MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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viernes, 23 de noviembre de 2012

LA IMPORTANCIA DE LA UNIÓN MÍSTICA CON DIOS PARA LA EVANGELIZACIÓN: SOLO EL AMOR PUEDE TRANSFORMAR EL MUNDO


Y esto es porque el hombre es eterno
y el mundo es un espejismo




Para los que quieren evangelizar a los demás, y no han querido ni sabido entender el mensaje de Jesús, que exige un cambio de vida radical y una lucha continua contra el espíritu del mal, que solo se puede llevar a cabo para salir victorioso, con la ayuda de Dios y una entrega y un sacrificio total. 

Y aquí se podría aplicar el célebre adagio: "Médico, cúrate tú primero". o el célebre dicho castellano: "Son como el maestro Ciruela, que no sabía escribir, y que montó una escuela"


(San Juan de la Cruz Cántico espiritual )


“Porque de otra manera todo es martillar y hacer poco más que nada, y a veces nada, y aún a veces daño. Porque Dios os libre que se comience a envanecer la sal (Mt 5-13), que aún que parezca que hace algo por de fuera, en substancia no será nada, cuando está cierto que las buenas obras no se pueden hacer sino en virtud de Dios”. 

Se ha insistido mucho, en vista de la situación actual de la crisis de fe, y del avance de la secularización, sobre la necesidad imperiosa de una nueva evangelización en el mundo y particularmente en Europa, en donde en muchos países ha retrocedido el sentimiento religioso, ahogado por la ola de materialismo que como un “tsunami”, ha inundado a todos los creyentes.

Bajo mi punto de vista personal, esta nueva evangelización protagonizada por este Sínodo, se dedica a luchar contra los efectos de la crisis y no contra las causas de la misma, es como si ante un incendio, los que intentan apagar el fuego con un extintor, lo dirigen hacia la parte superior de las llamas, y no atacan a la parte inferior que es donde se genera y se alimenta. Por esa razón ha habido tantos Sínodos y tantos Concilios, que a pesar de las buenas intenciones no han conseguido detener el avance imparable de la decristianización en Europa.

En la Vida de San Juan de la Cruz o de Santa Teresa de Jesús, recuerdo haber leído que en vista del avance del Luteranismo en Europa, el Rey Felipe II, mandó a todos los conventos de la Corona rezar insistentemente y hacer penitencia por que Dios detenga esa ola que invadía Europa, y para que no llegara a España.

Naturalmente, los eternos enemigos de la Iglesia, atizados por la leyenda negra de los Protestantes, argumentarán sobre los horrores de la Inquisición, ocultando que los calvinistas quemaron vivo a Miguel Servet por su visión particular sobre la Trinidad, o la de los Anglicanos que en la época del sádico asesino Enrique VIII y de Elisabeth II, masacraron a muchísimos más católicos en unos años, que la Inquisición española en toda su historia. Además el famoso escritor francés anticlerical Voltaire, reconoció un hecho más que evidente: La Inquisición española ha evitado las terribles guerras de Religión que han asolado a toda Europa y en particular a Francia con la celebre matanza de la Saint Barthelémy: “Tuez les Tous, Dieu reconnaîtra les siens!”(¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos!)

Es también lo que ocurre con la colonización española de América, que ha sido mucho más igualitaria con los indígenas, y por eso ha durado mucho más que la colonización inglesa: En efecto, desde el descubrimiento de América, hasta el fin de la colonización española, han pasado más de tres siglos, sin embargo la colonización inglesa en el nuevo mundo,  ha durado solo alrededor de 160 años.

Los españoles se han mezclado con los indígenas, y ha subsistido hoy día una importante población amerindia, sin embargo en América del Norte, los indígenas son solo son un grupo muy reducido e insignificante.

Ya en el año 1.983, cuando estudié en la Facultad de Teología de Granada, para ser profesor de Religión, se tocó este tema, anulando lo más importante de la evangelización: La vida contemplativa, que es absolutamente necesaria para que pueda llevarse a cabo con éxito, por esa razón se nombró a San Francisco Javier patrón de las misiones, conjuntamente con Santa Teresa de Lisieux, que nunca había salido de su convento.

 Igualmente en las batalla de Josué contra los amalecitas, la victoria tuvo lugar gracias a la oración de Moisés, que imploraba al altísimo y que cada vez que bajaba los brazos prevalecían los enemigos, y se consiguió la victoria teniendo que sujetar sus brazos por el cansancio, lo que indica que sin la oración y el sacrificio, triunfa Satanás.

Se ha insistido a lo largo del curso de la asignatura de “Fe y Revelación” sobre la actitud que tienen que adoptar TODOS los Cristianos. Se ha afirmado que la fe es esencialmente comunitaria, y hablando del renacer de la mística cristiana, se ha afirmado que el peligro grave que puede entrañar es precisamente ese: apartarse de la comunión de la convivencia.

Como no puedo estar de acuerdo con ello, procuraré con racionalidad, no apoyándome en mis ideas, pero en la doctrina de San Juan de la Cruz - , Doctor de la Iglesia, y uno de los más grandes místicos de todos los tiempos, y sin duda alguna el que mejor ha interpretado las Escrituras en toda la historia de la Cristiandad - , refutar esa opinión con las palabras de ese gran Santo.

-”…y por tanto, por decir algo de esta noche oscura, no fiaré ni de experiencia ni de ciencia, porque lo uno y lo otro pueden faltar y engañar: más no dejándome de ayudar en lo que pudiera de estas cosas, aprovecharme he para todo lo que con el favor divino hubiere de decir – a lo menos para lo más importante y oscuro de entender – de la Divina Escritura, por lo cual guiándonos no podemos errar puesto que en el que ella habla es el Espíritu Santo. Y si yo en algo errare por no entender bien, así como lo que sin ella dijere, no es mi intención apartarme del sano sentido y doctrina de la Santa Madre Iglesia Católica, por lo que en tal caso me sujeto y resigno no solo a su mandato, sino a cualquiera que en mejor razón de ello juzgare”.

¡Qué diferencia con el fundador del cisma Luterano, y de tantos otros fundadores de tan variado pelaje, con su lenguaje lleno de soberbia y de odio!, y con los actuales predicadores relativistas, que quieren modificar las enseñanzas de la tradición cristina, para adaptarla a las modas de nuestros días, ¿Como es posible que tantas almas se hayan dejado guiar por unos Pastores con esa mentalidad, que predican insistentemente una doctrina relativista y adulterada?



LA FE NO ES ESENCIALMENTE COMUNITARIA

En realidad, la fe es comunitaria para la mayoría de la gente, y es aislada para otros, que son una minoría, y estos son los que viven mucho más intensamente la fe, y que por eso se encuentran mucho más cerca de Dios.

En el Cántico espiritual, canción 28,8  y canción 29, 1-4, dice San Juan de la Cruz:

“Que ya solo en amor es mi ejercicio. Como si dijera que ya todos estos oficios están puestos en ejercicio de amor de Dios; es a saber, que toda la habilidad de mi alma y cuerpo, memoria, entendimiento y voluntad, sentidos interiores y exteriores y apetitos de la parte sensitiva y espiritual, todo se mueve por amor y en el amor, haciendo todo lo que hago con amor y padeciendo todo lo que padezco con sabor de amor. Esto quiso dar a entender David cuando dijo: “Mi fortaleza guardaré para Ti (Ps 58, 10). Aquí es de notar que, cuando el alma llega a este estado, todo el ejercicio de la parte espiritual y de la parte sensitiva, ahora sea en hacer, ahora en padecer, de cualquier manera que sea, siempre le causa más amor y regalo de Dios, como habemos dicho. Y hasta el mismo ejercicio de oración y trato con Dios que antes solía tener en otras consideraciones y modos, ya todo es ejercicio de amor.

De manera que, ahora sea su trato cerca de lo temporal ahora sea su ejercicio cerca de lo espiritual, siempre puede decir esta tal alma que ya solo en amor es mi ejercicio.

¡Dichosa vida y dichoso estado, y dichosa el alma que a él llega! donde todo le es ya sustancia de amor y regalo y deleite de desposorio, en que de veras puede la esposa decir al Divino Esposo aquellas palabras que de puro amor le dice en los Cantares, diciendo: `Todas las manzanas buenas y viejas guardé para ti’ (7,13); que es como si dijera: "Amado mío, todo lo áspero y trabajoso quiero para mí y todo lo suave y sabroso lo quiero para ti". Pero el acomodado sentido de este verso es decir que el alma en este estado de desposorio espiritual ordinariamente anda en unión de amor con Dios, que es común y ordinaria asistencia de voluntad amorosa en Dios.”

Extraordinarias palabras que son las del mismísimo Jesucristo, Hijo de Dios, y de su Inmaculada Madre María Santísima, la Corredentora, que se han sacrificado para redimirnos y rescatar lo que era el botín de Satanás por su victoria sobre Adán y Eva: nada menos que toda la Humanidad, de la misma manera que los israelitas, al salir de Egipto, se llevaron consigo el botín de su victoria sobre el Faraón.

 “Todas las manzanas buenas y viejas guardé para ti”.

Esta actitud es el certificado de autenticidad del verdadero Amor:

                   Todo lo bueno y dichoso lo quiero para ti, y todo lo malo y dificultoso lo quiero para mí: Es el lema de los Hijos de Dios.

                  Lo contrario del egoísmo que pregona:

 “Todo lo bueno y dichoso lo quiero para mí, y todo lo malo y dificultoso lo quiero para ti: Es el lema de los hijos de Satanás.




ANOTACIÓN PARA LA CANCIÓN SIGUIENTE

Verdaderamente esta alma está perdida en todas las cosas y solo está ganada en  amor, no empleando ya el espíritu en otra cosa, por lo cual, aún a lo que es vida activa y otros ejercicios exteriores desfallece; por cumplir de veras con una sola cosa que dijo el Esposo que es necesario (Lc 10,42) y es la asistencia y continuo ejercicio de amor  en Dios, lo cual Él precia y estima en tanto que, así como reprendió a Marta porque quería apartar a María de sus pies para ocuparla en cosas activas en servicios del Señor, entendiendo que ella lo hacía todo y que María no hacía nada, pues se estaba holgando con el Señor (Ibid,V.41), siendo ello muy al revés, pues no hay obre mayor ni más necesaria que el amor; así también en los Cantares defiende a la esposa, conjurando a todas las criaturas del mundo – las cuales se entienden aquí por las hijas de Jerusalén – que no impidan a la esposa el sueño espiritual de amor, ni la hagan velar ni abrir los ojos a otra cosa hasta que ella quiera (3,5).

Donde es de notar que en tanto que el alma no llega a este estado de unión de amor, le conviene ejercitar el amor así en la vida activa como en la contemplativa, pero ya llegase e él, no le es conveniente ocuparse en cosas y ejercicios exteriores que le puedan impedir un punto de aquella asistencia de amor en Dios, aunque sean de gran servicio de Dios.

 Porque es más precioso delante de Dios y del alma un poquito de este puro amor y más provecho hace a la Iglesia, aunque parece que no hace nada, que todas esas obras juntas.

Que por eso, María Magdalena, aunque con su predicación hacía gran provecho y le hiciera muy grande después, por el gran deseo que tenía de agradar al Esposo y aprovechar a la Iglesia, se escondió en el desierto treinta años para entregarse de veras a ese amor, parecíendole que en todas maneras ganaría mucho más de esa manera por lo mucho que aprovecha e importa a la Iglesia un poquito de ese amor.

De donde cuando alguna alma tuviera algo de este solitario amor, grande agravio se le haría a ella y a la Iglesia, si, aunque fuera por poco espacio, se la quisiera ocupar en cosas exteriores o activas, aunque fuesen de mucho caudal. Porque, pues Dios conjura de que no la recuerden de ese amor, ¿Quién se atreverá y quedará sin reprensión?

Al fin, para ese fin de amor fuimos creados, adviertan pues aquí los que son muy activos, que piensan ceñir al mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho harían a la iglesia y mucho más agradarían a Dios, dejando aparte el buen ejemplo que de si darían, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en estarse con Dios en oración, aunque no hubiesen llegado a tan alta como esta. 

Cierto entonces harían más y con menos trabajo con una obra que con mil, mereciéndolo su oración, y habiendo cobrado fuerzas espirituales en ella; Porque de otra manera todo es martillar y hacer poco más que nada, y a veces nada, y aún a veces daño. Porque Dios os libre que se comience a envanecer la sal (Mt 5-13), que aún que parezca que hace algo por de fuera, en substancia no será nada, cuando está cierto que las buenas obras no se pueden hacer sino en virtud de Dios.

¡Oh, cuanto se pudiera escribir aquí de esto! Más no es este el lugar. Esto he dicho para dar a entender esta otra canción; porque en ella el alma responde por si a todos aquellos que impugnan este santo ocio del alma y quieren que todo sea obrar y que luzca e hincha el ojo por de fuera, no entendiendo ellos la vena y raíz oculta de donde nace el agua y se hace todo fruto. Y así dice la canción:

Pues ya si en el ejido
de hoy, más no fuere vista ni hallada
diréis que me he perdido;
que andando enamorada
me hice perdidiza y fui ganada.

Responde el alma en esta canción a una tácita reprensión de parte de los del mundo, los cuales han de costumbre notar a los que de veras se dan a Dios, teniéndolos por demasiados en su extrañeza y retraimiento y en su manera de proceder, diciendo también que son inútiles para las cosas importantes y perdidos en lo que el mundo precia y estima, a la cual reprensión de muy buena manera satisface aquí el alma, haciendo rostro muy osado y atrevimiento a esto y a todo lo demás que el mundo la pueda imponer, porque habiendo llegado ella a lo vivo del amor de Dios, todo lo tiene en poco.

 Y no solo eso, más antes ella misma lo confiesa en esta canción, y se precia y gloria de haber dado en tales cosas y se perdió al mundo y a si misma por su Amado. Y así, lo que quiere decir en esta canción, hablando con los del mundo, es que si ya no la viesen en las cosas de sus primeros tratos y otros pasatiempos que solía tener en el, mundo, que digan y se crean que se ha perdido y ajenado de ellos y que lo tiene tan por bien que ella mismo se quiso perder andando buscando a su Amado enamorada mucho de Él, y por que vean la ganancia de su pérdida y no lo tengan por insipienza o engaño, dice que esa pérdida fue su ganancia, y que por eso, de industria se hizo perdidiza”.

Estas son palabras de San Juan de la Cruz, más adelante en Cant 35,7; 36,1, comentando la soledad en que debe encontrarse el alma, que es la esposa, en ese estado de unión con Dios, que es el divino Esposo, dice comentando el verso:

También en soledad de Amor herido

“Es a saber de la esposa; porque además de amar el Esposo mucho la soledad del alma, está mucho más herido de amor por ella por haberse ella querido quedar a solas de todas las cosas, por cuanto estaba herida de amor por Él. Y así, Él no quiso dejarla sola, sino que, herido por la soledad que por Él tiene, viendo que no se contenta con otra cosa, Él solo la guía a si misma, atrayéndola y absorbiéndola en sí, lo cual no hiciera él en ella si no la hubiere hallado en soledad espiritual.

Es extraña esta propiedad que tienen los amados en gustar mucho más de gozarse a solas de toda criatura que con alguna compañía, porque aún que estén juntos, si tienen alguna extraña compañía que haga allí presencia, aunque no hayan de tratar ni de hablar más excusa de ella que delante de ella y la misma compañía trate ni hable de nada, bástales estar allí para que no se gocen a su sabor, la razón es porque el amor, como es unidad de dos solos, a solas se quieren comunicar ellos. 

Puesta, pues el alma en esta cumbre de perfección y libertad de espíritu en Dios, apagadas todas las repugnancias y contrariedades de la sensualidad, ya no tiene otra cosa en que entender ni otro ejercicio en que se emplear sino darse en deleites y gozos de íntimo amor con el Esposo, como se escribe del Santo Tobías en su libro, donde dice que, después que había pasado por estos trabajos de su pobreza y tentaciones, le alumbró Dios, y que todos los demás de sus días los pasó en gozo (14, 4) como ya le pasa a esta alma de que vamos hablando, por ser los bienes que en sí ve, de tanto deleite, como lo da a entender Isaías del alma que, habiéndose ejercitado en las obras de perfección, ha llegado al punto de perfección que vamos hablando”.






miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA LUCHA DE SAN JUAN DE LA CRUZ CONTRA SATANÁS


Estatua de San Juan de la Cruz que tenía
 Santa Teresita en el convento de Lisieux



Hace muchos años, visité una casa de subastas en Granada un día antes de la puja; vi esta estatua que compré al precio que me indicaron, antes de la puja. Era con Santa Teresa de Jesús y Santa Teresita el Santo preferido de mi madre, que en Paz descansa, y que me dio a conocer desde pequeño.
Mucho tiempo después, ojeé un libro editado por las carmelitas de Lisieux, y encontré la misma estatua en una foto, me dijeron que es la que había del tiempo de Santa Teresita, les mandé la fotografía, y me dijeron que era idéntica. 



LOS EXORCISMOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ

De la Vida del Santo por fray Crisógono de Jesús O.C.D.


          (…) "Hay ahora una religiosa prodigio. Es joven, ingresada en el convento cuando tenía 5 años, sin duda como educanda, explica maravillosamente las Santas Escrituras. Y no ha tenido maestro ni ha cursado estudios. Sus compañeras están asombradas. Son muchas las personas que vienen a oírla. Los superiores comienzan a preocuparse. Es necesario examinar aquel espíritu. Y por el locutorio del convento de Gracia, comienzan a desfilar los más insignes teólogos que España tiene en la Universidad de Salamanca: Mancio del Corpus Christi, Bartolomé de Medina, Juan de Guevara, el maestro fray Luis de León…Desconocemos el dictamen que van emitiendo. 

          Parece que todos dan por bueno aquel espíritu y por infusa aquella ciencia maravillosa. Pero los superiores no están tranquilos y  se requiere, al fin, la intervención de fray Juan de la Cruz, antiguo alumno de la Universidad salmantina de esos mismos insignes varones que le han precedido en el examen de la monja prodigio. El joven descalzo se resiste. Interviene el General de la Orden Agustiniana, que pasa entonces por Ávila, e interviene también Santa Teresa, y logran que el confesor de la Encarnación se decida a subir al convento de Gracia.

            Pero antes, hace gestiones cerca de la Inquisición de Ávila. Pone el caso en conocimiento de los Inquisidores y pide licencia para intervenir en el asunto. Y solo cuando los inquisidores le autoriza, se hace cargo de la monja que habla tantas maravillas.

           No sube solo fray Juan al convento de las agustinas: lleva como de costumbre, un compañero, el hermano lego fray Francisco de los apóstoles, que lleva unos meses haciendo de portero en el convento del Carmen; otras, el padre fray Gabriel Bautista; otras, el padre fray Pedro de la Purificación. Ellos le acompañan, aunque alternativamente, en las repetidas visitas que hace con este motivo al colegio de nuestra Señora de Gracia.

         El camino no es corto. Tiene que ir de norte a sur, dejando en medio la ciudad. Suben la pendiente norte y, probablemente bordeando las murallas desde el arco de San Vicente, pasan por detrás del ábside de la catedral y al pie de la puerta del alcázar. Un descenso rápido, pero corto, y están en el monasterio de las agustinas.

         Fray Juan entra en el confesionario. Mientras tanto, el padre general y las monjas, esperan el resultado del examen. Una hora pasa el descalzo con la monja. Al salir dice sin ambages a los que aguardan: “Señores, esta monja está endemoniada”. El Padre general le ruega que tome a su cargo el exorcizar a la religiosa. Le concede para ello todas las autorizaciones: puede entrar y salir, hacer y deshacer con plena libertad en aquella casa. Accede Fray Juan y empiezan los exorcismos. Va a ser todo un proceso largo y enojoso. Poseemos curiosos detalles, dados por testigos de vista en distintas informaciones, que nos permiten reconstruir el hecho.

         Los conjuros duran varios meses. Fray Juan sube al convento una o dos veces por semana. Va temprano para decir misa. Unas veces exorciza a la endemoniada antes de celebrar, y en ese caso se pone la estola sobre la capa blanca. Otras la conjura después de la misa, y entonces lo hace, quitándose la casulla y quedándose con alba y estola.

          Las monjas no lo pierden de vista. Admirado y querido como santo, corren a su lado apenas entra en la sacristía. Pero a fray Juan no le gusta que le vean quitarse la capa, ni quitársela ni estar sin ella, y lo hace ocultándose como puede, vistiéndose como puede los sagrados ornamentos, para que, cuando lleguen las monjas, le encuentren ya vestido.

        Quizá con la frecuencia con que le ven y le tratan, las religiosas terminan por llegarse a él “con grandísima familiaridad”. Las hay de muy buena presencia. Pero fray Juan, - así lo dice él a Beatriz de Cepeda, monja de a Encarnación – no siente inmutación alguna a su lado. No parece hombre.

        A los primeros conjuros, fray Juan hace confesar a la posesa que se ha entregado al demonio a la edad de seis años, es decir, al año de haber ingresado en el convento. La entrega se hizo solemnemente: la niña se sacó sangre de un brazo y con ella, escribió una cédula en la que hacía constar que se daba por entero al diablo. 

        Los exorcismos son acompañados de terribles convulsiones de la pobre endemoniada: insulta furiosa a fray Juan, echa espumarajos por la boca, grita, se revuelve frenética en el suelo, hasta intenta abalanzarse sobre el descalzo y sus acompañantes. Las monjas huyen despavoridas, y hasta el compañero de fray Juan quiere marcharse, asustado. 


         Debe de ser en esta ocasión el Padre Pedro de la Purificación o el Padre Gabriel Bautista, porque el exorcizante le dice que no tema, puesto que es sacerdote. Mientras tanto, la monja grita desesperada contra fray Juan. “¿A mí, a mí, frailecillo? ¿No tengo yo siervos?” El Santo pone una cruz sobre ella y continúa exorcizándola. La endemoniada arroja la cruz contra el suelo; pero fray Juan le manda cogerla y besarla, y ella obedece, aunque bramando.

         En otra ocasión le dice que traduzca aquellas palabras del Evangelio de San Juan: Verbum caro Factum est el habitavit in nobis. “El Hijo de Dios se hizo hombre y vivió con vosotros”, traduce rápidamente la monja. “¡Mientes! – Replica fray Juan -: las palabras no dicen “con vosotros” sino “con nosotros”. “Es como digo – repone la monja -, porque no se hizo hombre para vivir con nosotros, sino para vivir con vosotros” No hay duda, es Lucifer el que habla por boca de la joven y desventurada monjita.

        A esta labor de conjuros acompaña otra menos espectacular, pero mas necesaria, de instrucción y convencimiento de la endemoniada. La inveterada posesión ha llenado aquel espíritu, tras la capa de sabiduría asombrosa, sobre las santas Escrituras, de graves errores de orden moral, que fray Juan de la Cruz tiene que ir deshaciendo. Tal es el estado de posesión diabólica en que se encuentra la infeliz, ¡que llora porque hay quien ama a Dios!

          El santo vicario de la Encarnación no se cansa. Semana tras semana, a fuerza de ayunos y oraciones, de subidas y bajadas, logra ir apaciguando a  aquella pobre criatura. Pero el demonio intenta el desquite. Un día se presentan en el torno dos descalzos, que dicen ser fray Juan de la Cruz y su compañero; visten el mismo hábito, tienen idéntica figura, el mismo tono de voz que ellos. Vienen, como de costumbre, a hablar con la posesa. La tornera avisa a la monja, y esta va al confesionario. Cuando sale, está desesperada. La madre superiora lo advierte y pregunta que ha pasado. “Fray Juan me ha dicho lo contrario que otras veces”, responde la infeliz.

           Toma la priora una pluma, escribe un billete al confesor de la Encarnación y se lo remite. Leído por fray Juan, le dice este a fray Juan de los Apóstoles: “Vamos a las monjas”; y suben los dos al convento de Gracia. Las agustinas respiran al verlo. Deshace este el embuste del demonio, que había tomado su hábito y figura, y vuelve a conjurar a la posesa.    

          Al fin, después de meses de exorcismos, logra arrancar al diablo la cédula y dejar libre a la monja, que queda rendida, como salida de una pesadilla larga y atormentadora. Las religiosas del convento de Gracia, conservaron durante muchos años el recuerdo de la santa y benéfica intervención del joven descalzo en su comunidad.

        Fray Juan vuelve a su vida oculta en la casita próxima a la Encarnación, pero el hecho portentoso llena los ámbitos de la ciudad y se comenta en todas partes. Se habla de él sobre todo en el convento de la Encarnación. Las Carmelitas deben de estar orgullosas de las maravillas que hace su confesor. Hasta Santa Teresa, que está aquí, le falta tiempo para publicar fuera el portento realizado, y se lo escribe a la priora de Medina: “Ahí os envío el santo fray Juan de la Cruz, que ha hecho Dios merced de darle gracia para echar los demonios de las personas que los tienen. Ahora acaba de sacar aquí, en Ávila, de una persona tres legiones de demonios, y a cada uno mandó, en virtud de Dios le dijesen su nombre, y al punto obedecieron.

         No será, sin embargo el único caso. Conocemos otro, muy singular también, referido por un testigo de vista, el padre Pedro de la Purificación, que acompaña a San Juan en el momento de realizarlo. Es otra monja posesa. Se ignora la Orden y el convento a quien pertenece. En cambio sabemos que se realiza la víspera de la Santísima Trinidad.

     Es cerca de mediodía cuando llega San Juan con su compañero. Los exorcismos comienzan a la una, pero el demonio se resiste, y se llega a la hora de vísperas sin haber conseguido expulsarlo. Las monjas advierten que es hora de ir al coro. El Santo suspende el conjuro y asiste con su compañero y las religiosas al divino oficio. Allí está también la endemoniada.

           Entonan solemnemente el “Deus in audiutorium deum intende” de las vísperas de Trinidad, cuando el coro canta el “Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto”, la posesa que ocupa su sitial correspondiente, da media vuelta en el aire y se queda suspendida en posición inversa, con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba. Las monjas, asustadas, suspenden el canto. Fray Juan se adelanta al medio del coro y dice en voz alta: “En virtud de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, cuya fiesta estamos celebrando, te mando vuelvas esta monja a su lugar”. La monja da la vuelta, adquiere la posición normal y torna a la silla coral que le corresponde. Terminadas las vísperas, continúan los exorcismos hasta que la monja queda libre.

           El demonio busca el desquite como puede. Intenta derribar su virtud como en las tentaciones y asaltos que lanza contra su pureza. Cuando no puede otra cosa, se venga atormentándolo físicamente. Fray Francisco de los Apóstoles, su compañero en esta época, le encuentra un día en su huertecillo que tiene la casita en donde habita cerca de la Encarnación. Fray Juan está pálido, más descolorido que de costumbre, y le pregunta la causa. 

           “Me han tratado los demonios tan mal – viene a contestarle -, que no sé como he quedado con vida.” Fray Francisco no se extraña. El sabe que algunas noches le quita la ropa de la tarima estando fray Juan ya acostado; que le deja en túnica interior con aquel frío terrible de las noches invernales de Ávila; que lo maltrata y atormenta sin piedad, Todo inútil. Fray Juan seguirá arrebatándole de entre las garras sus mejores presas. Aún serán muchas las veces que Lucifer bramará, impotente, en presencia del frailecillo.

           A raíz de estos acontecimientos hace fray Juan un viaje a Medina del Campo. Hay allí una monja descalza, Isabel de San Jerónimo, afectada por extraña enfermedad. Nadie la entiende. Las religiosas terminan por achacar sus rarezas a mal espíritu y la dan por endemoniada. Así se lo escribe la madre Inés de Jesús, priora del convento, a Santa Teresa, que lo es de la Encarnación. 

           La Reformadora da por bueno el dictamen de las monjas de Medina y les envía a fray Juan, al mismo tiempo que escribe a la madre Inés: “Mi hija, me pesa de la enfermedad que tiene la hermana Isabel de San Jerónimo. Ahí les envío el Santo fray Juan de la Cruz, que le ha hecho Dios merced de darle gracia de echar los demonios. Y allá va fray Juan a realizar el conjuro.


        Pero pronto se convence  de que no hay tal posesión diabólica. La confiesa, le lee los Evangelios y termina diciendo a las religiosas: “Esta hermana no tiene demonio, sino falta de juicio”. Era, sencillamente una neurasténica.






sábado, 17 de noviembre de 2012

PLEGARIA POR LA RUINA ECONÓMICA Y MORAL ORACIÓN ENCONTRADA EN EL BANCO DE UNA IGLESIA


ORACIÓN POR ESPAÑA

Nota: Estas reflexiones y oraciones se han transcrito  de una fotocopia hallada en el banco de una Basílica.




Notre Dame de Lourdes




¡Oh María Inmaculada, Patrona de España, velad por España, Nación mariana por excelencia, Tierra consagrada a María, rogad por España, salvad a España, embestida por todas las fuerzas del mal y por los políticos anticlericales que con su odio ciego, la están acosando y atacando sin piedad!

Estos, cuanto más culpables, más necesitan de vuestra poderosa intercesión. Basta una súplica a vuestro Divino y Todopoderoso Jesús, terror de Satán, Jesús que reposa en vuestros brazos, y España será salvada.

¡Oh Jesús, Corazón Divino oculto en el Santísimo Sacramento, tan amado por los españoles de buena voluntad, y tan odiado por los hijos de las tinieblas, tan amado por María Inmaculada, salvad a España, arrancádla de las manos de Satanás, que quiere destrozarla, porqué extendió el Reinado de la Cruz por todo el mundo!

¡Que se vea palpablemente tu Soberana Protección, porque su Pueblo confía en Aquella que aplasta la cabeza del infernal dragón, te pedimos para que sean desbaratados sus perversos planes!

¡Oh Jesús Sacramentado! ¡Oh, María Inmaculada!, velad, velad por España, salvad a esta Nación tan Vuestra, de todos los peligros que puedan amenazar su fe, su tranquilidad y su orden, como así lo desea tu Divino Hijo.


         LOS SITIOS MÁS ARDIENTES DEL INFIERNO ESTÁN RESERVADOS PARA QUIENES, EN MOMENTOS DE CRISIS MORAL Y ATEA, GUARDAN NEUTRALIDAD, SILENCIO Y PERMANECEN INACTIVOS.

(Fin de la fotocopia)



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REFLEXIÓN PERSONAL



       Esta es la herencia política española: desastre moral y económico, que siempre van estrechamente unidos; leyes aprobadas, en connivencia con los progresistas, la masonería y el marxismo trasnochado, que aún no ha abolido el nuevo gobierno:  
                                                                                                 
-Memoria Histórica, que ha resucitado el odio de la guerra civil entre los españoles.
-Píldora del día después, que dijeron, mintiendo, que no era abortista.
-Despenalización del Aborto.
-Ley del divorcio exprés, que perjudica siempre al más débil de los esposos, y sobre todo a los hijos.
-Equiparación del matrimonio homosexual con el tradicional, con derecho de adopción de niños, que serán los gran perjudicados, teniendo que sufrir la mofa de sus compañeros de estudio.
-Educación para la Ciudadanía, obligatoria en las escuelas,para tratar de abolir la herencia Cristiana, e imponer el ateísmo.
-Adoctrinamiento de la Sociedad para aprobar la eutanasia activa.
-Promiscuidad sexual, con consentimiento de las relaciones sexuales para niñas de 13 años, a pesar de la negativa de los padres, a los cuales se les quita toda autoridad, para entregársela al Estado.

     -Denigración en todos los Medias de todo lo Religioso, representado como algo del pasado y propio de fanáticos.

Y para colmo: El Cardenal, que se ha reunido en un coloquio público con el desastroso político Zapatero, que arruinó moralmente y económicamente el País, intercambiando grandes elogios, y hablando de futilidades.

Es el pastor que se reúne con el lobo, con el diálogo siguiente:

-“Es Ud. un lobo educado y elegante, ¡respeto sus modales y su dedicación por las ovejas!”.

-“Es Ud. un pastor atento y complaciente, agradezco sus modales y su proceder tan diferente de los otros pastores de la Edad Media, que atacaban con odio y ensañamiento a los lobos que tachaban de crueles y sanguinarios”.

-“Es que todos somos hijos de Dios, y Él nos ama a todos por igual, a santos y a pecadores, de la misma manera, yo le amo a Ud, hermano lobo, le respeto y tiene todo mi afecto”.

-“Hermano pastor, le agradezco que no ponga prohibiciones a sus ovejas, y que les deje plena libertad para que puedan entregarse a mí, tenga por seguro de que conmigo serán felices, porque vivirán libres, disfrutando en las verdes praderas, llenas de preciosas flores silvestres, y yo sabré cuidarlas y educarlas”.

Y el “E(x)merito” Cardenal, que declaró públicamente en la T.V. autonómica andaluza, gobernada por Socialistas y Comunistas; que "tendríamos que “mimar” a los políticos, sean del color político que sean" (sic).
Y esto, a pesar de saber que muchos de ellos se han repartido el dinero destinado a los parados.
Seguramente por esas declaraciones, fue condecorado y aplaudido públicamente por la Autonomía.

Todo esto, me recuerda lo que oí que dijeron unos atracadores a la policía que los detuvo “in fraganti", y que apareció en la Prensa.

-“¿Por qué nos detienen?, ¡Ustedes hagan su trabajo y déjennos a nosotros hacer el nuestro!”.








jueves, 15 de noviembre de 2012

COMO HA DE SER LA NUEVA EVANGELIZACIÓN IMPULSADA POR EL SÍNODO


EL CORRIMIENTO DE TIERRAS DE OLIVARES





El 19 de Abril de 1.986, estando trabajando como Ingeniero de Caminos en la Diputación Provincial de Granada, ocurrió un acontecimiento sorprendente, que voy a tratar de comparar con la situación religiosa actual: la DECRISTIANIZACIÓN de la Sociedad.

En ese pueblo, de la Provincia de Granada, de una orografía muy accidentada, situado en un profundo valle, por el cual discurre  el  río Velillas,  entre altas cumbres, una de ellas, situada en el margen derecho del río, empezó a deslizarse, amenazando con sepultar el pueblo. Una una lengua de tierra  de un kilómetro de largo y de una anchura entre 75 y 350 metros se movía a una velocidad increíble.

Inmediatamente, el Presidente de la diputación, mandó a todo el equipo de topografía para hacer un seguimiento del corrimiento.
En vista de que ese corrimiento era imparable, ya que las medidas topográficas indicaban movimientos de más de un metro a la hora, y en vista de que ya muchos olivos centenarios estaban ya tumbados, con desplazamientos de 25 metros, y de que varias casas de la ladera estaban desplazadas, se mandó a toda la maquinaria pesada de obras públicas de Andalucía, que empezara a excavar para evitar que la montaña que avanzaba inexorablemente, llegara a sepultar el pueblo, y a  crear un embalse al atravesar el cauce del río, ya que se había colocado un entubamiento metálico para crear un túnel para que pasara el río, pero el empuje de las tierras lo había aplastado. 

Desgraciadamente, toda la maquinaria pesada como retroexcavadoras gigantes, que no paraban día y noche de cargar un ejército de camiones, que descargaban la tierra en un llano a la salida del pueblo, creando una nueva montaña de tierra, eran incapaces de impedir la amenaza que se avecinaba: el enterramiento y la aniquilación de todo el pueblo de Olivares, y la creación de un lago natural, a causa de la presa de tierra que se estaba formando al cortar la lengua de tierra el cauce del río.

En vista de que todos los medios materiales eran incapaces de detener el avance del monte, el Presidente convocó en el Pueblo a todos los Ingenieros de Caminos, y los Arquitectos de la Diputación, e igualmente  acudieron desde Madrid varios catedráticos de Geología. Acudieron igualmente todas las fuerzas de seguridad de la Provincia, como la guardia civil y protección civil, así como, naturalmente todos los reporteros y periodistas de Andalucía.

Como ocurre siempre cuando se convoca una comisión de expertos, las conclusiones fueron dispares y contradictorias, Se habló de crear un canal en la margen izquierda del río, para desviar  su cauce, del lado opuesto al corrimiento, los militares propusieron dinamitar el puente que cruzaba el río aguas arriba del pueblo para facilitar su desagüe, pero nadie aportaba soluciones para detener el avance imparable de la montaña.
En cierto momento, el Presidente mandó a un ayudante que llamara a los “especialistas”, que estábamos reunidos en la planta baja, para que emitieran sus conclusiones:
-“Dice el Presidente que los técnicos suban a hablar con él, para que emitan sus dictámenes”
-“Aquí no hay técnicos, contestó airado un catedrático, somos todos catedráticos y titulados superiores”

En vista de esta situación, apareció el Presidente y dijo:
“Que no se entere la Prensa de que no tenéis ni la menor idea de cómo solucionar el problema”(sic)

El problema se solucionó por fin, cuando un humilde agricultor del pueblo, afirmó que en la explanada que había en lo alto de la montaña, había un manantial de agua que se infiltraba, lo que producía la lubricación entre la montaña arcillosa y la roca subterránea en la cual descansaba. Una vez desviada el agua del manantial. La montaña se detuvo y el pueblo volvió a la normalidad.

ANALOGÍA CON LA CRISIS ACTUAL:

-El pueblo de Olivares: El Pueblo de Dios
-El Corrimiento de tierras: El castigo por la impiedad y la relajación provocadas por Satanás y sus secuaces..
-La Comisión de Catedráticos; Ingenieros y Arquitectos: Los Cardenales,  Arzobispos y Obispos
-La maquinaria pesada: La predicación para la nueva Evangelización.


EL CONSEJO DEL HUMILDE AGRICULTOR:

Las advertencias que trasmite siempre la Santísima Virgen María, a los más humildes: Los pastorcillos de Fátima, Santa Bernardita:

Oración; sacrificio, amor y santo temor de Dios, que es el único medio que existe para la santificación de las almas, solo así se puede cortar el manantial producido por Satanás, para sepultar a las almas, que es la relajación general.

Esta amenaza provocada por la decristianización, nunca se podrá evitar con  la predicación de la doctrina “descafeinada”, y del dios “merengue”, que es incapaz de mandar a nadie al Infierno, porque todos somos hijos suyos, lo que propicia el olvido de la Ley de Dios, y  atrae el castigo divino.




lunes, 12 de noviembre de 2012

ANÁLISIS DE LAS DESVIACIONES DE LOS SACERDOTES RESPONSABLES DE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LA IGLESIA;







          Tremendo Juicio de Jesús para las almas consagradas, que tenían que ser los faros que alumbran a las almas que les confió Jesús, pero que sin embargo están pendientes de otros menesteres, y muchas veces entorpecen el camino de la Salvación, y son un obstáculo para los fieles. Son los que abandonan, como desertores el combate que tienen que mantener contra los enemigos de las almas y de Dios, ocupándose de satisfacer lo que les gusta y lo que le gusta a la mayoría del pueblo, y alejándose de la Ley de Dios, que siempre, como lo dijo San Pablo, es una locura para el mundo, y al revés, lo más subido para el mundo es una locura para Dios.

          Y así, en el curso de la Historia se ha  comprobado, como la Iglesia en cuanto a cierta Jerarquía, se ha empeñado en adaptarse a las modas de los hombres, pero casi nunca ha tenido la suficiente valentía para insistir en una doctrina que era contraria a la mentalidad mayoritaria de la Sociedad. Y no hablemos de los nuevos teólogos, que trataron de imponer su doctrina, primero con la Teología de la liberación, ya que era la moda, debido a la fascinación de la gente por las ideas marxistas, y una vez que se demostró que eran una falacia, ahora se empeñan en una nueva moda: La teología de la secularización y de la desacralización, con sus nuevos teólogos que son los abanderados de la nueva moda, y siempre, como lo dice Jesús, con sus seguidores sacerdotales, que quieren a toda costa aparecer como los precursores de la “nueva evangelización”.

         Cuentan en el libro de la vida del Santo cura de Ars, como transformó un pueblo con una Iglesia prácticamente vacía de fieles, en un lugar de peregrinaje en donde los fieles hacían cola durante varios días para poder confesarse.

En cierta ocasión, un sacerdote vecino le confesó que en su pueblo, la gente no tenía devoción, a lo cual el Santo cura le preguntó: ¿Ha ayunado Ud?, ¿ha hecho penitencia?

          Y está claro, que ya que el ministro de Dios no puede dar lo que no tiene, por eso la Evangelización, tiene que empezar por su santificación, en caso contrario, ocurrirá lo que dijo Jesús: “Corréis cielo y tierra para hacer un prosélito, y cuando lo conseguís, hacéis de él un ser más imperfecto que vosotros mismos”

           Cuantos ejemplos que he vivido personalmente, podría aquí relatar, pero quiero también aquí destacar a ciertos sacerdotes que me han causado una sublime admiración, y aquí no hay que tener discernimiento de los espíritus, para reconocer su Santidad, basta, como así lo dice S. Juan de la Cruz, ver su actitud en la celebración de la Santa Misa, en su manera de comportarse, en el respecto ante el Santísimo, ya que como lo dice el Santo, la humildad es imposible ocultarla aunque se quiera.

          Luego están sus palabras en la homilía, que diferencia entre algunos que son capaces de hablar y hablar, para no decir nada, o incluso palabras heréticas, y el verdadero espíritu poseído por la Divinidad, que dice palabras que te llenan de alegría y de admiración, a eso se refería Jesús cuando decía: “Mis ovejas reconocen mi voz; no escuchan la voz de los extraños”.




LAS ALMAS CONSAGRADAS: ACERTADA Y GRAVE ACUSACIÓN A LOS SACERDOTES NEGLIGENTES Y ALABANZA A LOS SACERDOTES SANTOS.
(De los cuadernos de Mª Valtorta 27-1-1.944)


Dice Jesús:

  Es doloroso dictar, escribir, leer estas páginas. Pero es la Verdad y hay que decirla. Escribe. Es para los sacerdotes.

Se acusa mucho a los fieles de ser poco fieles y muy tibios, se acusa mucho a los hombres de no tener caridad, ni pureza, ni despego de las riquezas, ni espíritu de fe. Más así como los hijos, salvo raras excepciones, son como los padres (no tanto por las enseñanzas sino por el ejemplo), también los fieles son, salvo las excepciones siempre presentes. Tal como los forman los sacerdotes, no tanto con las palabras sino por el ejemplo.

Las iglesias, esparcidas en medio de las casas de los hombres deberían ser como un faro y un centro de purificación, de ellas debería emanar una luz dulce y potente, penetrante y atrayente, que como sucede con la luz del día, penetrara a pesar de todas las barreras en los corazones.

[...] Del mismo modo, si de las iglesias esparcidas entre las casas se difundiera una “luz” igual a la que Yo os he indicado con vuestro signo ¡oh sacerdotes, a quienes denomino “luz del mundo” (Mt. 5-14,16) (¡os llamé así cuando os creé !), aún en los corazones más cerrados penetraría una hebra, un punto, un polvillo de luz, lo suficiente para engendrar en los corazones hambre de luz, de “esa Luz”.

Más ¿cuántas son las iglesias de las que emana una luz tan viva que es capaz de forzar las puertas cerradas de los corazones y penetrar en ellos para llevarlos a Dios, a Dios que es Luz?, más cuantos sois vosotros, los párrocos y clérigos; vosotros lo sacerdotes y monjes; vosotros, todos los que Yo he designado para que fuerais portadores de Mí hasta los corazones, cuántos de vosotros, las almas de la Iglesia, estáis inflamados por la Caridad hasta tal punto que lográis romper el hielo de las almas y llevar al corazón de los hombres el amor de Dios y el amor a Dios, que es Caridad?

Los dolores de los hombres son diversos de los vuestros. O al menos, los vuestros deberían ser diversos, porque tendrían que consistir en las penas provocadas por el celo hacia vuestro Señor Dios, que no es amado lo bastante; provocadas por los fieles que se pierden; por los pecadores que no se convierten. Solo estos, no otros, deberían ser vuestros dolores porque al llamaros, no os asigné una mansión, una mesa, una fortuna, una familia, sino una cruz, mi Cruz, ésa en la que perecí desnudo, ésa e la que expiré solo, esa en la que subí despojado de todo, despojado hasta de mi pobreza, que era riqueza comparada con mi miseria de ajusticiado al que solo le queda el patíbulo hecho con poca madera y tres clavos, y un puñado de espinas entrelazadas formando una corona. Esto lo recuerdo para decirles a todos – y a vosotros en particular – que las almas se salvan con el sacrificio, con la generosidad en el sacrificio llevado hasta el despojo total, absoluto de los afectos, de las comodidades, de lo necesario de la vida.

En cambio, los hombres acosados por sus dolores - ¡Y sólo Yo sé cuántos son! -, tendrían que poder mirar hacia su Iglesia como una madre en cuyo regazo se va a llorar y a escuchar palabras de consuelo, tras haberle narrado las propias angustias, con la certeza de ser escuchados y comprendidos. En los momentos en que los envuelven las tinieblas  - provocadas por tantas cosas no siempre originadas en su voluntad, sino impuestas por voluntad ajena, por un complejo de circunstancias que les inducen a creer en el error o a dudar de Dios – los hombres tendrían que encontraros a vosotros, los portadores de luz, de mi Luz; a vosotros los piadosos como el samaritano; a vosotros que sois maestros como vuestro Maestro; a vosotros que sois padres como vuestro Padre.

La Tierra, corrompida por tantas cosas, fermenta como un cuerpo que se pudre y contamina las almas con su hedor de pecado. Mas si las Iglesias esparcidas por las casas fueran incensarios en los que un sacerdote vive ardiendo y se inflama amando, el hedor del mundo quedaría equilibrado por el perfume de Dios, que emana del corazón de los sacerdotes que viven en total “fusión” con Dios, anulados en Dios hasta ser únicamente semejantes a Mí. Dios, que estoy en el Sacramento a disposición del hombre en todo momento, sin desfallecimientos, sin soberbias; entonces, los corazones se purificarían.

Los sacerdotes que son así, es decir perfectos, son como el sol. Aspiran las almas hacia el cielo como si fueran gotas de agua y las purifican en la atmósfera celeste para ser luego como nubes que se disuelven lentamente en benéfico rocío, de noche, recatadamente, para llevar refrigerio a las heridas y las quemazones de los corazones, pobres flores heridas por tantas cosas.

         Aspiran, atraen a sí: para ello es necesario tener una fuerza muy grande. Solo el amor vivísimo hacia el Señor y hacia los hermanos puede dárosla. Si lo queréis, permaneciendo firmes en  Dios y en lo alto, muy en lo alto respeto a la Tierra, vosotros podéis atraer las almas hacia vosotros, o sea a Dios, en quien vivís. Es una operación que requiere generosidad y constancia. Hasta un parpadear puede servir para este fin.

 Todas vuestras acciones deben proponerse esta meta. Hay miradas que pueden convertir un corazón, si en tales miradas resplandece Dios.

     Disolverse: sacrificarse, de todas las maneras, recatadamente, llevando a las almas abrasadas al refrigerio celeste, que se difunde tan dulcemente que ellas no saben cuando les ha llegado, aunque se encuentran regadas por él. Tal como lo hace el rocío que, silencioso y púdico, desciende mientras que todo reposa: los hombres, los animales y las flores; limpia el aire de las impurezas del día, sacia la sed de los tallos y las frondas y los cubre de perlas.

Sacrificio, más y más sacrificio, ¡oh, sacerdotes! Plegaria, más y más plegaria, ¡oh, pastores!

Os he llamado pastores. No os he llamado “solitarios” ni tampoco “capitanes”. El solitario vive por su cuenta. El capitán marcha a la cabeza de los suyos. En cambio, el “pastor” está en medio de su rebaño y lo guarda. No se aísla porque el rebaño se dispersaría. No camina a la cabeza de él, porque las ovejas distraídas quedarían rezagadas en el camino y a la merced de los lobos y los ladrones.

Si no es un enajenado, el pastor vive en medio de su rebaño, lo llama, lo reúne, va incansablemente de un extremo al otro del mismo, lo precede en los puntos difíciles, es el primero en tantear las dificultades, las allana en lo posible, se afana en hacer seguros los tramos dificultosos, luego permanece en el punto más arduo para controlar el paso de sus ovejillas y si ve alguna temerosa o débil, se la pone sobre los hombros y la lleva más allá del punto peligroso; si aparece el lobo, no huye; al contrario, se arroja sobre él, poniéndose delante de sus ovejas, y las defiende, aún a costa de morir para salvarlas. 

Se inmola por ellas, para saciar el hambre de la fiera, de tal modo que esta no sienta la necesidad de devorar. ¡Cuántas fieras acechan a las almas! El Pastor no pierde tiempo en inútiles diálogos con los que pasan, no se distrae con cosas que no le competen. Se ocupa de su rebaño y nada más.

     Ahora poned atención. ¿No parece estar leyendo el capítulo 8º de Ezequiel?


   Primer ídolo: los celos.

Tendríais que ser caridad, ¿no es verdad? Tendríais que ser caridad para inducir a otros a la caridad. Y en cambio, ¿qué sois? Tenéis celos el uno del otro. Os ofendéis si un laico os critica. Más, ¿no os criticáis recíprocamente, y a menudo injustamente? El superior critica a los inferiores. El inferior critica a los superiores. Tenéis celos si uno de vosotros se destaca, si uno de vosotros tiene éxito, si uno de vosotros se enriquece. Es más, esto, que tendría que horrorizaros, es lo que más os apetece. ¿Acaso era rico Yo, el Sacerdote eterno? Sed perfectos y os notarán y alabarán, aún cuando tendría que interesaros solo la alabanza de vuestro Dios. Sed perfectos y alcanzaréis el único fin digno de vuestro hábito: el de llevar almas a Dios.

Segundo ídolo o mejor, numerosos ídolos: Las diversas herejías que en vosotros sustituyen el culto que deberíais practicar

También vosotros, como los setenta ancianos que nombra Ezequiel, incensáis a los ídolos, cada uno al que prefiere. Y lo hacéis en la oscuridad, esperando que el ojo de los hombres no os vea. Pero  os ven. Y los escandalizáis. Porque los fieles, y los hombres en general, son como los niños, que aunque parezca que no os observan, no pierden nunca de vista ni de oídos a los mayores.

Más, ¿es que no sabéis que, aun cuando el hombre no os viera, Dios os ve? Y entonces ¿Por qué esparcís vuestro incienso ante el poder del oro o ante el poder del hombre?¿Es que acaso no veo desde lo alto de mi Trono que demasiados sacerdotes míos ocupan el tiempo – ese tiempo que Yo les otorgo para que lo empleen en la propia misión sacerdotal – dedicándose a tratos humanos, aptos para aumentar su bienestar? Si, lo veo ¿Es que acaso no observo – y, al hacerlo, mi corazón siente un profundo disgusto – que demasiados sacerdotes míos abjuran mi Ley para obedecer a la ley de los hombres desgraciados, porque así esperan obtener honores y ganancias?  Sí, lo veo.

¡Oh, sacerdotes politicastros! ¡Sois los miembros del Sanedrín de hoy! Mas, recordad cual fue el final del Sanedrín, precisamente por obra de aquéllos a cuyos pies habían prosternado su conciencia y violado mi Ley. Y no os digo nada más. Todo esto acaeció por parte de los hombres. Lo demás os llegará después, por el Juez Eterno y Justo.

Tercer ídolo: la sensualidad.

Sí, veo también esto. Y no agrego nada más por respeto hacia mi “portavoz”. Mas, que cada uno de vosotros se examine para comprobar si en lugar de las únicas criaturas femeninas que le es permitido a un sacerdote recordar con amor – es decir, mi Madre y la propia -, no existe una diosa pagana. Recordad que me tocáis, que me recibís. Nada más. No pongáis al purísimo en contacto con una carne manchada por la lujuria.


Cuarto ídolo: la adoración de Oriente.

Las sectas. Sí, también veo esto ¿Y no tendría que mirar con desdén a muchos de vosotros y dirigir a muchos las invectivas que dirigí a los fariseos y a los doctores de mi época? ¿Y no tendría que suscitar “luces” entre los laicos que me aman como muchos de vosotros no me aman, por piedad hacia las almas que dejáis en el hielo, en la oscuridad, en la impureza, hacia las almas para las que no sois un camino hacia Dios, sino un sendero que lleva hacia abajo? 

¿Cómo osáis repetir mi Palabra y predicar mi Ley cuando dicha Palabra y dicha Ley son una condena para vosotros? El que es puro que sea aún más puro y el que no es puro, que se purifique.

La humanidad se encuentra ante una gran encrucijada. De allí parten dos caminos: uno sube y llega a Dios; el otro baja y conduce a Satanás. En la encrucijada hay una piedra. Sois vosotros. Si hacéis de vosotros un baluarte y un estímulo hacia el primer camino, Satanás no irrumpirá y las almas serán impulsadas hacia Dios. Más si sois vosotros los primeros en rodar por la pendiente de Satanás, arrastraréis a la humanidad, con anticipación, hacia los horrores del Anticristo.

Y si este debe venir, ¡ay de los que anticipan su venida y la prolongan! Porque él dejará de existir a la hora eterna fijada y cuanto más largo será el tiempo de su permanencia, mayor será el número de las almas que se perderán. Más recordáoslo: ni siquiera una de ellas dejará de ser vengada, pues si vuestro Dios ve hasta el pájaro que muere, ¿Cómo puede no ver un alma que muere? A sus asesinos, quienesquiera que sean, exigiré la razón y decretaré mi condena”.