MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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domingo, 10 de junio de 2012

ENTREVISTA CON GABRIELE AMORTH EXORCISTA OFICIAL DEL VATICANO: El Padre Gabriel Amorth, famoso exorcista: "El demonio hace creer que no existe; que no existe el pecado"

El padre Gabriele Amorth es un respetado exorcista de Roma.




En esta entrevista está fielmente reflejada la Crisis actual que atraviesa la Iglesia católica en Europa: Se trata de lo que venimos denunciando incansablemente en este Blog: Predicación de una doctrina descafeinada, insistiendo en la mentalidad del dios "caramelo", y en donde se quiere transmitir la idea de un relativismo absoluto de parte del Dios verdadero, doctrina completamente opuesta a la tradición Cristiana, transmitida por los Santos Padres de la Iglesia, y por las inmutables Santas Escrituras, grabadas por Yahvé sobre la piedra del monte Sinaí, y en la conciencia y la razón de cada persona.

Se niega igualmente la existencia del demonio, del Infierno y naturalmente, se cree en la falsedad de los exorcismos, y de las posesiones diabólicas, que la mayoría de estos eclesiásticos atribuyen a enfermedades mentales, y que explican los fenómenos producidos en los exorcismos por consecuencias del "efecto placebo", eso me decía hace algún tiempo un sacerdote en un pueblo de Andalucía.

Esta mentalidad, que el Padre Amorth atribuye al desconocimiento de los hechos, es sumamente dañina, porqué los pastores tienen que estar preparados para conocer su ministerio, como cualquier profesional en el ejercicio de su profesión. Se trata bajo mi punto de vista de una falta muy grave, porque contribuye a dejar bajo el poder de Satanás a unas almas, a las cuales Jesús en la Tierra liberó con esplendor, majestad y sumo sacrificio, que le costó sangre, sudor y lágrimas, rompiendo las cadenas de la esclavitud del dragón infernal. Todos estos hechos son la prueba irrefutable de que Satán, después de haber puesto cerco a la Ciudad de Dios, ha introducido ya a sus huestes en los lugares sagrados, y esto es una premonición del final de los tiempos, ya que Jesús dijo: "Cuando veáis la abominación en los lugares sagrados, pensad que el fin está ya próximo."



A continuación, se edita una entrevista que el Padre Amorth concedió al periódico italiano 30 Giorni.


- Padre Amorth, por fin está lista la traducción italiana del nuevo Ritual para los exorcistas.
-Sí, está lista. El año pasado la CEI (Conferencia Episcopal Italiana) se negó a aprobarla porque había errores de traducción del latín al italiano. Y los exorcistas, que tenemos que utilizarla, aprovechamos para señalar, una vez más, que no estamos de acuerdo con muchos puntos del nuevo Ritual. El texto latino sigue siendo el mismo en esta traducción. Un Ritual tan esperado, al final, se ha transformado en una farsa. Un increíble obstáculo que podría impedirnos actuar contra el demonio.

-Es una acusación dura. ¿A qué se refiere?
Le doy sólo dos ejemplos, ambos increíbles. En el punto 15 se habla de los maleficios y de cómo comportarse al enfrentarlos. El maleficio es un mal causado a una persona recurriendo al diablo. Se puede hacer de varias formas, como hechizos, maldiciones, mal de ojo, vudú, macumba. El Ritual romano antiguo explicaba cómo había que afrontar esto. El nuevo Ritual, en cambio, declara, categóricamente, que está totalmente prohibido hacer exorcismos en estos casos. Absurdo. Los maleficios son, por mucho, la causa más frecuente de posesiones y de males causados por el demonio, por lo menos el 90 por ciento de los casos. Esto es como decirles a los exorcistas que dejen de llevar a cabo exorcismos.

El punto 16 declara, solemnemente, que no se deben de hacer exorcismos si no se tiene la certeza de la presencia del diablo. Esto es una obra maestra de incompetencia: la certeza de que el diablo está presente en una persona, se tiene sólo haciendo el exorcismo. Más aún, los redactores del Ritual no se dieron cuenta de que, en ambos puntos, contradicen el Catecismo de la Iglesia Católica, que indica que hay que hacer exorcismos, tanto en el caso de posesiones diabólicas, como en los casos de males causados por el demonio. Y dice, además, que hay que hacerlo tanto, sobre las personas, como sobre las cosas. Y en las cosas nunca está presente el demonio, sólo su influencia. Las declaraciones contenidas en el nuevo Ritual son gravísimas y muy perjudiciales, fruto de la ignorancia e inexperiencia.

-¿Pero no lo habían preparado expertos?
¡En absoluto! En estos diez años, dos comisiones han trabajado en el Ritual: una compuesta por cardenales, que se ocupó de la Prenotanda, es decir, las disposiciones iniciales, y otra que se ocupó de las oraciones. Yo puedo afirmar, con certeza, que ninguno de los miembros de las dos comisiones ha hecho nunca un exorcismo, ni ha estado presente en exorcismos, ni tiene la menor idea de qué es un exorcismo. Este es el error, el pecado original, de este Ritual. Ninguno de los que colaboraron en él es un experto en exorcismos.

-¿Cómo es posible?
No me lo pregunte a mí. Durante el Concilio Ecuménico Vaticano II, en todas las comisiones había un grupo de expertos que ayudaban a los obispos. Esta costumbre se ha mantenido después del Concilio, cada vez que se han modificado partes del Ritual. Pero no fue así en este caso. Y si había un tema en el que eran necesarios los expertos, era éste.

-¿Y qué es lo que ha pasado?
Pues que los exorcistas nunca fuimos consultados. Y, además, las comisiones han recibido con desdén las sugerencias que hemos dado. Todo este asunto es perverso. ¿Quiere que le cuente lo que pasó?

-Por supuesto.
Como había pedido el Concilio Vaticano II, las diferentes partes del Ritual romano fueron, paulatinamente, revisadas y modificadas. Los exorcistas esperábamos que se tocara el título XII, es decir, el Ritual del Exorcismo. Pero, aparentemente, éste no se consideraba un tema relevante, dado que transcurrieron los años y no pasaba nada. Luego, de repente, el 4 de junio de 1990, se publicó el Ritual provisional, de prueba. Esto fue una verdadera sorpresa para nosotros, ya que no habíamos sido consultados antes. 

Y, sin embargo, habíamos preparado toda una serie de solicitudes, en vista de la revisión del Ritual. Entre otras cosas, pedíamos que las oraciones se modificaran, introduciendo invocaciones a la Virgen, las cuales no existían, y que se aumentaran el número de oraciones específicamente dirigidas al exorcismo en sí. Pero no se dio la oportunidad de hacer ningún tipo de contribución. Sin embargo, no nos dimos por vencidos: después de todo, era por nosotros, que el texto se había redactado. 

Y ya que en la carta de presentación del entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Eduardo Martínez Somalo, les pedía a las conferencias episcopales que le hicieran llegar, durante los dos años siguientes: "consejos y sugerencias de los sacerdotes que lo habrían de utilizar", nos pusimos a trabajar. Reuní a dieciocho exorcistas, elegidos de entre los más expertos del planeta. Examinamos, con gran atención, el texto. Lo utilizamos.

Inmediatamente, elogiamos la primera parte, en la que se resumían los fundamentos evangélicos del exorcismo. Esta parte es el aspecto bíblico-teológico del tema, sobre el que no era aparente, incompetencia alguna. Es una nueva sección, que no se encontraba en el Ritual de 1614, compuesto bajo el pontificado de Pablo VI: además, en aquella época, no era necesario recordar estos principios, ya que todo el mundo los conocía y aceptaba. Hoy, en cambio, es indispensable.

Pero cuando pasamos a examinar la parte práctica, que exige un conocimiento especifico del tema, advertimos la total inexperiencia de los redactores. Hicimos numerosas observaciones, artículo por artículo, y se las hicimos llegar a todas las partes interesadas: Congregación para el Culto Divino, Congregación para la Doctrina de la Fe, y las conferencias episcopales. Una copia fue entregada directamente al Papa.

-¿Cómo fueron recibidas sus observaciones?
Muy mal, y no consiguieron nada. Nos habíamos inspirado en la constitución dogmática Lumen gentium, en la que la Iglesia es descrita como el "Pueblo de Dios". En el número 28, se habla de la colaboración de los sacerdotes con los obispos, y en el número 37, se dice, con claridad, incluso refiriéndose a los laicos, que "debido al conocimiento, competencia y preeminencia que poseen, tienen la facultad, más aún, a veces el deber, de exponer su opinión acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia". Esto es exactamente lo que hicimos.

Pero fuimos demasiado ingenuos, al pensar que las disposiciones del Vaticano II habían llegado a las Congregaciones Romanas. En cambio, chocamos con un muro de rechazo y de escarnio. El Secretario de la Congregación para el Culto Divino presentó un informe, a la Comisión de Cardenales, en la que decía que aquellos que lo habían contactado, eran obispos, y no los sacerdotes y exorcistas. Y respecto a nuestro humilde intento de ofrecer ayuda como expertos, añadía, textualmente: "También se debe de notar el hecho de que un grupo de exorcistas y demonólogos, los cuales, posteriormente, crearon una Asociación internacional, estaban orquestando una campaña contra el rito".

Una acusación indecente: ¡Nosotros nunca hemos orquestado una campaña! El Ritual iba dirigido a nosotros, y, sin embargo, las comisiones no habían convocado a ninguna persona competente. Por esto, era más que lógico que tratáramos de dar nuestra opinión.

-Entonces, ¿quiere eso decir que el nuevo Ritual es inutilizable en su lucha contra el demonio?
Sí. Querían darnos un arma sin filo. Se han eliminado las oraciones eficaces, oraciones que tenían doce siglos de existencia fueron substituidas por nuevas oraciones ineficaces.
Pero, por suerte, en el último momento, nos dieron un salvavidas.

-¿Cuál?
El nuevo Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Jorge Medina, añadió una notificación, al Ritual, en la que se especifica que los exorcistas no están obligados a usar este Ritual, y que, si así lo desean, pueden pedir la autorización de sus obispos, para seguir usando el antiguo Ritual. Los obispos, a su vez, deben pedir autorización a la Congregación, la cual, como escribe el Cardenal, "la concede gustosamente".

-¿La concede gustosamente?. Esa es una concesión muy rara.
¿Quiere saber de donde proviene?. De un intento del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y del propio Cardenal Medina, para introducir, en el Ritual, un artículo - entonces era el artículo 38 - por el que se autorizaba a los exorcistas a usar el Ritual anterior. Indudablemente, era una maniobra extrema para defendernos de los grandes errores contenidos en el Ritual definitivo. Pero el intento de los dos cardenales no tuvieron éxito. El Cardenal Medina, que había comprendido lo que estaba en riesgo, decidió darnos esta tabla de salvación, añadiendo una Notificación por separado.

-¿Cómo son vistos ustedes, los exorcistas, dentro de la iglesia?
Somos muy mal tratados. Nuestros hermanos sacerdotes, a cargo de esta delicadísima tarea, son vistos como locos, como fanáticos. Por lo general, ni siquiera son tolerados por los mismos obispos que los nombraron.

-¿Cuál ha sido el hecho más llamativo de esta hostilidad?
Celebramos un convenio internacional de exorcistas, cerca de Roma, y pedimos que el Papa nos recibiera. Para no presionarlo, y evitar añadir otra audiencia a las muchas que ya tiene, simplemente, pedimos que se nos recibiera en audiencia pública, la del miércoles en la Plaza de San Pedro. 
Ni siquiera pedimos que nos nombrara en sus saludos personales. Hicimos la petición, en la manera en que lo ordenan los cánones, como recordará, perfectamente, Monseñor Paolo De Nicolo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, quien recibió de buena gana nuestra petición. Sin embargo, el día antes de la audiencia, el propio Monseñor Nicolo nos dijo - con pena, esa es la verdad, por lo que estaba claro que la decisión no la había tomado él - que no asistiéramos a la audiencia, y que no habíamos sido admitidos.

¡Increíble: 150 exorcistas procedentes de los cinco continentes, sacerdotes nombrados por sus obispos de conformidad con las normas del derecho canónico, que exigen sacerdotes de oración, de ciencia y de buena reputación - es decir, de alguna forma, la flor y nata del clero, sacerdotes que piden participar en una audiencia pública del Papa y se les echa a patadas!. Monseñor Nicolo me dijo: "Le prometo que, inmediatamente, le enviaré una carta explicando la situación". Han pasado cinco años y, todavía, estoy esperando esa carta. Desde luego, no fue Juan Pablo II quien nos excluyó. Pero el hecho de que a 150 sacerdotes se les prohíba participar en una audiencia pública del Papa en la Plaza de San Pedro, explica la clase de obstáculos a los que se enfrentan los exorcistas, aún dentro de su propia Iglesia, y hasta que punto, son mal vistos por un gran número de autoridades eclesiásticas.

-Usted combate, diariamente, con el demonio. ¿Cuál es el mayor éxito de satanás?
Que consigue hacer creer que no existe. Y casi lo ha conseguido. Incluso dentro de la Iglesia. Tenemos un clero y un episcopado que han dejado de creer en el demonio, en los exorcismos, en los males extraordinarios que puede causar el diablo, y ni siquiera en el poder, que nos ha dado Jesús, de expulsar a los demonios.

Desde hace tres siglos, la Iglesia Latina - al contrario de la Ortodoxa y de varias denominaciones Protestantes - ha abandonado casi, completamente, el ministerio del exorcismo -. Al no practicar los exorcismos, al no estudiarlos y no haberlos visto nunca, el clero ya no cree en ellos. Pero, ni siquiera, cree en el diablo. Tenemos episcopados enteros que se muestran hostiles a los exorcismos. Hay países en los que no existe ni siquiera un solo exorcista, como Alemania, Suiza, España y Portugal. Una carencia aterradora.

-No mencionó a Francia. ¿Allí la situación es diferente?
Hay un libro escrito por el más conocido exorcista francés, Isidoro Froc, titulado Los Exorcistas, quiénes son y qué hacen. Este libro,se ha traducido, al italiano, a petición de la Conferencia Episcopal francesa. En ninguna parte del libro se dice que los exorcistas, en algunos casos, hacen exorcismos. El autor ha declarado, repetidamente, a la televisión francesa que nunca ha hecho exorcismos y que nunca los hará. 

De un centenar de exorcistas franceses, sólo cinco creen en el demonio y hacen exorcismos. El resto mandan al psiquiatra a la gente que se dirige a ellos. Y los obispos son las primeras víctimas de esta situación de la Iglesia Católica, en la que la creencia en la existencia del demonio está en proceso de desaparecer. Antes de que saliera este nuevo Ritual, el Episcopado alemán escribió una carta, al Cardenal Ratzinger, en la que afirmaba que no era necesario hacer un nuevo Ritual, porque los exorcismos ya no deben de ser practicados.

-¿Son los obispos quienes tienen que nombrar a los exorcista. Sí. Cuando un sacerdote es nombrado obispo, se encuentra con un artículo del Código de Derecho Canónico, que le autoriza, completamente, a nombrar exorcistas. Lo mínimo que se le puede pedir a un obispo es que haya asistido, por lo menos, a un exorcismo, dado que debe tomar una decisión tan importante. Por desgracia, esto no ocurre casi nunca. Pero si a un obispo recibe una petición seria de exorcismo - es decir, no hecha por alguien enajenado - y no actúa en consecuencia, comete pecado mortal. Será responsable de todos los terribles sufrimientos de esa persona, que a veces duran años o toda una vida, cuando podría haberlos evitado.

-¿Está diciendo que la mayor parte de los obispos de la iglesia católica están en pecado mortal?
Cuando era niño, mi viejo párroco me enseñaba que hay ocho sacramentos: el octavo es la ignorancia. El octavo sacramento salva a más gente que los otro siete juntos. Para cometer pecado mortal, debe haber una causa seria, pero también, es necesario el pleno conocimiento y el consentimiento deliberado. Esta omisión de ayuda por parte de muchos obispos es una causa seria. Pero estos obispos son ignorantes: no hay, pues, pleno conocimiento, ni consentimiento deliberado.

-¿Pero si uno no cree en la existencia de satanás, la fe sigue intacta, es decir, sigue siendo fe católica?
No. Le voy a contar una historia. Cuando conocí al Padre Pellegrino Ernetti, un célebre exorcista, que ejerció durante cuarenta años en Venecia, le dije: "Si pudiera hablar con el Papa, le diría que encuentro demasiados obispos que no creen en el demonio". La tarde siguiente, el Padre Ernetti vino a decirme que aquella mañana le había recibido Juan Pablo II. "Su Santidad", le había dicho, "hay, aquí en Roma, un exorcista, el Padre Amorth, que si pudiera hablar con usted le diría que encuentra demasiados obispos que no creen en el demonio". El Papa le respondió brevemente: "Aquel que no cree en el demonio, no cree en el Evangelio". Esta es la respuesta que dio él y que yo repito.

-Explíqueme, por favor. ¿Esto significa que hay muchos obispos y sacerdotes que ya no son católicos?
Digamos que no creen en una verdad evangélica. Así que, probablemente, los acusaría de estar propagando una herejía. Pero seamos claros: alguien es formalmente hereje, si se le acusa de cometer un error, y persiste en él. Pero, debido a la situación que existe en la Iglesia, hoy en día, nadie, jamás, acusaría a ningún obispo de no creer en el diablo, ni en las posesiones demoníacas, ni de no nombrar exorcistas porque no cree en estas cosas. 

Podría mencionar un gran número de obispos y cardenales, que en cuanto fueron nombrados para una diócesis, lo primero que hicieron fue quitarles a todos los exorcistas la facultad de ejercer. O bien, obispos que afirman, abiertamente: "Yo no creo en eso. Son cosas del pasado". ¿Por qué pasa esto? Porque, por desgracia, ha habido una perniciosa influencia de ciertos estudiosos de la Biblia, y podría darle los nombres de mucha gente muy conocida. Nosotros que, diariamente, estamos en contacto con el mundo del más allá, sabemos que esta influencia ha afectado muchas reformas litúrgicas.

-¿Por ejemplo?
El Concilio Vaticano II habla pedido que se revisaran algunos textos. Esta orden fue desobedecida, ya que había un deseo de rehacerlos completamente, sin pensar que se podían empeorar las cosas, en vez de mejorarlas. Muchos ritos se han empeorado por esa manía de querer deshacerse de todo lo pasado, para rehacerlo de nuevo, como si la Iglesia, hasta el día de hoy, lo único que hubiera hecho es engañarnos y mentirnos, y como si sólo hasta ahora, tuviera grandes genios, súper teólogos, súper estudiosos de la Biblia, súper liturgos, que saben darle a la Iglesia lo que es bueno. Esto es una mentira: el último Concilio, simplemente, pidió que se revisaran los textos, no que se destruyeran.

El Ritual Exorcista, por ejemplo, debía de ser revisado, no escrito nuevamente. En él, había oraciones que se han usado durante doce siglos. Antes de eliminar oraciones tan antiguas, que han resultado muy eficaces, había que pensarlo con cuidado. ¡Pero no!. Todos los exorcistas hemos utilizado las oraciones del Ritual de prueba, y nos hemos dado cuenta de que son absolutamente ineficaces. Pero también el rito del bautismo de los niños ha sido arruinado. Fue renovado, de tal forma, que el exorcismo contra Satanás, ha sido casi eliminado. El bautismo siempre tuvo enorme importancia para la Iglesia, hasta el punto que se le llamaba exorcismo menor. Pablo VI protestó, públicamente, contra ese nuevo rito.

Encontramos esta misma degeneración del rito, en el nuevo bendicionario. He leído, minuciosamente, las 1200 páginas del mismo. ¡Pues bien, se han eliminado, sistemáticamente, todas y cada una de las referencias al hecho que el Señor nos protege contra Satanás, y que los ángeles nos protegen de los ataques del demonio. Todas las oraciones para la bendición de las casas y las escuelas han sido eliminadas. Todo debe ser bendecido y protegido, pero, hoy, ya no hay ninguna protección contra el demonio. Ya no existe ninguna defensa, ni oraciones contra él. El propio Jesús nos enseñó una oración de liberación en el Padre Nuestro: "Líbranos del Maligno. Líbranos de la persona de Satanás". Esta oración fue traducida mal, y hoy la gente ora, diciendo: "Líbranos del Mal". Se habla de un mal general, cuyo origen, en el fondo, no se conoce. Sin embargo, el mal contra el que nuestro Señor Jesucristo nos enseño a luchar, es una persona concreta: Satanás.

-Desde su posición privilegiada para observar las cosas: ¿tiene la impresión de que el satanismo se está difundiendo?
Sí, enormemente. Cuando disminuye la fe, aumenta la superstición. En el lenguaje bíblico, puedo decir que la gente está abandonando a Dios, y entregándose al ocultismo. La terrible desaparición de la fe en toda la Europa Católica, hace que la gente se ponga en manos de hechiceros y adivinos, y así, las sectas satánicas prosperan. Se hace fuerte propaganda del culto al demonio, a las masas, mediante el rock satánico, y personajes como Marilyn Manson. Los niños también están siendo atacados: hay revistas e historietas que enseñan la hechicería y el satanismo.

Las sesiones de espiritismo, en las que se evocan a los muertos para conseguir respuestas, están muy difundidas. Ahora se enseña a efectuar sesiones de espiritismo a través de computadoras, teléfonos, televisores, y video grabadoras, pero sobre todo, con la escritura automática. Ya ni siquiera se necesita un medium: es un espiritismo que cada quien puede hacer por sí mismo. De acuerdo con las encuestas, el 37 por ciento de los estudiantes han hecho, por lo menos una vez, el juego de las letras y el vaso, una verdadera sesión de espiritismo. En una escuela a la que me invitaron a hablar, los chicos me dijeron que jugaban este juego durante la clase de religión, ante los ojos complacidos del maestro.

-¿Y esto funciona?
No existe diferencia entre magia blanca y magia negra. Cuando la magia funciona, siempre es obra del demonio. Todas las formas de ocultismo, como esta huida hacia las religiones de Oriente, con sus sugestiones esotéricas, son puertas abiertas para el demonio. Y el diablo entra. Inmediatamente.

En el caso de la monja que fue asesinada, en Chiavenna, y el caso de Erika y Omar, los dos adolescentes de Novi Ligure, que mataron a la mamá y al hermano pequeño de Erika, no dudé, en afirmar, que la intervención diabólica formó parte de esto, porque esos chicos practicaban el satanismo. La policía descubrió, que en ambos casos, los chicos seguían a Satanás, y tenían libros satánicos.

-¿Qué hace el demonio para seducir al hombre?
Su estrategia es siempre la misma. Ya se lo he dicho, y él lo reconoce. Hace creer que el infierno no existe, que el pecado no existe, y que él es solamente una experiencia más que hay que vivir. Concupiscencia, éxito y poder, son las tres grandes pasiones en las que Satanás se fía.

-¿Cuántos casos de posesión demoníaca ha encontrado?
No más de cien. Ya dejé de contarlos.
-¿Cien? es un número muy alto. En su libro, usted dice que los casos de posesión son raros. 

Y lo son, realmente. Muchos exorcistas han encontrado sólo casos de males diabólicos. Pero yo heredé la "clientela" de un conocido exorcista, el Padre Cándido, y, por consiguiente, los casos que aún no había resuelto. Además, los otros exorcistas me mandan a mí los casos más resistentes.

-¿Cuál ha sido el caso más difícil que ha tenido que afrontar?
Es el que estoy tratando ahora, desde hace dos años. Es la misma chica que fue bendecida - no fue un exorcismo verdadero - por el Papa, en octubre, en el Vaticano, y que tanto dio que hablar en los periódicos. Ella es golpeada las veinticuatro horas del día, y es víctima de tormentos inimaginables. Ni los médicos, ni los psiquiatras, consiguen entender lo qué pasa. Ella está completamente lúcida, y es muy inteligente. Es un caso realmente triste.

-¿Cómo es que uno se convierte en víctima del demonio?
Uno puede ser objeto de los ataques del demonio, en cuatro casos. Bien porque esto es una bendición para la persona (como en el caso de muchos santos), bien por la persistencia irreversible, en el pecado, bien por una maldición que alguien hace invocando el nombre del demonio, o bien, cuando uno se dedica a practicar el ocultismo.

-Durante el exorcismo de los poseídos, ¿qué tipo de fenómenos ocurren?
Recuerdo un campesino analfabeto que, durante el exorcismo, me hablaba sólo en inglés, por lo que yo necesitaba un intérprete. Hay quien demuestra una fuerza sobrehumana, quien se eleva, totalmente, del suelo, siendo imposible, aún para varias personas, mantenerlo sentado en la silla. Pero hablamos de presencia demoníaca, sólo por el contexto en que se desarrollan estos fenómenos.

-¿Alguna vez lo ha lastimado el demonio?
Cuando el Cardenal Poletti me pidió que me dedicara al exorcismo, me encomendé a la Virgen: "Envuélveme en Tu Manto, y yo estaré seguro". El demonio me ha amenazado, muchas veces, pero nunca me ha hecho daño.

-¿Nunca siente miedo del demonio?
¿Yo miedo de ese animal? Es él quien tiene que tener miedo de mí: yo actúo en nombre del Señor del mundo, mientras que él, es sólo el simio de Dios.

-Padre Amorth, el satanismo se difunde cada vez más. En realidad, el nuevo Ritual hace difícil la práctica de los exorcismos. A los exorcistas se les impide que participen en una audiencia con el Papa en la Plaza de San Pedro. Dígame, sinceramente: ¿qué es lo que está pasando?

El humo de Satanás ha entrado a todas partes. ¡A todas partes! Quizá fuimos excluidos de la audiencia del Papa, porque tenían miedo de que tantos exorcistas consiguieran expulsar a las legiones de demonios que se han instalado en el Vaticano.

-Está bromeando, ¿verdad?
Le podrá parecer una broma, pero yo creo que es verdad. No tengo ninguna duda de que el demonio tienta, sobre todo, a las autoridades de la Iglesia, así como a cualquier otra autoridad, en la política y la industria.

-¿Está diciendo, entonces, que en ésta, como en todas las guerras, Satanás quiere conquistar los altos mandos, para tomar prisioneros a los generales del adversario?

Es una estrategia victoriosa. Siempre se intenta ponerla en práctica. Sobre todo cuando las defensas del adversario son débiles. Satanás también lo intenta. Pero, gracias al Cielo, es el Espíritu Santo quien dirige a la Iglesia: "Las puertas del infierno no prevalecerán". A pesar de las defecciones, y a pesar de las traiciones, que no deben causar asombro. El primer traidor fue uno de los apóstoles más cercanos a Jesús: Judas Iscariote.

Pero, a pesar de esto, la Iglesia sigue su camino. El Espíritu Santo la mantiene, y por lo tanto, los ataques de Satanás sólo pueden ser parcialmente exitosos. Naturalmente, el demonio puede ganar batallas, incluso batallas importantes. Pero nunca ganará la guerra.


jueves, 7 de junio de 2012

LA PREDICACION DE LA DOCTRINA CATÓLICA ADULTERADA LLEVA A LA MUERTE ESPIRITUAL DEL ALMA


EXTRAÑA E INQUIETANTE FLOR




I/ El mecanismo de involución

La Doctrina progresista, es el mayor peligro propiciado por Satanás, que, como lo indica S. Juan de la Cruz, siempre actúa de la misma manera. Según lo explica él, sabiendo que el mal conocido nunca será aceptado, siempre engaña bajo el aspecto del Bien, para acto seguido, poco a poco, ir introduciendo el error, como se hace con la aguja que simboliza la Verdad, que ayuda introducir del hilo que simboliza la mentira.

Con esta táctica, poco a poco se consigue el gran triunfo de las fuerzas del mal, y así se hace caer en el error, a la Jerarquía primero, para que ayude en la predicación para luego convencer a la masa de los fieles.

Pero toda caída en el error, sobre todo por parte de esa Jerarquía y también con menos culpa, por parte de los fieles, tiene como premisa una falta, y esa falta es siempre fruto de una desobediencia a la Ley de Dios, Ley de Dios, grabada en las Tablas de piedra del Sinaí; en las Sagradas Escrituras, cuya doctrina es infalible, porqué está dictada por el Paráclito, el Espíritu de la Verdad, también por esa razón y porqué esa Ley es inamovible, toda Doctrina tiene que estar respaldada por la Tradición de los Santos Padres, y nadie, ni el mismo Papa tiene derecho a cambiarla, por esa razón, las escrituras que son la última Revelación de Dios, terminan en el Apocalipsis con la advertencia siguiente:

Solemnemente advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro, que si añade algo, Dios hará caer sobre él las plagas descritas en este libro. Si suprime alguna de las palabras proféticas de este libro, Dios le quitará la parte que le corresponde en el árbol de la Vida y en la Ciudad Santa, descritos en este libro.
Dice el que atestigua todo esto:
Sí, estoy a punto de llegar.
¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
Que la Gracia de Jesús, el Señor, esté  con todos.

Ese procedimiento de involución se produce de la manera siguiente: ¿Cómo un Dios Padre, puede mandar a un hijo suyo al Infierno? ¿Ud. que es padre, me dijo hace ya mucho tiempo cierto Obispo, mandaría a su hijo al infierno?

Con esa aguja de la verdad, que pocos saben rebatir, diciendo simplemente que en este mundo estamos en estado de gestación, para ser Hijos de Dios o hijos de las tinieblas, según nos hayamos decantado libremente por la Doctrina de Jesús o de Satanás, se introduce la gran mentira de que no existe el Infierno, y por consiguiente la Redención de Jesús ya no tiene sentido, ya que, como lo dijo el Presidente de la Conferencia Episcopal  Alemana:

¡¡Jesús no ha muerto para redimirnos, sino para mostrarnos como debemos comportarnos ante el problema del sufrimiento!!



II/ Consecuencias de este Cisma.

Una vez resuelto el Problema del Infierno, Satán sumerge a los pastores y a los fieles, en un estado de LETARGIA ESPIRITUAL, en donde todo el mundo es un buen hijo de Dios, y todo es relativo, en donde hasta los más sádicos pecadores tienen que ser  amados y queridos, puestos a la misma altura que el más virtuoso de todos los Santos.

Entonces, es cuando Satán ha cumplido sus objetivos:

-Relativismo absoluto: Tiene el mismo valor el pecado y la Virtud.
-El nuevo rostro de Dios: El dios caramelo
-La Vida es bella, a disfrutar que son dos días
-El abandono del sacrificio y del esfuerzo.
-La impasibilidad ante el hedonismo
-Petición de ordenación de sacerdotisas y obispas
-Apoyo al matrimonio homosexual con  adopción.
-Mutilación de las escrituras.

Y de allí se derivan una multitud de nuevas doctrinas, con la aparición de nuevas sectas, con sus abanderados que predican una nueva doctrina tipo Queiruga, Hans Küng o Massiá, que reniegan de su primitiva fe, y como se toman por elegidos e iluminados, han encontrando nuevas interpretaciones a las escrituras.Y un sin fin de recomendaciones y de consejos espirituales en donde está recomendada una vida de “Bonheur”, y de felicidad material, lo que trae consigo la perdida absoluta del Santo temor de ofender a Dios, que han tenido y tienen todos los santos.

- “Hay que estar a gusto con sus pecados, decía cierto eclesiástico”.

- “Os tenemos que pedir perdón porque el Infierno lo hemos inventado nosotros los curas, decía cierto sacerdote desde el altar, en una solemne misa de Navidad”.

¿Como no se puede comprender una cosa tan sencilla, que es que Jesús es un Pastor misericordioso en este mundo, pero que en el otro aparecerá como un Rey Justiciero e inexorable, con su cayado terrenal transformado en cetro real? ¿Por qué no se puede entender que en este mundo, Dios entrega su amor a todos para que, como lo dice S. Juan de la Cruz, con ese amor tratar de atraer a la fe a todos los hombres? ¿Por qué no se puede entender que el perdón de los Mártires a sus verdugos, es a imagen del perdón de Jesús en la Cruz, para tratar de convertir a las almas?

¿Es tan difícil comprender que en el otro mundo, se habrá terminado la maduración de la mies, y se procederá a separar el trigo de la cizaña? ¿Por qué no se entiende que aquí cualquier pecador, por siniestro que sea, se puede convertir, pero que en el otro mundo ya no lo podrá? ¿Es tan difícil comprender que hay dos tipos de amor hacia nuestros hermanos, como lo explica el Santo padre Pío de Pietrelcina?:

 El amor unitivo que nos hace admirar y amar  a un Santo por su Virtud, y que nos acerca más a Dios.
 El amor de  compasión, que nos hace amar al pecador por misericordia, para que así, - ya que más se atrapa a una mosca con miel que con vinagre - poder evitar, cuando aún es tiempo lo más horrendo: su condena eterna.

Terminaré con el consejo de San Juan de la Cruz a un hermano que le reprochaba su dura penitencia:

“Si en algún tiempo, hermano mío alguno, fuese Prelado o no, le persuadiere de  doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni lo abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino penitencia y más penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere llegar a la posesión de Cristo, lo busque sin la Cruz”.












martes, 5 de junio de 2012

EL MARTES SANTO POR LA NOCHE: CONTESTACIÓN DE JESÚS AL PRÍNCIPE NEGRO


Estatua del Ángel caído, en la Casa de Campo de Madrid.


Discurso de Jesús unos días antes de su Pasión, en el cual contesta a las amenazas de Satanás cuando exorcizó al endemoniado completo. En esas amenazas, el Príncipe negro afirmaba que se vengaría, profetizando su pasión y muerte, y que entraría en Judas para traicionarlo. En aquella ocasión, Jesús no contestó a esas insinuaciones, ahora a unas días de su Pasión y muerte, reta a Satán y le contesta declarando que saldrá Victorioso, a pesar de su muerte libremente entregada, que además servirá para redimir a toda la Humanidad que había sido vencida y esclavizada por el Demonio en el Jardín del Edén.



Describe igualmente como va a ser muerto por el hombre, con terribles sufrimientos, no solo materiales, pero sobre todo por el abandono de su Padre en esta hora de la expiación, solo tendrá el consuelo que le aportó el Ángel de la Misericordia: el cáliz en donde están disueltos los nombres de todos los redimidos por su sacrificio con las lágrimas de los ángeles. Este consuelo, fue otorgado por Justicia por su Padre, para contrarrestar la visión que le presentó Satanás, en donde le mostraba la inutilidad de su tremendo Sacrificio y la vista de todas las almas para las cuales su Pasión y Muerte habían de ser inútiles.



         Este terrible sufrimiento de Cristo, fue también posible por la presencia del Espíritu Santo, como Él mismo lo confiesa en este discurso, acción que fue confirmada por el Ángel Azarías a María Valtorta. Sin su presencia, que simboliza la fuerza del Amor, que mueve el Universo entero, Jesús no habría podido resistir tan horrible tormento.


Del Poema del Hombre-Dios de María Valtorta:


            Dice Jesús:

          (…) “Para llevar a cabo el fin del mundo solo haría falta un pensamiento de Dios, y todo volvería a la nada. Por eso, podría ser que ese pomar tuviera que esperar poco. Pero las cosas sucederán como Yo he dicho. Por tanto, transcurrirán siglos entre ese y aquel, o sea el definitivo triunfo de Cristo” explica Jesús.

    “¿Y entonces? ¿Cuándo será?”
   “¡Yo sé cuando será!” dice Juan, y llora. “Yo sé cuando será. ¡Será después de tu muerte y tu resurrección!...”, y Juan le abraza fuertemente.
  “¿Y lloras si va a resucitar?” dice con mofa Judas Iscariote.

  “Lloro porque antes debe morir. No te burles de mí, demonio. Yo comprendo. Y no puedo pensar en esta hora”.
 “Maestro, me ha llamado demonio. Ha pecado contra el compañero.
 “Judas; ¿sabes que no lo mereces? Pues entonces no te resientas por su culpa. A mí también me han llamado “demonio”, y todavía me lo llamarán”.
 “Pero Tú tienes dicho que quien insulta a un hermano es culpab…”.

 “Silencio. Ante la muerte que se acaben por fin estas odiosas acusaciones, disputas y mentiras. No turbéis a quien está muriendo”.
 “Perdóname Jesús, susurra Juan. “Con el sonido de su risa, he sentido que se me revolvía algo dentro…y no he podido contenerme”: Juan está abrazado todo, pecho contra pecho a Jesús, y le llora en su corazón.
   “No llores, te comprendo. Déjame hablar”.

   Pero Juan no se despega de Jesús, ni siquiera cuando Él se sienta en una gruesa raíz saliente. Se queda, pasandole un brazo por la espalda y otro alrededor del pecho y con la cabeza apoyada en un hombro, y llora quedo. Solo se ve brillar a la luz de la luna, las lágrimas de su llanto, que caen en la túnica purpúrea de Jesús y parecen rubíes; gotas de pálida sangre heridas por una luz.

    “Hoy me habéis oído hablar a Judíos y Gentiles. No os debe asombrar pues el que os diga: “De mi boca salieron siempre palabras de justicia, y no serán revocadas”; o el que os diga, también con Isaías, hablando de los Gentiles que vendrán a mí después de ser elevado de la Tierra: “Ante mí se doblará toda rodilla, por mí y en mí jurará toda lengua”. Y tampoco dudaréis, habiendo visto como actúan los judíos, que es fácil decir, sin temor a equivocarse, que serán conducidos a mi presencia, y avergonzados, todos los que se oponen a Mí.

   Mi Padre no me ha hecho siervo suyo solo para que haga revivir a las tríbus de Jacob y para convertir a lo que queda de Israel, el resto; sino que ha hecho don de mí, como Luz para las Naciones para que sea “El Salvador” de toda la Tierra. Por este motivo, en estos 33 años de exilio del Cielo y del Seno del Padre, he crecido siempre en Gracia y Sabiduría ante Dios y ante los hombres, alcanzando la edad perfecta, y en estos tres últimos años, después de poner incandescentes mi alma y mi mente en el fuego del Amor, y templarlos con el hielo de la penitencia, he hecho de mi boca “como una espada cortante”.

   “El Padre Santo que es mío y vuestro, hasta este momento me ha custodiado bajo la sombra de su mano, porque todavía no había llegado la hora de la Expiación. Ahora me deja, y la flecha elegida, la flecha de su divina aljaba, tras haber herido para salvar (herido a los hombres para abrir brecha en los corazones para la Palabra y Luz de Dios), ahora se dirige, rápida y segura a herir la Segunda Persona, al Expiador, al Obediente que obedece por todo. Adán desobediente…Y, como guerrero alcanzado, caigo, diciendo por demasiados: “en vano me he fatigado, sin razón, sin obtener nada. He consumido mis fuerzas por nada”.

     ¡Pero… no! ¡No, por el Señor eterno que no hace nunca nada sin objetivo! ¡Atrás Satanás, que quieres que ceda al desánimo y tentarme a la desobediencia! En el alfa y omega de mi ministerio, viniste y vienes. Pues bien, aquí estoy. Me pongo en pié de guerra – realmente se levanta – me mido contigo. Y, me lo juro a mí mismo, te venceré. No es orgullo decir esto, es verdad. El Hijo del hombre será vencido en su carne por el hombre, el gusano miserable que muerde y envenena desde su corrompido fango, pero el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Inefable Triada, no será vencido por Satanás.

      Tú eres el odio. Y eres poderoso en tu acto de odio y de tentación. Pero conmigo habrá una fuerza poderosa que escapa a tu acción, porque no puedes alcanzarla ni mirarla. ¡El Amor está conmigo!

     Sé cual es esa desconocida tortura que me espera. No la que os diré mañana, para que sepáis que nada de lo que por Mí se hacía o se movía, que nada de lo que se formaba en vuestro corazón, me era desconocido. No, la otra tortura…la que no le viene al Hijo del Hombre ni de lanzas ni de palos, ni de burlas y golpes, sino de Dios mismo, y que será conocida solo por pocos en lo que de atroz tendrá, y aceptada como posible por menos todavía. 

   Pero en esa tortura en que dos serán los principales agentes: Dios con su ausencia y tú, Demonio, con tu presencia, la Victima tendrá consigo el Amor, el Amor que vive en la Víctima, fuerza primera de su resistencia a la prueba, y el Amor en el Consolador espiritual, que ya bate sus alas de oro por el ansia de bajar a enjugar mis sudores, y que ya recoge todas las lágrimas de los Ángeles en el celeste cáliz y diluye en él la miel de los nombres de mis redimidos, de los que me aman, para calmar con esa bebida la gran sed del Torturado, y su amargura sin límites.

     Y tú, demonio serás derrotado. Un día, saliendo de un poseído, me dijiste: “Espero a vencerte cuando seas un harapo de carne sangrante”. Pero yo te respondo: “No me tendrás. Yo venzo. Mi fatiga fue Santa, mi causa está en manos de mi Padre, que defiende las Obras  de su Hijo, y no permitirá que ceda el Espíritu mío”.

    Padre, ya desde ahora te digo para esa hora atroz: “En tus manos abandono mi Espíritu”.

  Juan, no me dejes… Vosotros marchaos. La Paz del Señor esté donde no es huésped Satanás. Adiós”.

   Todo termina.






domingo, 3 de junio de 2012

ORACION DE JESÚS EN EL TEMPLO DE JERUSALEN


EXPLICACIÓN DE LA ORACIÓN DEL PADRENUESTRO



Representación del Templo de Jerusalén


       

       Sublime oración de Jesús en el Templo de Jerusalén, en presencia de sus discípulos. Oración Universal, dirigida a Israelitas y a toda la Humanidad que permanece aún sin la Luz Divina, pero que sin saberlo, la anhelan todas las gentes paganas de buena voluntad, ya que también estos, a pesar de no pertenecer al Pueblo elegido, son hijos de Dios, porqué han sido creados y redimidos por Él.

        Aclaración de que no se obtiene el Reino de los Cielos, ni por el puesto, ni por la condición de Fariseo, Escriba o Sacerdote, pero únicamente por una transformación de la persona, asimilando la Doctrina de la Verdad y del Amor.


        Muchos que se creen seguros, y que se creen los primeros, serán substituidos por los que para ellos son considerados como publicanos, meretrices, gentiles, paganos o galeotes.

         Nota: Las indicaciones en itálica de color azul se refieren al Padre Nuestro, y  lo que está escrito entre paréntesis, se refieren a lo que está relatado en los siete Espíritus de Dios, en misión por toda la Tierra.




Del poema del Hombre-Dios de 
María Valtorta
          
Padre nuestro que estás en los Cielos
(Espíritu de Pureza de Dios Padre)

 Dice Jesús:
[...] “Recordemos también, nosotros que gozamos en el momento presente, de nuestra fraterna unión en la casa del Padre, a los que están lejos y también son hermanos nuestros en el Señor y en el origen. Tengámosles en nuestro corazón. Llevemos en nuestro corazón ante el Altar Santo a los ausentes. Oremos por ellos, recogiendo con el espíritu sus lejanas voces, sus añoranzas de estar aquí, sus anhelos. Y, de la misma forma que recogemos estos conscientes anhelos de los israelitas lejanos, recojamos también la de las almas que pertenecen a hombres, que no saben ni siquiera que tienen un alma y que son hijos de Uno solo.

Todas las almas del mundo gritan en las prisiones de los cuerpos hacia el Altísimo. Alzan, en oscura cárcel su gemido hacia la Luz. Nosotros, que estamos en la Luz de la fe verdadera, tengamos misericordia de ellos. Oremos así:


Santificado sea tu nombre
(Espíritu de Verdad de Dios Padre)

Padre nuestro que estás en las Cielos, sea santificado por toda la Humanidad tu Nombre. Conocer Tu Nombre es encaminarse hacia la santidad. Haz, Padre Santo que los gentiles y Paganos conozcan tu existencia, y que vengan a Dios, a ti, Padre, guiados por la Estrella de Jacob, por la Estrella de la Mañana, por el Rey y Redentor de la estirpe de David, por  tu Ungido, ya ofrecido y consagrado para ser Víctima por los pecados del Mundo; que vengan como los tres sabios de entonces, de un tiempo ya lejano, pero no inoperante, porque nada de lo que tenga que ver con la venida de la Redención, es inoperante.


Venga a nosotros tu Reino
(Espíritu de Justicia de Dios Padre)

Venga tu Reino a todas los lugares de la Tierra: donde se te conoce y ama, y donde aún no se te conoce; y, sobre todo a los que son triplemente pecadores, los cuales, aún conociéndote, no te aman en tus obras y manifestaciones de Luz, y tratan de rechazar y apagar la Luz que ha venido al Mundo, porque son almas de tinieblas, que prefieren las obras de tinieblas, y no saben que querer apagar la Luz del Mundo, es ofenderte a Ti mismo, porque Tú eres Luz Santísima y Padre de todas las luces, comenzando por la que se ha hecho Carne y Palabra, para traer Tu luz a todos los corazones de buena voluntad.


Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo
(Espíritu de Bondad de Dios Padre)

Padre Santísimo, que todos los corazones del Mundo hagan tu voluntad, es decir, que se salven todos los corazones y no quede para ninguno sin fruto el Sacrificio de la Gran Víctima; porque ésta es Tu Voluntad; que el hombre se salve y goce de Ti, Padre Santo, después del perdón que está para ser otorgado.


Danos hoy nuestro pan de cada día
(Espíritu de abundancia de Dios Hijo)

        Danos tu ayuda, Señor: todas tus ayudas. Ayuda a todos los que esperan, a los que no saben esperar, a los pecadores con el arrepentimiento que salva, a los paganos con la herida de Tu llamada que estremece; ayuda a los infelices, a los reclusos, a los desterrados, a los enfermos en el cuerpo y en el espíritu, a todos, Tú que eres el Todo; porque el tiempo de la Misericordia ha llegado.

Perdona nuestras ofensas, como nosotros 
perdonamos a los que nos han ofendido
(Espíritu de Misericordia de Dios Hijo)

     Perdona, Padre bueno, los pecados de tus hijos. Los de tu Pueblo, que son los más graves, los de los culpables de querer estar en el error, mientras que tu amor de predilección ha dado la Luz, precisamente a ese pueblo.

   Perdona a los que están afeados por un paganismo corrompido que enseña el vicio, y se hunden en la idolatría de este paganismo pesado y mefítico, mientras que entre ellos hay almas preciadas y que Tú amas porque las has creado. Nosotros perdonamos. Yo el primero, para que Tú puedas perdonar. 


Y no nos dejes caer en la tentación
más líbranos del Maligno, Amen
(El  Dios Espíritu Santo)

   E invocamos Tu protección contra la debilidad de las criaturas para que libres del Principio del Mal, del cual vienen todos los delitos, idolatrías, culpas, tentaciones y errores, a tus criaturas. Líbralas, señor, del Príncipe horrendo, para que puedan acercarse a la Luz Eterna”.

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La gente ha seguida atenta esa solemne oración. Se han acercado rabies famosos, entre los cuales, sujetándose pensativo el barbado mentón está Gamaliel… Y se ha acercado también un grupo de mujeres, enteramente envueltas en mantos, con una especie de capucha que oculta sus rostros. Y los rabíes se han acercado con desprecio… Y también han venido, atraídos por la noticia de que había venido el Maestro, muchos discípulos fieles, entre los cuales están Hermás, Esteban y el sacerdote Juan. Y también, Nicodemo y José, inseparables y otros amigos suyos que creo haber visto ya.

    Durante la pausa que sigue a la oración del Señor, recogido ahora dentro de sí, solemnemente austero, se oye a José de Arimatea decir: “¿Y entonces, Gamaliel? ¿No te parece todavía palabra del Señor?”.
    “José, se me dijo: “Estas piedras se estremecerán con el sonido de mis palabras” responde Gamaliel.

   Esteban, impetuosamente grita: “¡Cumple el prodigio, Señor! ¡Da la orden, y se desarticularán! ¡Gran don sería que se derrumbase el edificio, pero se elevarán en los corazones las murallas de tu Fe! ¡Aséelo a mi maestro!”.
  “¡Blasfemo!” grita un grupo rabioso de rabíes con sus alumnos.
   “No” grita a su vez Gamaliel. “Mi discípulo habla con palabra inspirada. Pero nosotros no somos capaces de aceptarla porque el Ángel de Dios todavía no nos ha purificado del pasado con el tizón tomado del altar de Dios… Y, quizás, ni aunque el grito de su voz” y señala a Jesús “desencajara los quicios de esta puerta, sabríamos creer…”. Se recoge un extremo del amplio y blanquísimo manto y con él se cubre la cabeza, ocultándose casi el rostro; luego se marcha.

Jesús le mira mientras se va… Luego continúa hablando. Ahora responde a algunos que murmuran entre sí, que se muestran escandalizados y que hacen más visible el escándalo descargándolo sobre Judas de Keriot, con una rociada de protestas que el Apóstol encaja sin reaccionar, escogiéndose de hombros y poniendo una cara que de satisfecha no tiene nada. (…)

“En verdad os digo que son verdaderos hijos del Bien aquellos que, rechazados por el mundo y despreciados, odiados, vilipendiados, abandonados como ilegítimos, considerados oprobio y muerte, saben superar a los hijos crecidos en la casa pero rebeldes a las leyes de ésta. No es el hecho de ser de Israel lo que da derecho al Cielo; ni asegura el destino ser Fariseos, Escribas o Doctores. La cosa es tener buena voluntad y acercarse generosamente a la Doctrina del Amor, hacerse nuevos en ella, hacerse por ella hijos de Dios en espíritu y verdad.
Sabed todos los que me escucháis que muchos, que se creen seguros en Israel, serán sustituidos por los que para ellos son publicanos, meretrices gentiles, paganos y galeotes. El Reino de los Cielos es de quien sabe renovarse acogiendo la Verdad y el Amor”.

 Jesús se vuelve hacia el grupo de los enfermos prosélitos. “¿Sabéis creer en cuanto he dicho?” pregunta con voz fuerte.
“¡Sí! ¡Señor!” responden en coro.
“¿Queréis acoger la Verdad y el Amor?”
“¡Sí! ¡Señor!”.
“¿Os quedaríais satisfechos aunque no os diera más que Verdad y Amor?”.
“Señor, Tú sabes qué es lo que necesitamos más. Danos, sobre todo, tu paz y la Vida Eterna”.
“¡Levantaos e id a alabar al Señor! Estáis curados en el Nombre Santo de Dios”.

 Y, rápido, se dirige hacia la primera puerta que encuentra, y se mezcla con la muchedumbre que satura Jerusalén, antes de que la emoción y el estupor que hay en el Patio de los Paganos puedan transformarse en aclamadora busca de Él…

Los Apóstoles, desorientados, le pierden de vista. Sólo Margziam, que no ha dejado nunca de tenerle cogido un extremo del manto, corre a su lado, feliz y dice: “¡Gracias, gracias, gracias, Maestro! ¡Por Juan, gracias! He escrito todo mientras hablabas. Sólo me queda añadir el milagro. ¡Qué bonito! ¡Justo para él! ¡Se pondrá muy contento!...”.






sábado, 2 de junio de 2012

POR QUÉ EXISTE EN ESTE MUNDO EL SUFRIMIENTO DE LOS INOCENTES, MIENTRAS QUE LOS CULPABLES PARECEN FELICES


Dice San Juan de la + que Jesús, en el momento de su muerte, hizo más
 que en toda su vida con su Predicación y ostentosos milagros,
 ya que fue ahí, en donde abandonado y despreciado
por muchos, donde redimió a toda la Humanidad,
 y la reconcilió con Dios. 

           La desobediencia a la Ley Divina, tiene la culpa de todos los sufrimientos, son los Santos y los inocentes los que, a imagen de Jesús tienen que inmolarse con su sacrificio, por implorar a Dios el perdón por las ofensas de la Humanidad hacia su Creador, porqué todo pecado es una ofensa a Dios, y exige una reparación que en el mundo en que vivimos, solo puede aportar el Justo y el Inocente ya que Dios, como ocurría en el Antiguo testamento, no quiere el sacrificio de un animal manchado o tarado, solo quiere las primicias, ofrendas puras y sanas. 

         Toda la Creación desde las estrellas, los animales y los vegetales rinden tributo de obediencia, y cantan alabando a Dios, menos el hombre que peca incumpliendo su voluntad. Aquí está descrito de una manera admirable el porqué del sufrimiento de los inocentes, y como este es el que propicia la paciencia de Dios ante tanta ingratitud y al incumplimiento de su Ley, y  retiene su brazo justiciero.


           Hoy día estamos en un mundo cada vez más hedonista, en el cual se olvida cada vez más la Ley de Dios, Ley que es inamovible, y sin embargo muchos quieren adaptarla a su manera de ser, tratando de retrógrados a los que no piensan como ellos, todas las víctimas inocentes, como los niños abortados, los Cristianos martirizados que mueren degollados, son las víctimas propiciatorias de ese estado de cosas, como así lo explica Jesús a Pedro.





LECCIÓN DE JESÚS A PEDRO SOBRE 
EL DOLOR DE LOS SANTOS
(Del Evangelio como me ha sido revelado de María Valtorta)

              
              Dice Pedro a Jesús:

         (…) “Mira. Yo soy cerrado de mollera, lo sé y no me avergüenzo de decirlo. Y, si fuera por mí, no me preocuparía mucho de saber, porque creo que la sabiduría mayor está en amarte, seguirte y servirte con todo el corazón. Pero tú me mandas acá y allá. La gente me pregunta y tengo que responder. Pienso que lo que te pregunto a Ti, otros pueden preguntármelo a mí, porque los hombres tienen los mismos pensamientos.

           Tú decías ayer que siempre los inocentes y santos sufrirán; es más, que son los que sufren por todos. Esto es duro para mi inteligencia, aunque digas que ellos mismos lo desearán. Y creo que, de la misma manera que es duro para mí, lo puede ser para otros. Si me preguntan, ¿Qué tengo que responder? En este primer recorrido, una madre me dijo: “No era justo que mi niña muriera con tanto dolor, porque era buena e inocente”. Y yo, no sabiendo que decir, le dije las palabras de Job: “El Señor dio, el Señor quitó. Bendito sea el nombre del Señor”. Pero no me quedé convencido ni siquiera yo, ni la convencí a ella. Quisiera saber que decir otra vez….”.

          “Esto es justo, escucha: Parece una injusticia que los mejores sufran por todos, pero sin embargo es Justicia grande. Vamos a ver, Simón, dime: ¿qué es la Tierra, toda la Tierra?”.
       “¿La Tierra? Un espacio grande, grandísimo, hecha de tierra, agua y rocas, con plantas, animales y criaturas humanas”.
         “¿Y algo más?”.
       “Nada más…a menos que quieras que diga que es el lugar de castigo y exilio del hombre”.

        “La tierra es un altar, Simón, un enorme altar. Hubiera debido ser un altar de alabanza perpetua a su Creador. Pero la Tierra está llena de pecado. Por eso, debe ser un altar de perpetua expiación, de sacrificio, sobre el cual se consumen las víctimas. La tierra debería – como los otros mundos esparcidos en la Creación – cantar salmos a Dios que la creó. ¡Mira!”.

         Jesús abre las hojas de madera de la ventana y, por esta, abierta de par en par, entra el fresco de la noche, el susurro del torrente, el rayo de luna, y se ve el cielo tachonado de estrellas.

       “¡Mira estos astros! Cantan con su voz, hecha de luz y movimiento, en los espacios infinitos del firmamento, las alabanzas de Dios. Lleva milenios existiendo este canto suyo que sube, desde los azules campos del cielo, al Cielo de Dios. Podemos pensar en astros, planetas, estrellas, cometas, cuales criaturas siderales que, como siderales sacerdotes, levitas, vírgenes y fieles, deben cantar en un templo inmenso las alabanzas del Creador. Escucha, Simón. Oye el frufrú de las brisas entre las frondas y  el susurro de las aguas en la noche.

          También la tierra canta, como el cielo, con sus vientos y aguas, con la voz de los pájaros y animales. Pero, si para el firmamento basta la luminosa alabanza de los astros que lo pueblan, para el templo que es la Tierra no basta el canto de los vientos, aguas y animales, que cantan sin conciencia de ello las alabanzas de Dios, sino que en ella está también el hombre, la criatura que supera en perfección a todo lo que vive en el tiempo y en el mundo, dotada de materia como los animales, minerales y plantas, y de espíritu como los ángeles del Cielo, y como ellos destinado, si es fiel a la prueba, a conocer y poseer a Dios, con la gracia primero, con el Paraíso después. 

         El hombre, síntesis que abraza todos los estados, tiene una misión que las otras criaturas no tienen, y que para él tenía que ser, además de deber, júbilo: amar a Dios; dar, inteligente y voluntariamente, culto de amor a Dios; corresponder al amor con que Dios, dándole la vida y el Cielo después de la vida, le ha amado; dar culto inteligente.

           Piensa, Simón. ¿Qué bien obtiene Dios de la Creación? ¿Qué beneficio? Ninguno. La Creación no aumenta a Dios, no le santifica, no le enriquece. Dios es infinito. Infinito hubiera sido aunque no hubiera existido la Creación. Pero Dios-Amor quería tener Amor, y creó para tener Amor. Solo Amor puede tener de la Creación Dios; y este Amor que es inteligente y libre solamente en los ángeles y hombres, es la gloria de Dios, la alegría de los ángeles, la religión para los hombres.

         El día en el que el gran altar que es la Tierra, silenciara las alabanzas y súplicas de Amor, la Tierra dejaría de existir, porqué, apagado el Amor, quedaría acabada la expiación, y la ira de Dios anularía ese infierno terrestre en que se habría convertido la Tierra.

         La Tierra pues, para existir, debe amar. Y también esto: La Tierra tiene que ser el Templo que ama y ora con la inteligencia de los hombres. Pero en el Templo, en todo templo, ¿qué víctimas se ofrecen? Las puras, las víctimas sin mancha ni tara. Solo estas son gratas al Señor. Ellas y las Primicias. Porque al padre de familia hay que darle las cosas mejores, y a Dios, Padre de la familia Humana, hay que darle la primicia de todas las cosas, y las cosas selectas.

          Pero he dicho que la Tierra tiene un doble deber de sacrificio: el de alabanza y el de expiación. Porque la Humanidad que la puebla pecó en los primeros hombres y peca continuamente, añadiendo al pecado de falta de amor a Dios esos otros mil pecados de adherirse a las voces del mundo, de la carne y de Satanás. Culpable, culpable Humanidad, que teniendo la semejanza con Dios, teniendo inteligencia propia y ayudas divinas, es pecadora siempre, y cada vez más. Los astros obedecen, las plantas obedecen, los elementos obedecen, los animales obedecen y, de la forma en que saben hacerlo, alaban al Señor.

          He aquí, pues la necesidad de almas holocausto, que amen y expíen por todos: son los niños que pagan, inocentes y sin percatarse, el amargo castigo del dolor por aquellos que lo único que saben hacer es pecar, son los santos que, solícitos se sacrifican por todos.

      Dentro de poco – un año o un siglo es siempre “poco” respeto a la eternidad – ya no se celebrarán otros holocaustos en el altar del gran Templo de la Tierra, sino los de las victimas-hombre, consumadas con el perpetuo sacrificio: hostias con la Hostia perfecta. No te estremezcas, Simon. No estoy diciendo ciertamente que Yo vaya a introducir un culto semejante al de Moloch, Baal y Astarté. 

         Los propios hombres nos inmolarán. ¿Entiendes?, nos inmolarán y nosotros iremos alegres a la muerte para expiar y amar por todos. Y luego vendrán los tiempos en que los hombres ya no inmolarán a los hombres. Pero siempre habrá víctimas puras, que el amor consuma junto con la gran Víctima en el Sacrificio perpetuo. Digo el Amor de Dios y el Amor por Dios. En verdad, ellas serán las hostias del tiempo y Templos futuros. Lo grato a Dios es el sacrificio del corazón, y no los corderos y los cabritos, terneros y palomas. David lo intuyó. Y en el tiempo nuevo, tiempo del Espíritu y del Amor, solo este sacrificio será grato.

         Considera Simón, que si un Dios ha debido encarnarse para aplacar la Justicia divina por el gran pecado, por los muchos pecados de los hombres, en el tiempo de la verdad solo los sacrificios de los espíritus de los hombres pueden aplacar al Señor. Tu piensas: “¿Pero por qué, entonces, Él, el Altísimo, dio orden de que fueran inmolados las crías de los animales y los frutos de las plantas?”.

        Te respondo: porque antes de mi venida el hombre era un holocausto manchado y porque no se conocía el Amor. Ahora será conocido. Y el hombre que conocerá el Amor, porque Yo restituiré la Gracia por la cual el hombre conoce el Amor, saldrá del letargo, recordará, comprenderá, vivirá, se pondrá él en vez de los cabritillos y corderos, hostia de amor y de expiación, imitando al Cordero de Dios, su Maestro y Redentor.

         El dolor, hasta ahora castigo, se transformará en Amor perfecto. Y dichosos aquellos que lo abracen por Amor perfecto…”.

           “Pero los niños…”.

          “Quieres decir aquellos que todavía no saben ofrecerse…¿Y tú sabes cuando habla Dios con ellos? El lenguaje de Dios es lenguaje espiritual. El alma lo entiende, y el alma no tiene edad. Es más, te digo que el alma niña, por no tener malicia es, en cuanto capacidad de entender a Dios, más adulta que la de un pecador anciano. Te digo, Simón que vivirás hasta llegar a ver a muchos niños enseñar a los adultos, e incluso a ti mismo, la sabiduría del Amor heroico.

           Pero en esos pequeños que mueren por razones naturales, está Dios obrando directamente, por razones de un tan alto amor que no puedo explicarte, porque se encuadran en la Sabiduría que está escrita en los libros de la Vida, que solo en el Cielo serán leídos por los bienaventurados. Leídos he dicho, pero en verdad, bastará con mirar a Dios para conocer no solo a Dios, sino también su infinita Sabiduría… Ya hemos hecho venir el ocaso de la luna, Simón… Pronto despuntará el alba, y tú no has dormido…”.

            No importa, Maestro. He perdido unas pocas horas de sueño y he ganado mucha sabiduría. Y he estado contigo. Pero, si me lo permites, me marcho. No a dormir, sino a meditar tus palabras”. Ya está en la puerta y está para salir, cuando se para pensativo y dice: “Una cosa más, Maestro. ¿Es correcto que diga a alguien que sufre que el dolor no es un castigo sino una …gracia; algo como… como nuestra llamada, hermosa aunque fatigosa, hermosa aún que a quien ignora puede parecerle una cosa fea y triste?”.

       “Puedes decirlo, Simón. Es la Verdad. El dolor no es un castigo, cuando se sabe acoger y usar con Justicia. El dolor es como un Sacerdocio, Simón, un Sacerdocio abierto a todos. Un Sacerdocio que confiere un gran poder sobre el corazón de Dios; y un gran mérito. Nacido con el pecado, sabe aplacar la Justicia. Porque Dios sabe usar para el Bien incluso aquello que el Odio ha creado para causar dolor. Yo no he deseado otro medio para anular la culpa, porque no hay un medio mayor que éste”.











viernes, 1 de junio de 2012

ALABANZA DE DESAGRAVIO A LA VIRGEN MARÍA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS DE DIOS


LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA TRONO DE LA SABIDURÍA,
REINA DEL CIELO Y DE LA TIERRA


Quiero aquí publicar estas alabanzas de desagravio a la Santísima Virgen María, por todas las blasfemias pronunciadas en contra de la Madre de Dios y de la Humanidad por un Pastor Protestante, de no se cual de las más de 300 sectas que existen, llamado Matías Aguilera Fuentes, en una publicación mía con la fotografía de Santa Bernardita, de cuerpo incorrupto, en la Comunidad Papa Francisco.

Dicho elemento, apoyado por algunos de sus fieles me llegó a decir que el día del Juicio, la Stma. Virgen María me iba a romper la cabeza con un bate de Beisbol, a lo cual le contesté que tenía el mismo odio a la Virgen, y la misma soberbia que Lucifer, como buen hijo suyo que era.

Salió en defensa suya una de sus discípulas, que me maldijo. Le dije que yo intentaba ser un espejo para reflejar la imagen de Dios, y me acordé de haber leído en el Evangelio tal como me ha sido revelado de María Valtorta, que ante una maldición que le mandó un Fariseo, Jesús le replicó: "Tu maldición se transmite a mi Padre, y Él te la reenvía a Tí", por eso le dije: esa maldición la reflejo a Jesús, y recaerá sobre ti.

Lo que yo no entiendo, es por qué esos elementos vienen a "meter su hocico", en todos los escritos en donde ven que se venera a la Augusta Reina del cielo y de la Tierra, creyendo que vamos a desistir de nuestras convicciones con mensajes llenos de odio y de Soberbia. Tiene que ser que la Santísima Virgen, tiene un poder sobrenatural, para atraer las almas a sí, y por eso Satanás intenta por todos los medios impedir su acción benéfica para la Humanidad.


HOMENAJE A MARÍA SANTÍSIMA


Ave María, madre del Hombre como Eva y más que Eva puesto que devolviste al Hombre a su Patria, a su herencia, a su filiación y su Gozo.

Ave María, Seno de Santidad, en el que se volvió a depositar la semilla de la Especie para que el eterno Abrahán tuviese los hijos de los que la esterilizante envidia satánica le había privado.


Ave María, Madre Deípara del Primogénito Eterno, madre compasiva de la Humanidad lavada con tu llanto y con la Sangre que es tu sangre.

Ave María, perla del Cielo, luz de Estrella, dulce, Belleza y Paz de Dios.


Ave María, llena de Gracia, en quien está el Señor, jamás desunida de Él que en Ti encuentra sus delicias y su descanso.

Ave María, mujer bendita entre todas las mujeres, amor viviente, por el Amor hecha esposa del Amor y Madre del Amor.

En Ti la Pureza, en Ti la Paz, en Ti la Sabiduría, en Ti la Humildad, y en Ti la Perfección de las tres y las cuatro Virtudes…

María, el Cielo delira de amor al contemplar a María que eleva su canto hasta notas incomparables. Ningún mortal, por santo que sea, puede comprender lo que llega a ser María para todo el Cielo.

Todas las cosas fueron hechas por el Verbo, más también, todas las cosas más grandes fueron hechas por el Amor Eterno en María, porque Aquel que es Poderoso la amó y la ama sin límites; y el poder de Dios está en manos del Lirio Purísimo, para que se derrame sobre todo aquel que a Ella recurre.

¡Ave!, ¡Ave!, ¡Ave María…!”

martes, 29 de mayo de 2012

ESTREMECEDOR RELATO: EL LABRADOR, EL MENDIGO Y EL REY: EL QUE SIGUE LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA, HALLARÁ LA VIDA, LA JUSTICIA Y LA HONRA. (Prov.21,21)


EL ALMA QUE QUIERE QUE DIOS SE LE ENTREGUE TODO, SE HA DE ENTREGAR TODA,
SIN DEJAR NADA PARA SÍ . (S. Juan de la Cruz: Dichos de Luz y amor)






             Hace ya muchos años, en la predicación de la Santa Misa, el Sacerdote de nuestra Parroquia, ya muerto hace unos 5 años, que era un alma muy espiritual y ejemplar, nos relató esta historia, que nos emocionó en extremo a toda mi familia y a mí, y que aquí reproduzco con alguna modificación.

            Había un Gran Rey que buscaba a un Ministro, para ocupar un alto cargo. Como era muy piadoso, quería que cumpliese a rajatabla el primer Mandamiento, que era el tema del Evangelio de la Misa: "Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a si mismo"

           Convocó pues a todos sus súbditos, para que acudieran al Palacio Real y poder así escoger el mismo a la persona más adecuada para ese puesto.

            Acudieron al Palacio, con sus espléndidas carrozas, todos los grandes Duques, Marqueses, Condes y ricos terratenientes, ataviados con sus mejores galas.

       Un humilde labrador, se dijo: "Yo no tengo ninguna posibilidad de acceder a ese puesto tan importante, no obstante, venderé mis pocos ahorros que he acumulado en toda mi vida de duro trabajo, y de esa manera, podré comprar una vestimenta adecuada para asistir a tan grandiosa Ceremonia, y admirar la Majestad del gran Rey y de los nobles Pretendientes.

           Al llegar al Castillo, que estaba asentado en lo alto de un monte, se hallaba al borde del camino, un pobre mendigo, que pedía limosna, pero todos los pretendientes pasaron ante él, haciendo caso omiso a sus súplicas.

           El mendigo estaba tiritando, por el frío tan grande que hacía, y el labrador, al verlo, sintió compasión de él, y se dijo: "Como a mi no me escogerán, le daré a ese pobre mendigo mi ropa, y yo me vestiré con sus andrajos, y si me dejan entrar, me pondré en el Palacio en un sitio en donde nadie me vea, para poder admirar la espléndida Ceremonia”.

         El labrador llegó al Palacio así vestido, temiendo que no lo dejaran entrar, pero muy extrañado, vio que los guardias no le impidieron el paso, sino, muy al contrario, le dejaron entrar, con incluso más reverencia que a los demás ricos convidados.

          CUAL NO FUE LA SORPRESA DEL LABRADOR AL RECONOCER AL MENDIGO EN EL REY, CON LOS MISMOS VESTIDOS QUE LE HABÍA REGALADO AL BORDE DEL CAMINO.

      MUCHO MAYOR FUE SU SORPRESA AL SENTIRSE LLAMADO, LLENO DE CONFUSIÓN, POR EL MISMO REY, CON TODOS LOS HONORES, DELANTE DE TODA LA CORTE Y LOS PRETENDIENTES, PARA OCUPAR EL CARGO DE MINISTRO DEL  REY.

INTERPRETACIÓN:

           Este relato recuerda de una manera muy concreta lo que va a suceder a toda la Humanidad en el Juicio final. El cargo de Ministro simboliza la Salvación Eterna, y los pretendientes son todos los seres humanos. Aquí vemos que no entrarán ni los más nobles, ni los más ricos, que simbolizan a los soberbios, sin embargo vemos que los más humildes, los que tienen la virtud de la caridad, que nunca tienen los soberbios, serán los herederos del Reino, en donde ocuparán los cargos más relevantes. 

          Otra cosa importantísima es cuando recordamos las palabras del Juicio final, en donde Jesús-Dios y supremo Juez se encarna en los pobres y desheredados, lo que se descubre de una manera muy sorprendente en la transformación del mendigo en el Rey. También este relato nos recuerda la Parábola del buen samaritano, y la de los invitados a la cena, en donde se recomienda que nos coloquemos en las últimas plazas, para ser ascendidos a los primeros puestos.

¡Bienaventurados los pobres en el espíritu,
porqué suyo es el Reino de los Cielos! (Mt - 5,3) 



CONDICIONES PARA ACCEDER AL REINO DE DIOS:

         1º/ Hay que tener una humildad tal, que evite sentirse siempre superior a los demás (Los últimos serán los primeros, y los primeros los últimos), y eso es siempre la actitud de todos los Santos.

      2º/ Hay que tener una compasión tal, que el amor nos haga decir a la vista de los necesitados: "Quiero lo Bueno para ti que sufres, y lo malo para mí", lo contrario del egoísmo que dice: "Quiero lo bueno para mí y lo malo para ti", porqué obrando así, mi Señor siempre me amparará y le agradaré, porque estaré obrando de acuerdo con su condición y sus mandamientos.

      3º/ Hay que admirar a nuestro Señor Jesús, y amarlo, sin ningún interés, temiendo en todo momento de desagradarle, lo que ayudará a mantenernos siempre precavidos, para no pecar y no ofenderle, este es uno de los dones del Espíritu Santo: El Santo temor de Dios, el que han tenido todos los Grandes Santos, y así el Santo franciscano Padre Pío, decía que soportaría con agrado todas las grandes cruces que el Señor le mandaba, si pudiera prescindir de la mayor cruz, que para él era saber si su conducta agradaba o no a Dios. 

          4º/ También, no hay nunca que envidiar ni odiar a los demás, dejando la Justicia en manos de Dios, que vendrá a dar a cada cual su merecido y en este mundo, mientras vivamos este comportamiento es uno de los más difíciles, por la sencilla razón de que el demonio, siempre nos presentará enemigos de lo más difícil de perdonar a causa de todas las injusticias y maldades que por su culpa nos acosarán.


GLORIA PATRIS ET FILIO ET SPIRITU SANCTO. SICUT ERAT 
IN PRINCIPIO ET NUNC ET SEMPER ET IN 
SAECULA SAECULORUM
AMEN



lunes, 28 de mayo de 2012

LOS SACERDOTES DE JESÚS TIENEN QUE SER LAS ESTRELLAS QUE LUCEN EN LAS TINIEBLAS

                                      
Monts Dei, Monts pinguis, Monts Coagulatis





        Los verdaderos ministros de Jesús, son los Sacerdotes, las almas escogidas por Él, son como las estrellas del Universo, para iluminar al mundo e indicarle el camino de la Salvación, tendrían que ser los Generales de lo ejércitos de la Iglesia Militante, barrera que Dios ha puesto, para contener a las tenebrosas hordas satánicas que están en constante lucha contra Dios, para el combate espiritual contra los espíritus tenebrosos.

Dios los revistió con armas poderosas: Pueden hacer bajar a Dios del Cielo con la divina Eucaristía, para fortalecer a las almas, pueden sanar las almas borrándole sus pecados, y restablecer así las debilitadas y enfermas, tienen el poder de exorcizar, echando a los demonios que se han hospedado en el cuerpo de algunas almas, pueden prepararlas suministrarles el viático que les fortalecerá para el encuentro con Dios.

          Por eso, está escrito en el Apocalipsis de San Juan, que al final de los tiempos, el dragón barrerá con su cola la tercera parte de las estrellas del Cielo, que iluminan el Universo, porqué sabe que, una vez derribadas, le será más fácil adentrarse en la Ciudad Santa y atacar a los fieles indefensos, que serían como soldados sin generales.

      Es lo que ha empezado ya a ocurrir en el Mundo en que vivimos, y esto es la señal precursora de la venida del Antecristo, que está preparándose para presentar batalla al Ejército de Dios.


DISCURSO DE JESÚS PARA SUS DISCÍPULOS
Del Evangelio tal como me ha sido revelado


Dice Jesús:

(…) Os he comparado a una luz. El que enciende en la noche una lámpara en una casa, ¿Dónde la pone?: ¿en un agujero de debajo del horno?, ¿en la cueva que usa como bodega?, ¿cerrada dentro de un arquibanco?, ¿única y simplemente sofocada bajo el celemín? No, porqué sería inútil encenderla. Por el contrario, la lámpara se coloca sobre una repisa, o se cuelga en su soporte, para que, estando en un punto alto, dé a luz a toda la habitación y a los que en ella están, Ahora bien, precisamente por el hecho de que lo que ocupa un lugar elevado debe recordar a Dios y dar luz, debe de estar a la altura de su función.

Vosotros debéis recordar al Dios verdadero. Preocuparos pues de que no anide en vosotros al septipartito paganismo, porqué de ser así, vendríais a ser lugares elevados profanados, con sagrados bosquecillos dedicados a un dios, y arrastrareis en vuestro paganismo a los que os mirasen como a templos de Dios. Debéis ser portadores de la Luz de Dios; ahora bien, una mecha sucia, o no embebida de aceite, produce humo y no da luz, emana mal olor y no ilumina. Una luz celada tras un cuarzo sucio no crea ese primoroso resplandor, ese juego de reflejos en el brillante mineral, sino que languidece tras el velo de negro humo que hace opaca a la diamantina protección.

La Luz de Dios resplandece en donde la voluntad se muestra solícita en limpiar a diario, quitando las escorias que el mismo trabajo produce con sus contactos, reacciones y desilusiones. La Luz de Dios resplandece en donde la mecha está empapada de abundante líquido  de oración y caridad.

           La Luz de Dios se multiplica en múltiples resplandores – como infinitas son las perfecciones de Dios, cada una de las cuales suscita en el santo una virtud ejercitada heroicamente – si el siervo de Dios conserva limpio del negro hollín de toda humeante mala pasión, el cuarzo invulnerable de su alma; cuarzo invulnerable, ¡invulnerable! (La voz de Jesús truena en este final, retumbando en el anfiteatro natural).

Solo Dios tiene el derecho y el poder de incidir trazos sobre ese cristal, de escribir en él su Santísimo Nombre con el diamante de su Voluntad; viniendo su Nombre, así, a ser ornamento determinante de una más viva refracción de sobrenaturales bellezas sobre el cuarzo purísimo. Más, si el necio siervo del Señor, perdiendo el control de sí mismo y distrayéndose de su misión – entera y únicamente sobrenatural -, se deja incidir falsas decoraciones – rayones, no incisiones - , misteriosas y satánicas claves grabadas por la zarpa de fuego de Satanás… entonces, no, entonces la admirable lámpara deja de resplandecer con hermosura y permanente integridad; se raja y se rompe y sofoca la llama con los restos del cristal fragmentado; o, si no se raja queda en ella, al menos una intrínseca red de signos, en los cuales el hollín se deposita y se introduce, ejerciendo acción corrosiva.

¡Desdichados, tres veces desdichados esos pastores que pierden la caridad, que se niegan a subir día tras día, para conducir a zonas elevadas al rebaño, que para subir, espera a que emprendan su ascesis: Yo descargaré mi mano sobre ellos, los derrocaré de su puesto y apagaré del todo su humo!

¡Desdichados, tres veces desdichados esos maestros que repudian la Sabiduría para saturarse de una ciencia no pocas veces contraria, siempre soberbia, alguna vez satánica;  porque los hace hombres!

Pensad – escuchad esto y conservarlo – que si los hombres tienen como destino hacerse como Dios (con la santificación, que hace del hombre un hijo de Dios), el maestro, el sacerdote, debería tener ya desde este mundo  sólo el aspecto de hijo de Dios, de criatura resuelta toda en alma y perfección; debería tener, digo, para llevar a Dios a sus discípulos. ¡Anatema a los maestros de sobrenatural doctrina  que se transforman en ídolos de humano saber!

¡Desdichados, siete veces desdichados, mis sacerdotes muertos al espíritu, aquellos que son con su insipidez, con su tibieza de carne medio muerta, con su sueño lleno de alucinaciones de todo lo que no es el Dios uno y trino, y de cálculos de todo lo que no es sobrehumano deseo de aumentar las riquezas de los corazones y de Dios, conducen una vida mezquina, humana, abúlica arrastrando hacia sus almas muertas a quienes, considerándoles “vida”, los siguen!

¡Maldición divina sobre los corruptores de mi pequeño, amado rebaño! Os pediré justificación, ¡Oh incumplidores siervos del Señor! De todo el tiempo que habéis tenido, de cada una de las horas, de cada contingencia, de todas las consecuencias; a vosotros os la pediré, no a los que perecen por vuestra indolencia… y exigiré castigo.

Recordad estas palabras. Ahora marchaos. Yo voy a subir hasta la cima (del monte). Dormid si queréis. Mañana el Pastor abrirá para el rebaño los pastos de la verdad”.