MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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viernes, 6 de mayo de 2016

EL DESCENSO A LOS ABISMOS DE LAS ALMAS. EL MAYOR TRIUNFO DE SATANÁS: HACER CREER QUE EL INFIERNO NO EXISTE



Los Videntes de Fátima después de la terrible visión del Infierno, que los dejaron
 marcados para toda la vida



Del libro del Padre Gabriele Amorth El último exorcista. Su diálogo con un Cardenal romano.




- Buenos días, Eminencia, soy el padre Gabriele Amorth. Soy Sacerdote paulino. Vivo en Roma. Soy también el exorcista oficial de ...
- Sé quién es usted. He oído hablar de usted. Por favor, ¿qué desea?
-Necesitaría dialogar con su Eminencia.

-¿Con qué fin?
-Pues bien. he formado una asociación de exorcistas. Nos reunimos en Roma para debatir y ayudarnos. Ha de saber que en el mundo somos en realidad muy pocos.
- Escuche. Ahora no tengo tiempo. Si quiere puede venir a mi casa mañana. Así me dice lo que desea. Hasta luego.

El Cardenal da por terminada la conversación de manera más bien brusca. O al menos, así me parece. Algo me dice que no le soy simpático. Intuyo el motivo de esto. Pero sigo queriendo encontrarme con él.
Al día siguiente me hago anunciar en su casa a la hora señalada.
Un curita muy educado entra en el salón en el fondo de un corredor. Sale poco tiempo después sin mirarme. Viene hacia mí. Entra en otro salón sin decirme nada.
- ¡Adelante! - grita una voz ronca que me imagino proviene del salón al fondo del pasillo.

Entro
Su Eminencia está sentado en una butaca. Delante de él tiene encendido un televisor. En la mano tiene el mando. Me hace señas para sentarme en una butaca al lado de la televisión. Después de sentarme apaga la tele.

- Usted quería verme. Pues aquí estoy. Cuénteme.
- Bueno, Eminencia. Deseaba informarle sobre el hecho de que, en calidad de exorcista de la diócesis de Roma, he pensado convocar una pequeña asamblea de exorcistas. Somos pocos en el mundo y poquísimos en Italia. He pensado que vernos nos podía ayudar. Es un "oficio" difícil. Así que he venido aquí solo para informarle acerca de esta iniciativa.

- Pero debe informar a Ruini (El Cardenal Camillo Ruini es, en el momento que tiene lugar esta conversación, todavía el Obispo vicario para la diócesis de Roma, el sucesor del cardenal Ugo Poletti, N.d.R.), no a mí. Yo dirijo una oficina vaticana que en el papel podría tener competencia en esta materia, pero solo en el papel. El que debe ser informado es Ruini.

- Eminencia, Ruini ya ha sido informado. Le he escrito personalmente. Me parece conveniente informarle también a usted...
- Sí, sí claro está. Ha hecho bien.. Pero en cuanto a esta historia del diablo...
- ¿Cómo, perdone?
- Digo que... Usted hace el oficio de exorcista, pero los dos sabemos que Satanás no existe, ¿verdad?


-¿Qué quiere decir con "sabemos que no existe"?
- Padre Amorth, por favor: usted sabe mejor que yo que todo esto es una superstición. ¿No me querrá hacer creer que usted lo cree de veras?
- Eminencia, me asombra oír estas palabras de una persona tan importante como usted.
- ¿Le asombra? Pero ¿Por qué? ¡No me venga a decir que usted de verdad cree en eso!
-¿Yo creo que Satanás existe!
-¿De veras? Yo no. Y espero que nadie lo crea. Difundir ciertos temores no es bueno...
-Pues, sí, Eminencia, no tiene que decírmelo. Más bien, si me lo permite, le sugeriría algo.
-Dígame
-Usted debería leer un libro que quizá le pueda ayudar
-¿Ah, sí? ¿qué libro, padre Amorth?
-Usted debería leer el Evangelio.

Un silencio glacial reina la sala. El cardenal me mira seriamente sin responder. De modo que lo acoso.

-Eminencia, es el Evangelio el que habla del Demonio. Es el Evangelio que nos dice que Jesús expulsa a los demonios. Y no solo esto, es el Evangelio que dice que entre los poderes que ha dado a los apóstoles, está el de echar a los demonios.

¿Qué desea hacer, eliminar el Evangelio?

-No, pero yo...

-Eminencia, quiero ser franco con usted. La Iglesia comete un pecado grave al no hablar del demonio. Las consecuencias de esta actitud son gravísimas. Cristo vino y luchó, ¿contra quien? Contra Satanás. Y lo venció. Pero él es todavía libre de tentar al mundo. Hoy, ahora. ¿Y usted qué hace? ¿Me dice que son solo supersticiones? ¿pero cómo puede la Iglesia explicar el mal sin hablar del demonio?

-Padre Amorth, Jesús expulsa a los demonios, es verdad, ¡Pero es una manera de hablar para poner en evidencia el poder de Cristo! El Evangelio es una expresión continua de parábolas. Todas son parábolas. Jesús siempre enseñó con parábolas.

- Pero Eminencia, cuando Jesús quiere usar una parábola lo dice claramente. El Evangelio dice: "Jesús les contó esta parábola". Mientras que el Evangelio distingue netamente hechos históricos realmente sucedidos, las curaciones, las enseñanzas, los reproches, los exorcismos, diferenciando a estos de las curaciones. Cuando Jesús expulsa a los demonios, no se trata de una parábola, sino de una realidad. No combatió contra un fantasma, sino contra una realidad, de lo contrario, se hubiera tratado de una farsa. Muchos santos lucharon contra el demonio, muchos santos fueron tentados por el demonio, piense por ejemplo en las experiencias de los padres del desierto, muchos santos realizaron exorcismos ¿Cómo es posible no creer en la existencia de Satanás?

-Está bien, pero aún admitiendo que fueran hechos reales, aún admitiendo que Jesús sacó los demonios, queda el hecho de que Jesús, con su Resurrección, lo venció todo y, por lo tanto, venció también al Demonio.

- Sí, es verdad, lo venció todo. pero esta victoria se debe aplicar y ha de ser encarnada en la vida de cada uno de nosotros. Cristo venció, pero su victoria para nosotros debe de ser reafirmada día tras día. Nuestra condición de hombres lo impone. La acción del hombre no fue anulada completamente. El Demonio no fue destruido. El Evangelio dice que el demonio existe y tentó al mismo Cristo. Jesús ha dado las armas, nos las ha dado también a nosotros, para vencerlo. El demonio puede todavía tentarnos, todos podemos ser tentados, como demuestra la oración contra el maligno que el mismo Jesús nos enseñó en el Padrenuestro. Hasta el Vaticano II, al finalizar la misa se decía la oración a san Miguel Arcángel, ese pequeño exorcismo compuesto por el Papa León XIII y se leía el prólogo del Evangelio de San Juan precisamente en clave liberadora.

Su Eminencia ya no sabe que decir. Ni habla ni reacciona. Me levanto, me despido y salgo. Y pienso: ¿Hasta aquí hemos llegado? Y sabiendo que hasta el principio del Medioevo los exorcistas existían en todas partes. Después, desafortunadamente, algo cambió.

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Como dijo el padre Gabriele Amorth, hoy día, el mayor triunfo de Satán es haber hecho creer que no existe, y que todo es una confabulación para tener sujetos a los ignorantes incautos, las posesiones son simples enfermedades mentales, y en los exorcismos se produce el “efecto placebo”, cuando el poseso se retuerce por el suelo. Con este razonamiento, el tentador ha conseguido una serie de victorias y ganancias, ya que los que siguen esta doctrina, creen que:

-El Nacimiento, enseñanzas sangre, sudor y lágrimas de Jesús; su Pasión, muerte y gloriosa Resurrección carecen de sentido y de significado, ya que Cristo ha venido para redimirnos de la esclavitud de Satán, que es un personaje de fábula.

-Y si el pecado cuyo padre es Satanás no existe, tampoco existe la Virtud, ya que la Virtud, solo se entiende porque existe el pecado, y ya que no se puede negar la existencia de Dios, este aparece como un ser completamente insensible y neutral, que quiere por igual al sádico pecador que no se arrepiente, como al más grande de todos los Santos, y se llega a toda una serie de aberraciones y una nueva interpretación de las Escrituras, mutilando los pasajes molestos para estos progresistas.

-Todos los Patriarcas, Profetas, y pueblo de Israel, antes de la venida de Cristo, estaban esperando inútilmente al Mesí­as, ya que era una falacia, entonces los Judí­os que condenaron a Jesús, y Judas que lo traicionó, tenían luego toda la razón, ya que el Mesías vendrí­a solo para liberar al Pueblo de Israel de la ocupación romana, y ya que Jesús no cumplí­a esa esperanza, era pues un impostor.

-Todos los creyentes después de Cristo, incluyendo los Apóstoles, los Mártires, y todo el Pueblo Cristiano, incluyendo los Santos, los ascetas, los consagrados, fueron unos ilusos, habiendo vivido toda una vida de sacrificios y de privaciones para nada.

- Judas era pues, según ellos un Apóstol de la misma, o de mayor valí­a que los demás, contribuyó de un modo admirable a completar la misión de Jesús, que no vení­a a redimir a nadie, sino a enseñarnos como hay que comportarse ante el sufrimiento, como dijo el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.

Además escribió el “famoso” Evangelio de Judas, donde relata sus “heroicas y maravillosas hazañas”.



Del Evangelio como me ha sido revelado 
de Mª Valtorta

Dice Jesús:

“La figura de Judas ha sido demasiado alterada durante siglos; y últimamente, del todo desfigurada. Ciertas escuelas han hecho de él casi una apoteosis; la del segundo e indispensable artí­fice de la Redención. Y otros muchos piensan que cedió ante un imprevisto, feroz asalto del tentador. No. Toda caída tiene premisas en el tiempo. Cuanto más grave es la caí­da, más preparación tiene. Los preliminares explican el hecho. Uno no se hunde, ni asciende, al improviso. Ni en el bien ni en el mal. Largos e insidiosos son los factores que cooperan a los descensos; pacientes y santos, los que cooperan a subir. Y el desventurado drama de Judas os puede proporcionar muchas enseñanzas para salvaros y conocer todo de Dios y sus misericordias, para salvar y perdonar a aquellos que bajan al Abismo.

No se llega al delirio satánico, en que has visto que se debatí­a Judas después del delito, si uno no está enteramente corrompido por hálitos infernales, interiorizados voluptuosamente durante años. Cuando uno lleva a cabo incluso un delito, pero ha sido arrastrado a él por un imprevisto acontecimiento que obnubila la razón, sufre, pero sabe expiar; porque aún algunas partes del corazón están inmunes al veneno infernal.

El mundo que niega a Satanás porque lo tiene tan dentro de sí­ que ya no se da cuenta de su presencia, que le ha interiorizado de forma que ha venido a ser parte del yo, a ese mundo le muestro que Satanás existe. Eterno e inmutable en el método usado para hacer de vosotros sus víctimas.
Basta ahora. Tú permanece con mi Paz”.








viernes, 29 de abril de 2016

EL CIEGO NO VE LAS COSAS DEL MUNDO, DE LA MISMA MANERA EL CIEGO ESPIRITUAL NO VE LAS COSAS DE DIOS


ES VERDADERAMENTE INAUDITO, QUE AÚN HAYA GENTE QUE CREA
 EN ESTE CIRCO DE PAYASOS CON "PAPAMÓVILES"



NOTICIA APARECIDA EN  INTERNET
(29-4-2.015)


Sergio Ginés, hasta ahora papa bajo el nombre de Gregorio XVIII, se ha enamorado de una trabajadora del Ayuntamiento de Monachil (Granada). Ella asegura que se conocieron hace 30 años y que ahora se han reencontrado, pero que quieren vivir su historia con discreción. La Iglesia de El Palmar, no reconocida por la Iglesia Católica, ya tiene un nuevo pontífice, Pedro III.


¡Es increíble que haya gente que ha dejado la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y que crea en la Iglesia Palmariana que ha canonizado a los Dictadores Francisco Franco y Adolf Hitler!
¿Cómo es posible que haya gente tan ciega? 
¿Como puede ser que estos payasos hayan montado una enorme basílica que les ha costado millones de euros en construcción, decoración, bordados, cuadros y estatuas, hace años un reportaje completo sobre esta secta apareció en T.V. y todos los suministradores de esos elementos decorativos, de un valor incalculable, decían que pagaban inmediatamente sin pedir presupuesto, y dejando además importantes propinas a todos los operarios. Eran también propietarios de muchos inmuebles.  

Sabiendo que esto podría ocurrir, Jesús le dijo a Pedro: Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré a mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella.
Y por esta razón existen una multitud de sectas, cada cual de lo más variopintas, que no teniendo la protección de la Divinidad, están predicando unas doctrinas de lo más inverosímiles, algunas verdaderamente ridículas, como es el caso de la "Iglesia" Palmariana, que además dispone de una ingente cantidad de dinero, para construir una imponente Basílica cerca de Sevilla, y varias residencias en otros lugares, ¿Como es posible que reciban donaciones tan importantes? Creo sinceramente que tiene que haber alguna sociedad secreta, que está dirigida y tiene sus seguidores de categoría, millonarios y anti - Católicos, del tipo de Soros y Cia. que fomentan estas herejías para poner en ridículo a los creyentes.

La Iglesia Palmariana se autodenominaba "Carmelitas de la Santa Faz", se ve de una manera clara como Satanás mueve los hilos para ridiculizar una de las Comunidades Religiosas más prestigiosas, con lo cual se pretende desprestigiar a lo más sagrado de la Iglesia Católica.

Lo mismo ha ocurrido en Granada con una red de pederastia cuyo actor principal era el Párroco, de la Parroquia de San Juan María Vianney, el Santo cura de Ars, Patrono de los Sacerdotes del mundo entero. El Párroco fue acusado de pederastia, pero en el Juicio se demostró que era una falsedad, el Papa Francisco que al principio creyó en la denuncia, y que apartó a los supuestos responsables, los reunió en Roma para excusarlos y reponerlos en su puesto. Parece que Satanás quiere así vengarse de lo más Sagrado de la Iglesia, con el fin de vengarse de los grandes Santos que le han arrancado de sus garras a tantas almas, y que han dado tanto prestigio a la Iglesia Católica.



Del Evangelio como me ha sido revelado
de María Valtorta



Dice Jesús:

La primera palabra del Padre y Señor es esta: “Yo soy el Señor, Dios tuyo”. En cada instante del día, la Voz de Dios pronuncia esta palabra y su dedo la escribe. ¿Dónde? Por todas partes. Todo lo dice continuamente: desde la hierba a la estrella, desde el agua al fuego, desde la lana al alimento, desde la luz a las tinieblas, desde el estar sano, hasta la enfermedad, desde la riqueza hasta la pobreza.”

Todo dice : “Yo soy el Señor. Por Mí, tienes esto. Un pensamiento Mío te lo da, otro te lo quita y no hay fuerza de ejercito ni de defensas que te pueda preservar de Mi voluntad”. Grita en la voz del viento, canta en la risa del agua, perfuma en la fragancia de la flor, se incide sobre las cúspides montanas, y susurra, habla, llama, grita en las conciencias: Yo soy el Señor Dios tuyo”.

Hace poco tiempo el antigua papa fugado, ha intentado penetrar en la basílica saltando un muro de la finca, para apoderarse de dinero u objetos de valor, pero después de un forcejeo, fue impedido por guardianes de la misma basílica, ese hecho fue relatado por todos los medios de comunicación.






sábado, 23 de abril de 2016

¿COMO UNOS CONSAGRADOS PUEDEN PRONUNCIAR PALABRAS HERÉTICAS QUE OFENDEN A LA DIVINIDAD?


Señor, ¿Como es posible  que después de haber dado tu Vida por 
nosotros, y después de haberte dejado flagelar, escupir, insultar, 
después de haber cargado con todos los pecados de la humanidad, 
aún haya gente que blasfemen llamándote egoísta? 





Dios no es un Ser desinteresado, es el primer egoísta de la Creación


Fueron dos Sacerdotes de la Parroquia de los españoles en Toulouse (Francia), (q.e.p.d.), que invitados a comer en casa de mis padres, en el año 1.958 declararon, siendo yo aún adolescente y sin conocimientos religiosos profundos, esta frase:


“En el mundo todos los hombres y mujeres obran por egoísmo, ya que siempre en toda acción existe una parte de amor propio o de interés. Incluso una madre que va a dar a luz en un parto difícil, cuando dice: “Prefiero morir, para que mi hijo viva, también esta afirmación puede ocultar una parte de egoísmo, ya que puede decirlo, para que la gente piense bien de ella, y la vea como una madre perfecta…”.

Hasta aquí, creo que esta afirmación puede ser posible, y por eso puede encerrar una parte de verdad, ya que el hombre más perfecto, siempre tiene en sí, la huella del pecado original, que solo desaparece cuando el alma se ha purificado y eliminado las raíces del mal, que solo el lavacro con el agua del costado de Cristo puede producir. 

Este lavacro, que San Juan de la Cruz llama noche oscura del espíritu, es la que restablece en el hombre la inocencia perdida en el Jardín del Edén. Cuando el alma ha recobrado este estado después del paso por esa horrenda noche, verdadero Purgatorio de la Tierra, entonces el alma se vuelve de una inocencia tal que, aunque vea producirse un terrible crimen, no ve mal alguno.

Estará entonces en disposición de hablar con Dios como lo hacían Adán y Eva antes de comer del fruto que les inoculó a ellos y a todos sus descendientes, menos a María Santísima, el veneno de Satanás: El conocimiento del bien y del mal.

Pero cuando esos dos Sacerdotes pronunciaron las palabras heréticas, fue cuando afirmaron rotundamente:

“¡Y el primer egoísta de la Creación es el mismo Dios porque el catecismo indica que el hombre fue creado para conocer, amar y servir a Dios. (sic)”

Yo en aquella ocasión no supe refutar esa afirmación, pero mi hermano mayor, profundamente indignado le preguntó:

“¿Si Dios por voluntad propia, hiciera desaparecer en un momento toda la Creación, variaría en algo su esencia?, a lo cual sorprendidos por la contundencia de la persona y sin pararse a pensar, los sacerdotes contestaron: “Dios no puede sufrir variación alguna ni en más ni en menos, porque Él no puede ni crecer ni menguar, ya que es un ser infinito”.

Luego al darse cuenta de su error, desviaron la conversación.

Unos días después, me encontré con uno de ellos por la calle, y me dijo: “Estaba pensando en tu hermano, que contestó esas palabras", pero no dio su brazo a torcer, alegando que a pesar de todo, ellos tenía razón, es decir que en Dios había un interés egoísta”.

Es increíble el trabajo de Satanás en esas almas y como les conforma la mente de una manera tal, que las almas siguen “erre que erre”, sumidas en el error, y me pregunto: ¿Para qué les sirvieron tantos años de estudios teológicos?, me recuerda cuando los Fariseos veían a Jesús hacer milagros de misericordia, y decían que lo hacía con el poder de Belcebú, que por definición es el ser menos misericordioso, y padre de todas las desgracias.

Si hubiera tenido los conocimientos teológicos actuales, la refutación a esas palabras sacrílegas (¡Dios les haya perdonado, hace ya unos 60 años por esas palabras sacrílegas!), habría sido bien sencilla y evidente:

Dios es Amor, Amor verdadero, que es auténtico, como lo explica San Juan de la Cruz, cuando afirma: “Quiero lo malo y dificultoso para mí, y lo bueno y dichoso para ti”.

Y una de las características principales de ese Amor, lo que demuestra su autenticidad, es que el Amor, cuando es verdadero tiene que darse a los otros, ninguna persona ama de verdad si no se entrega a los demás, es una obligación imperiosa, que es una característica del Amor, por esa razón el primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas no puede desligarse del amor al prójimo, y un amor sin el otro es una pura falacia, por eso el que dice que ama a Dios y no ama al prójimo, o que ama al prójimo, como lo afirman los políticos, y no aman a Dios, son unos embusteros.

Y de la misma manera que está reflejado en el proverbio castellano que dice: “Obras son amores y no buenas razones”, Dios todopoderoso para demostrar que su amor es infinito, nos dio a su Divino Hijo que es la perfección infinita también, para redimirnos y arrancarnos de las garras de Satanás.

Y esto es una de las características del Amor verdadero, que da a la persona amada todo lo que tiene, y no guarda nada para sí, por eso el Sagrado matrimonio Cristiano es así, los esposos dan el uno al otro todo lo que poseen y ponen todos sus bienes en común, y por esa razón está escrito en la Biblia que en el Reino de Dios seremos dioses por participación, no por naturaleza pero sí por herencia.

Los que guardan algo para ellos, no tienen el verdadero Amor, por eso leemos en los Actos de los Apóstoles, que cuando los primeros cristianos ponían en común todas sus pertenencias, el matrimonio que había guardado algo para sí, cayó fulminado por Dios ante todos.

Y me pregunto: ¿Que enseñan en los Seminarios a los Sacerdotes para que prediquen esas doctrinas heréticas? ¿para qué les han servido tantos años de seminario, si no han comprendido lo más importante: como es el amor de Dios que es la fuerza gratuita y el motor de la vida material y espiritual?





Del Evangelio como me ha sido revelado de Mª Valtorta
(18 de Julio de 1.944)


Dice Jesús:


"Hay levadura y levadura. Está la levadura del Bien y está la del Mal. La levadura del Mal, veneno satánico, fermenta con mayor facilidad que la del Bien, porque encuentra la materia más adecuada para su fermentación en el corazón del hombre, en el pensamiento del hombre, en la carne del hombre, seducidos los tres por una voluntad egoísta, contraria, por tanto, a la Voluntad universal que es la de Dios.

La voluntad de Dios es universal porque no se limita nunca a un pensamiento personal, sino que tiene presente el bien de todo el universo. A Dios nada puede aumentarle ninguna perfección, habiendo poseído todo de forma perfecta. Por tanto, no puede haber en Él un pensamiento propio de ganancia en la base de ninguna acción suya.

Cuando se dice: "Se hace esto para mayor gloria de Dios, en el interés de Dios", no es porque la gloria divina sea susceptible en si misma de aumento, sino porque toda cosa que es en la Creación lleva una impronta de bien y toda persona que haga el bien - y por tanto merezca poseerle -, se adorna con el signo de la Gloria divina y da así gloria a la Gloria misma, que ha creado gloriosamente todas las cosas. Es un testimonio, en definitiva, dado a Dios por las personas y las cosas: testificando con hechos acerca del origen perfecto del que proceden.

Por eso, Dios cuando os manda, os aconseja u os inspira una acción, no lo hace por interés egoísta, sino por un pensamiento altruista, caritativo, de bienestar vuestro. Por eso la voluntad de Dios no es nunca egoísta; antes bien, es una voluntad enteramente abierta al altruismo, a la universalidad; la única y verdadera fuerza en el mundo universo que tenga pensamiento de fuerza universal".












viernes, 22 de abril de 2016

DICEN LOS ATEOS:DIOS ES UN DIOS INJUSTO PORQUE HA PREFERIDO LA OFRENDA DE ABEL A LA DE CAÍN


LA OFRENDA DE ABEL ERA UNA OFRENDA DE AMOR
LA OFRENDA DE CAÍN ERA EGOÍSTA



      Este razonamiento perverso, es muy común sobre todo en los individuos ateos o agnósticos, los cuales tienen una excusa, o mejor dicho un razonamiento, que les ayuda a poner en duda la Bondad de Dios, y así poder justificar las acciones de Caín y por tanto despreciar todos los mandamientos de Dios.

En realidad, aquí está otra vez un ataque indirecto a Dios, semejante al ataque de Lucifer que quería ser como Dios, y lo odió porque a pesar de ser el más subido de los ángeles, no podía soportar que hubiera alguien superior a él, lo que le valió la maldición de Dios, y se transformó en demonio, y al no venerar a Jesús impidió la única salvación posible, ya que solo Jesús es el sublime Redentor, nadie más puede ser la víctima perfecta y pura para obtener el perdón de Dios.

    La ofrenda de Abel era una ofrenda de amor, porque ofrecía lo mejor de sus rebaños, la de Caín era sin duda alguna una ofrenda hecha con egoísmo, ofrecía los frutos peores de su cosecha. Como lo dice San Juan de la Cruz, el verdadero amor dice: Quiero lo bueno para tí, y lo malo para mí, y el egoísmo dice: Quiero lo bueno para mí y lo malo para tí.

"Pasado algún tiempo, Caín presentó al Señor una ofrenda de los frutos de la tierra. Abel le ofreció también los primogénitos de sus rebaños y hasta su grasa. El Señor se fijó en Abel y su ofrenda, más que en Caín y la suya. Entonces Caín se enfureció mucho y andaba cabizbajo..."(Gen 4-3,5)

        La ofrenda de Caín era una ofrenda adulterada, con toda seguridad, si hubiera ofrecido lo mejor de sus frutos, el Señor se lo hubiera agradecido de la misma manera que a Abel, porque Dios es Justicia perfecta, y ve el fondo de los corazones.

       Y esa es la única razón por la cual el Señor prefería la ofrenda de Abel a la de Caín, porque el primer razonamiento simboliza el Amor verdadero, que es el que tiene Dios hacia la Humanidad, porque entregó lo mejor que tenía: Jesucristo, su Hijo para su rescate, es el Amor que tiene Dios de una manera desinteresada, y el segundo razonamiento simboliza el amor propio, que es el que tiene Satanás, de una manera interesada, hasta envidiar a su Creador y querer ser como Él, terrible pecado que inoculó a Adán y Eva y a toda su descendencia.



De los cuadernos de Mª  Valtorta 10 - 1.950 

[...] En cambio, el amor propio es búsqueda de si mismos, es sucesivo amor hacia sí mismos, es una acción cumplida para glorificarse a sí mismos ante los ojos del mundo. Por lo tanto, es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y orgullo de la vida y, de esta planta de tres ramas, derivan luego la vanagloria, la dureza de corazón, la soberbia, las ansias de alabanzas humanas, la hipocresía, el espíritu de dominio, la convicción de saberse guiar por sí mismos, sacudiéndose de encima todas las disposiciones o consejos del Amor y de quien habla en nombre del Amor.

Se creen libres, se creen reyes porque, según ellos, nadie es mejor que ellos; porque siempre, según ellos, ya están instalados en la cumbre del saber y del poder. En cambio, son esclavos de sí mismos, del enemigo de Dios. Son esclavos, siervos, desnudos, ciegos.

Son esclavos de sí mismos, y siervos o esclavos del enemigo y de los enemigos de Dios. Están privados de las vestiduras ornadas, de las vestiduras de las bodas con la Sabiduría, de las vestiduras cándidas para el convite en los Cielos y para seguir cantando hosannas al Cordero. 

Están ciegos o, por lo menos miopes, porque han arruinado su vista espiritual con inútiles investigaciones humanas..






jueves, 21 de abril de 2016

PARA CONVENCER DE ALGO A LOS DEMÁS, QUIEN LO INTENTA DEBE SER EL PRIMERO CONVENCIDO, DEL LIBRO PIENSA ES GRATIS (De Joaquín Lorente)


Los evangelizadores predican la fe en Jesús que es un don gratuito y perfecto
en todos sus atributos, y que es la llave para tener acceso al
Reino eterno de la Felicidad


Ha caído en mis manos este libro editado por el Círculo de Lectores, que habla de 84 principios para triunfar en la vida como vendedor, pero no es un libro religioso, trataré de ver como se pueden aplicar los consejos y los atributos que tienen que tener los vendedores, ya que existe una perfecta analogía con los que se dedican a la Evangelización. 

No importa que se trate de ideas o de cosas: cuando queremos convencer a alguien, lo que en realidad estamos haciendo es vender. Y vender es, por encima de todo una transmisión de convicción. Si comprar es un acto de fe.. ¿Cómo es posible transmitirla al futuro cliente si somos unos agnósticos de nuestro propio discurso?

En realidad la palabra vender solo se puede aplicar en el caso de un negocio material, en el caso del negocio espiritual, habría que sustituir esta palabra por evangelizar, que en este mundo es la única manera de alcanzar nuestra Salvación eterna, y la de nuestros prójimos, que es el primer mandamiento de la Ley de Dios.

Quiere esto decir, que de la misma manera que para vender hay que estar convencido del valor de la mercancía, ya que en caso contrario, el cliente no la compraría, igualmente para trasmitir la fe, hay que estar convencido de su inmenso valor, ya que nadie puede transmitir algo que no tiene, y como además la fe es un don de Dios, que se trasmite por la palabra y sobre todo por el ejemplo, la palabra sola no puede convertir a nadie, si no se tiene la verdadera fe, y no se predica con el ejemplo.

Además de toda la capacidad teatral que en positivo se le quiere atribuir a un vendedor, creo firmemente que es imposible vender aquello en lo que no se cree. Cuando esto sucede, la venta no se produce porque el vendedor es bueno; ocurre porque la marca produce un gran deseo y el cliente quiere comprarla, a pesar de la desidia de quien la vende. El bueno es el cliente; el vendedor es un cero a sueldo, a comisión e incluso, a veces con incentivos.

Existe una similitud increíble entre este discurso y la evangelización  de las almas: el que predica la palabra de Dios, puede llevar a convertir a un alma, pero no es por su mérito, aunque el predicador lo crea así, es por la Santidad de Dios, a través de la encarnación de Jesús, relatada en las Escrituras, que es el artífice de la Conversión.

 El problema aquí es más grave que en los negocios materiales, ya que se quiere transmitir la fe en Dios y en la práctica de las virtudes cristianas, lo que es una “compra”, que es para toda la eternidad, compra que si no se lleva a cabo, puede llevar al alma a la desgracia eterna, que es la segunda muerte, si no se realiza esa “venta”, si  el que quiere transmitir la fe, lleva una vida depravada, y que por eso, la persona no se convierte.

La responsabilidad es entonces del Predicador al cual Dios le pedirá cuentas, ya que como lo dice el autor del libro, es una persona a sueldo, a comisión, y a veces con incentivos del enemigo de Dios, que es Satanás.

Cada venta personalizada requiere, por parte del vendedor una conexión con el producto basada en componentes físicos y químicos, que crecen en efectividad proporcionalmente al grado de convicción con lo que se está vendiendo. 

(Esa conexión se llama Santidad)

Un gran vendedor es un gran amante de su producto: lo conoce, lo valora, se enamora y trata de contagiar su fe a los demás. Piensa en él, trata de encontrarle matices, quiebros y sensaciones que conserva como su arsenal personal de bolsillo para utilizar en el momento adecuado y ante el posible cliente.

Ese vendedor ama a Dios, y lo busca en todas las cosas, tratando de santificarse en cada momento, que es encontrar matices, quiebros y sensaciones para transmitir a sus prójimos. El amor a Dios, cuando es auténtico, tiene que trasmitirse a todos los que nos rodean, si no es así el amor no es auténtico, sería egoísmo, que es guardar para sí el don recibido, que por eso no es fe verdadera.

Ha escuchado y aprendido de carrerilla los instrumentos de venta que le han dado instructores y manuales, pero los ha perfilado y redondeado porque cree que nadie como él, solo ante el peligro, los va a usar para conseguir el éxito. Es por eso que entre él y su producto se establece un invisible y potente reacción química; algo similar a la que se crea entre los grandes amantes.

 Eso se llama Gracia de Dios, y santo Temor de ofenderle, viendo el peligro, por la posible pérdida de un alma, es sentirse humilde, que es cuando se produce esa reacción química que se llama la Gracia de Dios, que también es la que crea el Amor verdadero a Dios.

Pero también se produce una reacción física. La expresión y el envoltorio del vendedor – su forma de hablar, estar y vestir – deben de ser la continuidad viva de la personalidad y el entorno ambiental que proyecta su marca. Porque ante cada cliente, él es la marca y la marca es él. En este terreno, en décimas de segundo, las disonancias revientan todo el trabajo de construcción de imagen formada durante años.

Es increíble lo que puede hacer la actitud de un predicador: una persona santa, que por definición es humilde, tiene siempre una compostura y un comportamiento hacia los demás, que para los que saben ver - es decir los que siendo espirituales, buscan a Dios, el cual se sirve de esos “instrumentos”, para convertir a las almas – tiene una actitud que atrae a las almas por su manera de ser.

Esos verdaderos predicadores, tienen un reflejo de la divinidad tal que se transmite espiritualmente, diciendo San Juan de la Cruz que tienen un grado de humildad, que no se puede disimular aunque lo quieran. Es la presencia de Dios en estas almas que las ennoblece y las hacen atractivas para los fieles.

Para acabar, bajo ningún concepto un vendedor puede sufrir frigidez cerebral, que es la apatía de proa plana y sin calado de un velero sin velas llamado “mediocridad”.

Extraordinaria descripción de unos predicadores que han perdido la fe, los que se llaman hoy día quietistas y relativistas, para los cuales todas las religiones (que son los productos del vendedor) son iguales, son los que ofrecen a Yahveh víctimas taradas, sarnosas, cojas y ciegas, los eunucos espirituales, condenados en la Biblia desde tiempos inmemoriales.

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miércoles, 20 de abril de 2016

LA DESTRUCCIÓN DE MÁS DE DOS TERCIOS DEL MUNDO CRISTIANO DICTADO DE JESÚS EN 1.943



¿COMO ES POSIBLE QUE LA MAYORÍA DE LA GENTE
NO SEPA VER A DIOS EN LA CREACIÓN?




Este mensaje de Jesús a María Valtorta, es de fecha de 1.943, hace 73 años, indica que más de los dos tercios de la humanidad, estaban destruidos por los hijos de la mentira, cuando aún estaba en germen el progresismo, cuando aún no habían aparecido los teólogos de la liberación, de la secularización; los contestatarios, los rebeldes a  las directrices del Santo Padre, los predicadores de la doctrina católica “descafeinada”, los que creen ser los descubridores de un supuesto error de Dios, que no ha sabido ver las “señales de los tiempos”, ya que según ellos, y gracias a ellos, Dios se ha dado cuenta ahora de su equivocación: su Espíritu de Justicia era un espíritu de Venganza.

Eso mismo es lo que escribió el profesor de Teología Ricardo Franco, ya fallecido, que se atrevió a escribir en una revista que San Pablo tenía una visión "vetero-testamentaria" en sus enseñanzas, le escribí una carta preguntándole: Entre la Visión de S. Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada, presente y futura, y la interpretación personal suya, fruto de la moda relativista de nuestros días, ¿Con cual hay que quedarse? 

 Y ahora, según predican, Dios se ha transformado en el "dios caramelo”, el dios de la “barba blanca”, que nos quiere a todos por igual, según ellos, Dios quiere por igual al asesino que mata a sus propios hijos, al pederasta, al blasfemador, al violador, al explotador, al esclavajista, los quiere de la misma manera que al que se sacrifica por sus hijos, al que alaba a Dios, al que respeta a los más débiles, al que sacrifica su vida y su salud por los pobres, los miserables, los desahuciados, a los abandonados.

Y así, se ha llegado a esa mentalidad del relativismo más absoluto, en donde ya nada es pecado, en donde Dios es indiferente a las más horribles aberraciones, para llegar a este estado de cosas, Satán ha empleado la perpetua astucia: introducir la aguja de la verdad, para después colar el hilo de la mentira:

-TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS: por consiguiente, Él nos quiere a todos por igual, el infierno no existe ,y el Demonio es una invención de la Iglesia para mantener a sus fieles sujetos: ¿Cómo un padre puede mandar ahí a sus hijos?, como así me decía cierto Arzobispo.

-DIOS ES AMOR: por consiguiente, hagas lo que hagas, siempre te amará: y tus pecados, por horribles que sean, los comprenderá; Él nunca te condenará, porque el amor, nunca castiga.

-EL MAL ES LA CONSECUENCIA DEL MAL: por consiguiente, todos los actos malvados, provienen de que el individuo ha obrado mal, porque nadie le dio cariño, y tuvo una infancia desgraciada.

-Y VOLVEMOS A UN NUEVO LUTERANISMO: por consiguiente, estamos todos los hombres predestinados, y siendo hijos de Dios, hagamos lo que hagamos estamos todos salvados, no necesitamos pues ni el sacrificio, ni la entrega, ni el temor de Dios. El sacrificio de Cristo no tiene el sentido de Redención, como dijo el Presidente de la Confederación Episcopal alemana, ¡¡Jesús no murió para redimirnos, lo hizo para enseñarnos como hay que comportarse ante el sufrimiento!!

En vista de todos esos argumentos, todas las enseñanzas de las Escrituras, ya que son inamovibles, tienen que estar sujetas a revisión y nueva interpretación, Y el mismísimo S. Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada presente y futura, tiene una visión vetero-testamentaria, como lo indicaba ese teólogo que sabía griego, hebreo y latín.

Y el hombre, criatura encolumna, y perfecta, es el nuevo dios: su percepción de la Verdad, está por encima de la del Creador, de sus mandamientos y de su Justicia, fue y es el razonamiento de Lucifer, que obtuvo la maldición de Dios y su condena, a pesar de ser el ángel más subido de la Creación.

Está pues por encima de Dios y de sus leyes, y tiene que establecer él sus leyes y su doctrina, y es él que tiene que volver a reinterpretar las escrituras.

Y ahí vienen todas las elucubraciones religiosas, las nuevas interpretaciones, los nuevos silogismos, y la nueva religión, y es Dios que tendrá que doblegarse a esta nueva visión antropológica. Porque es Él que tiene que adaptarse a los tiempos, y no los tiempos a Él.

Y llegamos al razonamiento teológico del borracho: “El que bebe duerme, el que duerme no peca, el que no peca va al cielo; ¡Bebamos hermanos, si queremos alcanzar la Gloria!”.

Y también su razonamiento que parece lógico y que dice: “¡Si el agua estropea los caminos, ¿Qué no hará con los intestinos?!

¿QUÉ QUEDARÁ PUES AHORA EN EL 2.016, DE ESE TERCIO DE LA HUMANIDAD EL AÑO 1.943?





DE LOS CUADERNOS DE María VALTORTA  24-8-1943

Dice Jesús:

Ánimo, María. Piensa que sufres los dolores de mi agonía. También Yo tenía muy mal los pulmones y el diafragma, y cada respiro, cada movimiento, cada latido, era un dolor añadido al dolor. Y no estaba como tú sobre una cama, sino cargado de un peso y por calles en cuesta. Y después suspendido, bajo el sol, con tanta fiebre que me golpeaba en las venas como si fueran infinitos martillos.

Pero no eran estos los dolores más graves. Lo que me eran más espantosos era la agonía del corazón y del Espíritu. Y mucho más tormentosa después, la certeza de que para millones de hombres, mi sufrimiento era inútil. No obstante, esa certeza no ha disminuido en un átomo mi voluntad de sufrir por vosotros.

¡Oh! ¡Dulce sufrir, María porque ofrecido para reparación del Padre y por vuestra salvación! Saber que aquel signo que había quedado sobre vosotros, ofensa que hubiera sido eterna, de la raza humana a Dios, era lavada con mi Sangre, y que por morir os daba de nuevo la Vida. Saber que, pasada la hora de la Justicia, el Amor os hubiera mirado a través de Mí, inmolado con Amor. Todo esto injertaba una vena de bálsamo en el océano de la amargura tal que a su lado es poco menos que nada la mayor de las amarguras padecidas sobre la tierra desde que el hombre existe, porque sobre Mí, pesaban las culpas de toda una humanidad y la ira divina.

He dicho: “Sed semejantes a Mi que soy manso y humilde de corazón”. Lo he dicho a todos porque sabía que en esta imitación estaba la llave de vuestra felicidad sobre esta Tierra y en el Cielo.

Tenéis todas las calamidades que tenéis, porque no sois mansos y no sois humildes. Ni en las familias, ni en vuestras ocupaciones y profesiones, ni en el ámbito más grande de las Naciones. La soberbia y la ira os dominan y generan tantos de vuestros delitos.

El tercer agente de delitos es vuestra lujuria; esto os parece individual, pero este y los dos primeros implican a muchos, muchos y muchos individuos, continentes enteros, tales que trastocan la Tierra, solo con haber alcanzado la perfección del mal en el alma en unos pocos hijos de Satanás, que le obedecen para colmar de mieses malditas los graneros de su padre.

Y en verdad, os digo que ahora es un momento en el que, por orden del padre de la mentira, sus hijos siembran entre las almas, que estaban creadas por Mí y que inútilmente he fertilizado con mi Sangre. Mieses más abundantes de cuanto pudiera concebir toda diabólica esperanza, y los Cielos se estremecen por el llanto del Redentor que ve la destrucción de los dos tercios del mundo de los cristianos. Y decir dos tercios es todavía poco.

He dicho a todos: “Sed mansos y humildes de corazón para ser semejantes a Mí”. Pero a mis benditos, amadísimos hijos, a los predilectos de mi corazón, a mis pequeños redentores, cuyo sacrificio que mana gota a gota da continuidad al fluir del manantial redentor que brota de mi Cuerpo desangrado, Yo digo, y lo digo estrechándoles al Corazón y besándolos en la frente: “Sed semejantes a Mí que fui generoso en el sufrimiento por el gran amor que todo me infundía”.

Más se ama y más se es generoso, María. Sube. Toca la cumbre. Yo te espero en la cima para llevarte conmigo al Reino del Amor.





martes, 19 de abril de 2016

MELQUISEDEC PROFETA E IMÁGEN DE JESÚS, SACERDOTE Y REY; ABRAHÁN, IMAGEN DEL PUEBLO DE DIOS


 Melquisedec, Sacerdote y Rey, prefigura de Jesús 



Estas Palabras de Jesús en el Templo, solo pueden haber sido pronunciadas por Dios, es imposible para un humano, por Santo que sea, como San Pablo o San Juan de la Cruz, que estuvieron en contacto íntimo con la Divinidad, pronunciar unas palabras tan sublimes.

No llego a comprender, como hay gente que duda de la autenticidad de estas palabras, la única explicación que vislumbro, es que al no ser ovejas del rebaño de Jesús, no conocen su voz y son incapaces de saborear intelectualmente este discurso teológico, que nunca había escuchado aún ningún oído humano.

Este Discurso de Jesús, que no modifica en nada las Escrituras, confirma plenamente toda la Revelación, es como un zoom que permite observar de más cerca los Evangelios, nos permite admirar de cerca y con más detalles al Redentor, y confirmar todo lo que la Santa Iglesia Católica habí­a afirmado desde siempre, por enseñanzas de la Tradición y de la Doctrina de los Santos Padres.

Espiritualmente hablando, se explica de la gran diferencia que existe entre crear y engendrar: la creación es imperfecta porque es incompleta, y necesita una recreación, que es el volver a nacer otra vez, como lo dijo Jesús a Nicodemo, y el engendrar es crear sin la necesidad de esa nueva creación, ¿Acaso podemos decir que la Virgen María, el tabernáculo de Dios, fue “engendrada” ya que nació y vivió sin pecado?

"Tú eres mi Hijo, y Hoy te he engendrado", estas palabras del Padre, están intrínsecamente ligadas a la definición que hizo Dios a Moisés en la zarza ardiente: "Yo soy el que soy", teniendo tanto la palabra "Hoy", como la frase "Yo Soy el que soy", el mismo significado, que quiere decir: "YO SOY EL ETERNO".




DISCURSO DE JESÚS EN EL TEMPLO
SUBLIME EXPLICACIÓN DE SU DIVINIDAD
(DEL POEMA DEL HOMBRE-DIOS DE MARÍA VALTORTA)


Dice Jesús:

Los Ángeles, criaturas espirituales siervas del Altísimo y mensajeras suyos, han sido creados por Él como el hombre, como los animales, como todo lo que fue creado. Pero no han sido engendrados por Él. Porque Dios engendra únicamente a otro Sí­ mismo, pues no puede el Perfecto engendrar sino a un Perfecto, a otro Ser parecido a Sí­ mismo, para no rebajar su perfección engendrando a una criatura inferior a Él. Ahora bien, Dios no puede engendrar a los Ángeles, y ni siquiera elevarlos a la dignidad de Hijos suyos, ¿cómo será el Hijo al que dice: “Tú eres mi Hijo. Hoy te he engendrado? 

¿Y de que naturaleza será, si engendrándole, y señalándole a sus Ángeles, dice: “Y le adoren todos los Ángeles de Dios”? Y como será ese Hijo, para merecer oír que el Padre – Aquel a cuya gracia se debe a que los hombres le puedan nombrar con el corazón anonadado en adoración – le dice: “Siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos escabel de tus pies”? Ese Hijo no podrá ser sino Dios como el Padre, con quien comparte atributos y poderes y con quien goza de la Caridad que los letifica en los inefables e incognoscibles amores de la Perfección hacia sí­ misma.

Pero, si Dios no ha juzgado conveniente elevar al grado de Hijo a un Ángel, ¿habría podido decir a un hombre lo que al final de este hará tres años, dijo a quién os habla en el valle de Betabara? (y muchos de vosotros que os oponéis a Mí, estabais presentes cuando lo dijo). Vosotros lo oísteis y temblasteis. Porque la Voz de Dios es inconfundible, y sin una especial gracia suya abate a quien la oye, y estremece su corazón.

¿Quién es entonces el Hombre que os habla? ¿Es acaso uno que ha nacido de origen y de voluntad de hombre, como todos vosotros? ¿Habrá podido poner el Altí­simo a su Espí­ritu a vivir en una carne carente de Gracia, como es la de los hombres nacidos de por voluntad carnal? ¿Y podrá el Altí­simo, como satisfacción de la gran Culpa, aplacarse con el sacrificio de un hombre?

Pensad. ¿Podrá entonces designar a un hombre para serlo? ¿Y podrá el Redentor ser solo Hijo del Padre, sin asumir naturaleza humana; ser el Redentor con medios y poderes que superaran las humanas deducciones? ¿Y el Primogénito de Dios, podrá acaso tener padres, si es el Primogénito eterno? ¿No se os trastoca el soberbio pensamiento ante estos interrogantes, que suben hasta los reinos de la Verdad, acercándose cada vez más a ella, y que hayan solo respuestas en un corazón humilde y lleno de fe?

¿Quién debe ser el Cristo? ¿Un Ángel? Más que un Ángel. ¿Un hombre? Más que un hombre. ¿Un Dios? Si, un Dios, pero con una carne unida a Él, para que ésta pueda cumplir la expiación de la carne culpable. Todas las cosas pueden ser redimidas a través de la materia con que pecaron. Dios, por tanto habrí­a debido enviar a un Ángel para expiar la culpa de los Ángeles caí­dos, y que expiara por Lucifer y sus Ángeles caí­dos.

Porque ya sabéis que Lucifer también pecó. Pero Dios no envía a un espí­ritu angélico a redimir a los Ángeles tenebrosos. Ellos no han adorado al Hijo de Dios, y Dios no perdona el pecado contra su Verbo engendrado por su Amor. Pero Dios ama al hombre y enví­a al Hombre, al único Perfecto, a redimir al hombre y obtener Paz con Dios. Y es justo que solo un Hombre-Dios pueda cumplir la Redención del hombre y aplacar a Dios.

El Padre y el Hijo se han amado y se han comprendido. Y el Padre ha dicho: “Quiero”. Y el Hijo ha dicho: “Quiero”. Y luego el Hijo ha dicho: “Dame”. Y el Padre ha dicho: “Toma”, y el Verbo tuvo una Carne, cuya formación es misteriosa, y esta carne se llama Jesucristo, Mesí­as, aquel que debe redimir a los hombres, llevarlos al Reino, vencer al Demonio, quebrar las esclavitudes.

¡Vencer al Demonio! No podí­a un Ángel, no puede cumplir lo que el Hijo del hombre puede. Y por esto, Dios no llama a los Ángeles a la gran obra, sino al Hombre. Aquí tenéis el Hombre cuyo origen os parece incierto, o es negado por vosotros u os pone pensativos. 

Aquí­ tenéis al Hombre. Al Hombre aceptable para Dios. Al Hombre representante de todos sus hermanos. Al Hombre que es como vosotros en la semejanza; al Hombre superior y distinto de vosotros por la proveniencia; el cual – que no por un hombre sino por Dios ha sido engendrado y consagrado para su Ministerio – está ante el excelso altar para ser Sacerdote y Víctima por los pecados del Mundo, eterno y supremo Pontí­fice, sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.

¡No temáis! No tiendo mis manos hacia la tiara pontifical. Otra corona me espera. ¡No temáis! No os voy a quitar el racional. Otro está ya preparado para Mí­. Temed solo, más bien, el que para vosotros no sirva al sacrificio del Hombre y la Misericordia de Cristo.

Os he amado tanto, tanto os amo, que he pedido asimilar todo el dolor del mundo para daros la salud eterna.

¿Por qué no me queréis creer? ¿No podéis creer todavía? ¿No está escrito de Cristo: “Tú eres Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”? ¿Y cuándo empezó el Sacerdocio? ¿Quizás en tiempo de Abraham? No. Y vosotros lo sabéis. El rey de Justicia y de Paz que viene a anunciarme, con figura profética, en la aurora de nuestro pueblo, ¿No os apercibe acerca de la existencia de un Sacerdocio más perfecto, que viene directamente de Dios?; como Melquisedec, de quien nadie pudo jamás señalar sus orí­genes y que es llamado “el Sacerdote” y Sacerdote será para siempre

¿No creéis ya en las palabras inspiradas? Y si creéis, ¿Cómo es que vosotros, doctores, no sabéis dar una explicación aceptable a las palabras que dicen – y de Mí­ hablan - : “Tú eres Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”? Hay pues, otro sacerdocio más allá, antes del de Aarón. Y de este está escrito: “eres”; no “fuiste” no “serás”. Eres Sacerdote para siempre. He aquí­ pues que esta frase anticipa que el eterno Sacerdote no será de la estirpe, conocida, de Aarón, no será de ninguna estirpe sacerdotal. No; será de proveniencia nueva, misteriosa, como Melquisedec. Es de esta proveniencia. Y si el Poder de Dios la manda, es señal de que quiere renovar el Sacerdocio y el rito para que sea provechoso.

¿Conocéis vosotros mi origen? No. ¿Conocéis mis obras? No. Intuí­s mis frutos? No. Nada sabéis de Mí­. Podéis ver, pues, que también en esto soy el “Cristo”, cuyo origen y naturaleza y misión deben permanecer desconocidos hasta que a Dios le plazca revelarlos a los hombres. Bienaventurados los que sepan, los que saben creer antes de que la tremenda Revelación de Dios los aplaste contra el suelo con su peso y ahí­ los clave y triture bajo la fulgurante, poderosa verdad pronunciada: como trueno desde los Cielos; como grito desde la Tierra: “Este era el Cristo de Dios”.

Vosotros decís “Es de Nazaret. Su padre era José. Su Madre es María”. No. Yo no tengo padre que me haya engendrado hombre; no tengo Madre que me haya engendrado Dios. Y, no obstante, tengo una carne, y la he asumido por misteriosa obra del Espíritu, y he venido a vosotros pasando por un tabernáculo Santo. Y os salvaré después de haberme formado a Mí mismo por voluntad de Dios; os salvaré haciendo salir a mi verdadero Yo mismo del tabernáculo de mi Cuerpo, para consumar el gran Sacrificio de un Dios que se inmola para la salvación del hombre ¡Padre! ¡Padre mío! Te lo dije al principio de los días: “Aquí­ estoy, para hacer tu voluntad”.

 Te lo dije en la hora de gracia antes de dejarte para revestirme de carne, y así­ padecer: “Aquí­ estoy, para hacer tu voluntad”. Te lo digo una vez más para santificar a aquellos por quien he venido: “Aquí­ estoy para hacer tu voluntad”. Te lo digo una vez más, para santificar a aquellos por quienes he venido: “Aquí­ estoy para hacer Tu voluntad”. 

Y volveré a decí­rtelo, siempre te lo diré, hasta que Tu voluntad sea cumplida…”

Jesús baja los brazos - los tenía levantados hasta el Cielo, orando - , los recoge en su pecho y agacha la cabeza, cierra los ojos y se sume en una oración secreta.

La gente bisbisea. No todos han comprendido, o no han querido comprender, sonriendo malévolamente dicen. "¡Este delira!”. Pero no se atreven a decir más y se apartan o se encaminan hacia las puertas meneando la cabeza. Tanta prudencia creo que es fruto de las dagas y las lanzas de los romanos que brillan al sol contra la muralla externa