MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 10 de junio de 2021

TERRIBLE MENSAJE DE JESÚS DIRIGIDO A PIO XII Y A SUS SUCESORES EN 1.943 EN PLENA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos




Coronación de Juan XXIII, bajo la mirada del Cardenal Tisserant  




Este mensaje ha sido transmitido por Jesús a María Valtorta en plena segunda Guerra Mundial bajo el Reinado de Pio XII, con el sanguinario Hitler y el fascista Mussolini, en el poder. 

Hoy día estamos asistiendo a una falta de práctica religiosa en Europa, y un auge en otros Países. El caso verdaderamente grave se produce en la Santa Iglesia Católica, que se traduce en una falta de vocaciones, fruto de una grave caída del fervor religioso de los fieles, cuya causa tiene su origen en un grave enfriamiento de la fe de los creyentes, debido al auge del relativismo, que hace creer que el pecado es un hecho irrelevante, que deja indiferente a Dios, cuando en realidad es una nueva herida y un nuevo padecimiento a la naturaleza Humana de Jesús, y un desagravio a su Esposa: La Santa Iglesia Católica.

Y es que el pecado, al ser visto y predicado como relativo, carece entonces de importancia, lo que es una mancha que desacredita las palabras de Jesús a los ojos del Pueblo y de Dios, y tiene como consecuencia una falsa prudencia del Episcopado, que es incapaz de denunciar las leyes permisivas, como la del Aborto que es considerado por los políticos como un derecho de la mujer, el adoctrinamiento de la juventud en las escuelas, con la asignatura de la Educación para la Ciudadanía, en donde se denigra a la Doctrina de la Iglesia, y se ensalzan las leyes criminales, de los Gobiernos, como la cultura de la muerte, que se aplican en los países llamados "democráticos".

Hechos que para mí, que he vivido en mi juventud todo lo contrario, lo considero como un verdadero drama: ha desaparecido la gravedad del pecado, que trae consigo el riesgo de la condenación eterna, por eso están los seminarios vacíos, los confesionarios "llenos de telarañas", el esplendor de los ritos religiosos apagado, la caída de la práctica religiosa, y la falta de respeto y de obediencia a la Jerarquía, de parte de algunos sacerdotes y del pueblo Cristiano. Como el sentido del pecado ha desaparecido en la mente de la Sociedad atea, por eso se considera el pecado como una invención de la Edad Media.

Solo importa ahora el hedonismo y la huida de todo sacrificio, y lo que es peor, esa idea ha calado también en mucha gente creyente, y por eso, son incapaces de denunciar las leyes actuales de la cultura de la muerte, y de las costumbres lujuriosas vigentes en Europa, Países de raíces Cristianas, que han renegado de ellas, lo que es un acto de cobardía, como así lo denuncia amargamente Jesús a María Valtorta.

Amargo reproche de Dios al Pontífice Pio XII, el cual en 1.943, en plena segunda guerra mundial, no se involucró lo suficiente para denunciar los crímenes, y los abusos secesionistas de Alemania, y de Italia, que originaron la horrible matanza del sangriento conflicto, iniciado por el sanguinario Hitler y apoyado por Mussolini, que reinaba entonces en Italia, Patria de María Valtorta.

Terrible profecía sobre la decadencia de la Iglesia en su alta Jerarquía, que por dejadez y comodidad, no se atreve a enfrentarse a los legisladores actuales con la suficiente valentía, denunciando las leyes criminales a favor del Aborto, y otras horribles leyes que ponen en plan de igualdad e incluso de superioridad a los vicios más horrendos con la Virtud, como dar los mismos derechos a las parejas de homosexuales, que a las parejas normales, o la aprobación de la Eutanasia asistida, lo que es uno de los preludios de la venida del Anticristo.

Es el caso del horrible crimen del Aborto, se tendría que recordar en la misa todos los Domingos en todas las Iglesias, para pedir perdón a Dios, con oraciones de desagravio y concienciar a todos los fieles de la extrema gravedad de ese pecado. 



DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
9 de Diciembre de 1.943


Zacarías 11, 4-7-10-13-14-15-17.

Dice Jesús:

“Nunca como en este momento debo repetir a quien me representa: “Apacienta mis corderos”.
Muchos de ellos se han vuelto salvajes. Pero toda la culpa no es de ellos, por eso me producen lástima.
Los había confiado a los poderosos para que los cuidasen. Había ya dado tanto a los poderosos para que no quisieran aún más y fueran buenos con los súbditos, porque son potentes solo por mandato de Dios. En realidad son grey de Dios, son hijos de Dios y deberían ser cuidados con respeto pensando en el Dios verdadero: el Eterno de quien son su pueblo.

En cambio los han usado como rebaño sin amo. Los han empujado donde han querido, los han alimentado con la comida que les ha parecido, con tal de nublarles el pensamiento y hacerles olvidar el Bien, corrompiendolos con doctrinas que Yo maldigo, se han hecho esclavos de los que les niega hasta la libertad de pensamiento, y como ovejas, las han empujado hasta el matadero para sus fines delictivos hacia toda la Humanidad. Toda. La que para ellos es “Patria” y la que es “Patria de los demás”. Se han hecho ricos explotando el sacrificio de los sujetos, ladrones de los bienes de Dios y del hombre que son Alma y existencia, asesinos de la una y de la otra.

Pues bien: desde lo alto del Cielo, por toda la amargura que han dado como alimento a las gentes, y que les lleva a desesperar hasta de Dios, por todo el hambre que sufren los cuerpos y las almas de mis hijos, por aquellos que en esta ruina permanecen siendo los corderos de Dios y sin ninguna pasión transformados en rebeldes a Dios, como sus seductores y jefes, hijos del mal y precursores del Anticristo, Yo vengo con mi Palabra y mi Amor para apacentar a los pobres de mi rebaño y te repito a ti que eres mi Vicario:

“Apacienta a mis corderos dándoles la incansable palabra y la bendición de la que he colmado tu alma inocente, que no conoce otra sangre fuera de mi Sangre que elevas en el altar como rito de propiciación, y otro gesto aparte del que fue mío, de bendecir aquellos de los que tú, como Yo, tienes piedad.

He dado dos varas a tu mano, y te aprecio porque usaste la del amor, pero el amor que es potente también sobre la Potencia de Dios, cae como piedrecita lanzada sobre la roca cuando se dirige a unos que tienen la apariencia de hombre, pero son demonios con el corazón de piedra. Golpea pues, con la otra vara, y que sepan los fieles que no eres cómplice de la culpa de los grandes. 

Uno se hace también cómplice cuando no osa bramar contra sus infamias. A tu Maestro, no le gustan las maldiciones y los fulgores. Pero hay momentos que hay que saberlos usar para persuadir no a los poderosos cuyo ánimo poseído por Satanás es incapaz de persuasión, sino a los pobres del mundo de que Dios y los justos de Dios, no comparten ni apoyan los métodos y la prepotencia de quien ha superado toda medida y se cree un dios, mientras que es solo una fiera inmunda.

Habla en nombre de la Justicia que representas. Es la hora. Y que las multitudes sepan que Mi Doctrina no ha cambiado, y que una es la Ley, que existe un solo Dios, que su primer mandamiento es el Amor, que él, aún como en los siglos de los siglos precedentes a mi venida, en la que he confirmado la Ley, ordena no robar, no fornicar, no matar, no coger las cosas de los demás. 

Dilo a los ladrones de ahora, que no se conforman con una bolsa, sino que roban almas a Dios, y tierras a los pueblos; dilo a los fornicadores, a los grandes fornicadores de ahora, cuya fornicación no es la animal con una hembra, sino la demoníaca con la potencia política; dilo a los asesinos de ahora, que se arrogan el derecho a matar a pueblos enteros después de haber matado a otros pueblos – los suyos – la fe en Dios, cualquier forma de honestidad, el amor al bien; dilo a los insaciables de ahora que, ávidos como chacales, asaltan donde está lo que les gusta y se permiten cualquier delito con tal de coger lo que no les pertenece.

Hablar, quiere decir “Dolor”, y a veces “Muerte”. Pero, acuérdate de Mí. Yo soy más precioso que la “alegría” y que la “vida”, porque me doy a quien me es fiel, con una alegría y una vida que no conoce ni fin ni medida. Acuérdate de Mí, que supe purificar mi Casa de las suciedades y seguir de frente un solo fin: “La Gloria de mi Padre” Esto me consiguió el odio, la venganza, la muerte, porque los que fueran tocados por mi furor encontraron un vendido que por treinta denarios me entregó a su poder.

Siempre, entre los más fiables, tenemos un enemigo, un vendido. Pero no importa. El discípulo no es más que el Maestro. Y Yo, sabiendo que el látigo de mis palabras, más que el látigo de cuerdas – medio simbólico, más que real – me procuraba la muerte, he hablado, habla. Y si por amor hacia los hombres, y hacia ti, Yo he soportado un enemigo y un vendido, y el horror de un beso de traición, tú, mi primero entre los hijos de ahora, no debes retraerte ante lo que ha sufrido el Maestro antes que tú. 

Que si después, a pesar de todos los medios, la Justicia tuviera que perecer y, arrastrados cada vez más por Satanás, los dominadores y los dominados, por un mimetismo maléfico, se separaran cada vez más de Dios, entonces quitaré la Luz y la Verdad.

Y esto sucederá también cuando en mi morada – La Iglesia – haya demasiados que, por intereses humanos y por indigna debilidad, estén entre los dominados por los sembradores del Mal en sus distintas doctrinas. Entonces conoceréis al Pastor que no se cuida de las ovejas abandonadas, al Pastor inútil del que habla Zacarías.

Recuerda el Apocalipsis de Juan. Recuerda el dragón: el mal generador del Antecristo futuro, que le prepara el reino no solo desconcentrando las conciencias, sino envolviendo en sus espirales la tercera parte de las estrellas y convirtiendo a los astros en fango. 

Cuando esta demoníaca vendimia se produzca en la Corte de Cristo, entre los grandes de su Iglesia, entonces, en la luz reducida apenas a resplandor y conservada como única lámpara en el corazón de los fieles a Cristo – porque la Luz no puede morir, Yo lo he prometido, y la Iglesia, incluso en los periodos de horror, conservará cuanto es necesario para volverse resplandor tras la prueba – entonces vendrá el pastor ídolo, que será y estará donde quieran sus dueños.

Quien tenga oídos para entender, entienda. Para los vivos de aquel tiempo, la muerte será un bien.”



martes, 8 de junio de 2021

A LA TARDE SERÁS EXAMINADO EN EL AMOR, APRENDE A AMAR COMO DIOS QUIERE SER AMADO Y DEJA TU CONDICIÓN (San Juan de la Cruz: Dichos de Luz y Amor)

MAPA DE LA RADIACIÓN DE FONDO DEL UNIVERSO
OCASIONADA POR EL BIG BANG

   
Esta frase de San Juan de la Cruz, que ha pasado a la historia, se cita siempre sin enunciar lo que creo que es lo más importante: la parte final que afirma: "Aprende a Amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición"Y es que mucha gente ignora que este mundo que es transitorio,-- ya que todos los científicos están de acuerdo que en algún momento tendrá un final--, se ha hecho para que las almas de los habitantes de esta tierra y los de otros millones de mundos habitados, aprendan a conocer a Dios y a amarlo, para así poder entrar en el Reino de los Cielos que es un mundo eterno que nunca tuvo principio y que nunca tendrá un final.

El mundo actual es pues una escuela para que las almas de los hombres aprendan a amar a Dios, amando a Jesucristo su enviado, lo que se demuestra agradeciéndole por habernos creado y amándole con todo nuestro ser por habernos redimido, y siguiendo sus leyes, que ordenan amar al prójimo como a uno mismo.

Dios da toda una vida para conseguir el verdadero Amor, los pocos que lo logran, entrarán directamente en el Reino de los Cielos, los que no lo han conseguido del todo, irán como un niño prematuro a una incubadora, al Purgatorio para aprender a amar, los réprobos que no han querido obedecer a las Leyes de Dios serán como los abortados por haber querido apartarse de la Ley del Amor para satisfacer sus deseos, abusando del prójimo, y burlándose de Dios. Como no han querido amar, irán al horrible reino del odio cuyo rey es Satanás. 




EVANGELIO (Juan 10, 31-42).

Los judíos tomaron piedras para apedrearlo. Entonces Jesús dijo: "Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?". Los judíos le respondieron: "No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios". Jesús les respondió: "¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: 'Tú blasfemas', a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?   


     En el Evangelio, Jesús llama dioses a los que siguen los mandamientos de Dios, es también lo que dice San Juan, que seremos como dioses porque veremos a Jesús tal cual es. En estos escritos de los Cuadernos de María Valtorta, Jesús explica como y por qué, las almas serán dioses, si cumplen la orden de Dios: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial".         

     Está escrito que Dios creó el Universo y el hombre a imagen y semejanza Suya. En este momento, se ha visto en el telescopio de microondas del Polo Sur, el eco del "Big Bang" que es el nacimiento del Universo, que provenía de un flujo que suministraba todos los elementos necesarios para la futura creación de todas las galaxias; su equilibro en el Universo infinito, gracias a los agujeros negros, que son la tremenda fuerza, que los mantiene y dirige, como ocurre con el motor de cualquier elemento en movimiento.

          Se sabe sin lugar a dudas, que todo proviene de una fuente extraordinaria, inexplicable del punto de vista científico, situada en un punto concentrado, que, a una velocidad muy superior a la Luz, suministró en una pequeñísima cantidad de tiempo una cantidad prácticamente ilimitada de partículas atómicas, para que se unieran entre sí, en miles de millones de año, y formaran todo el Universo conocido y desconocido.

          Sabemos que el alma humana, es inmortal, lo que la diferencia de los animales, y de toda la Creación material que tuvo su origen en el “Big Bang”; también está dotada con todos los elementos necesarios para su desarrollo espiritual, son la Gracia de Dios necesaria y suficiente para recrearla, que se suministra a las almas con los Sacramentos en donde existen, o directamente por Dios en los Países paganos, ya que si el alma en sus inicios, tiene grabado el sello del Creador en su conciencia, que es como se explica tan bien en este relato, tiene que formarse y prepararse para su destino, ello es lo que le permite alcanzar la Vida eterna, y ser coheredera del Reino de Dios, es su libre albedrío, que es quien admite o rechaza la Gracia para poder ser Hijo de Dios, o hijo de las Tinieblas.

         El hombre, dotado de alma espiritual, se diferencia de la creación animal y material, que solo obedecen por instinto y sin ningún mérito propio a las leyes impuestas por Dios, ya que no tienen ese libre albedrío, por eso esa creación material está abocada a su desaparición dentro de miles de millones de año.

         Acabo de ver por la Televisión un programa científico en el cual se explica que el "Big Bang", se produjo en millonésimos de segundos con velocidades muy superiores a las de la luz, es decir con medios que escapan completamente a todas las leyes físicas y matemáticas, eso se llama "Milagro"; ¡Pero ningún científico quiere hablar de Dios!


De los cuadernos de María Valtorta (28-1-1.947)


            Dice Jesús:

           Volver al Origen, presentarse ante el Juez Jesús, no significa ir a un lugar determinado ni tampoco ir al pie del trono eterno. En realidad, estas son formas para ayudar vuestro pensamientoEl alma que abandona la carne que ha animado, se encuentra inmediatamente frente a la Divinidad que la juzga, sin necesidad de ascender y presentarse en los umbrales del Reino bienaventuradoEs verdad fundamental que Dios está en el Cielo, en la Tierra y en todo lugar. Y, por lo tanto, el encuentro se produce en cualquier lugar. La Divinidad colma de Sí todo lo Creado. Por lo tanto está presente en todo lugar de la Creación. Quien juzga soy Yo, más siendo inseparable del Padre y del Espíritu Santo, omnipresentes en todo lugar.

          El juicio es rápido, así como fue rápida toda la Creación, que ocupó solo un milésimo de la más pequeña de vuestras unidades de tiempo. Más en el átomo del instante creativo, el alma tiene tiempo de entrever el Santísimo origen que la crea y de llevarse el recuerdo de Él para que sea instintiva religión y guía en la busca de la fe, de la esperanza, de la caridad que, si observáis bien, son confusamente como germenes informes también en las religiones menos perfectas (la fe en una divinidad, la esperanza de un premio otorgado por dicha divinidad, el amor hacia ella). 

          Y esta última observación de Jesús, da a entender el por qué todos los pueblos de todas las civilizaciones, y de los salvajes, tienen en sí la noción de que existe una o varias divinidades, al ser un germen informe, que es como un gen implantado por Dios en el alma en el instante de su creación.

     Por eso también la gran mayoría de los científicos y paleontólogos, "ateos como cabras", se permiten decir que nuestra Religión Católica fue copiada de una religión anterior, ya que son incapaces de pensar que el Creador ha puesto ese germen en todas las almas, son pues como lo dice el refrán, como el Maestro Ciruela, "que no sabía leer y fundó una escuela".

      Del mismo modo, en el átomo del juicio particular, el espíritu tiene tiempo de comprender lo que no quiso comprender en la vida terrenal, lo que odió como enemigo o burló o negó como vana mentira, o al que sirvió con un desapego que exige reparación, y tiene tiempo de llevar consigo el recuerdo, al lugar de expiación o de condena eterna, para suscitar llamas de amor por la eterna Belleza, o torturas punitivas debidas a la desazón por el Bien perdido, un Bien que la conciencia inteligente les reprochará haber querido perder voluntariamente. Y junto con sus pecados, lo recordará, pero será terrible, porque no podrán contemplarlo.

     La creación del alma y el juicio particular son los dos átomos de instantes en la que el alma de los hijos del hombre, conocen intelectualmente a Dios en la medida que es justo y suficiente darles un agente para tender al propio Bien, que han entrevisto apenas, pero que ha quedado impreso en la substancia que, por ser inteligente, libre, simple, espiritual, comprende prontamente, tiene libre voluntad, deseos simples y movimientos o inclinación, o apetito si preferís, para reunirse con medio del Amor con Aquel de donde proviene, y para lograr su fin, cuya Belleza ya intuye, o para separarse de Él, con odio perfecto y alcanzar al que es su infame rey, conservando en el recuerdo de ese odio un tormento, el mayor de los tormentos infernales, una desesperación, una maldición indescriptibles .

      […] He dicho "sed perfectos” para liberar el espíritu de los antiguos de esa sensación de temor que les impedía acariciar la idea de ser dignos de semejar al Padre, a su Padre. Hacía demasiados siglos que el Altísimo era para ellos el Dios terrible y, ante la tremenda Inmensidad de Dios, el amor, la esperanza y la fe quedaban sobrecogidas. Más ya había llegado el tiempo de la Misericordia, del Perdón, de la Paz, de la Amistad, del vínculo filial con Dios. Por lo tanto, he ahí la orden de perfección ilimitada: “Sed perfectos como el Padre”. Y con tal orden, también la implícita seguridad que impulsa a osar “porque, con tal que lo deseéis, podéis llegar a serlo”.

         […] Y el hecho de que la mayor parte de las almas vive de un modo tal que parece desmentir mi afirmación, no niega lo que Yo digo, sino que es la demostración de la enorme perversión del hombre en sus afectos y deseos, debida a sus alianzas con el Mal. En verdad son muchos los que sofocan con el dogal de los vicios y los pecados la propia alma, tras haberla hecho esclava de Satanás, de quien se han vuelto aliados. La ahorcan definitivamente para no seguir oyéndola gritar y llorar al recordar que el Mal no es lícito y que existe el castigo para quien lo practica. 

       Estos son los que, de hijos de Dios, se vuelven criaturas-hombre por la pérdida de la Gracia y que luego de hombre pasan a ser demonios, pues el hombre, apartado del Bien, es como una enredadera que se trepa al Mal para sostenerse. Donde no existe la Ley sobrenatural, difícilmente existe la ley moral y si existe es siempre imperfecta. Y donde la Ley moral es imperfecta o está ausente, vive de modo total o parcial la triple concupiscencia.


          Más si parece que la mayor parte de las almas cambia con su modo de actuar el natural recuerdo y deseo de Dios y la propia voluntad de tender hacia un fin gozoso, hay que recordar que en el hombre existe la criatura carnal y la espiritual y que el hombre posee el libre albedrío que siempre está al servicio de la parte más fuerte. Ahora bien, si uno va debilitando las almas por culpa de los vicios y los pecados, es seguro que el alma se volverá débil y que, al mismo tiempo, se fortificará la parte animal, que avasallará la más débil hasta matarla. Más no por ello podrá negarse que el alma ha sido creada con capacidad para recordar y desear naturalmente su fin.



DIFERENCIA ENTRE LAS CRIATURAS TOCADAS POR LA GRACIA DE DIOS Y LAS PAGANAS


La índole del alma es la índole espiritual. Por eso el alma tiene deseos espirituales, aunque en los que no están regenerados por el Bautismo y que, por lo tanto están privados de la Gracia, tiene solo deseos conforme al reino espiritual de donde proviene y en donde siente que instintivamente que está el espíritu Supremo. En cambio en las almas vueltas a la Gracia por la regeneración del Bautismo y mantenidas y robustecidas en dicha Gracia por los demás Sacramentos, la atracción del alma a su fin se produce divinamente, pues la Gracia – es decir, nuevamente Dios - atrae hacia sí a los hijos dilectos, se los acerca cada vez más, los coloca cada vez más en la Luz a medida que van ascendiendo gradualmente, en la espiritualidad, de modo que la separación disminuye y la vista es cada vez más intensa, el conocimiento más vasto, la comprensión más amplia, el amor más perfecto, hasta llegar a la contemplación, que es ya unión y fusión de la criatura con su Creador, un acto temporáneo e imborrable y transformador, porque el abrazo del Fuego de la Divinidad que encierra a su criatura extasiada imprime un carácter nuevo a estos seres vivientes, que ya están separados de su condición humana y espiritualizados en Serafines, y que son doctos en la Sabiduría que Dios les otorga al darse a ellos como ellos a Él.
          […] Las almas recuerdan ¿Por qué lo hacen? Porque Dios, así como le dio a Adán la esperanza de una Redención, de esa Redención, a fin de mitigar contemporáneamente el rigor de la condena, del mismo modo le dejó el recuerdo del tiempo feliz para que le confortara en el dolor del exilio y para que fuera para los hijos de Adán el estímulo santo de amar al que para ellos era el Desconocido.

        Y no solo eso, pues, al crear las almas, Dios no privó a los hijos de los hombres de esa natural inclinación hacia la Divinidad que, por si sola puede ayudar a alcanzar el fin por el cual ha sido creado el hombre: amar al Señor, al Dios Omnipotente y Omnipresente, cuyo Todo incorpóreo colma el infinito y a quien el hombre siente, más o menos exactamente, y ve en todo lo que le rodea, le penetra y le asombra. En los salvajes se tratará del fragor del rayo o del duradero esplendor de la aurora boreal; para los idólatras consistirá en la potencia del león o en la vida anfibia del caimán; para los creyentes en las religiones reveladas, aunque no perfectas, en las manifestaciones naturales consideradas como acciones o manifestaciones de cada dios.

         En el ciudadano pensador o científico, en los fenómenos celestes o en el admirable organismo de los cuerpos; en el creyente, además que en la Doctrina, en la vida misma del alma, que se manifiesta con sus luces y con los latidos que corresponden a otros latidos, aún más ardientes, de un Amor eterno que la ama; en la maravilla del nacimiento y en el misterio de la muerte de una parte de lo humano mientras que la otra vive una vida más verdadera.

     Pero en todos los casos y en todas las cosas, el hombre siente una Presencia invisible y potente, tanto si la niega – y al negarla ya admite su existencia, pues se niega sólo lo que existe y que sabe que otros muchos creen – como si la odia y con su odio confiesa que Ella existe, como si la ama y con su amor proclama que la cree real y que un día espera no ya creer (en Ella) sino gozar en Ella.

          Dios hizo lo siguiente: dejó en el hombre la inclinación hacia el Bien supremo. ¿Y no es esto recuerdo? ¿Os parece que no podía hacerlo justamente Él, que es Omnipotente y que desde hace milenios gobierna la Creación sin esfuerzo ni cansancios y que sin un instante de pausa, crea almas, juzga almas, conoce al instante todas las acciones de las mismas, o mejor, las pre-conoce, pues el Pasado, el Presente y Futuro son un existir único ante su Pensamiento, las sigue en su desarrollo, las juzga sin confusiones ni errores y juzga las almas, que tras su orden, abandonan la carne a la que se las había mandado y vuelven al mundo ultraterrenal ya supercreadas, recreadas o, quizás deba decir, destruidas por la libre voluntad del albedrío?

          Pero a vosotros, que cogéis siempre el sentido material de las palabras y no el sentido de las mismas, esta expresión os haría reaccionar como ante un anatema. Entonces diré: almas feas, deformes, mutiladas y desviadas porque han borrado voluntariamente el recuerdo del Divino. Porque, más que cualquier lección que se pueda aprender en todo tipo de escuelas, precisamente es este recuerdo el que le enseña al alma a perseverar en las virtudes, por amor del propio Dios y por la esperanza de llegar a poseerle un día, más allá de la vida, en la Vida sin fin.

    Y aquí me permito recordar una conversación que quedó grabada en mi mente y que recordaré hasta el último instante de mi vida terrena, son las palabras del Obispo, que no niega el Dogma de la Iglesia sobre la existencia del Infierno, pero que según él, "está vacío”, me dijo: ¿Ud., que es padre, condenaría a un hijo suyo al Infierno? ¿Cómo este prelado no sabe que ser hijos de Dios depende únicamente de nuestra voluntad de ser fieles a la Gracia, y que el alma, como lo dijo Jesús a Nicodemo, tiene que volver a nacer es decir recrearse, para poder entrar en el Reino de Dios?. Una persona hundida en el pecado mortal y en el vicio, al oír esta afirmación, será irremediablemente hundido para siempre en el infierno, cuyo responsable es él y también el Obispo, al cual Dios le pedirá cuentas y le dará su merecido. 

¿Cómo no entiende que ser hijo de Dios significa Amarlo y seguir sus mandamientos?, y que el que no los sigue, y no se arrepiente, se transforme en hijo del padre de las tinieblas, que le dijo a Dios: "No serviré" ya que como lo dijo Jesús: "Yo soy la Luz del mundo el que me sigue no andará en las tinieblas".

     ¿Cómo puede ser, que al recordarle la Parábola del Evangelio del rico Epulón y del pobre Lázaro, y al hablarle de los pederastas que abusan de los niños, los torturan y los matan, e incluso llegan a colgar esas imágenes en la red, este me contestó: “¡Eso son interpretaciones suyas!”?

          […] Amadme a Mí más que a la ciencia. Bendecidme a Mí y no a vuestro saber. Y amad también al “niño” que tomé para colocarlo entre vosotros. Y, junto conmigo, bendecid al Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque una vez más se ha revelado a un ser pequeño en vez de haberse revelado a los sabios.   
                                                   
      […] Yo os lo digo: El Señor no muestra su Reino a los doctos sino a los que están iluminados por la Gracia y viven en el amor; y solo Dios elige, coge y posa en la cumbre del monte, donde el Cielo está tan cerca que el espíritu puede gritar, ardiendo, las palabras que debían ser el grito de todos los hombres: “He aquí a mi Dios. ¡Le veo! ¡Le siento! ¡Le conozco! Estoy devorado y recreado por el Amor".
     
        Pequeño Juan (se refiere Jesús a María Valtorta), también puedes recordarles que el hombre tiene un ángel como custodio y que este espíritu no está inerte junto al hombre sobre el cual refleja las luces que él mismo, por ser ángel, reverbera al adorar la infinita Luz. Quédate en paz, alma mía”.







sábado, 5 de junio de 2021

EL ÓBOLO DE LA VIUDA. LA POBRE MUJER QUE HA DADO TODO SU DINERO, QUE ES INSUFICIENTE PARA COMPRAR ALPISTE, SABE MÁS QUE MUCHOS GRANDES TEÓLOGOS.



JESÚS, COMO LA POBRE VIUDA DEL ÓBOLO, NOS HA DADO
TODO LO QUE TENÍA. SU MADRE Y SU PROPIA VIDA


Esta descripción detallada del óbolo de la viuda, es una lección magistral de Jesús sobre el amor a Dios y al prójimo, igual que la pobre mujercita ha ofrecido a Dios absolutamente todo, no guardando nada para ella, quedándose por eso en la miseria más absoluta, Jesús ha ofrecido igualmente todo lo que tenía, hasta su última gota de Sangre, y su propia Madre, nombrada Madre nuestra al pie de la Cruz.

Ambos ofrecimientos, para los Judíos parece que han pasado desapercibidos, pero el de la viuda es el más grande ejemplo de como hay que amar a Dios, y ha traído la bendición de Dios sobre ella. La muerte de Jesús ha traído su Glorificación, y la Redención de toda la Humanidad, y la bendición de Dios para sus seguidores, que son la Vida Eterna, en el Paraíso de Dios Todopoderoso. 




Del Evangelio como me ha sido revelado 
de María Valtorta


19 de Julio de 1.944:

(…) Al principio veo sólo patios y pórticos, que reconozco que son los del Templo. Veo también a Jesús, tan solemne con la túnica de color rojo vivo y manto también rojo, más oscuro, y parece un Emperador. Está apoyado en una enorme columna cuadrada que sostiene un arco del pórtico. Me mira fijamente. Me pierdo mirándole, gozándome en Él, al que hace dos días no veía ni oía.

(…) El lugar se va llenando de gente que va y viene en todas las direcciones. Hay sacerdotes y fieles, mujeres y niños. Unos pasean, otros está parados y escuchando a los doctores, otros se desplazan a otros lugares - quizá de sacrificio – tirando de corderitos o llevando palomas.

Jesús está apoyado en su columna, mira. No habla. Incluso en dos ocasiones en que los apóstoles le han hecho unas preguntas, ha hecho gesto de negación, pero no ha hablado. Observa atentísimo. Por la expresión, parece juzgar a los que mira. Su mirada y toda su cara me recuerdan el aspecto que vi, cuando juzgaba a las almas en la visión del Juicio particular. Ahora, naturalmente es Jesús, Hombre, allí era Jesús glorioso, así que más solemne aún. Pero el aspecto del Rostro, que observa fijamente es igual. Está serio, escrutador. Pero si algunas veces refleja una severidad que haría temblar al más descarado, otras se le ve tan dulce – dulzura que es tristeza sonriente – que parece acariciar con la mirada.

Parece no oír nada. Pero debe escuchar todo, porque cuando de un grupo que está separado de bastantes metros, recogido alrededor de un doctor, se alza una voz nasal que proclama: “Más que cualquier otro precepto, vale este: Todo lo que es para el Templo, debe de ir al Templo. El Templo está por encima del padre y la madre, y si alguno quiere dar a la gloria del Señor, todo aquello que le sobre, puede hacerlo, y será bendecido por ello, porque no hay ni sangre ni afecto que sean superiores al Templo”. Entonces, Él vuelve lentamente la cabeza en aquella dirección y mira con una expresión, que no querría que fuera para mí.

Parece mirar en general, pero cuando un viejecito tembloroso va a empezar a subir los cinco escalones de una especie de terraza próxima que parece conducir a otro patio más interior, y apoya el bastoncito y casi se cae al trabarse en su túnica, Jesús le tiende su largo brazo y le sujeta, y no le deja hasta que lo ve seguro. El viejecito lavanta la canosa cabeza y mira a su alto Salvador susurrando una palabra de bendición. Jesús le sonríe y le hace una caricia en la cabeza semicalva. Luego vuelve a su columna, de la cual se separa otra vez para levantar a un niño que se ha ido de la mano de su madre y que ha caído de bruces sobre el primer escalón, justo a sus pies y que llora. Le levanta, le acaricia, le consuela. La madre azarada le da las gracias. Jesús le sonríe también a ella y le da el niño.

Pero no sonríe cuando pasa un pomposo Fariseo; tampoco cuando pasan un grupo de escribas y otros que no se quienes son. Este grupo saluda con exagerados gestos con los brazos y exageradas reverencias. Jesús los mira tan fijamente, que parece perforarles, saluda, pero sin abierta expresividad; su expresión es severa. También a un sacerdote que viene – y debe de ser un pez gordo porque la gente se hace a un lado y saluda, y él pasa pomposo como un pavo – Jesús le mira largamente: es una mirada de tales características que el sacerdote, aún estando lleno de soberbia, agacha la cabeza; no saluda, pero no resiste su mirada.

Jesús deja de mirarle para observar a una pobre viejecita vestida de marrón oscuro, que sube tímida los escalones y se dirige a una pared en donde hay como unas cabezas de león, con una boca abierta, y otros animales parecidos. Muchos van en esa dirección y Jesús parecía no haberles hecho caso. Hora sigue el camino de la mujer. Sus ojos la miran compasivos y se llenan de dulzura cuando ve que alarga una mano y echa algo en la boca de piedra de uno de esos leones. Y cuando la mujercita, retirándose, le pasa cerca, le dice: “La paz a ti, mujer”. Ella, sorprendida, alza la cabeza azorada. “La paz a ti”, repite Jesús. “Ve. El altísimo te bendice”. La pobrecita se queda extática. Luego, susurra un saludo y se marcha.

“Es feliz en medio de su infelicidad” dice Jesús, saliendo de su silencio. “Ahora es feliz porque la bendición de Dios la acompaña”.
“Oíd, amigos, vosotros que estáis aquí cerca de Mí. ¿Veis a esa mujer? Ha dado solo dos monedas, una cantidad que no es suficiente para comprar la comida de un pájaro enjaulado, y a pesar de eso ha dado más que todos los que han echado su donativo en el Tesoro desde la apertura del Templo al rayar el alba. Oíd, he visto a muchos ricos meter en esas bocas dinero suficiente como para darle de comer a ella durante un año y para revestir su pobreza, solo decente por su limpieza. He visto a ricos meter allí dentro, con visible satisfacción, sumas que hubieran podido saciar el hambre de los pobres de la Ciudad Santa, durante uno o varios días y hacerles bendecir al Señor. Más en verdad os digo que ninguno ha dado más que esta. Su óbolo es caridad; lo otro, no. Lo suyo es generosidad; lo otro, no. Lo suyo es sacrificio; lo otro, no.

Hoy esa mujer no comerá porque ya no le queda nada. Antes tendrá que trabajar para ganar algo y así poder dar un pan a su hambre. No tiene a sus espaldas ni riquezas, ni familiares que ganen por ella. Está sola. Dios se ha llevado padres, marido e hijos; y también el poco bien que ellos le habían dejado (esto, más que Dios, se lo han arrebatado los hombres, esos hombres que ahora, con gestos ampulosos, ¿veis?, siguen echando ahí lo superfluo, de lo cual, mucho ha sido sonsacado con usura de las débiles manos de los pobres y hambrientos).

Dicen que no hay ni sangre ni afectos que sean superiores al Templo y así enseñan a no amar al prójimo. Yo os digo que por encima del Templo, está el amor. La ley de Dios es amor, y quien no tiene piedad para el prójimo, no ama. El dinero superfluo, el dinero manchado con el fango de la usura, del desprecio, de la dureza del corazón, de la hipocresía, no canta la alabanza a Dios ni atrae hacia el donador la bendición celestial. Dios lo repudia.

 Enriquece esta caja, pero no es oro para el incienso: es fango que os sumerge, oh ministros, que no servís a Dios, sino vuestros intereses, es lazo que os estrangula, doctores que enseñáis una doctrina vuestra; es veneno que os corroe, ese resto de alma que todavía tenéis, fariseos. Dios no quiere las sobras. No seáis Caínes. Dios no quiere el fruto de la dureza de corazón. Dios no quiere el que alzando la voz de llanto dice: “Debía saciar a un hambriento, pero no lo llevé a cabo porque preferí darle pompa aquí dentro; debí ayudar a un padre anciano, o una madre caduca, pero no lo hice porque esa ayuda no habría sido notada por la gente, y debo emitir mi sonido para que el mundo vea al donante”.

No, rabí, tu que enseñas que ha de darse a Dios todo lo que sobra, y que es lícito desatender al padre y a la madre para dar a Dios. El primer precepto es  “Ama a Dios con todo tu corazón, tu alma, tu inteligencia, tu fuerza”. Por tanto no es lo superfluo, sino lo que es carne nuestra lo que hay que darle, amando sufrir por Él. Sufrir, no hacer sufrir. Y si dar mucho cuesta - porque despojarse de las riquezas no gusta y el tesoro es el corazón del hombre, vicioso por naturaleza - , precisamente porque cuesta hay que dar. Por justicia, porque todo lo que uno tiene es bondad de Dios; por amor, porque es prueba de amor amar el sacrificio para dar alegría al amado. Sufrir por ofrecer. Pero, repito, sufrir; no hacer sufrir. Porque el segundo precepto dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Y la ley especifica que, después de Dios, los padres son el prójimo a quienes estamos obligados a honrar y ayudar.

Por lo cual, en verdad os digo que esa pobre mujer, ha comprendido la Ley mejor que los sabios y está más justificada que todos los demás; y bendecida porque en su pobreza ha dado a Dios todo, mientras que vosotros dais lo superfluo, y lo dais para crecer en la estima de los hombres. Sé que me odiáis porque hablo así. Pero mientras esta boca puede hablar, hablará de esta manera. Unís vuestro odio hacia Mí el desprecio hacia la pobrecita a la que Yo alabo. Pero no penséis que haréis de estas dos piedras un doble pedestal para vuestra soberbia, serán la muela que os triturará.

Vámonos. Dejemos que las víboras se muerdan, aumentando así su veneno. Los que tengan el corazón puro, bueno, humilde, contrito, y quieran conocer el verdadero rostro de Dios, que me sigan”.




   



miércoles, 2 de junio de 2021

INTERPRETACIÓN MÍSTICA DE LAS LECTURAS DE LA MISA DEL 22/11/2.018


JESUCRISTO CORDERO EN LA TIERRA Y LEÓN EN EL CIELO


La Tierra no es el Reino de Dios, como lo indicó Jesús cuando, traicionado por Judas fue prendido para ser sacrificado para nuestra Salvación. La victoria de Satanás sobre Adán, que propició el rechazo a la Ley de Dios, se trasmitió a todo el género humano con el pecado Original, Dios tuvo que dar una segunda y última oportunidad para rescatar al Genero Humano. Después de ser inmolado, como víctima propiciatoria, Jesús rescató a todo el género humano de la esclavitud de Satanás, fueron abiertas las puertas del Cielo para los hombres que aman a Dios y cumplen con sus mandamientos. 

Satanás fue estrepitosamente derrotado, y la victoria que tuvo con Adán y Eva, como seres humanos fue abolida por otros dos seres humanos que se llaman María y Jesús, que en el momento de ser abandonado por Dios Padre, cuando dijo: "¿Padre, por qué me has abandonado?", fue otro hombre como nosotros que solo tenía la presencia del Espíritu Santo.

Dios no pudo aparecer con todo su poder en la Tierra, ya que violentaría el libre albedrío de las almas, el mérito de los redimidos es volver a recobrar la inocencia perdida, lo que solo se puede conseguir renegando de los frutos del árbol del conocimiento del bien y del mal, que conducen a la muerte del cuerpo y del alma, para poder comer los frutos del árbol de la Vida que conducen a la Vida eterna del cuerpo y del alma.





Apocalipsis: 5, 1-10

El Cordero fue sacrificado y nos redimió con su sangre. Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono, un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi un ángel poderoso, que gritaba con fuerte voz: "¿Quién es digno de abrir el libro y de romper sus sellos?". Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni ver su contenido.


            Este pasaje del Apocalipsis cuenta los misterios de Dios, con el lenguaje místico de San Juan Evangelista, que es el Apóstol que más amó a Jesús, y por eso, el que más y mejor comprendió los misterios de Dios, ya que como tan bien lo explica San Juan de la Cruz, el verdadero Amor del alma a Jesús-Dios, es el que quiere conocer los secretos del Amado para equipararse con su amado, y así conseguir la fusión de ambos, y produce la transmisión infusa del conocimiento de los misterios de Dios al alma que es abrir el libro cerrado con los 7 sellos, que son los 7 Espíritus de Dios enviados en misión por toda la Tierra, que es el conocimiento perfecto de Dios.

          El que estaba sentado en el trono es Dios Padre, el que tiene el conocimiento de todos sus misterios en un libro que está escrito por fuera, que simboliza la Creación del Universo visible, y que está escrito por dentro, lo que simboliza los misterios invisibles de Dios, eso lo que recitamos en el Credo, cuando decimos: “Creo en Dios Padre Todopoderoso Creador del Cielo y de la Tierra”, Es decir del Universo invisible y visible.

          Y vemos que nadie en la Tierra, ni en el inframundo, es capaz de abrir un libro que está cerrado con los siete sellos, que son los siete Espíritus de Dios.


          Lloré mucho porque no había nadie digno de abrir el libro y de ver su contenido. Entonces, uno de los ancianos me dijo: "Ya no llores, porque ha vencido el león de la tribu de Judá, el descendiente de David, y Él va a abrir el libro y sus siete sellos".

           Vi entonces junto al trono, en medio de los cuatro seres vivientes y de los ancianos, un Cordero. Estaba de pie, y mostraba las señales de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios, enviados por toda la tierra.

          Y esta es la condición del místico, desear ardientemente, como tan bien lo explica San Juan de la Cruz conocer los atributos y las intimidades del Amado, como lo relata en su escala mística para acceder a Dios, “Padecen aquí hambre como canes y cercan y rodean la Ciudad de Dios” (Ps 58, 7), cuando el alma ha alcanzado  el quinto de los diez grados de esta escala.

          El anciano, explica a San Juan que Jesús, el descendiente de David y el León de la tribu de Judá, es el único capaz de abrir el libro porque solo Él, puede ofrecer El sacrificio digno en el altar de Dios, porque es la víctima perfecta sin tara alguna. 

Es el cordero que mora junto al Trono de Dios, en medio de los cuatro seres vivientes, que son los atributos de Dios Padre: Pureza, Verdad, Justicia y Bondad, propios de los que son poseedores del maravilloso don de la Fe; Cordero con los siete atributos de Dios que son sus siete cuernos y ojos, Espíritus enviados en toda la Tierra.

          Se acercó y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y al tomarlo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero, con sus cítaras y sus copas de oro llenas de incienso, que significan las oraciones de los santos. Y se pusieron a cantar un cántico nuevo, diciendo:

          "Tú eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios hombres de todas las razas y lenguas, de todos los pueblos y naciones, y con ellos has constituido un reino de sacerdotes, que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra".

           El Cordero toma el libro de la mano derecha de Dios Padre, que es donde está explicado el misterio de la Creación y de la Esencia misma de Dios, lo cual, gracias a Jesucristo, nos permite alcanzar los conocimientos humanos y divinos del libro, por esto, se inclinan los cuatro atributos Dios Padre, solo conocidos por la Santa Fe, y los veinticuatro ancianos, que representan las doce tribús de Israel de la antigua Ley, y los doce tribús de la nueva Ley.

        Todos tocan sus cítaras y ofrecen sus copas llenas de incienso que son los cánticos y las alabanzas carismáticas de los Elegidos. Son Sacerdotes, ya que están en contacto directo con Dios y Jesucristo, y que servirán a Dios amándolo por haber alcanzado la Gloria Eterna, gracias a la Redención del Cordero, y por eso reinarán para siempre en los Cielos, la Tierra Prometida.



Del salmo 149

Bendito sea el Señor.

        Canten al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su Creador y Rey, en el Señor, alégrese Israel, su Pueblo Santo.

       Este salmo, es un corolario del libro del Apocalipsis, ya que la Redención del Cordero, se aplica a su Pueblo terrenal de una manera retroactiva. Hay que añadir que hoy día el Pueblo de Israel, es el que ha sido fiel a los Profetas, que todos han anunciado al Mesías Jesucristo. Los que no lo han querido reconocer por tal, son ramas desgajadas del árbol de la Vida.



Evangelio de San Lucas: 19, 41-44

Si comprendieras lo que puede conducirte a la paz. En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba". 


          Esta Profecía de Jesús hacia el Pueblo de Israel, se refería al asalto de Roma por Jerusalén, que ocasionó la masacre, y deportación de todo el Pueblo de Israel unos cuarenta años después de su muerte en la Cruz. Fue el terrible castigo de Dios hacia el pueblo deicida, que pidió a Pilatos la muerte de Jesús, y rechazó cambiarlo por Barrabás. Será también el castigo de todas las almas que no hayan querido acoger la Palabra del Evangelio, y han querido cambiar la Ley de Jesús, cuyo motor es el Amor, ley de Virtud y de Salvación, por la de Barrabás, que es una ley cuyo motor es el odio, que engendra una vida de pecado y de condenación.





viernes, 28 de mayo de 2021

LAS FLORES BUSCAN AL SOL Y ABREN SU COROLA PARA RECIBIR SU CALOR QUE ES SIMILAR AL ALMA QUE ADORA A DIOS, QUE ES EL PERFUME DE LAS FLORES..







¿Cómo  pueden existir tantas personas que crean que la Religión católica consiste solo en asistir a practicas religiosas, y que en el mundo son lobos rapaces, y mentirosos, ignorando por completo la misericordia y la compasión que hay que tener hacia nuestros hermanos que padecen necesidades?
He llegado a conocer personas que decían en asuntos de negocios, que iban a misa diaria, y luego estafar a la gente; otro que había recibido un dinero para montar una sociedad, que se gastó para otros fines, y decirle que no podía devolvérselo ahora, pero que no se preocupara ¡Porque había puesto el asunto bajo la protección de San Francisco de Asís!

Dice Jesús en el Evangelio:

Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. 
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. 
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. 
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".



lunes, 24 de mayo de 2021

EL SUFRIMIENTO DEL ALMA ES NECESARIO PAPA PODER ALCANZAR EL CONOCIMIENTO DE LA SABIDURÍA

El más puro padecer trae más íntimo y puro entender
 (S. Juan de la Cruz)


En este mundo hedonista, en donde todo el mundo busca la felicidad terrena, y huye de todo sacrificio, estas palabras de San Juan de la Cruz parecen locura. La mayoría de la gente, incluso los que se dicen cristianos, han olvidado todas las recomendaciones de la Doctrina de Jesús, que consiste en amarlo y seguir sus enseñanzas, que son luchar en contra de los tres enemigos del alma que son Mundo, demonio y Carne, y tomar su Cruz y seguirle. 
La sociedad se apartó de Dios, arriconándolo y se intentó llevar una vida sin sus leyes, que no solo estaban inscritas en las piedras del Sinaí, sino también en la conciencia de cada ser humano, y lo que durante tantos siglos fueron las lineas maestras de Europa se olvidaron. Las consecuencias han sido desastrosas, han crecido los asesinatos, los robos, la inmoralidad, y la sociedad actual se ha precipitado en las tinieblas y están caminando hacia el precipicio a marchas forzadas.
Todos los sufrimientos permitidos por Dios tienen, según San Juan de la Cruz dos motivos y dos finalidades: son proporcionales al grado de imperfección del alma y también al grado de gloria a la cual Él la quiere llevar.




DEL CÁNTICO ESPIRITUAL DE SAN JUAN DE LA CRUZ
Entremos más adentro en la espesura

En la espesura de tus maravillosas obras y profundos juicios, cuya multitud es tanta y de tantas diferencias, que se puede llamar espesura; porque en ellos hay sabiduría abundante y tan llena de misterios, que no solo la podemos llamar espesura, más aún repleta, según lo dice David diciendo: Mons Dei, mons pinguis, mons coagulatis (Sal 67, 16). Que quiere decir; el monte de Dios es monte repleto y monte cuajado.
Y esta espesura de sabiduría  y ciencia de Dios es tan profunda e inmensa que, aunque más el alma sepa de ella, siempre el alma puede entrar más adentro, por cuanto es infinita y sus riquezas incomprensibles, según exclama San Pablo diciendo: ¡Oh alteza de riquezas de Sabiduría y Ciencia de Dios, cuán incomprensibles son sus juicios e incomprensibles sus vías" (Rom 11, 33).

Pero el alma en esa espesura e incomprensibilidad de juicios y vías desea entrar porque muere de deseo de entrar en el conocimiento de ellos muy adentro; porque el saber de ellos es un inestimable deleite, tan inestimable que excede todo sentido. De donde hablando David del sabor de ellos, dijo así: Los Juicios de Dios son verdaderos y en si mismo tienen justicia. Son más deseables y codiciados que el oro y las piedras preciosas de gran valor, y son más dulces que la miel y el panal, tanto que tu siervo los amó y guardó (Sal 18, 10.12). Y por eso, de gran manera, el alma desea sumergirse en esos juicios y conocer más acerca de ellos; y para conseguirlo, sería para ello un gran alivio y alegría padecer todos los aprietos y trabajos del mundo, y afrontar todo aquello que le impida conseguirlo, por dificultoso y penoso que sea, incluso pasar por todas las angustias y peligros de muerte, para conseguir estar aún más cerca de Dios.

De donde también por esta espesura en que aquí el alma quiere entrar, se entiende como es necesario la espesura y multitud de trabajos y sufrimientos en los cuales el alma desea entrar, por eso le es muy sabroso y muy provechoso el padecer, ya que este es el medio necesario para entrar más adentro en la espesura de la deleitable Sabiduría de Dios. Porque el más puro padecer trae más  íntimo y puro entender, y por consiguiente, más puro y subido gozar porque es de más puro saber. Por tanto, no limitándose a cualquier manera de padecer, dice: entremos más adentro en la espesura. Es decir. hasta los aprietos de la muerte, con tal de poder ver a Dios. De donde deseando el profeta Job este padecer por ver a Dios dijo: ¿Quién me dará que mi petición se cumpla, y que Dios me dé lo que espero, y ese que me comenzó me desmenuce, desate su mano y me acabe y tenga ese consuelo, que al ser afligido con dolor, no me perdone? (Job 6, 8-10).

¡Oh, si se acabase ya de entender como no se puede llegar a la espesura y sabiduría de las riquezas de Dios, que son innumerables, si no es entrando en la espesura del padecer de muchas maneras, poniéndose en eso el alma su consolación y deseo! ¿Y como el alma que de verdad desea sabiduría divina, desea primero el padecer, para entrar en ella, en la espesura de la Cruz! Era por eso que San Pablo amonestaba a los de Efeso que no desfallecieran en las tribulaciones, que estuviesen bien fuertes y arraigados en la caridad, para que pudiesen comprender con todos los santos que cosa sea la anchura y la grandeza y la altura y la profundidad, y para saber también la supereminente caridad de la Ciencia de Cristo, para ser llenos de toda grandeza de Dios (3, 17-18).

Porque para entrar en estas riquezas de su sabiduría, la puerta es la Cruz, que es angosta. y desear entrar por ella es de pocos; más desear los deleites a que se viene por ella es de muchos.







sábado, 22 de mayo de 2021

DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA DIÁLOGO ENTRE SANTA TERESITA Y MARÍA VALTORTA




Santa Teresita nos recuerda que lo más importante en
nuestra vida es el primer mandamiento de Dios




La obra de María Valtorta, consta de los 10 extensos tomos del Evangelio como me ha sido revelado, que es un relato magistral muy detallado de los Evangelios canónicos, que describen con claridad toda la vida Pública de Jesús. Se compone también de tres tomos de 600 páginas cada uno, llamados Cuadernos, que son dictados del Cielo, de una gran profundidad teológica, y de varias obras más que escribió estando muchos años paralítica en la cama.

María Valtorta era con la Biblia la lectura de la Madre Teresa de Calcuta, y la del Padre Pío de Pietrelcina que la recomendaba a sus fieles, diciéndoles que debían leer sus escritos.


Diálogo de santa Teresita con María Valtorta
 13 de Julio de 1.944

Dice Santa Teresita del Niño Jesús:
     "Sí, soy yo misma que viene a dialogar contigo esta hora de agonía y a acompañarte recordando a Jesús, cuyo rostro se altera bajo el sudor sangriento  y comienza a asumir la expresión dolorosa, que es la que a nosotros, sus pequeñas víctimas  y esposas, nos hace delirar de amor misericordioso.
     Soy yo. También vengo a acariciarte. Es mi hora, porque cuando están para comenzar "los grandes silencios", que son los toques de perfección que el divino Artífice da a nuestra alma, es necesario tener cerca a una amiga que los conoce.
     No tengas miedo. Nuestro Jesús murió también de sed... ¡Oh, divina sed!. Sin embargo, a pesar de que casi no podía hablar porque su garganta estaba seca, pronunció las palabras que salvan, dijo la plegaria que salva: "Padre, perdónales" ,"Hoy estarás conmigo" ,"En tus manos encomiendo mi espíritu". Aún estando casi mudo por la agonía y la sed, aún estando casi ciego por la costra de sangre que le pegaba los párpados y por la muerte cercana, supo decir las oraciones que salvan, aún supo ver y adorar la voluntad del Padre.

     Hermanita, cuando se está próximos a la inmolación, no hace falta hacer muchas cosas, Basta saber permanecer fieles y ver a Dios a través de la costra del dolor que nos llaga el corazón y decirle que le amamos aún, siempre...
     No tengas miedo. Dios está contento de ti. Me manda para que te lo diga. ¿Crees que no eres una "niña en la infancia espiritual"? Lo eres, porque lo haces todo con simplicidad, también lo que atañe a tus imperfecciones, y porque no intentas taparlas con astucia de adulto parra otorgarles un falso atavío de justicia. Eres una "pequeñuela" en el camino que he enseñado, porque a Jesús le gustan los "pequeñuelos" y ha dicho que de ellos es el reino de los Cielos. Y eres también una "víctima", y por lo tanto, una adulta, porque el espíritu que, por propia voluntad, decide ser inmolado, aunque sea el de una criatura infantil, es un espíritu adulto.
     Ayer te preguntabas que es el "dúplice amor" que he pedido para mí. Hermanita, para ti es esto: ser niña y amar a Jesús con la simplicidad del párvulo, y ser víctima y amarle con el heroísmo del mártir; estar con Él en la mísera cuna de paja, estar con Él en la tosca cruz. Estar siempre con Él.
     ¡Cómo te ama! Te ha dado sus dos lechos más santos. La cuna sobre la que vela su Madre, y la Cruz, sobre la que se inclina todo el Cielo. Son los lugares a los que Dios te llama  para una divina cita de Amor. Desde allí emprenderás el vuelo hacia el Cielo.
     Y ahora descansa, hermanita. Yo me quedo aquí para rezar contigo. Pero créeme: Para ser no solo justificado, pero también amados por Dios con un Amor privilegiado, basta amar, amar mucho; basta decir solamente:"¡Jesús, te amo!" y decirlo con verdadero amor.
     ¡Felices los que con cada latido de su corazón saben decir: "Te amo"! Expirarán con esta manifestación de amor en la mente, en el corazón, en los labios. Y ella les abrirá el Paraíso, porque Dios ama a quien le ama y se ofrece a quien le ama".

     Al sentir estas nuevas caricias de una mano gentil, pero más larga que la de María, yo estaba incierta. Ni siquiera sé si en realidad era una mano más afilada, pero por cierto era diferente en la forma, en el peso y en la forma de acariciar. Solo veía la mano cubierta casi hasta el dorso por una ancha manga marrón. era una hermosa mano afilada, pero me parece que era más larga que la de la Madre. Cada tanto yo sentía que me rozaba los cabellos. Y eso me hacía feliz. Ese toque confortaba mi sufrimiento físico, que es muy intenso. Sin embargo no lograba decirme a mi mismo: "Es santa Teresita", Ya me había equivocado ayer por la mañana. Pero cuando además de sentir la caricia, he visto la mano, ya no he tenido más dudas.
     Sin embargo, no he visto nada más. he visto solo las manos, también he oído la voz que era muy bella y dulce, y he sentido una enorme paz, una protección, un cálido sentimiento de amistad... no sé explicarme bien. Además sus palabras me han hecho aún más feliz.
     A causa del corazón, estoy muy mal desde ayer por la tarde. Al contrario, ayer por la mañana, luego de la venida de la Madre, me sentía tan aliviada físicamente, que hasta me puse a cantar una canción de amor a Jesús, cuya letra y música compuse yo misma. Pero no importa, Estoy muy contenta por haber recibido la visita de mi santita predilecta; lo estoy tanto que el dolor físico me parece una nimiedad...