UNA DE LAS SEÑALES PRECURSORAS DEL FIN DEL MUNDO, ES QUE EL PUEBLO JUDÍO RECONOCERÁ A JESÚS COMO EL MESÍAS.
Se puede leer en la revista Alba del 27 de Enero al 2 de Febrero de 2012, este artículo de D. Fernando Paz
Personalmente, este artículo me ha llenado de temor y también de inmensa alegría, ya que la conversión del Pueblo Judío anuncia el final de los tiempos, y la inminente venida del Antecristo, hijo de Satán, que ha de venir, para propiciar la segunda venida triunfal de Yoshúa-Cristo, y su victorioso triunfo, con la separación definitiva del trigo de la cizaña, con el cumplimiento de la promesa de Jesús:"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia, porque ellos serán hartos".
¿Quien podría creer que en el seno del Judaísmo, y sin renegar ni un ápice de sus creencias tradicionales, existen varias corrientes que reconocen a Jesús de Nazaret como el Mesías que había de venir y que sus miembros suman alrededor de medio millón de adeptos, más que algunas iglesias cristianas orientales? Pues sí, tan peculiar fe existe, y se articula en torno a distintos grupos de Judíos Cristianos.
Y también:
El principal grupo es el llamado "Judíos mesiánicos". Una organización que ha crecido considerablemente en los últimos años. Hace cuarenta años apenas habían abierto cinco sinagogas en todo el territorio de EE.UU, y hoy existen más de ciento cincuenta; en todo el mundo suman más de cuatrocientas. Un dato más sorprendente: en 1.990 el número de sus fieles ascendía a 350.000- una cifra semejante a la de los judíos ortodoxos de ese país-.
Los propios judíos que consideran a Jesús como el propio Mesías están experimentando un notable crecimiento en nuestros días: veinte años después, se estima que los judíos mesiánicos pueden sumar casi medio millón de adeptos.
Sus creencias son plenamente judías: inmensa devoción a la Torá, ley judía, y base de su Religión; se circuncidan, ingieren los alimentos permitidos y guardan el Sabbath; se tocan con la kipah; van a la sinagoga; adornan las puertas de sus casas con las filacterias; cumplimentan la liturgía judía. Además su libro es el Brit Jadsaha (literalmente: escrituras apostólicas), que no es sino el Nuevo Testamento.
Creen que "Dios fue manifestado a los hombres en forma corporal en Yeshúa, el Mesías, y que es el Mesías sufriente, el hijo de José, en su primera venida", así como que "Yeshúa nació de una Virgen y no tuvo pecado"; además Jesús es "el único camino previsto por Dios tanto para la salvación de judíos como de los gentiles". Creen en la "Resurrección de los muertos", así como que Dios no ha desechado a su Pueblo, Israel por el contrario, todo creyente en Yoshúa Ha Mashía (El Mesías Jesús), sea de origen judío o gentil, es ahora el remanente fiel de la casa de Israel".
Basándose en los testamentos, los "judíos mesiánicos" insisten en la inminente llegada de la segunda venida de Cristo. La entrada creciente de los judíos en el cristianismo, es interpretada como un signo inequívoco de la proximidad de los últimos tiempos, según sugirió San Pablo. Pues la plenitud en Cristo no se podrá lograr si los judíos no entran en el plan de la Salvación. Puesto que "si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo, ¿Qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?".
En el seno de la Iglesia católica, existen varios grupos de procedencia Judía que entienden el Catolicismo como una culminación de su Judaísmo, tal y como como Rosalind Moss ha manifestado al aseverar que "hacerse católico es la cosa mas judía que se puede hacer ". Esta mujer, que evangeliza a través de la red, resume así la convicción de tantos judíos que aseguran que encontrar en el cristianismo- a menudo en el catolicismo- la consecuencia natural de su fe judía originaria; a Cristo cumpliendo las promesas del Antiguo Testamento.
Uno de esos grupos, de cierta importancia, es el llamado "resto de Israel", que junto con la asociación de Católicos hebreos y mashiaj, tienen por función evangelizar a los judíos y por propósito"preservar la herencia cultural y religiosa judía en el seno de la Iglesia católica" y facilitar "el diálogo entre judíos y católicos".
Esta conversión del Pueblo judío, el olivo plantado por Yahveh, del que el Pueblo Cristiano fue injertado, va a retoñar otra vez, con el reconocimiento de Yoshúa Ha Mashúa, siendo esta conversión una confirmación definitiva e inapelable de la Divinidad de Jesús, lo que, junto con la futura Unificación de los Cristianos, serán los acontecimientos que empujarán a Satán y a sus tenebrosos ministros, locos de odio, y sabiendo que ya les queda poco tiempo, a presentar la batalla final contra Dios. Esta lucha está reflejada en el libro del Apocalipsis con la visión de las dos bestias: El más potente ángel tenebroso de Satán y su aliado el Antecristo. (Ap. 13, 1-18)
De los Cuadernos de María Valtorta
( Daniel 12.)
Dice Jesús:
El Arcángel que derrotó a Lucifer y que guarda mi Reino y los hijos del mismo, será el que surgirá como signo celeste en el tiempo último. Será el tiempo en que Israel se unirá con la Roma de Cristo y ya no habrá más dos ramos del pueblo de Dios, o sea el bendito, y el maldito por culpa de su deicidio, sino un único tronco, llamado de Cristo porque vive en Mí.
Entonces, dado que se habrá completado el número de los salvados, vendrá la resurrección de la carne y los muertos, que yacen en los infinitos cementerios, en los desiertos, en los mares, donde quiera que repose uno que fue un hombre, se alzarán para venir a Mí, el Juez Supremo, como la multitud dormida a la que despierta el toque del clarín que llama a asamblea.
¡Como te derramarás jubilosamente sobre mis bienaventurados ese día, oh Luz, Tú que eres un atributo mío, y que harás relucir como estrellas a los que conocieron la sabiduría y enseñaron y vivieron la Justicia!
El último periodo – tres años y seis meses – será el más tremendo de los vividos por el hombre y en él, Satanás, a través de su hijo, consumido por un supremo rencor – porque ya no existirá la división entre las dos ramas del pueblo de Dios, la división que fue causa de tantos males materiales, morales y espirituales -, empleará sus perfectas, pero también últimas astucias, para dañar, arruinar, matar a Cristo en los corazones y matar los corazones destinados a Cristo.
Los sabios comprenderán la artimaña de Satanás, las innumerables artimañas de Satanás, porque el que posee la verdadera Sabiduría está iluminado y, por su fidelidad a la Gracia se volverán puros e indudables como el fuego, dignos de ser elegidos para el Cielo. Los impíos seguirán el Mal y practicarán el mal, pues no comprenden el Bien, dado que por espontánea voluntad colmaron su corazón de Mal.
Entonces vendrá el tiempo en que la Iglesia, mancillada más que nunca, ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo y la abominable desolación se alzará en el Lugar Santo y en los lugares santos, tal como han dicho los profetas y como he repetido Yo, que nunca erro.
Dice Daniel: “Esta abominable desolación durará 1290 días. Bienaventurado el que espera y llega a 1335”.
Esto quiere decir que en los tres años y seis meses que precederán el fin, se reservará un breve tiempo para que los fieles se reúnan con el fin de escuchar la última Palabra, que resonará en el espíritu de cada uno de ellos como invitación al Cielo, mientras Miguel con sus ángeles vencerá a Satanás y a sus demonios.
Bienaventurado el que espera y llega a 1335 días, quiere decir: “Bienaventurado el que persevere hasta el fin”, pues será salvado.
A ti te digo: “Ve hasta el plazo establecido (De tu tiempo de vida en la Tierra) y tendrás sosiego, y permanecerás en tu suerte hasta el fin de los días”.
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