MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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viernes, 25 de junio de 2021

JUICIO A LOS CIENTÍFICOS ATEOS, QUE NO QUIEREN VER LAS MANOS DE DIOS EN TODA LA CREACIÓN


Marie Curie premios Nobel de Física y Química
mirada de persona insatisfecha y triste
porque le  falta a Dios





LAS CRIATURAS HUMANAMENTE PERFECTAS


         Reflexiones sobre los grandes científicos que llevan una vida de trabajo ejemplar en cuanto a la dedicación y que ponen su inteligencia y su saber al servicio de la investigación, pero que no se ocupan de la salvación de sus almas y que no quieren ver a Dios en las leyes de la ciencia, que existe en todas las disciplinas del conocimiento humano.

           Es el caso de la famosa parábola de las vírgenes locas y las sabias que esperaban la venida del Esposo, que es el encuentro con Dios a la hora de la muerte. Las sabias habían pensado en Dios, que era guardar el aceite para recibir el Esposo, las locas son los científicos que no quieren saber nada de Dios, que en las leyes que descubren en sus investigaciones tendrían que admirar la insondable y perfecta obra de Dios, y sin embargo son locas porque las ignoran, al contrario de las vírgenes sabias que saben ver en toda la Creación la mano de Dios.




De los Cuadernos de María Valtorta 24-8-1.943
Sobre Marie Curie



                  Dice Jesús:

       “Son criaturas humanamente perfectas. En ellas todo ha alcanzado la perfección, excepto su espíritu que ha retrocedido cada vez más hasta hacerse un embrión de espíritu. Tienen un genio perfecto, una seriedad perfecta, una honestidad perfecta, una humildad perfecta. Todo humanamente perfecto. Su virtud es llama que no calienta. Es fuego frío. No  tiene valor para Mí. Prefiero una espiritualidad imperfecta a una humanidad perfecta.

        Tanto fulgor de perfección humana es como la luminosidad de 100, de 1000 lámparas de arco. Dan luz, es innegable, pero es luz artificial que, si un pequeño mecanismo se estropea, muere enseguida y no queda nada de ella. Mientras que el espíritu, aunque sea imperfecto, es siempre un pequeño sol viviente con luz propia que brota de la Gracia que está en él. Hablo del espíritu vivo, es decir,  viviente en Mí, vivificado por la Gracia.

             El haber poseído una inteligencia superior que les ha permitido adentrarse en los misterios de la naturaleza, también tendría que haberles llevado a ver la potencia de Dios y su existencia cuyo ser está escrito en todas las cosas creadas. En cambio, nada de esto. Son seres llenos de ciencia, pero faltos del hilo que lleva al conocimiento de cuanto existe. Inventores de lo nuevo pero negadores de lo eterno. Descubridores de fuerzas secretas, pero indiferentes a la Fuerza de las fuerzas: Dios. Esto no lo buscan, mejor dicho voluntariamente lo niegan. O por lo menos lo descuidan.

           Y por eso, la Ciencia humana, innegablemente avanzada, no da frutos buenos, sino envenenados. Falta en el corazón y en la mente de los científicos el fuego de amor que hace respetar y amar a Dios, que hace respetar y amar al prójimo. En este caso concreto, la mujer no dañó, más bien benefició a los hermanos. Es ya mucho. Pero reflexiona sobre el impulso que hubiera impreso a su escuela, a sus discípulos y a los discípulos de sus discípulos, si al encanto de su yo hubiera unido una religiosidad profunda.

      Cree también, alma mía que, en la hora del Juicio aparecerán más grandes pequeñas criaturas iletradas que no lumbreras de la Ciencia. Las primeras, encendidas por las lumbreras del amor, serán vivas estrellas en mi Cielo. Las demás, aun que no las condenaré, por el bien que humanamente han cumplido, serán simplemente nebulosas en mi Paraíso. Serán los salvados por mi Misericordia sin ningún mérito por su parte, salvados más que por ellos mismos, por las oraciones de los beneficiados por ellos.

              (Nota del que transcribe: Y aquí descubrimos otra vez el poder de la Oración, como una Criatura aunque sea atea, si ha sido benéfica para su prójimo, por las oraciones de éste, lleva su alma a la Salvación, como dijo la santísima Virgen María en Fátima: “¡Cuanta gente se condena porque no hay nadie que rece por ellos!”)

          Ahora dime: ¿prefieres ser una pequeña nada en el campo del saber y ser mía, muy mía en esta y en la otra vida, o te hubiera gustado ser astro aquí abajo y opaca nebulosa allí arriba? Sé ya tu respuesta y por eso te digo: “Has respondido sabiamente. Ve en paz”.




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