EL TRIUNFO DE LA FE |
San Juan de la Cruz tiene una extraordinaria explicación sobre la historia del capitán Gedeón que venció al ejército Madianito, muy superior al de Israel, con un puñado de hombres escogidos.
Está relatado en la Biblia que Yahvé mandó que los soldados de Israel llevar lámparas de fuego dentro de vasos de barro, y que atacaran el campamento enemigo de noche. Así se hizo, y al llegar al campamento enemigo, se rompieron las vasijas y los soldados se despertaron llenos de terror, y se mataron entre ellos en la oscuridad, fue una victoria completa de Israel.
San Juan de la Cruz dice que la llama dentro de las vasijas de barro, simboliza nuestra fe, que está escondida ante los hombres, y que al romper esas vasijas, es decir, al morir, que es "cuando el cuerpo se rompe", aparecerá La Luz de la Santa Fe a los ojos de los ateos y de los impíos que son los enemigos de Dios, y por tanto nuestros enemigos. Esa divina Luz, que los cegará y que hará que queden estrepitosamente derrotados, ya que ellos, como los madianitas, que se mofaban de los judíos, al ser muy superiores en número, piensan que nos van a derrotar, por el gran desprecio que tienen a todos los creyentes.
EL CAPITÁN GEDEÓN
En el libro de los Jueces de la Biblia, podemos leer la vocación de Gedeón, que en realidad se puede interpretar, como así lo explica S. Juan de la Cruz, como la historia de los hijos de Dios y su paso en esta tierra hasta la entrada en el Reino de los Cielos.
Podemos leer:
"... El Ángel del Señor se le apareció y le dijo:
-El Señor está contigo, valiente guerrero (...) Vete, que con tu fuerza salvarás a Israel del poder de Madián. Yo te envío (...)
-Toma la carne y los panes sin levadura, ponlos sobre esta piedra y vierte el caldo.
Gedeón lo hizo así.
Entonces el Ángel del Señor extendió el bastón que tenía en su mano y tocó la piedra y los panes sin levadura, Salió fuego de la roca y consumió la ofrenda
Gedeón dijo:
- ¡Ah, Señor, Señor! ¿He visto cara a cara el Ángel del Señor?
El Señor le respondió:
-La Paz sea contigo. Nada temas no morirás. (...)
Vemos aquí una magnífica alegoría de la verdadera misión de los Hijos de Dios: Hemos sido enviados a este mundo, y hemos sido escogidos, para que con nuestra lucha salvemos a Israel del poder de Madían, es decir nos salvemos y salvemos a nuestro prójimo del poder de Satán, y para eso, tenemos que fortalecernos con la ofrenda del pan y la carne, que representan el cuerpo de Cristo, y el caldo que representan su Sangre, lo cual nos procurará el favor de Dios, y la fuerza necesaria para el combate.
Aquella misma noche el Señor dijo a Gedeón:
Toma el toro de 7 años que tiene tu padre, derriba el altar de Baal que posee tu padre y tala el árbol sagrado que está junto a él. Edifica un altar bien preparado al Señor tu Dios en la cumbre de esta altura. Lleva el toro, y ofrécelo en holocausto con la leña del árbol talado.
El toro de 7 años, que significa la fortaleza de los 7 Espíritus de Dios, en misión por toda la Tierra, como dice el Apocalipsis, y también de los 7 sacramentos, que son el mismo Jesucristo, la víctima perfecta y sin mancha, que ha venido para derribar el altar de Baal de nuestro padre Adán, al pié del árbol del conocimiento del bien y del mal, que es el pecado original.
En su lugar, por la Gracia de Dios, edificaremos un nuevo altar en donde ofreceremos el toro con la leña del árbol talado, que es la rememoración del Sacrificio de Jesús en la Cruz, que proviene del árbol talado, que significa la aniquilación del hombre antiguo, es decir con la desaparición de nuestros antiguos apetitos consecuencia del pecado original debido a la caída de Adán.
Antes vienen los diversos exámenes, para distinguir los verdaderos hijos de Dios: el del vellón y el de beber agua de la fuente, que son las diversas pruebas que Dios manda a cada uno de nosotros, para decantar los malos de los buenos es decir, el trigo de la cizaña.
Luego viene el epílogo de la historia: el ataque de Gedeón a las tropas Madianitas, de noche con trompetas a la luz de las antorchas previamente escondidas en vasijas de barro, lo que provoca el pánico, la aniquilación de las tropas enemigas, destruyéndose entre ellas, y su posterior huida y captura.
Y aquí viene el significado espiritual más importante, según San Juan de la Cruz: las lámparas ocultas en las vasijas de barro son nuestra Fe en Cristo Jesús, que a la hora de nuestra muerte, es decir cuando se rompan las vasijas de barro, provocará en los enemigos de la Fe, una derrota y una desbandada masiva, cuando resplandezca la Gloria de Dios en el Juicio final.
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