MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 21 de julio de 2016

LOS QUE AMAN A DIOS, CONFÍAN EN ÉL, Y RENUEVAN LAS FUERZAS, YA QUE EL AMOR ASEMEJA EL ALMA CON LO QUE AMA.





En el amor humano, entre un hombre y una mujer, existe una unión material entre los esposos, que según S. Pablo es la imagen del Amor que existe entre Jesús y la Iglesia por el fundada; así como la unión material entre los esposos, se traduce en una fusión entre ellos, como así lo dijo Jesús: El hombre dejará a sus padres y se unirá con su mujer, y serán ambos una misma carne. 
San Juan Evangelista dice que en la unión mística entre Jesús y el alma, nos transformaremos en el mismo Dios, ya que lo veremos tal cual es, es decir que ver a Dios es conocerlo y confiar en Él, ya que solo se ama lo que se conoce, es lo que ocurre en este mundo, en donde el hombre ama a la mujer al verla, y conocerla.

En el mundo espiritual el alma ama a Dios también al conocerlo con los ojos del alma, en este mundo pero de una manera infusa y misteriosa, se conoce a Dios cuando el alma ama la Virtud y se aparta del pecado, ya que Dios es la Virtud elevada hasta lo infinito. Por esa razón se puede afirmar con toda seguridad que el alma virtuosa ve a Dios, y se comunica con él con el diálogo amoroso, que, como tan bien lo explica S. Juan de la Cruz en sus escritos, es un diálogo que no está echo de palabras, pero de sentimientos, y así explica los intercambios de Amor entre el alma que lo ama y el Divino esposo.

Dios manda los sentimientos que impregnan al alma de unas caricias espirituales que el Santo dice que empiezan como centellas que iluminan y regalan el alma, es lo que ocurre a los principiantes, cuando esa alma realiza una buena acción, que es como una caricia de Dios. Poco a poca, cuando el alma va creciendo en la Virtud, recibe muestras de amor cada vez más profundas, que son como el vino adobado, que inunda todo su ser, y que lo reconfortan haciendo el alma cada vez más fuerte para resistir a los embates de sus tres enemigos, los cuales son cada vez más intensos, ya que el diablo intenta por todos los medios a su alcance, cerrarle el paso.

Cuando el alma logra subir la escala mística, en sus últimos peldaños, el amor es tan intenso, que se produce una unión mística llamada arrobamiento, que es una acción temporal de Dios, en la cual produce una emancipación del alma, y una dormición del cuerpo, para que la acción tan potente de Dios no deteriore la parte material del hombre, por eso en esos instantes, el cuerpo está ausente de todos los acontecimientos que ocurren a su alrededor.
Eso es lo que relatan en la Vida de S. Juan de la Cruz, siendo prior del convento de Segovia, cuando estando encerrado en un ermita oculta en el jardín del convento, venía a avisarle un hermano para un asunto que había que resolver en el monasterio. El hermano tenía que permanecer en espera un buen rato para que el santo pueda volver en sí, al atravesar el claustro, se daba con los nudillos de la mano en las paredes para poder volver en sí, tano se daba, que tenía los artejos "descalabrados".

Estas palabras del Profeta Isaías, reflejan bien el intercambio que se produce entre la divinidad y el alma, que se encuentra fortalecida de tal manera que se puede comparar a un águila que emprende el vuelo que la llevará a lo alto de la contemplación, pudiendo como ese animal, mirar el sol cara a cara, sin dejarse deslumbrar y así, ser el ave más poderosa de todos los otros pájaros, que simbolizan a las almas que no han llegado tan alto como ella.



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