MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 11 de diciembre de 2014

SAN JUAN BAUTISTA HA SIDO EL ÚNICO HOMBRE QUE HA NACIDO SIN PECADO ORIGINAL, POR LA VISITA DE LA Stma VIRGEN MARÍA A SU PRIMA Sta. ISABEL

Pintura antigua de San Juan Bautista



Libro de Isaías 41,13-20.

      Yo soy, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: "No temas, yo vengo en tu ayuda". 

Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel. 


          Yo te convertiré en una trilladora, afilada, nueva, de doble filo: trillarás las montañas y las pulverizarás, y dejarás las colinas como rastrojo.

         Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.


          Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.


       Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua.


       Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos silvestres; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos, para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.

          Al leer este pasaje del gran Profeta Isaías, me viene a la mente una horrenda fotografía sobre la miseria en África, en donde se ve un niño pequeño moribundo, acompañado a cierta distancia por un buitre, esperando su muerte, en el suelo de un campamento de refugiados.

      Este estado de cosas, fruto del egoísmo humano, consecuencia de los pecados producidos por la desobediencia a las Leyes de Dios, es de una gravedad tal, que exige de parte de Dios, una respuesta a esta situación. Por eso hay tantas guerras, tantos atentados y tantas situaciones catastróficas, que van en aumento lo que es un termómetro que indica que se incumplen cada vez más los mandamientos de la Ley de Dios. 


         Ese niño, verdadero gusano humano, lo último y más miserable de esta Tierra, sera, según palabras de Yahveh, el que trillará a las montañas y las pulverizará, y el que dejará a las colinas como rastrojo. Será la prueba en el Reino de Dios de todas las injusticias que están simbolizadas con el despojo de las montañas y su aniquilación, que son los que simbolizan los poderosos que gobiernan el mundo, y el rastrojo de las colinas que son el despojo a lo que serán sometidos todos los culpables de la miseria humana.


          En el último párrafo de la Profecía, se relata la abundancia que tendrán estos gusanos humanos en el Reino de los Cielos: La Prosperidad y la opulencia eternas.





Salmo 145(144),1.9.10-11.12-13ab.



Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, 
y bendeciré tu Nombre eternamente;
el Señor es bueno con todos 
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor, 
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino 
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza 
y el glorioso esplendor de tu Reino:
tu Reino es un Reino Eterno, 
y tu dominio permanece para siempre


     


                        Y en este mundo, en donde los seres humanos, gracias a la acción de la Gracia de Dios, de las oraciones de los fieles, de los castigos mandados por Dios para que las almas vuelvan al camino recto, los hombres pueden aún cambiar de conducta y arrepentirse, incluso unos instantes antes de su muerte, como así lo dijo la Santísima Virgen en Fátima: "¡Cuantas almas se condenan porque no hay nadie que rece por ellos!", en este mundo, en donde Dios hace caer la lluvia sobre los justos y los injustos, 







Evangelio según San Mateo 11,11-15.


             Jesús dijo a la multitud:

          "Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él. 


          Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. 


       Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan.


          Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver. ¡El que tenga oídos, que oiga!"





             Toda la Escritura, habla de Jesús, desde el Génesis con la presencia del árbol de la Vida en el Jardín del Edén, el Éxodo con las figuras de Moisés y Aarón, que simbolizan las naturalezas Divinas y humanas de Jesús, y todos los profetas, el Evangelio, los Hechos de los Apóstoles, las cartas de San Pablo, y de los Apóstoles, y el Apocalípsis.

           El drama del Pueblo Judío, que no ha querido reconocer a Cristo, hace que esta Religión sea una rama desgajada del árbol de la Vida, porque no ha reconocido al Mesías, y aún lo está esperando. El Antiguo testamento dice que antes de la venida del Mesías tenía que volver el Profeta Elías, esa es otro error de querer interpretar literalmente las Escrituras, esas palabras querían decir que vendría un Profeta con el espíritu de Elías.

Y además, como lo dice Jesús, no ha nacido ningún hombre más grande que él, ya que, cuando la Santísima Virgen María visitó a su madre Santa Isabel, Juan Bautista saltó de alegría en su vientre y por eso fue el único hombre que nació sin pecado original.




sábado, 6 de diciembre de 2014

LA INMACULADA CONCEPCIÓN MAESTRA DE LA HUMILDAD Y ALEGRÍA DE LOS ÁNGELES.

LA INMACULADA, MARÍA, GENERADORA
 DE DIOS Y DE LAS ALMAS



          En este cuadro de la Inmaculada, a sus pies, de izquierda a derecha, podemos ver las almas de los elegidos como entran en el Cielo, gracias a que se han comportado como niños ya que, como lo dijo Jesús, solo entraran en el Cielo los que son como ellos.

       Esas almas, vienen a entregar sus virtudes, obtenidas por la Divina Gracia, siendo la Virgen María la medianera de esas Gracias, que son las flores que llevan en sus manos.

Vemos girando a la derecha, como un ángel recoge esas flores y le entrega a las almas las palmas del triunfo, que son el reconocimiento de haber obtenido la aprobación para ser hijos de Dios y herederos del Reino de los Cielos.

           Y aquí, en este cuadro está simbolizado la labor de la Virgen María, la Madre de la humanidad, la dispensadora de todas las gracias de Dios, la que engendra espiritualmente a sus hijos para llevarlos al santo Reino de Dios por toda la Eternidad, después de haberles dado su protección en la Tierra, a todos los que la han implorado y reconocido como Madre. 




DEL LIBRO DE AZARÍAS, ÁNGEL DE LA GUARDA DE Mª VALTORTA

(8 de Diciembre La Inmaculada Concepción)



Dice el ángel Azarías:

“Meditemos cantando las glorias de María Santísima. La Santa Misa de esta festividad es toda ella un himno al poder de Dios y a la gloria de María. Para comprender bien esta liturgia de amor y de fuego, adentrémonos en los sentimientos de la Reina y Maestra de todas las criaturas que aman al Señor.

¡Reina y Maestra! De los hombres más también de los ángeles. Hay misterios desconocidos para vosotros que no nos está concedido desvelar completamente. Con todo, para deleite de un alma muy amada, nos está permitido levantar un tantíco el velo de los mismos. Esto es lo que voy a hacer para ti: levantar el borde del velo. Y, una vez removido el obstáculo, se te concederá fijar tu mirada espiritual en la Luz espiritual que es el cielo y, a esa Luz, comprenderás mejor. Así, pues, mira, escucha y sé feliz.

Cuando el pecado de Lucifer perturbó el orden del Paraíso y sumó en el desorden los espíritus menos fieles, un enorme espanto nos embargó a todos, cual si algo hubierase quebrado y destruido sin esperanza alguna de verlo ya resurgir. En realidad, así era. Había quedado destruida aquella caridad completa, que era la única que antes existía allá arriba, derrumbándose en una vorágine de la que emanaban hedores del Infierno.

Habíase destruido la Caridad absoluta de los ángeles, surgiendo el Odio. Consternados, al modo que se puede estar en el Cielo, nosotros, los fieles del Señor, lloramos por el dolor de Dios y por su enojo. Lloramos por la perdida paz del Paraíso, por el orden violado y por la fragilidad de los espíritus. No nos sentimos ya seguros de ser ya impecables por más que estuviésemos formados de puro espíritu, puesto que Lucifer y sus secuaces nos habián probado que también un ángel puede pecar y llegar a ser demonio. Experimentamos que la soberbia – era manifiesto – podía arraigar en nosotros. Temimos que nadie, fuera de Dios, pudiese resistirla, dado que Lucifer había cedido a ella.

          
Temblamos por esas fuerzas tenebrosas que no pensábamos pudieran invadirnos y que, hasta podría decir, ignorábamos que existiesen y que, al pronto, de una manera tan brutal se nos desvelaban. Abatidos, nos preguntábamos con latidos de luz: “Si pues ni el ser tan puros sirve, ¿Quién habrá pues de dar nunca a Dios el amor que Él exige y se merece, si hasta nosotros estamos sujetos a pecar?"

He aquí entonces que, alzando desde el abismo de la desolación nuestra contemplación de la Divinidad y fijos en su Esplendor, con un temor hasta entonces ignorada, contemplamos la segunda Revelación del Pensamiento Eterno, Y si por el conocimiento de la primera vino el desorden promovido por los soberbios que no quisieron adorar a la Palabra Divina, por el conocimiento de la segunda tornó a nosotros la paz que había sido turbada.

Vimos a María en el Pensamiento Eterno. Verla y poseer esa Sabiduría que es a la vez consuelo, seguridad y paz, fue una misma cosa. Saludamos a nuestra futura Reina con el canto de nuestra Luz y la contemplamos con sus perfecciones gratuitas y adquiridas. ¡Oh hermosura la de aquel instante en el que, para consuelo de sus ángeles, les presentó el Eterno a la Perla de su Amor y de su Poder! Y la vimos tan humilde, capaz de reparar por sí sola la soberbia de todas las criaturas.

Fue desde entonces para nosotros, maestra que nos enseñó a no hacer de los dones motivo de ruina. Nos habló sin palabras, no su figura corpórea sino su espiritualidad; y al contemplar por un instante en el Pensamiento de Dios a la Humildísima nos preservó para siempre de todo sentimiento de soberbia. Durante siglos y siglos, operamos envueltos en la suavidad de aquella fulgida revelación y durante siglos y siglos, eternamente, nos inundó de gozo; gozamos y gozaremos con la posesión de Aquella que tuvimos la dicha de contemplar espiritualmente. El Gozo de Dios es el nuestro y nosotros nos mantenemos en su Luz para estar penetrados de ella y tributar gozo y gloria a Aquel que nos creó.

Ahora pues, repletos de sus propios latidos, meditemos la Liturgia que habla de Ella.
“Con alegría”. Carácter de la verdadera humildad es la alegría verdadera a la que nada puede turbar. El que tan solo es humilde de un modo relativo, siempre tiene un motivo de turbación hasta en sus triunfos más genuinos. Por el contrario, el verdadero y completo humilde no tiene turbación de ningún genero.

Cualquiera que sea el don o el triunfo que le reviste de una especial prestancia, él sigue contento y sin temor, porque sabe y reconoce que cuanto le hace diferente de los demás, no es algo que él haya hecho por medios humanos, sino que es algo que viene de otras esferas y que a él nadie se la puede arrebatar. Es cosa que él contempla y considera como vestidura de gran valor que le fue dada para llevarla durante algún tiempo y que debe usarla con el cuidado que se tiene de lo que no es nuestro y que ha de devolverse sin deterioros al que nos la donó.


Sabe asimismo que esta vestidura real, no apetecida con avidez de ostentación, le fue entregada por una Sabiduría infinita que juzgó conveniente dársela. No tiene, por tanto, afán alguno de conseguirla o conservarla. El humilde, que verdaderamente es tal, no apetece cosas extraordinarias, ni se turba si quien se las dio se las quita. Dice: “Todo está bien, porqué la Sabiduría así lo quiere”. Por eso el humilde siempre está contento pues no ambiciona, no es avaro de lo que le dan ni se siente menoscabado si se lo quitan.


María Santísima poseyó esta alegría. Desde su Nacimiento hasta su Asunción, la tuvo sobre la Tierra, aún entre las lágrimas de su prolongado Calvario de Madre de Cristo y hasta bajo el mar de desgarros del Calvario de su Hijo. Aún dentro de su dolor, que no tuvo parangón con ningún otro, poseyó el gozo exultante de hacer, hasta el sacrificio total, lo que Dios quería, lo que Dios le había indicado que pretendía de Ella desde que la revistió con las galas de la Salvación y la cubrió con el manto de Justicia como a Esposa adornada con sus arreos.

¿Puedes ponderar que caída hubiera sido la de María si, tras poseer la Concepción Inmaculada, la Justicia y todo otro joyel divino, hubiese pisoteado todo por seguir la voz del corruptor eterno? ¿Puedes medir su magnitud? Ya no habría habido Redención, Cielo ni posesión de Dios para los hombres. Todo esto os lo dio María por cuanto, con la verdadera alegría de los humildes, llevo sus galas de Bienamada del Eterno y cantó sus alabanzas, las de Él solo, aún entre los sollozos y desolaciones de la Pasión.

¡Exultó! ¡Que palabra tan profunda! Exultó siempre, magnificando con el Espíritu a su Señor, aún cuando su humanidad sabía del escarnio de todo un pueblo y se hallaba inmersa y prensada por su dolor y el de su Hijo. Exultó pensando que ese dolor suyo y el de su Jesús daban gloria a Dios, salvando a los hombres para Dios.

Encima de los gemidos de la Madre y de sus lamentos de Mujer, cantaba la alegría de su Espíritu de Corredentora. Cantaba con la aceptación de aquella hora, con la Esperanza en las palabras de la Sabiduría y con el Amor que bendecía a Dios por haberla traspasado.

La prolongada pasión de María la completó Ella misma, uniendo a las grandes cosas que Dios había hecho en Ella, las otras no menos grandes cosas que Ella sabía hacer por el Señor. Verdaderamente, mientras sus entrañas de Madre gritaban el desgarro de su tortura, su Espíritu fiel cantaba: “¡Yo te exalto, Señor porque me has protegido y no has permitido que mis enemigos hayan podido regocijarse a costa mía!”.


¿Ves que humildad? Cualquier otro habría dicho: “Estoy contento por haber sabido permanecer fiel aún en la prueba. Estoy contento por haber hecho la Voluntad de Dios”. No son estas palabras de pecado. Más en ellas va todavía un hilo de orgullo. “Yo estoy contento porqué he hecho…”. Aquí está el yo de la criatura que se considera única autora del bien realizado. María Santísima, por el contrario, dice: “Yo te exalto porque Tú me has protegido”.Atribuye a Dios el mérito de haberla mantenido Santa en aquellas horas de lucha.


Dios preparó a su verbo una digna morada que María supo conservar digna del Dios que en Ella había de encarnarse. Imitadla, criaturas; claro que en medida menor, cual corresponde a vosotros que no habéis de concebir a Cristo, si bien en aquello que os es necesario para llevar a Cristo, en vosotros Dios os facilita los medios y los dones necesarios para hacer de vosotros templos y altares. Imitad a María sabiendo conservar la morada de vuestro corazón digna del Santo, que pide entrar en vosotros para gozar de vosotros y vivir entre los hijos de los hombres que ama sin medida.

Y si no supieses imitarla y vuestra morada es a la sazón una morada profanada o desmantelada por los muchos que la han habitado, reconstruirla en María que es Madre Amable e incansable engendradora de hijos para el Señor, pues es a través de María como se llega a la Vida y por eso, quien está desfallecido o muerto y no osa levantar sus ojos al Señor, puede tornar vivo y grato al Eterno si entra en el Seno y en el Corazón que dieron al mundo el Salvador.

El Señor Jesús te ha explicado ya la luz del camino sapiencial, por lo que no debo hablar de lo que Él ya tiene hablado. Más, en confirmación de mis palabras, te hago notar lo que la Sabiduría aplica a María: “Es mi delicia estar con los hijos de los hombres”. Con estos hijos que tantas lágrimas le costaron.


Más es propio de las Madres verdaderas el llorar y amar, amar tanto como se ha llorado; amar tanto como sea necesario para llevar el Amor; y llorar tanto como sea preciso para convertir a los perversos 

¿Por qué habría de encontrar sus delicias en estar con los hijos de los hombres – esta Bendita cuya morada es ab aeterno el Cielo, esta Bendita que tuvo por habitación el Seno maravilloso de Dios, esta Bendita cuyo Pueblo es el de los Ángeles y los bienaventurados – sino para reconstruir los pobres corazones que el mundo y Satanás, la carne y las pasiones devastaron? ¿Por qué habría de encontrar esas delicias sino porqué, al estar entre vosotros, os vuelve a dar la luz para Dios?

Oídla cantar con su luz perlina: “Bienaventurados los que siguen mis caminos”. Los caminos de María terminan en el corazón de Dios. “Para que alcancéis a ser sabios, escuchad mis consejos y no los rechacéis”. Una madre, y Santa cual Ella es, no puede pronunciar sino palabras de Vida. Ahora bien, ponderad qué es lo que, en la llena de Gracia y por ende, de Sabiduría, habría dejado la Palabra llevada durante nueve meses en el seno y por espacio de tantos años en su regazo. ¡Sobre su regazo en la infancia y en la niñez, y hasta en la muerte, en su Corazón Purísimo a lo largo, en fin de 33 años! ¡Jamás estuvo inerte el Dios - Hijo para su madre amabilísima! - Nunca lo estuvo Él que ni con los hombres culpables permanece inactivo.

Por eso toda la Sabiduría se derramó en toda la Pureza y María no puede hablar sino con la palabra de Dios, con aquella palabra de la que Cristo dijo que es Vida de quien la escucha. María que sabe lo que hay en Ella, canta así: “Dichoso el hombre que me escucha, vela a mi puerta y aguarda a entrar en mi casa”. Habitáculo de Dios, sabe que quien en Ella entra, encuentra a Dios. Es decir, lo mismo que Ella canta: “Quien la encuentre habrá hallado la Vida y recibirá del Señor la Salvación”.

Verdaderamente quien vive en Ella tiene salud, vida, sabiduría, gloria, alegría y honor porque Ella es todo eso, al tener sus raíces en Dios mismo, fundada como está en el monte de Dios para ser su Templo, amada más que ninguna otra criatura por el Señor Altísimo, debiendo de ser Ella, eternamente la Madre del Hombre.

¡Oh palabra poco meditada y aún menos comprendida en la que se compendia toda la imagen de María! ¿Qué es María? Es la Reparadora porqué Ella anula a Eva. Ella vuelve a poner las cosas desordenadas en el punto donde estaban cuando las trastocaron la serpiente maligna y la imprudente Eva. El Ángel la saluda: “Ave”. Se dice que Ave es el nombre invertido de Eva. Mas Ave es asimismo un eco que hace recordar el Nombre Santísimo de Dios, como lo recuerda también, y aún más vivamente, tal como lo expliqué, el nombre del Verbo: Jeoscué.

En el tetragrama sagrado formado por los hijos del Pueblo de Dios para pronunciar en el secreto templo de su espíritu el Nombre irrepetible, está contenido el Ave (yAhVE). La primera de las palabras con las que Dios mandó a hacer de la toda Hermosa la Madre Santa y la Corredentora. Ave: cual si Él, como realmente aconteció, se anunciara con su propio nombre para entrar a hacerse carne en un seno, en el único seno que podía contener al Único.

Ave María, madre del Hombre como Eva y más que Eva puesto que devolviste al Hombre a su Patria, a su herencia, a su filiación y su Gozo.

Ave María, Seno de Santidad, en el que se volvió a depositar la semilla de la Especie para que el eterno Abraham tuviese los hijos de los que la esterilizante envidia satánica le había privado.

Ave María, Madre Deipara del Primogénito Eterno, madre compasiva de la Humanidad lavada con tu llanto y con la Sangre que es tu sangre.

Ave María, perla del Cielo, luz de Estrella, Dulce, Belleza y Paz de Dios.


Ave, María, llena de Gracia, en quien está el Señor, jamás desunida de Él que en Ti encuentra sus delicias y su descanso.

Ave, María, mujer bendita entre todas las mujeres, amor viviente, por el Amor hecha esposa del Amor y Madre del Amor.

En Ti la Pureza, en Ti la Paz, en Ti la Sabiduría, en Ti la Humildad, y en Ti la Perfección de las tres y las cuatro Virtudes…

María, el Cielo delira de amor al contemplar a María que eleva su canto hasta notas incomparables. Ningún mortal, por santo que sea, puede comprender lo que llega a ser María para todo el Cielo.

Todas las cosas fueron hechas por el Verbo, más también, todas las cosas más grandes fueron hechas por el Amor Eterno en María, porque Aquel que es Poderoso la amó y la ama sin límites; y el poder de Dios está en manos del Lirio Purísimo, para que se derrame sobre todo aquel que a Ella recurre.

¡Ave!, ¡Ave!, ¡Ave María…!”


sábado, 29 de noviembre de 2014

EL JUICIO DE DIOS ESPERA A TODOS LOS HOMBRES DE CUALQUIER EDAD Y EN CUALQUIER MOMENTO


VISIÓN DE SAN ESTEBAN EL JUICIO PARTICULAR


Apocalipsis 22,1-7.


        El Ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la Ciudad. A ambos lados del río, había arboles de vida que fructificaban doce veces al año, una vez por mes, y sus hojas servían para curar a los pueblos.

         El Amor de Dios, que nace de la unión mística del Padre y del Hijo, es el Espíritu Santo, el que está en medio de la Plaza, es decir en el corazón de la santísima Trinidad, es allí donde nace la divina Gracia que es como un río, porque eso es lo propio del Amor, entregarse a todos  y ser  la Gracia que hacer brotar los arboles de la Virtud cuyas hojas y frutos dan la salud y la vida a la Creación entera.



Ya no habrá allí ninguna maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la Ciudad, y sus servidores lo adorarán. Ellos contemplarán su rostro y llevarán su Nombre en la frente. 

Es el Reino de Dios, y todos sus habitantes serán Santos y perfectos, porque han sido probados y purificados por el fuego del Padre, lavados por la Sangre del Cordero, alimentados y curados por el Espíritu Santo por el río de la Gracia que sale del Trono de Dios y del Cordero, y que en la Tierra salió del costado de Cristo.

Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos.

El Cielo es el Reino de la Luz, así como el Infierno es el Reino de las Tinieblas, lo propio de la Luz del sol es dar vida y calor, pero dentro de 5.000 millones de años, se extinguirá, ese tiempo es una gota de agua en todos los océanos del mundo si lo comparamos con la eternidad, que todo el mundo, por muy ignorante que sea sabe lo que es. Y esa es la más grande dicha de los elegidos, saber que estarán iluminados por la radiante Luz de Dios para siempre, y que reinarán ya que serán dioses por participación y unión mística con el Todopoderoso, infinito y eterno Dios Uno y Trino.

Después me dijo: "Estas palabras son verdaderas y dignas de crédito. El Señor Dios que inspira a los profetas envió a su mensajero para mostrar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. ¡Volveré pronto!


Feliz el que cumple las palabras proféticas de este Libro".

Ese volveré pronto, que los enemigos de la Iglesia aprovechan para decir que no se cumplieron las promesas de Jesús, son más ciertas que nunca, ya que cada persona lo comprobará a la hora de su muerte, Verán al Hijo de Dios con majestad y Gloria, sentado a la derecha del Padre rodeado por sus ángeles, que vendrá para juzgar a los vivos, que son los hijos de Dios, y los muertos que son los hijos de Satanás. 



Salmo 95 (94), 1-2.3-5.6-7. 

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,
aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor! 
Porque el Señor es un Dios grande, 
el soberano de todos los dioses: 
en su mano están los abismos de la tierra, 
y son suyas las cumbres de las montañas; 
suyo es el mar, porque él lo hizo, 
y la tierra firme, que formaron sus manos. 
¡Entren, inclinémonos para adorarlo! 
¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! 
Porque él es nuestro Dios, 
y nosotros, el pueblo que él apacienta, 
las ovejas conducidas por su mano. 


Magnificas y sobrecogedoras palabras y cánticos de alabancia a Dios, al cual como lo dice San Juan de la Cruz, le debemos profundo agradecimiento por habernos creado e inmenso tributo de Amor por habernos redimido y habernos hecho partícipes de su Divinidad para siempre.



EVANGELIO


Jesús dijo a sus discípulos: 

"Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.

Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".

Profundísimas  e importantísimas palabras de Jesús para ponernos en guardia contra la falta de atención hacia nuestro más importante deber: Nuestra salvación, y la de nuestro prójimo. El día del Juicio puede caer como una trampa en cualquier momento y a cualquier persona, sea joven, vieja, enferma o sana, cuando Dios, en su infinita sabiduría diga  a cualquier alma: “¡Basta!”, esta compadecerá de inmediato en su Tribunal, para su felicidad o para su desgracia eterna.





jueves, 27 de noviembre de 2014

LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN POR LOS ROMANOS, ES LA PROFECÍA DEL FIN DEL MUNDO.



















¡Cayó la gran Babilonia!
Lectura del libro del Apocalipsis 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9ª



Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; venía con gran autoridad y su resplandor iluminó la tierra. Gritó a pleno pulmón:

-«¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y repugnante!.»

Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al mar, diciendo:

-«Así, de golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son de arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices de ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni luz de lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones. »

Oí después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban:

-«Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.»

"Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero." »

Y repitieron:
-«Aleluya. El humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.»
Luego me dice: 
-«Escribe:

La gran Babilonia, simboliza a toda la Tierra, que se ha corrompido por todos los pecados de la humanidad, primero por la desobediencia a las leyes de Dios, poniendo las leyes y los apetitos desordenados del hombre, que están viciados por la herencia de Adán, en lugar de sus Mandamientos, que son perfectos y que son la fuente de felicidad en esta Tierra y en la Vida Eterna.

Estas leyes divinas están marcadas a fuego en la conciencia de cada ser humano, y también en la razón natural que nos indica que el egoísmo, y la falta de amor a nuestros semejantes, son la causa de las injusticias, son los dos testigos, que la Gran Babilonia ha matado, para satisfacer todos los vicios del hombre: Es la ley del más fuerte, la de “Quítate tú para que me meta yo”, produciendo el triunfo del más fuerte y la miseria del más débil.

La gran prostituta simboliza a toda la humanidad corrupta, que perseguía a los que son fieles a Dios, porque su santa obediencia denuncian sus malas obras, es la lucha encarnizada desde la derrota de Lucifer por el Arcángel San Miguel, que lo precipitó del Cielo a la Tierra, en donde actúa, como un depredador carroñero, para limpiar este mundo de las almas putrefactas, que no quieren volver al camino de Dios.

Su misión en esta Tierra, es parecida a la de las fieras salvajes es como los buitres y las hienas cuya misión es limpiar este mundo cada vez más corrompido de todas las almas contaminadas, que en la naturaleza material, son los animales enfermos, tarados o muertos, para dejar la tierra limpia de impurezas. En la naturaleza espiritual, ocurre una cosa similar, Satán y sus ángeles está encargados de limpiar este mundo sobrenatural de todas las almas impías que son las que tienen el alma putrefacta, enferma, tarada, o infectada por una enfermedad incurable.

Y de la misma manera que se entabló una lucha en el Cielo, y Lucifer y sus ángeles fueron precipitados a la Tierra para cumplir la misión de apartar a las almas corrompidas e insalvables, Dios intervendrá al final de los tiempos, cuando la humanidad entera esté ya corrompida, como ocurrió con El Diluvio y con Sodoma y Gomorra, para aniquilar lo que está podrido, y Salvar a los pocos justos que quedarán como ocurrió con Lot y Noé y su familia.

De la misma manera que en el Cielo intervino Miguel para apartar a los ángeles buenos de los malos, volverá a la Tierra para derrotar a la gran Ramera, hija de Lucifer, para precipitarla con los corruptos, idolatras, asesinos y todos sus seguidores al Infierno, y así quedará por fin toda la Creación terminada, Santa y limpia de todo pecado para disfrutar en el Reino eterno de Dios. Quedarán también por fin prisioneros en la Gehena, tanto los ángeles caídos, como sus hijos, los condenados para toda la Eternidad.


SALMO RESPONSORIAL 99, 2. 3. 4. 5 


R. Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.

Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.

Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos, dándole gracias
y bendiciendo su nombre. R.

«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.» R.

Este el himno de alegría, de agradecimiento y de alabanza al Dios Todopoderoso, vencedor de las terribles fuerzas del mal, que han sido derrotadas para toda la eternidad. Se acabó para siempre el hambre, la sed, el sufrimiento, las envidias, los celos, la concupiscencia, los abusos, la mentira, será un Reino de perfección y de alegría inmensa, reino imperecedero, ante el cual, el mundo y todos sus atractivos aparecerán como pobreza y miseria.

EVANGELIO

Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.

¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días! 
Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. 

Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. 

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.»

Esta es la descripción de la destrucción de Jerusalén, que Jesús describe con detalle, pero que también es una prefigura del fin del mundo, la primera parte parece referirse a la destrucción de Jerusalén por los romanos, tremendo castigo por no reconocer al Mesías, lo que ocasionó la diáspora de Israel.

El ¡Ay de las que estén encintas o criando!, se refiere, según San Juan de la Cruz a las almas que alberguen pecados o que estén practicándolos.

La segunda parte parece referirse al fin de los tiempos, con señales terribles en la naturaleza como cataclismos en el cielo, y estruendos en el mar, eso es la Señal del fin del mundo, cuando la naturaleza hecha por Dios para los hombres, en vista de su corrupción, se rebelará contra los impíos.

Para los elegidos será la señal de la venida inminente del Reino de Dios, y su liberación definitiva.









miércoles, 26 de noviembre de 2014

INTERPRETACIÓN MÍSTICA DEL APOCALIPSIS DE SAN JUAN


LOS SIETE ÁNGELES CON LAS SIETE PLAGAS


Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4
Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero.


Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin al furor de Dios.

Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido a la fiera, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:

«Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres Santo, porque vendrán todas las Naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.» 

Esto siete Espíritus de Dios, que son Pureza, Verdad, Justicia, Bondad; Sobriedad, Misericordia, y Amor, han sido sustituidos por los 6 espíritus de Satán: impureza, mentira, injusticia, maldad, orgías y crueldad, los cuales, puestos al servicio de la fe, la esperanza y el odio, simbolizan el número de la Bestia: 666 y fueron puestos en sustitución de las leyes impresas por Dios en la Conciencia y la Razón de cada ser humano, que son los dos testigos el Apocalipsis, muertos por el Antecristo, y vueltos a resucitar, ya que al fin del mundo habrá terminado su misión en la Tierra, por eso vinieron esos tremendos castigos, para calmar la ira de Dios, ya que habían intentado destruir la perfección y la belleza de todo lo creado, hecho a imagen y semejanza de Dios.

Los siete Ángeles, son los que han sido encargados de derrotar y aplastar a Satanás, a sus ángeles, y a los humanos que adoraron a la Bestia, y que habían intentado destruir a los siete Espíritus de Dios, en misión por toda la Tierra. Estas plagas fueron la amarga medicina que permitió lavar el horrible pecado que siempre renace en la condición humana, la herencia de los hijos de Adán: ser semejantes a Dios, pero despreciando sus leyes, y sustituyéndolas por las de Satanás.

Todos los vencedores de la Bestia, estaban de pié, ante el mar de vidrio, que simboliza a toda la humanidad limpiada y purgada de toda imperfección por toda la eternidad. Todos dan gracias al Señor, tocando sus arpas, con cantos de amor y de alabanza.



SALMO RESPONSORIAL 97, 1. 2-3 ab. 7-8. 9 

R. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes. R

Al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.



EVANGELIO


Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

Todos os odiarán por causa mía, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»


Aquí están relatadas todas las persecuciones que tienen todos los elegidos, ya que el alma que sigue el empinado camino que conduce a la Vida Eterna, tiene que hacer frente a los tres enemigos naturales del alma que son Mundo, Demonio y Carne. Enemigos terribles, que son invencibles, sobretodo cuando se alían entre ellos. Solo el alma que recibe ayuda del Cielo puede vencerlos, con la oración y el sacrificio, que genera la Gracia de Dios.

Estas últimas palabras de Jesús, pueden parecer contradictorias: "Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá". San Juan de la Cruz explica que el lenguaje de Dios no es un lenguaje humano, por eso puede darse el caso que una persona esté perseguida por unos enemigos que quieren matarla, y que Jesús le diga: "Yo te salvaré de tus enemigos", y a pesar de ello, esa persona llegue a ser muerta por sus perseguidores: Las Palabras de Dios fueron ciertas: Él se refería a los enemigos espirituales del alma.

Por esa razón la interpretación de las Escrituras no está al alcance de todas las personas, en particular de las que, como los Protestantes han renegado, de la única Iglesia fundada por Cristo: La Iglesia Católica.L



martes, 25 de noviembre de 2014

LECTURAS DEL APOCALIPSIS: LA COSECHA FINAL DEL TRIGO Y DE LAS UVAS


LAS SEÑALES PRECURSORAS DEL FIN DEL MUNDO


Apocalipsis: 14, 14-19

 “Yo, Juan, tuve otra visión: Vi una nube blanca y en ella a alguien que parecía un ser humano, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano. Entonces un ángel salió del templo y le gritó con potente voz al que estaba sentado en la nube: "Empuña la hoz y ponte a segar; el tiempo de la cosecha ha llegado ya; la mies de la tierra está madura".

       El que estaba sentado en la nube pasó su hoz sobre la tierra y recogió la cosecha de la Tierra. Salió otro ángel del templo celestial, también él con una afilada hoz en su mano. Y salió del templo otro más, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó con potente voz al que tenía la hoz afilada: "Empuña tu hoz afilada y corta los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas ya están maduras”. Acercó  el ángel su hoz a la tierra, vendimió la viña de la Tierra y arrojó las uvas al gran lagar de la ira de Dios. El lagar fue pisado en las afueras de la Ciudad, y salió de él tanta sangre que alcanzó la altura de los frenos de los caballos en un radio de mil seiscientos estadios.



EL FIN DEL MUNDO RELATADO
EN LENGUAJE APOCALÍPTICO


                   El ángel coronado, sentado en la nube simboliza al ángel encargado de recoger a los elegidos, porque está sentado en la nube que está en el Cielo, y presidirá a todos los coronados que se sentarán  alrededor del trono de Dios, son la mies de la Tierra que ya está madura.

                  El ángel que salió del Templo de Dios, con una hoz afilada, obedece la orden del ángel que tiene poder sobre el fuego, simbolizan ambos la Justicia de Dios. El lagar de la ira de Dios, donde se pisarán las uvas, es la Gehena preparada para Satanás y sus ángeles, donde van a ser arrojados todos los condenados de la Tierra, que han escogido la ley del Príncipe Negro, y que han pisoteado la Ley de Dios, y a todos los que han sido fieles a esa Ley.


Del salmo 95

“Reina el Señor”, digamos a los pueblos. El afianzó con su poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino; salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.

         
         Y dijo el que estaba sentado en el Trono: “He aquí que hago nuevas todas las cosas”.

        Y añadió: Escribe que estas palabras son verdaderas  y dignas de crédito. Me dijo finalmente: “¡Ya está hecho!”  Yo soy el alfa y el omega, el principio y el fin. El que tenga sed le daré a beber gratis de la fuente del agua de la Vida. El vencedor recibirá esta herencia. Pues Yo seré su Dios, y él será mi hijo.

          En cuanto a los cobardes, los incrédulos, los depravados, los criminales, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y los embusteros todos, están destinados al lago ardiente de fuego y azufre, que es la muerte segunda.(Ap 21, 5-8).



Evangelio según San Lucas: 21, 5-11


        En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.

        Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.

         Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”.

      
        Estamos a la espera de esas señales prodigiosas y terribles, ya que las persecuciones, las guerras, las epidemias, el hambre ya han hecho acto de presencia.

       ¿Cuáles serán esas señales?, seguramente creo que se tratará de la naturaleza entera, que en vista de la corrupción generalizada, se rebelará, ya que el mundo está creado para que exista un equilibrio entre el Bien y el Mal, y  se sustenta para ese fin, dejará entonces de cumplir con su misión y, permitido por Dios, se desequilibrará, con terribles cataclismos

       Está escrito: “Cuando veáis la abominación en los lugares sagrados, pensad que el fin está ya próximo”. Ya está también esa premisa cumpliéndose en la predicación relativista de muchos miembros de la Iglesia, ya están apareciendo horribles  pecados de pederastia en ciertos miembros, con Jerarquía encubridora, que predican contra la tradición de dos milenios, y de lo que está escrito y enseñado por todos los verdaderos Teólogos: Existe un Cielo y un Infierno Eternos.




lunes, 24 de noviembre de 2014

LA TREMENDA LUCHA DEL ALMA PARA ALCANZAR LA SALVACIÓN



EL CAPITÁN  GEDEÓN ESCOGIENDO A LOS 300 SOLDADOS
 QUE SE ENFRENTARÁN A LOS MADIANITAS



Apocalipsis: 14, 1-3. 4-5

         Y oí un ruido que venía del cielo, parecido al estruendo del mar y al estampido de un trueno poderoso; el ruido que oía era como el de un gran coro acompañado de arpas.

          Cantaban un cántico nuevo ante el trono, ante los cuatro seres vivientes y los ancianos. Y nadie podía cantar el cántico, fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, que habían sido rescatados de la tierra.

          Estos son los que acompañan al Cordero a donde quiera que vaya; estos son los que han sido rescatados de entre los hombres, las primicias para Dios y para el Cordero; en la boca de ellos no hubo mentira y son irreprochables ante Dios. 


          Visión del Reino de Dios, Jesús está en el monte Sión, la Jerusalén celestial, acompañado de la flor y nata de la Cristiandad, los grandes Mártires, víctimas de una muerte cruenta y los Grandes Santos, mártires también por su vida de luchas, sufrimientos, desprecios, ya que han permanecido fieles a Jesús en medio de sus cruentas pruebas y persecuciones, de parte de los hombres y de Satanás, el cual ataca y aterroriza a todos los que le aman y cumplen con la Ley de Dios, sin acritud, en medio de las tribulaciones.  

         Este cántico nuevo, es el canto de alabanza a Dios, de los que han amado y servido con paciencia y resignación a lo largo de toda su vida, y que ahora, por sus merecimientos se encuentran en contacto directo con el Cordero y su Padre.

        Son parecidos al capitán Gedeón, que llevaba dentro de la vasija de barro, es decir, en  el corazón de su cuerpo mortal, la llama de amor, que al morir resplandeció, y alumbró a todos los elegidos, llenando de terror a sus enemigos terrenales, fue el gran triunfo del capitán, que, con  un puñado de hombres, escogidos por Dios después de unas pruebas relatadas en la Biblia, cuyo fin era escudriñar su capacidad, para pertenecer a esos ciento cuarenta y cuatro mil, que son dignos de cantar ese cántico de alabanza con amor.

          Es un cántico nuevo, porque para poder cantarlo, hay que haber amado y haber sido probado con sangre, sudor y lágrimas, y haber triunfado de todas las trampas de Satanás, aliado con el mundo y la carne, es un canto de agradecimiento y de amor a Dios, que no pueden cantar los que no han sido ni probados con esa virulencia, que no han querido ni podido luchar contra los enemigos de Dios, como hizo Gedeón con un puñado de hombres, derrotando una fuerza inmensa que quería destruir al Pueblo de Dios.  


Del salmo 23


Dichosos los limpios de corazón.

      Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues Él lo edificó sobre los mares, Él fue quien lo asentó sobre los ríos.
     ¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su Recinto Santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.
     Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su Salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.

          Este Salmo viene a confirmar lo dicho anteriormente, es digno de estar en el monte Sión, y cantar el cántico nuevo, los limpios de corazón, y es que para luchar contra los enemigos de Dios, hay que ser limpio de corazón, ya que el pecado ciega la vista, es lo que pasa hoy día con el relativismo, que llega a no ver diferencia entre el pecado y la Virtud, lo que conduce al inmovilismo, que es estar en contra de Dios, ya que está escrito: “El que no está conmigo, está contra Mí, y el que no avanza, recula”, como lo dice Jesús en las bienaventuranzas:

“Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
 verán a Dios”.






Evangelio según San Lucas: 21, 1-4


        En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo.

        Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir". 

          Maravillosas y estremecedoras palabras de Jesús, lo que demuestra claramente que la Justicia de Dios, nada tiene que ver con la de los hombres.

        Demuestra también de una manera clara, que el dinero, dios de este mundo, no tiene significado alguno para Dios, porque salvo en contadas ocasiones, es un impedimento para alcanzar el Reino de Dios, ya que es como una droga, que cuanto más se posee, más se quiere poseer, vuelve al rico ciego por querer aumentar cada vez más su fortuna, lo vuelve egoísta y despiadado, insensible al sufrimiento de los demás, como el rico Epulón.