue como el trabajo del alfarero, que poco a poco va modelando su obra, y dando forma con paciencia y amor, hasta finalizar el producto, o como un artista que va pintando un cuadro. Lo absurdo es querer juzgar la Obra antes de que esté terminada: No se puede decir al alfarero: Tu obra es pésima cuando aún no está terminada, porque te contestará con toda la razón del mundo: "Amigo, espera a que mi obra esté terminada para emitir tu opinión".

Otros, que se creen sabios, como muchos divulgadores científicos, o investigadores ateos, que han visto una fase de la creación en un hombre fosilizado, cuando aún no estaba terminada, y que aún no tenía el soplo de Dios que le infundió el alma inmortal, no solo niegan de la Sagrada Escritura, relatada en el libro del Génesis, pero además, quieren probar que toda la Revelación es un cuento, y se obstinan en querer demostrar a toda costa que Dios no existe, ya que nunca lo mencionan, y critican los que no piensan como ellos.

Lo malo es que existe una gran multitud de personas, admiradores de la Ciencia humana, que adoran y siguen esa doctrina satánica, a pesar de ser insostenible racionalmente, porque esa teoría no se puede mantener, ya que la razón indica que es imposible que la materia se auto-genere por si misma.

Y además esa enseñanza parte de un ilogismo y llega al absurdo, porque no puede aclarar de donde viene el primer germen, que ellos dicen que fue de donde salió el hombre, y sobre todo no explica a donde va el hombre, al contrario de la Religión, que dice que el hombre viene de Dios y vuelve a Dios si cumple sus mandamientos.

Ese tipo de individuos no ven diferencia alguna entre un hombre y un chimpancé, están tan ciegos que no perciben que el animal solo se guía por su instinto, y que solo el hombre es capaz de tener misericordia y amor al pobre y al necesitado, lo que lo diferencia de los animales, y lo que demuestra que tiene una alma inmortal, a imagen y semejanza de Dios.

Lo mismo ocurre con la recreación del alma, por eso Dios da a la mayoría de las almas, toda una vida para convertirse y obedecer a la voz de su conciencia y de su razón que son los dos testigos del Apocalipsis que ya han matado, pero que van a resucitar al final de los tiempos para su espanto, para los que no han conocido la Revelación, o para los que no han querido seguir las enseñanzas de Jesús en los Países cristianos. 

Los que no lo consiguen en esta vida, pasarán el tiempo necesario para completar su purificación en el Purgatorio, otros no podrán nunca purificarse, son los réprobos, que han alcanzado la segunda muerte eterna.




Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta 
(25-1-1.945)

            (...) Y, dirigiéndose a todos, Jesús añade: "así hay que actuar. Yo también actúo así, ir hacia adelante, sin cansancios. El cansancio es todavía una raíz de la soberbia humana, como también lo es la prisa. ¿Por qué uno siente fastidio por los fracasos? Porque el orgullo dice: "¿A mí decirme que no? ¿Conmigo tanta espera? Esto es falta de respeto hacia el Apóstol de Dios". No, amigos. Observad toda la Creación, y pensad en quien la hizo. Meditad sobre el progreso del hombre, y pensad en su origen. Pensad en esta hora que se cumple, y calculad cuantos siglos la han precedido. Lo creado es obra de serena creación. El Padre no hizo desordenadamente todo, sino que hizo el universo por tiempos sucesivos. 

           El hombre, el hombre actual, es obra de un progreso paciente, y progresará cada vez más en saber y en poder; luego serán santos o no santos, según su voluntad. El hombre no se hizo docto de repente. Los Primeros, expulsados del Jardín, tuvieron que aprenderlo todo, lentamente, continuamente, aprender hasta las cosas más simples: que el grano de trigo hecho harina y luego amasado y luego cocido es mejor, y aprender como molerlo y luego cocerlo, aprender a encender la leña, aprender como se hace un vestido, usando las pieles de los animales, como se hace un cobijo, observando las fieras, y un lecho, observando los nidos, y a medicinarse con hierbas y con aguas, observando a los animales que con ellas se medicinan por instinto, aprendiendo a viajar por el desierto y por los mares estudiando las estrellas, domando los caballos, y aprender, de una cáscara de nuez flotando a la orilla de un riachuelo, el equilibrio sobre las aguas.

            ¡Cuantos fracasos antes de obtener un resultado! Pero lo obtuvo, y seguirá progresando. No será más feliz por esto, porque más que en el bien, se hará experto en el mal, pero progresará. La Redención ¿no es obra paciente? Decidida desde el principio de los siglos, y aún antes, he aquí que adviene ahora, cuando los siglos ya la han preparado. Todo es paciencia. ¿Por qué entonces, ser impacientes? ¿No podía Dios hacer todo en un abrir y cerrar de ojos? ¿No podía el hombre, dotado de razón, salido de la mano de Dios, saber todo en un abrir y cerrar de ojos? ¿No podía Yo venir al principio de los siglos? Todo podía ser. Pero nada debe ser violencia, nada. La violencia es siempre contraria al orden; y Dios, y lo que de Dios viene es orden. No queráis valer más que Dios.

            "¿Pero entonces, ¿cuándo serás conocido?

            "¿Por quien, Judas?"
            "¡Hombre, por el mundo!"
            "Nunca".
            "¿Nunca? ¿Pero no eres el Salvador?"
          "Lo soy. Pero el mundo no quiere ser salvado, solo en la proporción de uno a mil me querrá conocer, y en la de uno a diez mil me seguirá realmente. Y aún así digo mucho. Ni siquiera los que estén más estrechamente ligados a Mí me conocerán".

          "Si están estrechamente ligados a Tí, te conocerán, ¿no?"

       "Sí, Judas. Me conocerán como Jesús, el israelita Jesús, pero no me conocerán como quien soy. En verdad os digo que no seré conocido por todos ellos. Conocer quiere decir amar con fidelidad y virtud... y habrá quien no me conozca".
             
           Se ve en Jesús un gesto de resignado desconsuelo, el que tiene siempre cuando anuncia la futura traición: abre las manos, y las tiene así, hacia fuera, con el rostro lleno de dolor, un rostro que no mira ni a los hombres, ni al cielo, sino a su futuro destino de Traicionado. 

            "Ni digas eso, Maestro", suplica Juan.
          "Nosotros te seguiremos para conocerte cada vez más" dice Simón, y con él los pastores al unisono.
            "Como a una esposa te seguimos, y te queremos más que a ella; nos sentimos más celosos de Tí que de una mujer. ¡Oh, no! Tanto te conocemos, que no podemos ya ignorarte. Él, (y Judas señala a Isaac) dice que negar tu recuerdo, de cuando eras un recién nacido, habría sido más atroz para él que perder la vida. Y no eras más que un recién nacido. Nosotros te tenemos como Hombre y Maestro. Nosotros te oímos y vemos tus obras. Tu contacto, tu aliento, tu beso, son nuestra continua consagración y nuestra continua purificación. ¡Solo un satanás podría renegarte, después de haber sido una persona allegada a Tí!".

          "Es cierto, Judas; no obstante, lo habrá".
          "¡Ay de él, seré su verdugo!" exclama Juan de Zebedeo.

         "No. Deja al Padre la Justicia, Sé su redentor. El redentor de esta alma que tiende hacia satanás... "Saludemos a Isaac. Ha atardecido. Yo te bendigo, siervo fiel. Ya sabes que Lázaro de Betanía es nuestro amigo y que desea ayudar a mis amigos. Yo parto. Tú te quedas. Árame el terreno árido de Judá. Más adelante volveré. Ya sabes donde encontrarme en caso de necesidad. Te doy mi paz". 

              Jesús bendice y besa a su discípulo.

           
          


          

miércoles, 19 de diciembre de 2018

JESÚS EXPLICA QUE HAY DOS MUERTES Y DOS RESURRECCIONES. EL ALMA QUE ABANDONA ESTE MUNDO, SOLO RESUCITARÁ CUANDO SE UNA A SU CUERPO GLORIOSO O DESGRACIADO, SEGÚN HAYA SIDO SU VIDA EN LA TIERRA

EL JUICIO INAPELABLE DE DIOS, SOLO TIENE A NUESTRA
 MADRE LA VIRGEN  MARÍA POR ABOGADA


Este mundo es una matriz en donde el alma humana se está desarrollando espiritualmente para resucitar para la eternidad.

Así como como en la Tierra unos nacen físicamente perfectos y otros tarados, y de aspecto poco agraciados, sin que ellos tengan la culpa de su imagen y de su aspecto, del punto de vista espiritual naceremos hermosos si hemos practicado la Virtud amando a Dios y al prójimo, amores que siempre están estrechamente ligados, y espiritualmente tarados si nos hemos entregado al vicio y hemos despreciado a Dios.

Esto se debe a que, como lo dice San Juan de la Cruz, el verdadero Amor iguala al enamorado con el Ser amado que es Dios, de la misma manera, el odio iguala al pecador con lo que ama que es el odio y el pecado de Satanás. 

En la visión de la Resurrección final de María Valtorta, llamada la cosecha de la muerte, ella vio los cuerpos de los elegidos emanando Luz, hermosos y alegres, y el cuerpo apagado y tenebroso de los condenados con el aspecto torvo y la mirada llena de odio, que se apartaban de los elegidos por una orden que ella no oyó, y que se dirigían al encuentro con Dios en el Juicio final. 



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA (28-8-1943)

Dice Jesús:
“Antes de cerrar este ciclo hay que hablar de las dos resurrecciones.
La primera comienza en el momento en que el alma se separa del cuerpo y se presenta ante Mí, en el juicio particular. Pero solo es resurrección parcial. Más que resurrección se podría decir: liberación del espíritu de la envoltura de la carne y espera del espíritu para reunirse con la carne y reconstruir el templo vivo, creado por el Padre, el templo del hombre creado a imagen y semejanza de Dios

Una obra a la que le falta una parte está incompleta y es imperfecta. La obra-hombre, perfecta en su creación, está incompleta e imperfecta si no está unida en sus diversas partes. Destinados al Reino luminoso o a la morada tenebrosa, los hombres deben de estar en éstos para siempre con su perfección de carne y espíritu.

Por eso se habla de la primera y de la segunda resurrección. Pero observa.

Quien ha matado su espíritu con vida terrena de pecado viene a Mí, en el juicio particular con un espíritu ya muerto. La resurrección final hará que su carne vuelva a tomar el peso del espíritu muerto para morir totalmente con él. Mientras que quien ha vencido a la carne en la vida terrena viene a Mí, en el juicio particular con un espíritu vivo que, entrando en el Paraíso, aumenta su vivir.

También los purgantes son “vivos”. Enfermos, pero vivos. Lograda la curación en la expiación, entrarán en el lugar que es Vida. En la resurrección final, su espíritu vivo de mi Vida, a la que estarán indisolublemente unidos, volverá a tomar la carne para glorificarla y vivir totalmente con ella así como Yo vivo con ella.

Por eso se habla de muerte primera y segunda, y, en consecuencia de resurrección primera y segunda. El hombre debe llegar por propia voluntad a esta posesión eterna de la Luz – porque en el Paraíso poseéis a Dios y Dios es Luz - , como por propia voluntad ha querido perder la Luz y el Paraíso. Yo os doy las ayudas, pero la voluntad debe ser la vuestra.

Yo soy fiel. Os he creado libres, y libres os dejo. Y si pensáis cuánto es digno de admiración este respeto de Dios por la libre voluntad del hombre, podéis entender cómo debería de ser vuestro deber no abusar de ello, utilizándola para el mal, y tener respeto, reconocimiento y amor hacia el Señor, Dios vuestro.

A los que no han abusado, Yo digo: “Está preparada vuestra morada en el Cielo, y deseo ardientemente que estéis en mi Beatitud”.








lunes, 17 de diciembre de 2018

LOS PROTESTANTES SE CREEN QUE LA LECTURA DE LA BIBLIA LES ENSEÑARÁ LA VERDAD, PERO HAY MILES DE SECTAS QUE LA INTERPRETAN A SU MANERA, POR ESO JESÚS HA FUNDADO UNA ÚNICA IGLESIA: LA IGLESIA CATÓLICA.

EL CONOCIMIENTO DE DIOS SOLO SE PUEDE ALCANZAR
 CON EL OJO SANO, SOLO ASÍ EL ALMA PUEDE
OBTENER LA SABIDURÍA DE DIOS


PALABRA DE DIOS (Mat 6, 22-23)
La lámpara del cuerpo es el ojo, si pues tu ojo estuviere sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo estuviere enfermo, todo tu cuerpo será tenebroso, pues si la luz que hay en ti es tinieblas, ¡Que oscuridad habrá! 

Traducción del lenguaje espiritual:
El entendimiento es lo que alumbra todas tus acciones, si es correcto, todas tus acciones serán buenas, pero si tu entendimiento es erróneo, todos tus actos serán malos, y si tu interpretas mal esas enseñanzas, ¡Cuantos errores y pecados cometerás!


COMENTARIOS:
- Y así para un borracho, el milagro más grande de Jesús será la transformación de las seis tinajas de agua en vino, en las bodas de Caná, y justificará así su borrachera.
- Para un lujurioso, este se fijará en el perdón de Jesús a María Magdalena.
Para un renegado, este se justificará diciendo que también San Pedro renegó tres veces a Jesús.


Y una cosa es la Ciencia humana que se aprende con el estudio de sus diversas ramas, y que se puede obtener siendo soberbio, y otra cosa es la Sabiduría Divina que solo se aprende con la Gracia de Dios a los pobres, que son los humildes de corazón. 

LAS ESCRITURAS TIENEN UN SENTIDO, QUE HAY QUE SABER INTERPRETAR CORRECTAMENTE CON LA GRACIA DE CRISTO, QUE ES LA LUZ DEL MUNDO, LA CUAL SE DA SOLO A LOS HUMILDES, YA QUE LOS SOBERBIOS CIERRAN LAS PUERTAS DEL ALMA A CRISTO, Y SE LA ABREN A SATANÁS.

EL QUE NO POSEE ESTA GRACIA, NUNCA LAS ENTENDERÁ, AUNQUE LAS SEPA DE MEMORIA, ES LO QUE LES OCURRE A LOS QUE SE HAN APARTADO DE LA IGLESIA CATÓLICA FUNDADA POR CRISTO JESÚS, Y QUE SE TOMAN POR ELEGIDOS.

Y es lo mismo que les ocurre a los grandes teólogos y prelados católicos, incluso consagrados, del tipo de Hans Kung, de Massiá, del Obispo de Amberes, y tantos otros que quieren cambiar a su gusto el sentido tradicional de las Leyes de Dios, que han tenido todos los Santos ya que se han apartado de la Gracia de Dios por su falta de humildad, y que aún que sepan filosofía, Griego, Hebreo o Latín, aún que hayan escrito y publicado muchos libros y pronunciado un sin fin de sermones, se han vuelto ciegos, porque tienen, como dice Jesús, el ojo enfermo, y ya son incapaces de distinguir el sentido de la Palabra de Dios, y por eso, inducidos por Satanás, intentan reformar y adaptar las Escrituras a su manera de ser, y caen entonces en los pecados más infames, como herejías, falsas creencias condenadas desde antiguo por la Iglesia.

Muchos de esos individuos que se creen iluminados y escogidos para cambiar y adaptar las Leyes de Dios y sus mandamientos a nuestros tiempos, en donde existe el hedonismo, que se enseña no solo en el mundo laico, pero incluso en el mundo religioso, han sido en algún tiempo fieles a la verdadera Doctrina, pero al volverse ricos, que espiritualmente hablando son los soberbios, que solo buscan las aclamaciones de los "baños de masas", han echado a Dios de sus almas ya que nunca está con los que conviven con el pecado de Satanás que dijo "No serviré".

Muy al contrario han existido almas pecadoras y equivocadas en su Doctrina, que gracias a las oraciones del Cuerpo Místico, han recibido la Gracia, ya que tenían un corazón humilde, que solo Dios pudo ver, y han sido halladas merecedoras de recibir la Gracia de ser hijos de Dios. Ese tipo de agraciados casi siempre han recibido la condena de sus antiguos seguidores y amigos, ya que una persona amiga de Dios, se enfrenta siempre con los amigos del mundo. 

El caso más increíble es el de San Pablo, que perseguía a los Cristianos, asistió y aprobó la lapidación de San Esteban, que perdonó a sus verdugos diciendo antes de morir. "Señor no les tengas en cuenta ese pecado" (Hechos 7, 54-60), palabras que fueron las que provocaron la intervención directa de Dios para convertirlo, ya que tenía el corazón recto, creyendo sinceramente defender las Leyes de Dios.






viernes, 14 de diciembre de 2018

LA GRANDEZA DE SAN JUAN DE LA CRUZ PROCLAMADA POR EL ÁNGEL AZARÍAS A MARÍA VALTORTA.


Preguntó Jesús pintado en el Cuadro con la Cruz
a cuestas: Juan ¿Qué quieres por tus servicios?



En este retrato anónimo de San Juan de la Cruz, se ve reflejada la mirada fija hacia Dios, que fue el lema de su Vida, que consistió siempre en contemplar y fusionarse con la Divinidad, hecho que no solo supo adoctrinar, pero sobre todo aplicar a su vida de una manera plena y continua. Por esa razón, su mensaje es en nuestra época más vigente que nunca, época en la cual el proceso de secularización, que se dedica insistentemente a predicar una doctrina "descafeinada", con unos sacrificios "lights", y ahuyentando de las almas el Santo temor de Dios.

Cuentan en el libro de su vida que, estaba tan absorto en Dios, cuando era Prior del Convento de Segovia, donde está enterrado, que cuando lo venían a buscar, estando recluido en una ermita en el jardín del convento, para atender y resolver un asunto del mundo, tenía que golpearse los nudillos de las manos, contra una pared para volver en sí, por esa razón tenía los nudillos "descalabrados".

Santa Teresita del Niño Jesús, monja carmelita de estrecha clausura, por su amor y sus sacrificios a favor de los misioneros, mereció el título de “Patrona de las misiones” que le otorgó el Papa Pío XI.

María Valtorta, seglar, encerrada en su cuartito de enferma y clavada a su lecho desde el año 1.933 al 1.961, trató de imitarla en la oración, en el celo y en los sufrimientos, siendo escuchada. Y así, por diversas cartas de Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas misioneras, hemos llegado a saber de un modo continuo que los escritos valtortianos  van esparciendo abundante Luz y provocando un gran fervor en las tierras de misión.

Tanto es así, que la primera traducción parcial (Vida de Jesús extractada de los diez volúmenes de “Il Poema del” Huomo-Dio”) fue hecha en Japonés y publicada en Tokio en la Navidad de 1.971 (381 páginas) a cargo del P. Juan Escobar O.F.M.




DEL LIBRO DE AZARÍAS
Dictado a María Valtorta del 24/11/1.946


            Dice Azarías, su ángel de la Guardia:

En la oración de la Misa propia de San Juan de la Cruz, aparece compendiada en pocas palabras la doctrina precisa para ser perfectos cristianos: negarse a si mismos y amar la Cruz. El santo Doctor y Reformador del Carmelo, es grande en el Cielo por haber sabido hacer estas dos cosas de un modo perfecto.

Bien poco hubiera sido el haber reformado las antiguas constituciones. También los jefes de las Naciones reforman las constituciones de sus Estados, más pocos de ellos son santos. Como también los dueños de una hacienda reforman los usos y costumbres del trabajo, pero pocos de ellos son santos.

E igualmente poco, o bien menos que nada, y más aún motivo de condena hubiera sido para San Juan de la Cruz el haber escrito tratados de mística, si a las palabras no hubieran correspondido sus actos. También los escritores llenan páginas morales para abrillantar la figura del personaje o personajes de sus libros, pero después, en su vida diaria, llevan una vida que es el polo opuesto de la tesis moral que mantuvieron en su libro. No fue el suyo el perfume de su vida, que exhala con palabras la convicción de la mente que se fija en el papel, sino tan solo una obra maestra escrita para obtener de ella aplauso y ganancia. Son, por lo tanto, histriones y nada más.

Si San Juan de la Cruz hubiera escrito aquellos tratados de mística únicamente para demostrar su capacidad de escritor y después hubiera sido un tibio, un tibio nada más, habría firmado de su mano la propia condena a una pena más o menos larga, ya que la Justicia habríale preguntado: “¿Por qué has sido hipócrita? A ti no te vale la excusa de falta de conocimiento que disculpa a los ignorantes. Has conocido el Amor y lo has descrito sin que después te hayas abrasado en él. Ve, por tanto, a aprender a amar y a ser sincero”.

Pero San Juan de la Cruz se reformó heroicamente a si mismo antes que a los demás y practicó la perfección que describía para legar un código de perfección a las almas. Por esto es grande y por esto es Santo.

Y, por lo mismo, cada uno de los cristianos puede llegar a ser santo, negándose a si mismo, es decir, cambiando el yo humano a un yo espiritual perfecto y amando la Cruz. Sin la imitación del Divino Crucificado, no es posible la reforma de uno mismo y sin el amor a la Cruz no se puede llegar a termino la transformación del yo, por cuanto, reformar el yo equivale a laborar la planta rebelde de la humanidad a base de cortes y cauteríos, y no una, sino cien y mil veces, ya que ella es planta rebelde que de los mismos puntos de las amputaciones echa nuevos retoños o rechaza los injertos que la fuerzan a cambiar su naturaleza y a estar sujeta al querer del más alto, esto es: el espíritu.

En cuanto acabo de decirte referente al Santo conmemorado hoy, ¿acaso no está tratado ya en lo que dice la Epístola? Esta Epístola escrita muchos siglos antes de la venida de San Juan de la Cruz, ilustra las virtudes del cristiano, e indica las vías a seguir para alcanzar las virtudes siempre conforme a una línea, puesto que la Verdad no cambia. Ella es lo que es hoy, como lo fue hace veinte siglos y lo será en el último día. Tan solo existe un camino para llegar al Cielo: el del vencimiento de si mismos y el del amor a la cruz. Camino que es, como dice Pablo: sabiduría e inteligencia espiritual, junto con el conocimiento de la voluntad de Dios.

Conocimiento de esta divina Voluntad que os propone e, incluso, os impone a fin de poderos dar gloria y gozo, sabiduría e inteligencia espirituales que se desarrollan vigorosas con la renuncia de todo aquello que desagrada al espíritu y con la meditación amorosa del Modelo Divino que se negó a Si mismo hasta la muerte de Cruz y que se os permite “conduciros de la manera digna de Dios”, hasta el punto de agradarle en todo haciendo actos que tienen como fruto la vida eterna más allá de la vida y, como sello y sostén la virtud. ¡Oh vida gozosa y activa de quienes saben negarse a si mismos y amar la cruz!

Es semejante a un fecundo día de primavera en que todo contribuye a que se abran las flores en las plantas y a fecundarlas para que no resulte baldía la floración. Una acción da paso a otra y de un sacrificio redunda un perfeccionamiento. De un latido de amor nace un amor al sacrificio. De un amor al sacrificio, un acto de amor. De un acto de amor, un impulso a la mayor renuncia y a una más grande imitación al Divino Crucificado. Es toda una cadena en la que los eslabones se sueldan unos con otros cada vez más robustos, cada vez más en la luz, en el alto, hacia Dios, hacia la Patria y hacia el gozo. Y el artífice de su perfección da gracias a Dios Padre por “haberle hecho digno de participar en la suerte de los santos” que aquí viven en la Luz y gozan de ella en el Cielo, libres de las seducciones de las Tinieblas, ya que estas no encuentran donde afianzarse para dañar en el corazón, que amputó en si todos los puntos de los que pudiera valerse el Gran Enemigo para penetrar y demoler.

¡Ánimo María, hasta el aniquilamiento absoluto de la criatura a fin de que triunfe la causa de Dios y aumente su Gloria con otros muchos espíritus sobre los que la Sangre de Cristo aguarda a caer para redimir y perdonar!

Ten presente que las pequeñas voces, que son siempre almas víctimas, son al mismo tiempo pequeños Moisés. Y el destino de los Moisés es orar sobre el monte al tiempo que los atletas de Dios combaten contra los enemigos del Señor por su Gloria.

La Gloria de Dios deriva del conocimiento del mismo. Donde hay ignorancia de Dios, no puede estar su Gloria, ya que la ignorancia combate al Señor ya que no lo conoce y al no conocerlo, no le ama ni le importan sus palabras. Vive por tanto en el pecado más por ignorancia que por voluntad de pecar.

Ayuda con cuanto eres a los atletas que combaten a Satanás, a la ignorancia, las herejías y la tibieza. Jesús Santísimo, que es tu Amor, está esperando de ti una ofrenda de almas.

Pequeña voz, pequeña hostia, sé también una pequeña misionera, sosteniendo a los misioneros con tus sacrificios. A Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.




jueves, 13 de diciembre de 2018

SAN JUAN BAUTISTA BAUTIZADO EN EL SENO DE SU MADRE, NACIDO SIN PECADO ORIGINAL. COMENTARIOS SOBRE EL EVANGELIO DE LA MISA DEL 13/12/2.018





El que cree en Jesús, saltará de su corazón una fuente de agua viva que regará muchas
almas sedientas de la Palabra de Dios



Después de haber leído todas las obras de María Valtorta, cuya lectura me recomendó el Padre Fortea, cuando le ayudaba en sus numerosos exorcismos en Ntra. Sra. de Zulema de Alcalá de Henares, lectura que inicialmente no me interesaba porque estaba desde pequeño, con mi madre terciaria del Carmen, y mi hermano mayor, profundamente inmerso en las enseñanzas de San Juan de la Cruz y Santa Teresa, y me ocurría como el que está acostumbrado a comer cosas selectas y le presentan una pobre comida, hasta que el Padre Fortea me entregó en mano los 10 tomos del Evangelio como me había revelado. Luego compré el libro de Azarías el Ángel de la Guardia, los Comentarios de San Pablo sobre sus Epístolas, y la vida de María Valtorta, por lo cual le estaré siempre profundamente agradecido al Padre Fortea.


En esas fabulosas lecturas, que eran con las escrituras de la Biblia la lectura predilecta de la madre Teresa de Calcuta, y que estaban "obligados" a leer los penitentes del Padre Pío de Pietrelcina, he aprendido muchas cosas, ya que los Evangelios bíblicos siempre me parecieron cortos y no comprendía como el Señor no había detallada más ampliamente su Apostolado en la Tierra, lo que ahora ha hecho en vista de la situación catastrófica de la Iglesia.

También he aclarado muchas dudas que tenía en materia de Fe católica, sobre todo sobre la Majestad infinita de Dios y sobre las glorias de María. Y otras sobre la importancia del sufrimiento y sobre todo de como y por qué se debe perdonar a los enemigos. Y también la enorme importancia de la humildad; de lo que es el Santo temor de Dios, y de la postura que hay que mantener contra los heréticos sobre todo de muchos sacerdotes quietistas que no solo no entran en el Reino de Dios, pero lo peor, es que no dejan entrar a los demás, predicando el dios "merengue" que se han fabricado.



Evangelio según San Mateo 11,11-15.

Jesús dijo a la multitud: 
"Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él. 
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan. 
Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver. 
¡El que tenga oídos, que oiga!".


En las lecturas de María Valtorta, se puede leer que San Juan Bautista al llegar María a visitar a su madre, saltó de alegría en su vientre antes de nacer, porque se borró la huella del pecado original, por eso dice Jesús que no ha nacido hombre más grande que él, y añade que el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él, porque ha visto a Dios tal como es, y por eso es semejante a Él, como lo afirma el Apóstol Juan en la Biblia.

El Reino de los Cielos es combatido violentamente y los violentos intentan arrebatarlo, porque con la venida de Cristo anunciada hasta Juan Bautista, se han abierto las puertas de los Cielos a todos los hombres de buena voluntad, y lo que Satanás tenía en su poder antes de la Redención se le escapó de las manos, por eso intenta por todos los medios a su alcance volver a arrebatarlo de las manos del Salvador, cosa que consigue cuando las almas abandonan a Dios.

Juan Bautista está puesto a la altura de Elías, pero es más grande que él, como así lo dice Jesús en el Evangelio porque fue el precursor directo del Mesías que es el Hijo de Dios, y porque nació sin pecado original, lo que le dio unos conocimientos perfectos, como los que tenían Adán y Eva antes del pecado original, es por esa razón que Herodes lo admiraba, y solía escuchar sus consejos, y fue muy a pesar suyo que lo mandó decapitar por culpa de Herodías, por la promesa que había hecho ante toda la corte, como lo relata Jesús a María Valtorta. 







miércoles, 12 de diciembre de 2018

ORACIÓN PARA LOS SACERDOTES Y LOS CONSAGRADOS QUE MODELAN LAS ALMAS DE SUS FIELES DE ACUERDO CON SU GRADO DE SANTIDAD.


Los Sacerdotes son los educadores y los médicos de las almas
los fieles suelen ser de la misma naturaleza que ellos


      En los cuadernos de María Valtorta, hay un pasaje en donde Jesús le explica la visión del Apocalipsis en donde el dragón barre con su cola la tercera parte de las estrellas del cielo.
El significado es este: esas estrellas son los Sacerdotes, y el trabajo preliminar de Satán es hacerlos caer, ya que él sabe muy bien, como así lo dice Jesús, que una vez que han caído, tiene el campo libre para hacer caer igualmente mucho más fácilmente a los fieles, para los cuales los Sacerdotes son las lumbreras que iluminan la noche del Espíritu.

El Papa, dirigiéndose a los sacerdotes en el encuentro en Madrid de la J.M.J., no tuvo reparo en afirmar que el que no sienta verdadera vocación, es mejor que abandone el futuro ministerio, por la responsabilidad tan grande que tienen los sacerdotes para la comunidad.

Bajo mi punto de vista, igual que, gracias a este Papa se expulsan los Sacerdotes pederastas, se tendrían que expulsar igualmente a los Sacerdotes que predican doctrinas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia, a la tradición y a la Doctrina de los Santos Padres, negando el Infierno, la existencia del Demonio, y que pintan un Dios hecho a su semejanza y acorde con sus ideas heréticas.

No se trata de restablecer la Inquisición, pero hoy día, cualquier profesional que no cumple adecuadamente con su tarea, sea Ingeniero, Profesor o cualquier trabajador que no sabe ejercer su Profesión, es expulsado de su trabajo, lo mismo hay que hacer con ciertos Sacerdotes que están contaminando al Pueblo de Dios con su Doctrina herética y contraria a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia, porque aquí se trata de un asunto más importante que cualquier otro oficio: La salvación de las almas, con la ayuda de la verdadera Doctrina de Jesús-Dios.

Si no se obra de esa manera, Satán tendrá las manos libres para corromper cada vez más a la gente incauta, y a los fieles que creen firmemente todo lo que dicen los Sacerdotes.


PARA LOS SACERDOTES
(De los cuadernos de María Valtorta)

Dice Jesús:
“Ora, ofrenda y sufre mucho por mis sacerdotes. Mucha sal se ha vuelto insípida y las almas sufren por ello perdiendo el sabor de Mí y de mi Doctrina.

Hace algún tiempo que te digo esto, pero tú no quieres escucharlo. Y no quieres escribirlo. Te retraes. Entiendo el por qué. Pero antes que tú, otros han hablado de ello, por mi inspiración, y eran santos. Es inútil querer cerrar los ojos y los oídos para no ver y no oír: la verdad grita incluso con el silencio. Grita con los hechos que son la palabra más fuerte.

¿Por qué no repites la oración de M. Magdalena de Pazzi? Antes la decías siempre. ¿Por qué no ofreces parte de tus sufrimientos cotidianos para todo el sacerdocio? Oras y sufres por mi Vicario. Está bien. Oras y sufres por algún consagrado o consagrada que se encomiendan a ti o hacia los cuales tienes un especial deber de gratitud. Pero no es suficiente. Y por los otros ¿Qué haces? Has puesto una intención de sufrimiento por el clero el miércoles. No basta. Es necesario que todos los días ores por mis sacerdotes y que ofrezcas parte de tus sufrimientos por esto. No te canses nunca de orar por ellos, que son los mayores responsables de la vida espiritual de los católicos.

Si basta que un laico haga por diez para no escandalizar, mis sacerdotes deben hacer por cien, por mil. Deberían ser semejantes a su Maestro en pureza, caridad, desapego de las cosas del mundo, humildad, generosidad. En cambio, el mismo relajamiento de vida cristiana que hay en los laicos está en mis sacerdotes y en general en todas las personas consagradas por votos especiales. Pero de estas hablaré después.

Ahora hablo de los sacerdotes, de quienes tienen el honor sublime de perpetuar desde el altar mi Sacrificio, de tocarme, de repetir mi Evangelio.

Deberían ser llamas. En cambio son humo. Hacen fatigosamente lo que deben hacer. No se aman entre ellos y no os aman a vosotros como pastores que deben estar preparados para darse completamente, incluso con el sacrificio de sus vidas, para sus ovejitas. Vienen a mi Altar con el corazón lleno de preocupaciones de la tierra. Me consagran con su mente en otra cosa y ni siquiera mi comunión enciende en su espíritu esa caridad que debe estar viva en todos pero que debe ser vivísima en mis Sacerdotes.

Cuando pienso en los diáconos, en los Sacerdotes de la Iglesia de las catacumbas, y los comparo con los de ahora, siento una infinita piedad por vosotros, multitudes que os quedáis sin o con demasiado poco alimento de mi Palabra.

Aquellos diáconos, aquellos Sacerdotes tenían en contra a toda una sociedad malévola, tenían en contra el poder constituido. Aquellos diáconos, aquellos Sacerdotes debían desempeñar su ministerio entre mil dificultades; el más incauto movimiento les podía hacer caer en manos de los tiranos y conducirlos a morir escarnecidos. Sin embargo, ¡cuanta fidelidad, cuanto amor, cuanta castidad, cuanto heroísmo había en ellos! Han cimentado con su sangre y con su amor a la Iglesia naciente y de cada uno de sus corazones han hecho un altar.

Ahora resplandecen en la Jerusalén Celestial como tantos altares eternos sobre los cuales Yo, el Cordero, descanso complaciéndome en ellos, mis intrépidos confesores, los puros que han sabido lavar las suciedades del paganismo que los había saturado de sí durante años y años antes de su conversión a la Fe, y que salpicaba su fango sobre ellos incluso después de su conversión, como un océano de barro sobre rocas inquebrantables.

Se habían bañado en mi Sangre y habían venido a mí con blancas estolas que tenían por adorno su sangre generosa y su caridad vehemente. No tenían vestidos externos, ni signos materiales de su milicia sacerdotal. Pero eran Sacerdotes en el ánimo.

Ahora existe el vestido externo pero su corazón ya no es mío.

Tengo piedad de vosotros, greyes sin pastores. Por esto todavía detengo mis rayos: porque tengo piedad. Se que mucho de lo que sois proviene de que no estáis sostenidos.
¡Son demasiado pocos los Sacerdotes verdaderos que se parten a si mismos para prodigarse a sus hijos! Nunca como ahora es necesario rogar al Dueño de la mies, que mande verdaderos obreros a su mies, que cae mustia porque no es suficiente el número de verdaderos incansables obreros, sobre los cuales se posa mi ojo con bendiciones y amor infinitos y agradecidos.

Como me gustaría poder decir a todos mis Sacerdotes: “¡Venid, siervos buenos y fieles, entrad en el gozo de vuestro Señor!”.
Reza por el clero secular y el conventual.

El día en que el mundo no hubiera más Sacerdotes realmente sacerdotales, el mundo terminaría en un horror que la palabra no puede describir. Habría llegado el momento de la “abominación de la desolación”. Pero llegado con una violencia tan espantosa, por ser un infierno traído sobre la tierra.

Reza y di que se rece para que toda la sal no se haga insípida en todos menos en Uno, en el último Mártir que estará para la última Misa, porque hasta el último día existirá mi Iglesia militante y el Sacrificio será cumplido.
Cuantos más verdaderos Sacerdotes existan en el mundo cuando se hayan cumplido los tiempos, menos largo y cruel será el tiempo del Anticristo y las últimas convulsiones de la raza humana. Porque “los justos” de los que hablo cuando predigo el fin del mundo, son los verdaderos Sacerdotes, los verdaderos consagrados en los conventos esparcidos sobre la tierra, las almas víctimas, hilera desconocida de mártires que solo mi ojo conoce mientras que el mundo no los ve, y quienes actúan con verdadera pureza de Fe. Pero estos últimos son, aun sin que ellos lo sepan, consagrados y víctimas.



28.2.05 17:13



martes, 11 de diciembre de 2018

DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA: JESÚS EXPLICA CUAL ES EL COMPORTAMIENTO DE LOS QUE SE ENTREGAN COMPLETAMENTE A ÉL.


Santa Teresa de Jesús: veo, Señor, ni sé cómo es estrecho el camino 
que lleva a Vos (Mt 7, 14). Camino real veo que es, que no senda;
 camino que quien de verdad se pone en él va más seguro.





Este extraordinario relato solo lo comprenderán los que se han apartado del mundo para consagrarse a Dios, no solo en los monasterios, pero también en el mundo.
Estas almas y sus vecinos hablan un lenguaje distinto, uno pone el más allá como meta de su vida y los otros, ponen los bienes de este mundo como prioridad absoluta.


Para los no creyentes, el mundo es la fuente de todos los vicios y placeres, ya que es su meta, pero es una dicha pasajera ya que el pecado es dulce en la boca y amargo en el estómago. Como al final de la vida terrena, ellos se creen que no hay ya vida, todo termina y no existe nada, es para ellos el fin de todos los placeres que solo se encuentran en lo que sus ojos materiales ven, naturalmente para ellos, la vida ultraterrena es una quimera que ha inventado la Iglesia para mantener sujeta a la gente ignorante, y sacar provecho de ellos.




Hechos 7, 3.
Dice Jesús:

“Las almas por las que tengo predilección, reciben la orden que recibió Abrahán:  “Vete de tu patria y de junto a tus parientes y ven a la tierra que te mostraré”.
Es una afirmación real y a la vez metafórica. Es real porque en verdad, el que se consagra a Mí se convierte en un extranjero y en un desconocido para sus mismos parientes.
Es un desconocido, debido a su nueva personalidad. Es un extranjero porque entre él y sus parientes es como si surgiera un diafragma, como si creara una singular Babel, porque él va más allá, hacia la tierra que Dios  le indica y los demás se quedan dónde estaban, y aunque aún estén cerca, ya no pueden entenderse porque él ahora habla la lengua de esa tierra y ha adquirido sus costumbres, mientras los otros siguen pensando, actuando, hablando de modo habitual. Esto no provoca burlas, pero causa en cambio un gran dolor, un gran estupor.

El que Dios ha llamado a la nueva tierra es el que siente particularmente ese dolor. Él quisiera que los que aman le siguiesen, porque ha comprendido que esa tierra es un lugar de elevación. Quisiera que los demás lo comprendieran así, para poder hacerles enamorar las bellezas que va descubriendo.
Pero los otros se sorprenden de su cambio, y lo definen “manía”, o bien egoísmo, desamor, extrañezas. No es nada de eso, es un Amor perfecto, tanto hacia sí mismo como hacia sus seres queridos, amor que da e intenta dar para los demás el bien que recibe para sí mismo. No es extrañeza, sino por el contrario, es una regla perfecta, pues él, por su excepcional conducta, se encuentra precisamente en la regla del Hijo de Dios: Obediencia absoluta a la voz de Dios, superior a cualquier voz de la sangre, de intereses, de respeto humanos.

La herida no se sana ni puede sanarse, porque el elegido para la “nueva tierra” conserva en su lado más material la sensibilidad común a los hijos del hombre y por eso, sufre continuamente al ver que los que más tendrían que entenderlo le acusan de desamor, y al tener que rechazarles, aunque se le destroce el corazón, para encaminarse por el camino que Dios le señala. Por eso su herida está siempre abierta y en ella está clavado el amor de los suyos que, por amarle le torturan; su propio amor, que al no ser comprendido, se retuerce en la llaga con la imperiosa voluntad de Aquel a quien ama con todo su ser. Por lo tanto, es una herida de Amor, en la que está Dios, ya que Dios está donde hay caridad.

“Ven a la Tierra que te mostraré”: Dios no se la muestra antes. Le dice “Ven”. El premio que consiste en la vista de esta Tierra será concedido al que obedezca sin proponerse conocer lo que le espera. Dios dice solamente: “Ven”. Y él va, sin preguntar nada.

En la Tierra bendita, el sol no se pone nunca, no reinan los áspides y los escorpiones ni los animales salvajes, no se conocen tormentas ni escarchas y la primavera es eterna, todos los seres tienen abundante alimento sobrenatural, los troncos destilan miel y brota leche de las fuentes, la armonía es luz y la luz armonía, sus habitantes son felices como las flores en una serena mañana de Abril y ríen con júbilo perenne, que refleja la serena risa de su Señor. Pero el ingreso en esta tierra bendita es muy enmarañado y espinoso: en su entrada hay guijarros y zarzas, lianas y estrechos pasajes por precipicios y torrentes tumultuosos, tenebrosos virajes y zonas azotadas por vientos borrascosos.

En lo alto hay una sola estrella: Yo; Yo que debo ser Luz, calor, voz, esperanza, consuelo, fe, guía para el heroico caminante, Yo solo. ¡Ay de aquel que no mira continuamente hacia Mí!

En cambio, el que persevera ve que, tras los guijarros y zarzas, sigue un camino más llano, a cuyas orillas se asoman algunas flores; ve que, más allá de las lianas que en la entrada desgarraban como cables de hierro erizados de espinas, hay bordes suaves, que no son un estorbo sino una ayuda; ve que se hacen más anchos los pasajes, menos pavorosos los senderos, más seguro, más amplio, más luminoso, más cálido, más sereno el camino en su incesante ascensión. Hacia el final, el alma no camina, vuela. Vuela. Penetra como un dardo de amor en la Tierra que ha conquistado. El Cielo es suyo.

Me permito aquí hacer un inciso con las palabras de Santa Teresa de Jesús que decía: "veo, Señor, ni sé cómo es estrecho el camino que lleva a Vos (Mt 7, 14). Camino real veo que es, que no senda; camino que quien de verdad se pone en él va más seguro".

Más, ¡cuánta generosidad se necesita! Hay que darlo todo, María; hay que darlo sin recibir nada, “ni siquiera donde posar el pie” (Gen 8,9). No hay que pretender nada, porque no prometo nada cuando digo: “Ven”. No prometo nada humano. Prometo la eternidad sobrehumana.

Esto es lo que debes esforzarte en entender y aceptar y junto contigo, deben hacerlo todos los que son iguales a ti, porque mi elección os ha consagrado en el claustro o en el mundo. También deben hacerlo los que, por ser mejores – aunque no han sido llamados a un camino de perfección especial, aunque no sean soldados de la perfección aconsejada y no impuesta – se preguntan porque su vida no transcurre plácidamente también en el bienestar terrenal.

Yo no miento ni he mentido jamás, He prometido y prometo claros la Vida y lo que es inherente a la Vida. Es lo necesario y os lo doy. El resto es lo superfluo porque está destinado a lo perecedero. Os lo doy porque soy bueno, tan bueno que hasta lo soy con la abeja a la que concedo por lecho el cáliz de una flor montana y por alimento la microscópica gota de polen contenida en esta. Del mismo modo, os doy a vosotros, los que pereceréis lo que necesita lo perecedero: alimento, vestidos, morada. Más os invito a tender hacia lo más alto: al espíritu y a lo que es propio del espíritu.

Que el que me ama más, intente comprenderme más. Que proceda desnudo, hambriento, carente de lo que pertenece a esta jornada terrena, pero saciado, rico, ataviado con realeza por lo que se refiere al Día eterno.
Ve en paz”




viernes, 7 de diciembre de 2018

8 DE DICIEMBRE FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA. LAS GLORIAS DE MARÍA EXPLICADAS POR EL ÁNGEL AZARÍAS

LA VIRGEN MARÍA, LA INMACULADA, MADRE
GENERADORA DE DIOS Y DE LAS ALMAS



En este hermoso cuadro de la Inmaculada, a sus pies, de izquierda a derecha, podemos ver las almas de los elegidos como entran en el Cielo, gracias a que se han comportado como niños ya que, como lo dijo Jesús, solo entraran en el Cielo los que son como ellos.
Esas almas, vienen a entregar sus virtudes, obtenidas por la Divina Gracia, siendo la Virgen María la medianera de esas Gracias, que son las flores que llevan en sus manos.
Vemos girando a la derecha, como un ángel recoge esas flores y le entrega a las almas las palmas del triunfo, que son el reconocimiento de haber obtenido la aprobación para ser hijos de Dios y herederos del Reino de los Cielos.

Y aquí, en este cuadro está simbolizado la labor de la Virgen María, la Madre de la humanidad, la dispensadora de todas las gracias de Dios, la que engendra espiritualmente a sus hijos para llevarlos al santo Reino de Dios por toda la Eternidad, después de haberles dado su protección en la Tierra, a todos los que la han implorado y reconocido como Madre. 

Dice el Ángel Azarías: 

María, el Cielo delira de amor al contemplar a María que eleva su canto hasta notas incomparables. Ningún mortal, por santo que sea, puede comprender lo que llega a ser María para todo el Cielo.




DEL LIBRO DE AZARÍAS, ÁNGEL DE LA GUARDIA DE 
MARÍA VALTORTA


Dice el ángel Azarías:
“Meditemos cantando las glorias de María Santísima. La Santa Misa de esta festividad es toda ella un himno al poder de Dios y a la gloria de María. Para comprender bien esta liturgia de amor y de fuego, adentrémonos en los sentimientos de la Reina y Maestra de todas las criaturas que aman al Señor.

¡Reina y Maestra! De los hombres más también de los ángeles. Hay misterios desconocidos para vosotros que no nos está concedido desvelar completamente. Con todo, para deleite de un alma muy amada, nos está permitido levantar un tantíco el velo de los mismos. Esto es lo que voy a hacer para ti: levantar el borde del velo. Y, una vez removido el obstáculo, se te concederá fijar tu mirada espiritual en la Luz espiritual que es el cielo y, a esa Luz, comprenderás mejor. Así, pues, mira, escucha y sé feliz.

Cuando el pecado de Lucifer perturbó el orden del Paraíso y sumó en el desorden los espíritus menos fieles, un enorme espanto nos embargó a todos, cual si algo hubiérase quebrado y destruido sin esperanza alguna de verlo ya resurgir. En realidad, así era. Había quedado destruida aquella caridad completa, que era la única que antes existía allá arriba, derrumbándose en una vorágine de la que emanaban hedores del Infierno.

Habíase destruido la Caridad absoluta de los ángeles, surgiendo el Odio. Consternados, al modo que se puede estar en el Cielo, nosotros, los fieles del Señor, lloramos por el dolor de Dios y por su enojo. Lloramos por la perdida paz del Paraíso, por el orden violado y por la fragilidad de los espíritus. No nos sentimos ya seguros de ser ya impecables por más que estuviésemos formados de puro espíritu, puesto que Lucifer y sus secuaces nos habían probado que también un ángel puede pecar y llegar a ser demonio. Experimentamos que la soberbia – era manifiesto – podía arraigar en nosotros. Temimos que nadie, fuera de Dios, pudiese resistirla, dado que Lucifer había cedido a ella.

Temblamos por esas fuerzas tenebrosas que no pensábamos pudieran invadirnos y que, hasta podría decir, ignorábamos que existiesen y que, al pronto, de una manera tan brutal se nos desvelaban. Abatidos, nos preguntábamos con latidos de luz: “Si pues ni el ser tan puros sirve, ¿Quién habrá pues de dar nunca a Dios el amor que Él exige y se merece, si hasta nosotros estamos sujetos a pecar?"

He aquí entonces que, alzando desde el abismo de la desolación nuestra contemplación de la Divinidad y fijos en su Esplendor, con un temor hasta entonces ignorada, contemplamos la segunda Revelación del Pensamiento Eterno, Y si por el conocimiento de la primera vino el desorden promovido por los soberbios que no quisieron adorar a la Palabra Divina, por el conocimiento de la segunda tornó a nosotros la paz que había sido turbada.

Vimos a María en el Pensamiento Eterno. Verla y poseer esa Sabiduría que es a la vez consuelo, seguridad y paz, fue una misma cosa. Saludamos a nuestra futura Reina con el canto de nuestra Luz y la contemplamos con sus perfecciones gratuitas y adquiridas. ¡Oh hermosura la de aquel instante en el que, para consuelo de sus ángeles, les presentó el Eterno a la Perla de su Amor y de su Poder! Y la vimos tan humilde, capaz de reparar por sí sola la soberbia de todas las criaturas.

Fue desde entonces para nosotros, maestra que nos enseñó a no hacer de los dones motivo de ruina. Nos habló sin palabras, no su figura corpórea sino su espiritualidad; y al contemplar por un instante en el Pensamiento de Dios a la Humildísima nos preservó para siempre de todo sentimiento de soberbia. Durante siglos y siglos, operamos envueltos en la suavidad de aquella fulgida revelación y durante siglos y siglos, eternamente, nos inundó de gozo; gozamos y gozaremos con la posesión de Aquella que tuvimos la dicha de contemplar espiritualmente. El Gozo de Dios es el nuestro y nosotros nos mantenemos en su Luz para estar penetrados de ella y tributar gozo y gloria a Aquel que nos creó.
Ahora pues, repletos de sus propios latidos, meditemos la Liturgia que habla de Ella.

“Con alegría”. Carácter de la verdadera humildad es la alegría verdadera a la que nada puede turbar. El que tan solo es humilde de un modo relativo, siempre tiene un motivo de turbación hasta en sus triunfos más genuinos. Por el contrario, el verdadero y completo humilde no tiene turbación de ningún genero.

Cualquiera que sea el don o el triunfo que le reviste de una especial prestancia, él sigue contento y sin temor, porque sabe y reconoce que cuanto le hace diferente de los demás, no es algo que él haya hecho por medios humanos, sino que es algo que viene de otras esferas y que a él nadie se la puede arrebatar. Es cosa que él contempla y considera como vestidura de gran valor que le fue dada para llevarla durante algún tiempo y que debe usarla con el cuidado que se tiene de lo que no es nuestro y que ha de devolverse sin deterioros al que nos la donó.

Sabe asimismo que esta vestidura real, no apetecida con avidez de ostentación, le fue entregada por una Sabiduría infinita que juzgó conveniente dársela. No tiene, por tanto, afán alguno de conseguirla o conservarla. El humilde, que verdaderamente es tal, no apetece cosas extraordinarias, ni se turba si quien se las dio se las quita. Dice: “Todo está bien, porqué la Sabiduría así lo quiere”. Por eso el humilde siempre está contento pues no ambiciona, no es avaro de lo que le dan ni se siente menoscabado si se lo quitan.

María Santísima poseyó esta alegría. Desde su nacimiento hasta su Asunción, la tuvo sobre la Tierra, aún entre las lágrimas de su prolongado Calvario de Madre de Cristo y hasta bajo el mar de desgarros del Calvario de su Hijo. Aún dentro de su dolor, que no tuvo parangón con ningún otro, poseyó el gozo exultante de hacer, hasta el sacrificio total, lo que Dios quería, lo que Dios le había indicado que pretendía de Ella desde que la revistió con las galas de la Salvación y la cubrió con el manto de Justicia como a Esposa adornada con sus arreos.

¿Puedes ponderar que caída hubiera sido la de María si, tras poseer la Concepción Inmaculada, la Justicia y todo otro joyel divino, hubiese pisoteado todo por seguir la voz del corruptor eterno? ¿Puedes medir su magnitud? Ya no habría habido Redención, Cielo ni posesión de Dios para los hombres. Todo esto os lo dio María por cuánto, con la verdadera alegría de los humildes, llevo sus galas de Bien amada del Eterno y cantó sus alabanzas, las de Él solo, aún entre los sollozos y desolaciones de la Pasión.

¡Exultó! ¡Que palabra tan profunda! Exultó siempre, magnificando con el Espíritu a su Señor, aún cuando su humanidad sabía del escarnio de todo un pueblo y se hallaba inmersa y prensada por su dolor y el de su Hijo. Exultó pensando que ese dolor suyo y el de su Jesús daban gloria a Dios, salvando a los hombres para Dios.
Encima de los gemidos de la Madre y de sus lamentos de mujer, cantaba la alegría de su Espíritu de Corredentora. Cantaba con la aceptación de aquella hora, con la Esperanza en las palabras de la Sabiduría y con el Amor que bendecía a Dios por haberla traspasado.

La prolongada pasión de María la completó Ella misma, uniendo a las grandes cosas que Dios había hecho en Ella, las otras no menos grandes cosas que Ella sabía hacer por el Señor. Verdaderamente, mientras sus entrañas de Madre gritaban el desgarro de su tortura, su Espíritu fiel cantaba: “¡Yo te exalto, Señor porque me has protegido y no has permitido que mis enemigos hayan podido regocijarse a costa mía!”.

¿Ves que humildad? Cualquier otro habría dicho: “Estoy contento por haber sabido permanecer fiel aún en la prueba. Estoy contento por haber hecho la Voluntad de Dios”. No son estas palabras de pecado. Más en ellas va todavía un hilo de orgullo. “Yo estoy contento porqué he hecho…”. Aquí está el yo de la criatura que se considera única autora del bien realizado. 
María Santísima, por el contrario, dice: “Yo te exalto porque Tú me has protegido”. Atribuye a Dios el mérito de haberla mantenido Santa en aquellas horas de lucha.

Dios preparó a su verbo una digna morada que María supo conservar digna del Dios que en Ella había de encarnarse. Imitádla, criaturas; claro que en medida menor, cual corresponde a vosotros que no habéis de concebir a Cristo, si bien en aquello que os es necesario para llevar a Cristo, en vosotros Dios os facilita los medios y los dones necesarios para hacer de vosotros templos y altares. Imitad a María sabiendo conservar la morada de vuestro corazón digna del Santo, que pide entrar en vosotros para gozar de vosotros y vivir entre los hijos de los hombres que ama sin medida.

Y si no supieses imitarla y vuestra morada es a la sazón una morada profanada o desmantelada por los muchos que la han habitado, reconstruirla en María que es Madre Amable e incansable engendradora de hijos para el Señor, pues es a través de María como se llega a la Vida y por eso, quien está desfallecido o muerto y no osa levantar sus ojos al Señor, puede tornar vivo y grato al Eterno si entra en el Seno y en el Corazón que dieron al mundo el Salvador.

El Señor Jesús te ha explicado ya la luz del camino sapiencial, por lo que no debo hablar de lo que Él ya tiene hablado. Más, en confirmación de mis palabras, te hago notar lo que la Sabiduría aplica a María: “Es mi delicia estar con los hijos de los hombres”. Con estos hijos que tantas lágrimas le costaron.

Más es propio de las Madres verdaderas el llorar y amar, amar tanto como se ha llorado; amar tanto como sea necesario para llevar el Amor; y llorar tanto como sea preciso para convertir a los perversos. 

¿Por qué habría de encontrar sus delicias en estar con los hijos de los hombres – esta Bendita cuya morada es ab aeterno el Cielo, esta Bendita que tuvo por habitación el Seno maravilloso de Dios, esta Bendita cuyo Pueblo es el de los Ángeles y los bienaventurados – sino para reconstruir los pobres corazones que el mundo y Satanás, la carne y las pasiones devastaron? ¿Por qué habría de encontrar esas delicias sino porque, al estar entre vosotros, os vuelve a dar la luz para Dios?

Oídla cantar con su luz perlina: “Bienaventurados los que siguen mis caminos”. Los caminos de María terminan en el corazón de Dios. “Para que alcancéis a ser sabios, escuchad mis consejos y no los rechacéis”. Una madre, y Santa cual Ella es, no puede pronunciar sino palabras de Vida. Ahora bien, ponderad qué es lo que, en la llena de Gracia y por ende, de Sabiduría, habría dejado la Palabra llevada durante nueve meses en el seno y por espacio de tantos años en su regazo. ¡Sobre su regazo en la infancia y en la niñez, y hasta en la muerte, en su Corazón Purísimo a lo largo, en fin de 33 años! ¡Jamás estuvo inerte el Dios - Hijo para su madre amabilísima! - Nunca lo estuvo Él que ni con los hombres culpables permanece inactivo.

Por eso toda la Sabiduría se derramó en toda la Pureza y María no puede hablar sino con la palabra de Dios, con aquella palabra de la que Cristo dijo que es Vida de quien la escucha. María que sabe lo que hay en Ella, canta así: “Dichoso el hombre que me escucha, vela a mi puerta y aguarda a entrar en mi casa”. Habitáculo de Dios, sabe que quien en Ella entra, encuentra a Dios. Es decir, lo mismo que Ella canta: “Quien la encuentre habrá hallado la Vida y recibirá del Señor la Salvación”.

Verdaderamente quien vive en Ella tiene salud, vida, sabiduría, gloria, alegría y honor porque Ella es todo eso, al tener sus raíces en Dios mismo, fundada como está en el monte de Dios para ser su Templo, amada más que ninguna otra criatura por el Señor Altísimo, debiendo de ser Ella, eternamente la Madre del Hombre.

¡Oh palabra poco meditada y aún menos comprendida en la que se compendia toda la imagen de María! ¿Qué es María? Es la reparadora porqué Ella anula a Eva. Ella vuelve a poner las cosas desordenadas en el punto donde estaban cuando las trastocaron la serpiente maligna y la imprudente Eva. El Ángel la saluda: “Ave”. Se dice que Ave es el nombre invertido de Eva. Mas Ave es asimismo un eco que hace recordar el Nombre Santísimo de Dios, como lo recuerda también, y aún más vivamente, tal como lo expliqué, el nombre del Verbo: Jeoscué.

En el tetragrama sagrado formado por los hijos del Pueblo de Dios para pronunciar en el secreto templo de su espíritu el Nombre irrepetible, está contenido el Ave (yAhVE). La primera de las palabras con las que Dios mandó a hacer de la toda Hermosa la Madre Santa y la Corredentora. Ave: cual si Él, como realmente aconteció, se anunciara con su propio nombre para entrar a hacerse carne en un seno, en el único seno que podía contener al Único.

Ave María, madre del Hombre como Eva y más que Eva puesto que devolviste al Hombre a su Patria, a su herencia, a su filiación y su Gozo.

Ave María, Seno de Santidad, en el que se volvió a depositar la semilla de la Especie para que el eterno Abraham tuviese los hijos de los que la esterilizante envidia satánica le había privado.

Ave María, Madre Deipara del Primogénito Eterno, madre compasiva de la Humanidad lavada con tu llanto y con la Sangre que es tu sangre.

Ave María, perla del Cielo, luz de Estrella, Dulce, Belleza y Paz de Dios.

Ave, María, llena de Gracia, en quien está el Señor, jamás desunida de Él que en Ti encuentra sus delicias y su descanso.

Ave, María, mujer bendita entre todas las mujeres, amor viviente, por el Amor hecha esposa del Amor y Madre del Amor.

En Ti la Pureza, en Ti la Paz, en Ti la Sabiduría, en Ti la Humildad, y en Ti la Perfección de las tres y las cuatro Virtudes…

María, el Cielo delira de amor al contemplar a María que eleva su canto hasta notas incomparables. Ningún mortal, por santo que sea, puede comprender lo que llega a ser María para todo el Cielo.
Todas las cosas fueron hechas por el Verbo, más también, todas las cosas más grandes fueron hechas por el Amor Eterno en María, porque Aquel que es Poderoso la amó y la ama sin límites; y el poder de Dios está en manos del Lirio Purísimo, para que se derrame sobre todo aquel que a Ella recurre.

¡Ave!, ¡Ave!, ¡Ave María…!”