MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 28 de enero de 2014

EN LA CREACIÓN, DIOS OBRA CON ORDEN Y PACIENCIA

DIÁLOGO DE JESÚS CON JUDAS ISCARIOTE, E ISAAC UNO DE  LOS PASTORES QUE VINIERON A ADORARLE EN BELÉN.





La teoría Darwiniana de la Evolución




                                                                                                        Magnificas enseñanzas sobre la paciencia, madre de todas las Virtudes, que es la manera de actuar de Dios en sus obras, desde la Creación del Génesis, en donde todo se hizo en siete días, que simbolizan siete tiempos, incluida la creación del hombre, que se modeló poco a poco con barro, hecho con polvo de la Tierra.

          Y esta creación del hombre, fue como el trabajo del alfarero, que poco a poco va modelando, y dando su forma con paciencia y amor, hasta finalizar el producto, o como un artista que va pintando un cuadro. Lo absurdo es querer juzgar la Obra antes de que esté terminada: No se puede decir al alfarero: Tu obra es pésima cuando aún no está terminada, porque te contestará con toda la razón del mundo: "Amigo, espera a que mi obra esté terminada para emitir tu opinión".

              Otros, que se creen sabios, como muchos divulgadores científicos, o investigadores ateos, que han visto una fase de la creación en un hombre fosilizado, cuando aún no estaba terminada, y que aún no tenía el soplo de Dios que le infundírá el alma inmortal, no solo niegan de la Sagrada Escritura, relatada en el libro del Génesis, pero además, quieren probar que toda la Revelación es un cuento, y se obstinan en querer demostrar a toda costa que Dios no existe, ya que nunca lo mencionan, y critican los que no piensan como ellos.

               Lo malo es que existe una gran multitud de personas, admiradores de la Ciencia humana, que adoran y siguen esa doctrina satánica, a pesar de ser insostenible racionalmente, porque esa teoría no se puede mantener, ya que la razón indica que es imposible que la materia se auto-genere por si misma.

       Y además esa enseñanza parte de un ilogismo y llega al absurdo, porque no puede aclarar de donde viene el primer germen, que ellos dicen que fue de donde salió el hombre, y sobre todo no explica a donde va el hombre, al contrario de la Religión, que dice que el hombre viene de Dios y vuelve a Dios si cumple sus mandamientos.

            Ese tipo de individuos no ven diferencia alguna entre un hombre y un chimpancé, están tan ciegos que no perciben que el animal solo se guía por su instinto, y que solo el hombre es capaz de tener misericordia y amor al pobre y al necesitado, lo que lo diferencia de los animales, y lo que demuestra que tiene una alma inmortal, a imagen y semejanza de Dios.

             Lo mismo ocurre con la recreación del alma, por eso Dios da a la mayoría de las almas, toda una vida para convertirse y obedecer a la voz de su conciencia, para los que no han conocido la Revelación, o para poder seguir las enseñanzas de Jesús en los Países Cristianos. 

        Los que no lo consiguen en esta vida, pasarán el tiempo necesario para completar su purificación en el Purgatorio, otros no podrán nunca purificarse, son los réprobos, que han alcanzado la segunda muerte eterna.




Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta  (25-1-1.945)

            (...) Y, dirigiéndose a todos, Jesús añade: "así hay que actuar. Yo también actúo así, ir hacia adelante, sin cansancios. El cansancio es todavía una raíz de la soberbia humana, como también lo es la prisa. ¿Por qué uno siente fastidio por los fracasos? Porque el orgullo dice: "¿A mí decirme que no? ¿Conmigo tanta espera? Esto es falta de respeto hacia el Apóstol de Dios". No, amigos. Observad toda la Creación, y pensad en quien la hizo. Meditad sobre el progreso del hombre, y pensad en su origen. Pensad en esta hora que se cumple, y calculad cuantos siglos la han precedido. Lo creado es obra de serena creación. El Padre no hizo desordenadamente todo, sino que hizo el universo por tiempos sucesivos. 

           El hombre, el hombre actual, es obra de un progreso paciente, y progresará cada vez más en saber y en poder; luego serán santos o no santos, según su voluntad. El hombre no se hizo docto de repente. Los Primeros, expulsados del Jardín, tuvieron que aprenderlo todo, lentamente, continuamente, aprender hasta las cosas más simples: que el grano de trigo hecho harina y luego amasado y luego cocido es mejor, y aprender como molerlo y luego cocerlo, aprender a encender la leña, aprender como se hace un vestido, usando las pieles de los animales, como se hace un cobijo, observando las fieras, y un lecho, observando los nidos, y a medicinarse con hierbas y con aguas, observando a los animales que con ellas se medicinan por instinto, aprendiendo a viajar por el desierto y por los mares estudiando las estrellas, domando los caballos, y aprender, de una cáscara de nuez flotando a la orilla de un riachuelo, el equilibrio sobre las aguas.

            ¡Cuantos fracasos antes de obtener un resultado! Pero lo obtuvo, y seguirá progresando. No será más feliz por esto, porque más que en el bien, se hará experto en el mal, pero progresará. La Redención ¿no es obra paciente? Decidida desde el principio de los siglos, y aún antes, he aquí que adviene ahora, cuando los siglos ya la han preparado. Todo es paciencia. ¿Por qué entonces, ser impacientes? ¿No podía Dios hacer todo en un abrir y cerrar de ojos? ¿No podía el hombre, dotado de razón, salido de la mano de Dios, saber todo en un abrir y cerrar de ojos? ¿No podía Yo venir al principio de los siglos? Todo podía ser. Pero nada debe ser violencia, nada. La violencia es siempre contraria al orden; y Dios, y lo que de Dios viene es orden. No queráis valer más que Dios.

            "¿Pero entonces, ¿cuándo serás conocido?

            "¿Por quien, Judas?"
            "¡Hombre, por el mundo!"
            "Nunca".
            "¿Nunca? ¿Pero no eres el Salvador?"
          "Lo soy. Pero el mundo no quiere ser salvado, solo en la proporción de uno a mil me querrá conocer, y en la de uno a diez mil me seguirá realmente. Y aún así digo mucho. Ni siquiera los que estén más estrechamente ligados a Mí me conocerán".

          "Si están estrechamente ligados a Tí, te conocerán, ¿no?"

       "Sí, Judas. Me conocerán como Jesús, el israelita Jesús, pero no me conocerán como quien soy. En verdad os digo que no seré conocido por todos ellos. Conocer quiere decir amar con fidelidad y virtud... y habrá quien no me conozca".
             
           Se ve en Jesús un gesto de resignado desconsuelo, el que tiene siempre cuando anuncia la futura traición: abre las manos, y las tiene así, hacia fuera, con el rostro lleno de dolor, un rostro que no mira ni a los hombres, ni al cielo, sino a su futuro destino de Traicionado. 

            "Ni digas eso, Maestro", suplica Juan.
          "Nosotros te seguiremos para conocerte cada vez más" dice Simón, y con él los pastores al unisono.
            "Como a una esposa te seguimos, y te queremos más que a ella; nos sentimos más celosos de Tí que de una mujer. ¡Oh, no! Tanto te conocemos, que no podemos ya ignorarte. Él, (y Judas señala a Isaac) dice que negar tu recuerdo, de cuando eras un recién Nacido, habría sido más atroz para él que perder la vida. Y no eras más que un recién nacido. Nosotros te tenemos como Hombre y Maestro. Nosotros te oímos y vemos tus obras. Tu contacto, tu aliento, tu beso, son nuestra continua consagración y nuestra continua purificación. ¡Solo un satanás podría renegarte, después de haber sido una persona allegada a Tí!".

          "Es cierto, Judas; no obstante, lo habrá".
          "¡Ay de él, seré su verdugo!" exclama Juan de Zebedeo.

         "No. Deja al Padre la Justicia, Sé su redentor. El redentor de esta alma que tiende hacia satanás... "Saludemos a Isaac. Ha atardecido. Yo te bendigo, siervo fiel. Ya sabes que Lázaro de Betanía es nuestro amigo y que desea ayudar a mis amigos. Yo parto. Tú te quedas. Árame el terreno árido de Judá. Más adelante volveré. Ya sabes donde encontrarme en caso de necesidad. Te doy mi paz". 

              Jesús bendice y besa a su discípulo.

           
          
          

sábado, 25 de enero de 2014

INTERPRETACIÓN MÍSTICA DEL GÉNESIS II: NATURALEZA DEL ÁRBOL DE LA VIDA Y DEL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL PLANTADOS EN EL JARDÍN DEL EDÉN


San Juan Bautista y Mª Magdalena nuevos Adán y Eva
 ante María el Árbol de la Vida, con su fruto: Jesús



EL NACIMIENTO DEL MUNDO


          El Señor Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y en él puso el hombre que había formado. El Señor hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver, y buenos para comer, así como el árbol de la Vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal. (Gn 2-8, 9)

         Dios, para que el hombre, dotado de un cuerpo material, fuese merecedor del Cielo, tiene que dejarlo con plena libertad para poder escoger entre el bien y el mal. Para ello, Dios coloca al hombre en un lugar adecuado, dotado de todo lo necesario para su subsistencia: son los árboles "hermosos de ver, y buenos para comer". El bien se presenta bajo la forma del árbol de la Vida, y el mal bajo la forma del árbol del conocimiento del bien y del mal. 

         Del Edén salía un río que regaba el huerto, y desde aquí se partía en cuatro brazos. El primero se llama Pisón; es el que bordea la región de Evilá, donde hay oro; el oro de esta región es puro; y también hay allí resina olorosa y ónice. El segundo se llama Guijón; es el que bordea la región de Cus. El tercero se llama Tigris; es el que pasa al este de Asiria. El cuarto es el Eufrates. (Gn 2-10,14)

         El río que regaba el huerto del Edén, simboliza a Dios, los cuatro brazos de ese río son los cuatro espíritus de Dios Padre, que estaban actuando para dar a conocer al hombre, de una manera infusa, su verdadera naturaleza:

         El Pisón es el Espíritu de Pureza de Dios, que se manifestó el primer día de la Creación en forma de Luz, y que otorgaba a Adán la capacidad para discernir el bien del mal, es decir  la Luz y de las Tinieblas, por eso dice la Escritura que ese río bordea la región de Evilá donde hay oro puro, resina olorosa y ónice, que simbolizan el conocimiento de la Pureza, la belleza y el aroma de esa virtud. 

      El Guijón es el Espíritu de Verdad de Dios, presente el segundo día de la Creación con la separación de las aguas y la creación de la bóveda.

        El tercero es el Tigris que simboliza el Espíritu de Justicia de Dios que está presente en los árboles que daban fruto con semillas de su especie en el tercer día de la Creación.

        El cuarto es el Eufrates que simboliza el Espíritu de Bondad, presente en el cuarto día, en la Creación del sol; la luna y las estrellas, para poder orientarse en las tinieblas, y dar luz y calor a la Tierra.

         Así que el Señor Dios tomó el hombre y lo puso en el huerto de Edén para que lo cultivara y guardara. Y dio al hombre este mandato:
       - "Puedes comer de todos los árboles del huerto; pero no comas del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque si comes de él, morirás sin remedio". (Gn 2- 15, 17)

         Cultivar y guardar el huerto del Edén, regado por los cuatro brazos del río, significa cultivar y guardar esas cuatro esencias de Dios Padre que son la Pureza, la Verdad, la Justicia y la Bondad. Por esa razón, con estos conocimientos, el hombre se puede enfrentar a la prueba que se le presenta.

      Y por eso mismo, el hombre teniendo el conocimiento perfecto de esos cuatro Espíritus de Dios, grabados en su conciencia, y que no tienen los animales, hubiera podido superar la prueba, pero desgraciadamente no la superó, y cometió el pecado, comiendo el fruto del árbol prohibido, por eso toda la Humanidad sufre las consecuencias hasta el fin del mundo.

        Es el pecado de Eva, la madre material del género humano, solo podrá ser redimido por el fruto del árbol de la Vida, plantado en el medio del Edén, símbolo de la Virgen María, nuestra Madre espiritual, que nos ofrece el fruto de ese Árbol: Su Divino Hijo Jesús, que asumirá la Redención, si nos unimos místicamente a Él, comiendo su Cuerpo y bebiendo su Sangre, lo que nos dará la Vida Eterna.

        Y ese pecado de Eva es gravísimo, porque el hombre traicionó a su Creador, que le había dado su ser, y su Ley grabada en su conciencia, y el conocimiento perfecto de lo que iba a suceder si desobedecía  los mandamientos de Dios: La muerte irremediable. Y aquí aparece otra vez el pecado de Satanás: el orgullo y la ambición de ser como Dios.





          

viernes, 24 de enero de 2014

VERDADERA INTERPRETACIÓN DEL LIBRO DEL GÉNESIS LA CREACIÓN TEMPORAL Y LA RECREACIÓN ETERNA DE DIOS


Desde el punto de vista espiritual, la Tierra es un espejismo
está, pero ya no estará.




           Todos los científicos están de acuerdo en que la Creación material de Dios tuvo un inicio y tendrá un final, porque toda la inmensa energía que mueve el mundo necesita un combustible. Nuestro sistema solar, que solo es un grano de arena en la inmensidad del cosmos, produce su energía a través de la fusión atómica del hidrógeno que se convierte en helio.

          Pero el sol tiene que consumir enormes cantidades de ese gas, lo que implica que llegará un momento en que se agotará y morirá, transformándose en una gigante roja después de haber aumentado su volumen hasta engullir la órbita terrestre, hecho que ya se ha observado en otras estrellas de la galaxia, y que nadie pone en duda. Naturalmente esto se calcula que se producirá dentro de 5.000 millones de años, según dicen, a no ser que se produzca antes una explosión, que transforme el sol en una Super Nova.

          Estos 5.000 millones de años parecen tranquilizar a todo el mundo, sin embargo esa cantidad fabulosa es insignificante comparada con la eternidad, representa mucho menos que una gota de agua en todos los mares de la Tierra. Y para Dios que es Eterno, la creación material es insignificante, es un trampolín para llegar a lo más importante que es la creación eterna, y lo escrito en la Biblia en el Libro del Génesis tiene, para el que sabe verlo, un significado espiritual místico, que explica la verdadera creación: La Creación eterna, que solo se puede producir por la acción de Jesús-Dios, cuando el alma sigue su Doctrina y renace para la Vida Eterna como así lo explicó el Salvador a Nicodemo:


         Jesús le contestó:

         "Yo te aseguro que el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios, si no nace del agua y del Espíritu. Lo que nace del hombre es humano; lo engendrado por el Espíritu es espiritual. Que no te cause pues, tanta sorpresa lo que te he dicho: Tenéis que nacer de lo alto". (Jn 3- 5, 6)        
         

"La Palabra era la luz verdadera
que con su venida al mundo
ilumina a todo hombre pero el mundo,
aunque fue hecho por ella,
no la reconoció.
Vino a los suyos,
pero los suyos no la recibieron.
A cuantos la recibieron,
a todos aquellos que
creen en su nombre,
les dio poder para ser hijos de Dios.
Estos son los que no nacen
por vía de generación humana,
ni porque el hombre lo desee,
sino que nacen de Dios.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros;
y hemos visto su gloria,
la gloria propia del Hijo único del Padre,
lleno de gracia y de verdad"
(Jn 1-9, 14)


      "Esta es la historia de la creación del cielo y de la tierra. Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, no había todavía en la Tierra arbusto alguno, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado aún la lluvia sobre la tierra, ni existía nadie que cultivase el suelo; sin embargo un manantial brotaba de la tierra y regaba la superficie del suelo. 

          Entonces el Señor Dios formó el hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz un hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente." (Gn 2-4, 7)

          La Tierra es pues un trampolín para alcanzar la Eternidad, el hecho de que la Escritura diga que no había todavía arbusto alguno, ni brotaba hierba en el campo, se refiere a la época en que la Tierra estaba aún vacía de seres capaces de ser Hijos de Dios, ya que los arbustos y la hierba del campo, que brotaron el tercer día de la Creación,  



        

"Son las plantas con semilla y árboles frutales que den en la tierra frutos con semilla de su especie. Y así fue. Brotó de la tierra vegetales: plantas con semilla de su especie y árboles frutales
 que dan fruto con semillas de su especie. 
Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: 
el día tercero" (Gn 1-11, 12)



       Estas plantas y arboles, representan la presencia en la Tierra del tercer Espíritu de Dios Padre: El Espíritu de Justicia. Este Espíritu de Justicia es el que permite distinguir a los verdaderos Hijos de Dios, que poseerán la Vida Eterna:

         "Si un árbol es bueno dará fruto bueno; pero si un árbol es malo, dará fruto malo. Porque el árbol se conoce por sus frutos" (Mt 12-33).

      Para que el árbol dé sus frutos, necesita la lluvia que simboliza la divina gracia de Dios, y alguien que lo cultive, que son los mandamientos y la Ley, que provienen del manantial que brota de la tierra, que es la imagen de  la divina Gracia. Es entonces cuando Dios, modela con el polvo de la tierra, el hombre y puede soplar el hálito de Vida  en la nariz, único órgano del ser humano continuamente abierto al aire, por donde penetra el hálito de Vida, que significa el alma que diferencia el hombre de los otros seres vivientes.


         Vemos pues que este hecho de modelar el ser humano con barro, tiene un significado muy profundo, y eso explica la evolución de los homínidos, que solo fueron dotados de un alma cuando Dios vio que estaban capacitados para recibirla insuflándosela por la nariz, fue como lo dice la Escritura, cuando el hombre se transformó en un ser viviente. 

Viviente para Dios, es solo el ser humano, que tiene la Eternidad, y no el animal que no tiene alma.

         Y aquí me permito denunciar la mentalidad actual de muchos seres, admiradores de los grandes científicos, del tipo de los "Paleontólogos del Instituto Max Plant de Antropología evolutiva de Leipzig", que están obsesionados por querer demostrar que el relato de la Creación, inspirado por el Espíritu Santo, es una falacia, y que todo lo enseñado es una simple utopía, y creen que han logrado desmontar a través de su teoría evolutiva con el descubrimiento de los homínidos fosilizados, que todo el relato del Génesis es una pura utopía. A ese tipo de "cientificos" les es imposible comprender que Dios haya puesto los Genes en los animales que es la orden para que obedezcan a su mandato, por eso se empeñan en afirmar que todos los animales adquieren sus conocimientos viendo a sus padres que les transmiten sus conocimientos, que son más grandes cuando el cerebro del animal es más voluminoso.

El celebre naturalista y divulgador español Felix Rodríguez de la Fuente, ha demostrado que los alimoches que rompen las cáscaras de los huevos de avestruz rompiéndolos con una piedra, no han aprendido de sus padres, cogió un huevo de alimoche y lo colocó en una incubadora, dejó el ave en libertad y solo por el instinto puesto por el Creador rompió con una piedra un huevo,

Otro absurdo de esos Soberbios, es cuando dicen que el mono es el único animal que puede usar herramientas para romper nueces, o pajas para sacar gusanos de los huecos de los árboles. Hace algún tiempo, he visto en un programa de TV sobre la naturaleza, que ciertos pájaros con un cerebro diminuto, son capaces de coger ranas con el pico para extraer gusanos de los huecos de los árboles, y hasta doblar la punta para hacer anzuelos y así poder extraer los gusanos con mayor facilidad. Y los rompehuesos, con cerebros mucho más pequeños que los monos, vuelan con grandes osamentos a gran altura, para dejarlos caer sobre una roca, para que se disgreguen y poder tragarlos con más facilidad.
         

  



miércoles, 15 de enero de 2014

EN VERDAD OS DIGO QUE LA MUERTE ES UN DON, CUANDO SIRVE PARA IMPEDIR NUEVOS PECADOS Y COGE AL HOMBRE CUANDO ESTÁ RECONCILIADO CON SU SEÑOR


Jesús no quiere volver a curar
 a un pecador reincidente




        Como dijo Jesús, cuando lo prendieron, "Este mundo no es mi Reino", es decir, por que por razones de Justicia, Dios no puede intervenir cuando el hombre que es libre,  reniega de los mandamientos de Dios, y por eso, Jesús tampoco puede siempre realizar milagros de sanación en el alma y el cuerpo, porque pudiendo leer los corazones, sabe que estas acciones son inútiles o perjudiciales para la Salvación de las almas.

       Si Jesús-Dios forzara la libertad humana, obligando a una persona a a seguir el camino trazado por sus enseñanzas, que esa alma no quiere seguir, tendría que dejar también a Satanás, por razones de equidad, constreñir igualmente la libertad del hombre, el cual se transformaría en réprobo, en contra de su voluntad.

         Es por esa razón que el Demonio tentó a Jesús de una manera muy astuta, al decirle que se tirara desde el alero del templo, y que sus ángeles evitarían que su pié tropezara en la piedra, haciendo una entrada triunfal en el Templo de Jerusalén. Porque entonces, todos los espectadores admirados estarían obligados a creer y seguir a Jesús, tanto los buenos como los malos, se apuntarían todos, y ya no se podría separar el trigo de la cizaña. 

          Por eso, Cristo nunca se manifestó con su Gloria, solo lo hizo a San Juan, Santiago y San Pedro en el monte Tabor en su Gloriosa Transfiguración, y mandó que no se hablara de ello a nadie hasta su Resurrección, y cuando hacía un milagro, siempre le decía al beneficiario: "No se lo digas a nadie" 

         En la Vida del Santo Cura de Ars, escrita por Monseñor Trochú, se cuenta que vino una Señora ciega desde muy lejos para que le devolviera la vista, el Santo le dijo que si Dios la curase, no tendría la salvación asegurada, pero que si permanecía ciega, se salvaría. La Señora volvió desde donde había venido muy triste, pero resignada.

              Cuando de pequeño, en Francia, estudié la historia, recuerdo que San Luis Rey de Francia, había recibido esa enseñanza de su madre Blanca de Castilla: "Prefiero verte muerto, antes que verte cometer un pecado mortal". 

        Y la explicación a esa mentalidad es la siguiente: La presencia de Dios en un alma Santa, le infunde el conocimiento y la certeza de la diferencia infinita que hay entre el pecado y la Virtud.

          Y Dios infunde de tal manera en el alma esta certeza, que prefiere morir antes que pecar mortalmente, ya que este pecado significa la muerte del alma, es decir el horror del Infierno, y la pérdida por toda la eternidad de la infinita felicidad: la Vida Eterna.Por esa razón, muchas personas, incomprensiblemente para nosotros, gozando de buena salud corporal, se mueren de repente, solo Dios sabe que si hubieran permanecido con vida, quizás se hubieran condenado.





DEL POEMA DEL HOMBRE-DIOS
DE MARÍA VALTORTA

      (...) Una mujer, llorando llama a Jesús entre la multitud, mientras suplica que le dejen pasar para ir donde el Maestro.
         "Es Arria, la gentil que se ha hecho hebrea por amor. Una vez curaste a su marido, pero... ".
         "Me acuerdo, ¡dejadla pasar!".
         La mujer se acerca, se arroja a los pies de Jesús, llora.
         "¿Qué te pasa, mujer?".
         "¡Rabí, Rabí! ¡Piedad de mí!, Siméon...!"

       Uno de Guerguesa le ayuda a hablar: "Maestro, usa mal la salud que le diste. Se ha hecho duro de corazón, rapiñador; y ya ni siquiera parece israelita. La verdad es que la mujer es mucho mejor que él, a pesar de haber nacido en tierras paganas. Y su dureza y rapacidad le acarrean peleas y odios. Y por una pelea ahora está malherido en la cabeza, y el médico dice que casi es seguro que se quede ciego".

               "¿Y Yo, qué puedo hacer en ese caso?".
         "Tú...curas...Ella, ya lo ves se desespera... Tiene muchos hijos, y pequeños todavía. La ceguera de su marido significaría miseria para toda la casa... Es verdad que es dinero mal ganado... Pero la muerte sería una desventura, porque un marido es siempre un marido, y un padre es siempre un padre, aunque en vez de amor y pan, dé traiciones y palos... ".

         "Le curé una vez y le dije: "No peques más". Él ha pecado más. ¿No había acaso prometido que no iba a pecar más? ¿No había hecho voto de no volver a ser usurero y ladrón, si Yo le curara; es más, de devolver a quien pudiera lo mal adquirido, y de usar lo mal adquirido - para el caso de no poder devolverlo - en favor de los pobres?".

           "Maestro, es verdad. Yo estaba presente. Pero... el hombre no es firme en sus propósitos".

         "Es como dices. Y no solo Siméon. Muchos son los que, como dice Salomón, tienen dos pesos y balanza falsos, y no solo en el sentido material, sino también cuando juzgan y actúan en el comportamiento para con Dios. Y es también Salomón el que dice: "Desastroso para el hombre el fervor ligero por lo santo y, tras hacer un voto, volverse atrás". Y sin embargo, son demasiados los que esto hacen... Mujer, no llores. 

         Pero escucha y sé justa, ya que has elegido Religión de Justicia. ¿Qué elegirías si te propusiera dos cosas, estas: curar a tu marido y dejarlo vivir para que siga burlándose de Dios y acumulando pecados sobre su alma. o convertirle, perdonarle, y luego dejarle morir? Elige. Haré lo que elijas".

         La pobre mujer se encuentra en una lucha muy acerba. El amor natural, la necesidad de un hombre, que bien o mal gane para los hijos la moverían a pedir "vida"; su amor sobrenatural hacia su marido la mueve a pedir: "perdón y muerte". La gente calla, atenta, conmovida en espera de la decisión.

         Al fin, la pobre mujer, arrojándose de nuevo al suelo, abrazándose a la túnica de Jesús como buscando fuerzas, gime: "La vida eterna... Pero, ayúdame, Señor... " Y tanto languidece, rostro en tierra, que parece que muere.
         "Has elegido la parte mejor. Bendita seas. Pocos en Israel te igualarían en temor de Dios y Justicia. Levántate, vamos a donde él".

         "¿Pero realmente le vas a hacer morir, Señor? ¿Y yo, que voy a hacer?". La criatura humana renace del fuego del espíritu como el ave fénix mitológico; y sufre y zozobra humanamente...
         "No temas, mujer. Yo, tú, todos confiamos al Padre de los Cielos todas las cosas, y Él obrará con su amor. ¿Eres capaz de creer eso?".
           "Sí, mi Señor...".
          "Entonces, vamos, diciendo la oración de todas las peticiones y de todos los consuelos".

         Y, mientras anda, rodeado de un enjambre de personas y seguido de un séquito de gente, dice lentamente el Pater. El grupo Apostólico hace lo mismo, y con un coro bien ordenado, las frases de la oración se elevan por encima del murmullo de la muchedumbre, la cual sintiendo el deseo de oír orar al Maestro, poco a poco, va guardando silencio, de forma que las últimas peticiones se oyen maravillosamente en medio de un silencio solemne.

         "El Padre te dará pan cotidiano. Lo aseguro en su Nombre" dice Jesús a la mujer y añade, dirigiéndose no solo a ella sino a todos: "Y os serán perdonadas las culpas si perdonáis al que os haya ofendido o perjudicado. Esa persona necesita vuestro perdón para obtener el de Dios. Y todos tienen necesidad de la protección de Dios para no caer en pecado como Siméon. Recordad esto".

         Ya han llegado a casa y Jesús entra en ella con la mujer, Pedro, Bartolomé y el Zelote.

         El hombre yace, echado en la yacija, en la cara vendas y paños mojados, gesticula desasosegado y delira. Pero la voz, o la voluntad de Jesús lo hacen volver en sí y grita: "¡Perdón! ¡Perdón! No volveré a caer en el pecado. ¡Tu perdón como la otra vez! Pero también la salud como la otra vez. ¡Arria! ¡Arria!, te juro que seré bueno. No volveré a ser ni violento ni ladrón, no..." el hombre está dispuesto a todas las promesas por miedo a morir...

         "¿Por qué quieres todo esto?", pregunta Jesús "¿Por expiar o porque temes el juicio de Dios?".
         "¡Eso, eso! ¡Morir ahora, no! ¡El Infierno!... ¡He robado, he robado el dinero del pobre! he usado la mentira. He sido violento con mi prójimo y he hecho sufrir a los familiares. ¡Oh!...".
         "No miedo, se requiere arrepentimiento, verdadero, firme".
      "¡La muerte o la ceguera! ¡Qué castigo! ¡No volver a ver! ¡Tinieblas! ¡Tinieblas! ¡No!...".

         "Si es adversa la tiniebla en los ojos, ¿no te es horrenda la del corazón? ¿Y no temes la del Infierno, eterna, horrenda? ¿la privación continua de Dios?, ¿los remordimientos continuos?, ¿la congoja de haberte matado a ti mismo, para siempre en tu espíritu?  ¿No amas a esta? ¿Y no quieres a tus hijos? ¿Y no quieres a tu padre, a tu madre y a tus hermanos? ¿Y no piensas que no los vas a tener nunca más contigo si mueres condenado?".

         "¡No!" ¡No! ¡Perdón! ¡Perdón! Expiar, aquí, sí, aquí... Incluso la ceguera, Señor... Pero el infierno no... ¡Que no me maldiga Dios! ¡Señor!¡Señor! Tú arrojas los demonios y perdonas las culpas. No alces tu mano para curarme, pero si para perdonarme y liberarme del demonio que me tiene sujeto... Pónme una mano en el corazón, en la cabeza... Libérame Señor...".

         "No puedo hacer dos milagros. Reflexiona. Si te libero del demonio te dejaré la enfermedad.... ".
            "¡No importa! Sé Salvador".
       "Sea como tú quieres. Te digo que sepas aprovechar mi milagro, que es el último que te hago. Adiós".
            "¡No me has tocado! ¿Tu mano! ¡Tu mano!".

         Jesús le complace y pone su mano sobre la cabeza y sobre el pecho del hombre, el cual, estando vendado, cegado por las vendas y la herida palpa convulsivamente para agarrar la mano de Jesús, y una vez que la encuentra, llora sobre ella, y no quiere separarse de ella; hasta que, como un niño cansado, se adormece, teniendo todavía la mano de Jesús apretada contra su carrillo febril.
         Jesús saca cautelosamente la mano y sale de la habitación sin hacer ruido, seguido por la mujer y los tres Apóstoles.
         "Que Dios te lo pague, Señor, Ora por tu sierva".
       "Sigue creciendo en la Justicia, mujer, y Dios estará siempre contigo. Alza la mano para bendecir la casa y a la mujer, y sale a la calle.

         (...) No queráis ser más que Dios, que no rechaza al pecador que se arrepiente y le perdona y le admite de nuevo junto a Él. Y aunque ese pecador os haya hecho un mal irreparable, no os venguéis ahora que ya no es un arrogante temido; antes bien, perdonad y tened una gran piedad, porque él fue pobre respeto a ese tesoro que todo hombre puede tener con solo quererlo: la bondad. Amadle, porque con el dolor que os ha causado, os ha dado un medio de merecer un premio más grande en el Cielo. Y no despreciéis a nadie, ni siquiera si es de otra raza. 

Veis que cuando Dios atrae junto a sí un espíritu, aunque sea de un pagano, lo transforma de tal modo que supera en justicia a muchos del pueblo elegido.

         Me marcho. Recordad ahora y siempre estas y mis otras palabras".
           (...) Pregunta Pedro, sin dejar el timón, después de un rato: "Maestro ¿Pero aquel hombre se va a curar o no? No he comprendido nada".
         Jesús no contesta. Pedro hace una señal a Juan, que está sentado en el fondo a los pies del Maestro, con la cabeza relajada a los pies de Jesús. Y Juan repite en voz baja la pregunta.
           "No se va a curar".
        "¿Por qué, Señor? Yo creía, por lo que he oído, que tuviera que curarse para expiar".

             "No, Juan, pecaría nuevamente porque es un espíritu débil".
           Juan vuelve a apoyar la cabeza en las rodillas y dice: "Pero Tú lo podías hacer fuerte... " y parece manifestar un débil reproche.
          Jesús sonríe, mientras introduce los dedos entre los cabellos de su Juan y, alzando la voz para que todos oigan, da la última lección del día:

         "En verdad os digo que en la concesión de Gracia hay que saber también tener en cuenta su oportunidad. No siempre la vida es un don, no siempre la prosperidad es un don, no siempre un hijo es un don, no siempre - sí, y también esto - no siempre una elección es un don. Vienen a ser dones y permanecen como tales cuando el que los recibe sabe hacer un buen uso de ellos y para fines sobrenaturales de santificación. 

       Pero cuando de la salud, prosperidad, afectos, misión, se hace la ruina del propio espíritu, mejor sería no tenerlos nunca. y a veces Dios ofrece el mayor don que podría dar no dando a los hombres lo que querrían o lo que considerarían justo tener como cosa buena. El padre de familia o el médico sabio saben qué es lo que hay que dar a los hijos o a los enfermos para no ponerlos más enfermos o para evitar que enfermen. Lo mismo, Dios sabe lo que conviene dar para el bien de un espíritu".

         "¿Entonces aquel hombre morirá?" ¡Qué casa más desgraciada!".
               "¿Sería acaso, más feliz viviendo en ella un réprobo? ¿Y él sería más feliz si, viviendo, siguiera pecando? En verdad os digo que la muerte es un don, cuando sirve para impedir nuevos pecados y coge al hombre mientras está reconciliado con su Señor".

                La quilla roza ya el fondo del lago, en Cafarnaúm.
               (...) A fuerza de brazos empujan la barca hacia arriba, a la playa, mientras ya las primeras olas fuertes vienen a azotarlos miembros semi-desnudos y los guíjarros de la orilla. Y luego... alejarse rapidamente, a casa, mientras las primeras gotazas alzan el polvo de la tierra ardiente haciendo emanar fuerte olor. Y los relámpagos ya están encima del lago, mientras los truenos llenan de fragor las copas formadas por las colinas de las orillas. 


                 

         
  

viernes, 3 de enero de 2014

LLAMADA AL ESPÍRITU SANTO ¿ADONDE ANDARÁS PALOMA, POR QUÉ NO VIENES?








          Canción de Roberto Carlos, que es una llamada vehemente y apremiante a Dios Espíritu Santo, la finalidad última del alma, la meta para la cual Dios todo Poderoso, Trinidad Santa, alcanzada primero gracias a la Santa Fe, donada gratuitamente por el Padre a todos la que la quieren recibir, la Esperanza obtenida por Cristo Jesús, el Divino Maestro, enseñándonos con su ejemplo, como se deben comportar las almas para alcanzar la meta que es el Espíritu Santo, el séptimo día de la Creación, el Descanso de Dios, la Vida Eterna.

        Y es que el mundo en que vivimos, en la Creación material, que está hecha a  imagen y semejanza  de Dios, se encuentra el medio necesario para que, con la Gracia de Dios, podamos renacer y adecuar nuestra  alma para que se transforme en hijos de Dios y herederos del Reino. Para alcanzar esa meta, todas las almas tienen que estar sometidas a una serie de pruebas, que sean capaces de borrar la huella dejada por el Pecado Original, cuyas raíces se extienden por el alma que por eso está necesitada de purificación, para así poder alcanzar el árbol de la Vida que se encuentra en el Jardín del Edén, cuya puerta está guardada por Querubines y con la  espada de fuego.

        Así que el Señor Dios los expulsó del jardín del Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido sacado. Expulsó al hombre y, en la parte oriental del huerto del Edén, puso a los querubines y la espada de fuego para guardar el camino del árbol de la Vida. (Gn. 3-23,24)

El que tenga oídos, que escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la Vida, que está en el Paraíso de Dios. (Ap. 2- 7)

        El jardín del Edén simboliza la Vida Eterna, y la espada llameante la purificación del alma, el que no consiga esta purificación,  tendrá que completarla en la otra vida en el Purgatorio, verdadera espada de fuego. Muchos no habrán querido obedecer a la llamada de Dios, serán los réprobos que merecerán la segunda muerte, y ese ha sido uno de los mayores sufrimientos de Jesús, saber que  su Encarnación, su ejemplo, su terrible Pasión y muerte, y su Resurrección, habrán sido inútiles para muchos.

          El que tenga oídos, que escuche lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será alcanzado por la segunda muerte. (Ap. 2-11)


         De la Resurrección de Lázaro en el Evangelio como me ha sido revelado de María Valtorta:

          “Jesús mira a su alrededor: Ve humo y el fuego rojo en el fondo del jardín, en la parte del sepulcro (donde queman las vendas que envolvían el cuerpo del resucitado). Jesús, erguido solo en medio de un sendero dice: “La podredumbre que es aniquilada por el fuego… La podredumbre de la muerte… Pero, la de los corazones … la de esos corazones, ningún fuego las aniquilará… Ni siquiera el fuego del Infierno. Será eterna… ¡Qué horror!... Más que la muerte… Más que la corrupción… Y …Pero ¿Quién te salvará, oh Humanidad, si tanto estimas de estar corrompida? Quieres estar corrompida. Y Yo… Yo he arrebatado al sepulcro a un hombre con una palabra… Y con un mar de palabras… y uno de dolores… no podré arrebatar al pecado al hombre, a los hombres, a millones de hombres”. Se sienta y se tapa la cara con las manos, abatido…”





CANCIÓN DE ROBERTO CARLOS

Si supiera donde estás, si algún día te encontrara
Si te viera regresar con el Sol de la mañana

          San Juan de la Cruz explica cómo se ha de comportar el alma para, a través de las purificación, que él llama noches de los sentidos y las terrible noches oscuras del alma, se eliminan los apetitos de los sentidos, y las raíces del pecado original, que son un obstáculo para alcanzar la unión mística con Dios, con la llama de Amor Viva del Espíritu Santo, que es la paloma de la canción.

         Este primer párrafo de la canción es pues el alma enamorada, es el primer peldaño de la escala mística para alcanzar a Dios: El alma ha descubierto el tesoro oculto en el campo, y vende todo lo que tiene para poder comprar el campo, que es el jardín del Edén. El sol de la mañana simboliza a la mujer del Apocalipsis que está coronada con una diadema de doce estrellas que son las doce tribus de la antigua alianza y los doce Apóstoles de la nueva Alianza, aparece con el Sol, que es la Luz de Cristo y teniendo la luna a sus pies, que simboliza  las tinieblas, que es la morada de la serpiente infernal, que está aplastada por sus pies. Es la Virgen María, la cual, como medianera de todas las Gracias de Dios, y Madre de la Humanidad, es la que ayuda a transformar el alma, para poder ser digna de entrar en la Vida Eterna.

Una gran señal apareció en el Cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. (Ap. 12-1)

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Cuanto tiempo sin tu Amor, soñando con tu llegada.
Cuantas noches sin dormir, esperando la llamada.

        
           El alma, enamorada, cuando está en los primeros peldaños de la Escala mística, empieza a sentir la sed de Dios, es como el ciervo de las Escrituras, que corre ligero a por la fuente de agua viva. Es como los perros hambrientos que rodean la Jerusalén Celestial, el alma en cualquier momento del día y de la noche, en todo lo que hace, en todo lo que piensa, y en lo que dice, solo suspira por su Amado.

Así como el ciervo desea las aguas, mi alma te desea a Ti, Dios (Sal. 41,2)

Padecen aquí hambre como canes y cercan y rodean la Ciudad de Dios (Ps. 58-7)

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Si supiera donde estás, si mi amor adivinara,
Si el camino de tu amor, mi cariño no acortara.



          Este incendio de amor, empuja el alma a buscar sin cesar a Dios, tratando de acortar el camino empujada por el deseo cada vez más vehemente de encontrarse cara a cara con su amante. A este respecto, San Juan de la Cruz explica cuál es la impaciencia y la amargura del alma en este estado:

         El quinto grado de esta escala de amor hace al alma apetecer y codiciar a Dios impacientemente. En este grado, el amante tanta es la vehemencia que tiene por comprender al Amado y unirse con Él, que toda dilación, por mínima que sea, se le hace muy larga, molesta y pesada, y siempre piensa que halla el Amado. Y cuando se ve frustrado su deseo (lo cual es casi a cada paso), desfallece en su codicia, según hablando en este grado, lo dice el Salmista diciendo: “Codicia y desfallece mi alma a las moradas del Señor” (Ps. 83-2)

         Y aquí el alma tiene que atreverse a acortar el camino del encuentro con Dios, porque sino, desfallecería.



Cuanto extraño tu querer, sin ti mi vida no es nada
Como puedo ser feliz si no vuelves junto a mí.



         Esa falta de presencia de Dios, es el hecho que más causa pena y dolor en el alma enamorada, porque habiendo desechado todos los atractivos del mundo, el alma se siente completamente vacía, ya que conoce la grandeza y la maravilla de Dios, pero sobre todo porque, de una manera infusa, se le ha hecho comprender al alma, esa naturaleza, y el alma que lo siente, pero que aún no puede verlo, vive en un estado de ansiedad tal, que se cree que Dios no se comunica porque no lo merece por su imperfección.

         Esto mismo es lo que sentían todos los Santos, es la humildad que está siempre presente, y que hace que el alma enamorada nunca se cree aún digna de poseer un bien tan grande como es la unión mística con Dios. Y el alma gime y se lamenta diciendo:



¿A donde andarás paloma, lejos del nido?
¿A donde andarás paloma, que no te olvido?

¿A donde andarás paloma, porque no vienes?
¿A donde andarás paloma, que te entretienes?


         Y estos lamentos reflejan perfectamente lo que padece el alma, y su gran impaciencia, porque presiente claramente la presencia de Dios, pero no puede acceder aún a su posesión, es el Purgatorio en la Tierra, es la acción de la espada de fuego que la purifica, para que pueda acceder al jardín del Edén, y poder comer del fruto del Árbol de la Vida, que es Cristo su divino Esposo.

         A este respecto, se puede decir que el alma es el nido del Espíritu Santo, cuando permanece complacido en ese ser, que ha logrado purificarse cuando ha renacido a la Vida Eterna, según explicó Jesús a Nicodemo.

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Si supiera a donde estás, si supiera convencerte
Que mi amor nada cambió, y que sufro al no tenerte

Es tan triste no saber si todavía aún me quieres
Si no te importa mi amor, y es por eso que no vienes.



         
          Y aquí está el sufrimiento del alma enamorada, que se cree que es indigna del Amor de Cristo, y por eso suplica limosna de amor, diciendo que le quiere y que sufre por no tenerle, es lo que ocurre siempre con Dios, un agri-dulce en el cual Dios se comunica dándole toques de amor, y luego ausencias más o menos prolongadas, que le causan una pena cada vez más insoportable, esto es lo que dijo el Santo Job cuando afirmó:
        "Mirando hacia Tí, Señor, cuán maravillosamente me atormentas"
        Y es también el sufrimiento de San Juan de la Cruz, cuando, en el lecho de muerte, cuando le recordaban todas las fundaciones:

            "Recibida la extremaunción que él mismo ha pedido, toma en su mano un crucifijo y le besa repetidamente los pies, diciendo jaculatorias y versículos de la Escritura. El Padre Agustín de San José le dice: "Ya es tiempo que le pague Nuestro Señor a vuestra reverencia sus grandes trabajos". "No me diga eso, padre, que le certifico que no he hecho obra que no me esté ahora reprendiendo"

              Y el sufrimiento del Santo Pío de Pietrelcina, cuando dijo:
            
                   "Preferiría llevar mil cruces y hasta me sería dulce y llevadera toda cruz, si no tuviera esa prueba de sentirme siempre en la duda de si agrado o no el Señor en mis obras". 



    








miércoles, 25 de diciembre de 2013

EL JUICIO SALOMÓNICO DE DIOS: EL AMOR DE JESÚS ES LA PRUEBA DE NUESTRA FILIACIÓN DIVINA






 Hoy he visto otra vez  en la televisión la película sobre la vida del Rey Salomón, y me ha recordado un hecho ya conocido por mí, pero que hoy he visto más claro que nunca, ya que es una profecía muy significativa, que representa de una manera muy mística, como Dios podrá distinguir sus verdaderos hijos y herederos de los que no lo son, y que además reclaman para ellos una herencia que no les pertenece.

     En la época de Salomón, dos mujeres dicen que el hijo, o sea su descendencia y su premio, les pertenece, y al no haber testigos, Salomón, inspirado por la Sabiduría de Yahveh, somete a una prueba infalible para determinar a quien de las dos mujeres pertenece el hijo. Y es que una madre verdadera, ama a su hijo porque es carne de su carne y sangre de su sangre, la madre impostora, aunque lo quiere para sí, al ver que ha perdido su verdadero hijo, lo ama menos, porque no ha salido de su seno.

     Lo mismo ocurre en este mundo, Todos los hombres tanto los no creyentes, como los hijos de Dios, cuyo nombre está inscrito en el libro de la Vida, quieren la herencia que es la felicidad, como ambas madres ante Salomón, los cuales simbolizan a toda la Humanidad y a Dios en el Juicio que separará a los hijos de Dios y a los hijos de las tinieblas; los que por su comportamiento han perdido esa herencia, son semejantes a la madre que ha asfixiado a su hijo en la cama, o a Esaú que ha vendido su derecho de primogenitura por un plato de lentejas. 

     Todos los Cristianos saben que la verdadera felicidad se obtendrá solo cuando todo el mal será erradicado, el mal cuyo padre es Satanás, que es el causante de todas las desgracias de la humanidad: Guerras, causadas por el odio, pobreza y miseria provocadas por el egoísmo, enfermedades del cuerpo y del alma, provocadas, o heredadas por infinidad de vicios y de distorsiones de la mente contrarias a la conciencia puesta por Dios en el hombre. Pues bien, para poseer esa felicidad, la primera condición es precisamente esa: amar la Virtud, que es fuente de todos los bienes, y odiar el pecado que es fuente de todos los vicios, generadores de todos los males.

     Pero la verdadera  Virtud, en este mundo solo existió, y sigue existiendo místicamente en este mundo: Es Cristo Jesús, que vino a la Tierra y cuyo nacimiento conmemoramos hoy, el 25 de Diciembre, día de Navidad. Su Vida entera se dedicó a practicar el bien y la Virtud, denunciando el egoísmo, el orgullo y la falta de caridad de los Fariseos, para eso se encarnó de la Virgen María, el Arca de la nueva Alianza, y siendo Dios se hizo también Hombre, para que nadie le pueda decir el día del Juicio: "Tú no has sabido lo que es ser hombre y estar sometido a todas las tentaciones del mundo y de la carne".

     Jesús se ofreció en la Cruz como Víctima expiatoria de toda la Humanidad, para lo cual, como le dice San Juan de la Cruz, le debemos además del agradecimiento por habernos creado, la correspondencia del Amor, por esa razón merece aún mayor consideración que el amor que tiene un hijo hacia su padre, esa sublimidad de amor se llama Adoración.

     Y de la misma manera que ocurrió en el juicio salomónico, pero a la inversa, Dios reconocerá a sus hijos en aquellos que amaron y adoraron al Hijo de Dios, y solo esos serán merecedores de poseer la Vida Eterna, por eso dijo Juan Bautista, el más grande de los Profetas: De la misma manera que Salomón reconoció a la verdadera madre, ante el sufrimiento de su hijo, Dios reconocerá sus hijos por el sufrimiento que les produce la Pasión y muerte de Jesús.

     ¡Ay de los que conocen la vida y las obras de Jesús, su terrible Pasión y muerte, y se muestran indiferentes, es la prueba de que no están inscritos en el libro de la Vida!

Nadie te ama como Jesús:

http://www.youtube.com/watch?v=mKMd0V2wSGw

     "El Padre ama al Hijo y le ha confiado todo. El que cree en el Hijo tiene la Vida eterna; pero quien no lo acepta, no tendrá esa Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él" (Jn 3- 35, 36)

     Y también dijo directamente Jesús: 

    "Yo os aseguro que quien acepta todo lo que Yo digo y acepta al que me ha enviado, tiene la Vida Eterna; no sufrirá un juicio de condenación, sino que ha pasado de la muerte a la Vida" (Jn 5-24).