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La destrucción del Templo Jerusalén por los romanos que provocó la diáspora del Pueblo Judío |
Cuando la aberración del Pueblo ha colmado la santa Paciencia de Dios, se produce entonces su intervención directa: es lo que ocurrió con el diluvio, con Sodoma y Gomorra, con la destrucción del Templo de Jerusalén, que ha desgajado la rama muerta del Pueblo Judío, que no ha querido reconocer a Jesús como el Mesías.
Ya se están vislumbrando las señales precursoras del fin del mundo con la venida del Anticristo, basta ver todas las guerras y persecuciones contra los Cristianos, el hambre y las enfermedades, la aprobación de leyes criminales como el aborto, o abominables como el matrimonio homosexual, la aparición de falsos profetas que predican un nuevo evangelio, intentando con el relativismo anular toda la tradición cristiana.
Lectura
del libro del Apocalipsis 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9ª
Yo, Juan, vi un
ángel que bajaba del cielo; venía con gran autoridad y su resplandor iluminó
la tierra. Gritó a pleno pulmón:
-«¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en
guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y
repugnante! »
Un ángel
vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al mar,
diciendo:
-«Así, de
golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son de
arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices
de ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni
luz de lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti,
porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, y con tus brujerías
embaucaste a todas las naciones. »
Oí después en
el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban:
-«Aleluya. La
salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son
verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la
tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus
siervos.»
"Dichosos
los invitados al banquete de bodas del Cordero." »
-«Aleluya. El
humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.»
La
gran Babilonia, simboliza a toda la Tierra, que se ha corrompido por todos
los pecados de la humanidad, primero por la desobediencia a las leyes de
Dios, poniendo las leyes y los apetitos desordenados del hombre, que están
viciados por la herencia de Adán, en lugar de sus Mandamientos, que son
perfectos y que son la fuente de felicidad en esta Tierra y en la Vida
Eterna.
Estas
leyes divinas están marcadas a fuego en la conciencia de cada ser humano, y
también en la razón natural que nos indica que el egoísmo, y la falta de amor
a nuestros semejantes, son la causa de las injusticias, son los dos testigos,
que la Gran Babilonia ha matado, para satisfacer todos los vicios del hombre:
Es la ley del más fuerte, la de “Quítate tú para que me meta yo”, produciendo
el triunfo del más fuerte y la miseria del más débil.
La
gran prostituta simboliza a toda la humanidad corrupta, que perseguía a los
que son fieles a Dios, porque su santa obediencia denuncian sus malas obras,
es la lucha encarnizada desde la derrota de Lucifer por el Arcángel San
Miguel, que lo precipitó del Cielo a la Tierra, en donde actúa, como un
depredador carroñero, para limpiar este mundo de las almas putrefactas, que
no quieren volver al camino de Dios.
Su
misión en esta Tierra, es parecida a la de las fieras salvajes es como los
buitres y las hienas cuya misión es limpiar este mundo cada vez más
corrompido de todas las almas contaminadas, que en la naturaleza material,
son los animales enfermos, tarados o muertos, para dejar la tierra limpia de
impurezas. En la naturaleza espiritual, ocurre una cosa similar, Satán y sus
ángeles está encargados de limpiar este mundo sobrenatural de todas las almas
impías que son las que tienen el alma putrefacta, enferma, tarada, o
infectada por una enfermedad incurable.
Y
de la misma manera que se entabló una lucha en el Cielo, y Lucifer y sus
ángeles fueron precipitados a la Tierra para cumplir la misión de apartar a
las almas corrompidas e insalvables, Dios intervendrá al final de los
tiempos, cuando la humanidad entera esté ya corrompida, como ocurrió con El
Diluvio y con Sodoma y Gomorra, para aniquilar lo que está podrido, y Salvar
a los pocos justos que quedarán como ocurrió con Lot y Noé y su familia.
De
la misma manera que en el Cielo intervino Miguel para apartar a los ángeles
buenos de los malos, volverá a la Tierra para derrotar a la gran Ramera, hija
de Lucifer, para precipitarla con los corruptos, idolatras, asesinos y todos
sus seguidores al Infierno, y así quedará por fin toda la Creación terminada,
Santa y limpia de todo pecado para disfrutar en el Reino eterno de Dios.
Quedarán también por fin prisioneros en la Gehena, tanto los ángeles caídos,
como sus hijos, los condenados para toda la Eternidad.
SALMO
RESPONSORIAL 99, 2. 3. 4. 5
R. Dichosos los
invitados al banquete de bodas del Cordero.
Aclama al
Señor, tierra entera,
servid al Señor
con alegría,
entrad en su
presencia con vítores. R.
Sabed que el
Señor es Dios:
que él nos hizo
y somos suyos,
su pueblo y
ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus
puertas con acción de gracias,
por sus atrios
con himnos, dándole gracias
y bendiciendo
su nombre. R.
«El Señor es
bueno,
su misericordia
es eterna,
su fidelidad
por todas las edades.» R.
Este
es el himno de alegría, de agradecimiento y de alabanza al Dios Todopoderoso,
vencedor de las terribles fuerzas del mal, que han sido derrotadas para toda
la eternidad. Se acabó para siempre el hambre, la sed, el sufrimiento, las
envidias, los celos, la concupiscencia, los abusos, la mentira, será un Reino
de perfección y de alegría inmensa, reino imperecedero, ante el cual, el
mundo y todos sus atractivos aparecerán como pobreza y miseria.
EVANGELIO
Jerusalén será
pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
-«Cuando veáis
a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción.
Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la
ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad;
porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Ay de las que
estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá
angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.
Caerán a filo
de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será
pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su
hora.
Habrá signos en
el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes,
enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin
aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo,
pues los astros se tambalearán.
Entonces verán
al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando
empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra
liberación.»
Esta
es la descripción de la destrucción de Jerusalén, que Jesús describe con
detalle, pero que también es una prefigura del fin del mundo, la primera
parte parece referirse a la destrucción de Jerusalén por los romanos,
tremendo castigo por no reconocer al Mesías, lo que ocasionó la diáspora de
Israel.
El
¡Ay de las que estén encintas o criando!, se refiere, según San Juan de la
Cruz a las almas que alberguen pecados o que estén practicándolos.
La
segunda parte parece referirse al fin de los tiempos, con señales terribles
en la naturaleza como cataclismos en el cielo, y estruendos en el mar, eso es
la Señal del fin del mundo, cuando la naturaleza hecha por Dios para los
hombres, en vista de su corrupción, se rebelará contra los impíos.
Para
los elegidos será la señal de la venida inminente del Reino de Dios, y su
liberación definitiva.
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