MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 21 de noviembre de 2017

COMENTARIOS SOBRE LAS PALABRAS DEL PROFETA BARUC, DENUNCIANDO LA RELAJACIÓN MORAL Y EL OLVIDO DE DIOS, PALABRAS MÁS ACTUALES QUE NUNCA.



El Evangelio, que es Palabra de Dios, y el ejemplo del sublime Redentor
han predicado a  la Ley de una manera inequivoca, hoy día muchos
se esfuerzan en tratar de reinterpretarla.



Profeta Baruc 1, 15-22.


Ustedes dirán: Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy; vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, para nuestros reyes y nuestros jefes, para nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros padres.
Porque hemos pecado contra el Señor, le hemos sido infieles y no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, que nos mandaba seguir los preceptos que él puso delante de nosotros.
Nosotros decimos hoy: a Jesús, nuestro Dios que murió, padeció, sufrió rechazo y fue crucificado, pertenece a la Justicia que se verá reflejada en el Juicio final; ya que gracias a su Misericordia, en este mundo nos muestra su bondad, para así tratar de cambiar la conducta de los que se han apartado de la Ley. 
Sin embargo, esta bondad y amor de Dios hacia la humanidad, no está dando sus frutos, ya que del tiempo del Profeta Baruc, la gente, los reyes y los sacerdotes se avergonzaban de sus pecados, y ahora cunde el relativismo y el supuesto racionalismo, que ha puesto en plan de igualdad al pecado y a la Virtud, es decir a Dios y Satanás, haciendo suya la mentalidad de Lucifer que se quiere poner a la altura de Dios.

Desgraciadamente ese amor de Jesús a la humanidad, no ha sido correspondido par la gran mayoría de la gente,  hace 50 años, todos los pecados como el aborto, la drogadicción, el divorcio, las relaciones homosexuales, el abandono del sacerdocio, estaban mal vistos por la Sociedad, que se avergonzaba de estos hechos. Satanás ha conseguido darle la vuelta a este estado de cosas: su táctica es siempre la misma, como lo explica San Juan de la Cruz, empieza proclamando una gran verdad, ya que sabe que el mal conocido nunca será admitido, y como la aguja que penetra en la tela introduce después el hilo de la mentira. Dios es amor, y todos somos hijos suyos, es la aguja de la verdad, que ha permitido introducir el hilo de la mentira: todo es relativo, el pecado si existe, es una cosa natural ya que Dios no lo castiga, transformando así a Dios en un ser tolerante e indiferente ante el vicio y el pecado, por consiguiente, como dijo el Arzobispo presidente de la conferencia episcopal alemana, Dios no ha venido a redimirnos, ¡Pero ha venido para enseñarnos como nos tenemos que comportar ante el sufrimiento! 

"¡Os tenemos que pedir perdón, porque nosotros los curas hemos inventado el Infierno!", como oímos mi mujer y yo mismo en una misa de Navidad concelebrada y repleta de gente en el centro de Granada, de la boca del celebrante, que subió el niño Jesús al altar debajo del brazo como si fuera una maleta. Siempre he pensado que si en el público asistente a la Misa, alguien estuviese hundido en el pecado mortal, nunca se levantaría si Dios no lo remediara. En ese caso, la responsabilidad sería de ese sacerdote. 

como nos afirmó impasible el Señor Arzobispo: "El Infierno está vacío, porque todos somos hijos suyos, y Dios no puede mandar a sus hijos al Infierno eterno"(sic), citándole la parábola del rico Epulón y del Pobre Lázaro, me dijo que eso eran interpretaciones mías, me quedé tan sorprendido, que se me olvidó decirle, que eso era también la interpretación de todos los grandes santos, también me dijo que no quería saber nada de exorcismos, ya que eso era meter miedo a la gente.

Lo mismo me dijo cierto Párroco de un pueblo, afirmándome que era experto en psicología, y que todos los efectos que se producen en los exorcismos ¡Son debidos al efecto placebo! Se ve claramente, que ese pobre sacerdote nunca asistió a ningún exorcismo, y me vienen a la mente todos los numerosos exorcismos en donde estuve ayudando al padre Fortea, en Nuestra Señora de Zulema (Alcalá de Henares). 

Sigue el Profeta Baruc

Desde el día en que el Señor hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, hasta el día de hoy, hemos sido infieles al Señor, nuestro Dios, y no nos hemos preocupado por escuchar su voz.
Por eso han caído sobre nosotros tantas calamidades, así como también la maldición que el Señor profirió por medio de Moisés, tu servidor, el día en que hizo salir a nuestros padres del país de Egipto, para darnos una tierra que mana leche y miel. Esto es lo que nos sucede en el día de hoy.
Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a todas las palabras de los profetas que él nos envió.
Cada uno se dejó llevar por los caprichos de su corazón perverso, sirviendo a otros dioses y haciendo el mal a los ojos del Señor, nuestro Dios.
Con estas palabras del Profeta, queda perfectamente descrita la mentalidad de muchos de los miembros de la Iglesia de Dios, ya que si antiguamente los Profetas eran los que denunciaban a los responsables sus errores y Dios les avisaba cuando se apartaban del camino, ahora esa misión la han realizado los grandes Santos y Doctores de la Iglesia, como San Juan de la Cruz, el Santo Cura de Ars, y más recientemente el Padre Pío de Pietrelcina, y tantos santos ocultos, como son todas las personas que han conservado su fe, heredada de sus antepasados, y llevan una vida ejemplar, que no tiene absolutamente nada que ver con la mentalidad de tantos teólogos y sacerdotes, que están predicando con sus palabras y su ejemplo, una doctrina perversa.








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