MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA

DIJO LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA:

“QUIERO QUE ASÍ COMO MI NOMBRE ES CONOCIDO POR TODO EL MUNDO, ASÍ TAMBIÉN CONOZCAN LA LLAMA DE AMOR DE MI CORAZÓN INMACULADO QUE NO PUEDO POR MÁS TIEMPO CONTENER EN MÍ, QUE SE DERRAMA CON FUERZA INVENCIBLE HACIA VOSOTROS. CON LA LLAMA DE MI CORAZÓN CEGARÉ A SATANÁS. LA LLAMA DE AMOR, EN UNIÓN CON VOSOTROS, VA A ABRASAR EL PECADO".

DIJO SAN JUAN DE LA CRUZ:

"Más quiere Dios de ti el menor grado de pureza de Conciencia que todas esas obras que quieres hacer"


A un compañero que le reprochaba su Penitencia:

"Si en algún tiempo, hermano mío, alguno sea Prelado o no, le persuadiere de Doctrina de anchura y más alivio, no lo crea ni le abrace, aunque se lo confirme con milagros, sino Penitencia y más Penitencia, y desasimiento de todas las cosas, y jamás, si quiere seguir a Cristo, lo busque sin la Cruz".

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martes, 25 de abril de 2017

LOS QUE VIVEN OLVIDANDO DELIBERADAMENTE A DIOS, SERÁN ENTREGADOS AL ESPÍRITU DEL MAL, LAS ACCIONES IGNOMINIOSAS QUE COMETEN, LO TESTIFICA



En este mundo el enemigo de Dios ofrece el bienestar
pasajero, que siempre conduce a su maldito
Reino que es la muerte del alma





En este mundo estamos para cumplir lo que está escrito en la Biblia: "Un abismo llama a otro abismo". Y sin darnos cuenta, como la semilla crece día y noche y se transforma en espiga por la Gracia de Dios, que es la lluvia del cielo, y por su bondad que es el sol que la alumbra, esta espiga da sus frutos. Es lo que ocurre con las almas, las que siguen los mandamientos de Dios, crecen hasta transformarse en Hijas de Dios, y las que rechazan esta Doctrina se vuelven cada vez más y más perversos, hasta alcanzar la condición de hijas de las tinieblas.

Es lo que está escrito en los Evangelios, en la Parábola del trigo y de la cizaña. En este mundo, para poder distinguir una buena semilla como el trigo que irá a los graneros de Dios, y la cizaña que será quemada en el horno, hay que dejar en libertad el hombre para que pueda escoger entre lo que le ofrece Dios que es el Amor y lo que le ofrece Satanás que es el odio.

Por eso podemos decir que esta situación es semejante a lo que ocurrió en el Jardín del Edén, en donde nuestros primeros padres podían escoger entre comer o desechar el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, que es el pecado, pero con la diferencia que entonces Dios dio una segunda oportunidad, que es un rescate que se puede llevar a cabo comiendo del árbol de la Vida, que es asimilando la Doctrina de Jesús. Pero ahora, no existe otra oportunidad, es decir que es imposible que Jesús vuelva a morir en la Cruz para rescatarnos, ya ha muerto una sola vez, y su Sacrificio se rememora cada día en el altar hasta el fin del mundo.



Epístola de San Pablo a los romanos 1, 21-32


Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 
 
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.  

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,   y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
  
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,  necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. 





Salmo 90(89) 3, 4-5-6. 12,13-14-17.

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”.
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche.

Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros
la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos.








lunes, 24 de abril de 2017

UN SER TERRENAL NUNCA PODRÁ CONOCER TOTALMENTE A DIOS, PORQUE LO INFINITO NO CABE EN LO FINITO.


Apareció una en el cielo una señal grande: Una mujer envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies y coronada con doce estrellas. (Ap. 12-1)





    Dios que es la sublimación del Amor, está creando constantemente nuevos seres y nuevos mundos, ya que la característica del Amor es entregarse y darse a los demás.

         Extraordinario espectáculo del cosmos, con la visión de las estrellas y los planetas, y la explicación de cómo nacen y mueren, de cómo se forman  los cometas y  los  planetas, en su recorrido por el firmamento, alimentándose del polvo estelar. Se  compara con el Universo celestial, y se comprueba como el más pequeño ángel, tiene mayor esplendor. Es verdaderamente increíble que en el año 1.944, se revelara como se crean y desplazan las estrellas, se observe la vibración de los pulsares que liberan rayos gamma, y como se forman y mueren los astros, hecho completamente desconocido por la Ciencia humana en esos años, ya que no había aún radiotelescopios capaces de observar esos fenómenos estelares.

          Y aquí me viene a la mente lo que dice la escritura: El Espiritual y humilde, todo lo abarca, llega a entrever los misterios de Dios y de la Creación, y alcanza a entrever no solo el Universo invisible, al comunicarle Dios una ciencia infusa que le hace penetrar en el mundo celestial, y comprender su belleza, infinidad, armonía, y también el mundo material, porque está hecho a imagen y semejanza de Dios, ya que se puede juzgar a alguien, como lo dice Jesús, por sus hechos: “A sus frutos los conoceréis”.

          Y eso ocurre a los místicos, que quiere decir a los enamorados y a los humildes, porque como lo dice San Juan de la Cruz, místico significa enamorado de Dios, y solo se enamoran de Dios los humildes, ya que el enamorado, como lo explica tan bien el Santo Doctor, se iguala con el Amado y ambos se funden en una misma cosa, fusión que será perfecta en la otra vida con la visión directa de Dios, y entonces, como lo dice el Apóstol, seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es, ya que la visión espiritual transforma el alma en lo que ve, el alma adquiere entonces la dimensión infinita de Dios, ya que será Dios por participación.  Por eso los réprobos serán también semejantes a su padre Lucifer.

        Ya en este mundo, Dios quiere favorecer, no a los Científicos soberbios que son capaces de ver la Creación, de una forma muy limitada, pero que nunca llegarán a conocer el infinito, ya que algo finito es incapaz de acceder a lo infinito. Y por eso, por culpa de su soberbia, son incapaces de ver al Creador. Y esa es la gran diferencia que existe entre la Sabiduría que viene de Dios, y que por eso es eterna, e infinita, y la Ciencia humana, que terminará con el fin del Universo, y que por eso es perecedera, y será siempre incompleta y finita.




JESÚS ENSEÑA COMO SE MUEVEN Y SE GENERAN
LAS ESTRELLAS Y LOS PLANETAS

Dictado del 8-8-1.944

      Dice Jesús:
    
                […] ¡Oh, que luminosos horizontes de ciencia divina puede alumbraros con una sola palabra de mi Evangelio! ¡Qué gran misterio de perfecto amor y perfecta Justicia está encerrado en esas palabras del Evangelio de mi infancia: se fortalecía, crecía! Leéis y proseguís. O bien leéis y meditáis, pero lo hacéis embebidos en substancia humana lo que es sobrenatural. En vosotros la carne es tan fuerte que sobrepasa las fuerzas intelectivas del espíritu. De lo que se desprende que solo a los que han matado la carne en cuanto a sus reclamos y sus prepotencias, y han hecho de estos restos la base del trono para el espíritu-rey, se les conceden los conocimientos, sea a través de la palabra divina, como por la divina infusión de una inteligencia que raya lo perfecto porque proviene del Paráclito. Este, por una espiritual encarnación del Verbo en vosotros, ¡oh, espíritus vírgenes deseosos únicamente de bodas eternas!, os impregna de Sí y os impregna en vosotros la Palabra que os hace “portadores de Cristo”, como lo era la Esposa Virginal en sus ardores septiformes.

          He dicho de la inteligencia “que raya lo perfecto”. Es perfecta porque proviene de Dios, más una criatura humana no podría poseer la Perfección tal como es. Se disolvería, porque el corazón y la mente de un ser terrenal no pueden contener la cognición total de lo que es Dios. Lo infinito no cabe en lo finito.

          Para el espíritu separado de la carne, conocer a Dios es vida y es júbilo. Para una criatura en el exilio, sería una fulguración. El éxtasis demasiado sublime destruiría su inteligencia y su vida al despedir la chispa proveniente de la Verdad. Por eso la Verdad – que es buena – siempre se reviste con un velo de carne, de modo que vuestra debilidad pueda soportarla, de modo que vuestra limitación pueda conocer a Dios, y vivir en su conocimiento, llevando el Cielo en vosotros sin que por eso tengáis que morir antes de que llegue la hora.

         


DE LOS CUADERNOS DE MARÍA VALTORTA
(18-10-1.944)


          […] Hete aquí: te veo, oh mi Dios encarnado, deslumbrante y majestuoso, erguido en el éter más puro. Estás solo. Te veo solamente a Ti, con el glorioso aspecto de Rey de la Creación. Tu atavío de etéreo y perlífera materia resplandece y aún más resplandece tu Carne glorificada, que es carne y luz a la vez. ¡Oh, Belleza desconocida a los muchos que no se ocupan de obrar de modo tal que puedan conocerte un día! ¡Oh, Belleza mía, que borras todas mis penas solo con mostrarte!
         
           Jesús no habla, pero me invita con la mirada a ir hacia Él. Y yo voy. Alentada por su deseo, impulsada por el mío, mi espíritu asciende hacia mi Rey.
          Y Él dice: “Mira. Conoce. Compara”, Y con su luminosa mano, en la que resalta el rubí de la llaga, indica un ilimitado horizonte celeste. Pues, en efecto, estoy en lo alto, más allá de la atmósfera, más allá de la estratosfera, en la zona donde hay solamente astros y éter. No hay nubes, ni polvo, ni vientos. Aunque en realidad, un viento queda, es el viento musical, armónico, creado por el movimiento de los astros.

          Comprendo que Jesús quiere mostrarme, sin palabras, la verdad de este signo estelar. ¡Oh, cuán diferente es del pobre concepto enunciado hace poco y de todos los que hasta hoy he conocido! Me esfuerzo por explicarlo.

          Transitan nítidos astros, unos en línea recta como una bala de cañón, otros, deslizándose como serpientes en el azul; unos girando en su eje mientras recorren la propia órbita, otros, danzando como infantes gozosos en el prado del éter. A cada movimiento, la luz palpita como si, el gozo del movimiento y de la obediencia a las leyes del Creador aumentara la incandescencia de su cuerpo ardiente, solo el sol está fijo e irradia su luz uniforme como un enorme globo de oro fundido con ardientes topacios y ese metal y esas gemas son tales que nuestras joyas más bellas son como sucios guijarros o sucio latón. Ese sol parece una enorme lámpara votiva que adora la majestad de Dios.

          ¡Cuántos astros hay! Mi mirada gira, gira, gira… y por doquier ve astros y planetas… ¡Cuántas vidas estelares desconocidas hay aquí arriba y cuantos ignorados fulgores! ¡Qué lenguajes misteriosos y qué vidas misteriosas se hallan aquí!

          Hay astros que, en su fulmíneo recorrido, se purifican, perdiendo efluvios y escorias, que se funden con las de otras estrellas y crean el núcleo de nuevas vidas; así el polvo de los astros forma una senda de innumerables y pequeñas vidas que, en realidad, son pequeñas respeto a los planetas, pero incalculablemente grandes respeto a la nada que es el cuerpo humano. Y esta senda, completamente luminosa, que es como un verdadero vivero de estrellas, deja escapar cada tanto una de sus relucientes vidas que, como una flor, se abandona en el viento del firmamento, se aparta del cuadro natal y, por un proceso que no sé explicar, nutriéndose de las sustancias que atrapa en su camino, va a plasmarse definitivamente… así ha nacido una nueva estrella. O mejor dicho: esta estrella se ha aislado para decirle al hombre que la descubra: “Yo también existo”. Y aún hay otras estrellas que están en proceso de formación y transitan con la estela de su combustión y solidificación como un manto llameante o una cabellera suelta, desplegada por el aura de su mismo recorrido. Todo esto sucede en un prado de etéreo azul que hace perder el valor a la turquesa más pura y al más precioso zafiro pues, si se compara con él, se muestran pálidos y opacos.

          ¡Oh, luz de los campos celestes!, ¿Por qué no sé explicar mejor estas conjunciones, estas formaciones, estas disgregaciones, este inexplicable fermentar de vidas, esta obediencia, belleza y majestad del mundo estelar?

          Jesús hace un movimiento: su mirada se aparta de las estrellas y se vuelve hacia atrás y hacia la izquierda. Probablemente, de su Pensamiento parte una orden, un deseo, aunque no oigo palabra alguna. Un ángel llega velozmente, y se postra adorandole, a los pies del Salvador. Jesús me dice: “compara esta luz con esas luces”. No dice nada más. En efecto, por más que la luz de este ilimitado jardín de astros, que es el firmamento sea tal que no hay mente de poeta o de científico que pueda imaginarla ni siquiera lejanamente, el ángel, ese único ángel, resplandece más que todos los astros juntos…





viernes, 21 de abril de 2017

LA FIRMA DEL ARMISTICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL, FUE LA QUE PROVOCÓ 20 AÑOS DESPUÉS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

EL ARMISTICIO DEL 8 DE NOVIEMBRE
El final de una tragedia
(Del historiador francés André Castelot)



Europa después de la primera guerra mundial


                      


        Relato detallado de la Rendición alemana de la primera guerra mundial, que fue de parte de los franceses que representaban a los aliados, una tremenda humillación para los vencidos, lo que provocó la venganza de los alemanes, 20 años más tarde, con la ascensión de Hitler al poder.

      El Mariscal francés Foch generalísimo, trató de una manera humillante a su interlocutor alemán Erzberger este, obligado por de las fuerzas aliadas, y las revueltas internas de su País, que obligaron al Kaiser a abdicar, dijo:  “¡Esto no es un tratado de paz, es un intermedio de 20 años!”

       Al final de 1.939, terminada la guerra civil española, estando ya mi padre, oficial de la Armada Republicana, exiliado en Francia, año de mi venida al mundo, comenzó la 2ª guerra mundial, como así lo predijo la Santísima Virgen en Fátima a los pastorcillos: Hablando de la primera guerra mundial dijo: “Esta guerra se está terminando, si el mundo no se arrepiente y deja de ofender a Dios, vendrá otra peor, pero por fin mi Inmaculado Corazón triunfará, y Rusia se convertirá, profecías que se cumplieron a raja tabla.

          

             Al alba del  7 de Noviembre de 1.918 – una mañana fría y húmeda – el médico-capitán Artaud fue a buscar al capitán Lhuilier, comandante de un batallón del 171 R.I. cuyo puesto de mando estaba instalado en primera línea de fuego, no lejos de la carretera de  la Capelle a Chimay. Venía a comunicarle que ya no quedaban camilleros: todos habían muerto, estaban heridos, o hechos prisioneros. Ambos se miraron angustiados.

          En ese preciso momento llegó un sobre del Estado Mayor Lhuilier lo abrió y leyó:
         -“Los parlamentarios que vienen a pedir el armisticio se presentarán por la carretera de la Capelle a partir de las ocho. Tomen inmediatamente todas las disposiciones para facilitar su entrada en las líneas francesas.”
         Lhuilier levantó la cabeza, sus ojos brillaban, su corazón latía con fuerza. Por fin, la voz quebrada por la emoción, expresó:
         -“Artaud, de ahora en adelante ya no necesitaréis más camilleros.”

          Esa misma noche, a la una y veinticinco de la madrugada, el comandante Riedinger – nombrado poco después general – ordena mandar el telegrama siguiente:
          El mariscal Foch al alto mando alemán: Si los apoderados alemanes desean encontrarse con el mariscal Foch para solicitar un armisticio, tendrán que presentarse en la primera línea francesa por la carretera Chimay, Fourmies, La Capelle. Se darán las órdenes para recibirlos y conducirlos al lugar fijado para  el encuentro.”
          El cuartel general alemán - entonces situado en Spa – capta a las dos y treinta el mensaje de la torre Eiffel. Por la mañana, Hindenburg se lo remite al secretario de Estado Mathias Erzberger que acaba de llegar en tren de Berlin. El que han escogido para presidir la delegación alemana para las conversaciones del armisticio  es un hombrecillo rechoncho, de cara redonda, cuya nariz estaba cabalgada por unos anteojos, era de presencia mediocre. Diputado del Reichstag, ministro de Hacienda del Imperio, fogoso beligerante, es el hombre de esta declaración, que le perseguirá hasta ese día de 1.921 en que será asesinado:
    
          “No tenemos que preocuparnos por atentar en contra del derecho de los pueblos, ni de violar las leyes de la hospitalidad.”
         Se quedó pasmado, el día 6 al mediodía, cuando se enteró de que lo habían escogido por el gobierno Imperial para entregar la suerte de su País en las manos de los vencedores. Antes, como sus colegas del ministerio, oyó al general Groener “primer Comandante general”, describir la situación en estos términos:
         -En resumen, hay que reconocer que la situación militar se ha deteriorado. Si nuestro ejército no está aún derrotado, es debido a la valentía y a la fidelidad al deber que impera aún en la masa de las tropas.
         La opinión del mariscal Hindenburg, como la mía también, es esta: el peor enemigo contra el cual el ejército tiene que luchar es la falta de ánimo debida a la influencia del interior, es el bolchevismo amenazante. La resistencia que el ejército puede oponer a nuestros enemigos exteriores solo puede ser muy limitada, debido a su superioridad numérica y la amenaza de parte de Austria-Hungría. No podemos indicar de una manera precisa cuanto puede durar esta resistencia, ya que depende solo, de la presión interior, y de otra parte de las medidas tomadas en el ejército, así como del estado moral y material de nuestras tropas.

          Este estado moral, empezaba a ser seriamente conmovido. Desde un mes, desde el 6 de Octubre, día en el cual el canciller Max de Bade había solicitado a Wilson la firma de un armisticio, las tropas alemanas habían sido hostigadas por la contra ofensiva aliada. Los ejércitos del mariscal Hindenburg retrocedían sin cesar. El final era aún más evidente debido a un vendaval de revueltas que soplaba contra todo el imperio alemán.
          En Kiel, los marinos – este mismo 5 de noviembre – se habían amotinado. La revolución que iba a obligar al Kaiser, cuatro días más tarde, a abdicar, había comenzado. “Nadie la detendrá, escribió Hindenburg. Solo será por casualidad si el general Groener, cuando vuelva al Cuartel General, pueda escapar de las manos de los revolucionarios. La fiebre empezaba a sacudir a todo el cuerpo de nuestro pueblo.”

          Solo el consejo de Estado, presidido por el príncipe de Bade, no siente subir esa fiebre. El día 7, se le ve discutir acaladoramente – e interminablemente – sobre la oportunidad del voto de las mujeres, mientras que el Imperio Alemán se encuentra en plena descomposición…
          Ese mismo día en Spa, el mariscal Hindenburg recibe a Herzberger, y le declara:
         -¡Es la primera vez en toda la Historia que los políticos y no los militares pactan un armisticio!
          Esta anomalía parece sorprenderle más que el desastre de su ejército, pero se somete “ya que el Cuartel General no puede dar directivas políticas.”

          -Id con Dios, añadió, ¡Y tratad de conseguir lo máximo que se pueda para nuestra Patria!

         Al mediodía, el secretario de Estado sube en el primero de los cinco coches puestos a su disposición. Va con él el Teniente-General von Winterfeld, antiguo agregado militar en Paris, el embajador conde Oberndorf, un intérprete, el capitán von Heldorff y un dactilógrafo, el doctor Blauert.
           “ Acabábamos de dejar Spa, contará el ministro, cuando tuvimos un accidente con mi vehículo. Al tomar una curva, se precipitó contra una casa. El auto que nos seguía,  colisionó con el mío. A pesar del choque, no ocurrió nada grave, proseguimos el viaje en los coches que quedaban. El viaje fue muy lento, debido a la presencia de las tropas alemanas que se batían en retirada. Al atardecer, llegamos hacia las seis a Chimay en donde el general alemán me mandó decir que era imposible proseguir por ese camino.
       - “Para asegurar  la retirada del ejército alemán, las carreteras han sido cortadas por árboles.”
       “Insistí para seguir con el viaje. Un destacamento de pontoneros limpió el terreno de árboles y de minas… “
        
          En el mismo momento una escena análoga tenía lugar en las líneas francesas. El comandante de Bourbon-Busset escogido para recibir a los parlamentarios, se apresura él también para llegar a la cita de La Capelle. Los alemanes, relatará, al batirse en retirada, habían dinamitado los cruces de carretera para tratar de contener nuestro avance. Mi vehículo con los faros encendidos se detuvo ante un enorme socavón que cortaba el camino. Hay que parar para taparlo, me dijo riendo:
       “Mi comandante, supongo que no intentará seguir adelante, necesitamos aún varias horas de trabajo.
          “Pero tengo que pasar adelante, ahora verá Ud. como lo consigo.
          “Llamé entonces a los pontoneros, y enseñándoles la orden recibida:
        “Tengo que ir a buscar a los parlamentarios alemanes que tienen que firmar el armisticio; si no puedo pasar, eso retrasará el final de la guerra. ¡Apañarosla! "
          Dos grandes traviesas se colocaron con entusiasma debajo del chasis del coche, veinte pontoneros levantaron el coche, el cual en esa camilla improvisada, cruzó sin dificultad el embudo.

          Hacia las 17 horas, aparece un oficial alemán a caballo, llevando una bandera blanca y precedido de un corneta: es un teniente del Estado Mayor, en un caballo ajetreado como para una ceremonia y cuya grupa está adornada con un magnífico damero que deja atónicos a los soldados embarrados… Viene para advertir del retraso de los apoderados que solo llegarán por la noche. Es efectivamente hacia las ocho que se oye a lo lejos la llamada de alto el fuego. Enseguida, renqueando sobre la carretera hundida, aparece el convoy alemán con los faros encendidos, atravesando la noche lluviosa y la niebla, se detiene en la prime línea del frente. Cada coche enarbola una bandera blanca, confeccionada con las sábanas de la Señora Keller, una residente de Fourmies. El capitán Lhuillier, se adelanta, sube en el primer vehículo, el cabo-corneta Sellier ocupa el lugar del corneta alemán y al toque de firmes, y del refrán del regimiento, el convoy se aleja despacio hacia La Capelle. Las calles, escribirá Erzberger, llevaban aún indicaciones en alemán. Se podía leer en grandes letras en un imponente monumento: Kaiserliche Kreis. La bandera tricolor francesa ondeaba encima.”

          El convoy se detiene delante de un chalet en donde está esperando el comandante de Bourbon-Busset. El general von Winterfeld, muy abierto, presenta sus compañeros a los oficiales. Erzberger deja estupefactos a todos los asistentes por su aspecto desenvuelto: “Parece un viajero que por una pequeña avería, aprovecha para estirar las piernas.” Varios automóviles franceses acuden. Acompañados por oficiales, los Alemanes se colocan y el convoy arranca despacio hacia San Quintín.

            En el presbiterio de Homblieres, se sirve un frugal almuerzo. “Después de una hora de parada, relata Erzberger, continuamos nuestro viaje por Chauny que estaba completamente destruido. No había ni una casa en pie. Era una colección de ruinas. Bajo la luna, paredes derruidas tomaban formas  espectrales. No había ningún ser viviente alrededor.”
           El convoy arranca otra vez y de pronto, se para en campo raso.
           ¿En dónde estamos?, pregunta Erzberger.
           En Ternier, contesta el comandante de Bourbon-Busset.
           ¡Pero si no hay ninguna casa!
          Efectivamente, había aquí una ciudad. Ha sido sistemáticamente destruida por los soldados alemanes en el repliegue de 1.917, y como lo puede comprobar, no hay ni rastro de casa alguna.
           Erzberger se queda mudo. Unos minutos más tarde, -  en la estación o mejor dicho en su antiguo emplazamiento - se sube en el antiguo coche-salón de Napoleón III, y se repone de sus emociones tomando una copa de coñac. El tren arranca. ¿A dónde nos dirigimos?
          Se niegan a indicárselo.


           El 8 de Noviembre a las siete de la mañana, en una de las ramas de la espiga ferroviaria de selección de vagones, en el medio del bosque de Compiegne, en el cruce de Rethondes, el general Weygand esperaba la llegada del tren alemán. Estaba situado en la ventana del vagón-oficina del Estado Mayor del mariscal Foch, un vagón-restaurante de la compañía de los Wagons-lits. De pronto – me lo contó en ese mismo lugar, cuando lo entrevisté un día entero para un reportaje con Alain Decaux para la televisión – el general vio, moviéndose a través de los árboles, una pequeña luz roja. Es el tren de los apoderados, el cual, lentamente dirigido en marcha atrás, entra en la otra rama de la espiga. Emocionado, se dirigió al coche contiguo en donde estaba el alojamiento de Foch.
          Señor Mariscal, le dije despertándole: “aquí está Alemania y su fortuna.”
          La cita se fijó para las nueve
          Los estaba esperando delante de la puerta del vagón, añade el general Weygand, y los vi llegar en fila india sobre el camino empedrado entre los dos trenes. Los precedí hasta la habitación que utilizábamos como oficina.
         
          “En el salón, escribirá por su parte Erzberger, se había instalado una gran mesa, con cuatro sitios de cada lado. Un poco más tarde apareció el mariscal Foch; era un hombre pequeño, con rasgos enérgicos, y que a primera vista delataba que estaba acostumbrado a mandar. ”
          De un lado de la mesa se colocan el generalísimo, con  el general Weygand  a su izquierda, el almirante sir Rosslyn Wemyss a su derecha, luego el almirante Hope. A los pequeños lados de la mesa se colocan dos intérpretes el oficial-intérprete Leperche y el capitán von Helidorff. La voz de Foch resuena:
            ¿Cuál es el objeto de su visita?
            La delegación, responde Erzberger, ha venido para recibir las proposiciones de las potencias aliadas con el fin de lograr un armisticio.
            No tengo ninguna proposición para ofrecer.
             El conde Oberndorff  interviene entonces proponiendo:
             La palabra “condición” convendría quizás mejor…
            No tengo ninguna condición para ofrecer, contesta el mariscal con impaciencia.
            Hemos venido, replica Erzberger, con referencia a la última nota del presidente Wilson que informa que el mariscal Foch está “autorizado para dar a conocer las condiciones del armisticio”.
             Estoy efectivamente autorizado a daros a conocer las condiciones si pedís un armisticio. ¿Solicitáis un armisticio?
              Es de un tono brusco que Foch  pronunció esas últimas palabras. Con unámina voz y “rapídamente”,  Erzbeterger y Oberndorff contestan:
             Sí, pedimos la conclusión de un armisticio.

         A la orden de Foch el general Weygand se levanta, y con voz tranquila, lee tranquilamente las condiciones que obligan a los Alemanes a retroceder hasta la línea derecha del Rhin, a entregar toda su flota y un importante material militar.
            Caballeros, concluye Foch al terminar la lectura, os dejo el texto tenéis setenta y dos horas para contestar…
         La entrega de gran número de cañones y de ametralladoras aterroriza a Erzberger:
        “Pero entonces, ¡estamos perdido ¿Cómo entonces vamos a poder defendernos del bolchevismo?
            El mariscal hace un gesto evasivo, eso no es de su incumbencia.
           Pero, dice Erzberger con insistencia, no se dan cuenta de que anulándonos todos los medios de defensa contra el bolchevismo, nos destruyen y se destruyen también a sí mismos; les ocurrirá a vosotros también.

             Winterfeld interviene entonces:
             Las condiciones del armisticio que acabamos de conocer necesitan por nuestra parte un examen exhaustivo. Dado que queremos llegar a un acuerdo, ese examen se hará lo más rápidamente posible. Sin embargo, tomará cierto tiempo, sobre todo porque será indispensable  considerar la opinión de nuestro gobierno y del alto mando militar. En esas condiciones, pedimos que el mariscal Foch tenga a bien de consentir, que se fije inmediatamente y en todo el frente una suspensión provisional de alto el fuego.
               El alto el fuego, contesta Foch, solo se puede ordenar después de la firma del armisticio.
               La última solicitud de Erzberger – que los plazos se amplíen de 72 a 82 horas – es igualmente rechazada. Si el 11 de noviembre a las once, los Alemanes no han firmado el acuerdo, la guerra continuará hasta la capitulación del Reich.

               La entrevista ha terminado.
        El capitán von Helldorff debe marcharse inmediatamente para llevar esas condiciones al gobierno alemán. “Se le hizo entrega de algunos bocadillos, me relató el general Riedinger – que era entonces comandante del 11º despacho del estado mayor de Foch. Pero su coche tardaba en llegar, y el capitán desayunó en el tren con sus compañeros. Cuando partió, me pidió si podía “a pesar de todo” llevarse su comida fría. Naturalmente, accedí a ello…

          Y von Helldorff, con sus bocadillos en una mano; el texto de las condiciones del armisticio en la otra, vuelve a dirigirse a La Capelle. Le cuesta mucho atravesar la línea de combate, ya que el duelo de artillería se reanudó y sus compatriotas lo acogen con tiros de fusil. Se toca la corneta, un avión con una bandera blanca sobrevuela las líneas, harán falta varias horas para que los alemanes tengan a bien interrumpir sus cañonazos…
            Von Helldorf llega a Alemania en plena anarquía. A las ocho de la tarde, ese 8 de noviembre, el príncipe de Bade telefoneó al Kaiser:
          “Tu abdicación se ha vuelto imprescindible para cumplir hasta el final tu misión de emperador de la paz… Puede tener un efecto decisivo para las negociaciones y quitará argumentos a los que desean el Acuerdo… Las tropas ya no son seguras. En colonia, el consejo de obreros y soldados ha tomado el poder. A Brunswick, la bandera roja ondea en el castillo. En Munich, se proclamó la República. En Schwerin tiene su sede un consejo de obreros y de soldados. Vamos derechos a la guerra civil. La situación es insostenible. Si no se lleva a cabo la abdicación hoy mismo, mi colaboración se hace imposible… La hora extrema ha llegado. Te aconsejo como pariente y como príncipe alemán.”
          Paro, el “emperador de la paz” trató de retrasar el asunto, sin embargo estará obligado a ello por “el pariente y príncipe alemán” el cual “dimisiona” a su primo, el día 9, a las once y treinta. Guillermo II, solo le queda partir al exilio.

          El día 10, los diarios de Paris aparecen en toda la portada con ese  titular: El Kaiser ha abdicado.
          Erzberger y Oberndorff que se pasean delante de su vagón – El señor Augusto Petit, maquinista del tren del mariscal, me ha contado este hecho pintoresco – ven uno de los empleados leyendo el diario y le piden que se lo venda.
             Es mío, contestó el ferroviario con orgullo, rechazando la oferta…
         Ese mismo día, como cada tarde, ambos trenes van cada uno a por agua a la pequeña estación de Rethondes.
           Estábamos cenando en el andén, me contó el general de Mierry – entonces capitán – cuando se acercó el jefe de la estación vino para pedir a un oficial que vaya al teléfono. Paris llamaba al estado mayor del mariscal. Fui, y  me dictaron el texto que acababa de recibir la torre Eiffel:

“El gobierno alemán acepta las condiciones del armisticio que le han impuesto el 8 de noviembre. Firmado: El canciller del Imperio.”

          La sesión empezó a las dos y cuarto de la mañana, relata Erzberger. Traté de obtener nuevos atenuantes a cada artículo. Insistí para que se disminuyan los efectivos de las fuerzas de ocupación, ya que Foch me había dicho que colocaría cincuenta divisiones  en la ladera izquierda del Rhin. Fue el artículo 26, que se refería a la continuación del bloqueo, lo que provocó los debates más acalorados. La lucha duró más de una hora. Expliqué como este artículo era continuar una de las acciones primordiales de la guerra, una política que había consistido para Inglaterra a llevar la hambruna a Alemania. Indiqué que eran las mujeres y los niños que eran los que más sufrirían en el bloqueo.
            “¡Ese procedimiento no es nada fair!” terminó diciendo el ministro.
             Al almirante Wemyss, le sienta muy mal el asunto:
             “¿Nada fair? ¡Recuerde que habéis hundido nuestros barcos, sin hacer ninguna distinción!
       Al final, Erzberger tiene, en parte, alguna concesión. Los Aliados se comprometen a abastecer a Alemania mientras dure el armisticio. Por otra parte, se le dejan a Alemania cinco mil ametralladoras, además de las permitidas.
          Son las cinco y cuarto cuando se puede firmar el acuerdo. Sin embargo se decide admitir las cinco como hora oficial. De esa manera la llamada para el alto el fuego podrá oírse a las once de la mañana – el texto decía, efectivamente, que los combates tenían que terminar “seis horas después de la firma”, “Para ganar un tiempo muy importante, añade el general MIerry, se empezará a redactar el texto por el final.”
       La prisa hizo que el papel carbón para la copia de la máquina de escribir, se colocó al revés, lo que hizo que la copia se reproducía en el dorso del original.

          A las cinco y veinte los apoderados pudieron firmar su firma sobre la última hoja que se refería al armisticio y de su nulidad si las clausulas no se cumplían.”
          Todos se levantan.

        

DIOS DESDE EL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN, HA HABLADO SIEMPRE A TODOS LOS HOMBRES DIRECTAMENTE Y A TRAVÉS DE SU CONCIENCIA

DIOS QUIERE SALVAR AL MUNDO ENTERO
(ICONO CRISTIANO COPTO)




Lecciones sobre la Epístola de 
San Pablo a los Romanos Cap. 4º


              Dice el Autor Santísimo:


          Abrahán fue el Padre de todos los creyentes, es decir, de aquellos que por su justicia,  no solo merecen oír resonar en su espíritu la Voz espiritual y Santísima de de Dios, sino que saben comprender las palabras de esta Voz inefable y creer y obedecer tanto a ella como a sus mandatos.

          Esta Voz, no hubo ni habrá quien, en un momento fugaz y único o por repetidas veces y por largo espacio, no la sienta resonar dentro de sí. Es la llamada misteriosa del Señor único y Santo, del Creador universal. Como rayo de sol, cual onda sonora viene y penetra, unas veces dulce, otra severa y otras más, terrible.

           No importa que pertenezca el hombre a la Religión escogida para recibir esta llamada. Dios es el Creador de los hijos de su pueblo lo mismo que del salvaje que desconoce su Nombre Santísimo, y su llamada, al igual que resuena en las Iglesias católicas, en las naciones Católicas y civilizadas, en las otras civilizadas pero no Católicas y en los pueblos de otras religiones reveladas, llena también de si las soledades salvajes y heladas, las zonas aún inexploradas, las islas perdidas, los archipiélagos en donde el hombre se encuentra a nivel muy semejante al de las fieras –hecho de instintos y a menudo de instintos desenfrenados – las cálidas e intrincadas selvas, todavía inexploradas, a las que la civilización no llegó con su progreso y su refinada corrupción. 

Doquiera habla Dios por ser el Creador de todos los hombres.

          Muchas veces el hombre y no solo el hombre inculto, toma la llamada de Dios, sobre todo si esta es de reproche, por la voz de la propia conciencia, por el remordimiento que grita en el fondo de su yo. En ocasiones y en particular al comienzo de los tiempos, el culpable sabía distinguir la voz de Dios de la del propio yo, turbado por el remordimiento. Caín es el ejemplo de estos culpables que saben distinguir. 

      Ahora bien, cada vez más, con el correr de los siglos, se ha ofuscado en el hombre la capacidad de comprender y distinguir - me refiero al hombre de corazón pérfido – porque igual que muro macizo en el cual rebotan la voz y la luz, hallase levantado en el hombre la negación de Dios y ha arraigado en el mismo el desprecio hacia Él.

       El “superhombre”, autocreado tal, es un monstruo, una deformación del hombre, es el bastardo resultante del connubio de la razón humana, creada por Dios y rebelde a Él, con el enemigo de Dios. Apartados de Dios por propia voluntad, el hombre de este siglo, es decir el que se ha formado a si mismo, conforme a las doctrinas humano-satánicas, no puede ni quiere comprender las llamadas de Dios.

        Le faltan todos los requisitos para poderlo, aunque lleve nombre de Católico; más aún, por más que sea practicante; todavía más: aunque lleve hábito sagrado, difícilmente toma por tal la voz de Dios.

         Hartas son las cosas que hay todavía en aquellos que, por su hábito, su misión y la gracia de estado, deberían ser sensibilísimos a la llamada de Dios y la compresión de su palabras para que pudieran comprenderlas. La soberbia mata y turba su razón y ensordece su espíritu. Razón soberbia es razón loca. No hay ya, pues razón. 

         Espíritu soberbio es altar ocupado. Es, por tanto altar al que el Eterno no puede descender a decir lo que quiere. Otro es el que habla, y lo hace con la voz áspera de la concupiscencia. Y si Dios, desde su excelso trono llega a lanzar alguna llamada que al fin penetra, queda anonadado, como así él lo quiere, porque, oírla y despreciarla, parécele demasiado, y así prefiere no oírla. 

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FRASES RELEVANTES 
Del Evangelio tal como me ha sido revelado de Mª Valtorta




¿Y como dar cumplimiento a la Ley si no se creen las verdades reveladas por Dios?, cuando son despreciadas como patrañas tanto el premio como el castigo, la eternidad, el infierno, el paraíso, la resurrección de la carne y el Juicio Divino? (pág.31).



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No hay autoevoluciones sino evoluciones dispuestas por el Creador, por el Eterno Señor Omnipotente (pág. 32).



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El que ama con perfección…. Dentro del límite de la humana relatividad… infunde la perfección, no solo en su Espíritu, sino también en su mente (pág. 53).

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(...) "Son verdaderos teólogos aquellos que son conducidos por el Espíritu Santo, esto es por el Amor” (pág. 55).



lunes, 10 de abril de 2017

EL PERDÓN DE DIOS SOLO SE PUEDE PRODUCIR CUANDO HAY ARREPENTIMIENTO PROFUNDO Y SINCERO, PROPORCIONAL A LA CULPA.


EL ALMA DE LOS DEGOLLADOS POR HABERSE  MANTENIDO
FIELES, SON COMO JESÚS LAS VÍCTIMAS EXPIATORIAS
 DE TODOS LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD


     El clamor de los Mártires en el Cielo, pidiendo venganza para sus verdugos, es un acontecimiento que nunca llegarán a comprender la gran mayoría de los fieles y Consagrados relativistas, y "bonistas", que ponen en plan de igualdad al Santo y al sádico pecador. 

     Es verdad que todos nosotros tenemos que perdonar a nuestros enemigos y verdugos, por la sencilla razón, de que si no perdonamos a los que nos ofenden, tampoco se nos perdonarán nuestras faltas, como así lo pedimos en el Padre Nuestro.

     Es verdad que Jesús en la Cruz, nos dio el ejemplo diciendo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Luc 23, 34)", para poder cumplir con la Redención, ya que Jesús, en su naturaleza humana pedía perdón al Padre en nombre de toda la humanidad, pasada, presente y futura, porque estaba cargado con todos sus pecados, ya qué sin estas palabras, no se podría haber producido la Redención.

     Pero no hay que olvidar que en el Juicio contra Jesús, en presencia de Poncio Pilato, este se lavó las manos ante la intransigencia del Pueblo Judío, que pidió la sentencia de muerte para Jesús: "Y todo el pueblo contestó diciendo: Que caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos" (Mat 27,25), lo que provocó la masacre, la esclavitud y la deportación de todos los Judíos, y la diáspora de ese Pueblo, llegando a su culmen con el nazismo.

     Tampoco hay que olvidar que, cuando ciertas mujeres de Jerusalén, lloraban amargamente, cuando Jesús cargaba con la cruz, camino del Calvario, Vuelto a ellas, Jesús dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí; llorad más bien por vosotras y vuestros hijos, porque días vendrán que se dirá: Dichosas las estériles y los vientres que no engendraron, y los pechos que no amamantaron. Entonces dirán a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: ocultadnos, porque si esto se hace con el leño verde, con el seco, ¿que será? (Luc 23, 28-31), Oráculo que se cumplió unos años después, con la destrucción de Jerusalén, la masacre y la deportación de todos los Judíos de Israel.

     Tampoco se pudo cumplir la petición de Jesús que pedía perdón: y es que para qué el Padre perdone, a las almas, estas tienen a su vez que perdonar y los Judíos no pidieron perdón por la muerte de Jesús, por eso ese perdón solicitado no se les pudo ofrecer, ya que para colmo surgió entre ellos un falso profeta que se creía el nuevo Mesías, el enviado, el escogido por Yahvé, para derrotar al Imperio romano. Y el caso más flagrante es el del sumo Sacerdote Caifás, y de toda la retahila de los rabies, fariseos y escribas, así como todo el Pueblo Judío que quiso indultar a Barrabas, y condenar a Jesús. 

       El Evangelio relata que a la hora de la muerte de Jesús, hubo tinieblas, terremotos y que muchos justos resucitaron y se aparecieron a gente en Jerusalén. Caifás que se había desgarrado las vestiduras, cuando Jesús proclamó su divinidad, se tuvo que enterar que a la hora de la muerte de Jesús, el velo del templo que tapaba la esencia de Yahvé, se rajó de arriba a bajo, prueba evidente del abandono de Dios al Pueblo Judío, pero ni él ni todos sus seguidores se arrepintieron, lo que hubiera traído el perdón de Jesús. 

     El Judaísmo pasó entonces  de ser el Pueblo de Dios, a ser un pueblo deicida, que se desgajó como una rama podrida del árbol de Jesé. Los Cristianos son el verdadero Pueblo de Dios, porque han reconocido al Mesías, como había sido profetizado desde el inicio. Jesús le dijo a los Judíos que Abrahám el Padre de todos los creyentes, había visto su nacimiento y se alegró. En la transfiguración, estaban Moisés y Elías, las dos figuras más importantes del Antiguo Testamento   

     La petición de perdón se aplicó y se sigue aplicando solo para los que cumplen con el mandamiento del perdón con un arrepentimiento profundo y sincero, proporcional a la culpa, y eso no se produjo en el pueblo Judío, que aún está esperando el Mesías.



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Evangelio de San Mateo: (26, 33-34; 41)
El Juicio final


   Entonces dirá el Rey a los que están a su derecha: "Venid, benditos de mi Padre a tomar posesión del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo...."

      Y dirá a los de la izquierda: "Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus ángeles...".

     Estas últimas palabras las solía repetir el santo Cura de Ars, Patrono de los Sacerdotes del mundo entero, en sus prédicas, con abundantes lágrimas, dejando a sus oyentes con grandísimo estremecimiento y terror. "¡Que horror, malditos de Dios!, ¡Malditos de Dios!, ¡Malditos de Dios por toda la Eternidad.....".



Apocalipsis (6, 9-11) 

     Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados por la palabra de Dios y por el testimonio que guardaban. Clamaban a grandes voces diciendo: "¿Hasta cuando, Señor Santo, Verdadero, no juzgarás y vengarás nuestra sangre en los que moran sobre la Tierra?", y a cada uno le fue dada una túnica blanca, y les fue dicho que estuvieran callados un poco de tiempo aún, hasta que se completara el número de sus consiervos y hermanos que aún habían de ser muertos como ellos.

Dice el que testifica todas estas cosas: Sí, vengo pronto, Amén. Ven Señor Jesús. La gracia del señor Jesús sea con todos. (Ap 22, 20 - 21) 






sábado, 8 de abril de 2017

COMO PUEDE ACTUAR LA EUCARISTÍA, EL SUPREMO DON DEL AMOR INFINITO DE DIOS

LA FUERZA DE LA EUCARISTÍA ES PROPORCIONAL AL GRADO DE FE, ESPERANZA Y CARIDAD DEL ALMA





Descripción de la analogía que existe entre al pan y el vino que es el alimento del cuerpo, con la Sagrada Eucaristía que es el alimento del alma. El primero es un alimento de una presencia real, el segundo es un alimento de la presencia del Cuerpo y la Sangre de Jesús, escondidos.

Ahora bien, los alimentos para alimentar el cuerpo material, no necesitan ninguna virtud teologal para saber que son necesarios para nuestro sustento, sin embargo, los alimentos Eucarísticos necesitan la creencia en la presencia de Dios, para que actúen en el alma. Creencia que se tiene que demostrar no solo por las palabras, como predican los Protestantes que se creen que están justificados por la Fe, pero sobre todo por los hechos de nuestra vida, que son el volver a nacer a una vida espiritual, como así lo explicó Jesús a Nicodemo.

Sin estas condiciones necesarias y suficientes, la Eucaristía nunca actuará en el alma, ni producirá sus frutos que son la salud y la fuerza del alma, para poder luchar y triunfar de sus tres enemigos naturales que son el Mundo el Demonio y la Carne. Por esta razón se ha aplicado desde siempre a la Iglesia el adjetivo de "Militante", precisamente porque tiene que presentar batalla a esos terribles enemigos.

Pero ahora se le ha aplicado a la Santa Iglesia un nuevo atributo: ha pasado de ser militante a llamarse "Iglesia peregrina", como si esta vida fuera un alegre peregrinaje, y en ese caso, no comprendo por qué no  se llaman a esos tres enemigos del alma "compañeros de peregrinaje".



De los cuadernos de Mª Valtorta
18 de Junio de 1.943


Dice Jesús:

"Para mantener las fuerzas físicas hay que nutrir el cuerpo. El indigente que no puede comprar el alimento, lo mendiga a los ricos.Normalmente pide pan. Sin el pan es imposible la vida.
Vosotros sois pobres que necesitáis alimento para vuestra alma. A vuestra pobreza Yo he dado el Pan Eucarístico. El os nutre la médula del alma, da vigor al espíritu, sostiene las fuerzas espirituales, aumenta el poder de todas las fuerzas intelectuales, porque donde hay vigor de vida hay también vigor de mente.

Alimento sano que comunica salud. Alimento verdadero que infunde vida verdadera. Alimento sano que suscita santidad. Alimento divino que da a Dios.

Pero además de pobres, sois enfermos, débiles no solo por la debilidad que produce la falta de alimentos y que cesa con éste. Sois débiles por las enfermedades que os extenúan. ¡Cuantas enfermedades tienen vuestra alma! ¡Cuantos gérmenes os inocula el Maligno para crear estas enfermedades! A quien está débil y enfermo es necesario darle no sólo pan sino también vino.

Yo en mi Eucaristía os he dejado los dos signos de lo que necesita vuestra naturaleza de hombres pobres y vuestra debilidad de hombres enfermos. Pan que nutre, vino que fortalece.

Hubiera podido comunicarme con vosotros sin signos externos. Puedo hacerlo. Pretendéis demasiada pesantez para captar lo espiritual. Vuestros sentidos externos necesitan ver. Vuestra alma, vuestro corazón, vuestra mente se rinden solamente, y aún así con fatiga, ante las cosas visibles y palpables. Es tan cierto que aunque lleguéis a creer en Mí en la Eucaristía y a recibirme en la Hostia, la gran mayoría no admitís la infusión del Espíritu en vosotros, de quien os vienen latidos, luces, impulsos de obras buenas.

Si creyerais con esa fuerza de la que es digna el Misterio, sentiríais, al recibirme en vosotros una vida. El acercarme a vosotros os debería quemar como al acercarse a una caldera ardiente. Mi estar en vosotros os debería sumergir en un éxtasis que os abstraería lo profundo del espíritu en un rapto de Paraíso.

El fundirse de vuestra humanidad enferma con mi Humanidad perfecta os traería salud hasta física, por lo cual, enfermos corporalmente, resistiréis a las enfermedades hasta que Yo dijese "Basta" para abriros al Cielo. Os daría inteligencia para entender rápida y justamente. Os haría impenetrables a los asaltos desenfrenados o a las sutiles insidias de la Bestia.

En cambio puedo hacer bien poco porque entro donde la fe es lánguida, donde la caridad es superficial, donde la voluntad está decaída, donde la humanidad es más fuerte que el espíritu, donde sobre todo, no os esforzáis en reprimir la carne para que emerja el espíritu.

No os esforzáis para nada. Esperáis en Mí el milagro. Nada me prohíbe cumplirlo. Pero Yo quiero de vuestra parte al menos el deseo de merecerlo.

A quien se dirige a Mí gritando que le ayude imitando la fe de las muchedumbres de Galilea, Yo me comunicaré no solo con mi Cuerpo y mi Sangre, sino con mi Caridad, con mi Inteligencia, con mi Fuerza, con mi Voluntad, con mi Perfección, con mi Esencia. Estaré, con el alma que quiere venir a Mí, como estoy en el Cielo, en el seno del Padre del que procedo generando el Espíritu que es Caridad y vértice de perfección".

PROFUNDO ANÁLISIS SOBRE LA MENTALIDAD DEL MUNDO ACTUAL, QUE, COMO ESAÚ HA VENDIDO SU DERECHO DE PRIMOGENITURA A JACOB, POR UN PLATO DE LENTEJAS.


Esaú vendió a Jacob su primogenitura por un plato de lentejas









En este discurso del Padre Willie de la Parroquia de Santa Bernardita de San Juan en Puerto Rico, está descrita de una manera magistral la mentalidad del mundo actual que ha abandonado a Dios, para sumergirse en todos los atractivos del mundo.

Antiguamente hace unos años, en los países de tradición Católica, la Semana Santa estaba relacionada con la Pasión de Jesucristo, y era una ocasión para arrepentirse de los pecados, acordándose de lo que le costó al Redentor la salvación de las almas, lo que era una ocasión para una meditación profunda y sincera, y el deseo de cambiar nuestra vida de pecado para poder alcanzar la posibilidad de volver a renacer, como lo dijo Jesús a Nicodemo, para así poder alcanzar la dignidad de Hijos de Dios. 

Con la mentalidad actual de un mundo relativista, como así lo bautizó Benedicto XVI, esa importante reflexión se ha olvidado, y lo que prima es el disfrute inmediato, por eso la Salvación ha pasado a un segundo plano, o se ha apartado completamente de las inquietudes de las almas de los fieles, ya que como me lo dijo el Señor Arzobispo, todos somos hijos de Dios, y un Padre no puede mandar a un hijo suyo al Infierno. Doctrina herética que está difundiéndose en todas partes, para el gran regocijo del ángel tenebroso, que ha logrado lo que él deseaba: que el mundo se olvide de Dios.

Y ahora la Semana Santa se desarrolla con el olvido de la Ley de Dios, y es una ocasión para la mayoría de la gente, para  irse de vacaciones, llenando las playas, los cruceros, los hoteles, para el disfrute de la vida terrena, olvidándose de lo que costó a Jesús la Redención de las almas, para que podamos alcanzar los bienes celestiales. Es lo que le pasó a Esaú, que vendió a Jacob su derecho de primogenitura por un plato de lentejas.