MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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sábado, 24 de octubre de 2020

PALABRAS DE JESÚS A SUS APÓSTOLES SOBRE LA MUERTE, QUE ES NUESTRO DESTINO FINAL





Para lograr la Vida eterna que es lo más importante para las almas, es necesario cumplir algunos preceptos, que nos aseguran la condición necesaria y suficiente que es obtener la filiación divina. Satanás que es un Arcángel, ha conservado toda su inteligencia y su voluntad que emplea para el mal con una fuerza extraordinaria que le hace obrar, movido por el odio y la envidia para llevar el mayor número posible de almas a su maldito reino. y tiene más seguidores que el mismo Jesucristo, a pesar de que no ha perdido ni un pelo de su rabo en la batalla para conseguirlo, al contrario de nuestro Salvador, que se ha sacrificado con una vida pobre y humilde, despreciado por sus conciudadanos y toda la Jerarquía de los Escribas y Fariseos, condenado a muerte por ellos y dejándose despojar de todo lo que tenía, y entregar su vida después de una dolorosa pasión. 

Satanás ha conseguido en nuestros días un gran triunfo, inoculandolo a los Prelados, que él no existe y que Dios no puede mandar a un hijo suyo al Infierno, es increíble que haya gente que ha estudiado teología, y que se haya dejado convencer de esa mentira tan flagrante que contradice la Tradición y las enseñanzas de todos los Santos, que son los faros que ha puesto Jesús para recordar y alumbrar sus enseñanzas.

Primera regla: No debemos presentarnos ante Dios a la hora de la muerte con odio y rencor hacia nadie, por muy mal que se hayan portado con nosotros, como esta condición es prácticamente imposible de llevar a cabo para las personas que han arruinado nuestra vida o la de nuestros hijos, siendo muy ricos para así aumentar aún más su fortuna, Jesús enseña a María Valtorta, que hay que decir: yo le perdono, pero remito a Dios Padre ese perdón con la seguridad absoluta que ese malhechor será juzgado por Dios, y que recibirá su merecido por un Ser infinitamente Justo.

Esto es lo que hizo Jesús en la Cruz: dijo: Padre, "perdónales porque no saben lo que hacen". Ya sabemos lo que ocurrió con esos judíos: Roma destruyó el Templo de Jerusalén, saqueando todas sus pertenencias, y el Pueblo deicidio fue esclavizado, masacrado y deportado, hecho que se denomina diáspora, y que había predicho Jesús a las mujeres que lloraban cuando llevaba la Cruz a cuestas para ir al suplicio. Además ese Pueblo sufrió horribles persecuciones a lo largo de la historia, la última y más atroz, fue en la segunda guerra mundial de manos de los nazis.

Segunda regla: No podemos presentarnos ante Dios sin haberle amado con todas nuestras fuerzas, nuestra alma y nuestro espíritu, Dice San Juan de la Cruz que le debemos importante reconocimiento por habernos creado, y eterno Amor por habernos redimido, amor que al ser verdadero trae consigo amor de misericordia para los pecadores y amor unitivo para los justos, como lo explica San Pío de Pietrelcina. 



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA (1.945)

[...] Estamos frente a la muerte. Yo lo estoy. Otros también lo están ¿Quienes? ¿Quieres saber quien, Pedro? Todos. La muerte avanza hora a hora y aferra a quien menos se lo espera. Pero es que incluso aquellos que tienen mucha vida que tejer, hora a hora están frente a la muerte, pues que el tiempo es un relámpago frente a la eternidad y en la hora de la muerte hasta la vida más larga se reduce a nada, y las acciones de lejanos decenios, hasta los de la primera edad, vuelven en masa para decir: "Mira: ayer hacías esto".

    ¡Ayer! ¡Siempre es ayer cuando uno se muere! ¡Y siempre es polvo el honor y el oro que tanto anheló la criatura! ¡Pierde todo sabor el fruto por el que se perdió el juicio! ¿La mujer? ¿La bolsa? ¿El poder? ¿La ciencia? ¿Qué queda? ¡Nada! Solo la conciencia y el juicio de Dios, juicio al que la conciencia va pobre de riquezas, desnuda de humanas protecciones, cargada solo de sus obras.

    "Tomen su sangre y tiñan con ella las jambas y arquitrabe y el Ángel no arremeterá a su paso, contra las casas en que esté el signo de la sangre". Tomad mi Sangre. Ponedla no en las piedras muertas sino en el corazón muerto. Es la nueva circuncisión. Y Yo me circuncido por todo el mundo. 

    No sacrifico la parte inútil, sino que quebranto mi magnífica, pura, sana virilidad, completamente la sacrifico y de los miembros mutilados, de las venas abiertas, tomo mi Sangre y trazo sobre la Humanidad anillos de salvación, anillos de eterno desposorio con el Dios que está en los Cielos, con el Padre que espera, y digo: Mira, ahora no puedes rechazarlos porque rechazarías tu Sangre".
"Y Moisés dijo: "...y luego sumergid un manojo en la sangre y asperjad con sangre las jambas´". ¿No basta entonces la Sangre? No basta. 

A mi Sangre debe unirse vuestro arrepentimiento. Sin el arrepentimiento amargo y saludable, inútilmente Yo para vosotros moriré.






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