Este mensaje de Jesús a María
Valtorta, es de fecha de 1.943, hace 73 años, indica que más de los dos tercios
de la humanidad, estaban destruidos por los hijos de la mentira, cuando aún
estaba en germen el progresismo, cuando aún no habían aparecido los teólogos de
la liberación, de la secularización; los contestatarios, los rebeldes a las directrices del Santo Padre, los
predicadores de la doctrina católica “descafeinada”, los que creen ser los descubridores de un supuesto error de Dios, que no ha sabido ver las “señales de los tiempos”, ya que según
ellos, y gracias a ellos, Dios se ha dado cuenta ahora de su equivocación: su
Espíritu de Justicia era un espíritu de Venganza.
Eso mismo es lo que escribió el profesor de Teología Ricardo Franco, ya fallecido, que se atrevió a escribir en una revista que San Pablo tenía una visión "vetero-testamentaria" en sus enseñanzas, le escribí una carta preguntándole: Entre la Visión de S. Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada, presente y futura, y la interpretación personal suya, fruto de la moda relativista de nuestros días, ¿Con cual hay que quedarse?
Eso mismo es lo que escribió el profesor de Teología Ricardo Franco, ya fallecido, que se atrevió a escribir en una revista que San Pablo tenía una visión "vetero-testamentaria" en sus enseñanzas, le escribí una carta preguntándole: Entre la Visión de S. Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada, presente y futura, y la interpretación personal suya, fruto de la moda relativista de nuestros días, ¿Con cual hay que quedarse?
Y ahora, según predican, Dios se ha transformado en el "dios caramelo”, el dios de la “barba blanca”, que nos quiere a todos por
igual, según ellos, Dios quiere por igual al asesino que mata a sus propios hijos, al
pederasta, al blasfemador, al violador, al explotador, al esclavajista, los
quiere de la misma manera que al que se sacrifica por sus hijos, al que alaba a
Dios, al que respeta a los más débiles, al que sacrifica su vida y su salud por
los pobres, los miserables, los desahuciados, a los abandonados.
Y así, se ha llegado a esa
mentalidad del relativismo más absoluto, en donde ya nada es pecado, en donde
Dios es indiferente a las más horribles aberraciones, para llegar a este estado
de cosas, Satán ha empleado la perpetua astucia: introducir la aguja de la
verdad, para después colar el hilo de la mentira:
-TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS: por
consiguiente, Él nos quiere a todos por igual, el infierno no existe ,y el
Demonio es una invención de la Iglesia para mantener a sus fieles sujetos:
¿Cómo un padre puede mandar ahí a sus hijos?, como así me decía cierto Arzobispo.
-DIOS ES AMOR: por consiguiente,
hagas lo que hagas, siempre te amará: y tus pecados, por horribles que sean,
los comprenderá; Él nunca te condenará, porque el amor, nunca castiga.
-EL MAL ES LA CONSECUENCIA DEL
MAL: por consiguiente, todos los actos malvados, provienen de que el individuo
ha obrado mal, porque nadie le dio cariño, y tuvo una infancia desgraciada.
-Y VOLVEMOS A UN NUEVO
LUTERANISMO: por consiguiente, estamos todos los hombres predestinados, y
siendo hijos de Dios, hagamos lo que hagamos estamos todos salvados, no
necesitamos pues ni el sacrificio, ni la entrega, ni el temor de Dios. El
sacrificio de Cristo no tiene el sentido de Redención, como dijo el Presidente
de la Confederación Episcopal alemana, ¡¡Jesús no murió para redimirnos, lo
hizo para enseñarnos como hay que comportarse ante el sufrimiento!!
En vista de todos esos
argumentos, todas las enseñanzas de las Escrituras, ya que son inamovibles,
tienen que estar sujetas a revisión y nueva interpretación, Y el mismísimo S.
Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada presente y futura, tiene
una visión vetero-testamentaria, como lo indicaba ese teólogo que sabía
griego, hebreo y latín.
Y el hombre, criatura encolumna,
y perfecta, es el nuevo dios: su percepción de la Verdad, está por encima de la
del Creador, de sus mandamientos y de su Justicia, fue y es el razonamiento de Lucifer, que obtuvo la maldición de Dios y su condena, a pesar de ser el ángel más subido de la Creación.
Está pues por encima de Dios y de
sus leyes, y tiene que establecer él sus leyes y su doctrina, y es él que tiene
que volver a reinterpretar las escrituras.
Y ahí vienen todas las
elucubraciones religiosas, las nuevas interpretaciones, los nuevos silogismos,
y la nueva religión, y es Dios que tendrá que doblegarse a esta nueva visión
antropológica. Porque es Él que tiene que adaptarse a los tiempos, y no los
tiempos a Él.
Y llegamos al razonamiento
teológico del borracho: “El que bebe duerme, el que duerme no peca, el que no
peca va al cielo; ¡Bebamos hermanos, si queremos alcanzar la Gloria!”.
Y también su razonamiento que
parece lógico y que dice: “¡Si el agua estropea los caminos, ¿Qué no hará con
los intestinos?!
¿QUÉ QUEDARÁ PUES AHORA EN EL 2.016, DE ESE TERCIO DE LA HUMANIDAD EL
AÑO 1.943?
DE LOS CUADERNOS DE María VALTORTA
24-8-1943
Dice Jesús:
Ánimo, María. Piensa que sufres los dolores de mi agonía. También Yo
tenía muy mal los pulmones y el diafragma, y cada respiro, cada movimiento,
cada latido, era un dolor añadido al dolor. Y no estaba como tú sobre una cama,
sino cargado de un peso y por calles en cuesta. Y después suspendido, bajo el
sol, con tanta fiebre que me golpeaba en las venas como si fueran infinitos martillos.
Pero no eran estos los dolores más graves. Lo que me eran más
espantosos era la agonía del corazón y del Espíritu. Y mucho más tormentosa
después, la certeza de que para millones de hombres, mi sufrimiento era inútil.
No obstante, esa certeza no ha disminuido en un átomo mi voluntad de sufrir por
vosotros.
¡Oh! ¡Dulce sufrir, María porque ofrecido para reparación del Padre y
por vuestra salvación! Saber que aquel signo que había quedado sobre vosotros,
ofensa que hubiera sido eterna, de la raza humana a Dios, era lavada con mi
Sangre, y que por morir os daba de nuevo la Vida. Saber que, pasada la hora de
la Justicia, el Amor os hubiera mirado a través de Mí, inmolado con Amor. Todo
esto injertaba una vena de bálsamo en el océano de la amargura tal que a su
lado es poco menos que nada la mayor de las amarguras padecidas sobre la tierra
desde que el hombre existe, porque sobre Mí, pesaban las culpas de toda una
humanidad y la ira divina.
He dicho: “Sed semejantes a Mi que soy manso y humilde de corazón”. Lo
he dicho a todos porque sabía que en esta imitación estaba la llave de vuestra
felicidad sobre esta Tierra y en el Cielo.
Tenéis todas las calamidades que tenéis, porque no sois mansos y no
sois humildes. Ni en las familias, ni en vuestras ocupaciones y profesiones, ni
en el ámbito más grande de las Naciones. La soberbia y la ira os dominan y
generan tantos de vuestros delitos.
El tercer agente de delitos es vuestra lujuria; esto os parece
individual, pero este y los dos primeros implican a muchos, muchos y muchos
individuos, continentes enteros, tales que trastocan la Tierra, solo con haber
alcanzado la perfección del mal en el alma en unos pocos hijos de Satanás, que
le obedecen para colmar de mieses malditas los graneros de su padre.
Y en verdad, os digo que ahora
es un momento en el que, por orden del padre de la mentira, sus hijos siembran
entre las almas, que estaban creadas por Mí y que inútilmente he fertilizado
con mi Sangre. Mieses más abundantes de cuanto pudiera concebir toda diabólica
esperanza, y los Cielos se estremecen por el llanto del Redentor que ve la
destrucción de los dos tercios del mundo de los cristianos. Y decir dos tercios
es todavía poco.
He dicho a todos: “Sed mansos y humildes de corazón para ser semejantes
a Mí”. Pero a mis benditos, amadísimos hijos, a los predilectos de mi corazón,
a mis pequeños redentores, cuyo sacrificio que mana gota a gota da continuidad
al fluir del manantial redentor que brota de mi Cuerpo desangrado, Yo digo, y
lo digo estrechándoles al Corazón y besándolos en la frente: “Sed semejantes a
Mí que fui generoso en el sufrimiento por el gran amor que todo me infundía”.
Más se ama y más se es generoso, María. Sube. Toca la cumbre. Yo te
espero en la cima para llevarte conmigo al Reino del Amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario