MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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miércoles, 6 de febrero de 2019

JESÚS CORRE EL VELO SOBRE LA GRANDEZA DE SU MADRE LA Sima: VIRGEN MARÍA

María Inmaculada, medianera de todas las Gracias de Dios
bajo la invocación de la Virgen milagrosa


Dios, en el día del Juicio, cuando el alma tenga que rendir cuenta de todas sus acciones, tiene por costumbre pagar a las almas con su misma moneda. Por esa razón está escrito: Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.

El Arcángel Lucifer venció a Eva la mujer, apoderándose de ella y de su descendencia, marcándolos con el pecado original, que aunque perdonado por el rescate de Jesús, deja su huella en el alma, que son las imperfecciones y los defectos que solo se pueden borrar con la ayuda de Dios. Todas esas faltas están aprovechadas por el maligno para frenar el avance del alma hacia la perfección que es Dios, haciéndonos creer que Dios nunca se olvidará de nuestros pecados, para evitar su unión con Dios, para lo cual fue destinada.

San Juan de la Cuz afirma en sus escritos que la Misericordia de Dios es tan grande, que solo en el Cielo nos podremos dar cuenta de como Él se olvidó para siempre de nuestros pecados, por graves que hayan sido, y que nunca nos los recordará.

En cuanto al Arcángel Lucifer, que derrotó a la mujer, Dios lo está derrotando por otra mujer, la Reina de la Jerarquía angélica Serafines, Querubines, Tronos, Potestades, Dominaciones Arcángeles y ángeles, la Santísima Virgen María, Madre de Dios y de la Humanidad redimida por su Hijo Jesús. Ella está aplastando la cabeza de la Serpiente, a pesar de la molestia que le produce en el calcañál, que simboliza su sufrimiento por los pecados de la Humanidad. 






JESÚS CORRE EL VELO DE LA GRANDEZA
DE SU MADRE LA VIRGEN MARÍA
(Del Evangelio como me ha sido revelado de Mª Valtorta)


Dice Jesús:

[...] Y, desde lejanías infinitas, entre torrentes de Luz, venía una voz cual ningún oído humano puede oír, ni garganta humana formar. Decía: "¡Cuán hermosa eres, amiga mía! ¡Qué hermosa!... Miel gotean tus labios... ¡Un jardín cerrado eres tú, una fuente sellada, oh hermana, esposa mía!..." , y las dos voces se unían para cantar la eterna verdad: "El amor es más fuerte que la muerte. Nada puede extinguir o ahogar nuestro amor". La Virgen se transfiguraba así... así... así... mientras descendía Gabriel y la reclamaba, con su llamear, a la Tierra; uníale de nuevo el espíritu al cuerpo, para que ella pudiera oír y comprender la demanda de Aquel que la había llamado "Hermana" pero que la quería "Esposa".

Pues bien, allí tuvo lugar el Misterio... Y una púdica, la más púdica entre todas las mujeres, Aquella que ni siquiera conocía el estímulo instintivo de la carne, se turbó ante el ángel de Dios, porque un ángel turba la humildad y la verecundia de la Virgen; y sólo se calmó, oyéndole hablar; y creyó; y dijo la palabra por la que el amor "de Ella y de Él" se hizo Carne y vencerá a la Muerte, y no habrá agua que pueda apagarla ni maldad que puede sumergirle... ".

Jesús se inclina dulcemente hacia María, que ha caído a sus pies, casi extática, al rememorar la lejana hora, iluminada con una luz especial que parece exhalar del alma; y le pregunta quedo: "¿Cual fue, ¡Purísima!, tu respuesta a aquel que te aseguraba que viniendo a ser madre de Dios, no perderías tu perfecta Virginidad?".

Y María, casi en sueño, lentamente, sonriendo, con los ojos dilatados por un feliz llanto: "He aquí a la Sierva del Señor! Hágase en mi según tu Palabra" y reclina, adorando, la cabeza en las rodillas de su Hijo.

Jesús la cubre con su manto, celándola así a los ojos de todos, y dice: y se cumplió. Y se cumplirá hasta el final. Hasta sus otras transfiguraciones. Ella será siempre la "Sierva de Dios". Hará siempre lo que diga "la Palabra". ¡Esta es mi Madre! Bueno es que empecéis a conocerla en toda su santa Figura... ¡Madre! ¡Madre! Alza tu cara, Amada... llama a tus devotos a esta Tierra en que por ahora estamos... " dice mientras destapa a María, después de un rato en que no se ha oído ningún sonido aparte del zumbido de las abejas y el gorgoteo de la fuentecilla.

María levanta la cara, cubierta de llanto, y susurra: "¿Por qué me has hecho esto, Hijo? Los secretos del Rey son sagrados... ".

"Pero el Rey los puede revelar cuando quiere. Madre, lo he hecho para que se comprenda lo que dijo el Profeta: "Una mujer abarcará al hombre" (Jer 31, 22), y lo otro del otro Profeta: "La Virgen concebirá y dará a luz a un Hijo"( Isaías 7, 14). Y también para que ellos, que se horrorizan por demasiadas cosas del Verbo de Dios, que consideran humillantes, tengan como contrapeso otras muchas cosas que los confirmen en el gozo de ser "míos". Así, no se volverán a escandalizar, y conquistarán así también el Cielo... 




martes, 5 de febrero de 2019

COMO DIOS SIGUE HABLANDO A LOS HOMBRES EN SU CONCIENCIA Y EN SUS OBRAS El misterio de Iniquidad











COMO DIOS SIGUE HABLANDO A LOS HOMBRES
EN SU CONCIENCIA Y EN SUS OBRAS
El misterio de Iniquidad


¿Adónde se esconde Dios? A esta pregunta, que todos los seres humanos se han hecho antes y después de la Revelación, desde que han sido dotados de un alma racional e inmortal, desde que el mundo es mundo, siempre se han ofrecido para resolverla toda una serie de individuos, que haciéndose pasar por enviados de Dios; Profetas, o simples Gurús, han aportado unas respuestas de lo más variables y variopintas.



Los primitivos habitantes, han creído ver toda una serie de dioses, dotados de poderes diversos, ya que para ellos era imposible que un solo dios pudiera crear y dirigir todos los fenómenos de la Creación; y así nacieron en su imaginación, el dios de la lluvia, el dios del sol, el dios de los vientos, el de la guerra, el de la paz, el de los muertos, y de todo asunto que les pudiera intrigarles.


Absolutamente todos los pueblos y las civilizaciones, sin excepción alguna, han tenido sus creencias en el más allá, con veneración a los muertos, y con unas leyes que estaban adaptadas a sus creencias, nadie absolutamente se declaraba ateo o agnóstico, ya que la Sociedad en que vivía, tenía tan arraigado este concepto que hubiera sido inmediatamente rechazado por todos. 

La razón de todo ello, es que Dios, al crear el alma que es imperecedera, dejó en cada persona su huella, que está grabada en su conciencia, que no solo le da a entender la noción del bien y del mal, pero que además le habla, reprochándole su conducta cuando obra el mal, y dándole satisfacción y alegría cuando comete una buena acción. 

Y este es el lenguaje de Dios para la Humanidad en la Tierra: es un lenguaje sin palabras, pero hecho de sentimientos. Y ese lenguaje es un mensaje espiritual, que siempre deja una sensación de Paz y de Amor, porque está dicho por la fuente de la Paz y del Amor. Al contrario el mensaje de Satanás es un lenguaje de odio, que siempre deja turbación; odio, pena y amargor en el alma.

Pero en nuestros días ha triunfado una nueva mentalidad, que para mí y creo que, para cualquier persona normal, es un hecho sorprendente y anormal: mucha gente se declara atea o agnóstica, para estar más a la moda, Esto está profetizado en el libro del Apocalipsis: Son los dos testigos puestos por Dios en cada persona: la Razón que nos dice que todo lo creado tiene que tener un Creador, y la Conciencia que nos remuerde y alaba cuando hacemos una mala acción, y nos alegra cuando cumplimos con la misericordia de Dios. Está escrito que esos dos testigos se matarán por los impíos, que se alegrarán, es lo que estamos viendo en nuestros días, pero volverán a resucitar y subir a la eternidad de Dios al final de los tiempos, ante el terror de esos impíos.

Y digo que es un hecho curioso porque en la antigüedad, el mundo era apenas conocido: se creía que la Tierra era plana y el centro del Universo, que el sol era una pequeña lumbrera que giraba alrededor de la tierra, y que las estrellas eran un polvo que se extendía como una nube por todo el firmamento. 

Sin embargo, hoy día La Ciencia ha avanzado de tal modo, que muchos misterios han quedado desvelados, pero además la Ciencia ha descubierto como la Creación es muchísimo más compleja, grande, y por eso, se han presentado otros misterios de una complejidad tal, que es y será siempre imposible de desvelar.

Y así hoy día, gracias a la Ciencia, se ha comprobado que el mundo es infinito, tanto en las cosas grandes como en lo microscópico, se ha descubierto una Creación no solo ilimitada en cuanto a dimensiones, pero de una complejidad y de una perfección en todas las leyes y los mecanismos que la controlan y las dirigen, en absolutamente todo, pero que además es de una precisión, que sobrepasa todo entendimiento, y que hace imposible comprender cual es ese mecanismo que sujeta y dirige todos sus movimientos.

Y aquí aparece un hecho insólito: La Ciencia, en vez de admirar aún más el Sublime Creador de todas las cosas, no solo no lo hace pero, increíblemente reniega del Creador, y lleva el Orgullo y la Soberbia, a pesar de no poder científicamente explicar ese mecanismo, ya que solo se dedica a observar y clasificar todo lo creado, pero sin entender cómo funciona.

Y el razonamiento matemático es simple: como el Universo está hecho por Dios, un ser Infinito en todos sus atributos, porque la Creación está hecha a semejanza del Creador, nunca se podrá entender el mecanismo que mueve todo el Universo, y es porqué el hombre es un ser limitado, y un ser limitado nunca podrá acceder en este mundo y comprender un ser ilimitado e infinito en cuanto a Sabiduría, Inteligencia, y sublimidad. 

Eso es lo que dice San Juan de la Cruz cuando afirma que los Querubines y los Serafines, que son los Ángeles que están más cerca de la Divinidad, son los que mejor se dan cuenta de la distancia tan grande que les queda para llegar al pleno conocimiento de Dios. Y por eso mismo son los más grandes y aman más que los otros, porque al darse cuenta de ello son también los más humildes.

Y eso es lo que no comprendo de Lucifer: Sabía que Dios es Infinito porque era el ángel más subido en cuanto a belleza y conocimiento, y sin embargo, quiso desplazar a Dios para colocarse en su sitio. Sabía que él era una Criatura muy inferior a Dios, y sin embargo se rebeló. Es el gran misterio de Iniquidad, que solo comprenderemos en el otro mundo.

Y la única explicación lógica que veo es el hecho siguiente: para llegar a comprender a Dios, y obtener la Sabiduría que nos hace entrever el “teorema” del Reino de Dios, es necesario y suficiente tener humildad. La humildad es la llave que abre ese Reino, esas dos condiciones son imprescindibles: sin ellas, el alma cae en el abismo, que es la morada de Satanás, es la otra cara. 

Y es que para comprender la Luz tienen que existir las Tinieblas, y para ver el Esplendor del Bien, tiene que existir el horror del mal. Y la adoración que le debemos a Dios, solo será verdadera si comprendemos la distancia infinita que existe entre el Bien y el Mal.

DICE SAN JUAN DE LA CRUZ
(Dichos de Luz y Amor)

“No sabe el hombre gozarse bien ni dolerse bien, porque no entiende la distancia entre el bien y el mal”.

“Eso que pretendes y lo que más deseas no lo hallarás por esa vía tuya ni por la alta contemplación, sino por la mucha humildad y rendimiento de corazón".








sábado, 2 de febrero de 2019

JESÚS NOS HA PROMETIDO QUE ESTARÁ CON NOSOTROS HASTA EL FIN DEL MUNDO


El Espíritu Santo sigue derramándose sobre todos los que
aman a Jesús y cumplen con sus mandamientos.


La acción de Dios en el alma de los que le buscan, se asemeja a la educación que hay que darles a los niños para transformarlos en seres adultos, responsables y buenos ciudadanos. Igual que un niño necesita a su padre y a su madre y a un profesor preparado para poder ejercer la enseñanza adecuada, que le permita desarrollarse e incorporarse en el mundo cuando alcance la edad adulta, de la misma manera, el alma necesita la acción de Dios, y de la Virgen María, su Padre y Madre espirituales, y la de una institución espiritual: la Santa Iglesia Católica, verdadero Instituto de Enseñanza y formación divinas, fundada por el mismo Jesús.

Cuando el Sublime Redentor volvió a su Santo Reino, no nos abandonó, sino que dejó a su Santa Iglesia Católica y a su representante: El Santo Padre, y sus acólitos, que son los encargados de velar no solo por la educación, pero también por el sustento espiritual del alma a través de los Sacramentos, para que se encarguen de la enseñanza y de la salvaguardia de sus hijos, y consigan la vocación carismática, que les permitirá alcanzar la Vida y la felicidad eternas.

La mentalidad absurda es la que oímos de ciertos individuos que dicen que creen en Jesús, pero que no creen en la Iglesia. Esta actitud, es de una mentalidad tan insensata, que se transforma en un desprecio hacia la figura de Jesús-Dios. En efecto: el Salvador, Creador del universo, es infinito en cuanto a su poder, sabiduría e inteligencia, y con su terrible Pasión y muerte, redimió a gran parte de la humanidad, entregándose como Rehén en poder de Satanás y de sus secuaces, para lograr el rescate de la Humanidad, es pues completamente absurdo, afirmar que se desentendió completamente de lo que le costó sangre, sudor y lágrimas, dejando a su Iglesia y sus embajadores, sin poderes e incapaces de asegurar la continuidad y la eficacia de su Sacrificio.

Dijo Jesús-Dios: "Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos", y de una manera mística y oculta siempre está escondido en las almas de sus elegidos, animándolas con sus maravillosos premios, que son las visitas que encienden y reconfortan el alma, y con sus ausencias que son los tormentos necesarios para acrecentar el deseo del alma enamorada. 

Por eso dijo San Juan de la Cruz en la Llama de Amor Viva (Canción 2, 13)

    (...) "Lo cual acaece así, porque estando estas almas purificadas y puestas en Dios, lo que a su corruptible carne es causa de dolor y tormento, en el espíritu fuerte y sano le es dulce y sabroso; y así es cosa maravillosa sentir el dolor en el sabor. La cual maravilla dejó bien de ver Job en sus llagas cuando dijo a Dios: "¡Volviéndote a mí, maravillosamente me atormentas!" (10,16); porque maravilla grande es y cosa digna de la abundancia de la suavidad y "Dulzura que tiene Dios escondida para los que le temen” (Ps 30, 20), hacer gozar tanto más sabor y deleite cuanto más dolor y tormento se siente"

Estos sentimientos son los que embargaron a los santos y a los mártires, y que dejaron atónitos a los romanos, cuando presenciaron en el Coliseo el martirio de los primeros cristianos, exterminados por las fieras salvajes, entre cantos de alabanza. Esta actitud sobrehumana, fue también la que propició la rápida conversión de los paganos, y la extensión de la Religión por el mundo entero.
Esta actitud de los primeros cristianos solo se puede entender por la fe tan profunda que los dominaba, porque tenían el conocimiento verdadero de la diferencia que hay entre el Bien y el mal, es decir entre Dios y Satanás o también entre el pecado y la virtud,

Hoy día este comportamiento de los creyentes es inconcebible porque ya no se ve diferencia entre el pecado y la virtud, predicando como un "mantra", que Dios te quiere como eres, que hay que estar a gusto con sus pecados, y que hagas lo que hagas Dios te querrá siempre.
Estos predicadores no saben explicar de una manera clara la diferencia que hay entre el Amor unitivo que es el amor que tenía Jesús con el Apóstol y que tiene con sus enamorados, y el amor que tenía con Judas que es el amor de compasión, y el que tiene con los pecadores actuales, para que con ese amor cambien de conducta y eviten así la peor desgracia del ser humano que es la condenación eterna. Este razonamiento solo lo vi explicado en el Padre Pío de Pietrelcina, que dijo que hay dos tipos de amores: el de unión y el de compasión.

Los demás predicadores se creen desgraciadamente que esos dos amores son iguales, y que cuando Jesús dijo "Amad a vuestros enemigos", se imaginan que ¡hay que amar de la misma manera a un criminal que a un Santo!, lo que es imposible ya que esto conduce a igualar el pecado con la virtud, es decir a Satanás con Dios. Ese es el gran triunfo de Satanás, que ha conseguido contagiar al Género humano y a muchos predicadores de que tenía razón cuando dijo que era igual a Dios, y cuando dijo por eso: "Non serviam".

Lo más grave es que esa mentalidad relativista conduce al inmovilismo y a la anestesia de las almas, es como un veneno inoculado por la serpiente del árbol que paraliza el sistema nervioso del alma, es comer otra vez el fruto del conocimiento del Bien y del mal. Pero ya no habrá otra Redención ya que Jesús ha muerto y resucitado una sola vez.
Este hecho está relatado en el Apocalipsis con la muerte de los dos testigos que son la conciencia y la razón, que yacen en la Plaza Pública y de lo cual se alegran todos los habitantes, mandándose regalos y se  llenarán de terror cuando resuciten a la venida de Cristo.

Apocalipsis 11, 3-13

La Iglesia antes de la terrible crisis de Fe.
3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.
5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.
6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

La Iglesia con la crisis actual
7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará.
8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
9 Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados.
10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.


La Intervención de Dios al fin de los tiempos.
11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron.
12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
13 En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.


viernes, 1 de febrero de 2019

NO HAY PALABRAS HUMANAS PARA PODER DESCRIBIR LA NATURALEZA INFINITA DE DIOS.




ASPECTO DE UN CUÁSAR 



 En el diario "La Razón", del 26-2-2.015, apareció la noticia del descubrimiento de un cuásar llamado SDSSJ0100+2802, que está a 12.800 años luz de la Tierra.

"Los astrónomos siguen frotándose a estas horas los ojos y no son capaces de explicar bien lo que están viendo. Pero la imagen que procede de los telescopios parece clara: un agujero negro con una masa 12.000 millones de veces mayor que la del Sol que vive en el centro de un cuásar que emite trillones de veces más energía que nuestra estrella. Es hasta ahora, el agujero negro más grande jamás detectado, tanto que resulta imposible que exista.

(...) Este objeto ahora detectado es único. Es siete veces más brillante que el objeto detectado hasta ahora, y en compañía de su agujero negro compone la pareja de objetos cósmicos más poderosos que hayan visto jamás los telescopios humanos. Tanto que su tamaño y su brillo no pueden ser explicados con los modelos actuales. ¿Por qué? "(...)

            Pues por la sencilla razón de que el Universo es la imagen material de Dios, que es infinito, y lo finito nunca llegará a alcanzar lo infinito. Eso es lo que dijo San Juan de la Cruz: Los Ángeles más subidos del Cielo, que son los que están más cerca de la Majestad Divina que son los Querubines y los Serafines y que por eso son los más grandes y mejores "telescopios" del más allá, son los que mejor se dan cuenta de lo que les falta por llegar a conocer totalmente a Dios". 

        Por eso la Eternidad nunca podrá ser monótona, porque siempre se descubrirán aspectos nuevos de Dios en sus creaciones espirituales y materiales. Y eso es porque el Amor verdadero nunca es inactivo, ya que siempre se caracteriza por la entrega a los demás, al contrario del egoísmo, que es fruto del odio que todo lo quiere para sí. 
         
       Maravillosas palabras de San Juan de la Cruz, el Doctor místico, que nadie pronunció jamás y que nadie tampoco nunca pronunciará en este mundo, porqué el Doctor estático ha sabido describir como nadie la transformación “matutina y vespertina” del alma Esposa, con su Esposo Dios, que es la “fusión” de la Humanidad redimida por Jesús y purificada por la acción del Espíritu Santo en la noche activa del Sentido y la terrible noche oscura activa del Espíritu. 


      Después de leer este pasaje del Cántico espiritual, se comprende el por qué, cuando Jesús crucificado se le apareció al Santo y le preguntó: “Juan, ¿Qué quieres por tus servicios?”, este le contestó: “Señor: Ser despreciado, y padecer por tu Amor”, petición que se cumplió hasta la hora de su muerte en el convento de Úbeda.



Del cántico Espiritual de San Juan de la Cruz
Canción 35 


Esposa:
Gocémonos, Amado
y vamos a ver en tu hermosura
al monte o al collado,
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura


       Ya que está hecha la perfecta unión entre el alma y Dios, quiérese emplear el alma y ejercitar en las propiedades que tiene el amor. Y así ella es la que habla en esta canción con el Esposo, pidiéndole tres cosas que son propias del amor; la primera querer recibir el gozo y sabor de el amor, y esa le pide cuando dice: “Gocémonos, Amado”; la segunda es desear hacerse semejante al Amado, y esta le pide cuando dice: “Gocémonos Amado: Vámonos a ver en tu hermosura”; y la tercera es escudriñar y saber las cosas y secretos de el mismo Amado, y esta le pide cuando dice: “Entremos más adentro en la espesura”. Síguese el verso:

Gocémonos Amado

       Es a saber, en la comunicación de dulzura de amor, no solo en la que tenemos en la ordinaria junta y unión de los dos, más en la que redunda en el ejercicio de amar afectiva y actualmente, ahora interiormente con la voluntad en actos de afición, ahora exteriormente haciendo obras al servicio del Amado. Porque (como habemos dicho) eso tiene el amor donde hizo asiento, que siempre se quiere andar saboreando en sus gozos y dulzuras que son del ejercicio de amar interior y exteriormente (como habemos dicho), todo lo cual hace por hacerse más semejante al Amado. Y así dice luego:

Y vámonos a ver en tu hermosura


       Que quiere decir: Hagamos de manera que por medio de este ejercicio de amor ya dicho, lleguemos a vernos en tu hermosura, esto es, que seamos semejantes en hermosura, y sea tu hermosura de manera que, mirando el uno al otro, se parezca a ti en tu hermosura, y se vea en tu hermosura, lo cual será transformándome a mi en tu hermosura; y así te veré a ti en tu hermosura, y tu te verás en mi en tu hermosura, y yo me veré en ti en tu hermosura; y así parezca yo tú en tu hermosura, y parezcas tú yo en tu hermosura, y mi hermosura sea tu hermosura, y tu hermosura mi hermosura, y seré yo tú en tu hermosura, y serás tu yo en tu hermosura, porque tu hermosura misma será mi hermosura

       Esta es la adopción de los hijos de Dios, que de veras dirán a Dios lo que el mismo Hijo dijo por San Juan (17,10) al Eterno Padre, diciendo: Omnia mea tua sunt, et tua mea sunt; que quiere decir: Padre, todas mis cosas son tuyas, y tus cosas son mías; El por esencia, por ser Hijo natural, nosotros por participación, por ser hijos adoptivos; y así lo dijo Él no solo por sí, que era la cabeza, sino por todo su cuerpo místico, que es la Iglesia.

Al monte o al collado

       Eso es, a la noticia matutinal que llaman los teólogos, que es conocimiento en el Verbo Divino, que aquí entiende por el “monte”- porque el Verbo es altísima Sabiduría esencial de Dios - ; o vámonos a la noticia vespertina, que es la sabiduría de Dios en sus criaturas y obras y admirables ordenaciones, la cual aquí es significado por el “collado”, el cual es más bajo que el monte.

      En decir pues, el alma: “Vámonos a ver a tu hermosura al monte”, es decir: “aseméjame e infórmame en la hermosura de la Sabiduría divina, que (como decimos) es el Hijo de Dios; y en decir: “o vámonos al collado”, es pedir la informe también de su sabiduría y misterios en sus criaturas y obras, que también es hermosura en que se desea el alma ver ilustrada.

       No puede verse en la hermosura de Dios el alma y parecerse a Él en ella, si no es transformándose en la Sabiduría de Dios, en lo que de arriba se ve y se posee. Por eso desea ir “al monte o al collado”.


Do mana el agua pura

       Quiere decir: donde se da la noticia y sabiduría de Dios - que aquí llama “agua pura”- al entendimiento, limpia y desnuda de accidentes y fantasías, y clara sin tinieblas de ignorancias. Este apetito tiene siempre el alma de entender clara y puramente las verdades divinas; y cuanto más ama, más adentro de ellas apetece entrar. Y por eso pide lo tercero diciendo:



Entremos más adentro en la espesura.


En la espesura de las maravillosas obras y profundos juicios, cuya multitud es tanta, y de tantas diferencias que se puede llamar “espesura”, porque en ellos hay sabiduría abundante y tan llena de misterios, que no solo la podemos llamar espesa , mas aún cuajada, según lo dice David (Ps 67, 16), diciendo: Mons Dei, mons pinguis, mons coagulatus, mons pinguis; que quiere decir: El monte de Dios es monte grueso y monte cuajado. Y esta espesura de Sabiduría y Ciencia de Dios, es tan profunda e inmensa, que, aunque más el alma sepa della, siempre puede entrar más adentro, por cuanto es inmensa y sus riquezas incomprehensibles, según exclama san Pablo (Rom 11-33), diciendo:

¡Oh alteza de riquezas de sabiduría y ciencia de Dios, cuán incomprehensibles son sus juicios, e incomprehensibles sus vías!

Pero el alma en esta espesura e incomprehensibilidad de juicios y vías desea entrar, porque muere en deseo de entrar en el conocimiento de ellos muy adentro; porque el conocer en ellos es deleite inestimable que excede todo sentido. De donde hablando David de el sabor de ellos, dijo así (Ps 18, 10-12):


Iudicie Domini vera, iustificata in semitipsa, diserabilia super aurum el lapidem pretiosum multum, dulciora super mel et favum; nam et servus tuus dilexit ea; que quiere decir: Los juicios de Dios son verdaderos y en si mismo, tienen justicia; son más deseables y codiciados que el oro y que la preciosa piedra de grande estima; y son dulces sobre la miel y el panal, tanto que tu siervo los amó y guardó. Y por eso, en gran manera desea el alma engolfarse en estos juicios, y conocer más adentro en ellos; y a trueque de esto le sería grande consuelo y alegría entrar por todos los aprietos y trabajos de el mundo, y por aquello que le pudiese ser medio para esto, por dificultoso y penoso que fuese.

Y así se entiende también en este verso la espesura y los trabajos y tribulaciones, en la cual desea el alma también entrar cuando dice: “Entremos más adentro en la espesura”, es a saber, de trabajos y aprietos, por cuanto son medio para entrar en la espesura de la deleitable sabiduría de Dios; porque el más puro padecer trae y acarrea más puro entender, y por consiguiente, más puro y subido gozar por ser de más adentro. Por tanto, no se contentando con cualquier manera de padecer, dice: “Entremos más adentro en la espesura”. De donde Job (6,8), deseando este padecer, dijo:


“Quis det ut veniat peticio mea, et quod expecto tributa mihi Deus? Et quit coepit, ipse me conterat, solvat manum suam, et succidat me? Et haec mihi sit consolatio, et affliget me dolore, non parcat mihi? Que quiere decir: ¿Quien dará que mi petición se cumpla, y que Dios me dé lo que espero, y el que me comenzó, ése me desmenuce y desate su mano y me acabe, y tenga yo esta consolación, que afligiéndome con dolor no me perdone ni dé alivio?

¡Oh si se acabase ya de entender cómo no se puede llegar a la espesura de Sabiduría y Riquezas de Dios, sino es entrando en la espesura de el padecer de muchas maneras, poniendo en eso el alma su consolación y deseo! ¡Y como el alma que de veras desea sabiduría, desea primero de veras entrar más adentro en la espesura de la cruz, que es el camino de la Vida por que pocos entran!

Porque deseando entrar en espesura de sabiduría y riquezas y regalos de Dios es de todos; más desear entrar en la espesura de trabajos y dolores por el Hijo de Dios es de pocos, así como muchos se querrían ver en el término sin pasar por el camino y medio a él.

        
Y por eso decía el Santo Cura de Ars: "Si supiera la gente los bienes que traen consigo el sufrimiento, las gentes correrían tras de él".




lunes, 28 de enero de 2019

LA EFICACIA DE LOS PREDICADORES ES PROPORCIONAL AL AMOR QUE LE PROFESAN A JESUCRISTO.


Esta estatua de San Juan de la Cruz es la misma
que estaba en el Convento de Santa Teresita.



"Veía a Satanás caer del Cielo como un rayo por vuestro mérito unido a mi Nombre. Porque he visto también a vuestros sacrificios, vuestras oraciones, el amor con que ibais a los desdichados para cumplir lo que Yo había indicado. Habéis obrado con amor y Dios os ha bendecido. Otros harán lo mismo que hacéis vosotros, pero sin amor, y no obtendrán conversiones… mas no os alegréis de haber dominado a los espíritus, alegraos porque vuestros nombres están escritos en el cielo. No los borréis jamás de allí…”.

Jesús les dice a los 72 discípulos que había mandado a Evangelizar en Israel, como está escrito en el Poema como me ha sido revelado de María Valtorta, publicado el 26-12-2.019.

De ahí la importancia del Amor a Dios, que es el primer mandamiento de la Ley, por eso ya no se hacen milagros de conversiones, de sanaciones, que no se pueden producir sin amor a Dios cuya imagen es el mismo Jesús. Y por eso está escrito en la Biblia, que sin esa virtud todo trabajo es no solo vano, pero además nunca dará frutos, y por eso puede ser hasta contraproducente.

   "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la Ciudad, en vano vela la Guardia"(Sal 127, 1).
   "...Y nuestras fuerzas se consumirán en vano, porque vuestra tierra no dará su producto y los árboles de la tierra no darán su fruto"(Lev. 26, 20).

San Juan de la Cruz

          "A la tarde te examinarán en el amor, aprende a amar como Dios quiere ser amado, y deja tu condición" (Dichos 64).


San Juan María Vianney, el cura de Ars. 

        “Te amo, oh mi Dios, y mi solo deseo es amarte hasta el último respiro de mi vida. Te amo, oh Dios infinitamente amable, y prefiero morir amándote antes que vivir un solo instante sin amarte. Te amo, Señor, y la única gracia que te pido es aquella de amarte eternamente. Dios mío, si mi lengua no pudiera decir que te amo en cada instante, quiero que mi corazón te lo repita tantas veces cuantas respiro. Te amo, oh mi Dios Salvador, porque has sido crucificado por mí, y me tienes acá crucificado por Ti, Dios mío, dame la gracia de morir amándote y sabiendo que te amo. Amén. 

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Inmediatamente después de la muerte tiene lugar el juicio particular en el cual la sentencia divina decide la suerte eterna de cada hombre. 


Apocalipsis 20:15; 21:8 

"Y todo el que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue arrojado en el estanque de fuego. Pero los cobardes, los infieles, los abominables, los homicidas, los fornicadores, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el estanque, que arde con fuego y azufre, que es la segunda muerte”.

        Esto refleja de una manera clara e indiscutible, lo que para mí es la terrible y profunda crisis que atraviesa la Iglesia, y que siempre he denunciado con contundencia en este Blog: la predicación del dios "caramelo" y de una doctrina descafeinada, donde ya no se predica nunca sobre los Novísimos, y sobre todo no solo no se quiere hablar ni del infierno ni del demonio, pero incluso se llega a negar su existencia, que es el mayor logro de Satanás. 

            El olvido de la catequesis sobre el infierno y el demonio, es de muchos pastores, la negación, de esas verdades DOGMÁTICAS, como lo explica tan bien este libro, es de los que se atreven abiertamente a negar y a no predicar la existencia del demonio, del infierno, de su eternidad, estos individuos entre los cuales además de sacerdotes, hay obispos y hasta cardenales, como lo relata el celebre exorcista Gabriele Amorth, en su entrevista con un Cardenal vaticano, son HEREJES Y APÓSTATAS, ya que niegan un DOGMA de la Iglesia Católica, están pues sin duda alguna en pecado mortal, y por eso se puede afirmar que si no se arrepienten, y mueren con ese convencimiento, serán réprobos para toda la eternidad.

          La mejor y más sencilla de la demostración de estos hechos, la encontramos en las palabras de Jesús cuando le dijo a Nicodemo: 

          "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envío a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de Él. El que cree en Él no será condenado; por el contrario, el que no cree en Él ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
      El motivo de esta condenación está en que la Luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la Luz, porque hacían el mal. Todo el que obra el mal detesta la Luz y la rehuye por miedo a que su conducta quede al descubierto. Sin embargo, aquel que actúa conforme a la Verdad, se acerca a la Luz, para que se vea que todo lo que él hace está inspirado por Dios". (Jn 3, 16-21)







LOS QUE NIEGAN LA EXISTENCIA DEL INFIERNO Y DEL DEMONIO, NIEGAN SIN SABERLO LA EXISTENCIA DEL CIELO Y DE DIOS




Pórtico de Iglesia representando el Juicio Final




Transcribo aquí este apartado del libro publicado en www.ArcadelaAlianza.net. 

DEL INFIERNO 
Por Saulo de Santa María 

           No es del gusto general oír hablar del infierno o de la muerte, así lo reflejan nuestras diarias conversaciones con los amigos, los compañeros de trabajo o los comentarios de las noticias televisivas cuando muere algún personaje célebre. Lo mismo ocurre cuando muere un familiar o amigo, solemos regalarle un pasaporte gratis, que lo lleva directamente al Cielo sin pensar que el destino de esta alma solo lo decide Dios que es el dueño de la vida y de la muerte, el Justo y el Veraz. La Justicia de Dios es inalcanzable e incomprensible para el hombre. 

Es Dios que por su propia naturaleza es Justo, su justicia es perfecta, emanada de su divina Omnisciencia (Is 45, 21-24). En contraposición, la justicia del hombre es imperfecta y profundamente distinta de la Divina, nunca llegará a ser perfecta, por tanto sus juicios pueden ser erróneos, salvo la de aquellos "justos" que viviendo en santidad la plena gracia de Dios, comparten como don divino la justicia procedente de la Divinidad.

          Hay mucha confusión con el tema del infierno, confusión plenamente enraizada con la grave contaminación que está afectando a la Iglesia Católica por parte de sectas protestantes, gnósticas, teosóficas, espiritistas, religiones orientales, Testigos de Jehová, teorías de teólogos herejes o simplemente con las enseñanzas de la Nueva Era (New Age) tan en boga hoy en día.

         Otro factor contribuyente a esta confusión e ignorancia de este fundamental Dogma, es aquel "silencio" o ausencia total de la palabra infierno en las homilías de algunas parroquias, hasta llegar a suprimirse de las lecturas, como ocurrió en un caso reciente que conozco personalmente, cuando un sacerdote suprimió alegremente una frase del Santo Evangelio, donde se mencionaba la frase "… Y allí será el llanto y rechinar de dientes" (Lc. 13, 28).

¿Cómo podemos interpretar esta actitud de algunos sacerdotes? Puede haber varias respuestas, pero las más acertadas son, que se debe a una TIBIEZA latente, a una falta de FE en los primordiales Dogmas de nuestra Santa Religión, a una falta de DESOBEDIENCIA al Magisterio sagrado de la Iglesia y al Santo Padre, y a un ENVENENAMIENTO DOCTRINAL con teologías modernistas y afines. 

           En las homilías y catequesis no se habla ni del Infierno ni del Demonio, se tratan estos temas "diplomáticamente", como "con pinzas", para no asustar al personal. La predicación sobre los NOVÍSIMOS ya no se hace, se ha caído en el olvido, no se toma ejemplo de grandes predicadores y santos como el Santo Cura de Ars, San Vicente Ferrer, San Roberto Belarmino, San Alfonso Mª de Ligorio entre otros.

          En las Misas de difuntos se proclama inequívocamente que "el difunto en cuestión ya está en el Cielo", se halagan los oídos de la familia para no crear psicosis ni angustia o para no hacerles "pasar un mal rato" porque "se pueden traumatizar emocionalmente aquellos caracteres demasiado susceptibles", difundiéndose la idea de que Dios es exclusivamente Misericordia infinita, (que es verdad) pero despreciando el rigor de su divina Justicia que también es perfecta, como lo es todo en Dios. 

Nos olvidamos que la Santísima Virgen de Fátima en 1917, les enseñó una visión terrorífica del Infierno a 3 niños de 7, 9 y 10 años sin que por ello se "traumatizaran".  Enfermizamente hoy en día no se predica sobre el infierno, no ya a los niños, sino tampoco a los adultos. Es una realidad que si un sacerdote habla del infierno, se le tache de proscrito y se le ridiculice hasta llamarle ingenuo o ignorante, porque ese tipo de predicaciones es del pasado cuando se le daba más importancia a la atrición que a la Misericordia y a la misión salvífica, fruto de la inmolación de Cristo en la Cruz. 

          La tendencia generalizada hoy en día en relación al tema del Infierno, es o negarlo en absoluto, o creer vagamente en él con una idea totalmente distorsionada, es decir unos creen que Dios Padre infinitamente Misericordioso no puede destinar a sus hijos a un sufrimiento tan cruel y además eterno, por tanto el Infierno no existe, se niega el Dogma; otros creen que si existe, pero que allí no va nadie. 








Por desgracia, algunos teólogos modernos como el caso del ex–religioso Leonardo Boff (censurado por Roma) se pregunta "¿Cómo un Dios todo amor, puede condenar a sus hijos a las penas eternas del infierno?", tanto él, como el también desgraciadamente célebre Hans Küng, (ambos herejes), llegan prácticamente a negar dicho Dogma, cuestionando su eternidad, es decir que el infierno en el caso de que exista, solo lo sería por un determinado período de tiempo, tras el cual, habría una "amnistía general" y desaparecería para siempre.

      He tenido la vergonzosa experiencia de oír hablar a un respetado sacerdote religioso, teólogo y profesor en ejercicio de una universidad católica española negar la existencia del Dogma del infierno, afirmando claramente que "Allí no hay nadie, ni va nadie". 

           Nuestros padres y abuelos comentan que antes se predicaba más sobre el infierno, que se hablaba tal vez en demasía, pero aun así eso era bueno, porque se obtenían muchísimas conversiones, no obstante en la actualidad es todo lo contrario, se omite, se pasa por encima, se tergiversa o se niega. Hemos pasado de la hartura a la duda, de la duda a la ausencia, y de ésta a la negación, es decir a la HEREJÍA estrechamente cercana a la APOSTASÍA. Como ejemplo tomo estas palabras del caudillo de la Teología de la Liberación, Leonardo Boff, al que acolitan algunos sacerdotes y fieles. (Que los lectores juzguen por si mismos):

«…Si pudiese, anunciaría esta novedad: el infierno es un invento de los curas para mantener al pueblo sometido a ellos; es un instrumento de terror excogitado por las religiones para garantizar sus privilegios y sus situaciones de poder. Si pudiese, lo anunciaría y ciertamente significaría una liberación para toda la humanidad."
("Hablemos de la otra vida".Ed. Sal Terrae). 

         Narra el P. Marcel Nault, que cierto sacerdote en una conferencia carismática dijo a una multitud de unas 3.000 personas y 100 sacerdotes: "Dios es amor, Dios es misericordia y verán su infinita Misericordia en el fin del mundo, cuando Jesús liberará a todas las almas del Infierno, aún a los demonios." ¡¡Este sacerdote sigue predicando y su Obispo no suspende sus facultades por enseñar tal herejía!!

       Tal es el daño que está causando estas erróneas interpretaciones teológicas, que hay seminarios en Hispanoamérica donde años antes florecían y llenaban por completo vocaciones ejemplarizantes, que se han ido vaciando a medida que se introducían estas corruptas ideas que desgarran la FE de los seminaristas, propias no ya de un religioso o sacerdote, sino del mismo Demonio o Anticristo.

           Es por estos motivos, y por el alarmante convencimiento que cunde entre algunos teólogos, seminaristas, religiosos, fieles y de algún que otro sacerdote de que el Infierno no existe, o de que Dios en su infinita Misericordia, va a preparar una "amnistía" general, perdonando a los condenados y cerrándolo para siempre, por lo que publicamos este artículo que no presenta novedad alguna, solo es un recordatorio de lo que el Santo Magisterio de la Iglesia tiene registrado como Dogma primordial y del que parece que hoy en día es algo realmente "repugnante", del que hay que huir inmediatamente.

 Nos dejamos arrastrar por los pensamientos del mundo y sus acólitos: los actores, artistas de moda, escritores famosos, políticos, sociólogos, y los personajillos de la telebasura, los tomamos como personas muy inteligentes, y si dicen lo que dicen por algo será y habrá que tenerlo en cuenta, ¡¡hay que "estar a la moda"!!

        Como botón de muestra expongo a continuación un breve párrafo del libro "Espejos: una historia casi universal" del conocido escritor contemporáneo uruguayo Eduardo Galeano:

         «La Iglesia Católica inventó el Infierno y también inventó al Diablo. El Antiguo Testamento no mencionaba esa parrilla perpetua, ni aparecía en sus páginas ese monstruo que huele a azufre, usa tridente y tiene cuernos y rabo, garras y pezuñas, patas de chivo y alas de dragón. Pero la Iglesia se preguntó: ¿Qué será de la recompensa sin el castigo? ¿Qué será de la obediencia sin el miedo? Y se preguntó: ¿Qué será de Dios sin el Diablo? ¿Qué será del Bien sin el Mal? Y la Iglesia comprobó que la amenaza del Infierno es más eficaz que la promesa del Cielo, y desde entonces sus doctores y santos padres nos aterrorizan anunciándonos el suplicio del fuego en los abismos donde reina el Maligno".

       En el año 2007, el Papa Benedicto XVI lo confirmó: "Hay Infierno. Y es eterno".

           Los librepensadores, los filósofos, los científicos, los literatos y muchos amantes de la "cultura", todos ellos hijos de este mundo, seguro que aplaudirán a rabiar la prosa del famoso escritor, pero además de despreciar la palabra de Dios, olvidan flagrantemente que los padres de la filosofía como Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca y Cicerón que aunque paganos, hablaron sobre el Tártaro, aquel infierno de los griegos, "adonde llegaban los impíos que despreciaban las santas leyes". A pesar de ser "cultos", las celebridades contemporáneas interpretan algunas obras literarias de los autores clásicos griegos Homero y Virgilio, como simples fábulas de la época y no digamos lo que opinan de las Sagradas Escrituras.

        Encontramos en todos los pueblos de esta trillada tierra, la creencia universal del Cielo y del Infierno. Desde los más antiguos pueblos paganos como Asiria, India, etc. hasta los más salvajes pueblos indígenas de la América precolombina y pueblos del África negra, una creencia sobre ese lugar de castigo para los malvados.

"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla". (Mat. 11, 25–30) 



La existencia del infierno. El Dogma

         
          La existencia del infierno es un Dogma de la Iglesia, definido en el IV Concilio de Letrán (1.215) y explicado en muchos documentos del Magisterio. Por tanto, al ser dogma de fe hay obligación de creer, de lo contrario caeremos en herejía y apostasía, con la debida carga del pecado mortal. Según el diario de Santa Faustina Kowalska, dice que en su visita al infierno, se le dio a conocer que la mayor parte de los condenados no habrían creído en el infierno durante su vida terrenal.

           Respeto al Dogma del infierno, dice S.S. Juan Pablo II el 28 de julio de 1.999: "El pensamiento del infierno y mucho menos la utilización impropia de las imágenes bíblicas no debe crear psicosis o angustia; pero representa una exhortación necesaria y saludable a la libertad, dentro del anuncio de que Jesús resucitado ha vencido a Satanás, dándonos el Espíritu de Dios, que nos hace invocar "Abbá, Padre" (Rm 8,15; Ga 4, 6).

          Es muy cómodo para las conciencias cartesianas negar la existencia del infierno. No se puede creer desde luego que ese rechazo se deba a la ignorancia, o a una dudosa premisa intelectual. Es más bien una problemática de índole moral, ya que esa doble moral se acomoda a los apetitos carnales de los que no se quieren desvincular, más bien se desdibuja la arquitectura de la Conciencia para admitir toda clase de pecados considerándolos lícitos. De ahí la ausencia de temor. Por eso es tan importante predicar sobre los Novísimos, porque aún que resulte indigesto a muchos, solo por el temor se convertirán.


          Es por eso que los ateos agnósticos niegan a Dios, pues es fácil creer que si no hay Dios, no hay pecado, por tanto no hay demonio, y menos aún infierno, y consecuentemente, se puede vivir libremente, sin temores ni culpas; ya lo decía Dostoyevsky: "Si Dios no existe, todo es lícito".


          La Iglesia es rotundamente clara al afirmar como dogma de fe, que el infierno tiene una duración eterna. Así en las traducciones del griego, se toma la palabra "aionios" que se traduce por "aquello que no tiene fin", en clara referencia a la eternidad del infierno (Ap 14,11), es también la misma utilizada por San Juan para hablar de la eternidad de Dios (Rm 26,16) y la misma para hablar de la vida eterna (Jn 3, 16). Esta palabra no tiene doble significado, por tanto es claro que "si Dios es eterno" y "la vida es eterna", la duración del infierno también es eterna.


          Hemos descrito desde el principio, como la revelación de las Sagradas Escrituras es rica en fuentes primarias que describen el infierno bajo varias palabras, bien sean procedentes del arameo, hebreo o griego. No es de recibo citar todos los versículos de la Biblia donde se menciona el infierno, por tanto el Magisterio de la Iglesia en la actualidad resume el Dogma del infierno en el Catecismo de la Iglesia Católica en si 1ª parte, 2ª sección, Capítulo 3º, artículo 12, epígrafes 1030 a 1041, y que aquí transcribimos solo dos:

          
          1035: La enseñanza de la Iglesia afirma la existencia del infierno y su eternidad. Las almas de los que mueren en estado de pecado mortal descienden a los infiernos inmediatamente después de la muerte y allí sufren las penas del infierno, "el fuego eterno" (cf DS 76; 409; 411; 80 1; 858; 1002; 135 1; 1575 SPF 12). La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira.

          1037 Dios no predestina a nadie a ir al infierno (cf DS 397; 1567); para que eso suceda es necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final. En la liturgia eucarística y en las plegarias diarias de los fieles, la Iglesia implora la misericordia de Dios, que "quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen a la conversión" (2 P 3:9).


          Por otra parte, es necesario reseñar que el canon romano de la Misa de San Pio V o Misa Tradicional (plegaria eucarística nº 1 del "novus ordo"), recuerda y conserva el dogma del infierno eterno en la oración "Hanc igitur" momentos antes de la Consagración:


"... Líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos".  






         

viernes, 25 de enero de 2019

COMENTARIOS SOBRE LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS GÁLATAS


San Pedro y San Pablo, los dos pilares de la Santa
Iglesia Católica 


Es extraordinario como las herejías y los errores de los soberbios de la Iglesia Católica se repiten constantemente a lo largo de su historia. El mismo San Pablo da muestra de ello en esta carta a los Gálatas, en los albores de la Iglesia, y siguieron luego hasta nuestros días.

Y es que la Gracia de Dios no para de fluir constantemente como el río que sale del Trono de Dios y que viene del oriente y vuelve a él, según la visión del Profeta Ezequiel, para saciar la sed de  la humanidad que tiene que luchar constantemente contra las embestidas del demonio. Todos los que no han querido beber de esas aguas, que son los que por su soberbia han rechazado la Gracia, abren la puerta al demonio, maestro del hedonismo y quieren enmendar las Leyes de Dios para renovarlas a su conveniencia, y encima creyéndose que son los escogidos por Él, para poner al día todos esos mandamientos y adaptarlos a la sociedad actual, cuando es esa sociedad la que tiene que adaptarse a ellas. 

Dice San Juan de la Cruz a un compañero que le aconsejaba una vida más relajada: 

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno fuese Prelado o no, le persuadiere de doctrina de más anchura y alivio, no lo crea ni lo abrace, aunque lo confirme con milagros, sino penitencia y más penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

Y en nuestros días han surgido toda una retahila de iluminados del tipo de Hans Kung, Massiá, Cardenales que no creen en el demonio, como le dijo uno en Roma al famoso exorcista Padre  Gabriele Amorth; un Arzobispo que nos dijo a mí y a mi mujer que todos somos hijos de Dios y que por eso el Infierno está vacío, porque un padre no puede mandar a un hijo suyo allí, y un sin fin de obispos y sacerdotes relativistas que quieren que se ordenen a mujeres, y a homosexuales, y que no ven diferencia alguna entre el vicio y la Virtud.

San Pablo en si Epístola a los Gálatas, dice que ese tipo de personas tienen que ser expulsadas de la Iglesia, como se puede leer aquí abajo. Incomprensiblemente de nuestros días, ese tipo de individuos siguen en sus puestos, campando a sus anchas, en vez de arrancar esos tumores, los dejan "metastasiarse" a muchos individuos que tienen una fe muy débil y que se creen todo lo que afirman esos lobos disfrazados de pastores. 


Carta de San Pablo a los Gálatas 1,6-12.

Hermanos:
Me sorprende que ustedes abandonen tan pronto al que los llamó por la gracia de Cristo, para seguir otro evangelio. No es que haya otro, sino que hay gente que los está perturbando y quiere alterar el Evangelio de Cristo.

Pero si nosotros mismos o un ángel del cielo les anuncia un evangelio distinto del que les hemos anunciado, ¡que sea expulsado! Ya se lo dijimos antes, y ahora les vuelvo a repetir: el que les predique un evangelio distinto del que ustedes han recibido, ¡que sea expulsado!

¿Acaso yo busco la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿Piensan que quiero congraciarme con los hombres? Si quisiera quedar bien con los hombres, no sería servidor de Cristo.
Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. 

Estas últimas palabras de San Pablo, me recuerdan la mentalidad del Cardenal emérito de Sevilla D. Carlos Amigo, que dijo textualmente en Canal Sur de Andalucía, que hay que mimar a los partidos políticos sean del "color" que sean, en la autonomía de Andalucía, en donde han publicado toda una serie de leyes como el aborto, la equiparación del matrimonio homosexual, el derecho a los niños menores de edad a tener relaciones sexuales con mayores, sin que los padres puedan intervenir, la enseñanza de la "Memoria histórica" en las escuelas que ha resucitado el odio de la guerra Civil española.

Hace poco salió para la Prensa todo vestido de rojo, en un grandísimo salón de un palacio sobre una alfombra persa, entrevistado para la TV, que ya le había dado un sin fin de condecoraciones, y me ha recordado primero a Jesucristo, nacido en un establo, que no tenía donde reclinar su cabeza, como le dijo Él mismo a uno que quería seguirle. 

Este Cardenal, es fruto de la mentalidad antigua, que han conservado aún muchos sacerdotes en donde se les "divinizaba", la consecuencia es lo que estamos viendo actualmente: seminarios vacíos, conventos que se cierran todos los meses, y un desapego cada vez mayor de la Sociedad hacia la religión. 

“Nunca os conocí” ,
replicará Cristo a “muchos”
que le dirán “en aquel día, Señor, Señor…
en tu nombre” profetizamos, echamos
demonios e “hicimos muchos milagros”.

(Mateo 7:21-23)