MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 5 de enero de 2017

EL TRIUNFO DE LA SANTA IGLESIA CATÓLICA: NO SON TODOS LOS QUE ESTÁN NI ESTÁN TODOS LOS QUE SON.


LA VERDADERA CASA DE DIOS ES LA SANTA IGLESIA CATÓLICA 




Estamos bombardeados constantemente por unas hordas de individuos, que se dedican a analizar los defectos de algunos miembros consagrados de la Iglesia Católica, en los casos de Pederastia, para darnos a entender que toda la Iglesia está contaminada, lo que es como decir que porque Judas era un traidor y un ladrón, todos los Apóstoles lo eran.


Este razonamiento equivale también a afirmar que porque existen en las profesiones de Arquitectos, Ingenieros, Médicos, o cualquier otro oficio, individuos pederastas, todos los integrantes de esas profesiones lo son. Su odio a la Religión católica, los vuelve ciegos y fanáticos, nunca llegarán por eso a reconocer todos los actos de caridad, de ayuda a los necesitados, que la Iglesia ha hecho en el curso de la historia, con la fundación de hospitales, hospederías y hasta universidades, y todo lo que la Iglesia está haciendo en nuestros días en los Países pobres, y en los países desarrollados dando de comer, entregando ropa y dinero en la medida de sus posibilidades. 

El caso más notable en nuestros días, es el de Santa Teresa de Calcuta, que entregó su vida para aliviar los sufrimientos de los más pobres y abandonados, en un País, de mayoría hinduísta, que creen que esas criaturas están pagando las consecuencias de lo que llaman "Karma", los pecados de una vida anterior, ya que creen en la reencarnación.


En ninguna profesión liberal, o manual, si se elimina de su seno a uno de sus miembros por ser pederasta,  nadie se atreve a decir que todos sus miembros lo son, sin embargo, el odio satánico de ciertos individuos, les empuja a afirmar que todos los miembros de la Iglesia Católica sí lo son. Ni los partidos de Izquierda, de ideología marxista, que dicen tanto defender a los marginados, ni los Sindicatos, se dedican a dar de comer a los pobres y también los ricos que han venido a menos por culpa de la crisis económica.

Hay una sencilla razón para decir que solo la Iglesia Católica, y según mi opinión, la Iglesia Ortodoxa, son Iglesias Santas: No fueron fundadas por ningún hombre, mientras que en las otras Iglesias, solo intervinieron unos individuos que se creían "Iluminados", y escogidos por Dios, y que decidieron en un momento determinado, renegar de la verdadera Iglesia por lo que consideraban ciertos abusos.


Lo que creyeron ser una llamada de Dios para restablecer la verdadera Doctrina, y fundar una nueva Iglesia, fue en realidad una acción fomentada por Satanás, el cual, como lo explica tan bien San Juan de la Cruz, nunca tienta bajo el aspecto del mal,ya que sabe que el mal conocido nunca será admitido, sinó, apoyándose en una verdad, inocula la falsa Doctrina, como la aguja que simboliza la verdad, para luego hacer pasar el hilo de la mentira. 


La Iglesia le costó a Cristo, y a su Santa Madre, la Corredentora, Sangre, Sudor y Lágrimas, por eso la hizo invencible (Las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella), y por eso también la dotó de plenos poderes: Jesús le dijo a Pedro: "Lo que atares en la Tierra será atado en el Cielo, y lo que desataras en la tierra será desatado en el Cielo".


¡Cuanta gente, con poco sentido común, y sin ninguna humildad, creen que la Iglesia de Cristo, después de estar fundada por Él, y después de todo lo que le costó, va a permitir que sucumba bajo Satanás y sus hordas, y que creen que vaya a refundarse gracias a ellos, unos individuos llenos de soberbia, de odio y de imprecaciones hacia los herederos de San Pedro. Eso es lo que ocurrió con el iracundo y lujurioso Lutero, el padre de todas las variopintas sectas protestantes actuales, que sería larguísimo enumerar, el sanguinario asesino Enrique VIII, que mató con su hija Elisabeth a más católicos que la Inquisición española en toda su historia, y el cruel y sádico Calvino, que mandó quemar vivo a Miguel Servet por su visión particular sobre la Santísima Trinidad.


Si algo en común tienen todas las religiones, y las sectas, que no han sido fundadas por Dios, sino inducidas por Satanás para combatir la verdadera Iglesia, a lo largo de los tiempos, es que siempre terminan desvelando a su fundador: el padre de la mentira. Es el caso del "matrimonio" homosexual, la ordenación de mujeres, y Obispas, incluso declarados homosexuales, la objeción sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, la no existencia del Purgatorio, la predestinación y tantas otras cosas más, debidas a una interpretación falsa de las Escrituras. 


Recuerdo que el Papa actual, celebra el Sacrificio Eucarístico en el Vaticano, encima de la tumba de San Pedro, Jefe en la Tierra de la Iglesia fundada por Cristo, nombrado por Él, para él y también para sus legítimos sucesores.


Esto no quiere decir que los miembros de la Iglesia estén libres de pecados, como hombres que son, pero están en camino de alcanzar la santidad unos, y otros, aún que lleven el hábito talar, están descartados, si están en pecado mortal, por eso decimos que la Iglesia es Santa, porque los que aún no lo son están en camino de serlo, y los que no están en el camino de serlo ni lo serán, no pertenecen a la Iglesia de Cristo.

En este mundo, en donde Dios da toda una vida para santificarse, podemos decir que las almas son como el lienzo de un pintor, que está trabajando en su obra, no se le puede decir al pintor antes de terminar el cuadro: "¡Qué obra tan fea!", ya que dirá: "¡Espera a que lo termine para opinar!". El cuadro es el alma, el Pintor es Dios, y a la hora de la muerte, si el cuadro no está aún terminado, le dará los últimos retoques en el Purgatorio.

Muchos que no son Católicos, obedeciendo a la voz de su conciencia que está puesta por Dios, con más dificultad que los Católicos, por carecer de los Sacramentos, se salvarán y pertenecen a la Iglesia de Cristo. Otros muchos que van a misa, que comulgan, y cumplen con las obligaciones exteriores, incumpliendo los deberes que le exigen los Sacramentos, no pertenecen a la Iglesia Católica, y se condenarán, como les ocurrió a los Fariseos, y hasta el sumo Sacerdote que condenó a Jesús.


Gloria Patris et Filio et Spiritui Sancto, sicut era
in principio et nunc et semper, et
 in saecula saeculorum. Amen.



MAGISTRAL PREDICACIÓN DEL PADRE WILLIE PEÑA EN SAN JUAN DE PUERTO RICO Santísimo Nombre de Jesús (Memoria) 3 de enero de 2017















Este discurso del Padre Willie Peña, como todos los que hace, es de una rara elocuencia y una extraordinaria sabiduría, estoy seguro de que esa claridad y discernimiento solo se puede explicar por la acción directa del Espíritu Santo.

Es seguro de que todas las obras como el milagro de la casa Raquel, de acogida para las mujeres que están tentadas de abortar, para persuadirles de abandonar esa idea, y ofrecerles ayuda para evitar ese crímen tan atroz, y las otras obras como el albergue para los niños maltratados por sus padres alcohólicos o drogadictos, así como una residencia para ancianos que estorban en muchas familias, saldrán adelante como ocurrió con Casa Raquel.

Vale la pena escuchar sus discursos que están grabados en Internet, porque se puede sacar mucha Doctrina de cada una de sus palabras, es la palabra de Dios, tan bien transmitida y explicada por ese Sacerdote, un verdadero alimento espiritual, que junto con la Sagrada Eucaristía, son unos medios muy eficaces para enfrentar todos los problemas que se presentan a las almas católicas en cada momento de su vida.

Demos gracias a Dios por ese Sacerdote, que pasará a la historia, como decía Santa Teresa de San Juan de la Cruz, "sus huesos harán milagros".



miércoles, 4 de enero de 2017

EL TELESCOPIO QUE CAPTÓ LAS MARAVILLAS DE DIOS






Dios, que parece ser un Dios escondido, está para los que saben verlo, presente en todo el Universo visible e invisible, se puede contemplar en todo mineral, vegetal y en toda la gran variedad de animales, y de seres vivos, que existen en nuestro planeta, y en los millones de mundos de otras galaxias, en los cuales nunca podremos acceder por las distancias siderales que nos separan de ellos. Hace poco salió la noticia de que se vio por los telescopios un planeta, a una distancia de su sol parecida a la de la Tierra, lo que significa que habría agua en estado líquido, que es necesaria para la vida, ¡pero para llegar allí, una nave viajando a 300.000 km/h tardaría 60.000 años en llegar! 

Y es que toda la Creación tiene la huella de Dios para los contemplativos, es un don de Dios que solo tienen algunas personas, que son las que aman a Dios con un Amor especial, que solo se activa en la soledad, San Juan de la Cruz explica que ese tipo de amor contemplativo y solitario, es semejante al que tienen algunos humanos con su pareja, que aunque no tengan en este momento ninguna relación íntima, solo se encuentran a gusto en soledad, no queriendo que haya presencia alguna que les es molesta.

Siendo Prior de Granada, en el Carmen de los Mártires, el Santo dispersaba a sus frailes por el campo, desde donde se divisa toda la magnífica vega de Granada, con sus impresionantes vistas a Sierra Nevada, apartados de sus compañeros,  les decía: "Alabad y contemplad a Dios aquí en soledad".

Hoy 4 de Enero de 2.017, ha aparecido una noticia que informa que los astrónomos han descubierto una nueva galaxia, de tipo poco común que está a ¡¡359 millones de años luz de la tierra!!, es decir que una nave circulando a 300.000 kilómetros por segundo, tardaría 359.000.000 de años en llegar. Este dato es una demostración tajante de que Dios es Todopoderoso, Infinito, y Eterno.



Del Evangelio tal como me ha sido revelado 
de María Valtorta:


Dice Jesús:

[...] Justo es santificar las fiestas y alabar al Señor en los lugares de oración, más toda la Creación puede ser un lugar de oración si la criatura sabe convertirla en eso con su elevación hacia el Padre. Lugar de oración fue el arca de Noé, a la deriva sobre las olas; y el vientre de la ballena de Jonás; lugar de oración fue la casa del Faraón cuando José vivió en ella; y la tienda de Holofernes para la casta Judit. ¿Y no era, acaso, sagrado para el Señor el lugar corrompido en que, esclavo vivía el Profeta Daniel; sagrado por la santidad de su siervo, que santificaba el lugar, hasta el punto de merecer las altas profecías de Cristo y el Anticristo, clave de estos momentos y de los últimos tiempos? 

Pues con mayor razón será santo este lugar que, con los colores, los perfumes, la pureza del aire, la riqueza de los cereales, las perlas del rocío, habla de Dios Padre y Creador y dice: “Creo; quered creer vosotros, pues de Dios damos testimonio”. Sea, por tanto, la Sinagoga de este sábado; leamos en ellas las páginas eternas escritas sobre las corolas y las espigas, teniendo como sagrada lámpara el Sol.

He nombrado a Daniel. Os he dicho: “Sea este lugar nuestra sinagoga”. Esto trae a la memoria el gozoso “Benedicite” de los tres santos jóvenes entre las llamas del horno: “Cielos y aguas, rocío y escarcha, hielos y nieves, fuegos y colores, luces y tinieblas, relámpagos y nubes, montes y colinas, todo vegetal nacido, pájaros, peces, animales todos, alabad y bendecid al Señor, junto con los hombres de humilde y santo corazón”. Este es el resumen de este Canto santo que tanto enseña a los humildes y santos. Podemos orar y merecer el Cielo en cualquier lugar. Lo merecemos cuando hacemos la voluntad del Padre.







martes, 3 de enero de 2017

UN CRIMINAL MATA EL CUERPO, PERO UN HERÉTICO PUEDE MATAR EL ALMA INMORTAL.

Santo Tomás de Aquino Doctor 
de la Iglesia Católica




La muerte del alma llamada la segunda muerte es la condenación eterna, la peor desgracia que le puede ocurrir a un ser humano, en el mundo relativista de hoy, en donde no se ve diferencia alguna entre el pecado y la virtud  y en donde se pinta a un Dios "merengón", que quiere de la misma manera al más grande asceta que al mayor de los asesinos, no entendiendo  la diferencia que hay entre el amor unitivo, que es el que tuvo Jesús con Juan, y el amor de compasión que es que tuvo hacia Judas, tantos Jerarcas de la Iglesia han renegado de las creencias tradicionales de la Iglesia. y no creen que exista el Infierno ni Satanás que son inventos de la Edad Media.






“HABIENDO PELIGRO PRÓXIMO PARA LA FE, LOS PRELADOS DEBEN SER ARGÜIDOS INCLUSO PÚBLICAMENTE POR LOS SÚBDITOS”.
(SUMA TEOLÓGICA, II-II, 33, 4-2)


Dijo Jesús:"No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que el alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la Gehena" (Mat. 10, 28)

Y por esa razón, hay que combatir a los herejes, que pueden llevar el alma a la segunda muerte, que es el Infierno. Muchos soberbios que se creen elegidos, y que quieren interpretar a su manera la Palabra de Dios, llevan a la perdición a mucha gente, su responsabilidad es terrible, sobre todo cuando son pastores de almas. Es por eso que todos los Santos eran implacables contra los herejes, como lo explica tan bien este artículo tomado de Internet. 

Es fácil comprender que una muerte por homicidio como la de un mártir, puede llevar al alma al Paraíso, pero una muerte del alma que esta en pecado mortal, llamada la segunda muerte puede condenarla al fuego eterno. Por esa razón hay que combatir y acallar a un hereje, que es un instrumento de Satanás, y un enemigo de Dios. Así como lo podemos leer, lo llevaron a cabo Santos tan mansos y pacíficos como San Buenaventura, San Francisco de Sales, o San Juan Bautista, y el mismísimo Jesús, manso y humilde, pero implacable contra los Fariseos, lo que le valió la muerte en la Cruz.


XXII.- De la caridad en las formas de la polémica - Argumentos católico liberales- Felix Sardá y Salvany

DE LA CARIDAD EN LO QUE SE LLAMA LAS FORMAS DE LA POLÉMICA, Y SI TIENEN EN ESO RAZÓN LOS LIBERALES CONTRA LOS APOLOGISTAS CATÓLICOS.

          Mas no es este último principalmente el terreno en que coloca la cuestión el Liberalismo, porque sabe que en el de los principios sería irremediablemente vencido. Mas a menudo acusa a los católicos su propaganda, y en este punto es donde, como hemos dicho, suelen hacer especial hincapié ciertos católicos buenos en el fondo, pero resabiados de la maldita paste liberal. ¿Qué hay, pues, sobre el particular?

         Hay lo siguiente: Que tenemos razón los católicos en esto como en lo demás, y no la tienen, ni sombra de ella, los liberales. Fijémonos para esto en los siguientes puntos:

            1º Puede claramente el católico decir a su adversario liberal, que lo es. Nadie pondrá en duda esta proposición. Si tal autor o periodista o diputado empieza por jactarse de liberalismo, y no oculta poco ni mucho sus ideas o aficiones liberales ¿qué injuria se le hace en llamarle liberal? Es principio de derecho: Si palam res est, repetitio injuriam non est: "No hay injuria en decir lo que está a la vista de todos". Mucho menos en decir del prójimo lo que él mismo dice a todas horas de sí. ¿Cuántos liberales, no obstante, particularmente del grupo de los mansos o templados, tienen a gran injuria que los llamen liberales o amigos del Liberalismo, un adversario católico?

             2º Dado que el Liberalismo es cosa mala, no es faltar a la caridad llamar malos a los defensores públicos y conscientes del liberalismo. Es en sustancia aplicar al caso presente la ley de justicia que se ha aplicado en todos los siglos.

             Los católicos de hoy no hacemos innovación en este punto, nos atenemos a la práctica constante de la antigüedad. Los propagadores y fautores de herejías han sido en todos tiempos llamados herejes, como los autores de ellas. Y como la herejía ha sido siempre considerada en la Iglesia como gravísimo mal, a tales fautores y propagadores ha llamado siempre la Iglesia malos y malvados. Regístrense las colecciones de los autores eclesiásticos. 

         Véase cómo trataron los Apóstoles a los primeros heresiarcas, y cómo siguieron tratándolos los Santos Padres, cómo los han seguido tratando los modernos controversistas y la misma Iglesia en su lenguaje oficial. No hay, pues, falta de caridad en llamar a lo malo, malo; a los autores, fautores y seguidores de lo malo, malvados; y al conjunto de todos sus actos, palabras y escritos, iniquidad, maldad, perversidad. El lobo fue llamado siempre lobo a secas, y nunca se creyó hacer mala obra al rebaño ni a su dueño con llamarle y apostrofarle así.


             3.º Si la propaganda del bien y la necesidad de atacar el mal exigen el empleo de frases duras contra los errores y sus reconocidos corifeos, éstas pueden emplearse sin faltar a la caridad. Es éste un corolario o consecuencia del principio anterior. Al mal debe hacérsele aborrecible y odioso; y no puede hacérsele tal, sino denostándolo como malo y perverso y despreciable. La oratorio cristiana de todos los siglos autoriza el empleo de las figuras retóricas más vivas contra la impiedad. En los escritos de los grandes atletas del Cristianismo es continuo el uso de la ironía, de la imprecación, de la execración, de los epítetos depresivos. La ley de todo esto deben ser únicamente la oportunidad y la verdad.

          Hay otra razón además. La propaganda y apologética popular (y siempre es popular la religiosa) no puede guardar las formas enguantadas y sobrias de la academia y de la escuela. No se convence al pueblo sino hablándole al corazón y a la imaginación, y éstos sólo se emocionan con la literatura calurosa y encendida y apasionada. No es malo el apasionamiento producido por la santa pasión de la verdad. Las llamadas intemperancias del moderno periodismo ultramontano, aparte de ser muy flojas comparadas con las del periodismo liberal (ejemplos recientes tenemos por ahí cerca), están justificadas con sólo abrir por cualquier página las obras de los grandes polemistas católicos de los mejores tiempos.


El Bautista empezó por llamar a los fariseos "raza de víboras". Cristo Dios no se abstuvo de apostrofarlos con los epítetos de "hipócritas, sepulcros blanqueados, generación malvada y adúltera", sin que creyese por ello manchar la santidad de su mansísima predicación. San Pablo decía de los cismáticos de Creta, "que eran mentirosos, malos, bestias, barrigones, perezosos". Al seductor Elimas Mago, llámale el mismo Apóstol hombre lleno de todo fraude y embustero hijo del diablo, enemigo de toda verdad y justicia".

        Si abrimos las colecciones de los Padres, no topamos más que con rasgos de esta naturaleza, que no dudaron emular a cada paso en su eterna polémica con los herejes. Citaremos tan sólo uno que otro de los principales. San Jerónimo, disputando con el hereje Vigilancio, le echó en cara su antigua profesión de tabernero, y le dice: "Otras cosas aprendiste (y no teología) desde tu temprana edad; a otros estudios te has dedicado. No es por cierto cosa que pueda ejecutar bien un mismo hombre, averiguar el valor de las monedas y el de los textos de la Escritura; catar los vinos y tener inteligencia de los Profetas y de los Apóstoles". 

             Y se ve que el Santo controversista les tenía afición a esos modos de desautorizar al adversario, pues en otra ocasión, atacando al mismo Vigilancio, que negaba la excelencia de la virginidad y del ayuno, pregúntale con festiva donaire "si lo predicaba así para no perder el consumo de su taberna" ¡Oh! ¡cuántas cosas hubiera dicho un crítico liberal, si eso hubiese escrito contra un hereje de hoy uno de nuestros controversistas!"

         ¿Qué diremos de San Juan Crisóstomo en su famosa invectiva contra Eutropio, que en personal y agresiva no tiene comparación con las tan agrias de Cicerón contra Catilina o contra Verres? El melifluo Bernardo no era ciertamente de miel al tratar con los enemigos de su fe. A Arnaldo de Brescia (gran agitador liberal de su siglo) le llama con todas las letras "seductor, vaso de injurias, escorpión, lobo cruel."

            El buen Santo Tomás de Aquino olvida la calma de sus fríos silogismos para dirigirse en vehemente apostrofe contra su adversario Guillermo de Saint-Amour y sus discípulos, Y llamarlo a boca llena "Enemigos de Dios, ministros del diablo, miembros del Anticristo, ignorantes, perversos, réprobos." Nunca dijo tanto el insigne Luis Veuillot. El dulcísimo San Buenaventura increpa a Geraldo con los epítetos de "imprudente calumniador, espíritu maléfico, impío, impúdico, ignorante, embustero, malhechor, pérfido e insensato." 


Al llegar a la época moderna se nos presenta el tipo encantador de San Francisco de Sales, que por su exquisita delicadeza y mansedumbre mereció ser llamado viva imagen del Salvador.¿Creéis que les guardó consideración alguna a los herejes de su tiempo y país? ¡Ca! Les perdonó sus injurias, les colmó de beneficios, procuró hasta salvar la vida a quien había atentado contra la suya. Llegó a decir a su rival: "Si me arrancaseis un ojo, no dejaría con el otro de miraros como hermanos". Pues bien; con los enemigos de su fe no guardaba clase alguna de temperamento o consideración. 

               Preguntado por un católico si podía decir mal de un hereje que esparcía sus venenosas doctrinas, le contestó: "Si, podéis, con tal que no digáis de él cosa contraria a la verdad, y sólo por el conocimiento que tengáis de su mal modo de vivir; hablando de lo dudoso como dudoso, y según el grado mayor o menor de duda que sobre eso tengáis." Más claro lo dejó dicho en su Filotea, libro tan precioso como popular. Dice así: "Los enemigos declarados de Dios y de la Iglesia deben ser vituperados lo más que se pueda. La caridad obliga a cada cual a gritar: "¡Al lobo!" cuando éste se ha metido en el rebaño, y aun en cualquier lugar en que se le encuentre."


       ¿Habrá necesidad de dar a nuestros enemigos un curso práctico de retórica y de crítica literaria? He aquí lo que hay sobre la tan decantada cuestión de las formas agresivas de los escritores ultramontanos, vulgo católicos verdaderos. La caridad nos prohíbe hacer a otros lo que razonablemente no hemos de querer para nosotros. Nótese el adverbio razonablemente, en el cual está todo el quid de la cuestión.

             La diferencia esencial de nuestro modo de ver y del de los liberales en este asunto, estriba en que estos señores consideran a los apóstoles del error como simples ciudadanos libres, que en uso de su perfecto derecho, opinan de otro modo en Religión, y así se creen obligados a respetar aquélla su opinión y a no contradecirla más que en los términos de una discusión libre; al paso que nosotros no vemos en ellos sino enemigos declarados de la fe que estamos obligados a defender, y en sus errores no miramos libres opiniones, sino formales herejías y maldades, como enseña la ley de Dios.


    Con razón, pues, dice un gran historiador católico a los enemigos del Catolicismo: "Vosotros os hacéis infames con vuestras acciones; pues bien, yo os acabaré de cubrir de infamia con mis escritos." Y por igual tenor enseñaba a la viril generación romana de los primeros tiempos de Roma la ley de las Doce tablas: Adversus Lostem aeterna auctoritas esto. Que se podría traducir: "A los enemigos, guerra sin cuartel”.











lunes, 2 de enero de 2017

COMENTARIOS SOBRE LOS ESCRITOS DE LA MISA DEL 23-11-2.013: LA PRUDENCIA HUMANA NO ES UNA VIRTUD,ES UNA VILIEZA. SÍ LO ES LA PRUDENCIA SOBRENATURAL


Virgen Prudentísima, ruega por nosotros

Me he encontrado este escrito de fecha pasada, que se puede aplicar a las lecturas de los Macabeos que se están leyendo en las misas de los últimos días, y que relata de una manera increíble la profunda Fe en los mandamientos de la Ley de Dios de los judíos de antes de la Venida de Jesús, en particular de la misa de hoy Jueves, que relata la valentía de los creyentes ante los decretos del rey, que quería imponer los sacrificios a su ídolo.
 En el Evangelio de Hoy, Jesús llora ante Jerusalén porque su Pueblo no ha sabido reconocerlo como Mesías, y predice su destrucción y la de su Templo, la diáspora y esclavitud de su Pueblo, por no haber sabido ver en Él el Mesías anunciado por los Profetas.

En este mundo, en donde la mayoría de la gente enarbola la bandera del hedonismo, es decir que quiere vivir una vida de falta total de sacrificios, y de busca desenfrenada del placer y la comodidad, huyendo de todo esfuerzo, muchos de ellos, prelados y consagrados, que creen justificarse con las palabras de Jesús, que dijo: "Sed prudentes como las serpientes", cuando en realidad esta postura, como lo explica tan claramente Jesús, es una vileza y un acto de cobardía.

Esto ocurre como lo dice Jesús, en la mayoría de las Obispalías, por eso admiro al Obispo de Alcalá de Henares, Monseñor Juan Antonio Reig Plá, que denuncia vehementemente todas las leyes como el Aborto y la homosexualidad, y quedo decepcionado por tantos otros prelados, que por cobardía no se atreven a advertir a los católicos sobre la gravedad de las leyes que obligan a todos, sean creyentes o no a aplicarlas.

Todo ello sin respetar la libertad de conciencia, obligando a seguir aplicando leyes criminales, como el Aborto, las relaciones sexuales de menores de edad, sin el consentimiento de sus padres, a ese respeto hace poco una madre llamó a la Guardia Civil para apartar a una hija menor de 13 años, que tenía relaciones con un hombre mayor, le dijeron que según la Ley vigente no podían hacer nada; al final su hija fue asesinada por ese hombre.

la Ley de la Educación para la Ciudadanía, obligatoria hasta en las escuelas concertadas, que alaba la homosexualidad, las relaciones sexuales de los jóvenes, y la masturbación, ¡Escuelas en donde los padres mandan a sus hijos para tener una educación religiosa!, y tantas leyes más que son pecados graves y aberraciones para los creyentes católicos, religión mayoritaria en España y en muchos Países de Europa.

Dice Jesús en este escrito: Si, pues, no puede ser del pueblo de Dios el impotente por naturaleza, ¿podrá ser su ministro el impotente de espíritu? En verdad os digo que muchos sacerdotes y maestros, habiendo perdido su virilidad espiritual, han venido a ser culpablemente, eunucos espirituales. Muchos. ¡Demasiados!
                   



De los cuadernos de Mª Valtorta 
(17 de Junio de 1.943)

Dice Jesús:

“Te quiero hablar de la prudencia humana.
La prudencia sobrenatural es una gran virtud. Pero la prudencia humana no es una virtud. Vosotros, hombres, habéis aplicado este nombre, como una falsa etiqueta, a sentimientos impropios y no virtuosos. Así como llamáis caridad, a la moneda que dais al pobre.

Pero si vosotros dais una limosna, incluso virtuosa, y la dais para ser vistos y aplaudidos por el mundo, ¿Creéis que hacéis un acto de caridad? No. Desengañaos. Caridad quiere decir: amor. Caridad es, por tanto, tener piedad y amor por todos los necesitados de la tierra. No hace falta dinero para hacer un acto de caridad. Una palabra de consejo, de consuelo, de dulzura, un acto de ayuda material, una oración, son caridad. Una limosna dada con grosería, humillando al pobre, en el que no sabéis verme, no es caridad.

Lo mismo ocurre con la prudencia. Vosotros llamáis prudencia a vuestra vileza, a vuestro anhelo de vivir tranquilos, a vuestro egoísmo. Tres cosas que ciertamente no son virtud.

También en vuestras relaciones con la Religión sois amantes del vivir tranquilos. Cuando sabéis que una franca profesión de fe, que una expresión, dicha como os la susurra el Espíritu de Verdad, pueden quitaros autoridad, dadores de trabajo, maridos, hijos, padres, de los que esperáis ayuda material, vuestra humana prudencia os hace encerraros en un silencio que no es prudente sino cobarde, cuando no culpable, porque llegáis a negar, a renegar, perjurando vuestros sentimientos más espirituales.

Pedro fue el primero que en la hora del peligro, por una prudencia humana, llegó a negar que me conociera. Yo lo permití, esto, para que arrepentido, pudiera después compadecer y perdonar a los hermanos pusilánimes. ¡Pero cuántos “Pedros” desde entonces hasta ahora! Tenéis siempre ante la mente, un interés mezquino, y lo anteponéis y tuteláis en perjuicio del interés eterno que os fructifica la Verdad valiente y valientemente profesada.

Ante ciertas manifestaciones de Dios, vosotros, pobres hombres, no tenéis ciertamente la valentía de Nicodemo y de José, que en una hora tremenda para el Nazareno y para sus seguidores supieron adelantarse para pensar en Mí contra la hostilidad de toda Jerusalén. Tu misma, a veces, te quedas un poco perpleja ante ciertas expresiones mías y las quisieras hacer menos tajantes.

La prudencia humana os guía. La lleváis a todas partes. Hasta en las obispalías, hasta en los conventos. ¡Cómo habéis cambiado en relación con los primeros cristianos que no tenían en cuenta nada de cuanto fuera humano y miraban solamente el Cielo!

Es verdad que yo he dicho que seáis prudentes como las serpientes, pero no con una prudencia humana. Os he dicho también que para seguirme, hay que ser audaces contra todos. Contra el amor a si mismos; contra el poder, cuando os persigue porque sois mis seguidores; contra el padre, la madre, la esposa, los hijos, cuando éstos quieren, por afecto humano y preocupación terrena, impediros que sigáis mi Camino, porque sólo una cosa es necesaria: salvar la propia alma incluso perdiendo la vida de la carne para obtener la Vida eterna”.





211. Regreso a Hebrón, patria del Bautista
(7-7- 1.945)

     [...] ¡No, no es lícito! Ninguna moneda puede comprar la conciencia, y menos aún la de los sacerdotes y los maestros. No es lícito encontrarse sumiso ante las cosas fuertes de la Tierra cuando quieren conducirnos a obrar en contra de lo que Dios ha establecido: esto no es sino impotencia espiritual, y está escrito: "El eunuco no entrará en la asamblea del Señor"Si, pues, no puede ser del Pueblo de Dios el impotente por naturaleza, ¿podrá ser su ministro el impotente de espíritu? En verdad os digo que muchos sacerdotes y maestros, habiendo perdido su virilidad espiritual, han venido a ser, culpablemente, eunucos espirituales. Muchos. ¡Demasiados!

    Meditad, observad, comparad, y os daréis cuenta que tenemos muchos ídolos y pocos ministros del Bien, que es Dios. Ahora se ve porque las ciudades-refugios no son ya tales. Ya no se respeta nada en Israel. Los santos mueren por el odio hacia ellos de los no santos.
    [...] ¡Venid!, es el Amor que pasa, quien quiera puede seguirle, porque para ser acogido por Él se requiere solamente buena voluntad".
     Jesús ha terminado en medio de un silencio atónito. Parece que muchos han sopesado las palabras que han escuchado., prueban su sabor; las degustan, las confrontan.

        Mientras esto sucede y Jesús, cansado y sudoroso, se sienta a hablar con Juan y Judas, he aquí que se alza un clamor al otro lado del muro: gritos confusos, luego más claros: "¿Está aquí el Mesías? ¿Está?". La respuesta es afirmativa. Entonces pasan adelante a un hombre contrahecho, que de tan torcido como está parece una "S".

        "¡Es Masala !".
       "¡Demasiado contrahecho! ¿Qué puede esperar?".
       "¡Ahí está su madre! ¡Pobrecilla!"
       "Maestro, su marido la rechaza por ese aborto de hombre de su hijo, así que vive aquí de la caridad pero ahora es ya anciana y le queda poca vida...".
         El aborto de hombre - realmente es así - está ante Jesús. No puede ni siquiera ver su rostro de lo encorvado y torcido que está. Parece una caricatura de hombre-chimpancé o de un camello humanizado.
        La madre anciana y mísera, ni siquiera habla, solo gime: "Señor... creo...".
         
         Jesús pone sus manos sobre los hombros sesgados del hombre, que apenas si le llega a la cintura; alza su rostro hacia el Cielo y dice con voz potente: "Enderézate y sigue los caminos del Señor". El hombre experimenta un brusco movimiento y, como impulsado por un resorte, queda derecho como el más recto de los hombres. El movimiento ha sido tan repentino, que parece como si se hubieran roto unos resortes que le hubieran contenido en esa posición anómala. Ahora le llega a Jesús a los hombros; le mira y cae de rodillas, con su madre, ante su Salvador, y ambos le besan los pies.

         Es indescriptible la reacción de la muchedumbre... A pesar de todas las resistencias, Jesús se ve obligado a permanecer en Hebrón, porque la gente está dispuesta a formar barreras en las salidas para impedirle marcharse.
          Así... entra en la casa del anciano arquisinagogo, que tan cambiado está respecto al año pasado...           




domingo, 1 de enero de 2017

UNO DE ENERO DE 2.017 FIESTA DE MARÍA MADRE DE DIOS, QUE SE FESTEJA DESDE EL SIGLO V

MARÍA NACIÓ EN EL CORAZÓN DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD 




MARÍA REINA DE LOS ÁNGELES
Y REINA DE LA HUMANIDAD



Hace algún tiempo publiqué la imagen de María obra maestra de la Santísima. Trinidad, hojeando los cuadernos de María Valtorta, he leído estas palabras de Jesús que confirman plenamente este atributo, lo que me causó una gran alegría, y que transmito aquí el día de hoy 1 de Enero de 2.017, fiesta de María la Madre de Dios.

Dios suele pagar con la misma moneda todos nuestras acciones buenas o malas, como así está escrito en el Evangelio, y como lo decimos en la oración del Padrenuestro: "Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores". Eso es lo que ocurrió con Lucifer, que engañó a nuestra madre Eva, lo que trajo la muerte y los sufrimientos a toda la humanidad. 

De la misma manera, Dios Todopoderoso puso otra mujer, la Santísima Virgen María, para derrotarlo, y así recobrar la Vida, y anular los sufrimientos de la humanidad. Si por una mujer heredamos el pecado Original, comiendo el fruto prohibido, por otra mujer heredamos la Vida eterna, comiendo del fruto de su vientre Jesús, que es el árbol de la Vida que también estaba en el jardín del Edén, lo que en lenguaje espiritual quiere decir, seguir su voluntad y adorarle.

Lucifer, a pesar de su gran inteligencia de Arcángel, nunca llegó a sospechar que al haber degradado a Eva y a toda su descendencia, otra Mujer, mandada por Dios iba a aplastarle la cabeza, y derrotarlo por toda la eternidad. 





DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(25 de Noviembre de 1.943)


Dice Jesús:

Todas las almas son creadas por el pensamiento del Padre que manda a estas hijas suyas para animar los cuerpos generados en la Tierra. Pero el alma de la Purísima no salió solo del pensamiento del Padre.

Del vórtice de ardores que es nuestra Trinidad santa parten los tres amores que convergen en el centro, allí donde nuestra divinidad se unifica y resplandece. Allí está el vértice del Amor, fruto de los tres amores unidos, y para hacer una comparación, humana, podría decir que allí está el corazón  de nuestra Santa Trinidad.

De este corazón ha venido el alma de María. Como una chispa despedida de nuestra voluntad de amor, Ella se generó de nuestros tres amores  y de nuestros tres deseos de tenerla como Hija, como Madre, como Esposa, y hemos puesto toda nuestra perfección en crearla porque ella estaba destinada a ser la piedra del edificio del Templo verdadero, el Arca del nuevo pacto, el inicio de la Redención que, como todas las cosas de Dios, lleva el tres, signo simbólico del Dios Trino.

El primer tiempo de la Redención es la creación – obra más específica del Padre – del alma sin mancha, destinada a descender para habitar una carne que tendría que ser Sagrario de Dios, y el amor del Hijo y de Espíritu Santo beatificamente cuidaron su formación. 

El segundo tiempo es cuando, por obra del Espíritu, Aquella sin mancha, toda bella y pura, fundió su ardor de Virgen enamorada de Dios con el ardor del Amor de Dios, y por obra del Espíritu Santo generó a Cristo para las gentes.

El tercer tiempo, cuando Cristo cumplió su misión de Redentor muriendo en la Cruz. También entonces María estaba unida a la obra de Dios, y por obra del Hijo, se hizo Corredentora y Víctima con Él. Indisolublemente unida a Dios y a su voluntad. Ella está presente en cada momento del camino de las etapas de la Redención, y sin María, no habríais tenido al Redentor.

La Madre es la flor completamente abierta de toda la púrpura de su vestidura real. Pero la Madre para ser tal, no solo tuvo que iniciarse en el capullo inviolado de la Virgen candidísima, sino en la semilla aún no nacida de la que después brotó el tallo, el capullo, la flor.

Al celebrar la fecha de la Concepción inmaculada de María, suave fruto de nuestro amor y portadora del fruto del amor infinito, consagrado a vuestra salvación, que soy Yo, tened presente no solo a María tal como ha sido concebida, sino su origen – tres veces Santa porque para crearla concurrieron nuestros tres amores – y su especial dignidad como iniciadora del perdón del Eterno hacia el hombre.

Aurora serena del día de la Redención. Ella vino a vosotros con su casto fulgor de Estrella matutina y de alma paradisíaca. Su cuna, que se prepara para recibirla precede en poco a la mía, y su sonrisa vos enseña el Gloria, para cantar al Eterno que, en su caridad perfectísima, ha cumplido para vosotros los dos amores, prodigios de la Concepción inmaculada de María y de mi Encarnación”.  







viernes, 30 de diciembre de 2016

HOY DÍA 20-12-2.017 FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

IMAGEN COPTA ORTODOXA
LA SAGRADA FAMILIA



Esta preciosa imagen de la Sagrada Familia, con la Santísima Virgen María y San José, rodeando a Jesús el Hijo de Dios, delante de la Cruz, y la corona de espinas, todo coronado por el Espíritu Santo, simboliza todas las enseñanzas de las Escrituras.

Todos los Profetas anunciaban la venía del Mesías, que iba a devolver a la humanidad degradada por culpa del pecado original, la inocencia perdida, pecado que trajo toda su retahíla de secuelas, que son los sufrimientos y la muerte, se transmitió primero a Eva y Adán, que se rebelaron contra Dios, al decir "Non serviam", como Lucifer que quiso ser semejante a Dios, y luego a toda su descendencia, fue pues una derrota de Dios, que destruía todo lo que Él había creado para poder ser hijos y herederos suyos, ya que en un Reino puro y perfecto, no puede entrar nada impuro o imperfecto, es lo que Jesús afirmó en la Parábola de los invitados a la Boda, de la cual se expulsó el que no tenía una vestidura adecuada. 

Pero el Espíritu Santo, corazón de la Santísima Trinidad, Amor y fuerza de la misma, ya sabía como tenía que actuar para transformar esa primera derrota en una Victoria definitiva contra los rebeldes. Fue la Creación de la Criatura más perfecta de la Creación, que es la Virgen María, la Inmaculada, cuya fiesta la Santa Iglesia Católica celebra el primer día del año. Fue un instrumento perfecto, ya que además de Inmaculada, era humilde y obediente, se hizo la Esclava del Señor, cuando Eva se quiso hacer semejante a Dios.

En el Apocalipsis está relatada como el Dragón infernal quiso arrastrarla con un río de agua, que salió de su boca, que simboliza la mentira para tratar de vencerla, pero la tierra, que simboliza la verdad, se abrió y hundió ese río en el abismo. La mujer, vestida de Luz, símbolo de la Pureza y la verdad, es Madre de toda la humanidad, ya que estaba coronada con 12 estrellas, que son las 12 tríbus de Israel, y los doce Apóstoles de la nueva alianza, se retiró al desierto, por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo (Ap 12, 16).

Creo sinceramente que ese último medio tiempo ha pasado ya, y la Santísima Virgen María está actuando para la batalla final contra Satanás, al que va a  derrotar definitivamente. 




DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(Diciembre de 1.950)

Dice el Espíritu Santo:

[...] Y la infinita Misericordia, por piedad hacia los míseros hombres, arrasados por la tormenta de sangre, de fuego, de persecución, de muerte, hará resplandecer sobre el mar de sangre y de horror, la Pura estrella del Mar, o sea María, que será la precursora de Cristo en su última venida. Por eso estos nuevos evangelizadores, evangelizarán a María, que en verdad, fue dejada demasiado en la sombra por los Evangelistas y por todos los Apóstoles y Discípulos, mientras que un conocimiento más amplio acerca de Ella, habría instruido a muchos y evitado muchas caídas, porque Ella es Corredentora y Maestra. Es Maestra de vida pura, humilde, fiel, prudente, piadosa, pía, en la casa y entre las gentes de su tiempo. Ha sido Maestra siempre, en los siglos, digna de ser conocida cuanto más el mundo desciende hacia el lodo y las tinieblas, para que, imitándola cada vez más, se pueda volver a conducir el mundo hacia lo que no es lodo y tinieblas.

Los tiempos que avanzan serán tiempos no solo de guerra material, pero sobre todo de guerra entre la materialidad y el espíritu. El  Anticristo intentará arrastrar a las criaturas racionales hacia el pantano de una vida bestial. Cristo intentará impedir esta abjuración no solo de la religión, sino hasta de la misma razón, abriendo horizontes nuevos y vías iluminadas por luces espirituales, suscitando en todo aquel que no lo rechace abiertamente un potente despertar del espíritu, despertar ayudado por estos nuevos evangelizadores no solo de Cristo sino también de la Madre de Dios.
Alzarán el estandarte de María. llevarán a María. Y María que ya una vez fue causa y fuente - indirecta pero siempre potente - de la redención del hombre, lo será nuevamente, porque ella es la santa Adversaria del pérfido Adversario, y su talón está destinado a aplastar perpetuamente el dragón infernal, así como la Sabiduría, que ha establecido su sede en Ella, está destinada a vencer las herejías que corrompen las almas y los intelectos.
En este tiempo, cuya venida es inevitable, las tinieblas lucharán contra la Luz, la bestialidad con el espíritu, el satanismo contra los hijos supervivientes de Dios, babilonia contra la Jerusalén celestial; en ese tiempo, las lujurias de Babilonia, las triples lijurias, desbordarán como aguas fétidas e incontenibles, y se infiltrarán por doquier, hasta en la casa de Dios, como ocurrió y como está dicho que ocurrirá de nuevo; en ese tiempo de abierta separación entre los hijos de Dios, y los hijos de satanás, en que los hijos de Dios alcanzarán una potencia espiritual nunca alcanzada hasta entonces, y los de satanás una potencia maligna tan vasta que ninguna mente puede imaginar como será en realidad, vendrá la nueva evangelización, la nueva evangelización total que, por ahora, manifiesta sus primeros y contrarios albores.

Esta evangelización obrará grandes milagros de conversión y de perfección y también grandes conatos de odio satánico  contra Cristo y la Mujer. Más ambos, no podrán ser alcanzados por sus enemigos. No sería conveniente ni útil que lo fuera. No se puede causar una ofensa suprema a Dios, hiriendo a los dos que le son más queridos: el Hijo y la Madre, que ya en su tiempo sufrieron todas las ofensas más dolorosas y odiosas pero que ahora, ya glorificados desde hace siglos, no podrían ser ofendidos sin que cayera el inmediato y horrendo castigo divino sobre los ofensores.

Por eso, en el momento justo y de la manera justa se realizará la extrema evangelización con medios nuevos y los que estén ansiosos de Luz y de Vida las tendrán de modo pleno, perfecto, otorgadas con un medio conocido solo por los Donadores, por Jesús y María. Solo los que hayan elegido para si mismos fango y tinieblas, herejía y odio hacia Dios y María, es decir, los que estén muertos ya antes de ser muertos, los espíritus podridos, los espíritus vendidos a satanás y a sus siervos, o sea los precursores del Anticristo y éste mismo, tendrán fango y tinieblas, tormento y odio eternos, como es justo que sea, cuando venga el que debe venir.








viernes, 23 de diciembre de 2016

EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS, EL HECHO MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

EL TESORO MÁS GRANDE DE DIOS ES LA
ADMIRACIÓN DE LOS ÁNGELES 




NUESTRO REDENTOR Y NUESTRO SUPREMO JUEZ, EL QUE TIENE LAS LLAVES DEL CIELO Y DEL HADES, EL QUE DARÁ PREMIO Y CASTIGO A LOS HOMBRES DE TODA CONDICIÓN.

Aquí está relatada con detalles sorprendentes, y dignos de toda fe, la Venida de Dios al mundo, en el sitio más humilde que uno pueda imaginar: un establo ocupado por dos animales: un burro y un buey, que como los pastores y más adelante los Reyes magos, se estremecen ante la gran claridad que se produce en el momento del nacimiento del hijo de Dios, y parecen rendirle gloria por todos los animales de la Creación. 




Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta


Continúa mi visión del interior de este pobre refugio de piedra en que han encontrado amparo, unidos María y José en la suerte, a unos animales.

El fueguecillo se adormila junto a su guardián. María levanta lentamente la cabeza de su yacija y mira. Ve que José tiene la cabeza reclinada sobre el pecho como si estuviera meditando… será – piensa – que el cansancio ha sobrepujado su buena voluntad de permanecer despierto , y sonríe bondadosa; luego con menos ruido del que puede hacer una mariposa posándose en una rosa, se sienta, para después arrodillarse. Ora con una sonrisa beata en su rostro. Ora con los brazos extendidos casi en cruz, con las palmas hacia arriba y hacia delante… y no parece cansarse en esa posición violenta. Luego se postra con el rostro contra el heno, adentrándose aún más en su oración; y la oración es larga.

José sale bruscamente de su sueño; ve mortecino el fuego y casi oscuro el establo. Echa un puñado de tamujo muy fino. La llama vuelve a chispear. Y va añadiendo ramitas cada vez más gruesas; en efecto, el frío debe de ser punzante, el frío de esa noche invernal, serena, que penetra por todas las partes de esas ruinas. El pobre José, estando como está cerca de la puerta – llamemos así a la abertura a la que hace de cortina su manto -, debe estar congelado. Acerca las manos a la llama, se quita las sandalias, acerca también los pies; así se calienta. Luego, cuando el fuego ha adquirido ya viveza y su luz es segura, se vuelve; no ve nada, ni siquiera la blancura del velo de María  que antes dibujaba una línea clara obre el heno oscuro. Se pone en pie y se acerca despacio a la yacija.

“¿No duermes, María?” pregunta.
Lo pregunta tres veces, hasta que Ella torna en sí y responde: “Estoy orando”.
“¿No necesitas nada?”.
“No, José”
“Trata de dormir un poco, de descansar al menos”.
“Lo intentaré, pero la oración no me cansa”.
“Hasta luego, María”.
“Hasta luego, José”.
María vuelve a su posición de antes. José, para no ceder otra vez al sueño, se pone de rodillas junto al fuego, y ora. Ora con las manos caídas en el rostro; de vez en cuando las separa para alimentar el fuego, y luego vuelve a su ferviente oración. Menos el ruido del crepitar de la leña y el del asno, que de tanto en tanto pega con una pezuña en el suelo, no se oye nada.

Un inicio de Luna se insinúa a través de una grieta de la techumbre, parece un hilo de incorpórea plata que buscase a María. Se alarga a medida que la Luna va elevándose en el cielo y, por fin, la alcanza. Ya está sobre la cabeza de la orante, nimbándosela de candor.

María levanta la cabeza como por una llamada celeste  y se yergue hasta quedar de nuevo de rodillas. ¡Oh, qué hermoso es este momento! Ella levanta la cabeza, que parece resplandecer bajo la luz blanca de la Luna, y una sonrisa no humana la transfigura. ¿Qué ve? ¿Qué oye? ¿Qué siente? Solo Ella podría decir lo que vio, oyó y sintió en la hora fúlgida de su Maternidad. Yo solo veo que en torno a Ella la luz aumente, aumenta, aumenta; parece descender del Cielo, parece provenir de las pobres cosas que están a su alrededor, parece, sobre todo, que proviene de Ella.

Su vestido, azul oscuro, parece ahora de un delicado celeste de miosota; sus manos, su rostro, parecen volverse azulinas, como los de uno que estuviera puesto en el foco de un inmenso zafiro pálido. Este color, que me recuerda, a pesar de ser más tenue, el que veo en las visiones del santo Paraíso, y también el que ví en la visión de la venida de los Magos, se va extendiendo progresivamente sobre las cosas, y las viste, las purifica, las hace espléndidas.

El cuerpo de María despide cada vez más luz, absorbe la de la Luna, parece como si Ella atrajera hacia sí la que le puede venir del Cielo. Ahora es Ella la depositaria de la Luz, la que debe dar esa Luz al mundo. Y esta beatífica, incontenible, inmensurable, eterna, divina Luz que de un momento a otro va a ser dada, se anuncia con un alba, un lucero de la mañana, un oro de átomos de Luz que aumenta, aumenta como una marea, sube, sube como incienso, baja como una riada, se extiende como un velo…

La techumbre, llena de grietas, de telas de araña, de cascotes que sobresalen y están en equilibrio por un milagro de estática, esa techumbre negra, ahumada repelente, parece la bóveda de una sala regia. Los pedruscos son bloques de plata; las grietas, reflejos de ópalo; las telas de araña, preciosísimos baldaquines engastados de plata y diamantes. Un voluminoso lagarto, aletargado entre dos bloques de piedra, parece un collar de esmeraldas olvidado allí por una reina; y un racimo de murciélagos en letargo, una lámpara de ónix de gran valor. Ya no es hierba el heno que pende del pesebre más alto, es una multitud de hilos de plata pura que oscilan temblorosos en el aire con la gracia de una cabellera suelta.

La madera oscura del pesebre de abajo parece un bloque de plata bruñida. Las paredes están recubiertas por un brocado en que el recamo perlino del relieve oculta el candor de las seda. Y el suelo… ¿Qué es ahora el suelo? Es un cristal encendido por una luz blanca; los salientes parecen rosas de luz arrojadas al suelo como obsequio; los hoyos, cálices valiosos de cuyo interior ascenderían aromas y perfumes.

La Luz aumenta cada vez más. El ojo no la resiste. En ella desaparece, como absorbida por una cortina de incandescencia, la Virgen… y emerge la Madre.

Sí. Cuando mi vista de nuevo puede resistir la Luz, veo a María con su Hijo recién nacido en los brazos. Es un Niñito rosado y regordete, que gesticula, con unas manitas del tamaño de un capullo de rosa; que menea sus piececitos, tan pequeños que cabrían en el corazón de una rosa; que emite vagidos con su vocecita trémula, de corderito recién nacido, abriendo una boquita que parece una menuda fresa del bosque, y mostrando una lengüecita temblorosa contra el rosado paladar; que menea su cabecita, tan rubia que parece casi desprovista de cabellos, una cabecita redonda, que su Mamá sostiene en la cavidad de una de sus manos, mirando a su Niño, adorándole, llorando y riendo al mismo tiempo… 

Y se inclina para besarlo, no en la inocente cabeza, sino en el centro del pecho, sobre ese corazoncito que palpita, que palpita por nosotros… en donde un día se abrirá la Herida. Su Mamá se la está curando anticipadamente, con su beso inmaculado.

El buey se ha despertado por el resplandor, se levanta haciendo mucho ruido con las pezuñas, y muge. El asno vuelve la cabeza y rebuzna. Es la Luz la que los saca del sueño, pero me seduce la idea de pensar que hayan querido saludar a su Creador, por ellos mismos y por todos los animales.

Y José, que casi en rapto, estaba orando tan intensamente que era ajeno a cuanto le rodeaba, también torna en sí, y por entre los dedos apretados contra el rostro, ve filtrarse la extraña Luz. Se descubre el rostro, levanta la cabeza, se vuelve. El buey, que está en pié, oculta a María, pero ella llama: “José, ven”.

José acude. Cuando ve, se detiene, como fulminado de reverencia, y está casi para caer de rodillas en ese mismo lugar; pero María insiste: “Ven, José” y, apoyando la mano izquierda en el heno y teniendo con la derecha estrechado contra su corazón al Infante, se alza y se dirige hacia José, quien, por su parte, se mueve azarado por el contraste entre su deseo de ir y el temor a ser irreverente.
Cerca de la cama para el ganado, los dos esposos se encuentran, y se miran llorando con beatitud.

“Ven, que ofrecemos a Jesús al Padre” dice María. José se pone de rodillas. Ella, erguida, entre dos troncos sustentantes, alza a su criatura en sus brazos y dice: “Heme aquí – por Él, ¡Oh Dios!, te digo esto - , heme aquí para hacer tu Voluntad. Y con Él yo, María, y José, mi Esposo. He aquí a tus Siervos, Señor, para hacer siempre, en todo momento y en todo lo que suceda, Tu voluntad, para gloria tuya y por amor a Ti”.

Luego, María se inclina hacia José y, ofreciéndole el Infante le dice: “Toma, José”.
“¿Yo? ¿A mí? ¡Oh, no! ¡No soy digno!”. José se siente profundamente turbado, anonadado ante la idea de deber tocar a Dios.
Pero María insiste sonriendo: “Bien digno de ello eres tú, y nadie lo es más que tú, y por eso el altísimo te ha elegido. Toma José, tenlo mientras yo busco su ropita”.

José, rojo como una púrpura, alarga los brazos y toma ese copito de carne que grita de frío; una vez que lo tiene entre sus brazos, no persiste en la intención de mantenerlo separado de sí por respeto, sino que lo estrecha contra su corazón rompiendo a llorar fuertemente: “¡Oh! ¡Señor! ¡Dios mío!”; y se inclina para besar los piececitos. 

Los siente fríos y entonces se sienta en el suelo y le recoge en su regazo, y con su indumento marón y con las manos, trata de cubrirle, calentarle, defendérlo del frío de la noche. Quisiera acercarse al fuego, pero allí se siente esa corriente de aire que entra por la puerta. Mejor quedarse donde está o, mejor todavía, entre los dos animales, que hacen de escudo al aire y dan calor. Y se pone entre el buey y el asno dando espalda a la puerta, con su cuerpo hacia el Recién Nacido  para hacer de su pecho una hornacina, cuyas paredes laterales son: una cabeza gris, con largas orejas, un hocico grande, blanco, con unos ojos húmedos, buenos y un morro que exhala vapor.

María ha abierto el baúlillo, y ha sacado unos pañales y unas fajas, ha ido al fuego y las ha calentado. Ahora se acerca a José y envuelve al Niño en esos pañales calentitos, y con un velo, le cubre la cabeza. “¿Dónde le ponemos ahora?”, pregunta.

José mira a su alrededor, piensa… “Mira – dice - , corremos un poco más para acá los dos animales y la paja, y bajamos ese heno de allí arriba, y le ponemos a Él allí dentro. La madera del borde le resguardará del aire, el heno será su almohada, el buey con su aliento le calentará un poquito. Mejor el buey. Es más paciente y tranquilo”. Y se pone manos a la obra, mientras María acuna al Niño estrechándolo contra su corazón, con su carrillo sobre la cabecita para darle calor.

José reaviva el fuego, sin ahorrar leña, para hacer una buena hoguera, y se pone a calentar el heno, de forma que, según lo va secando, para que no se enfríe, se lo va metiendo en el pecho; luego, cuando ya tiene suficiente para un colchoncito para el Infante, va al pesebre y lo dispone como una cunita. “Ya está” dice. “Ahora sería necesario una manta, porque el heno pica; y además para taparle…”.

“Coge mi manto” dice María.
“Vas a tener frío”.
“¡Oh, no tiene importancia! La manta es demasiado áspera; el manto, sin embargo, es suave y caliente. Yo no tengo frío en absoluto. ¡Lo importante es que Él  no sufra más!”.

José coge el amplio manto de suave lana azul oscura y lo dispone doblado encima de la paja, y deja un borde colgando fuera del pesebre. El primer lecho del Salvador está preparado.

Su Madre, con dulce paso ondeante, le lleva al pesebre, en él le coloca, y le tapa con la parte del manto que había quedado fuera y con ella arropa también la cabecita desnuda, que se hunde en el heno, protegida apenas por el fino velo de María. Queda solo destapada la caríta, del tamaño de un puño de hombre, y los Dos, inclinados hacia el pesebre le miran con beatitud mientras duerme su primer sueño; en efecto, el calorcito de los paños y de la paja le ha calmado el llanto y le ha hecho conciliar el sueño al dulce Jesús.





lunes, 19 de diciembre de 2016

. CÁNTICO ESPIRITUAL DE SAN JUAN DE LA CRUZ: LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN LAS ALMAS


Las virtudes del alma son como las flores agitadas
por el Espíritu Santo








Cántico espiritual de San Juan de la Cruz

Detente, cierzo muero;
ven, austro que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.





DETENTE CIERZO MUERTO.


El cierzo es un viento frío y seco, y marchita las flores. Y porque la sequedad espiritual hace este mismo efecto en el alma donde mora, la llama "cierzo"; y "muerto", porque apaga y mata la suavidad y jugo espiritual, por el efecto que hace, la llama "cierzo muerto", y deseando la esposa conservarse en la suavidad de su amor, dice a la sequedad que se detenga; lo cual se da a entender que este dicho es cuidado de hacer obras que la detengan, conservando y guardando el alma de las ocasiones.


VEN, AUSTRO QUE RECUERDA LOS AMORES.

El austro es otro viento que vulgarmente se llama ábrego. Este es aire apacible, causa lluvias, y hace germinar las hierbas y plantas y abrir las flores, y derramar su olor; tiene los efectos contrarios al cierzo, y así por este aire entiende aquí el alma al Espíritu Santo, al cual dice que recuerda los amores, porque, cuando este divino aire embiste en el alma, de tal manera la inflama toda y regala y aviva y recuerda la voluntad y levanta los apetitos que antes estaban caídos y dormidos al amor de Dios, que se puede bien decir que recuerda los amores de Él y de ella.

ASPIRA POR MI HUERTO.

[...] Pero algunas veces, hace Dios tales mercedes al alma esposa, que aspirando con su Espíritu divino por este florido huerto de ella, abre todos esos cogollos de virtudes y descubre estas especias aromáticas de dones y perfecciones y riquezas del alma, y abriendo el tesoro y el caudal interior, descubre toda la hermosura de ella; y entonces es cosa admirable de ver y suave de sentir las riquezas de los dones que se descubren al alma y la hermosura de estas flores de virtudes ya todas abiertas, y darle cada una de sí el olor de santidad que pertenece. Y esto llama correr los olores de su huerto cuando en el verso siguiente dice:


Y CORRAN SUS OLORES


Los cuales son en tanta abundancia algunas veces, que el alma le parece estar vestida en deleites y bañada en gloria inestimable; tanto, que no solo ella lo siente de dentro, pero aún suele redundar tanto de fuera, que lo notan los que saben advertir, y les parece estar la tal alma como un delicioso jardín, lleno de deleite y riquezas de Dios. Y no solo cuando estas flores están abiertas se echa de ver esto en estas santas almas, pero ordinariamente traen en sí un no se qué de grandeza y dignidad que causa detenimiento y respeto a los demás por el efecto sobrenatural que se difunde en el sujeto de la próxima y familiar comunicación con Dios, como se escribe en el Éxodo de Moisés, que no podían mirar en su rostro por la gloria y honra que quedaba en su persona por haber tratado cara a cara con Dios.[...]