MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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jueves, 21 de abril de 2016

PARA CONVENCER DE ALGO A LOS DEMÁS, QUIEN LO INTENTA DEBE SER EL PRIMERO CONVENCIDO, DEL LIBRO PIENSA ES GRATIS (De Joaquín Lorente)


Los evangelizadores predican la fe en Jesús que es un don gratuito y perfecto
en todos sus atributos, y que es la llave para tener acceso al
Reino eterno de la Felicidad


Ha caído en mis manos este libro editado por el Círculo de Lectores, que habla de 84 principios para triunfar en la vida como vendedor, pero no es un libro religioso, trataré de ver como se pueden aplicar los consejos y los atributos que tienen que tener los vendedores, ya que existe una perfecta analogía con los que se dedican a la Evangelización. 

No importa que se trate de ideas o de cosas: cuando queremos convencer a alguien, lo que en realidad estamos haciendo es vender. Y vender es, por encima de todo una transmisión de convicción. Si comprar es un acto de fe.. ¿Cómo es posible transmitirla al futuro cliente si somos unos agnósticos de nuestro propio discurso?

En realidad la palabra vender solo se puede aplicar en el caso de un negocio material, en el caso del negocio espiritual, habría que sustituir esta palabra por evangelizar, que en este mundo es la única manera de alcanzar nuestra Salvación eterna, y la de nuestros prójimos, que es el primer mandamiento de la Ley de Dios.

Quiere esto decir, que de la misma manera que para vender hay que estar convencido del valor de la mercancía, ya que en caso contrario, el cliente no la compraría, igualmente para trasmitir la fe, hay que estar convencido de su inmenso valor, ya que nadie puede transmitir algo que no tiene, y como además la fe es un don de Dios, que se trasmite por la palabra y sobre todo por el ejemplo, la palabra sola no puede convertir a nadie, si no se tiene la verdadera fe, y no se predica con el ejemplo.

Además de toda la capacidad teatral que en positivo se le quiere atribuir a un vendedor, creo firmemente que es imposible vender aquello en lo que no se cree. Cuando esto sucede, la venta no se produce porque el vendedor es bueno; ocurre porque la marca produce un gran deseo y el cliente quiere comprarla, a pesar de la desidia de quien la vende. El bueno es el cliente; el vendedor es un cero a sueldo, a comisión e incluso, a veces con incentivos.

Existe una similitud increíble entre este discurso y la evangelización  de las almas: el que predica la palabra de Dios, puede llevar a convertir a un alma, pero no es por su mérito, aunque el predicador lo crea así, es por la Santidad de Dios, a través de la encarnación de Jesús, relatada en las Escrituras, que es el artífice de la Conversión.

 El problema aquí es más grave que en los negocios materiales, ya que se quiere transmitir la fe en Dios y en la práctica de las virtudes cristianas, lo que es una “compra”, que es para toda la eternidad, compra que si no se lleva a cabo, puede llevar al alma a la desgracia eterna, que es la segunda muerte, si no se realiza esa “venta”, si  el que quiere transmitir la fe, lleva una vida depravada, y que por eso, la persona no se convierte.

La responsabilidad es entonces del Predicador al cual Dios le pedirá cuentas, ya que como lo dice el autor del libro, es una persona a sueldo, a comisión, y a veces con incentivos del enemigo de Dios, que es Satanás.

Cada venta personalizada requiere, por parte del vendedor una conexión con el producto basada en componentes físicos y químicos, que crecen en efectividad proporcionalmente al grado de convicción con lo que se está vendiendo. 

(Esa conexión se llama Santidad)

Un gran vendedor es un gran amante de su producto: lo conoce, lo valora, se enamora y trata de contagiar su fe a los demás. Piensa en él, trata de encontrarle matices, quiebros y sensaciones que conserva como su arsenal personal de bolsillo para utilizar en el momento adecuado y ante el posible cliente.

Ese vendedor ama a Dios, y lo busca en todas las cosas, tratando de santificarse en cada momento, que es encontrar matices, quiebros y sensaciones para transmitir a sus prójimos. El amor a Dios, cuando es auténtico, tiene que trasmitirse a todos los que nos rodean, si no es así el amor no es auténtico, sería egoísmo, que es guardar para sí el don recibido, que por eso no es fe verdadera.

Ha escuchado y aprendido de carrerilla los instrumentos de venta que le han dado instructores y manuales, pero los ha perfilado y redondeado porque cree que nadie como él, solo ante el peligro, los va a usar para conseguir el éxito. Es por eso que entre él y su producto se establece un invisible y potente reacción química; algo similar a la que se crea entre los grandes amantes.

 Eso se llama Gracia de Dios, y santo Temor de ofenderle, viendo el peligro, por la posible pérdida de un alma, es sentirse humilde, que es cuando se produce esa reacción química que se llama la Gracia de Dios, que también es la que crea el Amor verdadero a Dios.

Pero también se produce una reacción física. La expresión y el envoltorio del vendedor – su forma de hablar, estar y vestir – deben de ser la continuidad viva de la personalidad y el entorno ambiental que proyecta su marca. Porque ante cada cliente, él es la marca y la marca es él. En este terreno, en décimas de segundo, las disonancias revientan todo el trabajo de construcción de imagen formada durante años.

Es increíble lo que puede hacer la actitud de un predicador: una persona santa, que por definición es humilde, tiene siempre una compostura y un comportamiento hacia los demás, que para los que saben ver - es decir los que siendo espirituales, buscan a Dios, el cual se sirve de esos “instrumentos”, para convertir a las almas – tiene una actitud que atrae a las almas por su manera de ser.

Esos verdaderos predicadores, tienen un reflejo de la divinidad tal que se transmite espiritualmente, diciendo San Juan de la Cruz que tienen un grado de humildad, que no se puede disimular aunque lo quieran. Es la presencia de Dios en estas almas que las ennoblece y las hacen atractivas para los fieles.

Para acabar, bajo ningún concepto un vendedor puede sufrir frigidez cerebral, que es la apatía de proa plana y sin calado de un velero sin velas llamado “mediocridad”.

Extraordinaria descripción de unos predicadores que han perdido la fe, los que se llaman hoy día quietistas y relativistas, para los cuales todas las religiones (que son los productos del vendedor) son iguales, son los que ofrecen a Yahveh víctimas taradas, sarnosas, cojas y ciegas, los eunucos espirituales, condenados en la Biblia desde tiempos inmemoriales.

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miércoles, 20 de abril de 2016

LA DESTRUCCIÓN DE MÁS DE DOS TERCIOS DEL MUNDO CRISTIANO DICTADO DE JESÚS EN 1.943



¿COMO ES POSIBLE QUE LA MAYORÍA DE LA GENTE
NO SEPA VER A DIOS EN LA CREACIÓN?




Este mensaje de Jesús a María Valtorta, es de fecha de 1.943, hace 73 años, indica que más de los dos tercios de la humanidad, estaban destruidos por los hijos de la mentira, cuando aún estaba en germen el progresismo, cuando aún no habían aparecido los teólogos de la liberación, de la secularización; los contestatarios, los rebeldes a  las directrices del Santo Padre, los predicadores de la doctrina católica “descafeinada”, los que creen ser los descubridores de un supuesto error de Dios, que no ha sabido ver las “señales de los tiempos”, ya que según ellos, y gracias a ellos, Dios se ha dado cuenta ahora de su equivocación: su Espíritu de Justicia era un espíritu de Venganza.

Eso mismo es lo que escribió el profesor de Teología Ricardo Franco, ya fallecido, que se atrevió a escribir en una revista que San Pablo tenía una visión "vetero-testamentaria" en sus enseñanzas, le escribí una carta preguntándole: Entre la Visión de S. Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada, presente y futura, y la interpretación personal suya, fruto de la moda relativista de nuestros días, ¿Con cual hay que quedarse? 

 Y ahora, según predican, Dios se ha transformado en el "dios caramelo”, el dios de la “barba blanca”, que nos quiere a todos por igual, según ellos, Dios quiere por igual al asesino que mata a sus propios hijos, al pederasta, al blasfemador, al violador, al explotador, al esclavajista, los quiere de la misma manera que al que se sacrifica por sus hijos, al que alaba a Dios, al que respeta a los más débiles, al que sacrifica su vida y su salud por los pobres, los miserables, los desahuciados, a los abandonados.

Y así, se ha llegado a esa mentalidad del relativismo más absoluto, en donde ya nada es pecado, en donde Dios es indiferente a las más horribles aberraciones, para llegar a este estado de cosas, Satán ha empleado la perpetua astucia: introducir la aguja de la verdad, para después colar el hilo de la mentira:

-TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS: por consiguiente, Él nos quiere a todos por igual, el infierno no existe ,y el Demonio es una invención de la Iglesia para mantener a sus fieles sujetos: ¿Cómo un padre puede mandar ahí a sus hijos?, como así me decía cierto Arzobispo.

-DIOS ES AMOR: por consiguiente, hagas lo que hagas, siempre te amará: y tus pecados, por horribles que sean, los comprenderá; Él nunca te condenará, porque el amor, nunca castiga.

-EL MAL ES LA CONSECUENCIA DEL MAL: por consiguiente, todos los actos malvados, provienen de que el individuo ha obrado mal, porque nadie le dio cariño, y tuvo una infancia desgraciada.

-Y VOLVEMOS A UN NUEVO LUTERANISMO: por consiguiente, estamos todos los hombres predestinados, y siendo hijos de Dios, hagamos lo que hagamos estamos todos salvados, no necesitamos pues ni el sacrificio, ni la entrega, ni el temor de Dios. El sacrificio de Cristo no tiene el sentido de Redención, como dijo el Presidente de la Confederación Episcopal alemana, ¡¡Jesús no murió para redimirnos, lo hizo para enseñarnos como hay que comportarse ante el sufrimiento!!

En vista de todos esos argumentos, todas las enseñanzas de las Escrituras, ya que son inamovibles, tienen que estar sujetas a revisión y nueva interpretación, Y el mismísimo S. Pablo, puesto por Dios como faro de la Iglesia pasada presente y futura, tiene una visión vetero-testamentaria, como lo indicaba ese teólogo que sabía griego, hebreo y latín.

Y el hombre, criatura encolumna, y perfecta, es el nuevo dios: su percepción de la Verdad, está por encima de la del Creador, de sus mandamientos y de su Justicia, fue y es el razonamiento de Lucifer, que obtuvo la maldición de Dios y su condena, a pesar de ser el ángel más subido de la Creación.

Está pues por encima de Dios y de sus leyes, y tiene que establecer él sus leyes y su doctrina, y es él que tiene que volver a reinterpretar las escrituras.

Y ahí vienen todas las elucubraciones religiosas, las nuevas interpretaciones, los nuevos silogismos, y la nueva religión, y es Dios que tendrá que doblegarse a esta nueva visión antropológica. Porque es Él que tiene que adaptarse a los tiempos, y no los tiempos a Él.

Y llegamos al razonamiento teológico del borracho: “El que bebe duerme, el que duerme no peca, el que no peca va al cielo; ¡Bebamos hermanos, si queremos alcanzar la Gloria!”.

Y también su razonamiento que parece lógico y que dice: “¡Si el agua estropea los caminos, ¿Qué no hará con los intestinos?!

¿QUÉ QUEDARÁ PUES AHORA EN EL 2.016, DE ESE TERCIO DE LA HUMANIDAD EL AÑO 1.943?





DE LOS CUADERNOS DE María VALTORTA  24-8-1943

Dice Jesús:

Ánimo, María. Piensa que sufres los dolores de mi agonía. También Yo tenía muy mal los pulmones y el diafragma, y cada respiro, cada movimiento, cada latido, era un dolor añadido al dolor. Y no estaba como tú sobre una cama, sino cargado de un peso y por calles en cuesta. Y después suspendido, bajo el sol, con tanta fiebre que me golpeaba en las venas como si fueran infinitos martillos.

Pero no eran estos los dolores más graves. Lo que me eran más espantosos era la agonía del corazón y del Espíritu. Y mucho más tormentosa después, la certeza de que para millones de hombres, mi sufrimiento era inútil. No obstante, esa certeza no ha disminuido en un átomo mi voluntad de sufrir por vosotros.

¡Oh! ¡Dulce sufrir, María porque ofrecido para reparación del Padre y por vuestra salvación! Saber que aquel signo que había quedado sobre vosotros, ofensa que hubiera sido eterna, de la raza humana a Dios, era lavada con mi Sangre, y que por morir os daba de nuevo la Vida. Saber que, pasada la hora de la Justicia, el Amor os hubiera mirado a través de Mí, inmolado con Amor. Todo esto injertaba una vena de bálsamo en el océano de la amargura tal que a su lado es poco menos que nada la mayor de las amarguras padecidas sobre la tierra desde que el hombre existe, porque sobre Mí, pesaban las culpas de toda una humanidad y la ira divina.

He dicho: “Sed semejantes a Mi que soy manso y humilde de corazón”. Lo he dicho a todos porque sabía que en esta imitación estaba la llave de vuestra felicidad sobre esta Tierra y en el Cielo.

Tenéis todas las calamidades que tenéis, porque no sois mansos y no sois humildes. Ni en las familias, ni en vuestras ocupaciones y profesiones, ni en el ámbito más grande de las Naciones. La soberbia y la ira os dominan y generan tantos de vuestros delitos.

El tercer agente de delitos es vuestra lujuria; esto os parece individual, pero este y los dos primeros implican a muchos, muchos y muchos individuos, continentes enteros, tales que trastocan la Tierra, solo con haber alcanzado la perfección del mal en el alma en unos pocos hijos de Satanás, que le obedecen para colmar de mieses malditas los graneros de su padre.

Y en verdad, os digo que ahora es un momento en el que, por orden del padre de la mentira, sus hijos siembran entre las almas, que estaban creadas por Mí y que inútilmente he fertilizado con mi Sangre. Mieses más abundantes de cuanto pudiera concebir toda diabólica esperanza, y los Cielos se estremecen por el llanto del Redentor que ve la destrucción de los dos tercios del mundo de los cristianos. Y decir dos tercios es todavía poco.

He dicho a todos: “Sed mansos y humildes de corazón para ser semejantes a Mí”. Pero a mis benditos, amadísimos hijos, a los predilectos de mi corazón, a mis pequeños redentores, cuyo sacrificio que mana gota a gota da continuidad al fluir del manantial redentor que brota de mi Cuerpo desangrado, Yo digo, y lo digo estrechándoles al Corazón y besándolos en la frente: “Sed semejantes a Mí que fui generoso en el sufrimiento por el gran amor que todo me infundía”.

Más se ama y más se es generoso, María. Sube. Toca la cumbre. Yo te espero en la cima para llevarte conmigo al Reino del Amor.





martes, 19 de abril de 2016

MELQUISEDEC PROFETA E IMÁGEN DE JESÚS, SACERDOTE Y REY; ABRAHÁN, IMAGEN DEL PUEBLO DE DIOS


 Melquisedec, Sacerdote y Rey, prefigura de Jesús 



Estas Palabras de Jesús en el Templo, solo pueden haber sido pronunciadas por Dios, es imposible para un humano, por Santo que sea, como San Pablo o San Juan de la Cruz, que estuvieron en contacto íntimo con la Divinidad, pronunciar unas palabras tan sublimes.

No llego a comprender, como hay gente que duda de la autenticidad de estas palabras, la única explicación que vislumbro, es que al no ser ovejas del rebaño de Jesús, no conocen su voz y son incapaces de saborear intelectualmente este discurso teológico, que nunca había escuchado aún ningún oído humano.

Este Discurso de Jesús, que no modifica en nada las Escrituras, confirma plenamente toda la Revelación, es como un zoom que permite observar de más cerca los Evangelios, nos permite admirar de cerca y con más detalles al Redentor, y confirmar todo lo que la Santa Iglesia Católica habí­a afirmado desde siempre, por enseñanzas de la Tradición y de la Doctrina de los Santos Padres.

Espiritualmente hablando, se explica de la gran diferencia que existe entre crear y engendrar: la creación es imperfecta porque es incompleta, y necesita una recreación, que es el volver a nacer otra vez, como lo dijo Jesús a Nicodemo, y el engendrar es crear sin la necesidad de esa nueva creación, ¿Acaso podemos decir que la Virgen María, el tabernáculo de Dios, fue “engendrada” ya que nació y vivió sin pecado?

"Tú eres mi Hijo, y Hoy te he engendrado", estas palabras del Padre, están intrínsecamente ligadas a la definición que hizo Dios a Moisés en la zarza ardiente: "Yo soy el que soy", teniendo tanto la palabra "Hoy", como la frase "Yo Soy el que soy", el mismo significado, que quiere decir: "YO SOY EL ETERNO".




DISCURSO DE JESÚS EN EL TEMPLO
SUBLIME EXPLICACIÓN DE SU DIVINIDAD
(DEL POEMA DEL HOMBRE-DIOS DE MARÍA VALTORTA)


Dice Jesús:

Los Ángeles, criaturas espirituales siervas del Altísimo y mensajeras suyos, han sido creados por Él como el hombre, como los animales, como todo lo que fue creado. Pero no han sido engendrados por Él. Porque Dios engendra únicamente a otro Sí­ mismo, pues no puede el Perfecto engendrar sino a un Perfecto, a otro Ser parecido a Sí­ mismo, para no rebajar su perfección engendrando a una criatura inferior a Él. Ahora bien, Dios no puede engendrar a los Ángeles, y ni siquiera elevarlos a la dignidad de Hijos suyos, ¿cómo será el Hijo al que dice: “Tú eres mi Hijo. Hoy te he engendrado? 

¿Y de que naturaleza será, si engendrándole, y señalándole a sus Ángeles, dice: “Y le adoren todos los Ángeles de Dios”? Y como será ese Hijo, para merecer oír que el Padre – Aquel a cuya gracia se debe a que los hombres le puedan nombrar con el corazón anonadado en adoración – le dice: “Siéntate a mi derecha hasta que haga de tus enemigos escabel de tus pies”? Ese Hijo no podrá ser sino Dios como el Padre, con quien comparte atributos y poderes y con quien goza de la Caridad que los letifica en los inefables e incognoscibles amores de la Perfección hacia sí­ misma.

Pero, si Dios no ha juzgado conveniente elevar al grado de Hijo a un Ángel, ¿habría podido decir a un hombre lo que al final de este hará tres años, dijo a quién os habla en el valle de Betabara? (y muchos de vosotros que os oponéis a Mí, estabais presentes cuando lo dijo). Vosotros lo oísteis y temblasteis. Porque la Voz de Dios es inconfundible, y sin una especial gracia suya abate a quien la oye, y estremece su corazón.

¿Quién es entonces el Hombre que os habla? ¿Es acaso uno que ha nacido de origen y de voluntad de hombre, como todos vosotros? ¿Habrá podido poner el Altí­simo a su Espí­ritu a vivir en una carne carente de Gracia, como es la de los hombres nacidos de por voluntad carnal? ¿Y podrá el Altí­simo, como satisfacción de la gran Culpa, aplacarse con el sacrificio de un hombre?

Pensad. ¿Podrá entonces designar a un hombre para serlo? ¿Y podrá el Redentor ser solo Hijo del Padre, sin asumir naturaleza humana; ser el Redentor con medios y poderes que superaran las humanas deducciones? ¿Y el Primogénito de Dios, podrá acaso tener padres, si es el Primogénito eterno? ¿No se os trastoca el soberbio pensamiento ante estos interrogantes, que suben hasta los reinos de la Verdad, acercándose cada vez más a ella, y que hayan solo respuestas en un corazón humilde y lleno de fe?

¿Quién debe ser el Cristo? ¿Un Ángel? Más que un Ángel. ¿Un hombre? Más que un hombre. ¿Un Dios? Si, un Dios, pero con una carne unida a Él, para que ésta pueda cumplir la expiación de la carne culpable. Todas las cosas pueden ser redimidas a través de la materia con que pecaron. Dios, por tanto habrí­a debido enviar a un Ángel para expiar la culpa de los Ángeles caí­dos, y que expiara por Lucifer y sus Ángeles caí­dos.

Porque ya sabéis que Lucifer también pecó. Pero Dios no envía a un espí­ritu angélico a redimir a los Ángeles tenebrosos. Ellos no han adorado al Hijo de Dios, y Dios no perdona el pecado contra su Verbo engendrado por su Amor. Pero Dios ama al hombre y enví­a al Hombre, al único Perfecto, a redimir al hombre y obtener Paz con Dios. Y es justo que solo un Hombre-Dios pueda cumplir la Redención del hombre y aplacar a Dios.

El Padre y el Hijo se han amado y se han comprendido. Y el Padre ha dicho: “Quiero”. Y el Hijo ha dicho: “Quiero”. Y luego el Hijo ha dicho: “Dame”. Y el Padre ha dicho: “Toma”, y el Verbo tuvo una Carne, cuya formación es misteriosa, y esta carne se llama Jesucristo, Mesí­as, aquel que debe redimir a los hombres, llevarlos al Reino, vencer al Demonio, quebrar las esclavitudes.

¡Vencer al Demonio! No podí­a un Ángel, no puede cumplir lo que el Hijo del hombre puede. Y por esto, Dios no llama a los Ángeles a la gran obra, sino al Hombre. Aquí tenéis el Hombre cuyo origen os parece incierto, o es negado por vosotros u os pone pensativos. 

Aquí­ tenéis al Hombre. Al Hombre aceptable para Dios. Al Hombre representante de todos sus hermanos. Al Hombre que es como vosotros en la semejanza; al Hombre superior y distinto de vosotros por la proveniencia; el cual – que no por un hombre sino por Dios ha sido engendrado y consagrado para su Ministerio – está ante el excelso altar para ser Sacerdote y Víctima por los pecados del Mundo, eterno y supremo Pontí­fice, sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.

¡No temáis! No tiendo mis manos hacia la tiara pontifical. Otra corona me espera. ¡No temáis! No os voy a quitar el racional. Otro está ya preparado para Mí­. Temed solo, más bien, el que para vosotros no sirva al sacrificio del Hombre y la Misericordia de Cristo.

Os he amado tanto, tanto os amo, que he pedido asimilar todo el dolor del mundo para daros la salud eterna.

¿Por qué no me queréis creer? ¿No podéis creer todavía? ¿No está escrito de Cristo: “Tú eres Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”? ¿Y cuándo empezó el Sacerdocio? ¿Quizás en tiempo de Abraham? No. Y vosotros lo sabéis. El rey de Justicia y de Paz que viene a anunciarme, con figura profética, en la aurora de nuestro pueblo, ¿No os apercibe acerca de la existencia de un Sacerdocio más perfecto, que viene directamente de Dios?; como Melquisedec, de quien nadie pudo jamás señalar sus orí­genes y que es llamado “el Sacerdote” y Sacerdote será para siempre

¿No creéis ya en las palabras inspiradas? Y si creéis, ¿Cómo es que vosotros, doctores, no sabéis dar una explicación aceptable a las palabras que dicen – y de Mí­ hablan - : “Tú eres Sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”? Hay pues, otro sacerdocio más allá, antes del de Aarón. Y de este está escrito: “eres”; no “fuiste” no “serás”. Eres Sacerdote para siempre. He aquí­ pues que esta frase anticipa que el eterno Sacerdote no será de la estirpe, conocida, de Aarón, no será de ninguna estirpe sacerdotal. No; será de proveniencia nueva, misteriosa, como Melquisedec. Es de esta proveniencia. Y si el Poder de Dios la manda, es señal de que quiere renovar el Sacerdocio y el rito para que sea provechoso.

¿Conocéis vosotros mi origen? No. ¿Conocéis mis obras? No. Intuí­s mis frutos? No. Nada sabéis de Mí­. Podéis ver, pues, que también en esto soy el “Cristo”, cuyo origen y naturaleza y misión deben permanecer desconocidos hasta que a Dios le plazca revelarlos a los hombres. Bienaventurados los que sepan, los que saben creer antes de que la tremenda Revelación de Dios los aplaste contra el suelo con su peso y ahí­ los clave y triture bajo la fulgurante, poderosa verdad pronunciada: como trueno desde los Cielos; como grito desde la Tierra: “Este era el Cristo de Dios”.

Vosotros decís “Es de Nazaret. Su padre era José. Su Madre es María”. No. Yo no tengo padre que me haya engendrado hombre; no tengo Madre que me haya engendrado Dios. Y, no obstante, tengo una carne, y la he asumido por misteriosa obra del Espíritu, y he venido a vosotros pasando por un tabernáculo Santo. Y os salvaré después de haberme formado a Mí mismo por voluntad de Dios; os salvaré haciendo salir a mi verdadero Yo mismo del tabernáculo de mi Cuerpo, para consumar el gran Sacrificio de un Dios que se inmola para la salvación del hombre ¡Padre! ¡Padre mío! Te lo dije al principio de los días: “Aquí­ estoy, para hacer tu voluntad”.

 Te lo dije en la hora de gracia antes de dejarte para revestirme de carne, y así­ padecer: “Aquí­ estoy, para hacer tu voluntad”. Te lo digo una vez más para santificar a aquellos por quien he venido: “Aquí­ estoy para hacer tu voluntad”. Te lo digo una vez más, para santificar a aquellos por quienes he venido: “Aquí­ estoy para hacer Tu voluntad”. 

Y volveré a decí­rtelo, siempre te lo diré, hasta que Tu voluntad sea cumplida…”

Jesús baja los brazos - los tenía levantados hasta el Cielo, orando - , los recoge en su pecho y agacha la cabeza, cierra los ojos y se sume en una oración secreta.

La gente bisbisea. No todos han comprendido, o no han querido comprender, sonriendo malévolamente dicen. "¡Este delira!”. Pero no se atreven a decir más y se apartan o se encaminan hacia las puertas meneando la cabeza. Tanta prudencia creo que es fruto de las dagas y las lanzas de los romanos que brillan al sol contra la muralla externa





lunes, 18 de abril de 2016

LA DOBLE VARA DE MEDIR DE MUCHOS QUE SE LLAMAN CATÓLICOS, ¿POR QUÉ NO SE EXPULSAN DE LA IGLESIA CATÓLICA A LOS MIEMBROS GANGRENADOS QUE ESTÁN PREDICANDO DOCTRINA ADULTERADA?

María ha sido el instrumento escogido por Dios
 para derrotar a Satanás



A muchos que se llaman católicos, en materia de Doctrina, les ocurre lo que les pasa a los Políticos: Todos los escándalos y corrupciones de los otros les parecen intolerables, y los condenan, y los escándalos de sus propios partidos pasan desapercibidos.

He escrito a un amigo mío, en Enero de 2.012, acerca de una opinión en un artículo suyo, que trataba con sumo desprecio a los Lefebvristas, que disentían sobre la mentalidad que había surgido por la interpretación errónea del Concilio Vaticano II, en donde los Progresistas, creían que tenían barra libre para abandonar la doctrina tradicional de la Iglesia Católica, fundada sobre las Escrituras y la doctrina de los Santos Padres.

La crítica de mi amigo se refería a unas declaraciones de los Lefebvristas en donde afirmaban que la Salvación de las almas era una tarea difícil, cuando en realidad según mi opinión, y en contra de la de mi amigo, eran unas declaraciones acertadas, porque estaban en consonancia con la doctrina tradicional, y lo que declara Jesús en el Evangelio.
  


Jueves, 5 de enero de 2012

Querido amigo.... :

Desde tu punto de vista "Progresista", dices que amas la tradición, pero esto no es verdad: tu tienes desprecio a los Lefrebvistas, primero excomulgados por Juan Pablo II, y luego indultados por Benedicto XVI, porque afirman que La Salvación es dificultosa, apoyándose en la tradición, que está refrendada por las enseñanzas de Jesús; la doctrina y el ejemplo de todos los Santos.


1º/ Dice Jesús:
 "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, porque digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de casa se levante y cierre la puerta, vosotros os quedaréis fuera, y aunque empecéis a aporrear la puerta, gritando:"¡Señor, ábrenos!", os responderá:"¡No sé de donde sois!". Entonces os pondréis a decir:"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas". Pero él os dirá:"¡No sé de donde sois! ¡Apartaos de mí malvados!".

(Lc 13-24,28).





2º/ Dice S. Juan de la Cruz en C. 1,1:



"Cayendo el alma en la cuenta de lo que está obligada a hacer; viendo que la vida es breve (Job 14,5), la senda de la vida estrecha (Mt 7,14), que el justo apenas se salva (1 Petr 4,18), que las cosas del mundo son vanas y engañosas (Eccl 1,2), que todo se acaba y falta como el agua que corre (2 Reg 14,14), el tiempo incierto, la cuenta estrecha, la perdición muy fácil, la salvación muy dificultosa; conociendo por otra parte la gran deuda que a Dios debe en haberla criado solamente para si, por lo cual le debe el servicio de toda la vida, y en haberla redimido solamente por si mismo, por lo cual le debe todo el resto y respondencia del amor de su voluntad, y otros mil beneficios en que se conoce obligada a Dios desde antes que naciese, y que gran parte de su vida se ha ido en el aire, y que todo esto ha de haber cuenta y razón, así como de lo primero como de lo postrero, hasta el último cuadrante (Mt 5, 26), cuando escudriñará a Jerusalén con lámparas encendidas (Soph 1,12) y que ya es tarde y por ventura lo postrero del día (Mt 20,6), para remediar tanto mal y daño mayormente sintiendo a Dios muy enojado y escondido por haberse querido ella olvidarse tanto de Él entre las criaturas; tocada ella de pavor y dolor de corazón interior sobre tanta perdición y peligro, renunciando a todas las cosas, dando de mano a todo negocio, sin dilatar un día ni una hora, con ansia y gemido salido del corazón herido ya del amor de Dios, comienza a invocar a su Amado y dice:


¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste;
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido."


Vemos pues que hoy día más que nunca - en donde la mayoría de la gente no quiere saber nada de sacrificio ni de renuncia, ya que se han hecho nuevos ídolos, y han abandonado la doctrina del Evangelio, - el Sacrificio de Jesús habrá sido en vano, ya que han vendido como Esaú su derecho de primogenitura por un plato de lentejas.

Solo nos queda rezar con fervor y con el ejemplo de una vida lo más perfecta posible, para así arrancar estas almas del poder de Satanás, como así lo hicieron todos los Santos, y orar por los pobres pecadores según lo dijo la Stma. Virgen María a los pastorcillos de Fátima, a los que le dijo: "Cuantas almas van al Infierno porque no hay nadie que rece por ellas".

Es pues curioso que muchos Pastores estén pregonando insistentemente que la Salvación es muy fácil, criticando abiertamente a los que le llevan la contraria como los Lefebvristas, que nunca han predicado ninguna herejía, y que hacen oídos sordos y que no busquen ninguna solución a las herejías que se están predicando por muchos Consagrados.

Predicadores que dicen que el demonio no existe, así como tampoco el Infierno, y que Dios quiere a todo el mundo por igual: al Santo y al gran pecador, condenando así las almas al quietismo y al inmovilismo, y anestesiándolas, ofendiendo a Dios, y causando gran regocijo a Satanás, que arrastra muchas almas a su maldito Reino.






viernes, 15 de abril de 2016

EL ALMA TIENE TODA UNA VIDA, Y LA AYUDA DE LOS SACRAMENTOS PARA AMAR A DIOS Y A SU PRÓJIMO, Y ASÍ TRANSFORMARSE EN HIJA DE DIOS.


SOLO EL AMOR A DIOS, PUEDE AYUDAR A
 CUMPLIR ESAS RECOMENDACIONES


No guardes rencores, guarda recuerdos. No llores recuerdos, recuerda alegrías: 

El que guarde rencores, es porque se siente ofendido en su amor propio, y no sabe perdonar, porque es soberbio.  Toda persona que nos ofende tiene algo bueno; con los rencores nunca mejorará, solo guardando los buenos recuerdos, y no llorando los sufrimientos pasados que nos causó, podemos hacerlo cambiar, es la fuerza del Amor que sana, que es muy superior a la fuerza del odio, que enferma el alma. Guardar rencores es mirar para atrás; y ya sabemos lo que le pasó a la mujer de Lot: se transformó en estatua de sal.

No vivas del pasado, aprovecha el presente. Prepara el mañana, tu puedes y debes. Escucha el rol de tu vida, olvida lo que ya pasó, que ya no volverá jamás. Haz la dieta de la alegría: Una sonrisa cada mañana, y un agradecimiento al final del día.

El pasado solo nos puede servir para recordar nuestros pecados, y así tratar de no volver a caer en ellos, tenemos que aprovechar el presente para mejorar así nuestra condición, ya que Dios da una vida para poder lograrlo, obrando de esa manera preparamos el mañana, es nuestra obligación y nuestro deber, como así está escrito: El que no amasa dispersa; el que no está conmigo, está contra Mí. Tenemos que ser como las vírgenes sabias que conservaron el aceite para las lamparas pensando en el día de la venida del Esposo.

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Dice San Juan de la Cruz en sus dichos
 de Luz y Amor: 

"El que la ocasión pierde, es como el que soltó el ave de la mano, que no lo volverá a cobrar".

"Pues que en la hora de la cuenta te ha de pesar de no haber empleado este tiempo en servicio de Dios. ¿Por qué no lo empleas y ordenas ahora como lo querías haber hecho a la hora que te estés muriendo?".


Llama de amor viva Canción 1,2


        “Y esta es la operación del Espíritu Santo, en el alma transformada en amor, que los actos que hace interiores es llamear, que son inflamaciones de amor, en que, unida la voluntad del alma, ama subidísimamente, hecha un amor con aquella llama.

         Y así estos actos de Amor del alma son preciosísimos, y merece más en uno y vale más que cuanto había hecho en toda su vida sin esta transformación por más que ella fuese, etc".




DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(21 DE OCTUBRE DE 1.943)


[...] Recordad que un verdadero latido de amor, que sube como una nube de incienso de las llamas de vuestro corazón enamorado de Mí, tiene para Mí un valor infinitas veces mayor que miles y miles de oraciones y ceremonias realizadas con el corazón tibio o frío.

Atraed mi Misericordia con vuestro amor. ¡Si supierais que activa y grande es mi Misericordia hacia quien me ama! Es una ola que pasa y lava cuanto constituye mancha en vosotros. Os da una estola cándida para entrar en la Ciudad santa del Cielo, en la que la Caridad del Cordero que se ha dejado inmolar por vosotros resplandece como el sol.




miércoles, 13 de abril de 2016

LAS ALMAS QUE SIGUEN LAS ENSEÑANZAS DE SU CONCIENCIA, COMO EL EMPERADOR ROMANO MARCO AURELIO, SABEN AGRADECER EL DON DE LA VIDA


CUANDO TE LEVANTAS POR LA MAÑANA, ACUÉRDATE 
HASTA QUE PUNTO, ES UN PRIVILEGIO IMPORTANTE
EL ESTAR VIVO, EL RESPIRAR, EL PENSAR,
 SABOREAR, Y AMAR.
(MARCO AURELIO)


Impresionantes declaraciones de Jesús, que critica abiertamente algunos prudentísimos Jerarcas, verdaderos zánganos, que Jesús llama "eunucos espirituales", ya que por cobardía, no quieren enfrentarse a los poderes del mundo pagano, que atacan directamente a la Iglesia Católica, votando y aplicando leyes que van directamente contra la Doctrina del Evangelio, y el ejemplo de la vida de Jesús, que no tuvo reparo en criticar abiertamente la mentalidad de los Fariseos, los Escribas y los Sacerdotes del Templo de Jerusalén, que predicaban una Doctrina adulterada, para su provecho, y que desconocían la caridad hacia el prójimo.

Eso es lo que está ocurriendo hoy día, con muchos "dirigentes" progresistas, que como esos Fariseos, quieren interpretar al pie de la letra las Escrituras, a la manera de la mentalidad protestante, olvidándose de la Tradición y del ejemplo de tantos Santos que han entregado su vida para la defensa de la Fe. Y no tienen reparo alguno en enfrentarse abiertamente a Dios, para defender sus ideas, que están impregnadas de una falta absoluta de caridad cristiana, que les impide comprender, que la Ley está hecha en este mundo, no para contentar materialmente a las almas, pero antes de todo para convertirlas y socorrerlas en sus sufrimientos y desgracias, y explicarles que es necesario llevar la Cruz de Cristo con paciencia y resignación.

Extraordinario milagro de Jesús, que endereza a un niño completamente deformado, en forma de S, que se llama Masala, y al que le dice: "Enderézate y sigue los caminos del Señor", palabras que se aplican no solo a ese niño, pero que parecen estar dirigidas también a ese tipo de creyentes, que tienen el espíritu distorsionado por la falta absoluta de Caridad cristiana hacia su prójimo.



DEL POEMA DEL HOMBRE-DIOS DE MARÍA VALTORTA
211. Regreso a Hebrón, patria del Bautista
(Dictado del 7-7- 1.945)


Dice Jesús:
 [...] ¡No, no es lícito! Ninguna moneda puede comprar la conciencia, y menos aún la de los sacerdotes y los maestros. No es lícito encontrarse sumiso ante las cosas fuertes de la Tierra cuando quieren conducirnos a obrar en contra de lo que Dios ha establecido: esto no es sino impotencia espiritual, y está escrito: "El eunuco no entrará en la asamblea del Señor"Si, pues, no puede ser del Pueblo de Dios el impotente por naturaleza, ¿podrá ser su ministro el impotente de espíritu? En verdad os digo que muchos sacerdotes y maestros, habiendo perdido su virilidad espiritual, han venido a ser, culpablemente, eunucos espirituales. Muchos. ¡Demasiados!

    Meditad, observad, comparad, y os daréis cuenta que tenemos muchos ídolos y pocos ministros del Bien, que es Dios. Ahora se ve porque las ciudades-refugios no son ya tales. Ya no se respeta nada en Israel. Los santos mueren por el odio hacia ellos de los no santos.
    [...] ¡Venid!, es el Amor que pasa, quien quiera puede seguirle, porque para ser acogido por Él se requiere solamente buena voluntad".
     Jesús ha terminado en medio de un silencio atónito. Parece que muchos han sopesado las palabras que han escuchado, prueban su sabor; las degustan, las confrontan.

        Mientras esto sucede y Jesús, cansado y sudoroso, se sienta a hablar con Juan y Judas, he aquí que se alza un clamor al otro lado del muro: gritos confusos, luego más claros: "¿Está aquí el Mesías? ¿Está?". La respuesta es afirmativa. Entonces pasan adelante a un hombre contrahecho, que de tan torcido como está parece una "S".

        "¡Es Masala !".
       "¡Demasiado contrahecho! ¿Qué puede esperar?".
       "¡Ahí está su madre! ¡Pobrecilla!"
       "Maestro, su marido la rechaza por ese aborto de hombre de su hijo, así que vive aquí de la caridad pero ahora es ya anciana y le queda poca vida...".
         El aborto de hombre - realmente es así - está ante Jesús. No puede ni siquiera ver su rostro de lo encorvado y torcido que está. Parece una caricatura de hombre-chimpancé o de un camello humanizado.
        La madre anciana y mísera, ni siquiera habla, solo gime: "Señor... creo...".
         
         Jesús pone sus manos sobre los hombros sesgados del hombre, que apenas si le llega a la cintura; alza su rostro hacia el Cielo y dice con voz potente: "Enderézate y sigue los caminos del Señor". El hombre experimenta un brusco movimiento y, como impulsado por un resorte, queda derecho como el más recto de los hombres. El movimiento ha sido tan repentino, que parece como si se hubieran roto unos resortes que le hubieran contenido en esa posición anómala. Ahora le llega a Jesús a los hombros; le mira y cae de rodillas, con su madre, ante su Salvador, y ambos le besan los pies.

        Es indescriptible la reacción de la muchedumbre... A pesar de todas las resistencias, Jesús se ve obligado a permanecer en Hebrón, porque la gente está dispuesta a formar barreras en las salidas para impedirle marcharse.

          Así... entra en la casa del anciano arquisinagogo, que tan cambiado está respecto al año pasado...     



      

lunes, 11 de abril de 2016

LUCIFER ENSEÑA A SUS HIJOS SU DOCTRINA: CON LA CIENCIA SERÉIS COMO DIOSES.




OBSERVATORIO DE ALTACAMA



          Ha caído en mis manos una Revista de divulgación científica, que en resumen, viene a decir: "Pese a los avances de la ciencia, aún hay quien trata de llenar las lagunas de nuestro conocimiento apelando a un Ser superior, con argumentos falaces disfrazados de rigor". Y lo firman individuos con títulos pomposos como "Director del grupo de cosmología de la Agrupación Astronómica de Madrid", afirmando: "Lamentablemente y a pesar de todos los avances, sigue habiendo quien recurre a la Religión para intentar explicar lo que ignoramos. Y no solo eso, sino que crean conceptos, como el del diseño inteligente, para disfrazar de rigor lo que no es más que una creencia infundada. Según esta "pseudociencia", el cosmos ha sido diseñado por Dios: esa es la única explicación a los valores que tienen las constantes de la naturaleza".

         Estos individuos, quieren llegar a demostrar científicamente que Dios no existe, así los antropólogos afirman que el hombre desciende del mono, y que su inteligencia es superior a los demás animales porque su cerebro es mayor, y ponen como ejemplo los monos, que son los únicos seres que usan herramientas como ramitas de los árboles para extraer de los huecos de los troncos las termitas. Desgraciadamente para ellos, se han visto pájaros con un cerebro diminuto, utilizar las mismas ramas para extraer los insectos, y más aún, un pajarito torcer la punta de una rama para hacer un anzuelo para extraer los gusanos.


           Niegan como absurda la teoría del diseño inteligente, pero como todos llegan a la conclusión que el Universo procede del famoso Big Bang, y que toda la materia en una fracción de segundo salió de un punto de densidad infinita, no pueden explicar de donde ha surgido esa cantidad astronómica de materia para rellenar el Universo, y como se ordenó para formar todos los astros y los planetas.

            Su orgullo y rechazo de la idea de Dios, se estrella siempre con problemas insolubles, que van creciendo cada vez más, a medida que los instrumentos profundizan en lo microscópico y en lo infinito del Universo. Cuando no comprenden como ha surgido un acontecimiento, o como ha nacido una criatura que no pueden demostrar de donde ha venido, tienen una palabra que lo explica todo: "Es que es el fruto de la evolución que ha durado millones de años".


            Esos seres que se toman por Dios, nunca podrán crear una semilla que produzca hierba, y que a su vez se reproduzca sola, si no es con cruces o injertos de una planta con otra, y aún no saben como funciona el cerebro; como los salmones encuentran los arroyos donde nacieron, como una paloma encerrada en una caja y llevada a una distancia lejana vuelve exactamente a su sitio, todo lo quieren explicar por el campo magnético de la tierra, y otras millones de preguntas, que nunca la ciencia llegará a aclarar si no es por la acción del Ser Supremo: Dios, que ellos quieren como Lucifer sustituir, y hacerse semejantes a Él. 


       Bienaventurado el que ve a Dios en todas las cosas creadas.


              Dice Jesús:

              "Te dije un día que el eterno envidioso trata de copiar a Dios en todas sus manifestaciones. Dios tiene sus Arcángeles fieles. Satanás tiene los suyos. Miguel: testigo de Dios, tiene un rival infernal; y también lo tiene Gabriel: fuerza de Dios.

           La primera bestia, que sale del mar, que con voz de blasfemia hace proclamar a los engañados: "¿Quien hay semejante a la Bestia?", corresponde a Miguel. Vencida y herida por este en la batalla entre las tropas de Dios y las de Lucifer al principio de los tiempos, curada por Satanás, odia a muerte a Miguel, y ama, si de amor puede hablarse entre los demonios - es mejor decir: sumisión absoluta - a Satanás.

                   Ministro fiel de su rey maldito, usa la inteligencia para dañar a la extirpe del hombre, criatura de Dios, y para servir a su amo. Usa fuerza sin fin y sin medida para persuadir al hombre a borrar, por sí mismo, mi signo que horroriza a los espíritus de las tinieblas. Quitado aquel, con el pecado que quita la Gracia, crisma luminoso sobre vuestro ser, La Bestia puede acercarse e inducir al hombre a adorarle como si fuera un Dios y a servirle en el delito. Si el hombre pensase a qué sujeción se dona desposándose con la culpa, no pecaría. Pero el hombre no piensa. Mira el momento y la alegría pasajera, y peor aún que Esaú, cambia la divina progenitura por un plato de lentejas.

               Pero Satanás no utiliza solo a este violento seductor del hombre. Por cuanto el hombre reflexiona poco, en general, todavía hay demasiados hombres que, no por amor, sino por temor del castigo, no quieren pecar gravemente. Por eso he aquí otro ministro satánico, la segunda bestia. Bajo aspecto de cordero tiene espíritu de dragón. Es la segunda manifestación de Satanás y corresponde a Gabriel, porque anuncia a la Bestia y es su fuerza más potente: la que destruye sin consultar y persuade con dulzura fingida de que es justo seguir las huellas de la Bestia.

               Es inútil hablar de potencia política y de Tierra. No. Si acaso podéis referir a la primera potencia humana y a la segunda de Ciencia humana. Y si la Potencia por sí misma produce rebeldes, la Ciencia, cuando es únicamente humana, corrompe sin producir rebelión y arrastra a la perdición a un número infinito de adeptos. ¡Cuántos se pierden por la soberbia de la mente que les hace despreciar la Fe y matar el alma con el orgullo que separa de Dios! Que si bien, Yo segaré en el último día la mies de la Tierra, ya hay un segador entre vosotros. Y es este espíritu del Mal quien os siega y no hace de vosotros espigas de grano eterno, sino paja para la morada de Satanás.
          
                Una, solo una ciencia es necesaria. Lo repetiré mil veces: conocer a Dios y servirle, conocerle en las cosas, verle en los acontecimientos y saber distinguirle a Él de su antagonista para no caer en perdición. En cambio os preocupáis de aumentar el saber humano en detrimento del saber sobrehumano.

               Yo no condeno la Ciencia. Al contrario, me gusta que el hombre profundice en el saber los conocimientos que ha ido acumulando, para poder comprender cada vez más y admirarme en mis obras. Os he dado la inteligencia para esto. Pero debéis usarla par ver a Dios en la ley del astro, en la formación de la flor, en la concepción del ser, y no usar la inteligencia para violar la vida o negar al Creador.

Racionalismo, Humanismo, Filosofismo, Teosofismo, Naturismo, Clasicismo, Darwinismo, tenéis escuelas y doctrinas de todos los géneros y os preocupáis de todas, por cuanto la Verdad está muy pervertida o abolida en ellas. Solo rechazáis seguir y profundizar la escuela del Cristianismo.

             Resistencia natural, por lo demás. Profundizando en la cultura religiosa, estaríais obligados a seguir la Ley - y no lo queréis hacer - o a confesar abiertamente que queréis pisotear la Ley. Y tampoco queréis hacer esto. Por ello, no queréis haceros doctos en la Ciencia Sobrenatural.

                Pero, ¡pobres necios! Y ¿qué haréis en vuestras escuelitas y de vuestras palabritas, cuando tengáis que someteros a Mi examen? Habéis apagado en vosotros la Luz infinita de la Ciencia verdadera y habéis creído iluminar vuestras almas con substitutos de luz, así como pobres locos que pretendieran apagar el sol haciendo con muchos faroles un nuevo sol. Pero aunque las nieblas escondan el sol, el sol está siempre en mi firmamento. Pero aunque con vuestras doctrinas creéis nieblas que ocultan el Saber y la Verdad, la Verdad y el Saber existen siempre porque vienen de  Mí que soy Eterno.

               Buscad la verdadera Sabiduría y comprenderéis como debe comprenderse la Ciencia. Liberad vuestras almas de las superestructuras artificiales y alzad en ellas la verdadera Fe. Como aguja de una catedral espiritual florecerán sobre ellas Ciencia, Sabiduría, Inteligencia y Fortaleza, Humildad y Continencia, porque el verdadero sabio sabe no solo lo cognoscible humano, sino que sabe la cosa más difícil: dominarse a si mismo en las pasiones de la carne y hacer de su parte inferior el pedestal para alzar su alma y lanzar el espíritu hacia los Cielos, al encuentro conmigo que vengo y estoy en cada cosa,  y que deseo ser el verdadero y Santo Maestro de mis hermanos".



domingo, 10 de abril de 2016

EL ABANDONO DEL PADRE A JESÚS EN LA CRUZ FUE LO QUE PROPICIÓ LA REDENCIÓN DEL GENERO HUMANO, Y LA DERROTA DE LUCIFER


DE LA MISMA MANERA QUE ABRAHÁN ENTREGÓ A SU ÚNICO HIJO
DIOS PADRE ENTREGÓ A JESÚS


Lo que cuenta para Dios, es la intención, es decir que aunque Abrahán no haya sacrificado a su hijo, es como si lo hubiera hecho, ya que fue la voz del Ángel que lo detuvo. 

Todos los verdaderos creyentes tienen que ser como el Padre de todos los creyentes, sacrificar todo lo que más quieren para obedecer al primer mandamiento, es decir amar a Dios sobre todas las cosas, con todas sus potencias, que son Memoria, Entendimiento y Voluntad, con las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.

Por razones de Justicia, los hijos de Abrahán, han recibido de Dios, que paga a los hombres con la misma moneda, lo que Él más quiere: la entrega y sacrificio de su único Hijo Jesús, ofrecido en holocausto en la Cruz, para liberar a los hijos de Abrahán, del poder de la Esclavitud de Satanás, ya que ellos también sacrificaron y están dispuestos a sacrificar lo que más quieren a Dios. 

San Juan de la Cruz dice en sus escritos, que Jesús con su muerte en la Cruz, hizo más en ese momento, que en los tres años de su Vida pública, con sus enseñanzas y milagros portentosos, ya que fue solo ahí, reconcilió el Genero humano con Dios.

El Ángel Azarías dice que el momento clave, que operó la Redención, fue cuando Jesús dijo: "¡Padre!, ¿Por qué me has abandonado?"

"Y hasta en el reino de las Tinieblas, aquel grito provocó un bramido, apagando hasta el último y tenaz pensamiento de poder ser un día perdonados".

El abandono del Padre, que produjo el mayor sufrimiento de Jesús, y que provocó este lamento suyo, selló la derrota definitiva de Satán, que había luchado con todas sus huestes desde las tentaciones de Jesús en el desierto, para que no llevara a cabo el tremendo Sacrificio de la Redención, y para que Lucifer pudiera decir a Dios: "Tenía razón cuando decía No serviré, por consiguiente tu maldición queda revocada, estamos perdonados"



Palabras del Ángel Azarías a María Valtorta


         [...] ¡Qué gozo poder tener prendida la mirada en la Divinidad! Esta es, María la bienaventuranza del Cielo. Como tú ya lo ves, al completarse el último detalle de la desgarradora y completa pasión del Redentor, fue permitido que se ocultase a su Espíritu la Divinidad. Y entonces, el Voluntarioso, el Heroico y Silencioso en el dolor lanzó el grito de su completo dolor: "¡Padre! ¿Por qué me has abandonado?".

            ¡Oh, si se profundizase en la inmensidad, en lo acabado del dolor que aquel grito encierra! El Cielo se estremeció por El y la Divinidad hubo de violentarse a Si misma para resistir y no tener compasión a fin de que todo quedase reparado y cumplido para la expiación de la Humanidad que había abandonado a Dios para seguir al Tentador.

        Los ángeles temblaron ante el desconocido aspecto de la Divinidad, por primera vez inmisericorde, y lloraron al meditar y comprender plenamente el abismo del pecado perpetrado por Lucifer y los otros rebeldes, instaurando el Mal y provocando los sufrimientos consiguientes que culminaron en los sufrimientos de la Gran Víctima. Superaron al obedientísimo y dulcísimo Verbo poniéndole en parangón con lo que era, es y será la Creación. 


Y hasta en el reino de las Tinieblas, aquel grito provocó un bramido, apagando hasta el último y tenaz pensamiento de poder ser un día perdonados.

           No. La Tierra se estremeció, se rasgó el velo del Templo y se abrieron los sepulcros con el grito imponente con que el Mártir entregó su Espíritu. Más lo que hizo estremecer a la Tierra, rasgarse el velo y salir de los sepulcros a los justos fue el deicidio consumado, la señal dada a los incrédulos y odiadores, y la alegría de los justos expectantes. ¡Oh! y esto aconteció al tiempo que el grito de abandono completo sacudió a los espíritus, a todos los espíritus, triturándolos con una angustia como jamás fuera ni será, porque el abandono de Dios, al no poder ya verle, es la prueba más atroz para los vivientes y el castigo mayor para los que pasan a la otra vida.


           Y aquí no se trataba de una prueba impuesta a una criatura, ni únicamente del Hombre que se encontraba separado de Dios, sino que era que el Verbo ya no estaba en contacto con el Pensamiento, que el Hijo se hallaba separado del Padre y que el Hijo de Dios pasaba del amor perfecto a no sentir ya el amor perfecto del Padre-Dios, quedando amando desoladamente en solitario.




jueves, 7 de abril de 2016

CLARÍSIMAS EXPLICACIONES DE SAN PABLO, EL AUTOR SANTÍSIMO, SOBRE LA MENTALIDAD ACTUAL DEL RELATIVISMO QUE HA HECHO DESAPARECER EL SANTO TEMOR DE DIOS, Y HA DADO NACIMIENTO AL QUIETISMO

LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO




Clarísimas explicaciones de San Pablo sobre lo que significa el Santo temor de Dios, sobre lo que es la verdadera Virtud que justificará a los hombres de cualquier Religión el día del Juicio, y de lo que es imposible para el hombre entender en este mundo: La maravilla y el horror infinitos del Cielo y del Infierno, que escapan a nuestra capacidad de entender: Si viéramos el Cielo, nos moriríamos de Amor, y si viéramos lo que es el Infierno nos moriríamos de horror. 

Ambas percepciones tienen que permanecer ocultas en la Tierra, porque sino, desaparecería el libre albedrío que es la libertad para escoger entre el bien y el mal, es decir entre Dios y Satán.

Perfecta descripción del mal que afecta a la Sociedad actual: quedan perfectamente retratados los Quietistas, que tanto abundan en nuestra Sagrada Religión Católica, llama la atención la descripción tan acertada de sus actos y sus razonamientos, que solo puede provenir del ojo escudriñador de Dios.

Quiero aquí subrayar estas palabras de S. Pablo, que relatan de una manera sublime lo que sienten las almas de los Santos, doctrina contraria a la que ahora están repitiendo como un mantra los relativistas: "Hay que estar a gusto con sus pecados; Dios te quiere como eres":

Por último están los justos. Ellos tienen el dulce y reverencial temor de Dios. Temen causar dolor a Dios y por eso procuran con todas sus fuerzas hacer el mayor número de actos buenos y del modo mejor que le es posible. Si caen en alguna imperfección o pecado tienen un ardiente arrepentimiento apresurándose a depositarlo a los pies de Dios y una no menos ardiente voluntad de reparación.






LECCIONES SOBRE LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO 
A los Romanos Cap. 3º, del v.1 al 20.

(Dictado a María Valtorta del 22/1/1.944)



Dice el Autor Santísimo:

“El temor de Dios no está delante de sus ojos” dice el Apóstol. Y con esta breve sentencia explica las depravaciones del espíritu incircunciso.

La mayoría de los hombres católicos – hablo a estos y de estos porque estos hombres han recibido los siete dones maravillosos del Paráclito y deberán por esto conocer al menos la fortaleza, la paz, la luz que irradia de ellos y la realidad de su naturaleza – la mayoría de los católicos no sabe exactamente qué sea el temor de Dios ni como se practique.

También aquí hay tres categorías. La de los escrupulosos, la de los quietistas o indiferentes y las de los justos. Más antes de hablar de ellas, hablaré del don.

¿Qué es el temor de Dios? ¿Miedo de Él, cual si fuera un justiciero insobornable que se complace en castigar, un inquisidor que no deja de anotar las imperfecciones más menudas, para mandar a las torturas eternas? No. Dios es caridad y no se le debe tener miedo. Ciertamente, su ojo divino ve todas las acciones de los hombres, aún las más insignificantes. Cierto también que su Justicia es perfecta. Más, por lo mismo que es así, Él sabe valorar la buena voluntad de los hombres y las circunstancias en las que el hombre se encuentra, circunstancias que son frecuentemente otras tantas tentaciones de pecar de soberbia y por tanto, de desobediencia, de ira, de avaricia, de gula, de lujuria de envidia y de pereza.

Dios castigó duramente a Adán y Eva, más a su castigo siguió de inmediato la misericordia: la promesa de un Redentor que habríales de librar de la prisión consiguiente a la culpa, a ellos, a sus hijos y a los hijos de sus hijos. A Adán y Eva, llenos de inocencia y de gracia, dotados de integridad y de una ciencia proporcionada a su excelso estado y a su aún mayor excelso fin –pasar del Paraíso de la Tierra al del Cielo y gozar eternamente de su Dios – Dios habría podido muy bien condenarlos para siempre, porque habían tenido cuanto necesitaban para santificarse y ser perfectos en contra de todas las tentaciones y habiánlo tenido sin sentir en sí los incentivos del pecado.

Vosotros, hombres, tenéis esos incentivos, el Bautismo y los Sacramentos borran en vosotros la mancha original, os devuelven la Gracia y os infunden las virtudes principales, os borran los pecados cometidos después del uso de razón, os fortifican con la fuerza misma de Cristo alimentándoos de Él y os sostienen en la Gracia de estado. 

Más queda la herencia del pecado Original con sus incentivos, y sobre esta herencia y estas secuelas del contagio traído del Progenitor, trabaja Satanás con más facilidad de éxito que sobre Adán y Eva.

Dado que uno de los axiomas de la Divina Justicia es que: “A quien más recibió, más se le exige, a Adán y a Eva, que habían recibido todo, y no tenían en sí taras hereditarias, antes, únicamente la perfección de haber salido formados de la mano de Dios, del pensamiento de Dios – porque Dios con solo su pensamiento, ordenó al barro que se formara conforme a su diseño, y las moléculas del barro, materia inerte e insensible obedecieron, porque todo obedece al mandato de Dios, todo, a excepción de Satanás y del hombre más o menos rebelde -, a Adán y a Eva, salidos ya formados del Pensamiento de Dios y animados con su aliento, a Adán y a Eva todo debía serles exigido y reclamado y en caso de pecar, todo debía serles quitado y ser condenados a castigo sin término.

Ellos conocían a Dios. Conversaban con Él al céfiro de la tarde. Además de su Autor, Él era para ellos su Maestro y ellos eran las primeras “voces” destinados a revelar a los venideros las verdades aprendidas de Dios. Y a pesar de todo, no obstante haber tenido conocimiento de la Perfección, tuvieron curiosidad del horror al que prestaron oídos desatendiendo la Palabra de Dios. 

Ofendieron gravemente al Padre Creador, al Hijo, Verbo que les instruía acerca del Bien y del Mal, sobre las cosas, animales y plantas creados y al Amor, porque, ingratos, olvidaron por un lúbrico seductor que les tentaba con un fruto, solo con uno, todo cuanto la Caridad les había dado para que fueran felices.

Más Dios no les amenazó con el Infierno. ¿Acaso no podía fulminarlos allí mismo, al pie del árbol de la Prueba que había resultado para ellos árbol de la concupiscencia? Ellos, de su voluntad, habiánlo hecho tal y hubiera sido justo que perecieran ellos, planta maligna nacida de una semilla perfecta – el Pensamiento Divino – maleada por el veneno de la baba infernal. 

¿No podía ordenar Dios a su Arcángel que los hiriese con su espada de fuego allí, en los umbrales del Paraíso terrenal, para que sus despojos inmundos no contaminasen la Tierra y precipitarlos desde aquel límite al abismo, del que saliera aquel a quien ellos habían preferido en contraposición a Dios?

Claro que lo podía y hubiera estado en su perfecto derecho. Más la Misericordia y el Amor amortiguaron la condena con la promesa de la Redención y por ello, del Premio eterno.

Aquellos, todos aquellos que mueren en medio de escrúpulos y que ofenden con ello la Paternidad de Dios, su Amor, su Esencia, teniéndolo por un Dios terrible, intransigente, que no tolera debilidad alguna en sus pequeños hijos a los que aplica la medida de su Perfección infinita, deberían reflexionar sobre eso. ¿Quién se salvaría jamás si Dios fuese como ellos se lo forjan? Si la medida de la perfección humana hubiera de ser la perfección Divina, ¿Quién de los hijos de Adán habitaría los Cielos? Una sola: María.

Más con todo, está dicho: “Sed perfectos como mi Padre y vuestro”, no para asustaros sino para animaros a hacer la más que podáis. Seréis juzgados – no me canso de repetirlo – no por la perfección conseguida en medida perfecta tomando como norma la de Dios sino por el amor con que hayáis procurado obrar. 

Dícese en el mandamiento del Amor: “ama con todo tú mismo”. Y ese “tú mismo” cambia de una persona a otra. Hay quien ama como un Serafín y quien tan solo sabe amar como un niño, muy embrionariamente. Pero el Maestro, puesto que la mayoría sabe amar como niños – muy embrionariamente - , mientras que tan solo criaturas de excepción saben amar seráficamente, he aquí que os ha puesto por modelo a un niño, no a Sí mismo, ni a su Madre, ni tampoco a su Padre putativo. 

No. A un niño. A sus Apóstoles, a Pedro, cabeza de la Iglesia, les propuso por modelo a un niño.

Amad con la perfección de un niño que, para explicarse los misterios, cree sin elucubraciones científicas; espera sin temor paralizante, fruto del excesivo racionalismo y de ociosas cavilaciones; ama tranquilamente a Dios al que tiene por un buen papá, un buen amigo, un buen hermano, un buen amigo que le protege y hace su pequeño bien para dar gusto a Jesús. Y así seréis perfectos en vuestra medida perfecta, perfectos en vuestra bondad relativa, del modo que es perfecto Dios en su bondad infinita.

Temor de Dios no es pues, terror de Dios. Recuerden esto los aquejados de escrúpulos, los cuales ofenden a Dios en su amor y se paralizan a si mismos en su continuo sobresalto. Recuerden que una acción no buena viene a ser más o menos pecado en la medida de que uno se haya convencido de que lo sea o no esté seguro de que lo sea o no crea que lo sea del todo.

Por eso, si uno llega a hacer un acto que ciertamente no es pecaminoso, pero está convencido de que lo es, obra injustamente porque su intención es hacer una cosa injusta, mientras que si uno hace algo que no es justo ignorando que lo sea, pero ignorando de verdad que sea así, Dios no le imputa dicha acción como culpa.

Así también, cuando circunstancias especiales obligan a un hombre a llevar a cabo acciones que el decálogo u otra ley evangélica prohíben (verdugos que han de cumplir con la justicia, soldados que deben combatir y matar, conjurados que, por no llevar al patíbulo a sus compañeros y dañar intereses superiores, juran ser ellos solos, los culpables y mueren por salvar a los otros), Dios juzgará con Justicia el obligado homicidio o el heroico perjurio. Basta que el fin de la acción sea recto y ésta realizada con justicia.

Temor no es terror, pero tampoco el temor de Dios es quietismo. Los quietistas son el polo opuesto de los escrupulosos. Son aquellos, que por un exceso de confianza, pero confianza desordenada, no se aprestan a hacer el bien porque están seguros de que Dios es tan bueno que con todo está siempre contento. Y con el mayor empeño, seducidos por su estática somnolencia, procuran quedarse inmóviles, cerrando sus mentes a las verdades que les desagrada saber, esto es: las que hablan de castigo, de purgatorio, de infierno, de obligación de hacer penitencia y de trabajar en perfeccionarse.

Son almas ofuscadas y soberbias. Si porque los quietistas son soberbios. Soberbios, por creerse ya perfectos hasta el punto de estar seguros de que no pecan nunca. Soberbios porque, si bien llevan a cabo actos de piedad y de penitencia, son actos externos para ser tenidos por “santos” y alabados como tales. Al ser egoístas, se hallan desprovistos de caridad. Sobre su altar está su yo y no Dios. 

Son embusteros y a menudo, se fingen contemplativos y predilectos de Dios con dones extraordinarios.

Más no es Dios el que los hace Predilectos, sino Satanás que les seduce para extraviarlos cada vez más. Se creen pobres de espíritu porque no tienen santa urgencia de realizar actos buenos para merecer el Cielo, más no son pobres de espíritu, antes se encuentran llenos de la envidia y avaricia más sórdidas y profundas y son perezosos.

Son intemperantes porque nada niegan a la materia y si uno les dice: “No es lícito lo que haces”, responden: “Dios lo quiere para probarnos, pero nosotros sabemos salir de lo ilícito con la misma facilidad con que entramos en él, ya que estamos asentados en Dios”. Son verdaderos herejes y Dios los aborrece.

Por último están los justos. Ellos tienen el dulce y reverencial temor de Dios. Temen causar dolor a Dios y por eso procuran con todas sus fuerzas hacer el mayor número de actos buenos y del modo mejor que le es posible. Si caen en alguna imperfección o pecado tienen un ardiente arrepentimiento apresurándose a depositarlo a los pies de Dios y una no menos ardiente voluntad de reparación.

La culpa involuntaria no les paraliza, pues saben que Dios es Padre y se compadece de ellos. Lavan, reparan, reedifican lo que la insidia múltiple y salteadora alevosamente manchó, deterioró y derribó; y hácenlo con amor invocando cada vez con más fuerza al divino Amor: “Infunde tu Amor en mi corazón”. Estos son los que tienen el verdadero temor de Dios.

¿Qué es pues, el verdadero temor de Dios, vivo siempre en su espíritu? El temor de Dios es amor, humildad, obediencia, fortaleza, dulzura, mansedumbre, templanza, actividad, pureza, sabiduría y elevación. Y el verdadero Modelo de perfecto temor de Dios fue dado por Cristo que amó a Dios con un amor que se plegó alegre y de buena gana a todos los deseos del Padre hasta la obediencia de cruz, que fue humilde hasta abajarse a los pies del traidor y besárselos; que fue fuerte contra todas las insidias, dulce como un niño, sobrio como un asceta, manso como un cordero, puro como un ángel, y más que un ángel, sabio por ser el hombre uno con Dios, contemplativo que ascendía con su Espíritu arrobado a las adoraciones perfectas que hacían que exultasen los Cielos a los que, por fin, subía desde la Tierra del hombre, una adoración que saciaba el deseo de Dios.

También María fue un ejemplo de temor perfecto. Más Ella, fue lo que fue en atención a los méritos de su Hijo. Y por eso hay que seguir diciendo que quien desde toda la Eternidad poseyó el temor Perfecto fue el Verbo de Dios por el que todo fue hecho, hasta la maravilla del Cielo y de La Tierra: La Virgen Inmaculada, Hija, Madre y Esposa de Dios.

De entre tantos versículos, uno tan solo ha sido comentado. Más su importancia es tal que la Sabiduría hase detenido en él. Si poseéis el perfecto temor de Dios poseeréis el amor perfecto y con él, poseeréis a Dios y seréis por Él poseídos. Y esto eternamente.